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Una ficción llamada "Sistema nacional de seguridad ciudadana" (página 2)




Enviado por Hugo Müller



Partes: 1, 2

III. Nacimiento de
la Ficción

La delincuencia
tiende a ampliarse, cobrando más fuerza y
volviéndose más compleja. Debido a esto cada vez es
más urgente y un factor fundamental para alcanzar
éxitos reales de una intervención estatal en
materia de
seguridad
ciudadana, la necesidad de aunar esfuerzos de autoridades
locales, ciudadanos y policías, frente al flagelo de la
delincuencia que se ha convertido en una amenaza contra la
población y un obstáculo para el
desarrollo
socioeconómico de nuestro país, bajo esta
concepción, se crea el año 2003 probablemente con
la mejor de las intenciones el Sistema Nacional
de Seguridad
Ciudadana. Actualmente convertido en una
ficción.

Porque se ha convertido en una ficción?
Basta con visitar la página Web
del CONASEC http://conasec.mininter.gob.pe/ para comprobar que
todo sigue siendo demagogia en la Seguridad Ciudadana, pero nada
es realidad efectiva ni eficaz, ni siquiera la existencia de los
casi dos mil Comités Provinciales y Distritales de
Seguridad Ciudadana. La gran mayoría de estos
Comités – si no son todos – se han organizado y
juramentado gracias a la insistencia y el esfuerzo de los
Oficiales de la Policía Nacional del Perú que
ejercen los cargos de Comisarios o Jefes de Región que
dando cumplimiento a las disposiciones de su Comando, año
tras año deben responder por la
organización, juramentación y actividades de
los Comités de Seguridad Ciudadana de sus respectivas
jurisdicciones, pretendiendo hacerlos responsables de la
inacción de estas organizaciones. Esa si es una
realidad
.

La ficción es que estos Comités
organizados y juramentados de esta manera, solamente sirven para
engrosar la estadística del CONASEC y luego de una
primera reunión en donde el principal actor y protagonista
resulta siempre siendo el funcionario policial quien con mucho
esfuerzo logra reunir a la mayoría de componentes
nombrados por Ley, se
desactivan por su propia inercia, ni siquiera tienen la
iniciativa de convocar a una nueva reunión de trabajo, mucho
menos elaborar sus Planes de Trabajo Locales. La ficción
no queda allí, nuevamente los funcionarios policiales
reciben la responsabilidad de coordinar con los Alcaldes
Provinciales y Distritales para la elaboración de los
Planes de Trabajo Locales de los Comités y para lograr que
estos se reúnan y no permanezcan inactivos. En algunos
casos se logran estas metas, pero en la mayoría de casos,
la propia indiferencia de las autoridades municipales y de los
demás integrantes de los Comités de Seguridad
Ciudadana no permite que la Policía pueda lograr este
cometido.

Es increíble decirlo, pero las autoridades que
conforman los Comités Regionales, Provinciales y
Distritales de Seguridad Ciudadana (Dirigidos por el Presidente
del Gobierno
Regional, Alcalde Provincial y Alcaldes Distritales
respectivamente), y que conforman el Sistema Nacional de
Seguridad Ciudadana (Ley Nº 27933), no cumplen
mayoritariamente (salvo excepciones) con las tareas de
formular los planes locales, programas,
proyectos y
directivas de seguridad ciudadana en sus respectivas
jurisdicciones; tampoco cumplen con ejecutarlos, supervisarlos y
evaluarlos, conforme al mandato imperativo de la Ley.
Lo peor
de todo los Alcaldes Provinciales y Distritales en su
mayoría no ejercen ningún tipo de liderazgo en
materia de Seguridad Ciudadana, mucho menos cumplen con la
normatividad existente, como es el caso de la Directiva Nº
01-2007-IN/0101.01 que norma los procedimientos
para la formulación, aprobación y evaluación
de planes locales de seguridad ciudadana y las responsabilidades
de los miembros que conforman los comités. Se conoce el
caso de un Alcalde provincial, que nombró a un
representante a quien delegó la responsabilidad de
presidir el Comité de Seguridad Ciudadana que
personalmente debería haber presidido.

La ficción se agrava cuando pretendemos
engañar a la ciudadanía y realizamos conversatorios,
reuniones, charlas, capacitación, etc. organizados por el
CONASEC en algunas provincias del país, en donde se
demuestra fehacientemente que estos Comités no funcionan,
por cuanto para llenar de asistentes los auditorios donde se
realizan estos pocos eventos, es la
Policía la que recibe la misión de
convocar a los vecinos y a las Juntas Vecinales de Seguridad
Ciudadana, de otra forma nadie asistiría por la falta de
convocatoria y de interés de
parte de los Alcaldes y demás integrantes de los
Comités de Seguridad Ciudadana, quienes
paradójicamente son los principales ausentes en estas
reuniones. Nuevamente, la ficción intenta cumplir con las
estadísticas.

Es decir, el Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana, es
una completa ficción que por depender del Ministerio del
Interior, tiene en la Policía Nacional del Perú su
principal artífice para hacerlo aparecer como un ente
real, proactivo y un sistema efectivo contra la inseguridad
ciudadana y capaz de propiciar la participación vecinal
organizada a nivel nacional vía los Comités de
Seguridad Ciudadana. Que descaro. Así por ejemplo vemos
titulares en los que se afirma de manera pomposa y triunfalista
que "La labor que cumple el Sistema Nacional de Seguridad
Ciudadana (SINASEC) en el fortalecimiento de una cultura de paz
que permita alcanzar óptimos niveles de seguridad
ciudadana, fue destacada por la secretaria Técnica de
Consejo Nacional de Seguridad Ciudadana (CONASEC), doctora Ana
Maria Villacampa Flores en la ceremonia con motivo de su V
Aniversario de creación  realizada el 12 de febrero
en la explanada del Ministerio del Interior".

http://www.pnp.gob.pe/especiales/sinasec.html

IV. La
Policía Nacional y las Juntas Vecinales de Seguridad
Ciudadana. Realidad que se va convirtiendo en
Ficción.

Grandes, loables pero infructuosos son los esfuerzos que
actualmente hacen algunos integrantes de la Policía
Nacional del Perú, para lograr que este nuevo contexto o
nuevo paradigma de
la Seguridad Ciudadana que involucra a las autoridades locales,
con la policía y la población funcione de manera
efectiva. Pero sus intentos son inútiles. Las Oficinas de
Participación Ciudadana de las
Comisarías, son la "cenicienta" de estas Dependencias
Policiales, no disponen de ningún tipo de apoyo ni
presupuesto y
generalmente se encuentra a cargo de un solo Policía, el
cual casi siempre es subestimado por sus otros colegas, quienes
consideran que cumple una labor "no policial".

Lejanos están los tiempos, en que este tipo de
trabajo con la comunidad se
inicia con la entonces Guardia Civil del Perú y muchos de
los programas de participación ciudadana que hasta hoy
subsisten, realmente permitían generar una mayor confianza
en la población con respecto a la Policía y
permitían realizar una prevención social contra el
delito de manera
efectiva al mando de los mismos Comisarios y Oficiales de las
Comisarías. No podía ser de otra manera, los
guardias civiles habían sido formados para eso, para
prevenir el delito y para trabajar con la comunidad, por la
comunidad y en la comunidad y las estrategias
utilizadas en ese momento eran las mas adecuadas.

Para fines de imagen hoy en
día 30 años después, Comisarías como
la de Surquillo en Lima y otras que sirven para demostrar ante la
opinión
pública que el sistema de seguridad ciudadana
funciona, ofrecen otra realidad mostrando un grupo de
policías "motivados", implementados y encargados de
organizar y capacitar a las Juntas Vecinales de Seguridad
Ciudadana, por supuesto igualmente "ficticia" pues no es la
realidad de la Policía Nacional. Los Comités
Regionales, Provinciales y Distritales de Seguridad Ciudadana
simplemente no funcionan y las Juntas Vecinales de Seguridad
Ciudadana (JUVESC), solamente sirven para ser organizadas y
juramentadas y principalmente para incrementar ficticiamente las
estadísticas policiales de la participación
ciudadana, porque en la practica estas organizaciones
vecinales luego de ser creadas y juramentadas por la
Policía, inmediatamente son abandonadas por falta de
personal
policial idóneo o suficiente que se encargue de
capacitarlas o trabajar junto con ellas. La Policía, se ve
obligada a reagruparlas y "reactivarlas" cuando tiene que cumplir
las ordenes de su comando, para informar que se han realizado con
ellas algunos programas como "vacaciones útiles",
"colibrí", "vecino vigilante", "policía escolar",
etc. unas fotos, algunas
publicaciones periodísticas la elaboración del
Informe y
nuevamente la rutina y el olvido de estas organizaciones
vecinales deseosas de trabajar a favor de la seguridad
ciudadana.

Las Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana organizadas
por la Policía Nacional al no estar preparadas sobre las
funciones o
sobre las actividades que deben realizar, revierten entonces sus
frustradas expectativas en contra de la misma Comisaría
que las organizó y reclaman presencia policial en sus
lugares de residencia, mas patrullaje policial, envían
memoriales, etc. finalmente por inercia se desactivan, pero para
las estadísticas Policiales es una organización activa y participativa
engrosando el número de Juntas Vecinales que se van
incrementando al "Sistema" de Seguridad Ciudadana. Las
Comisarías no disponen de los recursos, ni los
medios ni
siquiera el tiempo
suficiente para poder visitar
a las JUVESC, capacitarlas y hacer un seguimiento de su trabajo.
Pero lo peor de todo, es que realmente no existe ni a nivel
gobierno central, gobierno local o Policía Nacional la
voluntad necesaria para generar una verdadera
participación vecinal en torno a la
Seguridad Ciudadana. De allí que la frase "Seguridad
Ciudadana tarea de todos" al final se convierta en
"responsabilidad de nadie" y las cosas siguen igual o peor que
antes.

Lo que es peor, hoy en día surgen coordinadores
zonales y regionales de las Juntas Vecinales de Seguridad
Ciudadana, que no son otra cosa que personajes con pretensiones
políticas que tratan por todos los medios
de colaborar con la Policía Nacional para que se vayan
juramentando nuevas Juntas Vecinales, con la finalidad de ir
ganando "puntos" como líderes de seguridad ciudadana.
Las Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana, otrora verdaderos
frentes de contención frente al delito y la inseguridad
ciudadana se van convirtiendo en otra ficción del Sistema
Nacional de Seguridad Ciudadana
.

El Nuevo Código
Procesal Penal nueva ficción de la Seguridad
Ciudadana.

Como bien sabemos, el año 2006 se da inicio en el
Perú a la implementación del Nuevo Código
Procesal Penal, modificando sustancialmente la
intervención del Estado en la
investigación, proceso y
sanción del delito, encargándole al Ministerio
Público la investigación y persecución del
delito. Esta reforma ha traído consigo nuevos elementos
que deberían ser considerados como un aporte a la
Seguridad Ciudadana. Así lo establece la misma Exposición
de Motivos del Decreto Legislativo Nº 957, el cual determina
que el nuevo Código Procesal Penal es "un instrumento
normativo cuyo fin ultimo es lograr el equilibrio de
dos valores
trascendentes: Seguridad Ciudadana y Garantía",
sin
embargo los dos principales operadores del nuevo modelo penal,
no lo consideran de esa manera y ningún organismo del
Estado ni la misma Policía Nacional del Perú les ha
salido al frente para hacerles comprender lo equivocado que se
encuentran, mucho menos los que dirigen el Sistema Nacional de
Seguridad Ciudadana, por lo tanto podemos concluir que el nuevo
modelo procesal penal es también una nueva ficción
del modelo de Seguridad Ciudadana imperante en el Perú.
Ver: "El Nuevo Código Procesal Penal y sus Implicancias
en la Seguridad Ciudadana"

http://www.cejamericas.org/doc/documentos/nuevocodigoprocesalpenal.pdf.

VI. Nuevas
Propuestas para reforzar el Sistema Nacional de Seguridad
Ciudadana.

A la luz de nuestra
propia experiencia en donde vemos un Sistema Nacional de
Seguridad Ciudadana ficticio, indiferente, ineficaz, rutinario y
que sobrevive gracias al trabajo de la Policía Nacional
pero sin ningún tipo de especialización, coordinación ni metodología y haciendo uso de recursos
económicos provenientes de la cooperación
internacional como es el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID) sin resultados concretos, es
que analizamos las experiencias internacionales y los mismos
procesos de
reforma policial de los últimos años en América
Latina y vemos que nos han dejado lecciones y experiencias
que tercamente (o egoístamente) no se quieren tener en
cuenta, ni siquiera recalcar al momento de decidir por cambios
reales, trascendentales y duraderos en materia de Seguridad
Ciudadana. Sin embargo, los entendidos en la materia y los
estudios realizados y publicados, nos informan que la reforma
policial orientada desde el gobierno, debe ser concebida dentro
del marco más amplio de una Política de Seguridad
Ciudadana, correspondiéndole a las autoridades
políticas la decisión respecto a los objetivos por
alcanzar, así como las características de dicha
Política ("El Desafío de la Reforma Policial en
América
Latina".
Hugo Frühling –
http://www.agendapublica.uchile.cl/n8/1.html)

En el tema de la Seguridad Ciudadana, se requiere
urgentemente y en primer lugar una convocatoria a la
transformación institucional de la Policía
Nacional del Perú (PNP).
La Policía Nacional
nació para establecer lazos de solidaridad con
la comunidad, y esa es precisamente la función y
la dinámica que hoy se debe impulsar a
través de la implementación del Servicio de
POLICIA COMUNITARIA en la Policía Nacional del
Perú,
alternativa que viene siendo utilizada
exitosamente por muchos países en el mundo; sin
embargo analizando las experiencias internacionales, la
Policía Nacional del Perú resulta siendo la
única organización policial en América del
Sur que no cuenta con Unidades de Policía Comunitaria.

Dicho de otro modo, siendo la prevención la primera
barrera de contención contra el delito, la Policía
Nacional del Perú, no tiene hasta la fecha una Unidad
Policial especializada en la Prevención del Delito. La
organización policial cuenta con Unidades para proteger al
turista (Policía de Turismo), para proteger la
fauna y la flora
(Policía ecológica), para proteger dignatarios
(Policía de Seguridad del Estado), para ordenar el
transito (Policía de Tránsito), para proteger
carreteras (Policía de Carreteras) etc. etc. pero no
cuenta con Policía para proteger al ciudadano
(Policía Comunitaria o Policía Preventiva). Ver:
"La Hora de la Policía Comunitaria ha llegado"
:
http://peruprensa.org/Aa031007.htm

Las políticas de Seguridad Ciudadana más
actualizadas y exitosas que se vienen aplicando en todo el mundo,
se caracterizan por su carácter integral, es decir, adecuadas para
enfrentar el fenómeno de la delincuencia y la violencia
mediante acciones
preventivas que abarcan lo social, educacional, y lo
urbanístico, así como el accionar policial
preventivo, represivo y el trabajo
judicial y del Ministerio Público. Asimismo, dan
importancia relevante a la participación de la comunidad
en alianza estratégica con los Gobiernos Locales, con las
autoridades en general y con las fuerzas vivas de la comunidad.
Todo esto, se logra de manera integral y sistémica a
través de la Policía Comunitaria trabajando
coordinadamente con los Comités de Seguridad
Ciudadana.

En este contexto a nivel mundial, adquieren creciente
apoyo de los Gobiernos, los intentos de la policía por
establecer relaciones más estrechas con los habitantes de
los diversos vecindarios. Esta tendencia encuentra su origen
inicial en los modelos de
Policía Comunitaria, que están bastamente
difundidos en Norteamérica, en Europa y
últimamente en América del Sur. En su
versión más avanzada este modelo de
organización y accionar policial busca adaptar la
actuación policial a las demandas del público

que son consistentes con sus requerimientos y necesidades frente
a la inseguridad, los riesgos y la
violencia, y para ello establece relaciones horizontales con los
ciudadanos; focaliza su actuación en la
identificación, análisis y solución de problemas
locales; rinde cuentas al
público de la actuación policial y promueve
acciones preventivas coordinadas con los responsables
públicos de la Seguridad Ciudadana es decir con los
Comités de Seguridad Ciudadana presididos por las
autoridades locales, quienes de esa forma ya no tendrán
pretextos para seguir aletargados y sin accionar a los
demás componentes de sus Comités.

En estos tiempos, el cambio de
estrategia por
parte de la Policía Nacional para poder combatir el delito
en alianza con la comunidad y las autoridades locales, hace
imprescindible y necesaria la creación oficial de la
Policía Comunitaria, pero se requiere el apoyo del
Gobierno, el compromiso del Sector Interior y la decisión
de la Policía Nacional de avanzar en el camino de la
Policía Comunitaria. Se trata de especializar en el siglo
XXI a los elementos de la Policía Nacional a través
de este importante componente de la reforma policial, para que
aquellos policías que resulten seleccionados y luego de
ser debidamente capacitados y entrenados en modelos de trabajo de
Policía Comunitaria, puedan conformar Unidades de
Policía Comunitaria
desplazándose a pie o en
motocicletas, para hacerse cargo de la seguridad y vigilancia de
los barrios a donde sean asignados, trabajando en estrecha
coordinación con los Comités de Seguridad
Ciudadana. La Policía Comunitaria es una especialidad
del servicio en la
Policía Nacional.

VI. La Experiencia
de Policía Comunitaria en la ciudad de
Trujillo

La experiencia de POLICIA COMUNITARIA en la
ciudad de Trujillo – PERU, como
Proyecto
Piloto, durante los años 2003 – 2005, por iniciativa
de un Oficial Superior de la PNP, sin costo para el
Estado, no tuvo el respaldo ni el apoyo del sector interior ni
del comando de la Policía Nacional, descentralizó
sin embargo la toma de decisiones de los cerrados mandos
policiales a nivel de funcionarios locales (Comisarios), logrando
se tomara en cuenta la opinión de los vecinos para la
determinación de sus estrategias (Plan de Barrio) y
enfrentando de manera proactiva los problemas de inseguridad,
desarrollando una serie de Programas de Prevención Social
y Prevención Situacional frente al delito con 55
Policías Comunitarios seleccionados, capacitados y
adoctrinados, entre ellos recordamos: (1)Cuadras Solidarias,
(2)Vecinos Vigilantes, (3)Escuelas de Seguridad Ciudadana,
(4)Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana, (5)Integración Familiar, (6)Conversando con
los Vecinos, (7)Infractores Potenciales, (8)Victimas Potenciales,
(9)Rescatando Valores, (10)Aprender Jugando, (11)Acción
Cívica, (12) Prevención Situacional (13)
Prevención Social (14)Comunidad Segura, entre
otros.

Es decir, se trató de tener una Policía
Comunitaria que se involucrara en la vida comunitaria de los
barrios de la ciudad, y que desde adentro de esa vida comunal
pudiera resguardar la seguridad ciudadana. Este objetivo se
logró al 100%, el Policía Comunitario era una
persona
visible en su comunidad, conocido por los vecinos del barrio,
estimado, reconocido y de mucha confianza. La Policía
Comunitaria se convirtió en el brazo impulsor del trabajo
que desarrolló por primera vez de manera dinámica,
el Comité Provincial de Seguridad Ciudadana de Trujillo,
participando activamente en cada una de las tareas encomendadas
por este organismo componente del Sistema Nacional de Seguridad
Ciudadana; así teníamos a los Policías
Comunitarios visitando las Cabinas de Internet con la finalidad de
verificar el cumplimiento de la Ordenanza Municipal de control de
páginas pornográficas a través de filtros
colocados en los sistemas
informáticos. La Policía Comunitaria
controlaba la venta
indiscriminada de licor, la venta de drogas, el
consumo de
alcohol en la
vía pública, el ausentismo escolar, formaba la
Policía Escolar, rondaba su jurisdicción, visitaba
los colegios, etc. era "el amigo del barrio".

El Policía Comunitario recorría las
calles de su territorio, visitaba a los vecinos en sus mismos
domicilios para que lo conocieran, participaba en reuniones con
ellos, conversaba en las esquinas con los transeúntes o
vendedores, atendía llamadas que ingresaban a su teléfono celular. Realizaba con los vecinos
análisis y diagnóstico de seguridad preventiva,
reconocía factores de riesgo como
viviendas y áreas abandonadas propicias para la venta de
drogas, robos o violaciones, personas de comportamiento
sospechoso, obras peligrosas, lugares sin iluminar, cruces
inseguros, cortes de energía o agua,
situaciones insalubres para niños y
adultos, asechanzas contra locales escolares, lugares de venta de
licor a menores, entre otros. El Policía Comunitario
recogía en su recorrido importante información sobre diferentes factores que
afectaban la seguridad del barrio.

Esta valiosa información era trasladada a la
Comisaría respectiva, al Ministerio Público
(Fiscalía de Prevención del Delito),
al Comité Provincial de Seguridad Ciudadana y a la
Defensorìa del Pueblo
y se compartía con la
autoridad
municipal para que ejecutaran las acciones adecuadas en los casos
de su competencia a fin
de subsanar las deficiencias y minimizar los riesgos.
Paralelamente, con el objetivo de lograr una empatía con
la población local, el Policía Comunitario
ponía en juego todas
sus habilidades personales, pero fundamentalmente su capacidad
para el manejo y resolución
de conflictos, liderazgo, comunicación, disuasión, firmeza con
la ley, creatividad,
simpatía y otras más que mejoraron sus relaciones
con la comunidad. El horario del Patrullaje Policial variaba
de acuerdo a las necesidades de cada barrio, pero el
Policía estaba todos los días junto a los vecinos.
La Municipalidad Provincial de Trujillo, decidió entonces
otorgarles un Bono de Reconocimiento de aproximadamente S/.
350.00 (Trescientos cincuenta nuevos soles mensuales) a cada
Policía Comunitario y donó 10 motocicletas, otras
entidades los dotaron de radio
teléfonos, uniformes, y materiales
para el cumplimiento de su trabajo, poco a poco se fueron creando
las "redes de
apoyo".

El Plan de Barrio para la prevención del
Delito, era una estrategia de la Policía Comunitaria para
ser aplicada por las Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana
(JUVESC), instrumento eficaz para identificar conjuntamente con
la Policía Comunitaria y sus autoridades vecinales, los
principales problemas que afectaban la seguridad y el desarrollo
integral del barrio (Diagnóstico). El Plan de
Barrio
para la Prevención del Delito, surge como
propuesta el 29 de Abril del 2004, durante el desarrollo del IV
Seminario de
Seguridad y Participación Ciudadana organizado por la
Policía Comunitaria de Trujillo. El Plan de Barrio es la
primera actividad que realizaban las Juntas Vecinales de
Seguridad Ciudadana luego de ser juramentadas, con la finalidad
de identificar los problemas existentes en el barrio y plantear
las soluciones
viables. El documento que se elaboraba era cursado al Comisario
PNP de la jurisdicción, al representante del Defensor del
Pueblo, a la Fiscalía de Prevención del Delito, al
Alcalde de la Municipalidad Provincial o Distrital en su
condición de Presidente del Comité Provincial o
Distrital de Seguridad Ciudadana según
correspondía. Los resultados fueron totalmente
satisfactorios, en razón que el compromiso de las
autoridades antes mencionadas con la comunidad se fue
incrementando con respecto al interés por ir solucionando
los problemas planteados, habiéndose llegado a
internalizar en la ciudad el concepto del
denominado "Plan de Barrio" como estrategia importante para la
prevención del delito. La Defensoría del
Pueblo
a través de importantes comunicaciones
con las autoridades locales, invitaba a prestar atención a los "Planes de Barrios" enviados
por los vecinos.

Dentro de esta importante experiencia a favor de la
Seguridad Ciudadana el 24 de Junio del año 2004 y por
primera vez en el Perú, se aperturaron las "Escuelas de
Seguridad Ciudadana"
, como Proyecto Piloto diseñado y
llevado a la práctica por el creador y fundador de la
Policía Comunitaria, cuyo modelo referente fue tomado
precisamente de las Estrategias exitosas del Plan Integral de
Seguridad Ciudadana que viene aplicando en el vecino país
de Colombia, conjuntamente con otras acciones como son los
Frentes de Seguridad Local (equivalente a las Juntas Vecinales de
Seguridad Ciudadana en el Perú) y la Policía
Comunitaria.

Las "Escuelas de Seguridad Ciudadana" se crearon
con la finalidad de convertirla en un mecanismo eficaz para
contrarrestar los factores generadores y facilitadores de
violencia, abriendo espacios de interacción social, en donde se pudiera
compartir con los ciudadanos charlas, conferencias y
diálogos acerca de normas de
convivencia, valores sociales y medidas preventivas frente al
delito, entre otros temas de interés para la seguridad
ciudadana, entre los cuales se incluía el rol y funciones
de las Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana.

Las "Escuelas de Seguridad Ciudadana" – en
Trujillo – PERU -, se convirtieron poco a poco en espacios donde
la Policía Nacional, brindaba al ciudadano a través
de un Curso Especializado formación e instrucción
para prevenir delitos y
faltas que
afectan la seguridad del barrio, sector o cuadra. Así los
ciudadanos, al culminar su ciclo de capacitación se
graduaban como "Promotores de Seguridad Ciudadana" y se
convertían en afiliados permanentes de la labor que
desarrollaba la institución policial contra los factores
que afectan la convivencia social rescatando aquellos valores que
como la solidaridad, la integración, el espíritu de
vecindad, el civismo y la fraternidad se han perdido por la
indisciplina social, la anarquía y el marcado
individualismo imperante en la sociedad; esta
estrategia cumplía un proceso mediante el cual se captaban
a los lideres vecinales para que al capacitarlos como
"Promotores de Seguridad Ciudadana" pudieran conformar
"Cuadras Solidarias" y "Juntas Vecinales de Seguridad Ciudadana",
capaces de elaborar sus propios diagnósticos
situacionales, los denominados "Planes de Barrio",
instrumentos de gestión
necesarios para ir neutralizando o erradicando progresivamente
ellos mismos o con participación de las autoridades
responsables todo aquello que constituya un riesgo o un peligro
potencial o presente con intermediación de todas las
entidades responsables de la seguridad ciudadana, particularmente
de los componentes del Comité Provincial de Seguridad
Ciudadana. Estos centros comunitarios tuvieron un valor
agregado, el curso de "Promotores de Seguridad Ciudadana" se
desarrollaba en las instalaciones de una Universidad
Privada, la cual auspiciaba su desarrollo y facilitaba la
intervención de profesionales y especialistas en algunos
temas vinculados a su finalidad. El Diploma otorgado a los
egresados llevaba por tal motivo la certificación de la
citada Universidad.

Cada uno de los 55 Territorios Vecinales de la ciudad de
Trujillo, llegaron a tener sus respectivos Policías
Comunitarios totalmente identificados con su comunidad y los
indicadores de
medición de la seguridad ciudadana que se
hicieron a través de una encuesta de
victimizaciòn (2005) encargada a la Universidad que
auspiciaba el desarrollo de las Escuelas de Seguridad Ciudadana,
revelaba la confianza que empezaba a sentir la población
en la Policía, y mostraba igualmente un 80% de hechos
policiales que no habían sido denunciados (Cifra negra del
delito) precisamente por desconfiar del resultado del trabajo
policial. La estadística policial comenzaba a disminuir
progresivamente con respecto a los hechos de violencia
familiar, pandillaje, delitos contra el patrimonio en
el interior de domicilio, delitos menores como arrebatos y
faltas.

VIII. Prevalencia del Modelo Policial Reactivo
sobre el Modelo Proactivo en la experiencia de
Trujillo.

Lamentablemente la propia Policía Nacional del
Perú no valoró el esfuerzo de su impulsor y creador
de la Policía Comunitaria (modelo policial proactivo) y
dos años después de haber iniciado sus funciones,
un nuevo comando policial en La Libertad
desactivó la Policía Comunitaria y las Escuelas de
Seguridad Ciudadana (ABR2005) sin mayor reparo en sus
consecuencias para priorizar nuevamente el trabajo reactivo, por
cuanto la prevención no generaba tanta imagen
institucional, como si lo hacían los operativos
focalizados contra la delincuencia y existía el reto
político de recuperar rápidamente la
sensación de seguridad frente a un hecho aislado que
motivó el relevo del comando en La Libertad y que fue
catalogado en su momento como una muestra de la
inseguridad existente. No obstante la comunidad destacó en
dicha oportunidad que la Policía Comunitaria si
respondía a sus expectativas de seguridad, conforme se
puede ver en el siguiente website:
http://www.mininter.gob.pe/noticias/noticia.php?C_WC1Page=245&cat=1&sub=0&web=2040

Siempre pensando en la imagen policial frente a la
colectividad, se sumaron al trabajo reactivo una "fábrica
de escobas" y "una panadería" que fungían de
trabajo de "prevención del delito", supuestamente
generando trabajo y rehabilitando pandilleros; solo
ficción, pero muy bien promocionada. Como era de
esperarse, los resultados esperados no fueron satisfactorios y
paradójicamente los delitos contra la vida el cuerpo y la
salud y contra el
patrimonio empezaron a incrementarse en el Departamento de La
Libertad y particularmente en la ciudad de Trujillo;
contrariamente las "estadísticas policiales
maquilladas", daban cuenta de una situación ficticia de
crecientes niveles de una mayor seguridad (menos homicidios,
menos robos, menos extorsiones), que se interpretaban como
consecuencia del trabajo reactivo que se venía
ejecutando,
pero estos números era totalmente
diferentes a la realidad.

Al finalizar el año 2006, la
Policía Nacional ocultaba a la ciudad de Trujillo los
verdaderos niveles de inseguridad ciudadana, gracias a los
titulares de los medios de
comunicación y conferencias de prensa que daban
cuenta diariamente de los operativos y mega operativos que
realizaban las Unidades Policiales. El año 2007,
al sincerarse las estadísticas policiales con un
nuevo Comando Policial se produce un aparente revés en la
sensación se seguridad subjetiva que se había
generado gracias al trabajo reactivo de la Policía; y los
medios de
comunicación y los mismos ciudadanos llegaron a
considerar inclusive que por no haberse continuado con el mismo
ritmo de trabajo reactivo, la inseguridad había vuelto a
la ciudad. Lo cierto es, que la Policía Nacional del
Perú, sigue priorizando el trabajo policial reactivo
frente a la inseguridad ciudadana y lo sucedido en Trujillo es
una muestra que el trabajo reactivo por si solo, ya no es
contundente como instrumento de lucha eficaz contra la
delincuencia.

Al año 2008, no existe en el Perú
ninguna Unidad de Policía Comunitaria, por tanto no
existen Policías Comunitarios en ninguna ciudad peruana
que se encarguen de prevenir sistèmicamente y
proactivamente el delito en las calles de la ciudad,
perdiéndose esta gran oportunidad de cambio para la
Policía Nacional. La ciudad de Trujillo volvió a
ser nuevamente el centro de atención de la inseguridad
ciudadana y hoy en día, los homicidios, las extorsiones
telefónicas, las extorsiones a los transportistas, los
robos al interior de residencias, los robos de vehículos,
los asaltos, los delitos dirigidos desde el interior del
Establecimiento Penitenciario "El Milagro", los ajustes de
cuentas entre delincuentes, etc. que nunca dejaron ser noticia
policial ni bajaron su incidencia, pero que fueron
estratégicamente ocultados a la población, son
hechos que alarman a la ciudad y la comunidad ajena a estos
entretelones del sistema, sigue reclamando, mayor trabajo
reactivo de la Policía.

El modelo de Policía Comunitaria, representa un
fuerte avance en las relaciones comunidad – autoridad local
– policía y conjuga adecuadamente la prevención del
delito, con el trabajo reactivo y represivo que realiza la
policía frente a la inseguridad ciudadana. Contando con la
Policía Comunitaria, sería la única manera
segura y sostenible de otorgar al Sistema Nacional de Seguridad
Ciudadana los elementos operativos capaces de entender y aplicar
sus planes, sus políticas y sus estrategias, a la vez de
brindarles en base a su gestiòn sus indicativos para la
evaluación del trabajo que desarrollen. Es fundamental
promover una gestión preventiva y proactiva para la
superación de la violencia y del delito, una visión
integral del problema y un trabajo definido en el que la
articulación intersectorial por intermedio del Sistema
Nacional de Seguridad Ciudadana es un factor
necesario.

Realmente a la Policía Nacional, le cuesta
mucho reconocer que hoy en día, frente al avance y
crecimiento de la delincuencia, dos de los grandes presupuestos
de las estrategias policiales profesionales preventivas ya no son
eficientes
en la actualidad. El primero, ya no
es real que la patrulla policial por su sola presencia inhibe a
los potenciales infractores de cometer delitos, y el
segundo
, ya no es real que la presencia policial disminuye el
miedo y la percepción
de inseguridad en la población (Ahora inclusive es
frecuente ver a los bisoños Policías de reciente
egreso haciendo su Patrullaje a Pié o dirigiendo el
transito desde las casetas, con sus auriculares de sus celulares
y radios colocados en sus oídos, mientras ven pasar el
mundo a su alrededor sin percatarse del mínimo detalle que
pudiera estar sucediendo delante, al costado o detrás de
ellos).

De igual manera, las patrullas dirigidas
rápidamente al incidente o lugar donde se ha cometido un
delito (Unidades de Emergencia mas conocidas como 105) no
producen mayor seguridad y las posibilidades reales de detener a
una persona en flragrancia disminuyen después del primer
minuto de cometido el delito por cuanto el autor o autores se dan
a la fuga, lo que sumado al hecho de que en promedio las
víctimas tardan alrededor de 4 a 5 minutos en tomar el
teléfono para reportar el delito (si es que lo hacen) y el
tiempo que la patrulla demora para llegar al lugar, reduce
dramáticamente las posibilidades de éxito
de un sistema basado en la rapidez para responder a las llamadas
(sistema policial reactivo).

En la misma línea, el modelo de patrullas
preventivas formadas por parejas en vehículos policiales,
a pié o a caballo, sin una corresponsabilidad o
integración con el barrio que vigila demuestra generar un
mayor aislamiento de la policía con la comunidad y una
especie de ensimismamiento de la pareja de policías en sus
propios problemas o intereses, alejándolos del entorno y
de la población sin generar confianza o seguridad en
ésta. De allí que una de las mejores propuestas que
hacen los especialistas para continuar fortaleciendo el trabajo
de acercamiento y servicio a la comunidad que realiza la
Policía Nacional del Perú, y por ende de mejorar la
percepción de seguridad ciudadana, es la de proponer que
realice su servicio de patrullaje o vigilancia de los barrios,
fundamentado en la nueva filosofía del actuar policial
(Policía Comunitaria) incorporado progresivamente
por la mayoría de organizaciones policiales en el mundo
(Particularmente países como Ecuador,
Colombia, Chile,
Bolivia,
Brasil,
Argentina, Uruguay,
Paraguay en
América del Sur ya lo vienen desarrollando)
lo cual
redunda en un cambio de actitud de los
miembros de la institución policial, de las autoridades
locales y de la comunidad en general. De hecho lo repetimos, el
Perú es el único país en América del
Sur, en donde la Policía no ha creado Unidades de
Policía Comunitaria.

Hay que reconocer y aceptar la crítica, la respuesta que actualmente
tienen las autoridades del gobierno, las autoridades locales y la
misma policía frente al problema de la inseguridad es
improvisada, coyuntural e imprecisa y los Comités de
Seguridad Ciudadana no resultan siendo actualmente, una arma
eficaz para la solución del principal problema de nuestra
sociedad: La Inseguridad.

¿Como aprender entonces a enfrentar el
principal problema social de estos tiempos?.
Primeramente
debemos ser lo suficientemente capaces de reconocer nuestros
propios errores y no echar la culpa a los demás, el
aprender a conseguir la excelencia de la gestión comienza
en aprender primero de uno mismo y aprovechar de los
éxitos de los demás sin recelos, sin envidias, sin
egoísmos.

¿Porque buscar una nueva ruta, un nuevo
camino, porque pretender descubrir el agua tibia
si ya hay triunfadores que van camino al éxito y la ruta
está marcada?, ¿no es más fácil
tomarlos a ellos como punto de partida y tratar de igualarlos
para luego mejorarlos?.
Fuera de que el
conocimiento no es de quien lo crea sino de quien lo aplica,
no estamos tomando la tecnología sino la
ruta para llegar a la excelencia. Lamentablemente en nuestra
sociedad el peor pecado es tener éxito, nos molesta el
éxito de los demás ¿Pero porque es pecado
el éxito de los demás?,
Es simple, porque el
éxito nos reta, el éxito de los demás nos
reta a nosotros mismos, pensamos ¿porque que
él pudo y yo no?,
En ese momento como somos
cómodos, en vez de tratar de igualarlo nos dedicamos
simple y llanamente a criticarlo o plagiarlo pero sin reconocer
el mérito de quien lo tiene realmente, mucho menos
convocarlo para aprovechar de su experiencia.

Tenemos como referentes experiencias internacionales
exitosas en materia de Seguridad Ciudadana por ejemplo en el
vecino país de Colombia, en donde las autoridades
Municipales han logrado reducir el delito a niveles de excelencia
muy significativos y de donde ya estamos importando con
importante apoyo económico del BID su modelo de
Observatorio del Crimen, según el CONASEC
próximo a instalarse en Lima, Cuzco y Trujillo (anuncio
hecho el año 2006 sin haberse concretizado hasta la
fecha), esto es un ejemplo del reconocimiento del avance que en
este tema tiene el vecino país. Sin embargo este
observatorio, con el nombre de "Observatorio de Seguridad
Ciudadana",
fue implementado el año 2004 en corto
tiempo en la ciudad de Trujillo, como parte del Proyecto Piloto
de "Policía Comunitaria" en alianza estratégica con
una Universidad local y sin costo para el Estado,
llegando a realizar su Primera Encuesta de Victimizaciòn
ese mismo año. Proyecto también abandonado por
falta de interés de las autoridades policiales.

No es posible continuar por mas tiempo con programas y
modelos aislados, es necesario adoptar la decisión de
llevar adelante proyectos concretos y exitosos como la
Policía Comunitaria, proceder a la elaboración del
Plan Nacional y Planes Locales de Policía Comunitaria,
para que cada Proyecto de adecuación a esta nueva
corriente de trabajo policial se encuentre enmarcada en doctrina,
filosofía y objetivos comunes del Sistema Nacional de
Seguridad Ciudadana, que finalmente den cuenta de resultados y
logros obtenidos de manera uniforme y que sobre todo permita
contar con indicativos de evaluación pública de la
gestión policial y de las autoridades locales, para seguir
mejorando y perfeccionando el servicio policial, hecho que se dio
perfectamente en la experiencia de la ciudad de
Trujillo.

El PERU demanda una
Policía Nacional que comprenda junto a su rol
histórico de combatir el delito, el respeto
irrestricto a los derechos humanos
y a los derechos de la
niñez, pero que además se convierta en garante de
los derechos y libertades ciudadanas de las personas, es decir
del derecho a transitar con tranquilidad, a mejorar su calidad de vida,
a tener paz y tranquilidad en sus barrios, a tener una
convivencia pacifica con sus vecinos, a sentirse seguro en sus
casas y en sus centros de trabajo. La Policía Comunitaria,
entendida como un Servicio de Patrullaje proactivo trabaja en
todos estos aspectos y además propicia generar Cultura de
Seguridad Ciudadana, para que cada ciudadano sea consciente del
rol que le corresponde en la sociedad para mejorar los niveles de
seguridad y convivencia pacifica. Se constituye en el brazo
derecho ejecutor del Sistema Nacional de Seguridad Ciudadana.
La Policía Comunitaria trabaja en la comunidad, con la
comunidad y por la comunidad
.

Consideramos que el tiempo de un cambio real del Sistema
Nacional de Seguridad Ciudadana y una transformación
auténtica de la Policía Nacional ha llegado,
corresponde a nuestras autoridades de Gobierno, al Sector
Interior, al alto mando de la Policía Nacional, a la
Defensorìa del Pueblo y a las organizaciones vecinales,
asumir el compromiso de apoyar este gran cambio. Crear
oficialmente la Policía Comunitaria y sacar adelante esta
gran transformación de la Policía Nacional.
El
Perú no puede continuar a la rezaga de las grandes
transformaciones y seguir siendo un país atrasado
policialmente y sin utilizar las nuevas herramientas
que la experiencia internacional nos presenta en materia de
Seguridad Ciudadana, permitiendo que esta falta de voluntad para
el cambio integral facilite el desarrollo de una mayor
inseguridad ciudadana en nuestro país. De nada
servirá nuevos o modernos patrulleros, armas, nuevos
uniformes, ni no empezamos a preocuparnos por el elemento
humano.

 

 

 

Autor:

Enrique Hugo Muller Solón (*)

(*) – Abogado – Penalista –
Criminólogo

– Ex – Defensor del Policía
(2005-2006)

– Coronel de la Policía Nacional del Perú
en situación policial de Retiro (2007)

– Creador del Primer Proyecto Piloto de "Policía
Comunitaria" en el Perú (2003-2005)

– Creador de las "Escuelas de Seguridad Ciudadana" en el
Perú (2004)

– Creador del "Plan de Barrio"

– Creador de las "Cuadras Solidarias"

– Creador del Primer "Observatorio de Seguridad
Ciudadana" en el Perú.

– Fue integrante de la Comisión Encargada de
elaborar el Nuevo Código de Justicia
Militar en representación del Ministerio del
Interior.

– Fue integrante de la Comisión Encargada de
Implementar el Nuevo Código Procesal Penal en el Distrito
Judicial La Libertad en representación de la
Policía Nacional del Perú.

– Autor de la Guía de Procedimientos para la
intervención de la PNP en el Nuevo Modelo Procesal
Penal.

– Docente Universitario.

– Investigador y Analista en temas de Seguridad
Ciudadana y Reforma Policial.

– Investigador y Analista en temas de Reforma Judicial
del Fuero Ordinario y Militar

Ensayo elaborado y culminado en la ciudad de Trujillo –
PERU

Febrero del 2008.

Partes: 1, 2
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