La miseria oculta: El político y el financiero
dominicano y latinoamericano. Por qué temen vivir fuera
del país: Una teoría
personal
Fujimori retornó al Perú para ser juzgado
— ¿Por qué, si, como ciudadano japonés
pudo vivir sin problemas en
la tierra de
sus antepasados?
Fidel vive en Cuba, donde
todos lo odian — hecho constatado por la magnitud del
éxodo de sus compatriotas — que fueron
desengañadamente engañados por su revolución
apócrifa — Pero ahí vive pretendiendo ser
amado.
Fidel, ¿amado y respetado? ¿Por
quién?
Chávez, Evo, y los mamarrachos históricos
que lastiman sus países — ¿dónde
irán a pasar el resto de sus vidas cuando sus fortunas
cesen?
No, con "care’piña", léase
Manuel Noriega, ni con el dominicano Salvador Jorge Blanco, que
retornó para ser víctima de un indulto, que,
más que ofensivo — fuera deshonorable.
Nuestros países son machistas y eso conduce a las
dictatorías — no porque los machos son hombres fuertes
— sino porque los machos no son hombres, y son,
¡débiles! Aquí que hablen los "guapos del
mundo" los que cogen los gallos por el
pichirrí…
Payasos
Los prejuicios
del hombre
Una de las cosas que más sorprenden es la manera
peculiar y extraña con que los seres humanos manifiestan
sus prejuicios naturales.
Por ejemplo, los árabes y los israelitas,
descendientes bíblicos del mismo fruto bíblico de
Noé, y vinculados, de íntima manera, por nexos
genéticos y geográficos, hacen todos los esfuerzos
posibles para diferenciarse entre ellos.
No solamente establecen diferente culturas, creencias
religiosas y cocinas étnicas, sino que se empecinan en
erigir límites
territoriales cuyos "sagrados" principios
justificaran la creación arbitraria del estado de
Israel, las
presentes jihads, las cruzadas religiosas, la
división de la Palestina y la detonación suicida
del mártir del momento.
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