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Una mirada a los niños institucionalizados y a la zooterapia (página 2)



Partes: 1, 2, 3

2.
Niños institucionalizados

  1. Berger y Luckman (1984), señalan que la
    institucionalización aparece cada vez que se da una
    tipificación reciproca de acciones
    habitualizadas por tipos de actores.

    Asimismo Goffman en 1984 aduce que las
    niñas y niños institucionalizados permanecen
    en hogares convivenciales, lugares de residencia, donde una
    gran cantidad de individuos en igual situación,
    comparten una rutina diaria administrada de manera formal.
    La institucionalización instaura modos de actuar y
    de vincularse, diferentes a los practicados fuera de la
    institución (Garbi, Grasso, Moure, 2004).

    Por otra parte, Foucault
    señala que en las instituciones, los procedimientos habituales son la distribución, clasificación,
    codificación, repartición de
    los cuerpos de quienes allí viven. El autor menciona
    varias características, tales como: mantenerlos en
    una visibilidad sin lagunas, formar en torno a
    ellos todo un aparato de observación, de registro y
    de anotaciones, construir sobre ellos un saber que se
    acumula y centraliza (Foucault, 1989 citado en Garbi,
    Grasso & Moure, 2004).

    Nordys (2006), señala que la
    institucionalización es un estímulo altamente
    desencadenante de estrés y enfermedades que termina por somatizarse, ya
    que el niño no entiende por qué fue separado
    de sus padres o sólo interpreta el hecho como
    abandono y no acepta su ingreso a un ambiente
    extraño.

    A partir de las diversas investigaciones que se han realizado en los
    últimos años, sobre los efectos de la
    institucionalización, se ha concluido que la vida en
    las instituciones y la deprivación intelectual,
    física, social y emocional que
    conlleva, se convierten en un factor de riesgo para
    el desarrollo del niño.

    La institucionalización a pesar de no
    condenar a los niños hacia la psicopatología,
    los deja vulnerables en su desarrollo intelectual y
    físico, sus problemas conductuales, y sus relaciones de
    apego con sus cuidadores y pares.

  2. Institucionalización
  3. Características generales de la
    institucionalización en el Sistema de
    Protección Simple de Chile

Las modalidades asistenciales de protección se
centran en la superación de la carencia o
alteración de la tuición, con el fin de alcanzar lo
antes posible la reinserción
social de los niños. Su propósito principal es
procurar la integración del niño a un medio
familiar, ya sea el propio o uno sustituto y, en los casos que
corresponda, apoyarlos hasta que pueda valerse por sí
mismo (SENAME, 1990).

En el Servicio
Nacional de Menores (SENAME), se considera como sujeto de
atención a aquellos niños que
carecen de tuición, o que si teniéndola, su
ejercicio constituye un peligro para su desarrollo moral
integral; son niños que presentan desajustes en su
conducta o que
se encuentran en conflicto con
la justicia.

La línea de Protección tiene como objetivo
modificar o superar las situaciones familiares y del entorno que
determinan la vulneración grave de los derechos de niños,
niñas y jóvenes que han sido vulnerados gravemente
en sus derechos, con sus familias ausentes o inhabilitadas para
su cuidado.

Las edades de los niños atendidos en los sistemas de
protección fluctúan entre los 6 y 15 años,
concentrándose la mayor población entre los 11 y 15 años
(40%).

Las principales causas de ingreso a estos hogares son
abandono paterno o materno y la orfandad materna, lo cual suma el
50%. El peligro físico y moral y el problema
socioeconómico constituyen e 14%. Asimismo, el 35% de lo
menores han ingresados por abandono paterno o problema
socioeconómico. Los casos de orfandad total son
mínimos en el sistema (SENAME, 1990).

La familia es quien
decide frecuentemente el ingreso de los menores a los hogares,
además un alto porcentaje de los ingresos es por
orden judicial, mediante el Tribunal.

A partir de un estudio realizado por el SENAME en el
año1998, se ha demostrado que la permanencia de los
niños, niñas o jóvenes en las diferentes
instituciones de protección simple, es mayor a lo
esperado. El 38% de los niños permanece en el sistema
más de dos años y casi el 70% de ellos lo hace por
más de cinco años.

Con respecto al egreso, cabe señalar que,
más de dos tercios de los niños internos lo hacen
por interrupción del tratamiento, determinación del
tribunal o fuga. Por lo cual, se hace menos frecuente un egreso
con el problema inicial solucionado. A partir de otras
investigaciones realizadas por el SENAME, se obtuvo que el 87% de
los menores que han egresado de los sistemas de protección
simple regresa a su familia (SENAME, 1988).

Los principales objetivos del
SENAME son: garantizar el bienestar y protección de los
derechos fundamentales de los niños, niñas y
jóvenes atendidos y restablecer el derecho del niño
a crecer y desarrollarse en familia, cuando por acción
u omisión de esta o de los adultos responsables, han
sufrido la vulneración de sus otros derechos. A partir de
estos surgen los siguientes objetivos
específicos:

  • Satisfacer adecuadamente las necesidades de cuidado y
    desarrollo del niño, niña y joven durante todo el
    periodo de internación, en las áreas
    física, afectiva, intelectual, recreacional, cultural y
    social.
  • Desarrollar acciones de reparación de los
    daños físicos y psicológicos que el
    niño, niña o joven presente como secuela de la
    vulneración de derechos que le ha afectado.
  • Desarrollar y fortalecer los vínculos
    afectivos entre el niño, niña o joven y su
    familia
  • Fortalecer y habilitar al núcleo familiar,
    propio o alternativo en el cumplimiento de las funciones de
    protección, educación y crianza, con el fin de
    reinsertar al niño, niña o joven en el más
    breve plazo.
  • Preparar al joven para la vida independiente, cuando
    no existe posibilidad de inserción familiar.
  • Promover la participación activa de la familia
    en la red social y
    de todos los sectores organizados e informarles de la comunidad en la
    tarea de reinserción sociofamiliar del niño,
    niña o joven.

Por lo general, las instituciones se centran en la
atención del niño, dejando de lado el trabajo social
con la familia, fundamentalmente por la falta de recursos
humanos y materiales, y
debido a que la subvención es entregada por un periodo
ilimitado de tiempo. Dicha
situación genera desajustes y desarraigo en el
niño.

Existen cuatro principios
fundamentales que deben considerar las instituciones en su
proceso de
atención e intervención:

  1. Integralidad de la atención: Todas las
    acciones que se realicen deben ser abordadas a través de
    un equipo multidisciplinario, integrador y participativo.
    Además deben implicar los aspectos fundamentales en el
    desarrollo de niños, niñas o jóvenes
    atendidos (individual, familiar, social y
    comunitario).
  2. Normalización de la atención: Se
    debe considerar al niño, niña o joven como sujeto
    inserto en un contexto social, por lo cual la
    institución a cargo, mediante el apoyo de instancias
    públicas o privadas, debe asegurarse de proveer los
    servicios
    que respondan a las necesidades fundamentales para su
    desarrollo.
  3. Personalización de la atención:
    La atención brindada al niño, niña o joven
    debe centrarse en las particularidades de cada
    situación. Además la relación con el
    personal
    (personas encargadas de su educación y cuidado
    personal), debe caracterizarse por la presencia de un
    vínculo afectivo y significativo. Por lo tanto este
    principio debe estar presente en todos los ámbitos de la
    atención.
  4. Participación: Se debe considerar al
    niño, niña o joven protagonista de su propio
    desarrollo y de las acciones requeridas para su
    integración social. Para esto se les debe informar y
    permitir su opinión en todas las acciones que les
    atañen. La familia debe ser parte activa de la
    intervención, debiendo estar informada y ser considerada
    en los procesos y
    tomas de decisiones.

El ambiente institucional de los Hogares de
Protección Simple, presentan características que
pueden afectar el desarrollo normal del niño, niña
o joven atendido (SENAME, 1997), entre ellos
encontramos:

A) Uniformación o masificación: El
niño no es percibido como un individuo
distinto del resto, y el ambiente no le ofrece un real reflejo de
lo que él es. Esta característica puede afectar el
desarrollo de las habilidades sociales, lo cual implicaría
la perpetuación de las características presentadas
por el niño al ingresar a la
institución.

  1. Carencia de privacidad: Las instituciones
    carecen de privacidad, ya que son pocos los espacios propios o
    de los cuales se pueda disponer libremente. Por lo cual, los
    niños aprenden a no respetar los derechos propios o
    ajenos.
  2. Obligatoriedad: Las normas
    transmitidas como obligatorias no son interiorizadas por los
    niños y por lo tanto, se producen deficiencias en el
    autocontrol. Por lo general, los funcionarios poseen ideas
    cerradas e improductivas al analizar los problemas de los
    niños, lo que no contribuye a su
    solución.
  3. Inhibición de la iniciativa personal y de
    la
    motivación de logro:
    Generalmente las decisiones
    que se toman en la institución son independientes del
    comportamiento o de las peticiones de los
    niños. Por lo tanto es el funcionario el que decide por
    ellos. Esto afecta el desarrollo de la habilidad de comunicación, liderazgo y
    resolución de conflictos.
  4. Tendencia a generalizar el comportamiento: Es
    frecuente que el comportamiento de los niños sea
    generalizado a partir de un hecho específico, por lo que
    se les asigna un estereotipo negativo, aumentando la probabilidad de
    que dicha conducta vuelva a ocurrir.
  5. Inconsistencia: El ambiente institucional no
    es planificado de forma consistente, es decir no existen
    estímulos discriminatorios claros. Los funcionarios
    reaccionan de forma diferente ante la misma situación o
    presentan rigidez frente a situaciones que requieren
    flexibilidad. Esto afecta el desarrollo de habilidades de
    liderazgo y resolución de conflictos.
  6. Sobrevivencia institucional v/s aprendizaje
    normativo:
    La
    educación de los niños no es planificada, por
    lo cual se enfatiza sólo su custodia y la
    educación queda sujeta a variables
    arbitrarias, provocando desarmonía y retardo en su
    desarrollo.
  7. Doble pauta institucional: Existen dos
    modelos de
    aprendizaje (Sobrevivencia institucional y aprendizaje
    normativo), con la contradicción de lo que se dice y se
    hace. Además se plantea una doble pauta con
    relación a los modelos que se le presentan a los
    niños.
  8. Falta de separación entre lo técnico
    y lo afectivo:
    En las instituciones se suele castigar un
    comportamiento negativo con el retiro del afecto, en lugar de
    emplear medidas disciplinarias adecuadas, manteniendo la
    relación afectiva.

J) Manejo de conductas dependiendo del estado
emocional:
Las medidas que se toman son aplicadas cuando la
emoción está presente, con lo cual se dificulta que
el niño asimile su contenido. Esto afecta el modelado y
las habilidades de asertividad,
empatía y comunicación.

  1. Características socioemocionales y
    conductuales de los niños
    institucionalizados

Ferrandis (1993), señala que el niño al
ingresar en una institución pasa por varios momentos
críticos, los cuales se refieren a aquellas circunstancias
en la que el niño está obligado a realizar un
esfuerzo de adaptación, es decir debe lograr recomponer el
equilibrio
personal alterado por alguna situación nueva y/o
amenazante. En estas circunstancias se ponen en juego varios
procesos, tales como:

  1. La pérdida del vínculo afectivo frente
    al proceso de establecimiento y conservación del
    mismo.
  2. La pérdida de identidad y
    desvalorización, en oposición al proceso de
    construcción y conservación de la
    propia identidad y de la autoestima.
  3. La pérdida de referentes sociales en
    oposición al proceso de establecimiento de relaciones
    sociales positivas y estables que permitan al individuo
    sentirse miembro de un grupo.
  4. El desarraigo y marginación frente al proceso
    de inserción en la realidad, y el dominio de los
    mismos mediante su conocimiento.

Los momentos críticos más comunes que
sufren los niños al ingresar en una institución,
son los siguientes:

  1. Ingreso en la institución: Este primer
    momento es especialmente grave para el niño, ya que la
    separación y pérdida afectiva se vuelven una
    realidad. Los procesos psíquicos que se ponen en juego
    durante esta situación son:
  • Separación y/o pérdida del
    vínculo afectivo.
  • Pérdida de señas de identidad y del
    medio
    ambiente referencial.
  • Desvalorización personal,
    autoinculpación ante la imposibilidad de comprender lo
    que sucede.
  • Pérdida de los referentes sociales y
    desorientación respecto al papel que se debe jugar, y
    respecto a lo que se espera de él.
  • Incapacidad de encontrar una imagen
    válida de sí mismo en el ambiente.
  • Miedo o pánico ante los sentimientos de inseguridad.
  • Tendencia a explicar de forma tolerable la
    situación, ya sea de forma irreal o
    fantástica.
  • Tendencia a negar la situación.

Los niños pueden manifestar dichos procesos,
mediante:

  1. Lucha contra la situación (llanto, rabietas,
    negativa al contacto, huida, entre otros).
  2. Depresión (inhibición,
    incomunicación, negativa a comer, tristeza,
    apatía, ansiedad).
  3. Adaptación (Disminución de los
    síntomas, mejoría superficial del estado general,
    negación de su situación).
  1. Incorporación de los hábitos y
    normas de la vida diaria:
    Es el momento en que la
    comprensión y adaptación a normas diferentes a
    las entregadas por la familia, constituye una fuente continua
    de conflictos.

Los procesos psíquicos involucrados
son:

  • Construcción de la identidad
    personal.
  • Contención y límites
    de la propia identidad.
  • Elaboración de una conciencia
    positiva de sí mismo.
  • Socialización y aceptación de las
    normas sociales.
  • Posibilidad de predecir razonablemente el medio
    ambiente persona y
    social.
  • Confianza del niño en los adultos de los que
    depende.

Son manifestados mediante:

  1. La averiguación del sistema de normas en el
    que está inmerso, comparándola con su experiencia
    anterior y con el tipo de identidad adquirida. Probará
    su flexibilidad, buscará el límite de
    transgresión y autonomía.
  2. La averiguación de la función
    y el lugar de los adultos y de los iguales en el contexto
    normativo.
  3. Imposibilidad o dificultades para tolerar el sistema
    de normas.
  1. Adaptación a la escuela:
    Es otra situación compleja que debe pasar el
    niño, puede deberse a experiencias escolares anteriores
    escasas y negativas.

Los procesos psíquicos involucrados
son:

  • Eliminación de la vivencia de marginalidad
    que produce la institución, al percibirse como un
    "niño normal o como todos".
  • Se produce un feedback entre
    institución-niño-colegio.
  • Las normas de la institución varían en
    el colegio.
  • Se pone en juego el autoestima, dependiendo del
    éxito
    o fracaso escolar.
  • La escuela constituye el elemento fundamental de
    culturización.

Se pueden manifestar mediante:

  1. Imposibilidad de adaptarse a la escuela.
  2. Fracaso escolar.
  3. Agruparse para afianzar la identidad
    débil.
  4. Desmotivación para esforzarse en el
    ámbito escolar Inhibición del aprendizaje o
    socialización).

4. Los cambios durante el internamiento: Dicha
situación obliga al niño a reconsiderar el papel
que juega, la posición que ocupa y lo que se espera de
él, lo cual evoca la separación afectiva
vivida.

En este momento se involucran los siguientes procesos
psíquicos:

  • Separación afectiva de los vínculos
    estructurantes constituidos por sus educadores de
    referencia.
  • Pérdida de las relaciones sociales
    establecidas dentro de su grupo de iguales.
  • Obligación de establecer nuevas relaciones, de
    adaptarse a exigencias, valoraciones y normas
    diferentes.

Se manifiestan mediante:

  1. Desde la angustia hasta la depresión.
  2. Regresiones.
  3. Trastornos de conducta o transgresiones.

5. Visitas familiares: En una situación
ideal se intenta mantener la relación entre el niño
y su familia, para su posterior inserción familiar. La
institución debe supervisarlas.

Los procesos involucrados son:

  • Para las familias es una situación
    difícil, ya que deben afrontar la tensión
    emocional y el sufrimiento de la separación.
  • Cuando la familia está vinculada con el
    niño con sentimientos de posesión, las visitas
    adquieren características de reivindicación de la
    propiedad.
  • Para el niño, las visitas tienen un
    significado de reencuentro y esperanza de recuperar una
    situación.
  • Surgen sentimientos de culpa, temor y ansiedad que
    distorsionan las relaciones durante la visita.
  • La visita significa mantenimiento de la relación, por lo cual
    mantiene al niño en el lugar de la separación y
    no en el de la pérdida.
  • Con el paso del tiempo las visitas mantendrían
    sus efectos positivos, sólo si permiten el mantenimiento
    de los vínculos maternofiliales.

Estos se manifiestan en:

  1. Conductas ambivalentes del niño, ya sea
    alegría, indiferencia, evitación de la visita o
    llanto.
  2. Ansiedad del niño que responde a un
    cúmulo de temores.
  3. Las reacciones del niño se pueden ver
    complicadas por las actitudes y
    reacciones de la familia.
  4. Si no acude quien esperaba a la visita, sus
    reacciones pueden ser de frustración, rabia y
    depresión.

6. Fines de semana: En esta situación es
posible conservar y construir la propia identidad con sus
raíces familiares y sociales, y realizar un proceso de
socialización aceptable.

Los procesos involucrados son:

  • Mantenimiento y evolución de los vínculos
    familiares.
  • Mantenimiento de las raíces sociales,
    culturales e incluso antropológicas.
  • Conocimiento y vinculación a su realidad,
    exigencias y limitaciones.
  • Las relaciones que se establecen en el núcleo
    familiar pueden ser complicadas por las fantasías del
    niño y su familia respecto a su mutua relación,
    las expectativas de la convivencia, entre otros.
  • Para los niños más pequeños, el
    momento de volver al Centro será siempre
    traumático al suponer una separación
    reiterada.
  1. Acogimiento familiar: Este momento es el
    resultado de un fracaso, de una pérdida y de la
    imposibilidad de la relación familiar
    natural.

Los procesos que se ponen en juego son:

  • Experiencia de ser abandonado
  • Deseo de ser querido y de volver a tener
    satisfacciones afectivas
  • Temor a nuevas situaciones de abandono,
    insatisfacción y de pérdida
  • Deseo de ser un niño normal que vive en una
    familia

Estos son manifestados en:

  1. Negativa a salir, lo que implica la negativa a
    aceptar su situación, a cambiar de familia, a perder lo
    que hasta el momento ha tenido.
  2. Ansiedad ante el cambio
    (desórdenes somáticos o conductuales) y/o
    situación depresiva.
  3. Necesidad de saber con quién se irá, a
    dónde, quiénes y cómo son.
  4. Deseo de conservar sus cosas.
  1. La salida de la institución: Si los
    niños dejan la institución cuando son
    pequeños, los vínculos afectivos familiares
    pueden restablecerse. No obstante si salen tarde, la
    situación es complicada, puesto que han renunciado
    previamente a una vida familiar normal, a sus expectativas
    afectivas y vitales.

Los procesos implicados son:

  1. Los niños mayores deben enfrentarse al mundo
    sin saber cuál es la manera oportuna de
    hacerlo.
  2. Se sitúan ante un medio que le es desconocido,
    pues no han crecido en él.
  3. El concepto de
    sí mismo elaborado en un medio afectivamente pobre, les
    hace sentirse muy inseguros.

Nordys (2006), señala que como consecuencia de la
institucionalización puede aparecer lo
siguiente:

  • Depresión.
  • Regresión.
  • Interpretación errónea de la
    situación por el niño.
  • Somatización.
  • Amnesia o estados pseudo delirantes.
  • Déficit perceptivo y motor.

Los efectos a mediano y largo plazo, mencionados por
Nordys (2006) son:

  • Modificación del carácter y la
    personalidad.
  • Alteración de la capacidad del niño
    para relacionarse con figuras parentales.
  • Dificultad para relacionarse con sus
    pares.
  • Disminución de su capacidad de
    adaptación a la rutina escolar.
  • Rendimiento escolar deficiente.
  • Depresión infantil.

Algunas de las consecuencias para lo menores
institucionalizados, pueden ser conductas de agresividad,
frustración y hostilidad; sentimientos de inseguridad,
baja autoestima y fuerte alteración emocional. Algunos
autores mencionan que el abandono y rechazo infantil son
precursores esenciales del abuso
sexual.

Gonzalez, Miranda, Lagos & Vargas (2001), son de
opinión que los niños institucionalizados carecen
de una adecuada estimulación social, lo cual implica que
se altere su vida afectiva y se manifieste en:

  • Sentimientos de abandono y soledad.
  • Apatía y desmotivación.
  • Desesperanza.
  • Dificultad para manejar emociones.
  • Baja tolerancia a la
    frustración.

El impacto más importante de la
institucionalización es en el ámbito emocional,
puesto que un desarrollo normal requiere de un vínculo
afectivo y cercano a las figuras parentales. Los niños
necesitan formar un vínculo seguro hacia la
madre, el padre u otro miembro de la familia o cuidador cercano;
el adulto debe brindar una relación cálida,
cariñosa y estable, debe ser responsable y estar atento a
todas las necesidades del niño, incluso la subsistencia,
protección, bienestar y afecto.

Los niños institucionalizados presentan fuertes
sentimientos de angustia, soledad y tristeza en la
situación de abandono. Lo cual se agudiza cuando se
encuentran en una situación de contacto con algunas
cuidadoras, que por la cantidad de menores recluidos, no prestan
la atención necesaria para atenderlos efectivamente y
afectivamente. Esta carencia afectiva es la que genera los
sentimientos de ansiedad.

Con respecto a la autoimagen de estos niños, cabe
señalar que se encuentra distorsionada o empobrecida,
además se encuentra teñida de
características negativas, asociadas a un sentimiento de
minusvalía personal, lo que les impide emprender acciones
encaminadas al éxito y la resolución de problemas.
Se observa la predominancia de vivencia, como: conformismo,
resignación y fatalismo (Cortes, 1988).

Además, presentan una gran incapacidad para
elaborar una imagen coherente de sí mismo, debido a que se
encuentran muy implicados en la acción y en el aquí
y ahora, lo cual dificulta abstraerse de esa situación y
reflexionar acerca de su propia identidad. Por otra parte,
presentan un profundo vacío de sí mismo, lo que se
traduce en la incapacidad de asumir su propia historia, de vincularse con
el pasado, enraizarse en el presente y proyectarse al
futuro.

Valverde (1986), desglosa el problema de autocontrol de
estos niños en tres aspectos fundamentales:

  1. Habilidad instrumental: Manipulación de
    algunas situaciones que hacen los niños para obtener el
    máximo de gratificaciones en el mínimo tiempo
    posible.
  2. Reacciones exageradas: Respuestas conductuales que
    sobrepasan la dimensión del estímulo que las
    produce.
  3. Imprevisibilidad de la conducta: Descontrol del
    comportamiento en situaciones extremas.

A pesar de que se ha observado que estos niños
son incapaces de controlar su comportamiento, las situaciones y
la adecuación entre una a otra, a largo plazo. Presentan
la capacidad de ejercer un gran control sobre
determinadas situaciones concretas a las que se ven enfrentados.
(Cortes, 1988).

Nordys (2006), señala que la inclusión de
niños y niñas en instituciones que fungen como
casa-hogar, genera consecuencias negativas en la formación
psicológica y social de los mismos, lo cual se ha
calificado como "síndrome de carencia afectiva". La
Organización Mundial de la Salud clasifica este
trastorno como parte del comportamiento social, cuyo comienzo
habitual es en la infancia.
Estos trastornos se aceptan como la consecuencia directa en los
infantes de la carencia de parientes, principalmente las figuras
paternales, los abusos emocionales continuos y el maltrato grave.
Aparecen con los cuidados inadecuados para el niño y la
niña y sobre todo aquellos relacionados con una respuesta
pobre y carente de calidad antes las
demandas del niño o niña y la incapacidad de los
padres para llevar a cabo su función, por abandono
físico o emocional.

En el ámbito familiar son niños pasivos
con una gran carencia de afecto, debido a la falta de relaciones
afectivas propias de una familia. Estos niños observan un
gran contraste entre el bienestar que poseen en el hogar y
la pobreza que
hay en sus familias de origen, esto los desorienta, por lo cual
muchos de ellos prefieren permanecer en el establecimiento
(SENAME, 1990).

Un trastorno que puede darse en estos niños es el
llamado trastorno reactivo emocional, el cual es un estado que se
presenta en la lactancia y en
la primera infancia y se caracteriza por anormalidades
persistentes en la forma de relación social del
niño, acompañada de alteraciones emocionales que
son reactivas a cambios en circunstancias ambientales en la vida
del niño. Sus características principales
son:

  • Temor y preocupación
    inconsolables.
  • Empobrecimiento de las relaciones del niño con
    sus pares y/o adultos.
  • Autoagresiones y/o agresiones a sus pares o adultos
    cuidadores.
  • Tristeza.
  • Retardo en el crecimiento y desarrollo.

El desarrollo emocional de estos niños en
situación irregular, es disarmónico y se encuentra
constituido principalmente por una gran carencia de
estimulación afectiva (Sepúlveda & Contreras,
1985 citado en Cortes, 1988), lo cual se puede deber a la
incapacidad de los padres para satisfacer las necesidades
afectivas del niño en forma adecuada. Dicha carencia
influye en su desarrollo biológico, psicológico y
social.

La afectividad alterada se manifiesta en el plano
conductual, mediante alteraciones en la capacidad de relacionarse
afectivamente con otros, se observa a través de la
desconfianza, indiferencia afectiva, labilidad emocional y
dificultad para la expresión de las emociones (Valverde,
1986, citado en Cortes, 1988)

3.
ZOOTERAPIA

    1. El hombre se ha relacionado de una forma
      especial con los animales desde tiempos remotos, no
      obstante es en épocas recientes cuando se
      descubre los beneficios que esta relación
      implica en el bienestar de las personas y su
      salud.
    2. En la antigua Grecia se pensaba que los perros curaban enfermedades, por lo cual
      estaban presentes en los templos de sanación.
      Además Hipócrates señalaba que,
      montar a caballo era un remedio eficaz para curar el
      insomnio.
  1. 3.1 Historia de la Zooterapia

La contribución de los animales para la calidad de
vida de los seres humanos ha sido registrada de manera formal
e informal a lo largo de la historia.

El primer registro que se tiene respecto de este tema,
ocurre en Inglaterra en el
año 1792. El médico William Tuke, fue el primero en
emplear a los animales domésticos como coterapeutas en una
institución que atendía a individuos con
deficiencias mentales. Su objetivo era mejorar las condiciones
infrahumanas que había en los manicomios de dicha
época y enseñar a los pacientes a autocontrolarse,
por lo cual les permitía cuidar de los animales como
reforzamiento positivo (Jofre, 2005; Prado, 2005). Además
creía que la mayoría de las enfermedades mentales
podían ser curadas. Por esta razón integraba a los
pacientes en diversas actividades, dentro de las cuales, se
incluía el cuidado de animales de compañía
como parte de la terapia (Arnaiz, 2005).

Posteriormente en el año 1867 los animales se
emplearon en Bethel, un centro para epilépticos ubicado en
Alemania. Hoy
en día, es un sanatorio que atiende a 5.000 pacientes
aquejados de trastornos físicos y mentales, en el que
varios tipos de animales forman parte activa del tratamiento, y
su cuidado es una parte importante del programa
(Zamarra, 2002).

Desde principios del siglo XX, se comienza a utilizar
animales con un propósito terapéutico, en diversas
instituciones, tales como: hospitales psiquiátricos,
centros de recuperación de soldados heridos, hospitales de
epilépticos, etc. (Arnaiz, 2005).

En Estados Unidos,
la US Army Veterinary Medicine Branch of the Health Services
Command, desde la segunda guerra
mundial ha usado animales "terapeutas" para el confort del
personal hospitalizado y sus familias (Zamarra, M.
2002).

En 1942 los terapeutas perciben los beneficios de la
Terapia Facilitada por Animales (TFA) en disturbios mentales o
físicos. En un hospital de la Fuerza
Aérea de Nueva York, soldados con estrés
postraumático ayudaban a cuidar animales de hacienda como
parte del tratamiento, y podían ocupar perros de
compañía durante su recuperación (Triverdi e
Perl, 1995; George, 1988 citado en Prado, 2005). Sin embargo los
progresos alcanzados en estas actividades, no fueron consignados
por escrito.

En 1948 el Dr. Samuel B. Ross fundó en las
cercanías de Nueva York el centro Green Chimneys, una
granja para la reeducación de niños y
jóvenes con trastornos del comportamiento mediante
el trabajo con
los animales (Zamarra, M. 2002).

En 1953 el psiquiatra estadounidense Boris Levinson, es
el primero en usar a los animales en psicoterapia y
en terapia facilitada por caninos (TFC). (Prado, 2005). Asimismo,
demostró los beneficios de tener un animal en la consulta
mientras se atiende a niños mediante el relato de sus
experiencias junto a su perro Gingles y sus pacientes
introvertidos, los cuales se desinhibían y superaban sus
miedos frente a la presencia del perro. A partir de esto,
señaló que el animal actúa como catalizador,
facilitando la
comunicación entre el psiquiatra y los niños
(Shapiro & Rapkin, 1989). Ésta fue la primera
iniciativa en pesquisa científica con animales como
agentes terapéuticos (Mallon, 1992 citado en Prado,
2005).

A partir de los años 60 comienzan a efectuarse
numerosas investigaciones acerca de la influencia de los animales
de compañía en la salud humana. Desde entonces, se
han encontrado beneficios en el aspecto físico, mental y
social (Shapiro & Rapkin, 1989; Katcher & Beck,
1983)

En 1966 el músico ciego Erling Stordahl
fundó en Noruega el Centro Beitostolen, destinado para la
rehabilitación de invidentes y personas con discapacidad
física, en el cual perros y caballos intervenían en
el programa, con el fin de animar a los pacientes a hacer
ejercicio. Muchos de los pacientes de aquella institución
aprendieron a esquiar, montar a caballo y a disfrutar de una vida
más normalizada que incluyera una cierta actividad
deportiva (Zamarra, 2002).

En el año 1969 Levinson publica su libro titulado
"Psicoterapia Infantil Asistida por Animales de
Compañía". En el que señala que los animales
pueden ser considerados mágicos, ya que son capaces de
estimular a los niños (Levinson, 1969)

En 1974 Samuel y Elizabeth Corson realizaron un programa
para evaluar la viabilidad de la Terapia Asistida con Animales de
Compañía en un hospital psiquiátrico,
obteniendo excelentes resultados. Emplearon perros con 50
pacientes que no respondían al tratamiento tradicional,
obteniendo un aumento en la comunicación, autoestima,
independencia
y capacidad de asumir responsabilidad para el cuidado de los animales
(Zamarra, 2002).

En 1977 se funda en Estados Unidos la institución
Delta Society, dedicada a realizar investigaciones para
fundamentar la importancia de los animales en las personas y el
impacto que presentan en la salud y el bienestar humano.
(Rodríguez, 2005).

En el año 1980 Friedman, Lynch y Thomas, publican
un estudio realizado con 92 pacientes, llamado "Animales de
compañía y supervivencia en pacientes un año
después de salir de una unidad de cuidados coronarios"
(Public Health Rep 95: 307-312 citado en Zamarra,
2002).

En 1981 se comienza el entrenamiento de
perros en la prisión de mujeres de Purdy, en Washington.
Su finalidad era realizar TAAC con personas discapacitadas, lo
cual permitía a las reclusas cuidar un ser vivo, aumentar
su autoestima, aprender un oficio y sentirse reinsertadas
socialmente al ofrecer estos perros a personas con
minusvalía (Zamarra, 2002).

En 1982 Earl Strimple, comenzó a implementar un
programa llamado PAL, en la prisión de Lorton
(Washington).

En el año 1987 se crea la Fundación Purina
que promueve el papel de los animales de compañía
en la sociedad,
mediante la campaña antiabandono de animales y el apoyo
para implementar programas de
TAAC, dirigidos a persona marginadas, ya sea por edad, delincuencia,
capacidades o enfermedad. A cambio de la ayuda que brinda esta
institución, se solicita a los centros beneficiados que
evalúen los resultados de las intervenciones con animales
y que compartan sus descubrimientos en los Congresos realizados
por la fundación. Las personas que componen su
Comité Organizador son Catedráticos de
Psiquiatría, Psicología y Veterinaria de
las Universidades de Barcelona, Madrid,
Navarra, Sevilla y Valencia. Además, la Fundación
dispone de un fondo editorial distribuido en las Bibliotecas de
Facultades de diversas Universidades y en la del Museo de
Ciencias
Naturales de Madrid. Dicha fundación publica una
revista
llamada Amigos (Zamarra, 2002).

En 1990 se creó La Fundación ONCE del
perro-guía, la cual pertenece a la Federación
Internacional de Escuelas de Perros Guía (Zamarra,
2002).

En 1991 Anderson y col, publica "Propietarios de
mascotas y factores de riesgo de enfermedades
cardiovasculares" (Medical Journal of Australia 157 (5):
298-301 citado en Zamarra, 2002). Dicho estudio se realizó
con 6.000 pacientes y se observó que los que tenían
mascotas mostraban menores cifras de tensión arterial,
colesterol y triglicéridos (sobre todo en mujeres de
más de 40 años).

Además en el año 1991 se evidenciaba que
hay menos problemas de salud en el primer mes después de
adquirir una mascota, lo cual se mantiene hasta 10 meses,
según el estudio de James Serpell en el Reino Unido
"Efectos beneficiosos en los propietarios de mascotas en varios
aspectos de la salud y comportamientos humanos" (Journal of the
Royal Society of Medicine 84 (12): 717-720 citado en Zamarra,
2002). Entre otras cosas, aumenta la autoestima y se realiza
más ejercicio.

En ese mismo año en el primer congreso
internacional: El hombre y
los animales de compañía, beneficios para la salud;
laurel Redefer, presentó los resultados de una investigación con niños autistas
acompañados de un perro.

La Sociedad para la Prevención de la Crueldad en
Animales de EE.UU., continúa realizando un programa de
Terapia Asistida con Animales que comienza en el año 1981
y visita 20.000 pacientes al año. Se realiza con
entrenadores voluntarios que realizan en promedio de una a tres
visitas al mes y tienen lista de espera. En 1993 ya había
7.000 perros terapeutas en el Reino Unido (Zamarra,
2002)

En 1993 en el segundo congreso internacional: El hombre
y los animales de compañía, beneficios para la
salud, se presentaron los resultados de una investigación
con niños con problemas de conducta, hiperactividad y
DDH.

Ese mismo año la Fundación Purina
fundó el primer programa con animales de
compañía para la rehabilitación y la
integración de internos en varias prisiones
españolas.

En el año 1995 Ian Robinson señala que la
compañía de mascotas presenta beneficios en los
indicadores
psíquicos de estrés, como la HTA o la ansiedad,
disminuyéndolos significativamente (Zamarra, 2002).
Además se establece el primer programa de terapia con
animales para personas de la tercera edad de la Residencia Gent
de Reus, en Tarragona.

En el año 1998 se lleva a cabo la 8ª
Conferencia
Internacional de Interacción entre Hombre y Animales en
Praga, en la cual interviene la Dra. Karen Allen, de la Universidad de
Nueva York. En este año el 32% de los psiquiatras de
Estados Unidos, emplean animales de compañía como
complemento en sus terapias psicológicas. (Zamarra,
2002).

En 1999 se inauguró la escuela de
perros-guía de la ONCE en Boadilla del Monte. Este es un
centro de adiestramiento de
perros para personas ciegas en Europa, con una
capacidad de adiestramiento de más de un centenar de
perros al año (Zamarra, 2002).

En el 2004 se celebró en Barcelona el VI Congreso
Internacional "Animales de compañía, fuente de
salud" de la Fundación Affinity. En las diferentes
conferencias y mesas redondas participaron prestigiosos
profesionales de España y
de otros lugares del mundo.

En la actualidad la Fundación Purina realiza
diversos programas de Terapia Asistida con Animales, dirigidos
principalmente a personas con dificultades en las relaciones, con
cuadros confusionales (alzheimer,
demencias, esclerosis múltiple), con alteraciones del
desarrollo, discapacitados físicos y psíquicos,
entre otros (Arnaiz, 2005).

3.2 Conceptos relevantes

Es necesario aclarar los conceptos involucrados en la
Zooterapia, ya que se tienden a confundir.

  1. Zooterapia es definida como un tratamiento con
    fines terapéuticos que incluye el empleo de
    animales para mejorar las condiciones de salud
    psíquicas y físicas de pacientes
    (Rodríguez, 2005). Además se define como un
    programa de metodología psicoeducativa que incluye
    asistencia animal, con una metodología
    determinada.

    Rodríguez (2005), las define como procesos
    con un objetivo establecido en el que un animal especialmente
    entrenado es parte integral del tratamiento.

    Por otra parte Jofré (2005), la define como
    un programa de intervención, dirigido por un miembro
    del equipo de salud especialmente capacitado, donde un animal
    que reúne condiciones físicas y sociales, forma
    parte integral de un proceso de rehabilitación o
    tratamiento.

  2. Terapias Asistidas con Animales (TACA) son
    definidas por la literatura
    anglosajona como intervenciones en las que un animal es
    incorporado como parte integral del proceso de tratamiento, con
    el objetivo directo de promover la mejoría en las
    funciones físicas, psicosociales y/o cognitivas de las
    personas tratadas y las cuales deben ser dirigidas por un
    especialista en TAA (Zamarra, 2002)
  3. Actividades Asistidas con Animales (AAA) son
    intervenciones con animales sobre la motivación, culturales y recreativas en
    las que se obtienen beneficios para incrementar la calidad de
    vida de las personas. Se da en diversos ambientes por un
    entrenador especializado en AAA, que puede ser un profesional o
    un voluntario que posea y aplique conocimientos sobre la
    interacción entre animales y humanos (Zamarra, 2002). En
    otras palabras consisten en visitas informales de mascotas a
    una persona o grupo de personas, en que dichos encuentros no
    siguen un modelo fijo
    ni preestablecido (Rodríguez, 2005).
  4. Pet Therapy es una terapia en la cual se
    emplean diferentes especies de animales para la
    recuperación o el mantenimiento de la salud humana, a
    través de una relación interpersonal.
  5. Hipoterapia o Terapia con Caballos es definida
    por el National Center for Equine Facilitated Therapy (NCEFT)
    de EE.UU., como una forma especializada de terapia
    física que emplea equinos en el tratamiento de
    desórdenes del movimiento
    asociados con diversas patologías, tanto
    neurológicas como neuromusculares (Retamal &
    Hargreaves, 1999).
  6. Equinoterapia o Rehabilitación Ecuestre
    es un método terapéutico y educacional
    que utiliza el caballo dentro de un abordaje
    multidisciplinario en las áreas de la salud,
    educación y equitación; buscando el desarrollo
    biopsicosocial de personas portadoras de discapacidad y/o
    necesidades especiales.

    Asimismo Rodríguez (2005), la define como una
    técnica por medio de la cual se busca lograr un
    bienestar en el paciente mediante el contacto con
    delfines.

  7. Delfinoterapia es definida como un procedimiento
    terapéutico basado en un trabajo
    dirigido al paciente, no solo dentro sino que también
    fuera del agua, el
    cual se relaciona con las características de tolerancia
    y apertura de los delfines.
    (Retamal & Hargreaves, 1999).
  8. Visitas programadas con animales de
    compañía
    son programas en el que un
    número de personas voluntarias recurren con su mascota a
    un centro o residencia de salud, con el fin de realizar un
    intercambio relacional con los residentes o pacientes del
    centro en cuestión.
  9. Animales de compañía son
    animales utilizados para acompañar a las personas que
    los poseen, no obteniéndose de ellos en general,
    beneficio económico alguno, y que además
    necesitan que se les dispense una serie de cuidados,
    considerándose en muchos casos como un miembro de la
    familia (Salama, 2003).

3.3 Descripción

La Zooterapia permite elaborar un dispositivo
terapéutico específico, que se basa en la
interacción entre los seres humanos y los animales, la
cual ayuda en la rehabilitación y a mejorar la calidad de
vida, ya que el contacto con los animales provee de una fuente
inagotable de estímulos.

Funciona a base de la interacción entre el
paciente y el animal elegido. La constancia, la presencia de un
terapeuta y el acercamiento a la naturaleza y
el instinto animal, permite que el ser humano se reconcilie con
su propio instinto y despierte su propia intuición. A
partir de señales
producidas entre el animal, el paciente y el terapeuta se produce
una mejora en las relaciones de las personas, tanto consigo
mismas, como con los demás.

Cientos de estudios en todo el mundo están
utilizando metodológicamente las terapias facilitadas con
animales para mejorar la conducta y los problemas emocionales en
personas deprimidas, ancianos, esquizofrénicos,
epilépticos, ciegos, sordos y pacientes en
rehabilitación. Todo esto debido a que la
interacción entre los animales y los humanos ayuda al
proceso de rehabilitación y mejora la calidad de vida de
los pacientes.

Isabel Salama (profesora Honoraria del Departamento de
Psiquiatría de la Universidad Autónoma de Madrid y
especialista en Terapia Asistida con Animales), señala que
los animales permiten tranquilizar el inconsciente del paciente,
evitando que se ponga en contra de su sistema intelectual. Es
decir, debido a que gran parte de la neurosis, se
relaciona con el confrontamiento entre el sistema emocional e
intelectual de los seres humanos, la zooterapia elude que los
deseos e impulsos del paciente entren en conflicto con la
racionalidad, y por lo tanto se generen sentimientos de culpa,
depresiones, ansiedad y dolencias graves.

Los animales que intervienen en un proceso
terapéutico son denominados coterapeutas. Estos
coterapeutas forman parte importante en las sesiones, ya que
facilitan la obtención de información necesaria del
paciente.

El cambio terapéutico se produce a través
de señales subliminales de los animales que se comunican
directamente con nuestro inconsciente, además inducen un
estado alterado de conciencia curativo y sano. Los animales
trasmiten su sensibilidad hacia el estado de
ánimo del paciente, ayudan a destruir las corazas
defensivas y a conocerse mejor a sí mismos (Estivill,
1999).

La zooterapia es considerada un eficiente complemento de
los tratamientos médicos o psicológicos
tradicionales, puesto que los efectos se obtienen en un menor
tiempo que en una terapia o tratamiento convencional. Es un tipo
de estimulación distinta y más natural, donde el
trabajo con el lenguaje no
verbal es importante, al igual que el trabajo con la postura del
cuerpo.

En la actualidad, los animales que se pueden integrar en
las diversas modalidades de Zooterapia son perros, caballos,
delfines, animales de granja y todas las especies que se
encuentran en los zoológicos.

La Zooterapia es realizada por un equipo
multidisciplinario, en que se integran profesionales de la salud,
tales como: Psicólogos, kinesiólogos,
médicos, entre otros. Además de Veterinarios,
adiestradores profesionales y auxiliares.

El profesional de la salud debe dirigir las diversas
actividades que se despliegan durante las sesiones del
tratamiento, de acuerdo a las características de los
pacientes y a las demandas que surjan. Dichas actividades, se
desarrollan en un tiempo limitado y se basan mayormente en el
juego, complementadas con caminatas junto al animal.

Este tipo de terapia no produce efectos secundarios
indeseables, siempre y cuando el animal sea sano, tanto
física como psíquicamente y salvo accidentes,
que siempre pueden ocurrir. Además, permite abordar
diversas patologías y problemáticas, ya que se
trabajan con pacientes de todas las edades. Puede usarse para el
tratamiento de niños con retraso mental o trastornos
generalizados del desarrollo, tales como: el autismo.

Los objetivos o fines que se establecen en Zooterapia,
son traducidos en efectos terapéuticos positivos y son
clasificados de la siguiente manera:

1. – En el aspecto físico:

  • Mejora de la motricidad fina.
  • Mayor dominio corporal.
  • Mejor manejo de una silla de ruedas.
  • Facilitación del equilibrio al estar
    parados.
  • Reducción de la presión
    arterial.

2. – En el aspecto psíquico:

  • Aumento de la interacción verbal entre los
    integrantes de un grupo.
  • Incremento de la capacidad de prestar atención
    o la concentración en una tarea.
  • Ofrecimiento de momentos de esparcimientos o recreación.
  • Mejora de la autoestima.
  • Reducción de la ansiedad, estrés o
    depresión.
  • Logro de una mayor autonomía y confianza en
    sí mismo.

3. – En el aspecto educativo:

  • Mejora de la comunicación verbal y no
    verbal.
  • Desarrollo del lenguaje y
    ampliación del vocabulario.
  • Incremento de la capacidad de atención y
    concentración.
  • Proveer una ayuda para ejercitar la memoria
    de corto y largo plazo.
  • Mejorar el
    conocimiento de las nociones de tamaño, color, entre
    otros.

4. – En el aspecto social:

  • Favorecer el deseo de comprometerse en una actividad
    grupal.
  • Mejora de la interacción con otras personas y
    con el mundo exterior.
  • Mejora de la interacción con el equipo de
    profesionales.
  • Desarrollo de la conciencia sobre otro.
  • Crear conciencia sobre el sentido de responsabilidad
    a través del cuidado constante de una
    mascota.
  • Aumento de los niveles de ejercicio.

5. – En el aspecto emocional:

– Facilitar la expresión y el control de los
sentimientos.

Desde el aspecto científico se explica el
fenómeno de la Zooterapia como un tratamiento que induce
la liberación de endorfinas, lo cual genera sensaciones
de tranquilidad que distencionan y gratifican los procesos
mentales del ser humano.

Dichos efectos se presentan con mayor intensidad en
los niños, puesto que predomina en ellos el pensamiento
afectivo por sobre la racionalización y el control de
los impulsos instintivos primarios, propios de los adultos. No
obstante, tanto niños, como jóvenes, adultos y
ancianos pueden beneficiarse de este tipo de
terapia.

Además, se ha señalado que las funciones
corporales y el estado psíquico se encuentran
estrechamente vinculados, por lo que diversas enfermedades
orgánicas y la resolución de las mismas, son
consecuencia de múltiples procesos mentales. El sistema
inmune modula el accionar de la mayoría de las
patologías, según el estado mental del paciente.
Por lo tanto, el principal beneficio de la interacción
entre las personas y los animales, radica en los estados de
alegría, tranquilidad y optimismo que esta puede
provocar, lo cual facilita la recuperación
orgánica de cualquier enfermedad.

Los principales efectos orgánicos que provoca la
Zooterapia son:

  1. Estimulación de la producción de células,
    endorfinas y hormonas.
  2. Permite la distracción de los dolores y
    estados depresivos de los pacientes, mediante la
    entretención brindada.
  3. Facilita la interacción entre las personas,
    disminuyendo la sensación de soledad.
  4. Favorece la autoestima de los pacientes, mediante el
    ejercicio, la actividad, la alegría y el
    optimismo.

3.4. Beneficios de la Zooterapia

Los beneficios de la Zooterapia o Terapia Asistida por
animales han sido evidenciados por diversos estudios
científicos.

  1. En niños y adolescentes se ha observado que estimula el
    desarrollo psicomotor y del lenguaje. Permite una mejor
    comunicación no verbal, aumenta los niveles de
    autoestima, popularidad y competencia social. Además presenta una
    serie de ventajas para niños con discapacidades
    físicas o psíquicas, trastornos emocionales,
    jóvenes delincuentes, niños autistas o alumnos
    con necesidades educativas especiales (Zamarra,
    2002).

En pacientes pediátricos la presencia de mascotas
reduce los niveles de ansiedad y estrés durante los
procedimientos dolorosos, desvía la atención de los
niños y los padres hacia los animales, mejora las relaciones
interpersonales con el equipo de salud y promueve el
autocuidado (Jofré, 2005).

En personas mayores permite protegerlas de estados de
soledad, les proporcionan risa e incrementan la actividad
física y el desarrollo muscular. Les permite sentirse
útiles por tener a alguien a quien cuidar, ser
independientes, optimizar su atención y la percepción
y mejorar su comunicación verbal (Zamarra,
2002).

Los estudios demuestran que en hogares de ancianos,
mejora la depresión, disminuye el sentimiento de soledad y
caminar junto a la mascota estimula la actividad física (
Jofré, 2005).

En la salud mental, la
Zooterapia presenta beneficios importantes, por ejemplo en las
unidades psiquiátricas con adultos depresivos permite
disminuir las tasas de suicidios y el tiempo de ingreso en
hospitales psiquiátricos. En las personas adultas con
retraso mental se ha observado un aumento del vocabulario oral
comprensible, en la comunicación no verbal y en la motivación (Zamarra, 2002).

En los minusválidos físicos, es importante
el papel que cumplen los animales, ya que los acompañan y
les facilita las relaciones sociales.

En centros penitenciarios se ha observado que reduce la
violencia y
los comportamientos antisociales, suicidios y adicción a
las drogas.
Además mejora la relación entre los internos y con
los funcionarios de la prisión. Mejora la autoestima,
permite desarrollar sentimientos de compasión, paciencia y
confianza y facilita la reinserción, mediante cursos de
formación ocupacional para internos.

En casos de víctimas de abusos y maltrato, y en
el caso de jóvenes que maltratan animales se trabaja
Terapia Asistida por Animales de Compañía para
frenar el aumento de generación de la violencia (Zamarra,
2002).

Jofré (2005) señala que la
interacción mascota-paciente puede incidir en la salud
psíquica y cardiovascular, en el apoyo e independencia de
discapacitados (animales de servicio) en el desarrollo psicomotor
del niño, y en la autovalía, mejoría del
ánimo y estimulación motora de los ancianos.
Además aumenta la concentración plasmática
de endorfinas, ocitocina, prolactina, dopamina y disminuye la
concentración plasmática de cortisol (sustancias
que influyen en el estado de ánimo y conducta).

Rodríguez (2005), señala que la Zooterapia
produce los siguientes beneficios, tanto para niños como
para adultos:

  • Empatía: Incrementa la capacidad de entender a
    otra persona e identificarse con ella.
  • Enfocarse hacia el exterior: Permite que las personas
    con enfermedades mentales o baja autoestima se conecten con su
    entorno y no sólo con sus problemas.
  • Crianza: Permite desarrollar la habilidad de
    participar en el crecimiento y desarrollo de otro ser viviente,
    mediante el cuidado de un animal.
  • Rapport: La relación con el animal permite
    superar las resistencias
    iniciales del paciente, al proyectar hacia el terapeuta el
    cariño que le genera la mascota.
  • Aceptación: Permite que las personas se
    acepten a sí mismas, ya que los animales los aceptan tal
    como son.
  • Entretenimiento: Los animales permiten disminuir
    sentimientos de soledad y brindan alegría, puesto que su
    presencia es entretenida.
  • Socialización: Los animales favorecen la
    socialización entre los pacientes, sus familias y los
    médicos y brindan un espacio agradable de
    conversación.
  • Estimulación mental: Los animales son una gran
    fuente de estimulación, debido a que aumentan la
    comunicación con otras personas, evocan recuerdos y son
    una fuente de entretenimiento.
  • Contacto físico: Mediante el contacto
    físico con los animales se favorece el desarrollo de
    relaciones sanas y maduras.
  • Beneficios fisiológicos: Permiten que el
    paciente se relaje, disminuya la frecuencia cardiaca y la
    presión arterial.

Por otra parte, cabe señalar que los beneficios
de la zooterapia, han sido clasificados de la siguiente
forma:

  1. – Reducción de la presión
    arterial.

    – Fortalecimiento de los
    músculos.

    – Recuperación de los enfermos
    cardíacos.

  2. Aspecto físico:
  3. Aspecto mental:
  • Reducción de la ansiedad y el
    estrés.
  • Estimulación de la memoria
    próxima.
  • Mejora del estado de ánimo.
  1. Aspecto social:
  • Facilitación de la interacción con
    otras personas.
  • Mejora en la socialización.
  • Estimulación de la
    comunicación.
  • Acompañamiento.

Los beneficios indirectos de la Zooterapia
son:

  1. Tanto las familias, como el personal médico de
    las instituciones que la realizan, pueden ser
    beneficiados.
  2. A través de las actividades se puede educar y
    crear conciencia en las personas, acerca de las necesidades y
    responsabilidades que significan el buen trato con los
    animales.
  3. Los animales que participan en la terapia son
    tratados y
    mantenidos en las mejores condiciones, además de recibir
    el cariño de todas las personas que lo
    rodean.
  4. Las personas implicadas en la Zooterapia, sienten la
    gratificación de desarrollar actividades de ayuda
    social.

Indicaciones

La Zooterapia puede beneficiar a cualquier tipo de
persona, no obstante es indicada en personas que presenten alguno
de los siguientes trastornos o enfermedades:

  1. Discapacidad física o
    psíquica.
  2. Hipertensión.
  3. Estrés.
  4. Autismo.
  5. Psicosis.
  6. Depresión.
  7. Crisis existenciales.
  8. Rehabilitación por accidentes.
  9. Toxicomanías.
  10. Problemas en las relaciones sociales.
  11. Problemas de aprendizaje.
  12. Problemas de conducta.

3.5 Modalidades Principales

Por lo general, se describen tres modalidades
importantes para trabajar con animales: La Hipoterapia,
Delfinoterapia y las visitas programas con animales de
compañía.

En dichas terapias se trabaja normalmente con personas
enfermas o discapacitadas. No obstante, se han realizado trabajos
con animales de tipo preventivo, dirigiéndolas a personas
sanas, con estrés o sometidos a labores
rutinarias.

  1. 3.5.1 Hipoterapia

Antecedentes Históricos

El ser humano desde
siempre ha tenido una relación muy estrecha con los
caballos. Desde su domesticación en el año 3000 a.
C., ha sido útil como alimento, animal de carga, medio de
transporte,
herramienta de trabajo, arma de guerra en
batallas, e incluso se ha utilizado para practicar deportes.

En tiempos remotos, los griegos aconsejaban practicar
equitación para mejorar el estado anímico de los
enfermos incurables. Incluso Hipócrates, el padre de la
medicina,
hablaba del saludable trote de los caballos en el año 460
a. de C.

En el siglo XVII, la medicina empleaba la
equitación como método para combatir la gota,
enfermedad importante de aquella época.

En 1875 el neurólogo francés Chassaignac
descubrió que el movimiento del caballo puede mejorar el
equilibrio, el funcionamiento de las articulaciones y
el control muscular de los pacientes. Además se
descubrió que montar un caballo mejoraba el estado de
ánimo y beneficiaba a los pacientes parapléjicos y
con trastornos neurológicos (Rodríguez,
2005).

Posteriormente, en la década de 1960 se
desarrolla la terapia Asistida por Caballos en Alemania, la cual
se extiende por toda Europa hasta los Estados Unidos.

Urra (2003), señala que la "Hipoterapia
Clásica" de Europa es un reflejo del modelo alemán,
el cual se constituye fundamentalmente por el movimiento del
caballo y la respuesta del paciente.

En Chile, en el año 1986 la kinesióloga
alemana Renate Bender comienza a aplicar la terapia asistida con
caballos en instalaciones del Ejército de Chile (San
Bernardo) y en los campos deportivos de la Universidad
Católica de Chile.

En el año 1988 se realiza en Toronto el Congreso
Internacional de monta Terapéutica, en el que se propone
dividir la Equinoterapia en las siguientes tres
áreas:

a) Hipoterapia.

b) Monta Terapéutica.

  1. Equitación como deporte para
    discapacitados.

Posteriormente en 1992 se funda la Sociedad Chilena de
Kinesiterapia e Hipoterapia por Renate Bender y Ronald Wilins que
al trasladarse a la Comuna de Las Condes, pasó a llamarse
Corral Benedictinos.

En 1995 el Fondo Nacional de la Discapacidad (FONADIS),
aprueba en Chile el primer proyecto de
Hipoterapia para beneficiar a 40 niños y jóvenes
con discapacidad.

En 1996 la Municipalidad de las Condes (Chile), comienza
a implementar el primer proyecto de Hipoterapia en la comuna.
Posteriormente y debido a los buenos resultados obtenidos en
dichos programas realizados se decide la creación de un
programa permanente a desarrollar en todo el país, en los
diferentes Centros Ecuestres del Ejército o de Carabineros
de Chile, con el fin de ampliar la posibilidad de
rehabilitación de la mayor cantidad de personas
discapacitadas.

En el 2001 se realiza en la comuna de la Reina, el
primer Congreso de Hipoterapia por el Club Ecuestre La
Reina.

En el año 2002 se realiza en Talca (Chile), la
primera actividad de Capacitación en Equinoterapia reconocida
por el Ministerio de Educación a través del
Servicio Nacional de Capacitación y Empleo (Sence) por
intermedio del Organismo Técnico especializado en
Capacitación (OTEC), Capeduc Ltda.

Descripción

La diferencia fundamental entre Equinoterapia e
Hipoterapia, radica en la autonomía que pueda tener el
paciente con relación al caballo. En la Equinoterapia el
paciente presenta autonomía, ya que se busca controlar al
caballo, guiarlo independientemente, hacer ejercicios y competir.
Esta terapia ayuda en varios tipos de discapacidades
especialmente en lo psicológico y emocional.

En la Hipoterapia, en cambio, el paciente no puede
realizar la terapia sin el apoyo de otras personas, ya sea por
incapacidad física o mental. Consiste en un tratamiento
médico para ayudar a resolver problemas físicos y
emocionales de cada paciente.

Cada una de las áreas se dirige a diferentes
formas de discapacidad y emplean estrategias
terapéuticas y pedagógicas. Además implican
la integración de cuatro ámbitos profesionales: la
medicina, la pedagogía, la psicología y el
deporte. Por lo tanto, la Hipoterapia es considerada un conjunto
de métodos
mediante los cuales se logra rehabilitar a personas
discapacitadas, empleando al caballo como terapeuta (Urra,
2003).

La Hipoterapia puede ser pasiva o activa. La pasiva se
refiere al trabajo con patologías muy severas, tales como:
pos-coma, parálisis cerebral severa, esclerosis
múltiple avanzada, accidentes cerebro vascular
severo, y por lo tanto no se cuenta con una respuesta evidente de
parte del paciente.

El movimiento del andar en caballo es rítmico,
variable y repetitivo y provoca oscilaciones de avance,
retroceso, elevación, descenso, desplazamiento y
rotación. Dichos movimientos tienen un impacto en el
cuerpo sin movimiento del paciente, similar a la cantidad de
movimientos que realiza una persona al caminar, lo cual
varía de acuerdo a la intensidad del paso del caballo
(Rodríguez, 2005). Dichos movimientos son un instrumento
útil para la rehabilitación neuromotora, por su
desplazamiento dentro del hábito adecuado y el impacto
emocional que produce montarlo.

Antes de comenzar el tratamiento de Hipoterapia se
realiza una evaluación
de la afección del paciente, con el fin de conocer su
grado de lesión y sus antecedentes médicos.
Posteriormente, el equipo encargado de la terapia debe asegurarse
de que el paciente pueda montar el caballo, prever los posibles
efectos secundarios, escoger el caballo a montar y las
actividades a realizar para establecer un plan de
trabajo.

Al comenzar el tratamiento se requiere que el paciente
se familiarice con el caballo y se contacte con él, ya que
deben empezar un proceso de reconocimiento mutuo, lo cual puede
durar una o dos sesiones. Además se incluyen actividades
del cuidado del caballo, tales como: alimentación,
cepillado o limpieza del establo.

El profesional encargado debe ubicar al paciente sobre
el caballo y ponerlo en diferentes posiciones para que se active
la circulación sanguínea, se mejore el equilibrio y
el sentido espacial. El cuerpo del paciente recibe todos los
movimientos de los músculos anteriores y posteriores, lo
cual estimula su organismo.

Las primeras sesiones tendrán una duración
desde 15 a 30 minutos, dos o tres veces por semana. A medida que
el paciente mejora, los tiempos se ampliarán, llegando a
sesiones de una hora.

Los pacientes que se pueden beneficiar de este tipo de
terapia, son aquellos niños, jóvenes y adultos que
presenten alguna de las siguientes enfermedades o
trastornos:

  1. Autismo.
  2. Epilepsia.
  3. Parálisis cerebral leve y mediana.
  4. Esclerosis múltiple.
  5. Espina bífida.
  6. Distrofia muscular.
  7. Retraso mental.
  8. Mal de Alzheimer.
  9. Síndrome de Down.
  10. Hiperactividad.
  11. Síndrome de Rett.
  12. Síndrome de West.
  13. Síndrome de Joubert.
  14. Enfermedades degenerativas o traumatológicas
    (artritis, artrosis).
  15. Bulimia o anorexia.
  16. Estrés.
  17. Depresiones.
  18. Problemas de aprendizaje en menores.
  19. Alcoholismo o drogadicción.
  20. Conductas psicóticas.
  21. Problemas ortopédicos o
    reumatológicos.
  22. Secuelas de accidentes.
  23. Déficit cognitivos y sensoriales.
  24. Asma y alergias.

Partes: 1, 2, 3
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