Resumen
La universalización de la enseñanza comenzó desde el propio
triunfo de la Revolución
cubana y como proceso social
ha exigido diversos paradigmas
desde el punto de vista metodológico y pedagógico.
Esta nueva etapa que se gesta en cada uno de los municipios del
país, permite no tan solo la incorporación de miles
de jóvenes a nuestras universidades, sino también
de cientos de profesionales para asumir la docencia
frente a ellos.
Sin embargo, si bien esos nuevos docentes
asumen la tarea con toda seriedad, es cierto que no tienen una
formación pedagógica y muchas veces la clase
encuentro, como forma organizativa del proceso docente educativo,
no cumple con la metodología ni el profesor
comprende el sentido de sistema que debe
tener.
Es preciso entonces en los momentos actuales, concebir
una estrategia
didáctica metodológica para esta
forma presencial, que integra dentro de sí otras formas
presenciales y no presenciales y comprender que la clase
encuentro no está enmarcada en espacio ni en tiempo, sino
que debe ser vista como elemento integrador de las habilidades
intelectuales,
investigativas y formativas que demanda el
perfil profesional de los nuevos egresados.
Introducción
El proceso de formación de los profesionales en
las condiciones de la Universalización de la Educación
Superior representa un gran reto para todos los implicados,
fundamentalmente por no tener en cuentas las
exigencias que hoy la Sociedad le
impone a la Universidad,
también por no identificar los factores de
transformación educativas que hoy brinda la Comunidad para el
desarrollo de
estos procesos y en
otras ocasiones los propios gestores no identifican las
potencialidades que encierra esta concepción.
Aun cuando se tratará indistintamente cada uno de
estos factores en éste trabajo, se
hará énfasis fundamentalmente en el tercero, donde
se argumentará la concepción de la clase encuentro
que se tiene en la SUM de Colón, se abordará
también la relación que se concibe entre las
diferentes formas presenciales y la manera de ver los componentes
didácticos de este tipo de clases.
Para iniciar los autores proponen evaluar las exigencias
que hoy la Sociedad le impone a la Educación
Superior, para lo cual se debe tener presente la actual
generación de conocimientos, con un movimiento
bastante intenso de conceptos, puntos de vistas, nuevas
metodologías y hasta de paradigmas, lo que obliga a formar
un profesional capaz de buscar la información, de aprehenderse de ella, de
utilizarla y de transformarla. Esto que se dice tan fácil
presupone dominar un conjunto de habilidades intelectuales,
profesionales e investigativas que propiciarán modos de
actuación muy característicos. Además,
cuando se comenta sobre la transformación del conocimiento,
se hace referencia a la crítica, a ver la información con
espíritu renovador, con la capacidad de adaptarla a las
condiciones propias, lo que en muchos casos lleva al surgimiento
de nueva información y es en éste proceder donde
está lo singular, lo específico, que ya se va
tornando general, universal.
Para el caso de los cubanos existe otra exigencia, la
que se manifiesta en muchos países subdesarrollados con
muy pocas posibilidades de resolver, y es la de formar
especialistas comprometidos con su realidad, con su
entorno.
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