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Teología, Iglesia y globalización (página 2)




Enviado por Luis Eduardo Cantero



Partes: 1, 2

  1. ALGUNOS
    IMPACTOS DE LA GLOBALIZACIÓN
    ECONÓMICA.

James Wolfensohn afirmaba: "Vivimos en un mundo
desgarrado por la desigualdad. Algo anda mal cuando el 20%
más rico de la población mundial recibe más del 80%
del ingreso total (…) cuando el 10% de la población
recibe la mitad del ingreso nacional (…) cuando el ingreso
medio para los 20 países más ricos es 37 veces el
promedio de los 20 más pobres (…) cuando 1200
millones de personas todavía subsisten con menos de un
dólar por día y 2800 millones viven con menos de
dos dólares por día."

Ante estas palabras nos muestra que la
capa de ozono
social cada vez se ensancha, las fuerzas de esta globalización económica están
produciendo ganancia para unos pocos a costilla de los otros que
son como animales que todo
lo devoran, sin reflexionar sin meditar… Esta cadena
alimenticia no es producto de
los seres que reflexionamos sobre nuestros actos, sino del
darvinismo social con un agregado de bestialidad: los que se
benefician y los que quedan silenciados por las políticas
neoliberales que son dirigidas y condicionadas por el FMI. Este ente
regulador de las economías en vías de desarrollo ha
provocado que dos tercios de nuestra humanidad vivan hoy bajo
la pobreza, la
miseria, excluidos de sus beneficios. El 95% viven en
países con economías emergentes, los cuales reciben
el 7% del valor de
capitalización del mercado mundial.
Los grupos fascistas
que promueven esta economía salvaje
creen que ofrecen un kerigma esperanzador de que aplicando
ciertas técnicas
neoliberales a las economías locales vivirán mejor
(…); en pocas palabras estos promotores han convertido
tanto su discurso como
las políticas neoliberales en una nueva religión para
América
Latina, que poco a pocos está ganando creyentes no
desde abajo sino desde arriba, desde la clase
dominante, Juan José Tamayo la ha bautizado la
religión de Mercado.

Al respecto Tamayo dice: La religión de mercado
dispone de eficaces vías de influencia en la opinión
pública, como son las llamadas Biblia de inversores y
especuladores de bolsa, que anuncian el evangelio de la felicidad
del neoliberalismo
y defienden la privatización como solución a todos
los problemas.
Los sacramentos de la nueva religión son los
productos
comerciales que se publicitan a través de una atractiva
simbólica venal, cargada de mensajes
subliminales orientados a crear necesidades que los
ciudadanos no pueden satisfacer y a motivar el consumo de
manera compulsiva. Los templos de la antigüedad
fueron bancos sagrados;
los templos profanos de la religión del mercado son hoy
los bancos, a cuyos mostradores y ventanillas se acercan los
clientes con el
mismo respeto y
haciendo las mismas reverencias que las personas creyentes en sus
templos. Como las demás religiones, la nueva
religión practica sacrificios. En el altar de la
globalización neoliberal se sacrifican diariamente
vidas humanas, las de los pobres y excluidos, y la vida de la
naturaleza a
través de la tala de los bosques y de la contaminación del aire, de los ríos,
etc.

Otro rasgo que define a la religión del
neoliberalismo es su carácter totalitario, que genera una
sociedad de
riesgo y lleva
derechamente a lo Ulrich Beck llama el chernobil
económico. Este neoliberalismo se caracteriza por un
dogmatismo y un fundamentalismo del mercado. Este fundamentalismo
posee características similares a las de otros
fundamentalismos: impone su visión de las cosas y no
admite la disidencia; se muestra ciego ante lo que es evidente
para otros; actúa autoritariamente en la aplicación
de su ideología; no tiene en cuenta los
diferentes contextos (…). En definitiva, el
fundamentalismo del FMI constituye un fiel reflejo del
fundamentalismo del capital
neoliberal. El discurso económico neoliberal formula
leyes
universales y eternas, de obligado cumplimiento en todo tiempo y
lugar, independientemente del contexto geográfico e
histórico. Ahora bien, ¿Qué hacer si la
realidad no corresponde a los enunciados de la teoría?
Es la realidad la que hay que cambiar, no la teoría. El
objetivo de la
gran mayoría de las iglesias cristianas de hoy con sus
diversas mutaciones, no es ya la formación integral del
ser humano hacia la vida trascendental, sino crear personas
competitivas, cuantas mas siembre dinero mucho
mejor. La competitividad
se torna el único evangelio que se predica en la
religión del mercado. Este evangelio cuenta con
evangelistas, teólogos, teólogas, pastores,
sacerdotes, etc. Como subraya Ricaccardo Petrella: "Los
evangelistas son los economistas y expertos que han codificado la
economía de mercado basándose en pensadores y
científicos como Hobbes,
Darwin, Spener,
Nietzsche, a
quien se manipula sin recato siempre que es necesario. Esta nueva
religión tiene su propia ética, que
no se caracteriza por la defensa del bien común. Y los
frutos de esta ética se resumen así:

  • Libertad individual como valor absoluto sin
    referencia comunitaria, que se desemboca en un individualismo
    beligerante. Los valores
    están en los seres individuales, nunca en las instituciones.
  • Libre iniciativa como despliegue de la libertad
    individual, que se desemboca en el libre mercado y sobre todo
    en el mercado único y pensamiento
    único.
  • Competitividad feroz y agresiva, orientada a la
    superación y al éxito
    individual.
  • Culto a dios Mamón, al que se le rinde culto y
    se le ofrece sacrificios de vidas humanas, las de los
    pobres…
  • Darwinismo social, que implica la eliminación
    de quienes no se atienen a la lógica del mercado.

Finalmente, como puede apreciarse en el documento de
Tamayo, los teólogos de la religión del mercado se
apropian del lenguaje de la
teología de la liberación, previamente lo
vacían de todo contenido liberador real. Hacen suya la
opción por los pobres, pero solo de forma retórica.
Afirman que los principios
igualitarios del cristianismo
se hacen realidad en la economía de mercado, cuando lo que
ésta genera son desigualdades sin límites y
cada vez profundas. Hay que estar muy atentos a los avances de
esta nueva religión, cuya habilidad mayor es no
presentarse como tal, e impedir sus perniciosos efectos para el
futuro de la humanidad y del planeta." Otro impacto de este
darvinismo social es nuestro medio
ambiente, el desarrollo y el progreso económico
corresponde a una determinada elite que se basa en el usufructo y
dominio de la
naturaleza, de nuestra fauna y flora. Se
explota la tierra y
demás en el deseo del lucro económico. Se percibe
la tierra como un
depósito inagotable de recursos para el
usufructo y control humano.
Este deseo bestial les impide comprender que la tierra es nuestro
hogar y sino cuidamos de ella, el futuro de la vida en general
está a punto de desaparecer. Este impacto del lucro en
detrimento de los demás; lo ha sentido la vida individual
y familiar, lo que era privado o familiar se mide o se
comercializa con frecuencia según el valor de cambio
económico. Los tiempos que ante eran dedicados a la familia hoy
son los de ir de compras o de
trabajar mas.

Como lo describía Tamayo esta globalización se ha convertido en la nueva
religión, hay lugares donde los centros comerciales
permanecen abierto y la vida económica se extiende a las
24 horas del día. El tiempo dedicado a Dios: la iglesia, ese
tiempo dedicado a la fe religiosa no productiva, no se considera
de mucho valor. La nueva religión le ofrece otro descanso
que nosotros llamamos la fe del fútbol. Creemos que este
impacto ha producido en la familia dedicar
menos tiempo a la vida religiosa y atención a lo que necesitan ellas para
sobrevivir y no para prosperar. Lo anterior nos lleva a precisar
que los principios básicos de esta economía
globalizada han hecho que las culturas locales tiendan a
desaparecer. A modo de ejemplo, en algunos países de
América
Latina como el caso de Argentina su cultura local
está declinando en importancia con respecto a los
años 80 del siglo pasado, hoy esta moldeada por los mismos
bienes y
servicios
consumistas. El inglés
se ha convertido el idioma universal, junto con los lenguajes de
los medios de
comunicación, tecnológicos e
informáticos. Alimentados por los medios de
comunicación social como la radio,
Internet,
el
periódico y por las instituciones educativas. Nuestros
jóvenes, familia e individuos se están pareciendo
cada vez más los unos con los otros en gustos y
aspiraciones, bajo el lema de una libertad de elegir (…).
Los medios de
comunicación y la publicidad en
general nos moldean y nos crean ese vacío de llenar
nuestros deseos insatisfechos, bajo pautas establecidas por los
países imperialistas como los Estados Unidos.
Pareciera que nuestra sociedad poco a poco esta siendo absorbida
por el agujero negro: "Un mundo único" que han anhelado
por largo tiempo las personas creyentes conservadoras
clásica: Una América para Cristo, discurso que fue
la razón de ser de los movimientos anabaptistas en el
norte de América. Pero ¿será esto tan
benévolo para nuestra sociedad latinoamericana? Thomas
Friedman, responde:

"La cultura, en su mejor expresión, puede ser
una de las formas más poderosa de abstención
voluntaria en la conducta
humana. Le da a la vida estructura y
sentido. Ratifica todo un conjunto de hábitos, frenos de
conducta,
expectativas y tradiciones que pautan la vida y conservan la
sociedad unida en lo esencial. Cuando una
universalización irrefrenable desarraiga cultura y
medioambiente, destruye el necesario tejido básico de la
vida de una sociedad".

En esta dialéctica de la globalización los
mas afectados son las culturas de los pueblos en vía de
desarrollo, en especial las personas que se adhieren a las
tradiciones y prácticas, que por el deseo de buscar un
mejor empleo o por
huir de los conflictos
políticos y sociales (en el caso colombiano) emigran a
otras naciones del Primer Mundo se sienten excluidos por ser
diferente, como sucede en Argentina con los bolivianos, peruanos,
paraguayos. Estas personas son excluidas por diferentes motivos
como el color de la
piel, el lenguaje,
etc.

LA IGLESIA Y EL
IMPACTO DE LA GLOBALIZACIÓN.

La iglesia formada por los creyentes no es ajena a la
problemática social de sus feligreses, sino que
está inmersa en ella y por lo tanto afectada por ella.
Influye en las personas y objetos que vemos y manipulamos, e
incluso en el modo de hacer iglesia hoy, en especial en materia
económica: Megas iglesias, evangelización. El
articulo de Luís Eduardo Cantero titulado "Desafíos
teológicos para una eclesiología misionera bautista
contextual. Algunos elementos fundamentales para enfrentar el
desafío." Nos da una idea de la forma como los bautistas
de Colombia proceden
para hacer iglesia: "(…) se reconocen en general que hay
desafíos que la iglesia enfrenta, los cuales son comunes a
todas las latitudes. Como por ejemplo: el orden mundial ha
cambiado, de la clasificación anterior a 1990 en donde se
hablaba del Primer Mundo y Tercer mundo. Se habla ahora de un
gran poder
dominante, expresado por el dominio Estados Unidos y seguido por
las grandes naciones industrializadas que conforman el G-8. En
términos misionológicos tenemos que tomar en cuenta
tales clasificaciones si queremos hablar relevantemente. Como
latinoamericanos estamos conscientes de nuestras realidades
contusas en las cuales es difícil caracterizarnos de una
manera especifica. Vivimos en un continente que es parte de un
orden mundial en el cual el sistema de
valores y la
cultura prevaleciente se imponen.

Los gobiernos neoliberales latinoamericanos están
tratando de imponer, sin medir las consecuencias sociales y
posiblemente sin interesarles, la globalización. Esto hace
que nuestra sociedad estratificada en las capas pobres del
continente, en las que sirven a la clase rica. Nuestra tarea es
pues, desafiante y compleja, ya que tenemos que comprender cual
es nuestra misión
hacia y desde dicho contexto. Se necesita también, para el
beneficio de nuestra comprensión, hacer un sencillo
análisis del concepto de
globalización ya que en forma decisiva, nos guste o no,
afecta nuestra misión como iglesia. Desde una perspectiva
pragmática la globalización es una manera de llevar
a cabo las interacciones socio – económicas entre
los distintos países. Por otro lado, la
globalización representa una manera de pensar acerca del
mundo y una manera de ver el mundo. Es una manera de organizar
prioridades estableciendo por lo tanto un sistema de valores para
determinar la importancia. Hoy se dice que vivimos en un mundo
globalizado, es decir que somos parte de un contexto que a
través de la información y las comunicaciones
ya no reconocen barreras geopolíticas (…). Un
segundo ingrediente de esta globalización, es el
neoliberalismo como principio rector de la economía
mundial. El objetivo final del neoliberalismo es que todos
los países del mundo abracen la economía de mercado
libre. El tercer ingrediente, es un cambio de cultura, que los
positivista llaman cultura del ciberespacio, que es fruto de la
globalización, ahora los que dominen la tecnología, la
comunicación y la información son los que van
marcar los perfiles y los valores a difundir."

En nuestro contexto latinoamericano pueden percibirse
fácilmente los efectos de la globalización. El
aparente desarrollo que el neoliberalismo esta produciendo es mas
bien una apariencia cosmética que da la impresión
de desarrollo, pero, que a la larga agudiza la crisis,
especialmente de los mas desposeídos. Ahora, siendo un
poco mas especifico: en el contexto eclesial podemos percibir los
efectos de la globalización, del neoliberalismo, al igual
que en el orden secular de nuestros países juegan un papel
pasivo, en el sentido de ser receptores de los criterios y
decisiones de los que dominan el mercado mundial, de la misma
manera nosotros como iglesias bautistas latinoamericanas somos
receptoras dependiente, con el cual se hace casi imposible una
relación genuina con las que no están de acuerdo
con la globalización. Por ejemplo, algunas iglesias
hermanas están mas preocupadas por aplicar un principio
administrativo de la competencia leal
(que el fondo es desleal tanto con el evangelio como la
razón de ser iglesia hoy en América latina), del
crecimiento numérico que los lleva aplicar el método
oferta y
demanda: prestar un mejor servicio, se
les enseña a sus fieles a mejorar rendimiento espiritual y
de liderazgo, de
lo contrario quedarían fuera del mercado.

Como hemos dicho en el párrafo
anterior, nos recuerda de cómo el imperialismo y
la colonización europea comprometieron con frecuencia la
misión de la iglesia en el siglo XIX, la
globalización económica se ha constituido en un
desafío para la iglesia de hoy. Pero ¿qué
clase de desafío? Un desafío para hacer alianza y
apoyar la injusticia o ser una iglesia profética: que
denuncia lo vil del pecado de esta globalización.
Bonhoeffer decía, "la iglesia debe Ser una iglesia
confesante que se oponga a todo sistema ideológico que
trata de imponer desigualdades sociales, políticas,
religiosas, etc. Por eso, Bonhoeffer reiteradamente se
pronunció contra el régimen nazi desde su llegada
al poder en 1933 junto a Karl Barth, denunció a su vez la
reacción de la iglesia ante las atrocidades cometidas e
insistió en el deber incondicional de la Iglesia hacia las
victimas de la sociedad, fueran o no cristiana. Mientras muchos
teólogos y creyentes de iglesias (como hoy) manifestaban
una actitud de
servidumbre a la autoridad,
Dietrich Bonhoeffer escribió el ensayo
titulado La iglesia y la cuestión judía, en
el que estableció distintos niveles de responsabilidad de la Iglesia frente al Estado,
exigió que la Iglesia, "se preocupara de las victimas de
la maquina de tortura, y la parara" su lema fue: "Solo el que
levante su voz a favor de los judíos
puede cantar gregoriano".

¿COMO ENCARAR Y
RESPONDER TEOLOGICAMENTE AL DESAFÍO DE LA
GLOBALIZACIÓN?

La situacion económica, politica y social que
viven muchos paises latinoamericanos, algunos con mas dolor como
es el caso de Colombia, donde la economia ha sido el
tráfico de drogas
peligrosas, armas, los grupos
al margen de la ley, el trabajo
negro que de una u otra manera terminan enriqueciendo a las
bandas de ladrones como afirma Gutiérrez:

"Frente a las normas legales
que sostienen y alimentan a las bandas de ladrones ,
sólo podemos oponer una etica de la vida y del bien
común. Precisamente, los procesos de
globalizacion, el ALCA, el
neoliberalismo y la crisis social, economica y politica que
afronta hoy América Latina, no hacen posible la construcción de sociedades
sostenibles inscrita en el marco de una filosofia
globalizada: Una construcción de un orden social desde
arriba promovido por el G – 8. La
globalizacion prescinde de todo concepto de sostenibilidad
y lo que propone es permitir el saqueo desmesurado, es decir,
el delincuente no debe robarlo todo, sino que debe dejar algo
para permitir que el afectado pueda recuperarse un poco y asi
poder robarle de nuevo."

Como decia Gutierrez que éstas bandas ademas de
contar con normas juridicas,
se le suma a lo dicho por Tamayo de los pastores,
teleevangelistas y las megas iglesias que através de los
medios de comunicación sostienen este paquete ideologico,
enseñan y predican que el abismo social y económico
que viven muchos latinoamericanos es producto de un pecado
individual y esto trasciendo a lo social. Según ellos, un
creyente si ha sido fiel a Dios en su vida y diezmo, se
verá en los bienes que posee, como muestra de la bendicion
de Dios. Otros argullen: Es voluntad de Dios, Siempre
habrá pobres entre ustedes, Es producto de que algunos
estan predestinados para ser pobres y otros ricos.
Otros en
un plano metafisico estoico dice que es parte del equilibrio del
plan
económico de Dios. Es asi como ellos justifican a los
dueños de la riqueza y el desprecio de los que no la
poseen: por ser haraganes, falto de inteligencia,
malos mayordomos, ladrones angelicales porque no le diezman a
Dios. En cambio, animan a estos hacer aplicados, trabajadores,
exitosos, fieles mayordomos y asi seran ricos. Estos
calificativos morales de indole religiosa y metafisico
encontraron espacio en los ambientes políticos, luego de
la caida del comunismo,
quedó demostrada que el unico sistema viable para las
economias de estado era el capitalismo;
"no hay alternativas, no se puede hacer nada" y el unico sistema
confiable es la globalizacion
economica. Segun estos ideologos es el sistema que provee un
equilibrio justo a pobres y ricos; sin embargo una aproximacion
hermeneutica teológica de la sospecha nos llevaría
a sostener que el equilibrio economico no tiene nada que ver con
ideas metafisicas religiosas o seculares, sino con la justa
retribución.

Luis Eduardo Cantero en su tesis de
posgrado, nos confirma lo que venimos diciendo: "Un sistema
económico- político justo y ambientalmente
sostenible al nivel nacional y mundial, tendría que estar
dirigido a la satisfacción de las necesidades
básicas del hombre y de
los hombres. El sistema económico actual, con el
ánimo de lucro como razón de ser y su visión
globalizada de libre competencia, conduce al dominio de las
transnacionales en el nivel mundial y de los grandes grupos
económicos en el nivel nacional; a la concentración
de la riqueza y a la pauperación creciente de las
mayorías. El fracaso del comunismo no significa la
legitimación de un capitalismo salvaje. La
globalización regida por el modelo
neoliberal, lleva al mundo a abismales diferencias entre los del
Norte y los del Sur, los de arriba y los de abajo, y con ello el
estruendoso fracaso del modelo citado, como solución a los
problemas vitales del hombre y de la humanidad. Urge la
elaboración y puesta en marcha de modelos
humanistas de progreso, adecuados a las realidades de cada
país y que desde luego, generan un proceso de
desarrollo
humano sostenible". Consideramos que todo el concepto de
desarrollo
económico moderno debe dirigirse a lograr situaciones
de mayor equilibrio entre las personas de una misma comunidad y de
las comunidades humanas entre sí, sean regiones, ciudades,
naciones o continentes. El fin de la actividad económica
no puede consistir en el continuo aumento de los ingresos de las
naciones o grupos más ricos sino en la satisfacción
racional de las necesidades fundamentales de todos los seres
humanos. Tampoco es aceptable que en el sistema económico
actual, la mayoría de los recursos
naturales de la tierra se destruyan para mantener estructuras de
consumo de bienes y servicios superfluos, de minorías
despilfarradoras e insolidarias con la tierra y sus habitantes
más pobres.

Cuando se parte de una gran concentración de la
riqueza en el ámbito mundial o nacional, el sistema
económico actúa como una gigantesca rampa por la
cual se deslizan los frutos del trabajo de
todos los pueblos hacia las arcas de las naciones más
ricas y de los ricos de todas las naciones. Así como
varios procesos se han globalizado, se debe globalizar
también la solidaridad, de
forma que nos lleve al uso de los recursos de la naturaleza y del
talento humano como dones que pertenecen a toda la humanidad. Una
ética de la vida y del Bien Común es necesariamente
trans – sistémica; apunta al sujeto vivo, real y
concreto, en
este caso al pobre, al excluido, porque en ellos la realidad en
cuanto vida negada se hace presente como clamor. Gutiérrez
dice que el excluido reclama acceso a los medios de vida y
reconocimiento como sujeto. Lo hace por necesidad de vida y no
por consideración moral. Sus
reclamos es producto del deseo y de sus derechos fundamentales, que
han sido anulado por este sistema explotador y excluyente, por
eso reclama; su voz, es la voz de los que sufren, de los que no
tienen un techo, no tienen para darle de comer a sus
hijos… Pero, ese clamor solo ha quedado en los discursos
académicos y políticos de nuestra sociedad:
propuestas pocos satisfactorios a sus demandas… De
ahí que este clamor del pobre, del oprimido, no puede
desembocar más que en un proyecto
universal que requiere el apoyo del pensamiento del pensamiento
crítico y que sólo se puede realizar mediante la
acción
colectiva. En este sentido, la ética de la vida deviene
ética del Bien Común. Lo anterior nos lleva
plantearnos y responder a las siguientes preguntas

  1. Los procesos de globalización avanzan de una
    manera silenciosa que se supone inevitable, como si fuera una
    doctrina de moda
    regida por decisiones y acciones
    humanas egoístas que lo único que persigue es
    el lucro de los países ricos en detrimento de los
    países latinoamericanos. La globalización
    económica solo beneficia a unos pocos y perjudica a
    otros, pero los gobernantes locales animan al pueblo ha
    aceptar lo inevitable, como sucede en Colombia con el LTC,
    que al abrir las fronteras a las multinacionales compiten con
    las nacionales, no importando que los microempresarios
    terminen sucumbiendo a las multinacionales o quedan por fuera
    o desaparecen. Nuestros gobernantes no le interesa
    ésta realidad, lo importante es que este sistema
    continúe creciendo, beneficiando a algunos con
    riquezas, al paso que extrae sacrificios de muchos otros; Es
    válido el comentario de Fidel
    Castro a los procesos de globalización
    económica de nuestros países
    latinoamericanos:

     "(…) Donde falta humanidad, no
    puede haber derechos
    humanos. Donde impera el egoísmo, no puede haber
    solidaridad. Donde las sociedades de consumo y despilfarro se
    establecen como modelos para una población que ya
    rebasa los cinco mil setecientos millones de seres humanos,
    no puede haber ni medio ambiente
    que se preserve, ni recursos naturales que no se contaminen o
    agoten, ni desarrollo
    social posible. Donde la carrera armamentista y el
    comercio
    de armas persiste a pesar de haber finalizado la guerra
    fría, donde no se ha dedicado al progreso humano
    un solo centavo de lo que hoy como ayer se derrocha en armas,
    donde los bloques militares se extienden irracionalmente,
    donde las armas sofisticadas continúan
    fabricándose y perfeccionándose, no puede haber
    desarrollo social.  Con hegemonismos, con intervenciones
    de todo tipo bajo cualesquier pretexto, que solo tienen lugar
    en países pequeños y del Tercer Mundo, sin el
    respeto al derecho sagrado de cada país a su plena
    independencia e igualdad
    en las relaciones
    internacionales, no puede haber paz ni desarrollo social.
    Es mentira, puro engaño. 

    El neoliberalismo, doctrina de moda impuesta al
    mundo de hoy, sacrifica despiadadamente en los países
    subdesarrollados los gastos
    para salud,
    educación, cultura, deportes, seguridad
    social, viviendas económicas, agua
    potable y otras necesidades elementales de la
    población, es decir, hace imposible el desarrollo
    social. Que haya pobres en los países industrializados
    es sencillamente una vergüenza. Que no se puede reducir
    el desempleo y
    que éste crezca con los avances
    tecnológicos es una prueba de lo irracional del
    sistema imperante. El crecimiento indetenible de las
    drogas, la xenofobia
    y la violencia,
    muestran su decadencia moral.  Cuba,
    criminalmente bloqueada porque no comparte las ideas de su
    poderoso vecino del Norte y que perdió más del
    70 por ciento de sus importaciones con la desaparición del
    campo socialista y de la Unión Soviética, no ha
    cerrado una sola escuela,
    un hospital, un asilo de ancianos, un círculo
    infantil. A pesar de que somos un país pobre, contamos
    hoy con el más alto percápita de maestros,
    médicos, instructores de arte y de
    deportes entre todos los países del mundo. Nuestra
    mortalidad infantil es de menos de 10 por cada mil nacidos
    vivos. No hay analfabetos y las perspectivas de vida se
    elevan a 75 años.  Hemos vivido una experiencia.
    Podemos hablar. Lo que queremos los que aquí nos
    reunimos, es posible; hace falta: voluntad política y hace falta justicia,
    no solo dentro de cada país, sino también entre
    todos los países. Repártanse mejor las riquezas
    del mundo entre todas las naciones y dentro de las naciones;
    establézcase una verdadera solidaridad entre los
    pueblos, y solo entonces nuestros sueños de hoy
    podrán se realidades de
    mañana." 

    Ante esta situación dramática urge la
    necesidad de una clara toma de posición desde nuestro
    compromiso de fe, nutrida a su vez por la Palabra de Dios y
    ejemplificada por Jesús y sus seguidores a
    través de la historia de
    la iglesia cristiana. Como sostiene el biblista naturalizado
    argentino René Krüger: "Esta necesidad hunde sus
    raíces en el cristianismo mismo, que no tiene nada que
    ver con el menosprecio de otras corrientes religiosas ni con
    las degeneraciones que se produjeron en las iglesias
    imperiales, oficiales, que tenían el monopolio
    de la fe. Sino que se deriva de la fidelidad al Evangelio de
    Jesús y de su gran mandamiento "Amaras a tu
    prójimo como a ti mismo." Desde la historia
    bíblica nos estimula a la toma de posición,
    observemos los siguientes textos bíblicos
    proféticos que instalan una restricción
    social a la propiedad
    . La critica social de los profetas
    se levanta contra la idea de la riqueza como bendición
    divina; están en contra de la explotación, la
    injusticia, la corrupción y exigen la atención
    de los necesitados: las viudas, los inmigrantes, los
    huérfanos y los pobres, es decir, de las personas
    marginadas de la sociedad (Cf. Isaías 1: 5; 3: 15;
    Jeremías 22: 13 – 14; Amos 2: 6 – 8 entre
    otros). Esto evidencia que el criterio ético para el
    correcto uso de las posesiones consiste en la atención
    e inclusión de los fieles mas desprotegidos del cuerpo
    social. Por eso, Jesús profundizó la
    visión socioeconómica de los profetas frente al
    dinero y la riqueza. Su énfasis colocado en el anuncio
    del Evangelio a los pobres, las bienaventuranzas de los
    pobres y los ayes contra los ricos, la polémica contra
    el dios de las riquezas y los privilegios de los ricos en la
    sociedad, los actos de solidaridad concreta con los pobres,
    los dichos sobre la oposición entre el tesoro
    celestial y los terrenales, la advertencia ante los peligros
    de la riqueza y la avaricia (Lucas 12: 15 y Mateo 6: 24), el
    consejo a ser rico en Dios, todo esto crea una inversión de los valores marcados por
    el dinero,
    la riqueza y el status. Por ende, Jesús
    enseñaba a sus seguidores que la vida gana profundidad
    si las personas comparten lo que tienen, en beneficio del
    bien de todos y principalmente de los necesitados: los
    pobres, los marginados.

    El testimonio de los profetas y de Jesús es
    claro, Dios está al lado de los pobres, perseguidos,
    marginados, despreciados y necesitados. Quien se dedique a
    explotar al prójimo ofreciéndole salario de
    hambre, etc., peca contra Dios. De allí que Dios sea
    el abogado de los maltratados y explotados. Por eso, Cristo
    pago el precio, su
    Padre celestial aceptó ese sacrificio que recoge la
    miseria de todos sus hijos e hijas. Este testimonio vivido
    por Jesús ha enfatizado desde los inicios del
    cristianismo la opción por los maltratados, los
    oprimidos, los marginados y despreciados. Esta opción
    fue tema de vanguardia
    en San Francisco de Asís que teniéndolo todo
    renuncio a ello, para alistarse por los pobres de la tierra.
    Dentro de este marco referencial de denuncia y opción,
    varios teólogos modernos y contemporáneos
    levantaron su voz profética y se ponen de lado de los
    débiles, marginados y excluidos (…). Esto nos
    lleva a mirar algunos planteos teológicos aplicando la
    hermenéutica teológica de la
    sospecha que cuestiona todo, por ejemplo: para poder evaluar
    un determinado sistema económico y político,
    debemos plantearnos la pregunta clave acerca de las
    consecuencias que ese sistema tiene, por un lado, para la
    vida y la realización plena de los seres humanos, para
    la convivencia de la comunidad familiar, social, nacional e
    internacional, y sobre todo, para la vida de los miembros
    marginados del cuerpo social. Los índices globales del
    crecimiento deben ser confrontado con las desigualdades
    internas dentro del sistema, referidos a las oportunidades de
    acceso a trabajo, ingreso, educación, vivienda, salud,
    cultura, seguridad,
    justicia y recreación. Volviendo al caso de
    Colombia que ha implantado o que ven con buenos ojos el libre
    mercado, esta ideología afirma que se rige
    según las leyes de la oferta y
    la demanda; y
    que si se permite el libre actuar de las mismas, tarde o
    temprano llegará a haber suficiente para todos. Sin
    embargo, las políticas del mercado son manejados y
    controlados por un sector relativamente pequeño de la
    sociedad, que actúa exclusivamente en beneficio
    propio. La Palabra de Dios opone la vida y la salud del
    cuerpo social entero a este manejo personal y
    perverso en provecho de unos pocos. A partir de este
    incentivo espiritual y fe, los cristianos latinoamericanos
    debemos lanzarnos a un profundo debate y
    manifestación social, urgente e impostergable, sobre
    la vida de nuestros pueblos, la economía y la
    política necesaria para implantar tal modelo. Este
    debate debe incluir, por un lado, la discusión sobre
    las diferencias entre lo necesario, lo justo y normal para la
    vida de todos; y por otro lado, el derroche que beneficia a
    unos pocos y perjudica a muchos.

    Como hemos visto, la globalización
    económica es un sistema que va en contra de los
    principios bíblicos que seamos uno en Cristo, al
    concepto de comunidad, de hermandad, etc. Además,
    tenemos una historia de seguidores de Cristo que se han unido
    en contra de todo aquello que genere miseria,
    explotación y abuso entre sus hermanos, un ejemplo a
    citar es Bonhoeffer vivió lo que creyó: la fe
    en acción; "el accionar en conjunto de las diversas
    iglesias en defensa de la vida era la clave para alzar la voz
    en contra de la guerra y
    la
    muerte", eso era para él: iglesia y acción.
    Es decir, debemos unir los lazos que abarcan las diferencias
    de tal manera que ya no constituyen la base del conflicto.
    Sino que se crea un nuevo lazo de hermandad, que será
    fruto del diálogo, de la experiencia de compartir
    el dolor del Otro: el prójimo. Este lazo surge desde
    abajo, de las aspiraciones de nuestro pueblo por una vida mas
    plena, por una economía humana, etc. Esto nos
    llevará a fomentar la universalización de la
    solidaridad e infundir no solo fuerzas para resistir, sino
    luchar por una humanización de la economía, de
    la política, mediatizada por una hermenéutica
    teológica liberadora, que reconoce la prioridad de la
    opción por los pobres, los débiles, los
    marginados, etc.

  2. ¿Cómo encarar teológicamente
    este desafío?
  3. ¿Cómo responder teológicamente a
    este desafío?

Ahora llegamos a nuestro punto final del discurso, que
implica una acción concreta responder a la pregunta
planteada ¿Cómo responder desde nuestro lugar
teológico a este desafío? América Latina
vive entre la angustia y la esperanza. Desde nuestra fe cristiana
no podemos ignorar el problema de la globalización y sus
efectos, porque hoy se ha constituido en un sistema dominante que
compite con nuestros valores religiosos. En vez de seguir
sumergido en la lectura
bíblica y la religiosidad tradicional, que no se involucra
en los problemas de los de afuera del circulo de la fe
(…), es necesario hacer frente a este sistema, es sobre el
trasfondo de esta terrible realidad que deseo responder al
problema, desde la perspectiva de un cristiano comprometido con
el Señor de la Vida, como lo afirma Pablo
Deiros:

"(…) Para nosotros como cristianos bautistas es
necesario admitir que también somos parte de la
situación, y que de una manera u otra estamos envueltos
en el mismo, partimos de la culpa, porque también
nosotros somos pecadores. Nuestra participación en el
sufrimiento de otros puede ser a través de una
acción activa o de una indiferencia pasiva. Cualquiera
sea nuestro grado de responsabilidad, es necesario que
confesemos y admitamos nuestra culpa. (1985:
91)"

Así, todos los que hacemos parte de una
estructura económica de un país, de una u otra
manera estamos involucrados en el problema y como todo ser humano
de carne y hueso sentimos el dolor que le embarga al
prójimo, por eso una diferencia del creyente con el no
creyente es el mandamiento del amor, por lo
que nadie puede decir que ama a Dios si no ama a su
prójimo (Cf. 1 Jn 4, 20, ese amor y respeto por el Otro se
debe a que Dios nos creó a su imagen y
semejanza. Por eso Jesús actúa a favor de los
pobres que son bienaventurados porque tienen a Dios por rey (Mt
5: 3) y sobre todo, demuestra en su vida que no hay razón
para discriminar a nadie por su condición social, sexo,
educación, de etnia, de
teología, de oficio, ni por ser pecador, etc. La
visión en Jesucristo nos desafía a tener esperanza
y actuar firme, de una manera diferente a lo vivido por otros en
el siglo XX, como fue el caso de nicaragüense la resistencia por
medio de las armas; a partir de ese error en América
Latina surgió otro estilo de resistencia conocido como el
compromiso por las causas populares, por los pobres,
etc.

Desde los años 80 o 90 del siglo pasado crece en
América Latina un clamor y un interés
casi generalizado, por la recuperación de la ética
en la vida social y en las instituciones. German Gutiérrez
dice: "El impacto desastroso de los programas de
ajuste estructural, del modelo neoliberal y del llamado proceso
de globalizacion, refuerzan dicho clamor e interes". Podemos
señalar algunos de los efectos más evidentes del
neoliberalismo que a menudo impactan muchas de las sensibilidades
ético – morales de nuestras sociedades:
empobrecimiento y exclusion crecientes (…), la vida humana
misma está amenzada; la calidad toda
nuestra vida empeora y ésta es cada dia más
insegura, azorosa y precaria. En primer lugar, la de los
más pobres, pero en general la de todos. Urge la
reconstrucción de relaciones, prácticas,
instituciones y formas culturales que hagan posible la
convivencia y la vida humana amenazada. De ahí que sea
comprensible el creciente interés por la ética en
muchas naciones. En los movimientos populares crece el clamor por
una ética de la vida como fundamento de la vida social. En
esta última parte de nuestro ensayo
interaremos reflexionar y aportar algunas ideas para que otros
puedan continuar con este clamor en sus comunidades de fe. Miguel
Manzanera, un experto en economia y teologia nos
provee algunas alternativas que nos permitiran encarar y
responder desde nuestro lugar teologico. Manzanera cree en el
compromiso con las luchas populares que debe ser asumida por
todos los cristianos, independientemente de que están o no
esten en un ambiente de marginalidad.
Cada creyente que profesa la fe en Cristo y que hace de esa fe
una accion, está llamado a vivir la opcion por los
marginados, los excluidos del sistema económico
neoliberal. Ahora esta opcion debe ser asumida desde una
interpretacion cientifica, utilizando los presupuesto
metodológico de la teología latinoamericana en el
dialogo
interdisciplinario con las ciencias
humanas y sociales, tanto en la descripción e interpretación de la realidad social, como
en la elaboración de opciones políticas y
económicas. (…)

La opción por los marginados y excluidos
(…) es ante todo una actitud personal, que introduce al
que por ella opta en una experiencia política nueva, con
exigencia de racionalidad científica en el estudio de la
realidad, asumiendo la conflictividad propia del proceso
liberador, esto nos llevará a una nueva forma de pensar y
actuar. Para dar eficacia al
compromiso con las causas populares, que es el clamor de los
excluidos de la globalización económica. Por eso
compartimos el pensamiento de Manzanares, que para poder
responder al clamor de los pobres, desde nuestro lugar
teológico y para ser eficaces con nuestros presupuestos
teológicos será necesario el diálogo
interdisciplinario para hacer un análisis
científico, que identifique las causas de la pobreza y trate
de eliminarlas o al menos debilitarlas a través de
reformas estructurales. Es decir, toda teología para ser
considerada una ciencia y no
quedar en enmarcada en una ciencia espiritualista de segundo
orden, deberá recurrir no solo a los fundamentos
filosóficos, sino también a la mediación de
los métodos de
análisis que nos proporcionan las ciencias
sociales, humanas y en particular con las ciencias
políticas que tratan de dar soluciones a
lo problemas socioeconómicos, sin caer por ello en la
tentación de identificarse con ninguna de ellas; de
ninguna manera la teología podrá considerarse
autosuficiente y prescindir de éste diálogo
interdisciplinario (…), un ejemplo de éste dialogo
es la Teología Latinoamericana.

La Teología latinoamericana ha visto con buenos
ojos el diálogo interdisciplinario con las ciencias
mencionadas, pero es necesario que ella supere o elimine
prejuicios negativos frente a la ciencia
económica, "evitando toda actitud despectiva frente a los
economistas y empresarios privados a los que comúnmente se
le tilda de capitalistas, en el sentido excluyente de
explotadores." Para que el compromiso con los marginados del
sistema neoliberal sea evangélico nos hará falta
una actitud de humildad espiritual, que es la que hace de aquella
una actitud cristiana bajo la dirección de nuestro Señor
Jesucristo. Manzarena dice: "que es u error teológico
despreciar a este ciencia por el simple hecho de que no apoya el
compromiso con las clases marginales (…)". Ahora bien, del
lado de los economista seria un grave error despreciar este
dialogo fecundo con la teología cristiana, porque tanto
teólogos como economistas estamos llamados a servir con
nuestras disciplina a
la humanidad. Por ende, es necesario que nos sentemos a una mesa
de diálogo entre filósofos, teólogos y economistas
donde intercambiemos puntos de vista dentro de una
"hermenéutica común liberadora". Para ello se
necesita una actitud de humanidad y humildad para ser
autocrático en nuestro compromiso por nuestra sociedad.
Para que éste dialogo sea productivo se necesita la
acción por los excluidos del sistema, unido al clamor de
las luchas populares, como por los que opta por una democracia
participativa fundamentada en la dignidad
humana (…). Esta opción será una
acción crítica
a la globalización económica de nuestros pueblos,
para que los gobernantes latinoamericanos superen sus
deficiencias y opten a nuevos horizontes más humanos tanto
en el ámbito local, regional e internacional. Al respecto
Manzanera advierte:

"Los esfuerzos en el ámbito estatal no pueden
desligarse de los condicionamientos del ámbito
internacional, donde aparece la dependencia que sufren los
países del tercer mundo como un factor perturbador de la
paz social y desestabilizadora de la misma democracia. Estos
dos ámbitos están mutuamente relacionados y su
realización es una condición para que la
democracia sea auténtica, en un sentido
socioeconómico y político. Aquí
también se hace preciso un diálogo
interdisciplinar entre instituciones académicas de
diversos continentes para crear una mayor solidaridad y
concientización sobre la necesidad de un cambio a nivel
de estructuras políticas internacionales que tenga como
base la dignidad humana por encima de fronteras
estatales."

Lo expresado por Manzanera nos anima a un compromiso
solidario por nuestros pueblos latinoamericanos recuperando el
ideal del Libertador Simón Bolívar de
formar una patria grande. Para hacer real este ideal se necesita
que las instituciones paraeclesiales y eclesiales de
América Latina se habrán al dialogo
académico, espiritual y al trabajo unido; esto le
permitirá replantear su misión evangelizadora y su
actitud frente a las políticas económicas impuesta
por el FMI. Para lograr esto se necesita además de una
actitud humana y humilde, la libertad de
expresión y de opción, hay que respetar por los
que optan seguir por la resistencia o sumisión al
régimen imperante. Las discusiones acaloradas, los celos y
los calificativos despectivos de teólogos de la
liberación o teólogos conservadores,
carismáticos, pentecostales, feministas, homosexuales,
indígenas, negros, etc., deben dejar paso a una
colaboración mutua, fraternal y estructurada hacia el
ideal bolivariano una América latina unida en la
diversidad. Finalmente, las iglesias unida en la diversidad
tienen un compromiso en este proceso de trabajo por los excluidos
de la globalización económica, concientizar a sus
fieles en los países del primer mundo acerca de la
injusticia en la que están "implicados y promover una
reforma de las estructuras internacionales económicas y
políticas. "La responsabilidad de desvelar y combatir la
injusticia internacional que involucra a nuestros hermanos
cristianos del primer mundo." En este sentido las instituciones
eclesiales y paraeclesiales deben aceptar el desafío de
ser guarda de nuestros hermanos que sufren por culpa de nuestro
silencio y sumisión al sistema, deben ser
proféticos en el anuncio y denuncia de los que oprimen
(…), así podremos construir una comunidad
política, económica mas humana.

Luís Eduardo Cantero es profesor,
pastor bautista colombiano, administrador de
los recursos eclesiásticos, Universidad
Nazarena, Costa Rica,
Licenciado en Teología, Seminario
Teológico Bautista Internacional (Hoy Fundación
Universitaria Bautista) Cali, Colombia; Licenciado en Sagrada
Teología, Magíster en Teología Pastoral,
Instituto Superior de Teología, España.
Especialista en Diseño
de Ambientes de Aprendizaje,
Universidad Minuto de Dios, Colombia. Candidato a Master en
Teología Universidad Bíblica Latinoamericana, Costa
Rica, Doctor en Filosofía, Laud Hall Seminary, USA. Es y
ha sido profesor de varias universidades y seminarios de Colombia
como del exterior; es colaborador de varias revistas del
ámbito latinoamericano, entre ellas Signos de Vida
(CLAI), Revista
interacción – CEDAL. Actualmente es
doctorando en el departamento de historia de la iglesia del
Instituto Universitario ISEDET; en Teología del Seminario
Internacional Teológico Bautista de Buenos Aires,
Argentina; ha realizado seminarios de doctorándoos
acreditable al Doctorado en filosofía, Pontificia
Universidad Católica de Argentina y profesor de metodología de la investigación teológica, Seminario
Teológico Tiranno. Argentina. Posee un Blog donde usted
podrá encontrar más artículos del
mismo:
o www.luiseduardocantero.visitame.es

 

Luis Eduardo Cantero

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