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La misión del hombre actual (página 4)



Partes: 1, 2, 3, 4

Así, como el deporte es algo bueno para
la humanidad, también existen otros aspectos que merecen
una mención especial, y a pesar de las limitantes, me
atrevo a enunciar en forma muy personal una
palabra sobre el complejo problema de las drogas.
Las drogas
psicoactivas, hoy por hoy, se han convertido en un azote
para la humanidad en general. Hasta hace poco tiempo, era
un fenómeno que se presentaba en las sociedades
desarrolladas, con un nivel cultural alto y una posición
económica estable. Hoy, la droga es una
plaga que ataca a todas las sociedades humanas, ricos y pobres;
prácticamente la humanidad está inerte ante dicha
problemática, porque el post-capitalismo,
en su acción dinámica y procedimental, ha hecho que
alrededor de las drogas se
muevan inmensas sumas de dinero,
así como se mueven billones de dólares en el
mercado
abierto y negro del tráfico de armas. Las
políticas antidrogas que se implementan y
que consisten en la feroz represión de la producción, sin atacar la demanda, es
miope e injusta, especialmente, para las comunidades pobres
donde se produce el alcaloide, porque dichas comunidades no
poseen otro medio de supervivencia, y el teatro de
operaciones
está lejos de los policías y "conciencias" de
aquellos que ávidamente las consumen; fenómeno
mundial que es combatido a sangre y fuego
en Colombia,
Perú y Bolivia,
pero que donde se fabrican los precursores químicos para
la elaboración del alcaloide, y donde se queda la mayor
cantidad de dólares fruto de esta actividad criminal, no
se hace prácticamente nada; para sustentar lo anterior,
basta preguntar que pasó con el coronel y su esposa de
la embajada gringa en Colombia que fueron sorprendidos in
fraganti enviando la última valija diplomática
repleta de cocaína?, por favor, cerciórese de
la verdad por su propia cuenta, ahí hay un ejemplo para
el mundo!. El castigo que le dieron al coronelito, del
ejército más poderoso del mundo, es una bicocada
comparado con la pena que le toca purgar a una mula colombiana
que es descubierta con bolsas de cocaína en su
hambriento vientre. Luego, es claro advertir que al respecto
existe una doble moral de
parte de las sociedades consumidoras, pues allí radican
los centros financieros del mundo, que lavan bien blanco. Ni
que decir, de los paraísos fiscales y el secreto
bancario, es probable que algún día no muy
lejano, se lograra la conquista de eliminar dicho secreto y se
obligue a la repatriación de los capitales robados de
una manera u otra a los estados pobres, como: el reembolso de
las altas tasas de
interés pagados por la deuda externa,
que devuelvan con intereses lo que se robaron en la conquista y
colonia, el dinero que ha producido el narcotráfico, los recursos de la
corrupción patrocinada por los
países del primer mundo y lo producido por el
tráfico de armas a estos países; porque es
allí en el primer mundo donde se alienta, fomenta,
alimenta y crece las diversas clases de terrorismo y
violencia
contra los países pobres, porque existe la complicidad
financiera del primer mundo, pues dichos entes internacionales
del capital se
toman por la fuerza,
llámese violencia, el pan de la mesa de los
pobres.

Por eso, las soluciones a
las diversas problemáticas mundiales no son tan
sencillas, ni el planteamiento de los problemas,
aunque evidentes, no son los más claros, en cuanto que
el tejido social de dichos fenómenos anormales rebasa el
simple análisis que pueda hacer una mente
desprevenida. Análisis que si, desapasionadamente se
acerca a la auténtica realidad de los hechos, no
tardará en recibir de quien corresponda los
calificativos de mentiras o calumnias, cuando no, que provienen
de sujetos perturbadores de la "paz" y el "orden" mundial. Por
eso, la solución a muchos problemas de las sociedades
del tercer mundo y los desheredados del primero, pasa por la
reeducación de los más poderosos, civilizando al
mundo desarrollado, resocializándolos para que la
marginalidad,
la pobreza y la
falta de oportunidades de nuestras gentes no siga siendo
generada allá, en oficinas impecablemente adornadas con
el irresistible polvo blanco en la mesa. Dichas soluciones
pasan por cambiar en algo el pragmatismo
anglosajón y la famosa ética
económica calvinista que, de una u otra manera, son
factores generadores de violencia alrededor del mundo. Para que
dichas sociedades no se crean predestinadas a ser superiores ni
moral ni culturalmente, ni se crean los dioses de este mundo
con la potestad de decidir los destinos de la humanidad hasta
en los más mínimos detalles, de tal manera, que
cambie en algo la situación de las mega ciudades del
tercer mundo con sus cinturones de miseria, donde en dicha
favelas y barriadas miserables, las únicas opciones de
supervivencia como el narcotráfico, el sicariato, la
delincuencia
común y la prostitución
infantil
, desaparezcan.

Es de anotar, además que el fenómeno del
narcotráfico se ha hecho aliado del terrorismo por los
inmensos recursos que maneja y no se puede dejar de mencionar
el poder
corruptor del mismo, sabiendo, de antemano, que uno de los
postulados del gran capitalismo es la acumulación de
riqueza sin importar como se obtenga.

Parece que existiera un consenso en círculos
intelectuales e incluso políticos, de que
las drogas al igual que el alcohol en
su momento histórico, si no se legalizan no se pueden
combatir exitosamente. Pero, lo que he hecho, anteriormente, es
mencionar por encima la gran problemática que padece la
sociedad
occidental en lo relacionado con las drogas y no puedo omitir
esgrimir las verdaderas causas del fenómeno: como es la
inmensa insatisfacción existencial de esta sociedad
actual, concretamente de la juventud,
donde la ausencia de valores y
verdaderos ideales hace que ese vacío existencial pueda
ser llenado con algo que viene de fuera, que ese vacío
interior pueda acallarse con el mundo fantasioso e irreal de
las sensaciones artificiales que producen las sustancias
psicoactivas, no sólo de las drogas, sino el cigarrillo,
el alcohol, las modas y el hedonismo en general. Al hombre que
cae en el paraíso artificial (infierno) de la
drogadicción le es casi imposible salir de
ahí, y si puede liberarse de dicha enfermedad, los
daños y secuelas neurofisiológicas son
impredecibles, incalculables e irreversibles, para las futuras
generaciones.

Al igual que la anterior problemática, no puedo
continuar, sin decir una palabra sobre el terrorismo. El mundo
actual se conmueve ante un fenómeno como el terrorismo.
Pero esta sociedad no se pregunta a conciencia
cuál ha sido el modelo de
hombre que ha querido formar, y como quiere que se le recuerde
sagradamente en los siglos venideros (si es que existe el
hombre!?). El terrorismo, sin pretender justificarlo en
ningún momento, puede ser una consecuencia de una serie
de causas concatenadas donde a simple vista se pierde,
fácilmente, el hilo del análisis, y aparece ante
nuestros ojos un fenómeno que se puede llegar a percibir
y explicar, a partir de premisas a-priori y evidentes, sin
mayor reflexión y análisis, que lo que se pueda
hacer según las circunstancias que en forma inmediata
motivan o rodean los hechos. Miopía sería pensar,
que existe sólo una forma de terrorismo y por lo tanto
condenable. Para nadie es un secreto que la injusticia, el
hambre, las enfermedades, la pobreza, la
ignorancia, las desigualdades sociales y otras plagas son
auspiciadas por un sistema
capitalista injusto, que también es una forma de
terrorismo, condenable como el otro, pero que los grandes polos
de poder tanto político, económico, cultural,
social y religioso, no quieren reconocer como tal y por lo
tanto no se le busca solución, y de esa manera es
probable que ese caldo de cultivo del terrorismo que conocemos
como tal se manifieste colocando bombas o en
atentados de diversa índole, y la comunidad
internacional quiera curar la enfermedad cortando las ramas. La
violencia, en cualquiera de sus formas y manifestaciones se ha
de erradicar de la faz de la tierra.
La vigencia de los derechos universales del
hombre, en sí de los derechos humanos, es un imperativo
moral para todos, sin importar su lengua,
pueblo, raza, religión o que se
yo. Ha de existir claridad que no es por falta de teoría, por lo que las sociedades humanas
actuales no son más justas; pues la teoría existe
y de sobra; lo que hace falta es el propósito universal
para llevar a cabo estos proyectos o
sueños que hace rato esperan y que por diversas
circunstancias no se han hecho realidad, especialmente, por
falta de voluntad política.

La vigencia de los maquiavélicos postulados
capitalistas, y la perdida y ausencia de valores, ha hecho
germinar males y plagas propias de una pesadilla como el
monstruo de la corrupción. La poderosa
corrupción, que carcome a las sociedades actuales tanto
públicas como privadas, es un mal endémico que
afecta a los más pobres del mundo e impide la normal
inversión de recursos en infraestructura,
para elevar el nivel de vida de los pueblos menos
desarrollados. La jerarquía de valores del sistema
capitalista, que ha terminado por imponerse sobre la sociedad
en general, proclama que el hombre ha de enriquecerse, no
importa los medios,
trayendo como consecuencia lo anterior. La ambición sin
límites y el deseo infinito de poder,
hace que cada individuo
quiera enriquecerse a cualquier precio,
pasando por encima de sus propios principios (si
es que los tiene), es así como se explica, el
fenómeno del narcotráfico. Naturalmente, que sin
una concepción adecuada del hombre, queda espacio para
la ley del
más fuerte (anarquía), terreno ideal para que
nazcan y crezcan los problemas arriba enunciados y otros no
menos graves. En las sociedades
"democráticas-capitalistas" la corrupción va de
la mano del poder, y el poder corrompe, y el poder absoluto
corrompe absolutamente. El sistema capitalista, injusto por
naturaleza,
es corrupto por principio, donde su principal objetivo es
el lucro por encima de cualquier otro valor, lo
que ha hecho que en las sociedades capitalistas exista la
corrupción con un alto nivel de tolerancia en
todos los estamentos sociales. Explicable lo anterior, desde el
punto de vista educativo-cultural por la ausencia de una
jerarquía de valores que combatan la corrupción y
otros males; también se explica, desde el punto de vista
de la praxis del
hombre de hoy, por la inversión de valores, donde
sólo existen como tales los postulados capitalistas, y
estos tienen entre sus supuestos que el fin (enriquecimiento)
justifica los medios (ser corrupto) para lograr los objetivos
propuestos.

7. El sistema económico capitalista actual
deshumaniza al hombre .

Lo que aparece a continuación, en
términos generales, está dedicado a examinar el
aspecto económico, como una de las grandes variables
determinantes de la vida del hombre. Ese aspecto
económico, esa dimensión económica, no
está tratada desde el punto de vista del especialista o
experto en alta economía, si se le
puede llamar de esa manera, sino desde el nivel del sentido
común, desde el punto de vista de alguien que no sabe
tanto; empezamos hablando de la marginación
económica, el grado de pobreza y los bajos niveles de
educación que traen como consecuencia una
alta reproducción y sus secuelas.

El primer mundo ha ocasionado una marginación
sin precedentes en la historia de la humanidad.
Ese primer mundo, sigue los postulados del capitalismo y las
políticas del FMI que han
hecho que los países pobres, sean más pobres cada
día, Jeffrey Sachs en su fabulosa obra "El fin de La
Pobreza" está de acuerdo con Keynes, en
cuanto que las deudas impagables de los países son una
bomba de tiempo que pueden llegar a afectar a todos, y a causa
de ello sus economías estén estranguladas. La
marginación económica, los grados de pobreza y
los bajos niveles de educación generan la
explosión demográfica, ocasionando la extrema
miseria, sin ninguna posibilidad de crecimiento intelectual ni
emocional. Los problemas de la pobreza, el hambre, el analfabetismo y la carencia de servicios
públicos elementales son consecuencias de un sistema
económico injusto por principio, que hace que los
países del primer mundo sean desarrollados por siempre y
que al resto se les impida su desarrollo;
lo anterior, es explicable como estrategia del
gran capitalismo, situación que no debiera existir,
pues, supuestamente, estamos hablando que los países de
ese primer mundo son los más avanzados, son los
más civilizados; lo que sucede es que en la
cotidianidad, llegamos a confundir avance científico –
tecnológico, con progreso del hombre desde el punto de
vista humano; confundimos el avance de la ciencia,
con el perfeccionamiento del hombre desde el punto de vista
ético – moral, mental y espiritual, educativo y
cultural. En otra oportunidad, decía que, la humanidad
en el aspecto humano no ha avanzado, que estamos igual o peor
que hace 2000 años, que el hombre desde el punto de
vista de desarrollo humano es un cavernícola, es un
completo bárbaro, porque de que otra manera se explica,
que mientras un poco menos del 20% de la población mundial usufructúe
más del 80% de los recursos del planeta, y el resto de
la humanidad se mate por el 20% de los recursos de la tierra; por
eso, entre los objetivos inmediatos del nuevo hombre,
está el humanizar y civilizar al flamante primer mundo,
que vive en la abundancia, mientras el resto de la humanidad se
mata por migajas y está muriéndose de física hambre,
además de los problemas e injusticias que hemos venido
denunciando. Luego, ese hombre, desde el punto de vista humano
es un enano, no ha avanzado, no ha cambiado, no ha crecido en
humanidad, y lo peor de todo, es que tiene la sensación
de que sí lo ha hecho y está completamente
confiado en ello, cuando la verdad, es que parece un
fenómeno de la naturaleza, ha desarrollado aspectos que
le conciernen y ha olvidado aquellos que lo diferencian
esencialmente del reino netamente animal, porque ha confundido
el ser con el tener, y el avance
científico-tecnológico con desarrollo
humano.

Los privilegios del primer mundo no durarán
mucho tiempo, cuando en el mundo existan miles de millones en
situaciones infrahumanas alrededor del planeta. Las
élites económicas y políticas no han
querido reconocer, que la brecha que existe entre ricos y
pobres se amplía cada día más, que ese
fenómeno no se detiene, que un día esta
situación se volverá contra los privilegiados del
sistema económico y acabará con todo; esto,
debido a que la gran mayoría de la población
mundial trabaja en condiciones infrahumanas, para que unos
pocos vivan bien y en la opulencia, mientras que las grandes
masas se sumen en la miseria de por vida y de generación
en generación.

La distribución equitativa de la riqueza y
de la tierra no existe, la concentración de los recursos
económicos en pocas manos hace que un alto porcentaje de
la población mundial viva con el estómago
vacío. Si el desarrollo se da en unos pocos
países del mundo, los países que no pertenecen a
ese club están condenados a ser atrasados:
política, económica, religiosa y culturalmente,
sin que se vislumbre una solución real a dicha
problemática. Esta situación de subdesarrollo o injusticia mundial
institucionalizada, es tan antigua como compleja, tanto es
así que, en este momento, es casi imposible establecer
las causas que han llevado a estos países a semejante
estado. Los
países del tercer mundo o subdesarrollados, si antes lo
eran desde el punto de vista científico –
tecnológico y económico, ahora se le suman
más ingredientes que hacen que parezca imposible superar
dicho atraso. Ahora, es un subdesarrollo educativo y cultural,
técnico y científico. En pocas palabras, lo que
antes pareciera solucionable, ahora, es prácticamente
imposible que estos países se pongan a la par del primer
mundo, y, no son desarrollados porque no se les ha permitido
desarrollarse, decíamos, anteriormente, que pareciera
más una estrategia del gran capital, que una
situación simplemente resultante de la actividad
económica, que de todas maneras es una estrategia del
capitalismo.

Los problemas de la humanidad son complejos y uno de
ellos son las hambrunas por exceso de población. El
aumento de población parece un fenómeno
irreversible. Irónicamente, en los países en
donde existe más pobreza, más atraso cultural y
de todo orden, es donde más crece la población.
El hambre existe en el mundo, no por falta de recursos y
alimentos,
sino porque están mal distribuidos. La medicina ha
avanzado lo suficiente como para curar y prevenir la gran
mayoría de enfermedades, pero las epidemias siguen
presentes en las poblaciones más vulnerables, todo
porque es un artículo de lujo y el egoísmo del
hombre hace que la salud no llegue a todos
los que la necesitan. Es así que, se puede afirmar sin
temor a equivocarnos, que los diversos problemas que enfrenta
la humanidad, es más por falta de voluntad
política para solucionarlos, que por inexistencia de
recursos disponibles.

La competitividad global, es más miseria
para los países del tercer mundo. La competitividad
global, la internacionalización de la economía,
la
globalización, la economía de mercado y
demás términos afines, dinámica y
estrategia del post-capitalismo, no promete nada halagador para
los países con economías poco desarrolladas y
vulnerables como las del tercer mundo. Las aperturas
económicas, que se han venido dando en dichos
países, para garantizar la entrada de productos
fabricados más baratos en otras latitudes que los
nacionales, han llevado a la quiebra a
miles de empresas y de
paso han dejado sin empleo a un
porcentaje de la población activa, que oscila entre el
15% y el 20%, fenómeno que se traduce en menos capacidad
de compra de las masas, que a su vez reduce el consumo, y
así va creando el bumerang de las crisis y
depresiones económicas acertadamente profetizadas por
Marx. En
términos reales, la globalización de la economía es
para beneficiar a las economías fuertes, a las grandes
multinacionales, a los capitales especuladores y a los grandes
emporios económicos a nivel mundial; lo cual implica
que, entre sus supuestos no está corregir las grandes
diferencias que existen en los diversos aspectos entre
países ricos y pobres.

La existencia de los países ricos y los
países pobres, es el SIDA de la
mala distribución de la riqueza. Es probable, que en
este mundo, mientras sea mundo, no habrá plena justicia ni
algo parecido. Pero de lo que si podemos estar seguros, es que
es posible una manera más racional de la
distribución de los recursos. La pobreza, que afecta a
más de las tres cuartas partes de la humanidad, es el
más horrendo crimen que el hombre ha venido cometiendo
sistemáticamente a través de la historia.
Ningún sistema
político, por perfecto que parezca, ha podido o ha
querido erradicarla. Los países desarrollados o del
primer mundo han alcanzado un alto nivel de vida, que hace que
se idolatre al sistema capitalista. Pero, existe otro grupo muy
grande de países no tan afortunados, que padecen las
secuelas de las injusticias permanentes, que han sufrido
históricamente. Una de las plagas, de pronto, la que es
causa de las causas, de la infinitud de problemas, que padecen
dichos pueblos es la pobreza. Si existe la pobreza no hay
salud, no hay educación, la mala nutrición campea,
las enfermedades reinan, la vida digna de un ser humano de
pronto se ve en la
televisión; pero eso sí, en dichas
sociedades, que no disfrutan de la dulce vida del primer mundo,
en cambio, si
comparten las horripilantes miserias del primero, como: el
sida, las
drogas, el alcohol y toda clase de
apariencias y vanidades. Entonces, lo que tenemos es una
situación más que compleja, donde un problema
tiene su causa, pero a su vez es causa de otro, y así se
crea un laberinto infinito de problemáticas, que al
querer darles solución, no se sabe por donde empezar.
Luego, la brecha que se ha abierto entre ricos y pobres, es
casi infranqueable y para superarla se requiere algo más
que excelentes ideas, se requiere, una férrea voluntad
política para lograrlo; por eso estoy de acuerdo con
Bono que prologando la obra de Jeffrey Sachs afirma: "… pagar
el precio de la igualdad no
sólo es cuestión de corazón,
sino de inteligencia. El destino de los poseedores
está intrínsecamente unido a la suerte de los
totalmente desposeídos".

El mundo, con el vertiginoso avance de las comunicaciones y los sistemas
interactivos, se ha convertido en la aldea global que vivimos
en este siglo XXI. ¿Una aldea global en el siglo XXI
podrá inclinar la balanza a favor de la gran masa de
seres humanos desheredados por siempre y casi por naturaleza?
La situación no es halagadora. Difícil de abrigar
dicha esperanza, cuando el hombre, históricamente, ha
dado muestras de un egoísmo enorme, de una
ambición sin límites. La especie humana, parece
resignada a sufrir injusticias por siempre. Unos pocos
causantes de esta situación y una gran muchedumbre que
sufre, estoicamente, dicha injusticia de cualquier orden y
origen. La aldea global estará enmarcada dentro de la
moda
post-capitalista y acentuará los desequilibrios
políticos, económicos, sociales, culturales y
religiosos, si el hombre no hace nada al respecto.

El nivel de vida en los países del tercer mundo
en términos generales deja mucho que desear. Y no es
precisamente, porque en dichos países no existan los
recursos necesarios para satisfacer las demandas en aras de una
vida humanamente digna. Estos países se encuentran en un
atraso o nivel de desarrollo, de ciencia, de
tecnología, de educación y salud.
En estos países no se produce ciencia, no existe
infraestructura económica acorde a las épocas
actuales, la tecnología es importada y obsoleta,
la
educación es descontextualizada y elitista, y la
salud la disfrutan quienes tienen los recursos
económicos para ello. Los problemas coyunturales de
estos países hacen que cualquier redención sea
casi imposible. Estos países han contraído una
deuda externa que devora gran parte de los recursos, pagando
intereses, que debieran dedicarse a la inversión,
especialmente, en salud, educación e infraestructura
económica. Estos países han hecho ajustes
económicos, siguiendo parámetros del F.M.I., que
son estrategias
propias del gran capital para beneficio de sus dueños,
pero que en la mayoría de los casos van en contra de la
gran masa de población.

Jeffrey Sachs, en su obra "El Fin de La Pobreza"
afirma al respecto:

"Con frecuencia se dice a los países que, si se
condona su deuda, ya no se los considerará solventes
para la concesión de nuevos préstamos. Ese
argumento es retrógrado. Si un país tiene una
deuda excesiva, es imposible que sea solvente. Si la
condonación de la deuda está avalada por
realidades financieras y si se negocia de buena fe, y a
continuación el país sigue desarrollando
políticas económicas responsables, la
condonación de la deuda aumenta la solvencia en lugar de
reducirla. Al fin y al cabo, un país bien gobernado y
escasamente endeudado puede permitirse asumir nuevas deudas. La
condonación de la deuda no puede ser cuestión de
broma o capricho, ni debe ser un juego para
eludir viejas obligaciones. Ha de reflejar auténticas
realidades sociales, económicas y políticas. En
tales circunstancias, una condonación negociada de la
deuda puede ofrecer nuevas esperanzas y posibilidades
económicas al país deudor, así como una
renovada solvencia"

El gran capitalismo ha hecho que aparezcan los que
viven del sistema y los que son explotados por él, que
son la gran mayoría de la población mundial. La
explotación del hombre por el hombre se ha dado a
través de toda la historia de la humanidad. Sería
dispendioso establecer una relación de las diversas
maneras como se ha llevado a cabo dicho adefesio en la historia
y, sin embargo, la tentación me vence y menciono a
manera de ejemplo sólo tres: la primera, es la
servidumbre implementada por el feudalismo en
la edad media,
donde los señores eran dueños de la vida y el
alma de sus
siervos; la segunda, es el tráfico de esclavos, donde
dichos seres no eran más que una mercancía que se
compraba y se vendía con toda la naturalidad del caso al
mejor postor, y por último, tenemos en el siglo XIX, XX
y lo que va del XXI, los nuevos esclavos llamados
obreros.

La aparición del capitalismo moderno, hace que
los esclavos no sean funcionales, y las democracias modernas,
partidarias de dicho sistema económico, promueven entre
sus banderas la libertad de
los esclavos, para que como hombres "libres", luego,
convertirlos en obreros y así poder contratar mano de
obra más barata. Es así, como el capitalismo
moderno naciente crece gracias a las espaldas de los esclavos
en primera instancia y, luego, sobre la explotación de
los modernos esclavos llamados obreros, trabajadores o
empleados, pero al fin esclavos. Naturalmente que el sistema
capitalista es un éxito
rotundo para los capitalistas, para los dueños del
capital pero es un sistema maldito, porque su éxito
radica en la explotación de una manera u otra de
más del 80% de la población mundial que vive en
la miseria; luego, tenemos un 20% o menos, que vive del sistema
y el resto de la humanidad vilmente explotada por él. La
gran burguesía, partidaria de la democracia,
la gran burguesía capitalista, satisfecha porque vive de
la democracia y la democracia sirve al gran capitalismo. Tan
cierto es lo anterior, que si un día de estos la
democracia deja de servir al gran capitalismo (la gran
bestia?), puede llegar a producirse una conflagración
mundial, pues ya tenemos simulacros como Corea, Vietnam, Chile
y Cuba (la
nación con más dignidad),
en donde no se ha dudado un instante en intervenir
militarmente, violando todos los convenios internacionales y la
libre determinación de los pueblos; porque, los
propietarios del capital, según su escala de
valores, preferirán perderlo todo, incluso la vida, a
tener que compartir con los que no tienen.

La economía tiene como norma última la
eficacia. Su
perfección se manifiesta en el progreso y la abundancia
de bienes
materiales
para todos los hombres, solucionando los problemas de escasez que
puedan existir en cualquier parte del globo; cosa que es muy
diferente a lo que sucede ahora, que pareciera todo lo
contrario, donde la realidad muestra que
dicha ciencia tuviera por objeto que un 20% o menos, vivieran
satisfechos hasta la gula y el otro 80% o más, padeciera
toda clase de privaciones y necesidades. ¿Cuál es
el problema o la diferencia? El enfoque. El enfoque, en el
sentido de que al hombre de todas las culturas se le ha metido
en la cabeza, que tiene que acumular, acaparar, ser feliz a
costa de la desgracia de muchos, que entre más
desdichados sean los demás, más feliz es, se le
ha repetido hasta la saciedad, que su misión
en el mundo es hacerse dueño de todo, y que si por
desgracia otros hombres no tienen lo suficiente para vivir y
llevar una vida digna es problema de ellos, porque si
están en esa situación es porque quieren, ya que
vivimos en unas sociedades "democráticas" y por lo tanto
"libres" de aguantar la pobreza, sufrir la miseria, morirse de
hambre, ser analfabeta y padecer todas las enfermedades
modernas o de moda.

Para Marx, las crisis son necesarias e inevitables en
el sistema capitalista y se deben a las contradicciones
económicas y sociales que se van acumulando, y se
reflejan en la disminución de la tasa de ganancia, el
desempleo y
sub-empleo, en las inversiones
especulativas, en la sobreproducción y el sub-consumo.
Naturalmente, que en cualquier circunstancia, dimensión
o aspecto de la vida del hombre, donde se presente un problema
y no se le dé la solución adecuada, lo más
seguro es
que la complejidad y magnitud del problema crezca
geométricamente y, se haga por lo tanto irreversible e
indisoluble, especialmente, cuando consciente o
inconscientemente, no se atacan las verdaderas causas de dicha
situación, y se opta por paliativos que en lugar de
superar el problema lo que van a hacer es acrecentarlo a
mediano y largo plazo. Las causas de las crisis de la
economía o del sistema capitalista están en su
misma naturaleza y parece que nadie se diera por enterado al
respecto, y lo que han hecho los grandes teóricos y
expertos a lo largo de la historia, es darle respiración boca a boca a un sistema, que
tarde o temprano colapsará, pues terminará por
devorarse a sí mismo y será tan compleja la
situación, que a ese nivel, realmente, ya no
habrá solución posible, no habrá espacio
para un proceso
dialéctico, será demasiado tarde, así
exista el convencimiento para hacerlo.

Es por eso que en este aparte estoy de acuerdo con
Keynes y
también con Marx: se requiere de manera urgente la
abolición del desempleo y la distribución
más equitativa y menos arbitraria de la riqueza. En
otras palabras: superar la apropiación y
concentración en cabeza de los capitalistas de la renta
(plusvalía) procedente del trabajo
(venta de la
fuerza del trabajo del obrero); es decir: eliminar la
contradicción fundamental que existe entre la socialización de la producción y
la apropiación individual del producto.

Ningún hombre sobre la tierra pone en duda las
contradicciones internas del sistema capitalista, y,
además se argumenta que son estructurales, es decir, se
dan por el propio funcionamiento del capitalismo y el
modificarlas no depende de la voluntad de los hombres, sino que
dependen del propio sistema. Pareciera, que estuviéramos
en la edad media. Para seguir el hilo de la
argumentación, yo introduzco una "figura" que he dado en
llamar el "efecto pirámide". Voy a tratar de explicarlo
de la siguiente manera: es aquel que se da en el sistema
capitalista y consiste en que la inmensa mayoría de
gente (más del 80%) trabaja para unos pocos (menos del
20%), entre más abajo estén ubicados en la
pirámide, menos recursos pueden disfrutar, y entre
más se acercan al vértice de la pirámide
son mucho menos y obtienen más dividendos, y por
último, se encuentran los de la cúspide de la
pirámide, que son quienes lo tienen todo, porque
millones de brazos alrededor del mundo trabajan para ellos. Es
allí, en el vértice superior de la
pirámide, donde se disfruta la gran vida, donde el
capitalismo es un éxito rotundo, y al mismo tiempo es
allí, donde se toman las trascendentales decisiones para
que el sistema capitalista siga siendo un "éxito"
arrollador. Y esos pocos, que tienen poder de decisión,
son quienes no buscan las alternativas de solución para
corregir fallas estructurales y coyunturales, porque esas
decisiones les pueden representar menos ganancias, la
pérdida de privilegios y, por lo tanto, que el
capitalismo salvaje se vuelva más humano, es decir, que
beneficie a más gente, redistribuyendo la riqueza y al
mismo tiempo, le coloque un límite a su sed de ganancia
y de poder, minando su ilimitada ambición,
cortándoles las alas a su ego insaciable.

La falta de oportunidades reales de desarrollo abre
brechas cada vez mayores entre diversas ramas
económicas, regiones económicas, diferentes
países, clases
sociales, la ciudad y el campo. Probablemente, porque dicho
desarrollo o actividad económica no se planifica a nivel
micro, a nivel de las bases; los expertos en economía se
concentran en planificar los grandes movimientos de capital,
las grandes inversiones, las grandes empresas, pero al quehacer
económico de la gran mayoría de la gente no se le
pone atención, salvo para las estadísticas y los impuestos;
luego, se deja al azar la actividad económica de la
mayoría de la gente y, no sólo eso, sino que
además, con la connotación, que esta gran masa de
la población no tiene y menos recibe capacitación empresarial. El anterior
razonamiento, nos conduce a concluir, que dejamos demasiadas
variables sueltas en la dinámica del proceso
económico, hecho que, de una manera u otra, explica la
poca efectividad de este sistema económico en el lugar
en donde más se necesita, es decir, en las bases, en la
base de la pirámide, en el pueblo. Frente a lo anterior,
se da una actitud
ciega y es el pretender que todo lo regule el mercado, la ley
de oferta y
demanda.

El carácter contradictorio entre salario y
capital, o entre salario y ganancia del empresario,
es un dilema que siempre ha estado presente en el transcurrir
de la historia del capitalismo, debido a que por principio, el
éxito en dicho sistema se mide por la tasa de ganancia,
y cuando ésta riñe con el salario del obrero de
inmediato aparece el conflicto.

En los países desarrollados del primer mundo,
el capitalismo en su proceso dinámico de acción,
y en ese operar está el de lograr el mayor margen de
ganancia, esto ha hecho que sucedan fenómenos como las
olas migratorias de seres humanos, de mano de obra barata o
fuerza de trabajo de los países subdesarrollados,
produciendo el consabido desplazamiento laboral de los
naturales de los respectivos países, pues esta mano de
obra es más barata, ya que normalmente son inmigrantes
indocumentados, que abandonan sus respectivos países en
busca de un mejor futuro, futuro que pasa por toda clase de
vejámenes y humillaciones. El otro fenómeno, es
aquel que por economizar gastos de
operación, las grandes empresas están trasladando
sus fábricas a países donde la mano de obra es
más barata, y de paso, con el trasteo de estas
fábricas dejan de contaminar y deteriorar el ambiente de
sus respectivas naciones, para ir a hacerlo en la tierra que no
les pertenece, que no les interesa en lo más
mínimo; pero lo más preocupante, es que los
salarios de
los obreros en ese proceso dinámico del capitalismo se
están nivelando por lo bajo, y no sólo de obreros
sino también de profesionales que no están en la
élite rectora de las grandes empresas, y en todas las
latitudes, casi que sin excepción, las conquistas
laborales y sociales logradas por la clase obrera en su lucha a
través de la historia, progresivamente, han empezado a
desaparecer, en aras de hacer las respectivas economías
más competitivas y, entonces, la clase obrera ha
contemplado estoicamente como, por ejemplo, aumentan el
número de horas de trabajo a la semana por el mismo o
por menos salario del que recibían normalmente. Esto
sucede para dar mayor margen de ganancia a las empresas, a
sabiendas, de antemano, que la gran masa de la población
verá reducido sus ingresos y por
lo tanto, su capacidad de consumo, lo que al final
repercutirá en recesión y lo más grave: en
una depresión económica.

Por experiencia sabemos, que el capitalista no tiene
entre sus supuestos disminuir su ganancia, a sabiendas que,
progresivamente, dicha decisión se volverá en su
contra en forma de recesión y así seguirá
la cascada aumentando la crisis, hasta que aparezca la
depresión económica con todas sus consecuencias a
corto, mediano y largo plazo.

Cuando los expertos recomiendan dejar al libre
concurso del mercado que busque el equilibrio
en el funcionamiento del capitalismo, para superar crisis
presentes y futuras, no deja de ser una falacia, porque, de
antemano, ellos saben que no es así y, por el contrario,
se establecen estrategias inmediatistas que a la larga van a
ser peores que el fenómeno que se intentaba controlar.
En este momento, la cresta de la ola, la moda, es el libre comercio
y la internacionalización de la economía, y lo
que se aprecia en forma evidente es el fortalecimiento de los
monopolios, oligopolios, llámense multinacionales o
trasnacionales, que lo que van a hacer a mediano plazo es
socavar las economías débiles, absorber las
empresas pequeñas, va haber más
concentración de capital, se van a quebrar empresas
medianamente competitivas, se producirá más
desempleo y pobreza en aquellos países donde no existe
una infraestructura económica como es el caso de los del
tercer mundo.

Últimamente, el gran capitalismo ha
implementado unas estrategias de negocios
como es la especulación del capital financiero, la falta
de inversiones productivas, la producción de
artículos suntuarios y la falta de producción de
artículos básicos, esto hace que las crisis que
se dan en la actualidad sean más profundas y provoquen
problemas graves de gran impacto social.

El poder del gran capital es casi infinito, y el uso
de ese capital monopolista no tiene fronteras éticas, ya
que en su dinámica de acción entra la estrategia
del soborno, y, por ende, la corrupción, con tal de
lograr imponer condiciones que le aseguren el acceso a todos
los mercados y
operar a su manera, es decir, acabando con todo lo que se le
oponga. Los empresarios medianos y pequeños, que operan
en economías débiles como las del tercer mundo,
no tienen muchas garantías de éxito o de
competitividad; el gran capital representado en las
trasnacionales terminará por llevarlos a la quiebra ya
sea tarde o temprano. Los grandes líderes
políticos del mundo aparecen como los ejecutivos
más efectivos de dichas trasnacionales al presionar, de
una manera u otra, la firma de tratados de
libre comercio,
que en la gran mayoría de los casos son lesivos para los
países cuyas economías no están bien
desarrolladas, prolongando, incentivando y tolerando un
neocolonialismo que viene desde hace rato, que desde todo punto
de vista es evidente e injusto para estos pueblos.

En la apertura económica y la
internacionalización de la economía, las
economías fuertes y su punta de lanza, el gran capital,
representado en las trasnacionales, se han aprovechado en forma
infame cuando entran en un país donde encuentran una
economía débil y, en donde, de antemano los
respectivos gobiernos han implementado un plan de
privatizaciones obedeciendo órdenes del
Fondo Monetario Internacional, entonces, dicho capital adquiere
empresas de la respectiva nación, que se han creado en la
mayoría de los casos con recursos que provienen de la
banca
internacional y que por dichos préstamos se están
pagando altos intereses, engordando lo que se llama "deuda
externa", estas empresas son adquiridas a precio de ganga;
normalmente, son aquellas que en su objeto cumplen una función
social, y después de ser privatizadas los nuevos
dueños las pagan con el propio capital de éstas y
para hacerlas más lucrativas empiezan a elevar las
tarifas en forma exagerada de los servicios
que prestan.

La crisis general del post-capitalismo ha propiciado
una economía del desperdicio basado en el consumismo, la
publicidad y la
enajenación. La crisis del sistema
capitalista, día a día, se agudiza y se hace
más inmanejable desde el punto de vista básico.
El desenlace final no es fácil predecirlo.
Bastará con lanzar una hipótesis de sentido común, como
puede ser la siguiente: Si un sistema económico, que
influye tan poderosamente en todos los aspectos de la vida del
hombre y por tanto en la sociedad en general, ante crisis que
se han vuelto permanentes, como en su momento histórico
Marx lo predijera, ¿qué pasa cuando dicho sistema
económico, para atenuar dichas crisis en lugar de
buscarles solución real se expande? Cuando se expande,
¿no está agrandando el problema?, ¿y
qué recomendarán los expertos y especialistas en
la materia
cuando este sistema termine de expandirse? Probablemente,
será el colapso total, y para salir de dicho colapso y
reactivar la economía global, nada mejor que una
guerra.
¿Sobrevivirá el hombre a dicha guerra?

La crisis general del sistema capitalista, en su fase
imperialista, es provocada en buena medida por el desarrollo de
los grandes monopolios industriales, comerciales y bancarios,
especialmente, por las empresas trasnacionales y
multinacionales. El efecto, que he dado en llamar
"pirámide" es una realidad. Al gran capital no le
interesa la solución de los problemas
sociales que padece la humanidad. Para el gran capital es
irrelevante, que millones de niños
mueran de física hambre con tal de que exista ganancia
para sus dueños, sabiendo de antemano que los coletazos
de las crisis económicas se sienten con más
fuerza en la base de la pirámide. Y, como
decíamos, anteriormente, a las bases no se les pone
atención, pues para nadie es un secreto, que si en un
edificio fallan las bases o las estructuras,
todo lo demás tambalea y se viene abajo. Siendo el
sistema democrático o la democracia, una resultante de
la vigencia del capitalismo, siendo la burguesía la
más interesada en este tipo de cosas, es obvio que para
el gran capital y, por ende, para sus respectivos
dueños, es decir, a la gran burguesía, no le
interesa en lo más mínimo las privaciones o
problemas de la población en general, ya que ellos
previamente tienen asegurado el lucro que se produce a
raíz de los grandes monopolios y hábiles
"negocios" , por encima de los intereses fundamentales de la
nación, patria o pueblo. Una falacia sería pensar
y concluir de otra manera. Para nadie es un secreto que a
raíz de la formación de los Estados Modernos,
auspiciados por la burguesía, representada
indistintamente por una aristocracia y valiéndose de
mecanismos que da el poder como, por ejemplo, la
corrupción, lo que ha hecho, de una manera u otra, esa
burguesía, a través de la historia, es
enriquecerse, valiéndose de la función del
Estado. Nunca antes, el Estado
había sido tan elocuentemente servil del gran capital
como lo es ahora. Tanto es así, que no se como
denominarlo. Para confirmar lo anterior, hagamos un recuento
rápido de esa historia: La naciente burguesía
(partidaria del capitalismo) instaura el estado moderno
(democracia) a su servicio.
Evoluciona ese estado (democracia) según los intereses
de la burguesía (gran capital). En esa simbiosis de
retroalimentación entre intereses de la
burguesía (gran capital) y régimen
democrático (nuevo totalitarismo) con las nuevas
tendencias de globalización, tratados de libre comercio,
el papel y función del estado en cada nación es
garantizar la expansión del gran capital
(multinacionales?) eliminando barreras, con las consabidas
consecuencias que todos conocemos. Luego, el Estado de ahora,
en cualquier hemisferio, está al servicio del gran
capital, influye poderosamente, para que la dimensión
económica condicione y determine el destino de los
pueblos, echando abajo los convenios internacionales que al
respecto existen. Entre más fuerte es la economía
de un Estado, con más fuerza ejerce el dominio sobre
los demás Estados y naciones, ya sea de manera directa o
indirecta. Lo anterior, nos confirma una vez más, la
existencia de un neocolonialismo cada día más
esclavizante; apoderándose de los recursos que
pertenecen a los nacionales de los respectivos países,
en la gran mayoría de los casos, empobreciendo
aún más al pueblo, porque las inversiones en
infraestructura y servicios públicos elementales no
llegan a ellos. Situaciones se han dado, que cuando alguien
llega al poder, para corregir lo anterior, encuentra todo tipo
de obstáculos como las mismas instituciones, también los privilegiados
de las respectivas naciones, e incluso la presión
internacional al respecto, ya sea en forma directa o
indirecta.

Cuando un edificio presenta fallas estructurales, lo
que haría un ingeniero prudente sería demoler
dicha edificación. Si el capitalismo presenta estas
fallas no podríamos afirmar lo mismo que en el caso del
edificio. A pesar de todo y que se afirma esto del capitalismo,
dicho sistema sigue operando como si nada pasara, como si sus
bondades fueran inconmensurables. La verdad es que las
autoridades en la materia no se dan por enteradas y el hombre
actual sigue posponiendo la corrección de las fallas a
algo que ha originado tantos problemas.

La crisis general, que se desarrolla actualmente en
los países capitalistas tiene un carácter
específico que combina rasgos estructurales y
coyunturales; a lo anterior se suma el hecho de que nadie
quiere perder, especialmente, los que tienen más, lo que
impide que se exploren estrategias reales de solución.
Los grandes capitalistas no quieren desmontar el efecto
pirámide, por el contrario, se empeñan en que se
haga más evidente, explícito y normal. Hoy por
hoy es totalmente "legal" que alguien sea multimillonario
(esté en el vértice de la pirámide) y por
el frente de su casa pase un hombre todos los días
(está debajo de la base de la pirámide),
recogiendo las sobras de comida para saciar su hambre y la de
su familia, es
completamente "justo", porque el primero ha sabido "trabajar"
(robar) y el segundo es un don nadie, vago, vicioso,
degenerado, una carga para la sociedad.

Luego, las crisis generales de la economía, que
ahora son casi permanentes, necesitan un tratamiento adecuado,
donde quienes toman las decisiones, estén dispuestos a
no ganar tanto en forma inmediata, para permitir que a los
menos favorecidos les lleguen unas migajas, y este proceso sea
continuo para que al fin se revierta en ganancia para
todos.

En otro aparte decía, que el sistema
capitalista es injusto por naturaleza pero, aunque injusto, no
lo podemos echar abajo de un momento a otro, sencillamente,
porque no tenemos con qué reemplazarlo. Pero si este
sistema tiene fallas estructurales y es algo reconocido por
todos, no queda otra alternativa que hacerle una reingeniería, para que en su proceso
dinámico de acción no deje tantos excluidos y en
un proceder solidario llegue a mucha más gente que la
que ahora beneficia, y así termine favoreciendo a todos
sin excepción. La gran problemática mundial, que
se da de una manera u otra en cualquier latitud, lo he dicho
anteriormente, es bastante compleja, y la solución a
esta situación, depende en la mayoría de los
casos de una voluntad política, de un proceder
político, pues se necesita corregir las injusticias
institucionalizadas en los respectivos pueblos,
independientemente de la forma de gobierno y del
sistema económico que existan, obviamente, pasando por
la erradicación de la pobreza y todas sus
secuelas…

El desarrollo capitalista conduce a la
concentración económica, al monopolio y
definitivamente a la intervención del Estado en la
economía (entes internacionales), o que sean los mismos
empresarios que hagan los ajustes necesarios para superar las
crisis, no sólo inmediatas, sino a largo plazo. La
situación anterior hace que, hoy por hoy, en la figura
de la propiedad y
las sociedades
anónimas, no se sepa, a ciencia cierta, quienes son
los verdaderos dueños del gran capital, pues lo
más seguro es que estos potentados están tras
bambalinas moviendo los hilos del poder a nivel político
y económico, para que, de una u otra manera, se opte
según sus intereses y no se vayan a tomar medidas que
los afecten en cualquier parte del globo. Lo anterior, nos dice
claramente que jamás se tomarán decisiones de
fondo y menos que perjudiquen a los grandes conglomerados
económicos, por el contrario, con la
globalización, las aperturas económicas, los
tratados de libre comercio, en sí, con la
internacionalización de la economía, lo que han
hecho los dueños de los capitales es eliminar todo
obstáculo en cualquier país para que el libre
comercio opere y por lo tanto les permita apropiarse de los
recursos que en ese momento no les pertenecen, en forma legal y
sin cargos de conciencia, es decir, mayor concentración
de riqueza, menos capacidad de compra de las grandes masas,
menos venta de la producción de las empresas, más
recesión, más recortes en las empresas, menos
inversión de las mismas, más desempleo,
más crisis económicas en forma interminable hasta
desembocar en la depresión económica.

El querer superar los problemas económicos que
surgen de las relaciones entre producción, mercado,
capital, crisis, fuerza de trabajo y salario, ha sido hasta el
momento una buena intención pero con resultados muy
pobres. Querer solucionar o superar los males endémicos
del capitalismo partiendo de particularidades, cuando dicho
sistema económico se comporta como un todo, como una
totalidad, no sólo en el aspecto económico, sino
que condiciona todo lo que toca, pues tiene amplias
repercusiones en la dimensión social del hombre y en el
desarrollo de una sociedad, no deja de ser algo descabellado;
en otras palabras, cuando un aspecto económico se
convierte en causa de otro tipo de problemas, por ejemplo, el
más común, la problemática social,
pretender solucionar dicha problemática sin tener en
cuenta todos los factores o variables que intervienen, es algo
inútil. La compleja `problemática, del
índole que sea, en forma específica, tiene
innumerables factores que la han producido, y en un alto
porcentaje estos factores no son admitidos como causa de los
diversos problemas, por ejemplo: la injusticia
institucionalizada, la concentración de la riqueza, la
tenencia de la tierra en pocas manos, una educación
acorde con las necesidades de las respectivas sociedades.
Pretender superar a comienzos del siglo XXI, con paños
de agua tibia,
los problemas que vienen de siglos pasados es querer tapar
el sol con las
manos.

Las contradicciones económicas y sociales del
capitalismo son evidentes. La estructura
escatológica del capitalismo según la cual,
palabras más, palabras menos, dice que, en un momento
dado de la historia existirán los bienes y servicios,
así como los recursos suficientes para solucionar los
inmensos problemas de la humanidad, es una falacia. Pero,
¿hasta cuando resistirá este sistema capitalista
sin hacerse trizas? Para nadie es un secreto, que el sistema
económico capitalista encierra en sí mismo
contradicciones económicas y sociales, que por su misma
naturaleza son insalvables. Estas contradicciones son
imprevisibles y no se sabe a ciencia cierta cuando forman parte
de la misma dinámica del sistema capitalista y, cuando,
en última instancia, provocará el colapso
definitivo del mismo. Lo que por ahora se aprecia y lo que los
expertos en la materia como economistas y analistas de toda
índole, no han podido solucionar son las continuas y
progresivas crisis que sufre el sistema. Tampoco es un secreto
que es un sistema injusto en todo el sentido de la palabra,
beneficiando a unos pocos y empobreciendo a muchos. El
capitalismo es fruto del pillaje. En el diario transcurrir de
la humanidad, en su evolución, si es que realmente se puede
hablar de evolución, el hombre a través de la
historia se ha caracterizado por su sed de conquista, por su
deseo de dominio y sometimiento a otros hombres, a otras
naciones o culturas; ha pasado a la "historia" por la
intensidad con que ha destruido civilizaciones enteras
sencillamente porque su visión del mundo, del hombre, de
Dios, de la vida y en sí, porque su manera de pensar no
coincidía con la suya. Estamos hablando de
civilizaciones que se han levantado, han tenido su auge y,
posteriormente, han decaído. En esa dinámica de
la historia, de conquistas, de sometimientos y de
destrucciones, ha jugado papel importante la sed de poder, y la
sed de poder no es completa si no se une la insaciable
ambición de riquezas, el querer apropiarse bajo
cualquier medio o pretexto de lo que poseen otras naciones, de
sus riquezas, sus metales
preciosos, su petróleo, sus materias primas; entonces,
tenemos que una nación o reino guerrea contra otra para
someterla, para obligarla a pagar tributos o
para saquearla, o porque su territorio o sus mares es paso
obligado de las rutas comerciales. Y es ahí, donde
aparece el pequeño monstruo, el naciente capitalismo,
que se engendra en la explotación del hombre por el
hombre; ahí encontramos el origen de los grandes
capitales que hoy dominan el mundo, capitales que en sus
inicios se amasaron con sangre humana, con sangre de siervos,
con sangre de esclavos, y con el cuerpo y el alma de miles de
millones de indígenas y, en la época llamada
moderna y contemporánea, se amasaron estos grandes
capitales con la vida y la sangre de los modernos esclavos
llamados obreros, y con la vida, alma y cuerpo de las madres
abandonadas o solteras que son obligadas a vender todo para
llevar una migaja de pan a sus hambrientos hijos; obreros u
obreras que laboran en condiciones infrahumanas, que son
explotados bajo todo punto de vista y, que por ende, reciben un
salario de hambre, salario que escasamente les garantiza el
poder reparar su fuerzas para que puedan seguir produciendo,
sirviendo al gran capital (dios), y que cuando sus fuerzas ya
no les responden al final de su calvárica vida, son
echados de sus trabajos con o sin una pensión de hambre
y, salen como cuando entraron, con los brazos cruzados, a
sufrir la magra suerte de los desechables sociales, pues pasan
a ser una carga para su familia y para la encumbrada "sociedad"
que de una u otra forma los y las explotó, y guarda el
eterno silencio cómplice. El sistema que es partidario
del capitalismo, ha de abogar también por una democracia
económica. Además de lo anterior, hoy es
fácil comprobarlo desde el punto de vista, por ejemplo,
de la sociología: últimamente estos
sistemas democráticos-capitalistas se han venido
convirtiendo en totalitarismos, pues pareciera que por
ironías de la vida, que aquello que combatieron en un
momento dado de la historia, lo cual lo hicieron con todos los
medios a su alcance, hoy por hoy, al desaparecer los opuestos,
pareciera que asumieran tal contradicción, tal vez
será para desaparecer? Es por eso que,
independientemente, de lo que se piense en el mundo, de lo que
he venido exponiendo, cada hombre de hoy ha de fijar una
posición social y moral, clara y precisa ante los
desmanes e injusticias que se cometen en nombre de la
democracia y los males que ocasiona el
post-capitalismo.

En el modus operandi del sistema económico
capitalista que va de la mano con la democracia, pues
ésta sirve al gran capital y a esto se le llama modernidad,
contemporaneidad o en medio del delirio de locura de algunos
encumbrados intelectuales de escritorio han dado en llamarla
post-modernidad, cuando en realidad debiéramos
denominarla edad media retardataria u hordas actuales, o que se
yo. Concluyo este párrafo de la siguiente manera: el
capitalismo es injusto por naturaleza, pues se fundamenta en la
injusticia, en la explotación del hombre por el hombre,
en el pillaje y en el saqueo, sólo que en estos tiempos
lo hace muy sutilmente, y para esta época, salvo raras
excepciones, casi nunca un pueblo conquista a otro por medio de
la fuerza, sino que lo hace con la diplomacia, el chantaje y el
soborno. Lo que acabo de afirmar, en lo relacionado con las
estrategias que utiliza el gran capital y, por ende, los
países del llamado primer mundo respecto a los del
tercer mundo, ya que su miseria, no es otra cosa que el fruto
del neocolonialismo que ha caracterizado estas relaciones
durante los siglos XIX, XX, y lo poco que va de éste.
Sólo que con los últimos acontecimientos o
movimientos en geopolítica mundial, con la
internacionalización de la economía, la
globalización y las aperturas económicas, el gran
capital vuelve a jugar sus maquiavélicas estrategias:
eliminar las fronteras entre lo netamente económico y lo
que corresponde a la dimensión político-social,
entre los países desarrollados y aquellos que no lo son,
entre un país del tercer mundo por ejemplo y el gran
capital representado en las multinacionales o transnacionales;
es por eso que el neocolonialismo es visto como algo
completamente natural, prácticamente, con carta de
ciudadanía y con la atenuante que son los
países subdesarrollados (élites
políticas), que claman porque los países
poderosos nos sigan dominando, de una forma u otra, ya sea
económicamente, culturalmente, con modas, con la
música,
con el consumismo suntuario, con sus extravagancias.

La voracidad del sistema capitalista y la nula
distribución de la riqueza ha llevado a la miseria a
sociedades enteras y, esta situación, por su misma
dinámica hace que el sistema económico
capitalista no sea viable por la injusticia que en sí
engendra.

Todos los inventos del
hombre, de una u otra forma, son una réplica de una
parte de sí mismo o lo son de la naturaleza. Dentro de
esas creaciones que el hombre ha hecho está el
capitalismo y todos sabemos que el capitalismo emula en forma
ferviente lo que es el hombre. Por ejemplo: el hombre es
dominante y el capitalismo lo es; el hombre es conquistador y
el capitalismo también; el hombre es egoísta,
acaparador y el capitalismo es igual; el hombre posee un ego
insaciable y para el capitalismo no existen reglas ni
límites; el hombre es cruel y el capitalismo es
inhumano; el hombre es injusto y el capitalismo es lo mismo; a
veces pareciera que el hombre gozara viendo el dolor y
sufrimiento de los demás y para el capitalismo es la
fuente de su "éxito" rotundo y, por último, el
capitalismo es tan monstruoso como lo es medularmente el
hombre. Entonces, tenemos que de todas las creaciones del
hombre, el capitalismo ocupa el primer lugar en cuanto es
imagen y
semejanza de él, y como el hombre en su sed de
perfección o en la opciones que ha elegido en la
búsqueda equivocada de la felicidad ha dado,
últimamente, en renunciar a todos los modelos a
imitar, se ha alejado definitivamente de Dios, para quedarse
con algo, con la creación de sus manos, con el
ídolo de barro, con el capitalismo y todo lo que con
ello concierne; para perfeccionarlo, es decir, llevar al
extremo sus defectos, y adornarlo con esas "cualidades",
rendirle culto y adoración, porque es el dios
inverosímil y versátil, que cumple todas las
expectativas y satisface todas las extravagancias humanas.
Luego, si el capitalismo es creación del hombre y
sabemos como es el hombre, y queremos cambiar ese capitalismo,
entonces, en aras de la lógica y del sentido común, lo
más elemental que tenemos que hacer es cambiar el
concepto de
hombre, para que el hombre cambie y así tenga reales
posibilidades de cambiar, transformar o rediseñar este
injusto sistema económico capitalista que ahoga a la
humanidad.

Es al nuevo hombre a quien le corresponde decidir que
ajustes estructurales le hace al sistema capitalista, o que
opción toma para corregir las irregularidades que hoy
caracterizan al mundo en los diversos aspectos o dimensiones
del hombre actual. Podría ser el capitalismo solidario,
donde se combine los principios capitalistas con los derechos
sociales y económicos, de tal manera que la
aplicación de dichos principios no afecten la vida digna
que cada hombre como ser humano que es tiene derecho a vivir,
donde exista el mayor bien para la gran mayoría de
personas, es decir, que los principios del capitalismo no
riñan con los supuestos de la democracia, aspecto
anterior, que parece ser la gran constante que se ha repetido a
través de la historia. El clásico capitalismo
abandonaría el dogmatismo que lo ha caracterizado, para
convertirse en un capitalismo solidario y de esta manera ir
superando los diversos males que históricamente ha
ocasionado, como por ejemplo, el desempleo y la injusta
distribución de la riqueza. No nos podemos quedar con el
preconcepto que el capitalismo es absolutamente injusto, cuando
de antemano sabemos que es el hombre el que ha creado este
sistema económico y, por lo tanto, el hombre es el que
lo ha hecho a su imagen y semejanza y, por ende, parecido a
él. A pesar de lo que ha sido y de lo que es el
capitalismo, existen pruebas
fehacientes que cuando el hombre quiere hacerlo más
justo y democrático lo ha podido hacer, superando con
alternativas creativas problemas que a simple vista parecieran
insuperables o imposibles de solucionar, y que de pronto, nos
lo habían hecho creer, en aras de los intereses
egoístas de unas minorías que lo poseen
absolutamente todo, y por ningún motivo tienen el
más mínimo deseo de cambiar las cosas.

  1. Amigo lector: después de haber terminado de
    leer este trabajo sólo me falta agradecerle
    cualquier comentario al respecto, y mi satisfacción
    más grande será que le haya quedado alguna
    inquietud en cualquiera de los temas tratados. Es factible,
    que a su juicio el
    trabajo tenga imperdonables falencias, pero como
    afirmaba alguien, lo más importante sobre estos
    temas enunciados no se ha dicho todavía. Para
    decirlo de otra manera, uno de los objetivos del presente
    ensayo
    es abrir el debate
    sobre los diversos aspectos planteados, pues en
    ningún momento era mi propósito decir la
    última palabra al respecto.

    Aprovecho estas líneas para invitarlo(a) a
    ser inconforme, a escribir sobre las diversos asuntos que
    le interesan y aquejan al hombre y a la humanidad de
    hoy.

    Anexo

  2. Conclusión

  3. Propuesta final

Todo lo que he afirmado en este ensayo apunta a esta
parte, donde adquiere claro sentido y se objetiva en la praxis
con la siguiente propuesta, sin la cual todo lo anterior
quedaría en el aire, es por eso
que me atrevo a presentar el siguiente proyecto, que
está concebido teóricamente desde hace más
de 18 años, y que por diversas circunstancias no se
había explicitado, pero que ahora lo someto a
consideración de las personas preocupadas por el bienestar
y el porvenir de la humanidad, (donde el hombre en su eterna
búsqueda de autoafirmación, de su destino, de la
felicidad, lo que ha logrado, paradójicamente, es
confundirse más y hoy se encuentra perdido y, aún
más, es un desconocido para sí mismo). Lo que
presento a continuación es la Fundación Alternativa
Latinoamericana, pongo la totalidad de sus principios a
consideración y mi sincera invitación es a que se
vincule a ella y comencemos desde ahora a trabajar por un mundo
mejor para nosotros, para nuestros hijos y para las generaciones
venideras.

  1. La F.A.L. es una organización político-social, sin
    ánimo de lucro, que tiene por objeto crear y dar a
    conocer una filosofía que se traduce en una nueva
    visión del hombre, de la naturaleza y de la realidad.
    Nace como propuesta que diagnostica y plantea, soluciones a la
    caótica situación social, política,
    económica y cultural del hombre actual.
  2. Es una nueva propuesta para la realización
    humana, partiendo de la liberación mental (entendida
    ésta, como la eliminación de la mente de todo
    aquello que de una u otra forma hace que cada persona
    esté condicionada para pensar y actuar), que nos lleve a
    una liberación integral. Esta filosofía se
    fundamenta y tiene su razón de ser en la búsqueda
    de identidad
    del pueblo latinoamericano, que sea original, valore lo propio,
    acreciente su auto-estima y donde la libertad y justicia sean
    características de este pueblo, haciéndonos
    sujetos de nuestra historia.
  3. Entre sus objetivos principales está:
    erradicar las secuelas de enajenación, miedo,
    dependencia, subdesarrollo, despersonalización,
    marginalidad, corrupción, inautenticidad, vanidad,
    mediocridad, ineficiencia, colonia, ignorancia y el no-ser
    latinoamericano.
  4. La F.A.L. la podrá integrar todo hombre sin
    distingos de raza, lengua, pueblo, nación,
    religión. Abogará y se regirá por los
    principios democráticos libres de vicios y prejuicios.
    La acción en su quehacer histórico estará
    enmarcada dentro de la teoría y práctica de la
    no-violencia y el respeto de
    todos los derechos
    humanos.
  5. La F.A.L. no es un simple discurso
    filosófico; es por el contrario un movimiento
    que en su dinámica abarca todos los aspectos que
    necesariamente requieren un replanteamiento o
    transformación inmediata mediante la acción
    efectiva y el concurso de todas las fuerzas vivas que conforman
    la F.A.L. en la búsqueda de soluciones
    radicales.
  6. En la F.A.L. cada individuo tiene el derecho de ser
    libre y lograr su autorrealización en comunión
    con los demás, y la función del Estado es
    proteger este derecho y nunca infringirlo.
  7. La F.A.L. se guiará por la ética de la
    alteridad, porque es la única que se ajusta al bien
    moral, entendido como "la vida con dignidad para todos". La
    persona más importante es la que sirve a los
    demás, y obrar el bien significará permitir la
    vida del otro.
  8. Para la F.A.L., uno de sus objetivos fundamentales e
    inmediatos será el de erradicar el flagelo de la guerra
    y cualquier forma de violencia que afecte la vida y la
    convivencia. Dentro de su jerarquía de valores la F.A.L.
    tendrá la vida como el máximo valor. Los
    demás valores lo serán en cuanto estén en
    función de éste.
  9. El hombre es una realidad compleja que tiende a su
    realización en todas sus dimensiones: interioridad,
    corporeidad, interacción, afrontamiento, libertad,
    trascendencia y acción.
  10. Para la F.A.L. la búsqueda de nuestra
    identidad y derecho de ser estará por encima del tener o
    parecer. Todo lo que piense y haga el hombre será bueno
    en cuanto esté al servicio de la humanidad. El hombre,
    por el hecho de ser libre, es el único responsable del
    bien y del mal que existen en el mundo.

Agradecimientos

A José Cruz Ramírez,
que con su obra: "El maravilloso siglo XXI y los cambios que
traerá" de editorial Iberoamericana,
Bogotá-Colombia, 1998 y a José Silvestre
Méndez M., que con su obra: "Fundamentos de
Economía" de Nueva Editorial Interamericana,
Bogotá-Colombia, 1985. Los anteriores investigadores me
ayudaron con sus planteamientos como fuente de referencia e
inspiración. *

3. Bibliografía y notas
utilizadas

Bibliografía

  • Cruz Ramírez, JOSE. El maravilloso siglo XXI y
    los cambios que traerá. Editorial Iberoamericana.
    Bogotá DC 1998.
  • Méndez M, JOSÉ SILVESTRE. Fundamentos
    de Economía. Nueva Editorial Interamericana.
    Bogotá DC 1985.
  • Sachs, JEFFREY D. El Fin de La Pobreza. Editorial
    Random House Mondadori Ltda.. Bogotá DC 2006. p
    51.

Notas utilizadas:

1 Sachs, JEFFREY D. El Fin de La Pobreza.
Editorial Random House Mondadori Ltda.. Bogotá DC 2006. p
51.

2 Op. Cit.

3 Ibid. p 21.

4 Ibid. p 189.

 

Rodrigo Leal Cuevas

4. Biografía del
autor

Filósofo colombiano. Nacido el 1 de julio de 1957
en Támara, Casanare Colombia; hijo de Amadeo Leal y Angela
Cuevas Leal. Bachiller del colegio Seminario Menor
San José de Támara en el año 1977;
Licenciado en Filosofía y Letras de la Universidad
Santo Tomás de
Aquino; Posgrado en Pedagogía Constitucional y
Democrática de la Universidad Autónoma de Colombia,
actualmente se desempeña como docente en el municipio de
Soacha cundinamarca.

5. País, ciudad y
fecha correspondientes al trabajo realizado

Colombia, Bogotá DC,
julio de 2005

Partes: 1, 2, 3, 4
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