El cerebro, la religión y la terapia: una
síntesis – Monografias.com
Algunas veces en el desempeño de las
funciones de ser terapeuta uno encuentra las mismas sorpresas que
caracterizan los hallazgos de Oliver Sacks, aunque, acaso, no tan
dramáticas.
Unos ejemplos entresacados de mi
experiencia:
Una señora muy mayor, a quien
habían diagnosticado la enfermedad
maníaco-depresiva y cuya presencia en las
clínicas gratuitas de los sábados en Renard
Hospital, era legendaria. Nunca dejaba de asistir a los
servicios, ya que, como podía caminar al recinto de
las consultas; su fiabilidad sería, invariable, como
decían fuera la del correo norteamericano de otrora:
"ni lluvia, ni aguanieve, ni nieve, ni el granizo
detendrán el US mail".
Todos los sábados estaba en la
consulta, y todos los sábados salía con recetas
nuevas, ya que aparentemente, sus depresiones eran refractarias a
todo esfuerzo.
Yo opté por algo nuevo, la escuchaba
en "terapia" por 20 minutos, sin abrir la boca y sin mover un
músculo. Desde entonces, cesó de pedir que le diera
nuevas medicinas, ni renovación, por las viejas. Porque,
en apariencias, lo que quería era
hablar…
Nos acostumbramos: yo a escuchar, y ella a
repetirme la historia de su vida.
Cuando, llegara el fin de año y mi
rotación en la clínica concluía. Mi "amiga"
me trajo una caja grande de despedida. Contenía todas las
medicinas que le habían recetado. Me dijo: "Tenga,
déselas a otra persona. Gracias a nuestras
pláticas, nunca las tomé".
Otra, fue una señora que,
notando mi juventud — e inexperiencia conspicua del
entonces — ya que comenzaba el entrenamiento en
psiquiatría infantil, me preguntaba:
"¿Cuántos hijos tiene?" — Impulsivamente, le
contesté: "tres". "¡Usted no sabe más que
yo! … Yo tengo seis".Hay muchas otras viñetas: Por
ejemplo, que no es posible comprender las adicciones a menos
que se haya sido adicto. O que los trastornos premenstruales,
el parto y sus entendimientos nos escapan a los hombres —
por ser hombres — y muchas otras cosas por el
estilo.
Freud — aunque no lo practicara —
predicaba la anonimidad y el retraimiento del psicoanalista —
siendo necesario el estudio formal de toda actividad entre
terapeuta y paciente; desde un apretón de manos fortuito,
hasta cualquier otro contacto extra-analítico: "molienda
para el molino", como dice el proverbio inglés.
El término para esa actividad aun
existe, como, parámetro técnico.
Kurt Eissler introdujo este término,
como "una deviación tanto cuantitativa como cualitativa de
las técnicas del modelo básico, que lo que requiere
es la interpretación como instrumento
esencial".
Así que en el contexto del
psicoanálisis una pregunta, que el paciente formula,
acerca de las creencias religiosas que el analista mantiene, se
vuelve ocasión para explorar el origen dinámico de
la curiosidad y el por qué en ese preciso momento
el paciente lo desea saber, para que, habiendo hecho las
conexiones dinámicas, finalmente,
interpretarla.
Un ejemplo, del análisis de
todo, de mi propia experiencia, retorna
vívidamente. En una oportunidad, cuando se me cayera,
inadvertidamente, una moneda en el diván de mi analista
didáctico. En la próxima sesión, la moneda
estaba colocada en el escritorio del analista, quien, con gesto
distante, me informa: "eso es suyo".
Mi reacción, de exasperada sorpresa,
se extendió por muchas sesiones que siguieran.
No creo que nunca lo
entendería…
Pero, es hecho, que todos esos rituales,
para muchos analistas ortodoxos, no son cosas que se juzgan con
ligereza.
La religión como credo
La religión ocupa un lugar
predominante en la historia de la civilización y de las
culturas humanas.
Diosa de las serpientes. 1600 AC
Creta
Por ello, la fe y sus elementos no pueden
soslayarse.
Más aún, en un mundo achicado
por el contacto social de entornos insulares, como el nuestro —
donde todo se transmite y donde toda información circula
— lo que creemos y cómo lo hacemos es asunto de
interés.
La religión vs la ciencia: el
histórico pugilato
El distinguido genético,
médico, e investigador; Francis Collins, Director del
Instituto Nacional para la Investigación del Genoma,
representa el luchador por la afirmación de la
religión entre los representantes de la ciencia. Richard
Dawkins, por los del ateísmo agnóstico.
Ambos se enfrentan, con frecuencia, en la
palestra de la publicidad para implantar sus convicciones en los
demás — simples mortales — quienes, como nosotros, los
contemplan en debate.
Preguntas de técnica
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