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Exégesis de cierta hipótesis comprobable acerca del posible correlato neuronal de la conciencia subjetiva (página 8)



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¿Qué es la escalabilidad?

El confinamiento de la medición de la realidad en
la escala macroscópica es una manera de decir que el
cerebro, como sistema de medición, carece de escalabilidad
al confinarse. Ferrero, en un artículo del 2.003 en
Investigación y ciencia, titulado: Información
cuántica, estado de la cuestión, decía que la
escalabilidad de un sistema físico es la capacidad del
sistema para adaptarse a tareas de distinta magnitud. Así
mismo, Ynduráin, en su libro Electrones, neutrinos y quarks,
explica que el scaling indica lo que cambia una cantidad
física al alterar la escala de uno de los parámetros de
los que depende.

¿Qué tendría que ver la escalabilidad con la
percepción subjetiva?

El observador subjetivo es un sistema físico de
medición de información consciente, adaptado a la
percepción en determinada escala, la efectiva en el momento
en el que el cerebro se encuentre en el peculiar estado
morfofuncional correspondiente a la propiedad de la
subjetividad.

El observador subjetivo, por su confinamiento, no posee
la capacidad de la escalabilidad, por lo que la percepción a
simple vista sólo ocurre a simple vista, está confinada
en una escala determinada. El confinamiento, la falta de
escalabilidad del sistema de medición en el estado
morfofuncional de observador subjetivo, explica la efectividad de
la subjetividad en la práctica. Por ello, tan interesante
será desentrañar el modo de emerger la subjetividad,
como el modo de confinarse. El confinamiento en la subjetividad,
el hecho de poder percibir solamente lo macroscópico como
sujetos conscientes, se debe a la falta de escalabilidad del
estado dinámico morfofuncional subjetivo del cerebro como
proceso de medición sistemático, es por tanto una
cuestión de scaling. ¿Cómo influye la
escalabilidad en la física? El scaling es cosa de
físicos. Parece ser que indica lo que cambia la magnitud de
una medición efectuada en un sistema si cambia la escala de
uno de los parámetros de medición.

El scaling en física parece análogo, tenga o
no sentido esta analogía, a cómo cambia la
percepción al cambiar la escala de medición, por
ejemplo, cómo cambian las propiedades de la mente al pasar
de escala microscópica a macroscópica (pasando, por
ejemplo, de mente consciente pero no subjetiva a mente consciente
y subjetiva).

Parece ser que en mediciones físicas groseras, por
ejemplo, macroscópicas, el scaling no influye mucho en la
práctica en los resultados, pudiendo ser el error
despreciable. En mediciones ultramicroscópicas, en las que
el margen de error no es aceptable, sí influye de manera
importante en los resultados.

Así que la escala influye en la medición. La
magnitud medida cambia en función de un cambio en la escala
de alguno de los parámetros. Por ejemplo, cuando los
físicos hicieron colisionar electrones con protones, a los
que hasta entonces consideraban elementales (como se ha dicho
más arriba), los resultados de los choques se alejaron de lo
previsto. Feynman propuso que se podría tratar de scaling,
fruto de haber prejuzgado que electrón y protón se
hallaban en una misma escala sin ser así, porque el
electrón parece ser que es elemental, y el protón ha
resultado no serlo en cambio. Feynman tenía razón. De
este modo se empezó a comprobar que el protón no era
elemental, como el electrón, sino formado por quarks y
gluones (al principio a las partes del protón se las
llamó partones, antes de descubrirse los quarks). Y
así, al considerar a los protones como no elementales, los
cálculos ya se obtuvieron sin tantos errores. Para
solucionar este problema con los resultados de los choques entre
protones y electrones, entre lo predicho y lo obtenido en la
práctica, los físicos necesitaron cambiar la escala,
para corregir la diferencia entre ambos, al ser uno elemental, y
el otro, no.

¿Cómo amortigua el cambio de escala los errores
debidos a la escalabilidad, amortiguamiento del que depende la
efectividad del confinamiento en la práctica?

A escala macroscópica, el error en la medición
que pudiera ocurrir en uno de los elementos queda amortiguado por
una mayoría no errónea, ya que los elementos son
suficientemente numerosos. Por ejemplo, ante un plato con comida,
a la hora de comer, la mayoría de las neuronas implicadas
integrarán como respuesta probable (pues de una probabilidad
se trata de nuevo, de modo análogo a lo que ocurre en otros
niveles) el comportamiento consistente en ir a comer, y si
algunas por error integran lo contrario, quedarán anuladas
por una mayoría "decidida" a comer, que será lo que al
final se haga con mayor probabilidad, y con un error despreciable
(el error correspondiente a las neuronas que llevaban la
contraria).

¿Altera el cambio de escala a los objetos mentales?

La subjetividad, en una primera aproximación
intuitiva a la solución del problema, emerge y se confina
mediante un cambio de escala en el sistema por tanto (el sistema
es el cerebro), durante su peculiar y sistemático proceso
morfofuncional.

Este cambio de escala probablemente no signifique que el
objeto mental cambie de tamaño en el cerebro, no
significaría que SOL ocupe una red mayor, por resonancia
neuronal, o por algún otro mecanismo neuronal, hasta ser tan
intensa que emerja de tanto "empujar desde abajo", como un
iceberg. Lo que se modificaría con el cambio de escala es la
unidad de medida, no el tamaño del objeto mental, no el
número de neuronas correlativas con el significado SOL, por
ejemplo. No se agrandaría la red SOL con la adición de
más neuronas para que el proceso sea subjetivo, no se
representaría SOL con una red creciente para lograr tal
fin.

¿Cómo se produce el cambio de escala si no se debe
al aumento de tamaño de la red SOL?

El cambio de escala debe de tener lugar porque la
integración de S, O y L debe de suponer una nueva escala
macroscópica al formarse SOL, y por tanto el cambio de
escala se deberá a que de hecho con una red mayor habrá
una nueva escala, y además macroscópica respecto de la
anterior, cuando las redes S, O y L (las neuronas que las
constituyen) se correlacionen para dar lugar a la detectabilidad
de la red SOL en determinada escala en la práctica, con un
error despreciable, lo cual hará posible la efectividad de
la emergencia de SOL (por ejemplo) como objeto mental
macroscópico, por el simple hecho de que la red SOL
será necesariamente mayor que cualquiera de las redes S, O y
L, al ser la suma de ellas (y mayor que las neuronas a que se
reduce SOL; la clave es que una red neuronal pueda ser efectiva
como unidad morfofuncional del sistema nervioso, por tanto, y a
ciertos efectos al menos).

Como una red es un todo, y como una red es de por
sí una unidad de medida en la práctica, al integrarse
SOL la escala de medida cambia, de hecho, mediante scaling.
Ésto implica un cambio en la forma final del fenómeno
(de la actividad neuronal como fenómeno), incluyendo la
posibilidad de que tenga lugar la percepción subjetiva, por
ejemplo. ¿Qué vinculación habrá entre el
sujeto y la red SOL? El observador subjetivo se identificará
con la red SOL en el momento en que ésta sea efectiva, ya
que el observador subjetivo no es un ente concreto dotado de
subjetividad, sino que en ese momento será (se
identificará con) la percepción consciente y subjetiva
de SOL, es decir, el sujeto es un objeto abstracto, en este caso,
el objeto SOL (un objeto es lo que un observador, por ejemplo, un
sujeto, determina como objeto; el sujeto y el objeto son una sola
cosa en este caso, y sin embargo este objeto queda determinado
como objeto porque la percepción es un proceso de
determinación, ya que se trata de un proceso de
memorización, y de determinación objetiva, ya que se
trata de un proceso de medición; entonces es una
ilusión creer que hay ahí un sujeto determinando el
objeto, ésto se dice así en sentido figurado en este
caso, por hablar un lenguaje común, afín al sentido
común, dada la creencia en la concreción del sujeto a
simple vista, la creencia en la concreción del yo que cada
uno parece poseer de modo intuitivo natural; todo yo cree ser ese
yo; es decir, decimos que el observador determina el objeto, pero
no hay un observador haciendo dicha determinación, sino que
a dicha determinación se la denomina observador en este caso
por la imposibilidad de darnos cuenta intuitivamente de que el
sujeto no es concreto a todos los efectos, por ejemplo, al efecto
de llevar a cabo una determinación; para que el yo
consciente fuese algo concreto a todos los efectos primero
habría que ser capaces de meter una caja dentro de sí
misma, y no se puede, salvo mediante una convincente
ilusión).

¿Por qué es más grande SOL que, por
ejemplo, S, O y L? Al pasar, por ejemplo, de circuito a red
cambia la unidad de medida, la distancia entre las "rayas de la
regla de medir" (porque se pasa de letras a palabras, y son las
palabras las que están hechas de letras, no las letras las
que están hechas de palabras, al ser la mente un proceso
irreversible), y por tanto cambia la escala, de modo que es por
éso que SOL es más grande, más macroscópica,
que S, O y L, aparte de por lo obvio: SOL constará de
más neuronas que S, o que O, o que L. Cualquiera de estas
tres redes era más pequeña que la red SOL, y por tanto
eran unidades de medida más pequeñas, eran redes,
literalmente, más pequeñas, con menos neuronas,
simplemente. ¿En qué consiste el entrelazamiento
cuántico? El cambio de escala debería consistir en la
recreación de un entrelazamiento entre objetos mentales, de
algún modo, un trasunto en el terreno de la abstracción
de dicho entrelazamiento, de la formación de estados ligados
entre objetos abstractos, por ejemplo, entre S, O y L durante la
percepción de SOL. Un objeto entrelazado, por ejemplo, un
protón, se percibe como si fuera un mismo objeto desde
cualquier punto de vista desde el que se le observe (mida) en una
misma escala dada, parecerá elemental en todo caso. El
entrelazamiento es un fenómeno descrito por los
físicos, difícil de asumir intuitivamente pero sin
embargo comprobado experimentalmente, mediante el cual dos o
más partículas forman estados ligados y por ello a
ciertos efectos se comportan como una sola partícula. Los
objetos mentales, como las letras S, O y L, o como la
información sobre el brillo, la forma y el color de una
manzana, son abstractos, no partículas elementales, de modo
que en principio un entrelazamiento entre objetos mentales
consistiría en una recreación de dicho entrelazamiento
en el terreno de la abstracción.

Un entrelazamiento, por ejemplo, el entrelazamiento
entre dos fotones, consiste en una correlación no local
entre ellos (eseguida se verá qué significa
ésto).

Y parece ser que para que dos partículas
subatómicas procedentes de un foco común coherente
(coherente no en el sentido de congruente, como hasta ahora, sino
en otro sentido que enseguida se aclarará) se entrelacen han
de ser de la misma especie, por ejemplo, fotones.

Parece ser que es necesario un foco común coherente
para que los fotones se entrelacen. ¿Qué es una
correlación no local? Al ser no local la correlación
entre dos fotones entrelazados les ocurre algo al unísono a
ambos, con dependencia entre lo que le ocurre a uno y a otro,
pero de manera no local, sin estar uno cerca de otro, así
que no pueden estar en contacto, y por tanto no pueden tener una
vinculación causal directa como explicación de la
correlación en este caso: lo que causa un cambio en uno no
puede ser la causa que produce el cambio en el otro, y sin
embargo, ambos cambian como si dicha causa fuese común, lo
cual no es posible, al ser su correlación no local, al estar
separados en ese instante y por tanto no poder estar a la vez en
contacto con un mismo agente causal en el momento de la
medición de ese cambio.

El concepto de correlación es matemático,
aunque aquí se está utilizando de una manera más
general, en el sentido de dependencia o vinculación no
causal.

En el caso del entrelazamiento se solapa el concepto
general con la idea matemática. Los matemáticos definen
la correlación entre dos fenómenos como la existencia
de una dependencia entre ellos, por ejemplo, una dependencia en
función de una proporcionalidad directa o inversa. Una
proporción es una igualdad entre razones, por ejemplo:
A/B=C/D, de modo que A depende de C porque A aumenta si C
aumenta, A depende de D, porque A aumenta si D disminuye, etc. El
establecimiento de una correlación entre fenómenos es
una descripción del fenómeno, no permite confirmar una
relación causa-efecto con seguridad en todo caso, por
éso se usa la correlación para describir algunos
fenómenos al margen de cuestiones sobre las causas, y la
correlación no local en particular como descripción de
lo que ocurre durante el contraintuitivo fenómeno del
entrelazamiento, y es que en la escala de la mecánica
cuántica no está clara la vinculación causal de
las interacciones, al ser tan extrañas.

Los estadísticos afinan más la idea de
correlación, definiéndola como la teoría que trata
de estudiar la dependencia que existe entre las dos variables que
intervienen en una distribución bidimensional. Pero
aquí se va a hacer un uso más prosaico de la palabra
correlación, para prevenir en lo posible un mayor sopor del
que ya pueda estar provocando toda esta cantidad de texto.
¿Es no local la correlación entre neuronas? Las
neuronas no mantienen entre sí una correlación no
local, su correlación es local, por lo que de entrada se
presenta esta primera dificultad: explicar cómo las neuronas
conseguirían recrear una correlación no
local.

En un circuito de neuronas A-B-C, A establece sinapsis
con B, y B con C. La vinculación entre A y B se puede
considerar una relación causa-efecto en la práctica con
un error despreciable a escala neuronal. En cambio, la
vinculación entre A y C es de correlación. Las neuronas
intercalares, como la neurona B en el circuito de este ejemplo
ideal, establecen en el cerebro un sistema de correlaciones. La
correlación entre A y C es a distancia, pero local, pues
están conectadas a través de B. Entre neuronas la
acción a distancia, pero local, se produce básicamente
mediante neuritas (axones y dendritas), formación de
circuitos, sinapsis y transmisión de potenciales de
acción. La acción a distancia puede tener lugar a mucha
distancia, pues hay axones de un metro, pero aun así
seguirá siendo local, por lo dicho. ¿Cuál es la
causa del entrelazamiento? No hay causalidad en el
entrelazamiento, hay correlación no local; Ynduráin ha
dicho: "¿Qué causa la emisión y/o absorción
de partículas? ¿Qué mecanismo está
detrás (de éste y de otro tipo de procesos
similares)…? … La respuesta es: ninguno…
tenemos que considerar tales procesos como irreducibles a otros".
En palabras de Freeman Dyson: "… (tras dominar el lenguaje
formal de la mecánica cuántica, hay que) reconocer que
nada hay que entender".

Sólo cabe la mera descripción de
fenómenos que no sólo son contraintuitivos, sino que se
reducen a sí mismos, carecen de mecanismo interno, no hay un
qué ni un por qué para ellos, carecen de
explicación, sólo hay un cómo. Con la experiencia
consciente subjetiva ocurre algo parecido, no hay un porqué
(ya que se fundamenta en un sistema de correlaciones, un sistema
neuronal), sólo un cómo, sólo la descripción
del modo en el que el proceso físico sistemático
dinámico correlativo con dicha experiencia evoluciona para
que sea posible en la práctica la efectividad del sujeto
como ente ficticio pero real. Dicho "cómo" sería, de
entrada, el siguiente: la propiedad de la subjetividad
debería emerger mediante el cambio de escala en el sistema,
y el cambio de escala debería ser la recreación de un
entrelazamiento. Esto es lógico, y necesariamente
debería haber un tipo peculiar de correlación neuronal
compatible con este hecho.

Esta recreación de un entrelazamiento debería
tener lugar entre los objetos mentales implicados en la
experiencia subjetiva en un momento dado, y no entre los objetos
mentales no implicados en la experiencia subjetiva en un momento
dado.

Si el fundamento del yo consciente es un cómo, y no
un qué ni un porqué, difícilmente será el yo
algo concreto a todos los efectos, o algo con esencia de por
sí. ¿Por qué es difícil intuir la
correlación no local? Aunque una correlación es un tipo
de relación matemática entre dos entes
matemáticos, en general se podría considerar como una
expresión de la dependencia entre dos sucesos, una
vinculación, que no aclarará si es relación
(causal) o no, simplemente describirá su vinculación,
su dependencia. Por ejemplo: en la práctica sí se puede
establecer una relación causal entre el virus de la gripe y
la gripe con un error despreciable. En cambio, entre la lluvia y
la gente con paraguas bajo la lluvia no se podría establecer
una relación causal, así que en este segundo caso
sólo se podría plantear una
correlación.

En el ejemplo de la lluvia y la gente con paraguas, la
correlación ha de ser local: la gente con paraguas ha de
estar allí donde esté lloviendo. Lo que no tendría
sentido sería una correlación no local entre la lluvia
y un individuo con un paraguas, como pudiera ser: siempre que
llueve en Londres don Salustiano Romerales, de Sevilla, que nada
sabe sobre Londres, abre su paraguas a la misma hora en Sevilla,
donde la lluvia es una maravilla. Algo así, una
correlación no local, sería contraintuitiva y no
tendría sentido. La correlación no local ya les
pareció absurda a Einstein, Podolsky y Rosen, que fueron los
que predijeron la posibilidad de la correlación no local
(entrelazamiento) entre partículas subatómicas (en
1.935) como parte de la mecánica cuántica. Como la
correlación no local parece absurda, parece ser que la
presentaron como forma de demostrar que la mecánica
cuántica no podía ser la mecánica que explicase la
naturaleza en la escala fundamental, ya que la idea del
entrelazamiento se derivaba de la propia mecánica
cuántica.

Resulta que se ha comprobado que la correlación no
local es auténtica, que es un fenómeno verdadero. Por
ejemplo: entre fotones se produce en ocasiones una correlacion no
local: algo inimaginable, contrario a la intuición,
extraño, pero, ¿qué se le va a hacer? cierto y
comprobado. Einstein volvió a tener razón una vez
más, y a pesar de Einstein. ¿Qué es la
interferencia de ondas? La interferencia de ondas consiste en que
dos ondas, dado un punto geométrico del medio por el que se
transmiten, si inciden a la vez en dicho punto suman sus efectos
en dicho punto. La interferencia se basa en el principio de
superposición, según el cual el valor de la
perturbación producido por las dos ondas al llegar a la vez
a un punto es el mismo valor que el que producirían cada una
de las ondas por separado. Si la amplitud de una onda en un punto
vale X, y la otra vale Y, la superposición de ambas ondas en
ese punto valdría X+Y. Si una onda causada por una piedra en
un charco mueve hacia arriba una distancia X a una hoja de
árbol que está flotando (distancia X que es la amplitud
de la onda que golpea a la hoja en un punto, es decir, la altura
que alcanza a partir del nivel de reposo), y una segunda onda
provocada por una segunda piedra llega a la vez que la primera a
la hoja (es decir, procedentes de focos coherentes, no en el
sentido de congruentes, sino en el sentido de dos piedras que
caen a la vez con un error despreciable en ese "a la vez" en esa
escala) y la sube una altura Y, la altura final de la hoja
será X+Y, por superposición de las dos olas.

Con ondas en un charco es fácil visualizarlo, con
ondas electromagnéticas, que se mueven por el vacío, es
más difícil, al no percibirse el agua, pero la idea es
la misma, siendo el vacío el agua (es más fácil
visualizarlo si se entiende que el vacío no es la nada, sino
campos de energía con poca energía y poca materia, pero
conformando un "entramado" geométrico
–espaciotemporal- real, aunque poco activo en lo que a
interacciones entre partículas elementales se refiere, es
decir, el vacío sería algo así como materia poco
probable, no la nada, o, a simple vista, desde un punto de vista
clásico, espacio y tiempo vacíos de sucesos), y las
ondas se suman al interferirse mutuamente, al establecerse una
interferencia entre ellas.

De modo que el principio de superposición explica
el fenómeno de interferencia.

¿Qué es la superposición de estados?

Ambas olas del charco, X e Y, estarán en un estado
de superposición (una superposición de estados) desde
el punto de vista de la hoja cuando la mueven juntas hacia
arriba. Para la hoja no habrá diferencia entre una ola y
otra, estarán superpuestas a todos los efectos desde el
punto de vista de la hoja, serán para ella un ente
único. En el vacío no hay agua, de modo que cuesta un
poco más visualizar el estado de superposición entre
ondas concretas.

Supóngase que el agua fuese invisible para la hoja
flotante: en este caso la hoja se encontraría ascendiendo
X+Y, en un momento dado, sin saber cómo, pues estaría
en el vacío, y únicamente podría concluir que sube
no por el empuje del agua, sino por encontrarse, la hoja, en un
estado de superposición X+Y, al comprobar que sube una
altura X+Y (desde un punto de vista meramente geométrico),
sin más datos sobre el suceso. Si no se percibiese el agua,
lo único que le quedaría a la hoja, para explicar este
patrón de comportamiento, de acuerdo con el cual unas veces
asciende X, otras Y, y otras X+Y, sería hablar de su
situación no como hoja flotando en agua que se mueve, sino
como hoja en un estado: el estado de la hoja; un estado de la
hoja sería el estado X, otro, el estado Y, y otro el estado
X+Y, el estado de superposición.

La descripción del cambio de su situación
dentro de una geometría dimensional sin otra
explicación (sin agua), lo explicaría la hoja intuyendo
a su propia evolución como un cambio de estado (que no hay
que confundir con cambio de escala). ¿Qué
parámetros permiten describir a una onda? Como decía
Cicerón (en referencia a la "gente sabia"), Vivere est
cogitare, vivir es pensar. La física a veces es tan
abstracta que resulta difícil ponerse en el lugar de los
sucesos para pensar acerca de ellos y comprenderlos. Cuesta
empatizar con los electrones. Ésto ocurre también con
las ondas. Para visualizarlas, un truco consiste en trasladar lo
que ocurre en cuatro (según parece) dimensiones a dos, en
una gráfica sobre un papel; resulta útil imaginar que
una onda es una línea sinuosa sobre un papel. Haciendo
ésto, se entiende que una onda, representada por una
sinusoide en un papel, tenga periodo (tiempo en volver a una
misma altura que la de partida), frecuencia (número de
vueltas alrededor de un punto durante un periodo de tiempo dado;
la frecuencia es la inversa del periodo), amplitud (altura del
punto máximo midiendo desde el punto de reposo),
etc.

¿Qué es la sincronización de ondas?
Dibujadas dos ondas iguales en paralelo en el papel, también
se entiende que si ambas consisten en una línea sinuosa que
sube y baja y vuelve a subir y bajar, el punto más alto, al
que llamar pico (si se toma la línea por la parte convexa),
y el más bajo, al que llamar valle (si se considera la parte
cóncava), pueden coincidir en la onda de arriba y en la
paralela que está debajo, o pueden no coincidir picos de una
y picos de la otra. Si dos ondas coinciden por todos sus picos,
estarán sincronizadas, es decir, en fase (y así pueden
tener distinta amplitud pero igual frecuencia). Si dos neuronas
contiguas coinciden por los picos de sus oscilantes potenciales
de acción estarán sincronizadas en fase, y posiblemente
codificarán lo mismo. Por tanto, la sincronización en
fase difícilmente será el correlato neural de, por
ejemplo, la concurrencia temporal entre S, O y L cuando SOL sea
efectiva como parte de la percepción subjetiva, ya que S, O
y L deben ser distintas (códigos distintos) para que SOL sea
efectiva, y por la sincronización en fase se volverían
iguales, y no emergería SOL. ¿Qué es la
sincronización de fase (que no hay que confundir con la
sincronización en fase)?

Ahora supóngase que las dos ondas paralelas que se
han dibujado en el papel no tienen la misma frecuencia; por
ejemplo, que la de arriba esté a 2 Hz (2 ciclos por segundo,
considerando al tiempo en abscisas, en el eje de coordenadas
horizontal –y la amplitud en ordenadas, en el eje
vertical-) y la de abajo a 3 Hz. En este caso, si cada onda
conserva su forma, no pueden sincronizarse en fase, no pueden
hacer coincidir todos sus picos y valles, lo cual no quiere decir
que no puedan superponerse, coincidir en un punto del espacio,
sumar sus amplitudes en ordenadas, sólo quiere decir que no
pueden sincronizarse, coincidir en el tiempo sus picos y valles
en abscisas; ahora bien, si una va a 2 Hz y la otra a 3 Hz,
aunque no puedan sincronizarse sin homogeneizar sus frecuencias
(en cuyo caso dejarían de ser cada una un posible
código distinto), sí que pueden acoplarse de otro modo
en función del tiempo, a lo largo de abscisas; ese modo
consiste en hacer coincidir, cada cierto número de vueltas,
uno de sus picos; en este ejemplo: cada dos vueltas de la onda a
2 Hz, y cada 3 vueltas de la onda a 3 Hz, ambas coincidirían
por un pico.

Dicha coincidencia de cierto pico ocurriría cada
cierto número de vueltas, es decir, habría una
diferencia entre sus frecuencias constante entre ambas en tal
caso (una diferencia de fase constante, que dicen los
físicos) y por tanto un acoplamiento en función del
tiempo, una concurrencia temporal. Este fenómeno se denomina
sincronización de fase, y podría hacer posible la
concurrencia temporal entre redes sin necesidad de
sincronización en fase (no hay que confundir, por tanto,
sincronización en fase o sincronización a secas con
sincronización de fase).

El requisito para que la sincronización de fase
ocurra es la emisión de ambas ondas en coherencia (otra
acepción de la palabra coherencia, por tanto, distinta a la
de congruencia), es decir, la emisión de las ondas desde
focos coherentes para que pueda tener lugar la
sincronización de fase. Para que el foco sea coherente debe
tener lugar la emisión en fase, a la vez, de manera que al
menos el primer pico de ambas ondas al comienzo de la
emisión de ambas esté sincronizado en fase (el resto de
los picos de ambas ondas no lo estarán, salvo un pico de
cada onda cada cierto número de vueltas u oscilaciones),
para que así se produzca la sincronización de fase cada
cierto número de vueltas, que será un número de
vueltas constante para cada onda pero distinto al número de
vueltas constante de la otra onda. ¿Qué consecuencias
tendría para el cerebro la diferencia entre la
sincronización y la sincronización de fase? Para que
dos ondas estén en sincronización de fase no es
necesario por tanto que estén en fase o sincronizadas (la
fase es el área debajo de un pico o de un valle, delimitada,
por ejemplo, por la línea de base), sino que lo que hace
falta es que coincidan sus fases poniéndose en fase,
periódicamente, cada cierto número constante de
vueltas. Para que se produzca una interferencia entre ondas, las
ondas deben ser coherentes, y por tanto deben ser emitidas por
focos coherentes, es decir, emitiéndose ambas ondas en fase
(en fase en el primer pico, al comienzo de la
emisión).

Para que haya un entrelazamiento, un estado
cuántico coherente, los focos deben ser coherentes, y por
tanto no es necesaria la sincronización para el
entrelazamiento, así que tal vez para la recreación de
un entrelazamiento entre objetos mentales no haga falta que las
neuronas se sincronicen, que estén en fase a lo largo de su
descarga, pero sí que presenten sincronización de fase.
En la literatura internacional es frecuente que el término
coherente se utilice también como sinónimo de
sincronización, por lo que debe quedar claro que en este
ensayo el término coherente no se refiere aquí a la
sincronización en fase, sino a la sincronización de
fase, que son dos cosas distintas. ¿Qué es un foco
coherente? En el ejemplo del charco, para que las ondas
provocadas por las dos piedras que caen en el charco se
interfieran entre sí deben ser emitidas a la vez (lo que
previamente se ha denominado también, como se
recordará, en concurrencia temporal). Si una piedra cae el
lunes, y la otra el martes, no podrán interferirse sus ondas
bajo la hoja, no dará tiempo, porque las ondas no
permanecerán tanto tiempo en el charco, cuando se produzca
la segunda la primera habrá desaparecido; debe ser coherente
la emisión, deben ser emitidas a la vez (foco coherente)
dentro de una escala de tiempo, las dos piedras deben caer a la
vez, con un error despreciable para ese "a la vez" en la escala
en la que la superposición de ambas ondas vaya a ser
efectiva en la práctica, se sobreentiende, y lo mismo en el
caso de la subjetividad, si resulta que al final el
entrelazamiento entre objetos mentales va a consistir en la
recreación de una superposición entre los estados de
los objetos mentales (en función del tiempo). Un estado de
un objeto mental sería, por ejemplo, el estado S, y otros
estados los estados O y L, por ejemplo.

Para que las ondas del charco se superpongan bajo la
hoja no es necesario que estén sincronizadas, es suficiente
con que sean coherentes (que el foco sea coherente, es decir, en
su caso, que las piedras caigan "a la vez"), para que sus fases
coincidan al menos una vez, no todas, porque con que lo hagan una
vez es suficiente (e incluso aunque no sea exactamente por sus
picos, ya que en determinada escala la fase no es un punto, es un
área, como se recordará, ya que la superposición
puede ser más o menos constructiva o destructiva, es decir
el resultado de la suma puede medir más o menos al final,
dependiendo de las partes de las pendientes de las fases por las
que se sumen).

Sólo han de coincidir una vez bajo la hoja,
situación para la que, dicho desde el punto de vista de la
hoja (en sentido figurado, por tanto): sólo es necesario que
la hoja esté en el estado adecuado (el estado de X, o el Y,
o el estado de superposición X+Y) para que se verifique uno
de sus estados posibles al medirlo (al medir su altura a partir
del estado de reposo en un momento dado). Y con la subjetividad
ocurrirá lo mismo: sólo es preciso que una red dada
esté en el estado adecuado una vez, el estado S, O o L, o
estado SOL, para que se verifique efectivamente un resultado u
otro, la efectividad de uno u otro estado, durante el proceso de
percepción. ¿Es el entrelazamiento una interferencia?
Aczel cuenta en su libro, Entrelazamiento, que la
superposición consiste en la interferencia de una
partícula consigo misma, y que el entrelazamiento consiste
en la interferencia de un sistema consigo mismo (un estado
cuántico coherente). Ésto no es fácil de
entender.

Quizá se esté refiriendo a algo como lo que
sigue: las partículas son una contraintuitiva dualidad
onda-corpúsculo; a la hoja de árbol se la ha
considerado un cuerpo idealizado, una partícula (si se
acepta que antes se había idealizado el suceso acaecido a la
hoja y se había imaginado todo el rato que la onda de agua
la empujaba por debajo en un punto adimensional sin
rotación, o sea, transformando mentalmente a la hoja en una
partícula). Si a la hoja se la considera una onda, o dicho
de otro modo, si su comportamiento, su cambio de estado, se
identifica con el comportamiento del agua en ese punto en el que
coinciden, entonces el movimiento de la hoja sería lo mismo
que el del agua, y el estado X sería lo mismo que la altura
del agua en un momento, y el estado Y sería la altura del
agua en otro momento, y el estado X+Y sería una
superposición del estado X e Y del agua en ese punto en un
mismo momento, o lo que es lo mismo, una suma del agua consigo
misma, no de dos ondas bajo la hoja, sino de una onda consigo
misma, pues es la misma agua la que sube en X+Y (y el instante es
el mismo), o desde el punto de vista de la hoja sería una
interferencia de la hoja consigo misma, que es lo que parece que
viene a decir Aczel sobre la superposición. En cuanto al
entrelazamiento, consiste en la interferencia de varias hojas
formando un sistema de hojas, de modo que aunque las hojas no
llegan a interaccionar entre sí, sí que se
correlacionan al estar sobre la misma ola (en un mismo estado),
de modo que suben y bajan a la vez si están en el mismo
estado del charco.

En tal caso, entre las hojas habrá
correlación, y si dicha correlación consiste en la
interferencia de un sistema consigo mismo, habrá un
entrelazamiento, una correlación entre las hojas por
superposición de los estados, no de las hojas. Ferrero
aclara que un estado entrelazado es un estado cuántico
coherente, con interferencia de un sistema consigo mismo.
¿Será posible la recreación de estados
cuánticos en el cerebro, y de su superposición?
Hofstadter apuntó en su momento que una neurona puede formar
parte de más de un símbolo mediante la
superposición y el entrelazamiento de los símbolos.
Ésto significa en la práctica que es posible que una
neurona puede formar parte de más de una red (una sospecha
que diversos autores han expresado por su cuenta en ocasiones, y
que también se deriva de diversas ideas expuestas en este
ensayo, como se verá a continuación).

Los símbolos, en efecto, parecen una
recreación de un estado similar (sea isomorfismo, o
analogía sin sentido) a un estado cuántico, el estado
S, el estado O, el estado L.

Dichos estados tal vez puedan superponerse y
entrelazarse entonces, a ciertos efectos al menos.

Por ejemplo, el estado morfofuncional consistente en la
percepción subjetiva de la palabra SOL tal vez se deba a la
superposición de los estados S, O y L (a una recreación
de dicha superposición de estados en el terreno de la
abstracción, como se sobreentiende). La forma en la que una
neurona podría formar parte de más de un símbolo
sería mediante la pertenencia a redes diferentes en
instantes diferentes, que sería como decir que una neurona
estaría en un estado morfofuncional diferente en instantes
diferentes (algo que parece inevitable, de hecho, dado el ciclo
de carga y descarga neuronal), estando su estado definido, entre
otros parámetros, por el estado de su relación y
correlación con las neuronas con las que mantenga sinapsis
en proximidad o a distancia (o ambas).

Si las neuronas pueden estar en diferentes estados,
también las redes podrán, y entonces parece que
tendría sentido la superposición de los estados de las
redes también, como cuando se superponen varios
símbolos (S, O y L) en un solo símbolo
(SOL).

El modo en el que una neurona, por ejemplo, una neurona
en el estado S (una de las neuronas de la red en estado S, como
se sobreentiende) podría estar en otros símbolos a la
vez, por ejemplo, en el estado O y L también (como ocurre en
el estado SOL), sería mediante un fenómeno de
correlación neuronal que consistiese en la recreación
de un estado ligado entre las neuronas de la red S con las de las
redes O y L, la recreación de un estado cuántico
coherente, y que, como ya se puede ir adivinando, no
necesitará entonces consistir en la sincronización de
las neuronas de la red S con las neuronas de las redes O y L,
sino en otro tipo de actividad neuronal, posiblemente una
sincronización de fase neuronal.

No digamos Eureka todavía, prosigamos con la
deducción y comprobemos si ésto tendría sentido.
¿Qué es un estado producto? Según explica Aczel,
en su libro, para que se produzca un entrelazamiento entre los
elementos de un sistema cuántico ha de darse en el sistema,
en primer lugar, una superposición de los estados
observables de dichos elementos. Dada una partícula, en un
estado X, o en un estado Y incompatible con el estado X
(incompatible de tal modo que si la partícula está en
X, la probabilidad de observarla en Y sea nula), entonces, si se
produce la superposición de X e Y, constituyendo un estado
producto X+Y, al observar ahora la partícula se la
encontrará en X e Y con una probabilidad no nula (y aun a
pesar de ser incompatibles antes de estar X e Y superpuestos).
Cuando X e Y no están superpuestos, la hoja de árbol
que flota en el charco está en X o en Y, pero cuando
están superpuestos, la hoja está en X y en Y, en X+Y,
el estado producto de X e Y.

Como una hoja en un charco no es un objeto
cuántico, la probabilidad de estar en X e Y cuando se la
detecta en el estado X+Y es del 100%, pero parece ser que con las
partículas subatómicas la cosa no tiene por qué
ser así: si se hacen mediciones sucesivas de una
partícula en el estado X+Y no se la encontrará en el
estado X o Y, sino en X+Y, pero no con una probabilidad del 100%,
sino de acuerdo con su propio reparto de probabilidades, un tanto
por ciento para X y otro tanto para Y. Ésto parece absurdo,
pero no lo es, porque lo que quiere decir es que, tras la
superposición de X e Y, la probabilidad de encontrar la
partícula en un estado que no sea X+Y, cuando está en
el estado X o en el estado Y, será nula. Ésto quiere
decir que si se diseña un experimento para detectar
partículas en el estado X, también será posible
encontrarlas en el estado Y con un experimento para Y, pero no en
otro estado, aunque se diseñen experimentos para detectar
otros estados, mientras que si X no está superpuesto con Y,
al diseñar un experimento para detectarla en X, si se la
detecta en el estado X la probabilidad de encontrarla en Y
sería nula, por éso no es absurdo lo que se acaba de
decir, aunque sea contraintuitivo en comparación con lo que
nos lleva a pensar la intuición acostumbrada sobre charcos y
hojas y demás objetos clásicos. Más aun: cuando la
hoja esté en X, estará en Y si X e Y están
superpuestos en el estado X+Y, de modo que si se sigue la ola X
para ver que ocurre cuando toque a la hoja, se verá que la
hoja estará entonces en el estado X+Y, y lo mismo si se
sigue a la ola Y.

Estos comportamientos contraintuitivos relacionados con
el fenómeno del entrelazamiento, por absurdos que parezcan,
parece ser que han sido comprobados experimentalmente varias
veces. Por ejemplo: en el artículo de Molina, titulado
Experimento en el Danubio, fotones entrelazados, publicado en
Investigación y ciencia, en el año 2.004, se relata
alguno de ellos. Se trata de comportamientos contraintuitivos,
porque una persona se puede sentar en la silla X, o en la silla
Y, pero no en las sillas X e Y a la vez, cosa que sí pueden
hacer los fotones, parece ser, o algo parecido. Es
contraintuitivo también porque, en el caso de la hoja, el
estado de la hoja es el del agua que tiene debajo, hay un medio
que transmite la perturbación que agita a la hoja y
determina el estado producto de la hoja, pero en el caso de un
fotón no hay agua "debajo", sólo vacío, por
éso es tan contraintuitivo y difícil de entender el
estado producto también. ¿Qué es una
superposición de estados producto? Aczel sigue explicando el
entrelazamiento, y expone que dado un sistema cuántico
compuesto, que sería un sistema constituido por 2
partículas (como mínimo, o más), en él
podría haber un estado producto X+Y, y otro estado Z+W, de
modo que si es efectivo el primer estado producto y se detecta la
partícula 1 en X, la partícula 2 estará en Y, y si
es efectivo el segundo estado producto y se detecta la
partícula 1 en Z, la partícula 2 estará en
W.

En caso de producirse ahora una superposición de
estados producto, por ejemplo: (X+Y)+(Z+W), este nuevo estado
producto sería ya un estado entrelazado, de acuerdo con esta
definición del entrelazamiento.

El estado entrelazado implicaría el entrelazamiento
de las dos partículas, que entonces estarían
entrelazadas, quedaría establecida entre ellas una
correlación no local, lo cual tendría como significado
práctico el caso siguiente como ejemplo (siguiendo la
explicación de Aczel): en caso de detectarse una
partícula en el estado X, la otra sólo podría
detectarse en Y aun siendo efectiva la superposición de
estados producto, y si la partícula 1 se encuentra en el
estado Z, la 2 sólo se podrá detectar en el estado W.
Es una situación extraña, porque intuitivamente uno
tendería a suponer que durante la superposición de
estados producto si la partícula 1 está en X, la otra
lógicamente podría estar en Y o W, pero parece ser que
no ocurre así en la práctica de hecho a escala
cuántica, sino que quedan verdaderamente entrelazadas en el
caso de producirse un estado cuántico coherente. Las dos
partículas quedan entrelazadas mediante una
superposición de estados producto del sistema, que provoca
una correlación no local entre las partículas, y supone
que, a ciertos efectos, se comporten como una sola
partícula, y sin necesidad de que haga falta demostrar un
vínculo causal entre ellas, ya que el que la partícula
2 no pueda estar en W cuando la primera está en X, sino
sólo en Y, es una forma de decir que la partícula 1 y 2
son ahora una sola partícula al efecto de comprobar el
estado (X+Y+Z+W).

De modo que si se sabe que las dos partículas
están entrelazadas, y se encuentran cada una en un extremo
del universo, y se diseña un experimento para detectar la
primera en X, se tiene la garantía, en caso de detectar a la
otra con dicho experimento en otro punto el universo, de
encontrarla en Y, no en W, sin necesidad de comunicación
entre ambas, por el simple hecho de estar entrelazadas, dando la
impresión de haberse comunicado entre ellas a velocidad
mayor que la de la luz de un punto a otro del universo. No lo
habrán hecho; la trampa estriba en que el experimento
sólo detecta X, y por tanto sólo detecta Y, y no W; no
habrá habido comunicación instantánea por tanto;
así que lo misterioso no es la transmisión de
información instantánea, la teleportación, ya que
no se produce, aunque en la práctica ocurre como si se
produjera, dentro de un margen de error aceptable; lo misterioso
es que la superposición de estados producto sea cierta, por
lo dicho antes: porque el medio es el vacío; de modo que lo
difícil de visualizar es que la correlación sea no
local, porque no se puede visualizar, por una sencilla
razón: es inimaginable a simple vista para el común de
los mortales.

Ésto ya no se puede visualizar con el ejemplo de la
hoja, así que hay que tomarlo al pie de la letra, porque
parece ser que es lo que se ha comprobado que ocurre (por
ejemplo, con fotones entrelazados). Hay que entenderlo tal como
se cuenta. Si se suman X+Y+Z+W, en el caso de las hojas, si la
primera hoja está en X, la segunda hoja se verá en Y, y
si la hoja primera está en Z, la hoja segunda se verá
en W.

Parece ilógico, ya que X, Y, Z y W están todos
juntos, por eso resulta contraintuitivo el entrelazamiento, pues
sería algo así como si X e Y estuviesen unidos por un
hilo extra a las hojas 1 y 2 por su lado, y Z y W por el suyo, y
claro, no habría tal hilo en el charco, ni sería
visualizable.

De momento no hay explicación para el hecho,
sólo descripción, y éste no es el momento de
especular sobre las posibles explicaciones si las hubiera.
Únicamente queda, por el momento, la aceptación del
entrelazamiento como un comportamiento así de extraño,
propio de la mecánica cuántica, y que, por muy
contraintuitivo e incomprensible que resulte, forma parte de la
naturaleza esencial de la realidad tal como se la conoce en este
momento. ¿Se puede recrear en el cerebro una
superposición de estados producto? Es posible que las
neuronas recreen este comportamiento, a pesar de lo
contraintuitivo que es (éso a las células no tiene por
qué "importarles"), de manera correlativa con la emergencia
de la subjetividad, es posible que tenga lugar una
recreación de un estado cuántico coherente, una
recreación de una superposición de estados producto en
el terreno de la abstracción a escala maroscópica (sea
analogía sin sentido o isomorfismo) en correlación con
algún tipo de comportamiento neuronal compatible con esta
posibilidad, de tal manera que el hecho suponga en la
práctica un entrelazamiento de objetos mentales particulares
(redes) que así sean patentes a escala macroscópica con
aspecto macroscópico y confinado, y de tal modo que
presenten carácter único e individual. Nadie
habría enseñado a las neuronas a comportarse de ese
modo, pero es que tampoco nadie ha enseñado a las
moléculas de agua a recrear en un charco a escala
macroscópica una interferencia de ondas bajo una hoja
mediante la variación de las posiciones entre las
moléculas dependiendo de la presión mecánica
transmitida en su seno al caer en el charco dos piedras de modo
coherente (cayendo a la vez, en fase) y aunque las olas no
estén después sincronizadas en fase (es decir, en este
ejemplo, aunque las piedras tengan distinto
diámetro).

¿Y si para recrear un estado cuántico
coherente entre objetos abstractos macroscópicos (como S, O
y L) se recurriese a una entrada en coherencia entre objetos
microscópicos, las neuronas (sea ésto un isomorfismo o
una analogía sin sentido)? ¿Y si ésta fuese la
clave para entender la posibilidad de la emergencia del yo
consciente como fenómeno? ¿Cómo se recrearía
una superposición de estados producto en el cerebro?
Supóngase el estado producto S+O+L. Supóngase que una
partícula 1 u objeto mental elemental (irreducible a ciertos
efectos en una escala dada) 1 está en el estado S (si se
está pensando en S, si éste es el objeto del
pensamiento, entonces el objeto 1 u objeto S sería
también el estado mental S, del mismo modo que la hoja,
cuando no se veía el agua, se identificaba con el estado del
agua y por tanto la hoja se podía identificar con su estado
en algunos casos). Supóngase también unas
partículas 2 y 3 en los estados O y L.

Si SOL es efectivo como objeto subjetivo, la
probabilidad de encontrar las partículas S, O y L en otro
estado que no sea el estado SOL será nula (por la
especificidad de la información consciente, es decir, si se
descarga la red SOL la forma efectiva será SOL, no otra,
pues ésta es la única posible para esta red en ese
momento si es la que se verifica, ya que es la efectiva en ese
momento).

Que sea nula la probabilidad de encontrar a S, O y L en
un estado distinto a SOL durante la efectividad de SOL como
objeto subjetivo no sólo es inevitable por la especificidad
neuronal, sino que además curiosamente es análogo a lo
que ocurría en un estado entrelazado. De modo que
sorprendentemente el estado SOL es análogo a un estado
entrelazado en la práctica de hecho, desde este punto de
vista. En la práctica será nula la probabilidad de
percibir algo distinto a SOL al activarse la red SOL (por la
especificidad de la información consciente).

Así que de este modo sí puede estar teniendo
lugar la recreación de una superposición de estados
producto en el terreno de la abstracción, mediante la
interacción retroactiva entre las redes S, O y L y su
concurrencia temporal a ciertos efectos con un error despreciable
en la práctica en determinada escala. Ésto no
sería otra cosa que la recreación en el terreno de la
abstracción, en un sistema no lineal, del comportamiento de
un sistema lineal. Si ésto es cierto, debería tener
explicación, y además demostración, la cual
consistiría en la posibilidad de detectarse lo que la
posibilidad de esta recreación de una superposición de
estados producto permitiría predecir como consecuencia
lógica, que sería, básicamente, la existencia de
actividad neuronal en sincronización de fase entre las
neuronas, por ejemplo, de S y O, y las de O y L, y en
correlación con la subjetividad, con la percepción
subjetiva de SOL.

¿Qué es la diasquisis?

Las neuronas posiblemente podrían llevar a cabo
esta recreación de una superposición de estados
producto gracias a sus propiedades morfofuncionales, que incluyen
la retroacción descrita previamente, quizás por
reentrada, y que probablemente incluyan también la
posibilidad de su concurrencia temporal mediante
sincronización de fase, que es la hipótesis presentada
en el artículo mencionado en el prólogo y cuya
exégesis constituye este ensayo. Además, para que esta
recreación sea posible, las neuronas precisan disfrutar de
la propiedad de la diasquisis entre neuronas. La diasquisis
consiste en la conexión morfofuncional entre regiones
separadas del cerebro, conexión a distancia, y con la
posibilidad de integrarse en un todo mediante correlación
local a pesar de dicha distancia. Márquez describe la
diasquisis en uno de los capítulos del Tratado de
Fisiología humana de Tresguerres, en su edición del
año 2.000. Según cuenta Márquez, cuando se ejecuta
una tarea mental correspondiente a una zona cerebral determinada
no sólo se activa esa zona. Así que la diasquisis
supone en la práctica una anulación de la
separación espacial entre regiones neuronales dispersas por
el cerebro, que al funcionar a la vez, en red, y por la
diasquisis, actúan en la práctica como si estuviesen
todas en el mismo sitio y momento, en el mismo estado, en la
misma red, de modo que al correlacionarse entre sí se
comportan como un todo desde el punto de vista morfofuncional en
determinada escala, como una red neural. La diasquisis es posible
gracias a las neuronas intercalares, y también gracias a que
una neurona puede hacer sinapsis con otra alejada, al ser las
neuritas largas.

La diasquisis hace posible no sólo la
organización en red, sino también la correlación
local entre neuronas, necesaria para recrear una correlación
no local en el terreno de la abstracción. Sin
correlación local entre neuronas no habría
interacción entre neuronas, y sin interacciones, y muchas,
no habría un sistema suficientemente complejo como para que
tuviese lugar la recreación en el terreno de la
abstracción de cosas como la correlación no
local.

De hecho, existe evidencia diversa del acoplamiento de
las descargas neuronales simples independientemente de la
distancia entre las neuronas (véase, por ejemplo: Canolty RT
et al. Oscillatory phase coupling coordinates anatomically
dispersed functional cell assemblies. Proc. Natl. Acad.
Sci.

U.S.A. 2.010; 107: 17356-17361).

Esta actividad a distancia daría lugar a la
aparición de las redes neurales funcionales
macroscópicas que se observan en los cerebros de los
mamíferos (véase, por ejemplo: Mesulam MM. Large-scale
neurocognitive Networks and distributed processing for attention,
laguage, and memory. Ann Neurol 1.990; 28: 597-613; y véase
al respecto también el trabajo de Varela citado más
abajo en el Epílogo), aunque todavía no se sepa
exactamente cómo.

¿Cómo tendría lugar el confinamiento en la
escala macroscópica durante la recreación de una
superposición de estados producto en el cerebro?

La probabilidad de encontrar el objeto
mental-partícula S en un estado distinto al estado S,
mientras SOL está siendo efectivo como percepción
subjetiva, es nula. Es fácil de asumir, S es parte de SOL,
es parte del estado producto SOL. Si SOL fuera análogo a un
estado entrelazado, y la partícula S estuviera en el estado
S, las partículas O y L deberían estar en los estados O
y L con una probabilidad no nula, y tendrían una
probabilidad nula de estar en otro estado que no fuera el
subjetivo con el que se identifica el estado SOL en ese momento
(dado que sujeto y objeto son una sola cosa). Es decir, el estado
SOL es reducible, pero constituye un todo a ciertos efectos en
determinada escala y con un error despreciable en la
práctica, se comporta como una sola partícula, un solo
yo consciente. Ésto es análogo a lo que ocurre durante
un entrelazamiento, como se ha visto más arriba. Por tanto,
la probabilidad nula del objeto mental-partícula SOL de
estar fuera del estado morfofuncional denominado SOL es la clave
para conseguir que el fenómeno sea efectivo a escala
macroscópica y confinada: no puede dejar de ser
macroscópica y confinada mientras SOL sea efectivo, así
de simple, porque SOL es una red macroscópica de hecho, y la
probabilidad de la partícula SOL de ser detectable en otro
estado es nula, pues la actividad sináptica es verdadera,
ocurre si ocurre, y es específica. Como es nula la
probabilidad de estar en otro estado si está en ese estado
(es nula la probabilidad de ser falsa la efectividad de la
descarga de un potencial de acción que se está
produciendo donde se está produciendo y cuando se esté
produciendo) de ahí que el objeto esté confinado,
confinado en SOL, en el estado SOL, y por tanto en la escala
SOL.

Como SOL es una red macroscópica, es una escala
confinada macroscópica. Por éso la emergencia y el
confinamiento de la subjetividad puede ocurrir, y así es
cómo ocurre, probablemente. ¿Por qué sería
nula la probabilidad de encontrar una red en un estado distinto
al estado en el que está? En el caso del objeto S, como no
es una partícula a todos los efectos, sino sólo un
conjunto numeroso de neuronas recreando el comportamiento de una
partícula a ciertos efectos en determinada escala y con un
error despreciable en la práctica, la razón por la que
S corresponde sólo a ese grupo de neuronas no se debe a que
sea una partícula (que no lo es a todos los efectos, o dicho
de otro modo, no lo es), sino que se debe a que la S sólo
puede ser conformada por el grupo de neuronas que se configuren
con esa forma, pues las formas configuradas por las neuronas
están organizadas no de cualquier manera en el cerebro,
sino, entre otras cosas, con especificidad espaciotemporal, en un
lugar específico y en un momento específico,
conformando, probablemente, un código específico,
único e irrepetible.

El estado S debe corresponder entonces a una red neural
integral dada, de modo que esa red tampoco estará en otro
estado en ese momento, porque sólo tiene una forma en cada
momento, por su especificidad, y además de su especificidad
también por su carácter proposicional (verdadero),
irreversible (caótico), no ergódico (no repetitivo) y
mnésico (memorístico). ¿Cuál podría ser
el correlato neural de la subjetividad? Aparte de la diasquisis,
para la percepción subjetiva de SOL parece necesaria la
existencia de tres redes, cada una codificando
específicamente cada letra, algo posible por la
especificidad espaciotemporal de las redes y por tanto de lo que
las redes significan con sus códigos.

Además, las redes S, O y L deberían estar
conectadas entre sí por sinapsis recíprocas, tal vez
por reentrada.

Estas redes además deberían poder activarse de
este modo retroactivo con preferencia, deberían ser
vías facilitadas de antemano, para que la integración
de SOL esté facilitada; dicha facilitación
requeriría por un lado una predisposición innata,
genética, a dicha facilitación, y por otro lado el
aprendizaje de dicha facilitación gracias a la plasticidad
de las sinapsis, a la interacción con el medio, y al
fenómeno de la memoria.

La predisposición genética de las redes y su
disposición adquirida ha sido revisada recientemente por
Stam y Straaten en un artículo en el que revisan el modelo
sobre la organización de las redes neurales (Stam C. J.,
Straaten E. C.

W. The organization of physiological Networks. Clinical
Neurophysiology 2.012; 123: 1067-87).

La correlación entre las redes S, O y L (o entre
las redes forma, brillo, color, etc., de una bola de billar
roja), tal vez reentrando cada red en sincronización de fase
de sus señales simples con las señales simples de las
otras redes, haría posible la compatibilización de las
tres redes (compatibles: que sean verdaderas al mismo tiempo,
coherentes entre sí), y haría posible también la
simultaneidad (concurrencia temporal) de su activación,
simultaneidad posiblemente efectiva a escala macroscópica
(en forma de yo consciente que percibe SOL, o que percibe bola de
billar roja y todo lo que ello signifique) por la falta de
resolución a escala macroscópica con un error
despreciable en la práctica de manera correlativa con esa
sincronización de fase entre las señales simples de las
redes implicadas y de manera correlativa con el resto de la
actividad neural correlativa necesaria a escala
microscópica. De modo que la sincronización de fase
entre señales corticales simples podría ser una pieza
necesaria para completar el "puzzle" que permitiría
comprender cómo surge el yo consciente.

De este modo podría tener lugar la integración
a ciertos efectos de las redes S, O y L en una sola red SOL, en
particular al efecto de la emergencia de la propiedad mental de
la subjetividad. Las redes S, O y L, al integrarse en SOL, y como
cada red es un estado, si lo hicieran mediante una entrada o
reentrada transitoria en sincronización de fase entre sus
neuronas, las neuronas estarían entrando en interferencia
entre ellas (para que haya interferencia los focos deben ser
coherentes, y no es necesario que estén sincronizados
–en fase-, y quizá la reentrada talamocortical tuviese
alguna influencia en este extremo). En consecuencia, los estados
de las redes S, O y L, en el estado SOL, se estarían
superponiendo, y lo estarían haciendo mediante una
recreación del fenómeno de superposición (la
recreación de la interferencia de un sistema consigo mismo,
la recreación de un entrelazamiento). Y si se superponen, se
suman, es decir, se integran, con lo cual tal vez sea así
como la nueva red, SOL, conseguiría ser efectiva como red,
mediante este nuevo e hipotético mecanismo de formación
de redes neurales que se está describiendo y proponiendo y
que debería incluir la sincronización de fase
transitoria entre señales neuronales simples de redes
compatibles en corteza de asociación. Téngase en cuenta
que esta sincronización de fase hipotética que se
está proponiendo debería tener lugar neurona a neurona,
es decir, entre señales simples, y por tanto debería
ser detectable entre señales simples, no mediante la
detección de la actividad de grupos neuronales grandes, sino
neurona a neurona, mediante microelectrodos capaces de detectar
la actividad neuronal neurona a neurona, técnica que
está en la actualidad disponible (véase, por ejemplo:
Acuña C, Pardo J. Ventral premotor cortex neuronal activity
matches perceptual decisions. Eurpean Journal of Neuroscience
2011; 33: 2338-48; o véase también, por ejemplo: Pardo
J, Acuña C. Bases neurales de las decisiones perceptivas:
papel de la corteza premotora ventral. Revista de Neurología
2014; 58: 401-410). ¿Tiene sentido esta hipótesis? Las
redes S, O y L no serían compatibles ni se integrarían
si no se superpusieran. Se percibe SOL, y SOL es reducible a
neuronas que hacen algo, por tanto la recreación de la
superposición (la entrada en coherencia) debería ser
cierta.

Así mismo, S, O y L no se superpondrían si
fuesen incompatibles, así que deben ser compatibles (deben
estar interconectadas por sinapsis, de modo facilitado,
retroactivo, etc.). Curiosamente, los estados deben ser
compatibles para que haya un entrelazamiento, así que, hasta
ésto se cumpliría de manera análoga también
en esta hipotética recreación del entrelazamiento en el
cerebro. ¿Es compleja la subjetividad? Supóngase que
las neuronas fuesen capaces de llevar a cabo una recreación
de un estado entrelazado en el que ciertas redes constituyesen a
ciertos efectos estados producto que se superpusieran,
constituyendo sistemas de redes de complejidad creciente. Al
percibirse SOL subjetivamente ha de estar teniendo lugar la
recreación de un estado producto S+O+L, mediante la
integración de las redes S, O y L. El estado entrelazado
efectivo en ese momento sería el equivalente de la mente
subjetiva en ese momento. Y ahora hay que percatarse de otro
detalle: cuando la mente subjetiva esté siendo efectiva, y
SOL esté siendo efectiva como percepción subjetiva (en
sentido figurado: cuando el sujeto sea consciente de estar
pensando en la palabra SOL), el sujeto no puede limitar el
contenido de su conciencia subjetiva a la palabra SOL, o a una
bola de billar, o a una manzana, sino que estará ocupando su
mente subjetiva con un gran número de objetos a la vez, ya
que torrentes de datos estarán incorporándose a su
subjetividad, no sólo SOL, sino también sonidos,
olores, sabores, recuerdos, sentimientos, ideas más o menos
abstractas asociadas a SOL, y un largo etcétera, la mesa de
billar, el árbol del que cuelga la manzana, etc. De modo que
aunque se esté utilizado SOL, o manzana, o bola de billar
como ejemplos simples para ir describiendo cómo
hipotéticamente funcionaría el cerebro, debe quedar
claro que se sobreentiende que el cerebro es más complejo
que el ejemplo expuesto. Así que el análogo a un estado
entrelazado llamado subjetividad consistiría en diversos
estados producto superpuestos en ese momento. La prueba es que no
se podría ser subjetivamente consciente sólo de SOL, o
sólo de una bola de billar, etc., por mucho que uno se
empeñase: la subjetividad es compleja a pesar de su aparente
simplicicad. No se puede mirar a la bola de billar sobre la mesa
de billar y percibir sólo a la bola.

Por otro lado, es lógico que sea así de
compleja, ya que es una propiedad emergente, y la emergencia de
propiedades y objetos depende de la complejidad del
sistema.

Gracias a que la subjetividad es fundamentalmente
compleja es posible que emerja, y gracias a la emergencia es
posible que la subjetividad compute lo simple también, como
la relativamente simple palabra SOL (relativamente, porque parece
una, un solo objeto, un objeto simple, pero estará formada
por los miles o millones de neuronas que la
codifiquen).

SOL será perceptible subjetivamente precisamente
gracias a que se integra con el resto de los contenidos de la
subjetividad, gracias a que dicha red neural adquiere la
propiedad de la subjetividad mediante la integración
peculiar con otras redes.

¿Se conocía ya la posibilidad de la
sincronización de fase entre señales simples
corticales, y su posible correlación con la
subjetividad?

Hasta ahora no se había predicho ni se había
observado la existencia de sincronización de fase entre
neuronas de áreas de asociación corticales compatibles,
que yo sepa. Es posible que Elías Manjárrez haya
observado sincronización de fase en niveles subcorticales,
según me comunicó en una ocasión y si yo he
entendido bien lo que me dijo (tuvo la amabilidad de cartearse
conmigo), lo cual indica que, dado que los niveles subcorticales
son más primitivos que los corticales, en dichos niveles la
sincronización de fase entre señales simples
podría ser una preadaptación que a lo largo de la
evolución podría haber terminado haciendo posible la
emergencia de la subjetividad cuando dicha sincronización de
fase entre señales simples ocurriese en un terreno lo
suficientemente complejo, la corteza de asociación, un
fenómeno quizá con la complejidad suficiente como para
correlacionarse ya con la subjetividad, por la peculiar
estructura morfofuncional de la corteza, que incluiría por
un lado su tamaño, y por otro su compleja estructura
telencefálica, incluyendo probablemente la reentrada entre
varios niveles y las demás piezas del "puzzle" que se han
ido mencionando a lo largo del ensayo.

La sincronización de fase entre señales
complejas (no entre señales simples) sí había sido
descrita, por Varela y colaboradores, en trabajos como el que se
cita a continuación: Varela FJ, Lachaux JP, Rodríguez
E, Martinerie J. The brainweb: phase synchronization and
large-scale integration. Nat Rev Neurosci 2.001; 2: 229-39. Pero
la que interesaría para el correlato neural de la
subjetividad probablemente sea la sincronización de fase
entre señales simples, que se propone aquí como
hipótesis al respecto, ya que no había sido predicha
previamente, que se sepa, ni observada, según parece, de
ahí que se considere oportuno hacer pública esta
idea.

¿Se conoce ya el correlato neural de la
subjetividad?

No se conoce el correlato neural de la subjetividad, no
se ha comprobado cuál es. Si fuera cierto que existe tal
sincronización de fase transitoria entre señales
simples de redes compatibles en corteza de asociación en
correlación con la subjetividad, para que dicha actividad
hipotética fuese la explicación o la clave de la
explicación de la emergencia de la subjetividad
interesaría que fuera compatible con la descripción de
dicha emergencia tal como se ha hecho aquí, como algo
dependiente de un cambio de escala y un confinamiento en el
sistema durante la percepción a simple vista, y además
debería tal descripción tener sentido de algún
modo como la recreación de un entrelazamiento de objetos
mentales para su unificación en ese todo único e
individual a simple vista que es el sujeto, el yo consciente.
Veamos cómo a continuación.

¿Cómo superar las dificultades que debe afrontar la
hipótesis aquí propuesta, desde el punto de vista de la
lógica, para que tenga sentido; cómo compatibilizar a
una hipotética sincronización de fase entre
señales simples corticales con una posible recreación
de un entrelazamiento cuántico entre objetos mentales?

Para que la recreación de un entrelazamiento entre
objetos mentales en el cerebro tenga sentido como
descripción a escala macroscópica del modo en que
emerge la subjetividad, tiene que ser compatible con la
hipótesis según la cual la sincronización de fase
transitoria entre señales simples corticales sería una
pieza clave para la explicación a escala microscópica
del hecho (lo cual por otro lado convierte a la hipótesis en
algo comprobable científicamente, y falsable), y para que
tenga sentido tiene que ocurrir también que la
compatibilidad entre ambos suponga además ese cambio de
escala que se intuye, de microscópica a macroscópica, y
ese confinamiento en dicha escala durante la efectividad de la
subjetividad, dado que la propiedad de la subjetividad es
efectiva o detectable a escala macroscópica confinada, es
decir, sólo a simple vista, que se sepa.

Si la emergencia de la subjetividad se explicase por la
formación de un cierto tipo de red neural peculiar en
corteza de asociación mediante cierto mecanismo de
correlación neural hipotético, siendo la clave la
sincronización de fase entre señales simples, el cambio
a una escala macroscópica sería fácil de entender,
dado que una red es de hecho macroscópica respecto de las
neuronas que la constituyen, que son, de hecho,
microscópicas. En cambio, parece más difícil
entender el confinamiento en dicha escala, del que
dependería que dicha correlación neuronal se pudiese
describir como la recreación de un entrelazamiento y que
así la hipótesis tuviese sentido. Veamos cómo. El
cerebro presenta una estructura morfofuncional
compleja.

Gracias a dicha complejidad y peculiaridad, en el
cerebro posiblemente se configura la recreación de una
superposición de estados en el terreno de la
abstracción, con el resultado de la formación de
estados producto (por ejemplo, el estado producto S+O+L).
Supóngase que un estado producto en el cerebro fuese una red
que está entrando transitoriamente en sincronización de
fase de sus señales simples con las neuronas de otra red
compatible, por ejemplo, supóngase que S+O+L fuese
transitoriamente un estado producto por sincronización de
fase entre las señales simples de S, O y L. Cuidado, no por
sincronización de fase entre las neuronas de S con las de S,
las de O con las de O y las de L con las de L, sino entre las
señales simples de cada red con las de las otras redes.
Dicho estado producto, dicha red SOL (por ejemplo) recién
formada, definiría una nueva unidad de medida (por ejemplo,
SOL sería una nueva unidad de medida). Dicha nueva unidad de
medida definiría también una nueva escala por tanto,
que sería macroscópica por dos razones, uno, por ser
SOL una red neural macroscópica (las redes neurales son
macroscópicas), y, dos, por ser SOL macroscópica
respecto de S, O y L, al ser más grande. De modo que otra de
las claves que haría posible la emergencia de la
subjetividad sería la propia estructuración
morfofuncional de la corteza en redes neurales como unidades
funcionales a ciertos efectos de hecho. Dicha escala
macroscópica definida por, por ejemplo, la red SOL
podría ser la efectiva durante la subjetividad si la red SOL
fuese el correlato (parte del correlato, se sobreentiende) neural
de la subjetividad en un momento dado (es decir, si, por ejemplo,
S, O y L, redes compatibles, presentasen sincronización de
fase transitoria entre sus señales simples y se formase
así la red SOL).

Por supuesto que, además de la reentrada entre S, O
y L por sincronización de fase transitoria (transitoria
porque tendría lugar sólo mientras durase la
efectividad de SOL) entre sus señales simples, SOL
necesitaría cruzar el umbral de emergencia (en la
práctica, ésto precisaría que el estado producto
fuese no sólo S+O+L, que se pone como ejemplo ideal para ir
avanzando en la deducción, sino, tal vez, S+O+L+un
número indeterminado y difícilmente predecible de
objetos mentales necesarios para lograr la complejidad suficiente
como para cruzar dicho umbral de emergencia de la subjetividad).
Por tanto, parte de la clave de la emergencia de la subjetividad,
parte de la respuesta, reside también en la complejidad
propia del cerebro. Si SOL (en referencia tanto a la
palabra-estado-partícula SOL perceptible a simple vista como
a la correspondiente red neural SOL correlativa) consiguiese ser
efectiva como percepción subjetiva, y dado que SOL
sería S+O+L, entonces la probabilidad de que tuviese lugar
la percepción consciente y subjetiva de la palabra SOL fuera
de la escala determinada por la red SOL debería ser nula si
fuese la recreación de una superposición de estados
producto. Y debería ser nula, dicha probabilidad, porque
recuérdese que un estado producto implicaba la probabilidad
nula de la detección de, por ejemplo, S, O o L fuera de
S+O+L durante la efectividad del estado producto, aun cuando
previamente fuesen incompatibles, es decir, por ejemplo, aun
cuando previamente no estuviesen correlacionadas mediante
sincronización de fase entre sí sus señales
simples mientras el estado producto no fuera efectivo (lo cual,
por cierto, cumpliría el requisito de la hipótesis de
ser falsable para que tuviese carácter científico, pues
no debería detectarse sincronización de fase entre esas
neuronas en ausencia de un estado producto recreado entre ellas;
y por otro lado: como una neurona puede pertenecer a más de
una red, habría que estar seguros antes de confirmar que una
neurona dada no estaría formando parte de algún estado
producto sin identificar, en caso de observarse
sincronización de fase de manera imprevista). Y
obsérvese que ésto tiene sentido para SOL tanto tomada
como palabra, es decir, como objeto mental, abstracto, como si se
toma como red neural, es decir, como estructura morfofuncional a
base de neuronas e interacciones sinápticas correlativas con
dicho objeto mental, porque como palabra la S, la O y la L juntas
sólo significan SOL, pues no pueden significar MANZANA, y
con SOL tomada como red neural debería ocurrir lo mismo, por
la especificidad de la codificación espaciotemporal de la
actividad neuronal (hé aquí el quid). Por tanto desde
ambos puntos de vista dicha probabilidad será nula (y la
hipótesis aquí presentada sería compatible tanto
con la explicación de la subjetividad a base de
sincronización de fase entre señales simples, como con
la descripción de la subjetividad como un fenómeno
emergente peculiar), y por tanto el confinamiento de S, O y L en
SOL tendría que ser efectivo necesariamente, por
lógica, y en consecuencia el confinamiento en la escala
macroscópica que SOL determina tendría que ser efectivo
(como así ocurre de hecho).

Como se ve, la especificidad de la codificación
neuronal es crucial.

El que este razonamiento sea válido tanto para SOL
como palabra, como para SOL como red neural, hace a la
explicación a escala microscópica del correlato neural
de la subjetividad, basada en la predicha sincronización de
fase transitoria entre señales simples de redes compatibles
en corteza de asociación, compatible con la descripción
a escala macroscópica de la emergencia de la subjetividad
basada en la recreación en el terreno de la abstracción
de un entrelazamiento entre objetos mentales quod erat
demonstrandum. Así que, como de hecho somos efectivos con la
forma de yoes conscientes en la práctica, sería
sorprendente que la sincronización de fase transitoria entre
señales simples de corteza de asociación, durante la
efectividad de la subjetividad, no estuviese ahí esperando
para ser descubierta por alguien con los medios técnicos
adecuados y un poco de… "olfato".

¿Cómo conseguiría ser nula la probabilidad de
SOL de estar en un estado distinto a SOL por la especificidad de
la red neural correspondiente, tanto desde el punto de vista de
SOL como objeto mental, como desde el punto de vista de SOL como
red neural correlativa, y de ese modo justificar el confinamiento
en la escala macroscópica?

Mientras SOL (por ejemplo) sea efectiva como forma de
percepción subjetiva, la probabilidad para la palabra-objeto
mental SOL de estar siendo subjetiva por la actividad de otra red
que no sea la red SOL será nula (porque no se pensará
en SOL si se activa la red MANZANA, sólo si se activa la red
que simboliza y significa específicamente SOL). La palabra
SOL no estará en otro estado que no sea el estado red-SOL
(que sería un estado producto S+O+L) mientras la
percepción subjetiva de SOL sea efectiva. La probabilidad de
SOL de ser parte de la subjetividad durante la actividad de otra
red que no sea SOL, o durante la inactividad de la red SOL,
será nula, por la especificidad espaciotemporal de la red
SOL, que codifica específicamente SOL (la red que codifica
SOL sólo codifica SOL, sólo es información
consciente referente a SOL, no a MANZANA).

Dicha probabilidad de estar SOL en otro estado que no
sea S+O+L, será nula. SOL podría entonces ser algo
así como la recreación de un entrelazamiento entre S, O
y L, y, por tanto, S+O+L podría ser efectivo como la
recreación de un estado producto a escala macroscópica
con un error despreciable en la práctica, ya que por ser
nula la probabilidad de tener otra cosa que SOL en S+O+L, el
fenómeno podría ser efectivo como análogo a dicha
superposición de estados producto, pues dicha probabilidad
nula es el requisito para tener una superposición de estados
producto, un entrelazamiento, o una recreación del mismo en
este caso.

De este modo no sólo la subjetividad sería
efectiva como propiedad emergente con el cambio de escala (cambio
de escala que tiene sentido por el hecho de ser, la red SOL,
macroscópica respecto del estado anterior), sino que,
además, si fuera nula la probabilidad de SOL de estar en
otro estado que no fuera SOL, es decir, el estado S+O+L (otro
estado que no fuera SOL podría ser, por ejemplo, el estado
S, O y L), la subjetividad estaría, de hecho, confinada en
la práctica en dicho estado y por tanto en dicha escala
macroscópica, y con un error despreciable a ciertos efectos
en la práctica en determinada escala. De modo que SOL
estaría confinada (por ejemplo, a simple vista, por la
pérdida de resolución temporal y el confinamiento, SOL
parecería una sola cosa, una sola palabra, un solo concepto
en referencia a un solo objeto, el sol, no una multiplicidad de
neuronas, ni de letras, ni de conceptos, ni de soles, ni de yoes)
y así la percepción subjetiva estaría confinada, y
de este modo la experiencia consciente subjetiva, con su peculiar
carácter de unicidad e individualidad, podría ser
efectiva, quod erat demonstrandum. Usted ya habrá notado
que, de hecho, sí puede ser efectivo como un yo consciente
que percibe el entorno (o no estaría leyendo este
ensayo).

¿Es lógica la hipótesis aquí
propuesta?

La hipótesis que describe a la propiedad mental de
la subjetividad como resultado de la recreación de una
superposición de estados producto en el cerebro, y que trata
de explicar el hecho mediante un correlato neural que por
deducción lógica debería incluir la predicha
sincronización de fase transitoria entre señales
neuronales simples de redes compatibles en corteza de
asociación en correlación con la percepción
subjetiva, por todo lo dicho, parece lógica.

¿Es comprobable esta hipótesis?

Parece lógico intentar comprobar en un laboratorio
si esta hipótesis es correcta o no. La hipótesis
sería comprobable mediante la detección de la actividad
neural predicha en correlación con la percepción
subjetiva, y falsable mediante la ausencia de dicha actividad en
presencia de percepción subjetiva. Es una hipótesis
científica, por tanto.

Se podría buscar esta actividad predicha, por
ejemplo, en las áreas V1 y V2 de corteza occipital, pues en
ellas parece ser que podría codificarse la forma y el color
de un objeto perceptible como un todo.

¿Cómo se explicaría entonces la emergencia de
la subjetividad?

Si esta hipótesis fuera correcta, la
sincronización de fase transitoria entre señales
neuronales simples de, por ejemplo, V1 y V2, haría posible
la concurrencia temporal de, por ejemplo, forma y color,
conservando su heterogeneidad, para formar parte de un todo
único e individual, por ejemplo, de la idea que un sujeto,
por ejemplo, Newton, se formaría sobre una manzana que cae
por efecto de la gravedad, pero conservándose la
heterogeneidad de la forma respecto del color, y así
quedaría resuelto el problema de cómo podría
surgir la propiedad mental de la subjetividad. Es
lógico.

Epílogo

¿Cómo se resumiría la idea central de este
libro en una exposición final, en caso de que no haya
quedado clara todavía?

Como dijo Einstein, lo importante es no dejar de hacerse
preguntas, y como quizá dijese un primo de Sócrates,
que citase a su primo ilustre para darse importancia (en vez de
procurar ser útil), sólo sé que no sé
todo.

En la época de Sherrington se investigaba la
fisiología del sistema nervioso. ¿Qué
investigadores se ocupaban de esta investigación? Pues
Sherrington, por ejemplo. Se paraban en la fisiología de la
visión especialmente, quizá por ser un sentido que se
experimenta con gran intensidad, que permite un "contacto" con la
realidad tan intenso como para que la realidad parezca algo
muy… real, es decir, muy patente, muy efectivo, muy
detectable, algo nada virtual o irreal, desde luego, y a la vez
por ser más accesible a la investigación que otros
contenidos de la mente, por estar localizado su procesamiento en
gran parte en una vía neural concreta que va desde los ojos
hasta la corteza occipital, que está "a tiro", por decirlo
así. Si uno percibe como sujeto consciente, o sea,
subjetivamente, por ejemplo, una bola de billar roja que uno
tiene delante de sí encima de una mesa de billar,
percibirá en cada instante a toda esa bola roja como
un… todo, objetivamente, como algo, único e
individual, o dicho de otro modo, único e indivisible (una
sola bola y que sólo parece ser éso, una bola, no otra
cosa u otras cosas), redondo y rojo por toda su superficie, un
objeto sin interrupciones en la continuidad de ese todo y de esa
superficie redonda, y de esa rojez.

Nótese que también la rojez, una de las partes
de las que sabemos que consta ese objeto mental en forma de bola
de billar redonda y roja, constituirá a simple vista un todo
único e individual, indivisible en partes menores durante su
percepción como un todo (y más claro quedaría
ésto aun si se pudiese percibir la bola sólo por su
rojez). La continuidad, unicidad e individualidad de la rojez de
esa gran superficie, percibida de ese modo, tendría que
deberse a que la percepción de la rojez, en ese instante en
que dicha rojez fuese percibida como un todo continuo, único
e individual, tendría a su vez que deberse a una
integración de ese proceso de percepción en
función del tiempo, no del espacio, ya que la superficie de
la bola tiene una extensión dada, y su representación
en el cerebro también tiene lugar en un grupo de neuronas
con una extensión dada en el espacio del cerebro. Ésto
quiere decir que la rojez, para tener unicidad e individualidad
de por sí a simple vista con un error despreciable en la
práctica a escala macroscópica, no estaría
integrada en un punto del espacio. Por tanto, la rojez
debería estar integrada en un punto del tiempo para ser un
todo. Ese punto es el ahora, el tiempo presente, que es el punto
en el que el yo consciente se diría que se mueve a lo largo
de la línea del tiempo para ser efectivo, como ya
analizó Husserl en su momento.

Partes: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9
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