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La teoría de la mente (página 2)




Enviado por Felix Larocca



Partes: 1, 2

Evolución en
el individuo

Una de las concepciones básicas de la mente es el
uso de información para construir un sentido de la
mente propia. Este módulo-creador de la mente parece ser
una función
del hemisferio derecho y comienza su desarrollo
temprano en la vida.

Teoría de la mente en proceso

Los niños
durante los primeros días de su existencia poseen la
capacidad de detectar la diferencia entre objetos animados e
inanimados, y de atribuirles cualidades de mente; como son
propósitos, atenciones, y sentimientos. Hacia el tercer
año de la vida, desarrollan la capacidad del juego
simbólico, durante el cual pueden investir objetos
inanimados con cualidades animadas de intencionalidad y respuesta
emocional.

Esta inmersión en juegos de
imaginación resulta de interacciones sociales y de
historias narradas por quienes cuidan al niño, con quien
éstos se identifican, en el sentido rudimentario de esta
locución.

La distribución de las experiencias mentales
entre el niño y la figura materna asientan los fundamentos
para todo el proceso del
avance evolutivo del infante, incluyendo la adquisición de
habilidades cognitivas complejas.

El cerebro del
niño normal posee la habilidad de entender el estado
subjetivo de mente de quien lo cuida — su vida, de ello
depende. Estas últimas son señales
que pertenecen en su esencia a la esfera comunicativa-emocional.
Son las muy conocidas de: contacto visual y caricias,
expresión facial y el tono de voz.

Otro aspecto de importancia en este respecto es lo que
se conoce como "reconocimiento conjunto"; que es cuando ambos,
figura materna y bebé, observan un tercer objeto el cual
se señala, mientras se habla del mismo.

Es durante este mismo proceso, que se afianza, desde el
primer año de su vida, la noción importante de que
el niño intuye y entiende que existe otra persona, fuera de
sí, con un foco de atención, intención y estado
emocional dirigido hacia él.

Puesto en otras palabras: que el niño tiene su
propia teoría de mente, ya que reconoce y asigna afectos e
intenciones a otra persona.

En el autismo y en el
Asperger, se habla de ceguera mental, como defecto esencial que
obstaculiza su progresión a la adquisición de la
empatía o de ToM. Lo que los coloca en una
situación desventajosa desde el punto de vista social y
emocional.

Pero, sabiamente el estudio de la teoría de la
mente se ha expandido a poblaciones amplias, incluyendo animales,
niños, adultos y otras culturas; las últimas,
consideradas menos avanzadas que las nuestras.

Por supuesto, la neurociencia con sus instrumentos de
resonancia magnética y el estudio de las neuronas espejo,
ya consideradas en la primera sección de esta
trilogía — y las que revisitaremos en breve más
adelante en esta lectura
nos proporcionan con entendimientos de importancia en lo que
significa el radio de acción
de la ToM.

La teoría de la mente constituye una habilidad
potencial en la percepción
del ser humano y, posiblemente, de otras especies; pero un
potencial que requiere experiencia social y cognitiva para lograr
su fruición final. Es esencialmente un concepto continuo
e individual, en el sentido de que los individuos difieren en su
alcance personal de
teorías
de mente — que varían de muy completas y efectivas a
mínimamente funcionales.

Es en este, el punto del progreso individual, donde se
encuentra el de inserción de la empatía. Concepto
relacionado al ToM que significa la capacidad de reconocer y de
entender los estados de mente de otros, incluyendo creencias,
deseos y emociones en
particular, sin la inyección de los propios. La
empatía se subsume como la capacidad de ponerse uno en los
zapatos de otro.

Aspectos
filosóficos

Desde los tiempos de Descartes, se
ha estudiado la importancia de la teoría de la mente, y
los principios
elaborados todavía se consideran válidos y
aún se aplican en las investigaciones y
lucubraciones filosóficas presentes. (El libro que
aquí se recomienda es Descartes’ Error por A.
Damasio).

Las contribuciones de la epistemología cognitiva de Jean
Piaget

Para quienes estudien la psicología y la
psiquiatría infantil, las contribuciones del genio de
Piaget, que
aquí repasamos en breve, resultarán
familiares.

 

Egocentrismo

 

En las alboradas del siglo XX, Piaget formula un
grupo de
teorías con semejanzas remarcables al ToM.

Este psicólogo suizo postuló que, en su
egocentrismo temprano, el niño no comprende que las
percepciones de los demás sean distintas de las propias.
Pero, que ya a los tres años, el niño empieza a
abandonar este egocentrismo cognitivo a favor de la
aplicación de procesos
más sofisticados que reconocen lo que a otros concierne, y
que no son los propios. Lo que Piaget no nos
proporcionaría en su teoría fue con entendimientos,
aunque hipotéticos, de los elementos emocionales que
subyacen todo desarrollo, especialmente el de nuestra
especie.

Para lo último, sus biógrafos,
contribuyen elementos de sus juicios propios; como sería
el uso, por Piaget, de su hija Jacqueline, para llevar a cabo
muchas de sus experimentaciones — proclividad, esta
última, que, otros serios pensadores, desdichadamente,
compartieran cuando hicieran uso de sus propios hijos como
sujetos de investigación.

Pero hoy existe un mayor alcance de los factores
tempranos que asisten en nuestra comprensión de la
evolución del ToM en la niñez,
derivados de investigaciones y como resultados de pruebas
más minuciosas, asistidos por equipos a los que Piaget no
tuviera acceso en sus tiempos.

Una de las técnicas
más difundidas para establecer las capacidades de
abstracción en el niño durante su evolución
es el llamado "La Tarea de Sally-Anne", que consiste en lo
siguiente:

A niños se les cuenta o se les muestra una
historia que
envuelve dos muñecas, Sally y Anne. En una versión,
las muñecas juegan con una canica. Un tiempo
más adelante, las muñecas guardan la canica en una
caja y luego Sally se marcha. Anne saca la bolita de nuevo para
jugar con ella. Cuando termina, la guarda, pero esta vez lo hace
en una caja diferente. Sally retorna y al niño se le hace
la pregunta de adónde la muñeca buscará la
canica. El niño pasa la prueba; si responde que Sally
buscará primero, donde la bolita se escondiera
inicialmente, y falla si dice que buscará en la segunda
— donde el niño sabe que la canica se esconde — pero,
la muñeca no lo puede "saber".

La razón para esta conclusión yace en la
asunción de que el niño debe de reconocer y
comprender la representación mental de la
situación, aunque sea diferente de la propia; basando su
repuesta en esas premisas.

Este y otros experimentos de
"falsas creencias", asisten en la tarea de esclarecer si los
niños poseen ToM de manera establecida, similar a los que
los adultos poseen.

Fallo, en estas pruebas se utilizan para determinar que
los niños que las equivocan sufren de dilaciones o
disrupciones en el desarrollo normal.

Existen muchas pruebas adicionales para los fines,
incluyendo algunas que envuelven paradigmas
no-verbales; las que se aplican hoy a animales y a niños
autistas.

El autismo y la teoría de la mente

Algunos investigadores proponen que los niños con
trastornos del espectro autista, no poseen las capacidades de
entender los estados mentales, ni en sí mismos ni en otras
personas.

Lo que algunos designan como "ceguera social" o "ceguera
de afectos".

En nuestro estado de conocimiento
actual no se ha establecido con certidumbre la causa que
determina el pensamiento
del niño autista, lo que dificulta su terapia efectiva,
como ya hemos discutido. Por ello, la aplicación de
cómo a ellos afecta el desarrollo del ToM es de tanta
importancia para su tratamiento, ya que para que el mismo sea
exitoso, debe de eliminarse las amaurosis, tanto social como de
afectos, de las que padecen.

Por medio del uso de técnicas de
visualización de actividad cerebral, se ha establecido que
las regiones cerebrales de mayor importancia activa para el
establecimiento del ToM son la corteza frontal media, los polos
temporales y el área de la junción
témporo-parietal.

Edvard Munch

 

Las neuronas espejo revisitadas

Las neuronas espejo, descritas en la primera ponencia de
esta serie —donde se estudian en detalle, y donde se enfatiza
su importancia en nuestro conocimiento de las actividades
mentales de otros. Lo que las coloca como elementos esenciales al
estudio de las características especiales del ToM.
(Véase, Las actividades de las neuronas espejo y de su
importancia hacia el entendimiento del comportamiento
humano: La neurociencia aplicada (I).
)

En otros animales

La teoría de la mente en otros primates y
animales, carece, en la actualidad, de características
confirmatorias, por lo que decidimos no incluirla como parte de
esta comunicación.

Sus aplicaciones a la neuropsicología
humana

Uno de los principales pioneros en el estudio de, la
llamada teoría de la mente, fue el antropólogo
y psicólogo
Gregory
Bateson. Bateson observó primeramente un
precursor de teoría de la mente en animales no humanos.
Este científico investigó perros
jóvenes que "jugaban" a pelear y se preguntó de
cómo, y por qué indicios o señales, estos
animales detectaban si se trataba, lo que hicieran, de la
simulación
lúdica de una lucha, o de una contienda
real.

Los simios y los gatos hacen lo mismo en sus juegos. Los
niños incluyen reconocimiento de estos factores,
habitualmente en sus retozos; y seres humanos, cuando se hacen
bromas prácticas entre amigos, aceptan sin dificultades
actividades de naturaleza
hostil en apariencias, o aun el uso de palabras que serían
ofensivas en otras situaciones.

Para lograr lo último, se necesita un grado de
reconocimiento de las intenciones genuinas del otro y de entender
su estado mental.

Por supuesto, el ajedrez es el
campo de estrategia por
excelencia donde se pone a prueba la ToM.

Jugadores de ajedrez por Honoré
Daumier

Nace una modalidad
terapéutica

Del reconocimiento avanzado del ToM, nos legaría
Eric Berne un sistema de
terapia.

Al sistema a que hago referencia en esta última
parte de la lección originó de las investigaciones
de un psicoanalista freudiano renegado, Eric Berne. Quien
designara su método
como Análisis Transaccional y el que se
convertiría, si sólo por un período fugaz,
enormemente popular con la publicación del
best-seller de su originador: Games People Play
(del que cinco millones se han vendido).

En este último libro, Berne basa algunas de sus
premisas teóricas en las aplicaciones rudimentarias de la
neurociencia entonces conocida, insinuando la aplicación
de una ToM.

Cómo se adapta el ToM a la psicoterapia
moderna

En la psicoterapia moderna ésta nos asiste en el
tratamiento de los problemas del
espectro autista, porque debemos de adaptar nuestros métodos a
amoldarse a sus déficits cognitivos y socioemocionales,
acoplados a su carencia inherente de empatía y de acumen
social.

Se aplica también a los trastornos de
índole narcisista, ya que en ellos vemos cómo la
teoría de la mente se distorsiona por una grandiosidad
soberbia y, a veces, de naturaleza tan impresionante que a sus
víctimas ciega en su autoevaluación y en la
evaluación de los demás.

Tiene asimismo aplicación en las disorexias por
su carencia, o por su exceso, de control del
comportamiento.

Y, en otros casos, como en la psicopatía o
algunas dependencias, para poder entender
el coloso de configuraciones inciertas, de un ego deformado que
nos confronta.

Finalmente, nos asiste en estimar el desarrollo de la
capacidad de empatía de todo ser humano, de cualquier
edad, cuyo tratamiento intentamos, ya que como nos enseña
Eric Kandel; en la terapia, cambios de actividad cerebral se
registran en los participantes en esta díada funcional y
espiritual.

En
resumen

Aunque no se haya establecido o mencionado en esta
ponencia, este concepto del ToM posee posibilidades de
aplicaciones infinitas, aun en la política, la religión, la educación y
asimismo en el mercadeo,
actividades que involucran un entendimiento del pensamiento de
con quienes establecemos relaciones de toda
índole.

Algo que nos proponemos estudiar en otras lecturas para
ser publicadas.

Así concluimos esta lección.

En la próxima y última de estas ponencias
estudiaremos la sincronía, bajo el título de: La
sincronía en el ser humano y la neurociencia aplicada
(III)

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Dr. Félix E. F. Larocca

Partes: 1, 2
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