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Los proyectos pedagógico-productivos (página 2)



Partes: 1, 2

Segundo principio: La escuela
está estrechamente vinculada con la vida cotidiana. La
escuela debe reconocer el valor de la
vida del educando y promover, desde la educación, el
estímulo a su cuidado y su desarrollo.

John Dewey planteó la idea de la educación como
necesidad de vida. La vida está relacionada con
costumbres, creencias, las victorias, las derrotas, las instituciones,
las ocupaciones; la vida es una lucha por continuar siendo; es un
proceso de
autorrenovación. En este proceso, la transmisión se
da mediante la
comunicación. Se trata de compartir la experiencia
hasta que ésta se convierta en una posesión
común.

Teóricamente, los pioneros de las escuelas nuevas
plantearon estos principios de
vitalidad atendiendo a miradas como: le educación es lo
mismo que el crecimiento, la educación se refiere a la
vida y la educación rehace la vida.

  • La vida es la gran cosa, después de todo. La
    vida del niño, a su tiempo y a
    su medida; por ello, todo lo demás son medios,
    instrumentos, destinados a acrecentarla. Por supuesto que el
    crecimiento es la característica de la vida, la
    educación es lo mismo que el crecimiento; no tiene un
    fin más allá de la misma. (Dewey);
  • La educación se refiere a la vida, para hacer
    a la vida mejor. Para una mirada penetrante, la
    educación no aparece como algo fuera de la vida,
    aplicada como un instrumento, digamos como una palanca, con la
    cual empujar o levantar la vida; no, la educación
    está dentro de la vida, en tanto que la vida tenga
    valor. La educación es un proceso de la vida, que rehace
    la vida. Es la reconstrucción continua de la vida, en
    niveles cada vez más elevados, más ricos.
    (Kilpatrick);
  • El fin de la educación es el desarrollo de la
    vida, ya que el destino del hombre es,
    ante todo, el de vivir (Decroly);
  • El educador, inspirándose en un profundo culto
    a la vida, debiera respetar, observando con hondo interés
    humano, el desenvolvimiento de la vida del educando.
    (Montessori).
  • La escuela debe considerar la cultura como
    uno de los elementos más importantes en el mundo de la
    vida.

La cultura como el conjunto de todas las formas de vida
y expresiones de una sociedad
determinada. Como tal incluye costumbres, prácticas,
códigos, maneras de ser, de vestirse, de concebir el
mundo, rituales, normas de
comportamiento
y sistemas de
creencias. La cultura entendida como el acervo de saberes de que
quienes participan en el proceso de rehacer continuamente su
vida, es decir, en el proceso educativo, y para ello se abastecen
de interpretaciones para entenderse sobre algo en el mundo de la
vida.

  • La escuela debe estar integrada al sistema social.
    Esta integración se hace con la sociedad
    entendida como el conjunto de ordenaciones legítimas a
    través de las cuales los participantes regulan sus
    pertenencias a grupos
    sociales.

El sistema social está colonizando el mundo de la
vida. La vida cotidiana, el mundo de la vida ha sido fundamento
de toda creación (ciencia,
tecnología, arte,
cultura,…). Sin embargo no es el punto de partida para el
continuo rehacer de esa vida, esta siendo colonizada (desde el
punto de vista de la verdad, de las interacciones, de la comunicación) por el sistema
social.

  1. Tercer principio: La escuela debe coadyuvar
    a la formación de una personalidad
    independiente o autónoma, como espíritu de
    iniciativa, de originalidad y de solidaridad, en
    las formas de la autonomía escolar, de las actividades
    del mundo de la vida, y de la participación social. En
    otras palabras la escuela coadyuva la formación de
    la
    personalidad, la formación que le permite a un
    sujeto responder por sus acciones
    .

En la escuela, la idea de libertad
consiste en una coincidencia de la vitalidad, de la
autonomía en participación. La actividad no
impuesta al educando, se trata del pleno ejercicio de su
autonomía y de su conciencia de
solidaridad con los demás integrantes de la comunidad
escolar. Se trata de una libertad de participación dentro
de un proceso educativo, del continuo rehacer de la vida, de
aceptar responsabilidades. "Cada alumno trabajará
razonablemente hasta el límite de su capacidad y recursos, en
empresas que
sienta, hasta el grado mayor posible, que son suyas, y por las
cuales acepta una responsabilidad".

La escuela debe tener en cuenta al aplicar el concepto de
libertad que:

  • La libertad se construye desde los procesos de
    socialización y se materializa en el
    pacto de convivencia. En la aplicación de estos manuales es
    decisivo el maestro; él debe construir con el
    estudiante, debe contribuir a la autofundación de la
    libertad y el respeto por
    el otro. En teoría, el maestro debe interferir lo
    menos posible en la autodeterminación de los alumnos y
    orientar, señalar o sugerir actividades.
  • La condición esencial del principio de
    libertad es la convivencia y el respeto al otro, la
    colaboración, el auxilio mutuo y la
    solidaridad.
  • En el mundo social, las ideas de colectividad
    nacional no pueden estar aisladas de la educación. Por
    ello, la escuela debe construir para el bienestar
    democrático de la nación o del Estado.

La aplicación de estos principios es
difícil, por no decirlo imposible, si se concibe que la
libertad está condicionada por las exigencias de un
plan o
programa de
estudio o de trabajo, en el
cual no participa el niño; si el Proyecto
Educativo Institucional y los manuales de convivencia son
impuestos, si
el trato con los demás está sujeto a los
dictámenes de los adultos.

La escuela no ha enfrentado aún su compromiso con
la formación humana, persiste en transmitir conocimiento,
en lugar de construirlo, no tiene aún herramientas
para enfrentar el reto de la formación de la
autonomía. Este concepto es aún algo ambiguo en la
escuela y en la
familia.

Cuarto principio: La educación debe
realizarse teniendo en cuenta las necesidades peculiares de cada
alumno en particular
.

Alfredo Binet dice al respecto: "En cuanto a mí,
después de una experiencia ya larga, creo que la
determinación de las aptitudes de los niños
es el asunto más grave de la enseñanza y de la educación;
según sus aptitudes se les debe instruir y también
dirigirles hacia una profesión. La pedagogía debe tener como preliminar, un
estudio de psicología individual".

Édouard Cleparède expresa que: "La
pedagogía debe pues partir del niño. La escuela
para el niño y no el niño para la escuela; los
programas y
los métodos
gravitando alrededor del niño, y no el niño
gravitando, mejor o peor alrededor de un programa confeccionado
fuera de él. Tal es la revolución
copernicana, a la que invita la pedagogía al
educador".

La escuela se propone en cuanto al principio de
individualidad las siguientes consideraciones:

  • Respeto absoluto a la individualidad del educando,
    actuando dentro de su propia capacidad, así en
    contenidos por ofrecer como en trabajos por exigir.
  • Reconocimiento de la individualidad, no como algo
    dado sino como algo que se debe formar o
    conquistar.
  • Desarrollo al máximo las capacidades de cada
    uno para alcanzar la plenitud personal.
  • Aceptación de la personalidad como producto de
    la individualidad cultivada dentro de sus
    características propias.

Quinto principio: La escuela debe desarrollar
actividades escolares en común (grupos o equipos)
para generar en el alumno hábitos positivos de convivencia
y cooperación social que lo preparen para la vida y,
siempre que sea posible, que sirvan a otros
.

En la relación escuela-comunidad no es posible
separar comunidad y escuela: "reconocer que la escuela es, ante
todo, comunidad escolar; y no puede haber otra educación
que la educación en comunidad, que la educación en
que la comunidad se educa así misma".

La Escuela en cuanto al trabajo colectivo se
propone:

  • El trabajo escolar colectivo tiene que partir de una
    congregación de los alumnos en pequeños grupos o
    equipos.
  • La educación en comunidad debe tener como
    apoyo decisivo el concepto y la práctica de la
    autonomía escolar, puestos al servicio de
    toda la participación de los educandos.
  • En la
    organización de la educación colectiva es
    necesaria la participación, real e indirecta, que
    representan los padres y los propios alumnos, por la
    proyección de sus efectos en el ambiente
    social.

El trabajo escolar colectivo fue uno de pilares de la
propuesta de la escuela Unitaria, que adoptó el PEN y
más tarde la Postprimaria Rural: el trabajo en
pequeños grupos y la conformación del gobierno
estudiantil y sus respectivos comités.

Este principio fue clave en el programa de Escuela Nueva
al plantear desde un comienzo la relación escuela
comunidad como básica en la estrategia. Sin
embargo, como ya se dijo, la participación de los padres
de familia se
redujo a realizar trabajos de pintura de la
escuela, arreglo de tanque del agua,
etc.

Si bien el trabajo en grupo es uno
de los pilares de la propuesta, no es claro cómo el
trabajo escolar prepara para la vida. El trabajo en grupo es
planteado de nuevo como una alternativa necesaria porque no hay
maestros suficientes.

El trabajo escolar desde un comienzo se planteó
con asignaturas que no están relacionadas. Esto fue el
legado de la escuela urbana, de la cual copió el modelo. En el
manual de
capacitación estuvo planteada la
interrelación, pero en la práctica los planes de
estudio se basaron en el aprendizaje de
asignaturas completamente desconectadas. Se intentaron varias
estrategias para
utilizar este principio: los autocontroles, el diario del
niño, los comités, el gobierno escolar,
etc.

El trabajo en equipo
es uno de los pilares de la pedagogía que se
experimentó en la Escuela Unitaria y se consolidó
en la propuesta pedagógica del Programa Escuela Nueva.
Roger Cousinet (1889-1973) fue quien propuso un método
basado en dejar que los alumnos se agruparan libremente en
equipos de cuatro a ocho niños; su actividad se fundamenta
en el trabajo grupal y se basa en la misma naturaleza
infantil, en su espontaneidad, en su cotidianidad fuera de la
escuela, en sus juegos,
agrupaciones, ocupaciones; se trata de poner al niño en
condiciones de actuar, fundamentado en la vida social de los
grupos. El trabajo en grupo se fomentó cuando los
niños trabajan en comités. El trabajo en grupo
también fue clave en la propuesta de materiales
educativos para la Postprimaria Rural. En estos, las principales
actividades son las individuales, las grupales y las
intergrupales.

Sexto principio: Supuesto el hecho
pedagógico de que el niño percibe las cosas en
totalidades y no en sus partes, los contenidos deben organizarse
en núcleos problémicos de conocimiento que integren
las disciplinas alrededor de la búsqueda de explicaciones
a los problemas que
plantea la interacción sujeto-realidad.

El principio de globalidad comienza a ver el currículo como un todo: "Si es acertada
nuestra idea de que la práctica del currículo es un
proceso de representación, formación y
transformación de la vida social en la sociedad, la
práctica del currículo en las escuelas y la
experiencia curricular de los estudiantes, debe entenderse como
un todo, de forma sintética y comprensiva, más que
a través de las estrechas perspectivas de especialidades
de las disciplinas particulares". Por lo tanto, el manejo de los
contenidos por áreas de conocimiento mediante guías
que solo abordan una disciplina
debe ser reconsiderado ya que el niño percibe la realidad
en totalidades y no en sus partes.

  1. La necesidad de atender, en forma contextualizada y
    calificada, la educación de los niños, las
    niñas, los jóvenes y las jóvenes de los
    sectores rurales debe suscitar en la educación el
    desafío de generar e implementar experiencias
    educativas pertinentes y congruentes con las condiciones y
    expectativas de la población. Específicamente, todo
    modelo educativo para los sectores con características
    rurales debe buscar dar al proceso de formación una
    verdadera capacidad de respuesta frente a los
    desafíos, las expectativas y los problemas que
    caracterizan al contexto y la relación de este con el
    mundo.

    Desde esta perspectiva, todo modelo educativo que se
    desee implementar a favor de los pobladores rurales debe
    asumir la misión
    de generar una propuesta educativa que, recogiendo
    críticamente lo que ha sido la educación en el
    mundo rural, dé una sólida respuesta, no solo a
    los problemas de calidad y
    cobertura, sino también de continuidad y pertinencia.
    En tal sentido, la institución educativa debe encarar,
    primero que todo, la tarea de pensar nuevamente la
    naturaleza, el sentido y las características de los
    medios rurales como condición básica para
    plantear lo que debería ser, no sólo, una
    escuela sino también una educación realmente
    rurales. Existe para estos tiempos la convicción de
    que las escuelas y los modelos
    educativos hasta ahora implementados presentan, como unos de
    sus problemas claves, serios vacíos y carencias con
    respecto a la interpretación de la realidad rural. Se
    requiere y se plantea la necesidad de una escuela y de una
    acción educativa articulada y pensada
    desde lo rural y para lo rural. Esta seria una las cuestiones
    centrales que debería guiar la formulación de
    todo proyecto educativo.

    Igualmente, llama la atención el hecho de que si bien es
    cierto que, con los modelos educativos imperantes en las
    áreas rurales se lograron, en lo pedagógico,
    algunos resultados relativamente exitosos, es necesario
    realizar un replanteamiento de tales modelos
    pedagógicos con el fin de ofrecer una educación
    y un proceso formativo que, atendiendo la naturaleza y las
    características socio-culturales y económicas
    de las poblaciones rurales, permita asegurar, mediante una
    contextualizacion más clara y explícita de la
    propuesta educativa, mejores logros educativos y con ello,
    disminuir las desigualdades y las distancias que marginan
    cada vez mas a los contextos rurales del proyecto social. La
    educación rural debe estar interesada en ofrecer una
    propuesta pedagógica y educativa que atendiendo a la
    pluralidad y multiculturalidad de toda nación permita, a través de la
    formación integral de los y las jóvenes, una
    mayor participación e inclusión de los
    contextos rurales en el proyecto nacional.

    En este sentido, se debe incorporar en el análisis de la propuesta educativa la
    consideración de las condiciones de vida y de
    desarrollo de los ámbitos rurales, dado que se asume
    que el
    conocimiento y la institución tienen un importante
    papel que desarrollar en el proceso de transformación
    de las condiciones de vida de los contextos en los que opera;
    por consiguiente, los análisis relativos a los
    problemas del tejido social comunitario, la
    caracterización de la identidad
    y sus problemas, los procesos migratorios, el impacto de la
    violencia
    y la pobreza en
    las condiciones del desarrollo local y regional de las
    comunidades rurales, son temas que deben ser importantes y
    recurrentes en la discusión de la propuesta educativa.
    Desde esta perspectiva, la vulnerabilidad socio-cultural y
    económica de los entornos rurales se convierte en un
    desafió para el quehacer educativo y, por lo mismo, en
    un factor primordial a la hora de pensar y desarrollar la
    respectiva propuesta educativa. Educación y desarrollo
    local y regional deben encontrar en la escuela un
    ámbito de dialogo y
    realización.

    Así mismo, el reconocimiento de la naturaleza
    y las características de los contextos rurales deben
    conllevar a que en la estructuración y la
    implementación de la propuesta educativa los
    diferentes actores sociales rurales encuentren un espacio que
    no sólo contribuya a su expresión como una
    cultura dotada de identidad, sino también a su
    expresión y fortalecimiento como realidad social. Por
    ello, el modelo educativo debe generar un real y constructivo
    acercamiento entre la institución escolar y la
    comunidad que justifica y espera su presencia y su
    acción; acercamiento que debe caracterizarse por un
    permanente y positivo diálogo en torno a la
    naturaleza de la propuesta educativa y su impacto real en la
    comunidad. El modelo educativo a proponer en las áreas
    rurales debe tener como uno de sus principios básicos
    la misión de fortalecer el tejido comunitario y sus
    diversas relaciones, a través de la elaboración
    e implementación de un Proyecto Educativo Rural
    Comunitario, que debe ser a la vez, carta de
    navegación y conjunto de compromisos contraídos
    por los diferentes actores frente a la propuesta
    educativa.

    Desde esta perspectiva es que la presencia del
    Proyecto Pedagógico Productivo, estrategia y a la vez
    escenario de desarrollo de la propuesta educativa, se
    constituye en elemento central en todo modelo educativo para
    los sectores rurales, en tanto que permite, no solo articular
    y hacer pertinente la propuesta curricular sino
    también direccionar las relaciones que deben
    suscitarse entre escuela y comunidad. Dentro de la propuesta
    educativa, el Proyecto Pedagógico Productivo, implica,
    a la vez, continuidad y ruptura por cuanto no solo recoge la
    idea de hacer más vivénciales los procesos de
    educabilidad y enseñabilidad, sino que lo proyecta con
    el propósito de que sea herramienta esencial, en la
    idea de generar no sólo una formación integral,
    sino también en el desarrollo de un tipo de mentalidad
    especifica, la emprendedora, que permita a los y las
    jóvenes rurales realizar significativos procesos de
    cambio y
    desarrollo social dentro de sus comunidades. Ello es,
    precisamente lo que suscita la idea del Proyecto
    Pedagógico Productivo, como elemento articulador del
    lo pedagógico-curricular que recoge un hecho de la
    historia y la
    vida cotidiana de la comunidad, como lo es la producción de opciones de vida y
    convertirse en la estrategia y el escenario que articula el
    saber escolar con la experiencia comunitaria

    Por lo tanto, una característica importante
    para la propuesta educativa rural está en que asume
    como escenario básico para el desarrollo del proyecto
    de formación el denominado Proyecto Pedagógico
    Productivo. Este concepto, como lo señala Ángel
    Ramírez, (2004), involucra e integra
    tres referentes conceptuales muy importantes como lo son: el
    de proyecto, entendido éste como la disposición
    de ordenar en forma racional diversos elementos para generar
    algo específico; lo pedagógico-curricular, como
    estrategia de trabajo característica y propia de la
    institución educativa y la productividad, respuesta de la comunidad a los
    desafíos de la vida material y espiritual, como
    referencia para que el trabajo escolar genere un
    producto-intelectual, personal y colectivo, que responda a
    sus expectativas de vida y desarrollo. Es decir, esta
    noción tiene como cometido esencial integrar mediante
    un ejercicio, inteligente y planificado,-el proyecto- un
    hecho de la vida cotidiana de la comunidad- el hecho
    productivo- con lo característico del quehacer
    escolar-lo pedagógico-curricular. Y de esta manera,
    generar una dinámica de trabajo educativo que
    permita el dialogo constructivo y creativo entre vida
    cotidiana y saber escolar.

    Por lo tanto, el proyecto pedagógico
    productivo, no solo es un pretexto, sino más que ello,
    toda una estrategia de trabajo que convoca la vida cotidiana
    de la comunidad, el saber científico y
    académico establecido, el saber propio de la comunidad
    y la naturaleza y el ambiente de la institución
    educativa para generar una propuesta de trabajo, educativa y
    comunitaria, que dé sentido y pertinencia al quehacer
    de los escolares y docentes,
    en cuanto cada acción de este proceso empieza a dar
    una respuesta cualificada a las expectativas de vida y de
    conocimiento que se generan en dicho encuentro. Por lo mismo,
    el proyecto pedagógico productivo es, igualmente, un
    escenario en cual inteligencia, saberes, conocimientos y actores
    desarrollan procesos de aprendizajes que responden a
    desafíos tanto intelectuales como de la vida
    práctica.

    Desde el punto de vista curricular conviene reiterar
    que el Proyecto Pedagógico Productivo se convierte en
    el generador de los denominados problemas de conocimientos,
    es decir, en el generador de los interrogantes, las preguntas
    y las hipótesis de trabajo que luego de ser
    ordenadas y puestas en una lógica determinada van a dar origen al
    plan de estudios. Así mismo el Proyecto
    Pedagógico Productivo se convierte en un laboratorio pedagógico, a partir del
    cual y en el cual, docentes y escolares desarrollan procesos
    de aprendizajes que no solo permiten generar conocimientos y
    saberes pertinentes, sino también concretar respuestas
    a los problemas básicos de la vida y el desarrollo de
    la comunidad, dentro de la cual la escuela se
    inscribe.

    Ahora bien, los hechos productivos siempre han
    estado ahí, propios y característicos de la
    comunidad y como tal, de una u otra manera, han dado
    respuesta a algunos de los problemas del contexto; aún
    más, se puede afirmar, incluso, que los hechos
    productivos han estado presentes desde hace varios
    años en la rutina del trabajo escolar, prueba de ello
    son las denominadas granjas escolares y otros proyectos
    económico-productivos; sin embargo, sus implicaciones
    pedagógicas y curriculares han sido más bien
    superficiales y sus efectos en la vida comunitaria más
    bien tenues, e inclusos insignificantes. La diferencia
    está en que esta nueva visión los convierte en
    un poderoso, activo y dinámico articulador de: saberes
    cotidianos y saberes escolares; vida comunitaria y vida
    escolar; docentes y escolares y otros agentes educativos;
    contexto y escuela. Pero quizás, lo más
    importante sea, que sin la presencia de este tipo de
    proyectos el trabajo escolar no encuentra un sentido muy
    claro, excepto que se considere como único sentido de
    la escuela, la instrucción en torno a los saberes
    establecidos y la satisfacción de determinados
    mínimos socialmente establecidos.

    Por ello mismo, la presencia del Proyecto
    Pedagógico Productivo, requiere además de
    consultar a la comunidad y lograr un consenso, participativo,
    democrático e inteligente, en torno a su naturaleza
    (producción y/o transformación), sus
    características, los compromisos, las condiciones de
    realización, entre otros, ciertos requerimientos
    pedagógicos y técnicos que lo conviertan en un
    proceso tendiente tanto a la formación integral de los
    escolares, como a la generación de respuestas frente a
    las expectativas, presentes y futuras, tanto de los escolares
    como de la comunidad misma. En tal sentido, además de
    ser un proyecto pedagógico, el proyecto
    pedagógico productivo, debe ser pensado y estructurado
    como un proyecto de
    inversión y en tal sentido, debe considerar todas
    las herramientas, presupuestos y características de este
    tipo de proyectos. Solo así la escuela
    responderá a su misión y a la vez dará
    una respuesta eficiente a las expectativas que sobre el
    desarrollo se presentan dentro de la comunidad.

    Ello quiere decir que las relaciones entre escuela y
    vida económica adquieren a través del proyecto
    pedagógico productivo un nuevo sentido y una nueva
    connotación; ya no se trata de que la actividad
    escolar desarrolle aquellos saberes que cualifican la mano de
    obra y desarrollan una ética
    del trabajo conducente a la demanda de
    empleo,
    sino que genera un proceso intelectual y práctico que
    debe conducir al desarrollo de una mentalidad y una nueva
    ética frente al trabajo, donde lo
    característico sea el espíritu creativo,
    proactivo y emprendedor, de tal manera que a partir de ello
    se generen posibilidades de desarrollo, individual y
    colectivo, que den forma y sentido no solo al proyecto de
    vida individual sino también al proyecto mismo de la
    comunidad.

    De esta manera, la institución educativa
    responde, igualmente, al desafió de ser una
    institución capaz de generar alternativas frente a los
    agobiantes problemas de pobreza,
    exclusión y subdesarrollo que hoy identifican a las
    comunidades rurales; es decir, la escuela se torna en una
    institución capaz de asumir una posición y dar
    algunas respuestas frente al desarrollo local. Desde esta
    perspectiva, es aconsejable que la propuesta de todo proyecto
    pedagógico productivo implique la formulación
    de una estrategia organizacional que se haga cargo del manejo
    operativo y financiero del proyecto, que bien puede ir desde
    una precooperativa hasta una empresa
    solidaria, siempre y cuando no se olvide que sus actores
    más importantes deben ser los-las
    escolares.

    En síntesis, la idea del proyecto
    pedagógico productivo es no solo plantear un nuevo y
    más eficiente horizonte para el trabajo escolar sino
    también generar un espacio y una estrategia de trabajo
    que permita la plena expresión de la propuesta de una
    pedagogía crítica y activa, de un
    currículo que problematiza la realidad vista en toda
    su complejidad, así como de generar nuevos y
    más dinámicos diálogos entre los
    diferentes actores de la comunidad educativa y los distintos
    componentes de la vida y la realidad escolar. De esta manera,
    la escuela no circunscribe su espacio de acción y su
    actuar mismo al espacio y la acción tradicional, sino
    que se convierte en un auténtico escenario social y
    comunitario donde los diversos actores de la comunidad
    educativa, en su más amplia acepción, se
    congregan para llevar a cabo todo un proyecto educativo y
    comunitario.

  2. El proyecto
    pedagógico productivo: el desafío de la
    pertinencia y la articulación

  3. Prospectiva

Hay una nueva etapa del desarrollo histórico de
la Humanidad en marcha, y ello implica profundas transformaciones
en todos los ámbitos de la vida personal y social; la
sociedad, las instituciones y los seres humanos deberán
poner en una nueva y distinta perspectiva sus diversos referentes
de vida y de acción Frente a tales escenarios, en marcha y
en conflicto,
encontramos el mundo rural que exige de la sociedad y de las
instituciones que agencian su desarrollo, repensar los referentes
y las relaciones que hasta ahora han caracterizado su
concepción y su operacionalización en el mundo
concreto de la
vida, de las decisiones que tomen dependerá el destino y
la presencia histórica del campesinado y su
cultura:

Ahora bien, existe la posibilidad de una globalización alternativa, es decir,
marcada por la solidaridad con el mundo rural, que en
ningún modo constituye una vuelta atrás en la
historia, pues como señala Rubio, (1996:635), "no se trata
de volver al pasado, sino de impulsar la incorporación
plena de los campesinos al desarrollo nacional sobre bases
nuevas, es decir, el derecho a vivir de su trabajo, la
búsqueda de la soberanía alimentaría y la defensa
del ambiente. Su concreción, sin embargo, pasa
necesariamente por el campo político."

Ahora bien, la educación entendida como proyecto
y proceso encaminado al desarrollo de la condición humana,
es decir, aquello que mejor define nuestra condición de
personas tiene, por lo tanto, un reto en doble
sentido:

  • Primero, aprehender el sujeto rural desde una
    perspectiva distinta; es decir, reconstruir los imaginarios que
    sobre el mundo rural y sus pobladores tradicionalmente han
    guiado, de manera consciente o inconsciente, su quehacer y su
    acción y plantearse la necesidad de re-descubrirlo no
    solo educativa, sino también antropológica,
    social, productiva y culturalmente.
  • Segundo, para tales efectos, la educación, los
    maestros y las maestras, y, por supuesto, la escuela, deben
    volver sobre las viejas preguntas y responderlas no solo a la
    luz de las
    nuevas circunstancias históricas, sino también en
    diálogo y en relación directa, democrática
    y participativa, con los actores rurales y sus realidades
    concretas. El Proyecto Pedagógico Productivo, es la
    herramienta y la estrategia adecuada para tales
    fines.

Bibliografía

MEIRIEU, Ph. (2004).
En la escuela hoy. Barcelona: Octaedro.

DEWEY, J. (1963). Democracia y
Educación.

VILLAPANDO, J. (1998) La pedagogía de la
acción. México: Mexicana de
Pedagogía.

CLAPARÈDE, É. (1932). La escuela: la
psicología experimental y la psicología
funcional. Madrid:
Nancea.

REMIREZ, Ángel. (2005). Pedagogía para
aprendizajes productivos. Bogotá: Ecoe
Ediciones.

KEMMIS, S. (1993). El currículo: más
allá de la teoría de la reproducción. Madrid: Morata.

 

Josué Norberto Ramón
Suárez

JOSUE NORBERTO RAMON SUAREZ.

CARLOS JOSE GIL JURADO

Profesores Facultad de Educación

Universidad de Pamplona

Grupo de Investigación en Educación
Rural

Partes: 1, 2
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