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La danza de la muerte (página 3)




Enviado por Mario Alberto Geller



Partes: 1, 2, 3

"Un resabio de las simpatías
germanófilas de Perón

En 1945, la normalización de las relaciones con
Estados Unidos exigía que el gobierno argentino cumpliera
con las resoluciones de la Conferencia de Chapultepec.
Según el embajador Braden, esto implicaba que todas las
empresas alemanas y japonesas fueran colocadas bajo severo
control hasta que la propiedad pudiera ser transferida a manos
argentinas y todos los miembros del Eje fueran eliminados de las
mismas. Asimismo debían incluirse estos individuos en la
Lista Pública y completar la investigación y el
censo "Refugio". Lo que estaba en juego eran entre 300 y 400
empresas de distintas dimensiones. Los ingleses calcularon en
1945 que los bienes de capital alemanes susceptibles de ser
confiscados rondaban los 100 millones de dólares. (1)
     

Luego de la declaración de guerra argentina a
Japón y Alemania, el 27 de marzo de 1945, un decreto del
presidente Farrell de la misma fecha retiró la
personería jurídica a las empresas alemanas y
japonesas domiciliadas en la Argentina, embargó sus
títulos de propiedad, bienes y valores y las puso bajo
control de un consejo administrativo -establecido ya en 1944 en
el ámbito de la Secretaría de Industria y Comercio.
Poco más tarde, el gobierno congeló los valores de
los funcionarios de las empresas afectadas por la medida anterior
y confiscó la propiedad argentina que perteneciera a los
estados alemán y japonés. En mayo de 1945, una
Junta de Vigilancia y Disposición Final de la Propiedad
Enemiga autónoma sustituyó al consejo
administrativo, y finalmente en agosto la responsabilidad fue
trasladada al Ministerio de Relaciones Exteriores. Seis
compañías de seguros y los dos bancos alemanes
fueron liquidados rápidamente, pero en el resto de los
casos la tarea resultó complicada y lenta. Hacia
principios de 1946, se habían liquidado 2 firmas del Eje,
tomado posesión de 76, e "intervenido" 73. Continuaban
bajo investigación 229 firmas y se tenían bajo
control las cuentas y valores de 802 personas. (2) 
 

Los diplomáticos norteamericanos expresaron su
disconformidad con el curso de las investigaciones.

La lentitud con que se procedía permitía a
muchas firmas su vaciamiento antes de la liquidación por
el gobierno argentino. Asimismo los norteamericanos se quejaron
de que las empresas pertenecientes a alemanes prominentes como
Ludwig Freude, Richard Staudt, Fritz Mandl, Thilo Martens y Karl
Schmits parecían intocables. El presidente Perón y
su ministro Miguel Miranda dieron su aprobación para la
liquidación de las firmas, pero insistieron en que era
inaceptable la desaparición de empresas que no pudieran
ser reemplazadas; en cuyo caso debía llegarse a un acuerdo
para "argentinizarlas".

No obstante, las exigencias fueron disminuyendo poco a
poco. En julio de 1946, la Lista Pública fue levantada, la
investigación del Regugio fue cerrada sin novedades
importantes, y la nacionalización de ciertas firmas
alemanas que el Congreso debía decidir en septiembre fue
postergada. Perón llegó a un acuerdo de cuatro
puntos con el embajador Messersmith, por el cual el gobierno
argentino cumpliría con sus compromisos de las
conferencias de Chapultepec y San Francisco. El embajador
consideraba que dos de dichos puntos ya habían sido
cumplidos. En noviembre de 1946, la comisión
comunicó que hasta ese momento habían sido
liquidadas 2 compañías, tomado 70 e "intervenido"
71.

Se consideraba liquidar 16 más, argentinizar 7 y
convertir 5 en empresas mixtas público privadas. Las
investigaciones continuaban sobre otras 195. En enero de 1947 se
informó que el gobierno adquiriría 60 de las
compañías por un valor de 100 millones de pesos.
Sin embargo, algunas de las complicaciones legales derivadas de
estos traspasos todavía no se habían resuelto en la
década del sesenta. (3)

La deportación de los agentes nazis exigidos al
gobierno argentino por el gobierno norteamericano fue igualmente
problemática y puso de manifiesto la misma renuencia de
las autoridades argentinas a llevarla a cabo que en el caso de la
propiedad enemiga. Hacia junio de 1946 habían sido
expulsadas 38 personas y los posibles deportados habían
disminuido de 900 a 227. El embajador Messersmith
señaló a Perón que cualquier gesto que
indicara que la política filogermana estaba siendo dejada
de lado por el gobierno argentino tendría un efecto muy
positivo sobre la opinión pública norteamericana.
El 21 de diciembre, 13 supuestos agentes -considerados menores
por las autoridades de control aliadas- fueron deportados a bordo
del transporte naval Pampa. En mayo de 1947, entre 8
latinoamericanos deportados a Alemania se hallaban Hans Harnisch
y Wolf Franczok, dos de los agentes nazis más conspicuos
que trabajaron en la Argentina. Esta fue la última
expulsión de importancia y precedió al anuncio del
presidente Truman de que las relaciones con la Argentina se
habían normalizado. Por cierto, los funcionarios aliados
de la Alemania ocupada estuvieron muy poco conformes con la
actitud argentina de enviar "llenadores de cuota", cuya
participación en las actividades de espionaje
habían sido casi nulas. (4) 

La suerte de los espías nazis que actuaron en la
Argentina fue diversa. Wolf Franczok se dio cuenta pronto que
él y sus camaradas fueron sacrificados ante las
maquinaciones de Perón. Detenido en Alemania,
describió con detalles sus casi dos años de
cárcel en la Argentina. Señaló
también como Werner Könnecke, luego de pactar con
Coordinación Federal, había tratado de convencer a
sus ex cómplices de hacer de Hans Harnisch el chivo
emisario del caso Hellmuth y de borrar de sus confesiones todo
rastro de las relaciones entre la red Bolívar y
Perón, Brinckmann, González y Aumann, además
del paraguayo Stagni y el boliviano Paz Estenssoro. Como
contrapartida a su cooperación se le prometió a los
prisioneros que los intereses alemanes en la Argentina
serían respetados, que los detenidos serían bien
tratados y que los inocentes serían rápidamente
liberados, promesas que sólo fueron cumplidas en algunos
casos. (5)  

Si bien los tribunales resolvieron, a comienzos de 1946,
que el presidente tenía facultades en virtud de la ley de
Residencia para expulsar del país a los extranjeros
indeseables, en mayo la Corte

Suprema sostuvo dicho dictamen, pero afirmó que a
las personas afectadas les asistía el derecho de conocer
el motivo de la acusación en su contra. De esta manera,
entre mayo y agosto de 1946, la mayor parte de los integrantes de
la red Bolívar fueron liberados con solicitudes de
hábeas corpus, manteniéndose en libertad
hasta que el presidente Perón expidió el decreto
Nº 18.480/946 del 15 de noviembre, ordenando nuevamente la
detención y deportación de ellos. La presión
desapareció luego por unos meses hasta que sobrevino la
solución final acordada por Perón y Messersmith,
que dispuso la deportación de algunos más. En estas
circunstancias y cansado de escapar, Franczok se
entregó.

Con todo hubo algunos que parecieron gozar de inmunidad
ante la deportación. Estos fueron los casos de Seidlitz,
Mandl, un misterioso experto bancario llamado Heinrich
Dörge, Thilo Martens, Staudt, Freude y Becker. Los tres
últimos eran buscados especialmente por los
norteamericanos. (6) 

Cuando el gobierno argentino intervino las
compañías de Staudt, el magnate afirmó que
sus capitales eran exclusivamente argentinos, y su influencia,
sobre todo en el Ministerio de Relaciones Exteriores, le
permitió retirar la mayor parte de sus inversiones.
Además mantuvo su inmunidad a pesar de las exigencias
norteamericanas de que fuera deportado, siendo probable que, al
igual que Mandl, hubiera colaborado con un millón de pesos
para la campaña electoral de Perón. El caso de
Ludwig Freude fue similar. Existían sospechas de que fuera
un testaferro de inversores alemanes, dada la rapidez con que
había logrado el control de la Compañía
General de Construcciones; había sido visitante asiduo de
la embajada alemana y había recibido los fondos de
ésta antes que sus funcionarios fueran repatriados en
1944; y era ciudadano alemán, con pasaporte alemán
recibido en noviembre de 1937. Sin embargo, luego del caso
Hellmuth, Freude había logrado gran influencia sobre
Perón, quien lo visitaba en su casa de Belgrano. La Junta
de Vigilancia no logró hallar evidencia de la procedencia
alemana del capital de Freude, ni de dinero recibido de la
embajada aparte del destinado a obras de caridad. Por otra parte,
Perón dispuso que una antigua solicitud de
naturalización de Freude -que databa de 1935- fuera
encontrada en una pequeña ciudad de Mendoza y aceptada
como válida por la justicia de esa provincia (Freude
había olvidado completar las formalidades y prestar el
juramento de práctica). Ante un pedido de Braden, en
septiembre de 1945, de que se emprendiera alguna acción
contra Freude, el ministro de Relaciones Exteriores Cooke
respondió que aquél estaba muy bien conectado con
la administración Farrell y que no podía ser
tocado. Poco después Cooke dijo a los británicos
que la deportación de Freude en el Higlland Monarch
estaba arreglada en febrero de 1946, pero que a último
momento la orden había sido cancelada. Por otra parte, su
hijo Rodolfo acompañó a Perón en la
campaña electoral en febrero de 1946. Luego Perón
creó una repartición ultrasecreta, la
División Informaciones, nombrando a Rodolfo Freude jefe de
la misma. El nuevo organismo se ocupaba del control de todo lo
referente a los ex espías nazis con la colaboración
de Jorge Osinde, el capitán Abel Rodríguez, jefe de
Coordinación Federal, y Eduardo Bravo Casares. Allí
se realizaba la selección de los "llenadores de cuota"
para la deportación, y disponían los permisos de
entrada y las "rehabilitaciones" para los que regresaban.
(7)

Por su parte, Siegfried Becker fue arrestado por
Coordinación Federal en abril de 1945. Sus primeras
declaraciones respecto de sus conexiones políticas fueron
imprudentes e implicaron a Perón, por lo cual su
testimonio debió ser tomado nuevamente y reducido de 300 a
unos 110 folios. Esta declaración fue entregada por el
Ministerio de Relaciones Exteriores a Estados Unidos a principios
de octubre, cuidadosamente expurgada de los pasajes que
hacían revelaciones inconvenientes sobre el caso Hellmuth.
Becker obtuvo su libertad por hábeas corpus luego de la
asunción de Perón, y poco se sabe de su vida
posterior. Un informe norteamericano lo ubicaba a principios de
1947 en Santiago del Estero bajo la protección del coronel
Aristóbulo Mittelbach, lo cual debía contar
necesariamente con el aval del presidente. Se especula que
podría haber sido reclutado en esa época para el
"Programa Deserción" del Departamento de Estado entre los
ex ciudadanos del Eje. (8)

Por cierto, el mayor Oscar Contal, el jefe de
Coordinación Federal que había realizado las
detenciones de los espías alemanes, fue expulsado de su
cargo por oponerse a la liberación del yerno de Ludwig
Freude, Werner Köennecke. Antes de dejar su puesto, Contal,
envió el 2º Sumario con todas las declaraciones y la
lista de los 60 detenidos al juez Horacio Fox, quien debía
hacerse cargo del caso. No obstante las pruebas materiales de la
investigación no llegaron al juez. Los textos de
telegramas, códigos y diagramas fueron conservados por el
Ministerio del Interior, y los equipos técnicos pasaron a
poder de los servicios de inteligencia argentinos. La
intención era evitar que esta evidencia pudiera ser
utilizada en contra de Perón en caso de que algún
gobierno opositor llegara al poder.
(9)    

Por otra parte, a fines de octubre de 1945 regresaba a
la Argentina Osmar Hellmuth, el enviado del gobierno argentino
para adquirir armamento en Alemania, y que fuera detenido por los
británicos camino a su misión dos años
antes. Hellmuth fue entregado a las autoridades argentinas, pero
no quedó incomunicado debido al tiempo transcurrido desde
la fecha en que se habrían cometido los actos delictuosos
que se le imputaban. De inmediato fue conducido por dos oficiales
de Coordinación Federal a una entrevista con Ludwig
Freude. Dos días después fue recibido por
Perón, quien aparentemente le hizo promesas que no
cumplió. En el proceso judicial que se le siguió,
declararon en su favor el coronel González, el general
Gilbert y el almirante Sueyro, quienes negaron que la Argentina
hubiera intentado obtener armamento de Alemania, aunque
reconocieron haberlo enviado a ese país. Gilbert
señaló los "fines altamente patrióticos" de
su misión, y González confirmó la
participación de Perón en los acontecimientos.
Debido a estos testimonios, el 23 de febrero de 1946, Hellmuth
era liberado, siendo sobreseído definitivamente de los
cargos en su contra el 30 de diciembre de 1947. En la misma
época que Hellmuth, también había vuelto a
la Argentina otro espía germano-argentino, Ernst Hoppe,
quien había tenido la frustrada misión de recibir
aquel submarino nazi que debía arribar a la Argentina a
principios de 1944. El encargado de negocios norteamericano no
comprendía la decisión británica de devolver
estos espías justamente en momentos en que el gobierno
norteamericano trataba de que la Argentina deportara los ex
espías que aún permanecían en este
país. (10)     

En febrero de 1946, la jefatura de Coordinación
Federal fue asumida por el capitán Abel Rodríguez,
hombre de confianza del presidente Perón y de su esposa, y
que estaba bajo la influencia de los Freude, padre e hijo.
Rodríguez, con la colaboración de Freude y
Koennecke, puso especial empeño en la destrucción
de las declaraciones de los espías, principalmente las que
comprometían al grupo.

Personas que habían tenido vinculación con
el Grupo Azul, con el que estaba relacionado Freude, fueron
liberadas o sus declaraciones destruidas. Finalmente, el 6 de
septiembre de 1946 Perón firmaba un decreto
"desnazificando" a su amigo alemán Ludwig Freude y
éste nunca más volvería a ser molestado.
(11)    

Como se dijo, pocos días después de la
asunción de Perón a la presidencia el 4 de junio de
1946, se produjo la liberación de Becker, Franczok,
Harnisch y Schröll. No obstante, la embajada de Estados
Unidos continuó presionando para que los ex espías
alemanes fueran deportados, a cuyo fin aportaba listas con
direcciones y datos a la Oficina de Enlace del Ministerio de
Relaciones Exteriores para ser giradas a Coordinación
Federal. El funcionario que las recibía notó que
Coordinación siempre llegaba cuando los espías ya
habían huido. Ante las presiones, Perón se vio
obligado a firmar el decreto 14840 del 15 de noviembre de 1946,
ordenando la detención y expulsión de 52 agentes
del Eje. Algunos de éstos recibieron un duro trato, otros
-como Becker y Schröll- en cambio fueron
alertados.

La División Informaciones ordenó el
arresto de Harnisch -cuya enemistad con Ludwig Freude era
manifiesta- a principios de febrero de 1947. En su último
testimonio, Harnisch involucró a Perón y a los
Freude, y amenazó con decir toda la verdad si era
deportado. Finalmente partió rumbo a Alemania en mayo de
1947. Jamás lo interrogaron sobre Becker y, a pesar de que
algunos policías intentaron aclarar su situación,
la influencia de Freude sobre Perón lo hizo imposible. En
el mismo barco viajaron Franczok y Schröll y otros cinco
"llenadores de cuota". Otros, como Harmeyer y Amorín
habían sido deportados el año anterior. De los
interrogatorios y los informes de todos ellos surgiría la
evidencia de las relaciones entre el régimen militar del
GOU y el SD de Himmler. (12)      

De los 80 integrantes de la red nazi que tuvieron causas
judiciales o los afectaron decretos de expulsión
después de la guerra, sólo 7 fueron condenados,
todos ellos agentes menores por actos cometidos durante el
gobierno de Castillo. Otros 10 fueron deportados o dejaron el
país sin sentencia judicial. Un total de 63 fueron
sobreseídos entre 1947 y 1948. (13) 
   

Por otra parte, cuando la Francia ocupada por los
alemanes fue recuperada, a mediados de 1944, muchos alemanes y
franceses colaboracionistas se dirigieron a España a
través de los Pirineos, donde existía una
importante comunidad alemana. Sin embargo, la situación de
éstos dejaría de ser cómoda a partir del 2
de mayo de 1944, cuando el gobierno de Franco dio por terminada
su colaboración con el Eje, alcanzando una serie de
acuerdos con Londres y Washington. Los refugiados debieron
entonces buscar otros países hacia donde dirigirse. Hacia
el final de la contienda, la red coordinada por Charles
L’Escat (en su pasaporte argentino figuraría como
Carlos Hipólito Lesca Saralegui) guió hasta
Sudamérica a muchos que buscaban refugio ante el inminente
desenlace. Sin embargo, esta posibilidad quedó cerrada en
los primeros meses de la posguerra. L’Escat llegó al
puerto de Montevideo en un buque español el 3 de octubre
de 1946. En enero de 1947, luego de que el gobierno uruguayo
respondiera favorablemente a la extradición solicitada por
el gobierno francés, L’Escat se estableció en
la Argentina. El pedido de extradición recibido
posteriormente por el gobierno argentino fue archivado por
Perón. (14)      

La colaboración argentina en la huida de los
nazis se había iniciado prudentemente en 1944.En agosto de
ese año los norteamericanos tenían evidencia de que
el consulado argentino en Lisboa entregaba pasaportes argentinos
con el nombre real de los fugitivos. Otro informe de octubre de
1945 señalaba el comercio desempeñado por el
cónsul general argentino en Barcelona, Miguel A. Molina,
quien vendía pasaportes a agentes alemanes. Molina estaba
vinculado con el español Samuel Sequerra, director de la
Organización de Ayuda Conjunta para España y
Portugal. Los barcos de la línea Dodero cubrían la
ruta Génova-Buenos Aires, haciendo escala en Barcelona.
Esta conexión en Barcelona constituyó una de las
principales rutas de escape europeas hasta 1949. (15)  
 

En la Argentina, el jefe de la Secretaría de la
Presidencia de Perón, José Figuerola, un ex
colaborador del dictador José Antonio Primo de Rivera en
España que se había nacionalizado argentino,
facilitaba las cosas, pues tenía las conexiones necesarias
para que las personas que huían de España pudieran
hacerlo a través de la compañía Iberia.
Figuerola había estado en la mira de la Comisión
Especial de Investigación de Actividades Antiargentinas
por sus reuniones con el espía del SD y jefe de prensa de
la embajada alemana Gottfried Sandstede.
(16)  

Otra vía de escape fueron las "ratlines" o
Vía Vaticana -que utilizaba los monasterios establecidos
en Zagreb, Lijubljana, Trieste, Venecia, Roma y Grumo-, y cuyo
principal organizador fue el padre Krunoslav Draganovic,
secretario del Instituto Croata de San Girolano. Por esta
vía llegaron a la Argentina criminales de guerra y ex
colaboracionistas con los regímenes de las potencias del
Eje. El contacto de Draganovic en la Argentina para este tipo de
operaciones fue Branko Benzon, ex ministro del Estado Libre de
Croacia y embajador de Croacia ante el Tercer Reich. Entre 1946 y
1949 Benzon fue "asesor para la inmigración yugoslava y
croata", formando parte del cuerpo de "asesores confidenciales"
del director de la Dirección General de Migraciones, Pablo
Diana. Su función era "encausar la corriente inmigratoria
Centro Europea con el consentimiento del Señor Presidente
de la Nación", según fue señalado en el
informe secreto elaborado por Coordinación Federal en
1948. (17)

En Europa era un problema urgente resolver la
situación de miles de bálticos, polacos,
ucranianos, servios, croatas y otros, muchos con un pasado
colaboracionista y que eran reclamados por la Unión
Soviética o sus nuevos estados satélites. La
cuestión era relevante en Italia, donde el gobierno
exigía el traslado de gran cantidad de europeos orientales
de los campos provisorios, y a los cuales los británicos y
los norteamericanos no deseaban devolver a sus lugares de origen
-dado el comienzo de la Guerra Fría– pero tampoco les
encontraban destino. (18)  

Ján Durkanski, ex ministro de Eslovaquia, fue uno
de los criminales de guerra que ingresó a la Argentina a
través de la vía dirigida por Draganovic y gracias
a la intervención de Benzon. Los contactos entre
Draganovic y Ante Pavelic permiten inferir que éste y sus
ocho colaboradores llegados a la Argentina en 1947 pudieron haber
seguido el mismo camino. La resolución administrativa
(1949), por la que se autorizó a Erich Priebke a obtener
nueva documentación con su nombre real, consigna los
mecanismos que según el solicitante había empleado
para entrar al país.

Como muchos otros que llegaron a la Argentina a
través de las "ratlines", Priebke tuvo el apoyo de las
asociaciones católicas de Roma, por cuyo intermedio
consiguió que las autoridades argentinas visaran el
pasaporte que le había otorgado la Cruz Roja
Internacional. (19)    

Draganovic también puso su organización a
disposición de los nazis que Estados Unidos deseaba enviar
a Sudamérica. De esta manera, se hizo cargo del "carnicero
de Lyons", el oficial SS Klaus Barbie, quien le fue entregado por
oficiales de inteligencia norteamericanos en la estación
de trenes de Génova. Draganovic acompañó a
Barbie al consulado argentino, donde obtuvo una visa que le
permitió obtener documentos de la Cruz Roja con apellido
falso para él y su familia. Barbie y otros nazis se
embarcaron en Génova, en marzo de 1951, con destino a
Buenos Aires para luego trasladarse a Bolivia.

Draganovic también colaboró con el
gobierno argentino para posibilitar la llegada a la Argentina de
los técnicos que el diseñador alemán Kurt
Tank necesitaba para la fábrica de aviones en
Córdoba. Estos recibieron pasaportes de la Cruz Roja como
croatas y fueron recibidos en el convento de monjas Centocelle
hasta que tomaron un avión de la Flota Aero Mercante
Argentina con destino a Buenos Aires.

En este grupo llegó escondido el criminal de
guerra Gerhard Bohne, encargado del programa de eutanasia del
Reich. (20)  

En diciembre de 1946, Perón colocaba a un hombre
de la Iglesia al frente de la flamante Delegación
Argentina de Inmigración en Europa, cuya sede central se
estableció en Roma. El presbítero José
Clemente Silva, hermano de un amigo de Perón,
partió para Italia con la misión de organizar el
traslado a la Argentina de varios millones de europeos que fueran
útiles para los planes de industrialización
argentinos. El sacerdote debía encargarse también
del traslado de personas destacadas que no tuvieran
documentación. La Delegación comunicó
formalmente a Gran Bretaña y Estados Unidos su deseo de
reclutar científicos y técnicos alemanes, pero el
proyecto no fue ampliamente difundido. Las operaciones más
importantes de la Delegación se llevaron a cabo en Italia,
donde luego de arduas negociaciones se firmó un acuerdo
para establecer las condiciones de reclutamiento el 21 de febrero
de 1947. Consecuentemente, el ex espía del Abwehr
(Servicio de espionaje militar del Reich) Reinhard Kopps
-conocido luego en Bariloche como Juan Maler- inició su
colaboración con el obispo austríaco Alois Hudal,
rector de la iglesia alemana Santa María dell’Anima
en Roma, a fin de enviar grupos de nazis hacia la Argentina.
Kopps recibía las solicitudes y hacía los arreglos
con el consulado argentino en Génova. Los permisos de
ingreso eran otorgados por la Dirección de Migraciones en
Buenos Aires, los pasaportes por la Cruz Roja y el transporte lo
hacía la empresa Dodero. Miles de inmigrantes llegaron a
la Argentina por esta vía, pero pocos fueron trabajadores
o técnicos especializados; la mayoría estuvo
constituida por intelectuales o capitalistas con antecedentes de
colaboracionistas, entre los cuales figuraron Vittorio Mussolini,
hijo del Duce, y dirigentes partidarios como Carlo Scorza y
Ettore Mutti. (21)  

Otra vía de salida de Europa fue a través
de la frontera germano-danesa. Muchos nazis se internaban en
Dinamarca con el auxilio de una unidad de la Wehrmacht que
el gobierno danés había autorizado a permanecer en
el país para el levantamiento de minas. Esta vía
fue utilizada por Carlos Fuldner – adscripto a la
División de Informaciones de la Presidencia- para hacer
llegar a la Argentina a las personas que reunía en sus
misiones oficiales a Europa realizadas entre 1947 y 1949. Estas
revestían carácter reservado, debido a "poderosas
razones de estado" y a las "dificultades de conciencia -que
podrían comportar- para algunos funcionarios ante los
cuales le era prohibido entrar en detalles o hablar
abiertamente", sobre las actuaciones de esas personas durante los
regímenes fascistas. Para disponer de una persona
jurídica que solicitara el libre ingreso de "personas que
interesaban a la República" y al mismo tiempo eludir la
responsabilidad que podía recaer en los encargados de esas
misiones, se estableció la agencia de viajes Vianord. (22)
     

Un grupo de empresarios germano-argentinos dirigidos por
el fuerte industrial Friedrich Schlottmann, del grupo textil
Sedalama, se encargó del rescate de los alemanes
refugiados en los países escandinavos. La operación
fue encargada a Carlos Schultz. Para respaldar el proyecto se
creó en Buenos Aires un Comité Báltico
encabezado por Federico Müller-Ludwig, director del diario
Freie Presse. Schultz consiguió la
aprobación del proyecto por el director de Migraciones,
Santiago Peralta, quien le entregó cartas de
presentación para los cónsules argentinos en Europa
y dio garantías para el ingreso de por lo menos mil
personas. En 1947, Schultz lograba que los gobiernos sueco y
noruego conmutaran penas a colaboracionistas que estaban
interesados en viajar a la Argentina. Las listas de candidatos
enviadas por Schultz a Peralta fueron siempre autorizadas sin
excepción. Los consulados argentinos otorgaban los
pasaportes de la Cruz Roja a las presentaciones de Schultz sin
realizar ninguna verificación. Schultz se aseguraba de que
no hubiera comunistas entre los propuestos para no perder el
apoyo de Peralta. Consiguió de esta manera el ingreso a la
Argentina de unos mil alemanes. Pero en noviembre de 1947 Schultz
fue arrestado por las autoridades suecas y sometido a juicio
junto a una banda de falsificadores de pasaportes. La
detención causó un grave problema al embajador,
capitán Héctor Russo, quien envió urgentes
cables al ministro Bramuglia, señalando que esas
operaciones únicamente lograban fortalecer la
opinión internacional de que la Argentina era un
país declaradamente nazi. El embajador sin embargo no
recibió ninguna respuesta. Finalmente, la justicia sueca
ordenó a Schultz salir del país. (23) 
   

Una misión semejante a la de Shultz, pero en este
caso de carácter oficial, fue encomendada a Carlos
Piñeyro, quien había sido cónsul en Danzig,
Beirut y Suecia, hasta su arribo al consulado argentino en
Copenhagen, en mayo de 1945. Dos años más tarde fue
llamado a Buenos Aires, donde fue adscripto a la División
Informaciones entre junio y agosto de 1947. En esta fecha fue
enviado nuevamente a Copenhagen como agente reservado.
Aquí se conectó con la unidad alemana que se
encontraba realizando la tarea del desminado en la frontera con
Alemania, a fin de poder ingresar ilegalmente a Dinamarca a los
científicos y técnicos nazis reunidos por los
enviados de Perón en Europa. El propio jefe de la unidad
Toepke acompañó a varios a Copenhagen, entre ellos
al diseñador de aviones, Kurt Tank, quien traía el
diseño del "Pulqui", que Perón haría
fabricar en Córdoba.

Piñeyro entregaba a estas personas pasaportes
argentinos con nombres falsos, los cuales les permitían
tomar un vuelo a Buenos Aires. Pero la División de
Informaciones vio su ruta danesa cerrada en noviembre de 1947,
cuando el "argentino" Ernesto Foucard fue detenido tratando de
tomar un avión con destino a Ginebra y conexión
posterior a Buenos Aires. El individuo resultó ser el
profesor alemán Karl Gustav Friedrich Thalau. Poco
después, Toepke también era arrestado cuando
atravesaba la frontera con otro experto en aviación
alemán, Paul Friedrich Klages. El embajador argentino en
Dinamarca, Riéffolo Bessone, fue citado por el gobierno
danés, el cual exigió el cese de las mencionadas
operaciones. Inmediatamente, Piñeyro y su colaborador
Mouret fueron retirados, y el embajador Bessone trasladado a
Irlanda un poco más tarde. (24)    

Todas estas redes llegaban a la División de
Informaciones de la Presidencia de la Nación, dirigida por
Rodolfo Freude. Bajo las directivas del presidente Perón,
esta repartición se dedicaba a rescatar ex colaboradores
del Tercer Reich que se consideraran útiles al
país. Freude actuaba en coordinación con Pablo
Diana, un ex empleado de la vicepresidencia de Perón
durante el gobierno militar, designado jefe de la
Dirección de Migraciones en junio de 1947. Perón le
había hecho saber en el momento de su nombramiento que la
política inmigratoria la dirigía personalmente el
presidente. Para desempeñar su tarea, Diana
disponía de una serie de asesores, con quienes se
reunía en presencia del presidente. Entre otros, figuraban
Eugenio Monti de Valsassini, el "conde de Monti", Branko Benzon,
Pierre Daye, George Degay y Carlos Fuldner, Víctor de la
Serna, García Santillán y Smolinski, el ex
presidente del Banco Central Orlando Maroglio y el secretario de
Aeronáutica, brigadier Bartolomé de la Colina.
(25)     

La por mucho tiempo supuesta existencia de un grupo
dedicado a rescatar refugiados europeos dentro de la
División Informaciones quedó confirmada con el
descubrimiento en el Archivo General de la Nación de un
abultado sumario del año 1949, producto de la
investigación de las irregularidades cometidas en la
Dirección de Migraciones durante la gestión de
Diana. Dirigido a constatar la entrada al país de
"indeseables" judíos y comunistas, el sumario se
encontró con la existencia de órdenes para el
ingreso de otro grupo de "indeseables". Toda la plana mayor de
Migraciones, incluidos Diana y Fuldner, fue interrogada por los
sumariantes Angel S. Taboada y Román Sosa Liprandi. Todos
los declarantes señalaron a Freude y Perón como sus
superiores. (26) 

El criterio de la Dirección de Migraciones era no
permitir el ingreso al país a comunistas ni judíos.
En el caso de los últimos, su ingreso estaba vedado
especialmente por los directores de la repartición que
eran antisemitas -Santiago Peralta hasta junio de 1947 y luego
Diana-. Las solicitudes de israelitas debían ser negadas
desde un principio. Las instrucciones de Diana a los asesores
eran claras: en cuanto propusieran a un judío, la
vinculación con la Dirección se terminaba. Para el
trabajo interno se manejaban además algunos
códigos. En el caso de que los legajos tuvieran una F en
lápiz rojo -que significaba Fuldner-, Diana sabía
que debía conceder la radicación incluso si eran
personas entradas clandestinamente al país, porque
aquél era un agente reservado del presidente. Si el
expediente contenía la palabra Banco en el extremo
superior izquierdo, esto significaba que el Banco Central
había intervenido en el trámite y que podía
dársele curso. Finalmente la palabra "Presid" identificaba
a un numeroso grupo de legajos que recibían tratamiento
especial por haber sido iniciados por el propio Perón. Por
otra parte, cuando la cantidad de pedidos de ingreso a favor de
sus camaradas firmados por Fuldner excedió las
posibilidades de Migraciones, Fulner acordó con Diana que
aquéllos se presentaran por intermedio de la agencia de
viajes Vianord. (27)      

Es interesante destacar que luego de ser interrogados
por los norteamericanos en Alemania, los ex espías nazis
eran mantenidos por un cierto tiempo en campos de
detención y luego liberados. La Europa de posguerra no les
ofrecía posibilidades de trabajo, por lo cual
aquéllos procedentes de la Argentina decidieron en la
mayoría de los casos volver a este país. Recibieron
para hacerlo documentación de "Libre desembarco" de
Migraciones, pero debían entrar bajo la categoría
"Doc Def", porque las órdenes de expulsión en su
contra seguían vigentes. Hacia 1950, muchos de ellos
habían encontrado ocupación en áreas del
gobierno o en las fuerzas armadas. No obstante, su
situación legal permanecía sin aclararse. Su
presencia en el país no podía admitirse porque ello
contrariaba los compromisos derivados del Acta de Chapultepec.
Perón apeló entonces a una solución
intermedia: la firma de una serie de "indultos" secretos.
Comenzó con dos decretos personales en julio de 1950, en
favor del ex espía Hans Leuters y de un ex jefe del
partido Nazi argentino, Enrique Volberg. 
   

Para conocer la situación de todos los
involucrados, en 1951 el mayor Osinde, jefe de
Coordinación Federal, ordenó el rastreo de todos
los antiguos espías que figuraban en los decretos de
expulsión, tomándoles luego declaración para
conocer su situación laboral, su grado de
integración en la sociedad argentina y sus creencias
religiosas. Todos superaron la prueba ampliamente, apareciendo
muchos de ellos relativamente prósperos. Poco
después, en febrero de 1952, considerando que ya no
existían los motivos de orden internacional que
habían provocado las medidas en su contra, el presidente
Perón y el ministro del Interior, Angel Borlenghi,
firmaron el decreto 3625, indultando a 24 ex miembros de las
organizaciones nazis. Otros seis germanos recibieron la gracia al
año siguiente. No obstante, las gestiones de la embajada
de Alemania en Buenos Aires y por alguna razón especial,
Perón no favoreció a Harmeyer y a Franczok. Estos
tuvieron que esperar hasta la llegada de la Revolución
Libertadora, para que el general Aramburu firmara sus indultos.
(28)      

Por cierto, el comienzo de la Guerra Fría
modificó la relación de los países, incluso
de los que habían formado parte de los Aliados, con muchas
personas que habían pertenecido a los regímenes
nazi-fascistas. El interés de algunos gobiernos en el
desarrollo científico y técnico de la Alemania
nazi, con el propósito de aplicarlo a sus propios
proyectos industriales o estratégicos provocó las
operaciones de reclutamiento de "cerebros". En Estados Unidos se
organizó la operación Paperclip y en la
Unión Soviética la Osavakim. Incluso Estados
Unidos valoró en alto grado los "capitales
ideológicos", es decir los compuestos por los
anticomunistas de la Unión Soviética y de las
naciones del Este europeo. Actualmente se sabe que no todas las
"ratlines" conducían a Sudamérica, también
muchas lo hacían a diversos puntos de Estados Unidos. De
la misma manera, la Argentina, Brasil y otros estados
sudamericanos buscaron atraer ese "capital humano".
(29)

A fines de agosto de 1946, el Congreso argentino
ratificaba el Acta de Chapultepec, lo cual implicaba que el
país no podría permitir el ingreso de responsables
de crímenes de guerra. Sin embargo, Perón se
atendría a su propia política para el asilo de
refugiados de guerra, promulgada el año anterior, que
establecía que no tendrían refugio en territorio
argentino aquellos acusados de crímenes de guerra,
ni se admitirían el capital o los bienes de tales
personas. La definición de "criminal de guerra" y los
procedimientos para llevarlo ante la justicia seguirían
las normas de la Comisión Interamericano de Justicia. Por
cierto, el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino mantuvo
durante esos años relaciones formales con las autoridades
aliadas de ocupación en Alemania en cuanto a las
solicitudes de alemanes que deseaban emigrar. (30) No obstante,
como se ha visto, esto no impidió toda una intensa
actividad de enviados reservados del gobierno argentino, que
cooptaron y trajeron al país gran cantidad de
colaboracionistas e incluso criminales de guerra, y que las
solicitudes de extradición de los últimos fueran
completamente ignoradas. (31)  
   

Más aún, el Ejecutivo otorgó una
amnistía por el decreto Nº 15.972, que alcanzó
a todos los que habían ingresado al país
ilegalmente. Este indulto de carácter general fue seguido
de una serie de resoluciones que habrían beneficiado a
aquéllos que debían ocultar su verdadera identidad.
Así, por ejemplo, con el fin de otorgar inmunidad a los
asilados políticos, cuya extradición podía
ser solicitada en virtud de tratados internacionales firmados por
la Argentina, se dictó el decreto Nº 19.935 del 22 de
agosto de 1949, confiriéndoles el status de "asilados
residentes", lo cual los autorizaba a obtener una tarjeta de
libre circulación. Por otro lado, el artículo 35 de
la Constitución de 1949 permitía a las personas que
hubieran regularizado su situación obtener la carta de
ciudadanía. Como la impunidad era evidente, muchos incluso
decidieron solicitar nueva documentación con sus nombres
reales. (32) 

  • NOTAS
  1. Embajada de Estados Unidos 1275, Buenos Aires, 17 de
    junio de 1945, 862.20235/fecha; Embajada británica a FO,
    Buenos Aires, 29 de agosto de 1945, con extractos del memo a
    MEW, 24 de junio de 1940, /44733, cit. en Ronald C. Newton,
    El cuarto lado del triángulo. La "amenaza nazi" en la
    Argentina (1931-1947)
    , Buenos Aires, Sudamericana, 1995,
    pp. 435-436.
  2. Ibid., pp. 436-437.
  3. Embajada de Estados Unidos 2000, Buenos Aires, 9 de
    febrero de 1946, adjuntando tercer informe SAFEHAVEN, ABB, caja
    3, archivo 36; memo de conversación
    Perón/Faltisek, 10 de diciembre de 1945, 835.00/fecha;
    memos anónimos, 10 y 30 de septiembre de 1946, memos
    RPA, caja 20; La República Argentina ante el Libro
    Azul
    , 205ss, las tablas de las versiones inglesa y
    castellana no concuerdan; Embajada británica 58 a Depto.
    de Guerra Económica, FO, Buenos Aires, 8 de noviembre de
    1946, /51818; New York Times, 25 de enero de 1947, cit.
    en ibid., p. 437.
  4. Comunicado de prensa presidencial, fines de mayo de
    1947, en /61123; Embajada británica 156/47, Buenos
    Aires, 14 de noviembre de 1947, /61123, cit. en ibid.,
    pp. 437-438. Se dice que Perón estaba enojado con el
    jefe de la Policía Federal, coronel Filomeno Velasco,
    que había permitido huir a 39 de los destinados al
    Pampa. Un año antes, en diciembre de 1945, un
    oficial de Coordinación Federal llamado Rodríguez
    se había convertido en el chivo expiatorio por el
    fracaso en detener aunque fuera a uno de un grupo de
    potenciales deportados a bordo del Red Jacket.
    Ibid., p. 454, n. 42.
  5. Ibid., p. 438.
  6. Interrogatorio de Franczok (3), apéndices 4 y
    5; L. Rout y J. Bratzel, The Shadow War: German Espionage
    and United States Counterespionage in Latin America during
    World War Two
    , Frederick, Md., University Presses of
    America, 1986, pp. 419-430; Martin a Mann, memos ARA sobre la
    Argentina, caja 20; memo agregado legal, embajada de Estados
    Unidos, Buenos Aires, 1º de enero de 1946, RG 84, BAPR
    1946, caja 84, archivo 820.02; memo, Clark a Tewksbury,
    ibid., 14 de enero de 1946, ibid.; OMGUS 612,
    Berlín, 26 de febrero de 1946, RG 59, ABB, caja 3,
    archivo 36; embajada británica 58, 6 de noviembre de
    1946, /51818, cit. en R. C. Newton, op. cit., p.
    438-439. Los nombres de Seidlitz y Becker aparecieron en el
    decreto de deportación del 15 de noviembre de 1946.
    Dörge trabajaba para el Deutsche
    Industrienbank como especialista en organizar bancos de
    crédito industrial. Fue consejero del Banco Central y
    del Ministerio de Hacienda. En 1945 se informó que
    formaba parte del "trust de cerebros" de Perón.
    Ibid., p. 454, n. 47 y 48.
  7. Embajada británica, "Heads of Foreign Missions
    Report for 1937", Buenos Aires, 2 de marzo de 1938, /21412;
    Blue Book, pp. 60-64; Perfil de… Haushofer, Registro
    de Individuos Alemanes Particulares, RG 242, T253, marcos
    1703-13 (ref. a la pertenencia de Staudt a la Deutsche
    Akademie, Munich); DLPZ, 19 de abril de 1933;
    Der Deutsche in Argentinien 9, Nº 88 (agosto de
    1938); Hemmen, leg. alemana a AA, Buenos Aires, 4 de enero de
    1933; Thermann a Bohle, Buenos Aires, 4 y 10 de octubre de
    1940; memo ref. Firma Bromberg, Wirtschaftsgruppe Maschinenbau
    a Sedlmayer vía AA, 31 de octubre de 1940, AA/PA, Ha Po
    9b, "Vertretungen deutscher Firmen in Argentinien", vol. 3
    (1940-1941); Braden 53 a MRE, Buenos Aires, 5 de septiembre de
    1945, MRE/AC, DP, "Guerra con Alemania y Japón 1945",
    archivo 28; Blue Book, pp. 41-42, 59-60; Blue and
    White Book
    , pp. 237-42; embajada de Estados Unidos 1162,
    Buenos Aires, 24 de octubre de 1945, 740.35112a/fecha;
    ibid., 1257, 5 de noviembre de 1945, ABB, caja 3,
    archivo 43; agregado militar, Buenos Aires, 772-45, 23 de
    noviembre de 1945, ibid., caja 28, Informes MID/ONI
    (sobre sucesos de octubre de 1945); aerograma emb. de Estados
    Unidos 33, Buenos Aires, 11 de enero de 1946, ibid.,
    caja 16, archivo cables Buenos Aires, 11-20 de enero de 1946;
    ibid., 2346, 27 de marzo de 1946, ibid., caja 2,
    archivo 35; ibid., 1180, 8 de noviembre de 1946,
    ibid., caja 2, archivo 21; memo 30 de octubre de 1946,
    memos RPA, caja 20; Noble, emb. británica, a Bevin,
    Buenos Aires, 23 de abril de 1946, /51792; interrogatorio de
    Franczok (3), apéndice 7, cit. en R.C. Newton, op.
    cit.
    , pp. 439-441. También interrogatorio Harnisch,
    1947, NARA, RG 84, Caja 102; interrogatorio Franczok, 1947,
    ídem, Caja 101; declaración bajo juramento
    de Amorín, 8 de abril de 1947; declaración jurada
    de Harmeyer, 15 de abril de 1947; y declaración jurada
    de Schwaiger, 9 de abril de 1947; las tres en NARA, RG 59, Caja
    6743, cit. en Uki Goñi, Perón y los
    alemanes,
    Buenos Aires, Sudamericana, 1998, pp.
    243-244.
  8. Declaraciones de Becker, 22 y 23 de mayo de 1945,
    2º Sumario, Cuerpo 7; 2º Sumario, Cuerpos 6, folios
    1218-23; Cuerpo 4 de la causa judicial 793/45, folios 752-3;
    declaración de Melita Tietz, 14 de mayo de 1945, 2º
    Sumario, Cuerpo 7; interrogatorio de Franczok, 1947, NARA, RG
    84, Caja 101; las direcciones en la libreta de Becker se hallan
    en memorándum del agregado legal norteamericano sobre
    Becker, 18 de abril de 1946, NARA, RG 84, Caja 84; la
    "prórroga" para la declaración de Becker en
    2º Sumario, Cuerpo 6, folio 1255; detalles del arresto de
    Becker, Contal, 13 de agosto de 1997; nota de Cooke a Cabot, 4
    de octubre de 1945; nota de Cabot al Departamento de Estado, 20
    de octubre de 1945; y "Voluntary Declaration" de Becker, todas
    en NARA, RG 84, Caja 63, cit. en U. Goñi, op.
    cit.
    , p. 227. También memo "Becker", 26 de agosto de
    1946, BAPR 1946, caja 84, archivo 820.02; Leeper 58, Buenos
    Aires, 17 de enero de 1947, /61121; L. Rout y J. Bratzel,
    The Shadow War, p. 431 y n. 280; interrogatorios de
    Ezratty Rolland y Amorín, cit. en R.C. Newton, op.
    cit.
    , p. 441.
  9. Nota de Cooke a Cabot, 4 de octubre de 1945; nota de
    Cabot al Departamento de Estado, 20 de octubre de 1945; y
    "Voluntary Declaration" de Becker, todas en NARA, RG 84, Caja
    63; AGPJN, Causa 793/45, 2º Sumario de Espionaje
    Alemán, Policía Federal, 9 cuerpos;
    interrogatorio Franczok, NARA, RG 84, Caja 101, cit. en U.
    Goñi, op. cit., p. 229.
  10. AGPJN, Causa 793/45, cuerpos principales, folios
    177-188; las declaraciones de González, Sueyro y Gilbert
    en folios 337-8, 366 y 394; conversación de Goñi
    con mujer allegada a Hellmuth, 28 y 30 de agosto de 1997;
    legajo de Osmar Hellmuth, RREE; nota de Cabot al Departamento
    de Estado, 17 de octubre de 1945, NARA, RG 59, Caja 6736, cit.
    en ibid., pp. 234-235.
  11. Interrogatorio Harnisch, 1947, NARA, RG 84, Caja 102;
    decreto 9631-M.623, 6 de septiembre de 1946, en RREE, JVDFPE,
    "Investigación sobre el Señor Ludovico Freude",
    Expediente 50448-F-46, cit. en ibid., pp.
    241-242.
  12. Interrogatorio Harnisch, 1947, NARA, RG 84, Caja 102;
    declaración jurada de Harmeyer, 15 de abril de 1947,
    NARA, RG 59, Caja 6743; declaración jurada de
    Schröll, 15 de septiembre de 1947, NARA, RG 84, Caja 102;
    La Prensa, 6 y 7 de febrero de 1947, cit. en
    ibid., pp. 244-247.
  13. Ibid., p. 248.
  14. Beatriz Gurevich, "Prólogo. Etnicidad,
    ideología y política migratoria", DAIA,
    Proyecto Testimonio. Revelaciones de los archivos
    argentinos sobre la política oficial en la era
    nazi-fascista,
    Buenos Aires, Planeta, 1998, pp. 52-53.
    Véase DAIA, op. cit., tomo II, pp. 15-16, caso
    Charles L’Escat; AMREC, D.P., Francia, 1946, Caja 17,
    Exp. Nº 22, Nota 121-R-1946, Buenos Aires, 3 de octubre de
    1946; ibid., Buenos Aires, 20 de enero de 1947, cit. en
    B. Gurevich, op. cit., p. 53. Charles L’Escat
    nació en Francia y obtuvo la nacionalidad argentina. Fue
    inculpado de inteligencia con el enemigo, crimen de derecho
    común previsto por los artículos 75/5, 76/3, 84/4
    del Código Federal francés y por la
    jurisprudencia internacional sentada por el tribunal de
    Nüremberg el 1º de octubre de 1946. Ibid., p.
    71, n. 70. Véase también U. Goñi, op.
    cit.
    , pp. 259-261, cuyas fuentes son: telegrama A-297 de la
    embajada norteamericana en Madrid, 8 de mayo de 1945, NARA, RG
    59, Caja 6748; nota de Messersmith a Washington, 4 de diciembre
    de 1946, NARA, RG 59, Caja 6749; declaración de Hans
    Sommer, 27 de noviembre de 1946, NARA, RG 59, Caja 6749; y su
    declaración bajo el nombre de Herbert Senner, 31 de
    julio de 1946, NARA, RG 59, Caja 6748; Hoover a Neal, 27 de
    noviembre de 1946, NARA, RG 59, Caja 6749. Véase
    también R.C. Newton, op. cit., p.
    443.
  15. U. Goñi, op. cit., p. 259.
  16. Ibid., p. 262.
  17. Mudd memo del 30 de enero de 1947, CIC informe de
    Caniglia y Zappala del 15 de marzo de 1947, USNA, citado por
    Mark Aarons y John Loftus, Unboly Trinity, New York,
    1991, pp. 78 y 76; AMREC, Varios, 1948, Caja 58, Exp. 1, f. 7,
    "Pedido de informes, Oficina de Enlace con el Ministerio del
    Interior y la Policía Federal" (documento sin membrete
    ni firma), en Archivo Testimonio, cit. en B. Gurevich, op.
    cit.
    , p. 53.
  18. R.C. Newton, op. cit., pp.
    446-447.
  19. La República Checoslovaca solicitó el
    arresto y la extradición de Jun Durkanski y otros
    sospechosos de crímenes de guerra y de homicidio.
    Documentos sobre extradición de Durkanski, Votech Hora y
    otros en DAIA, op. cit., tomo II; Declaración de
    Draganovic a las autoridades de Yugoslavia, 26 de septiembre de
    1967, cit. por M. Aarons y J. Loftus, op. cit., p. 76;
    AMREC, D.P., Europa, Caja 41, Exp. Nº1, 1947, Nota
    S/Nº, Buenos Aires, 7 de agosto de 1947; AGN,
    Sección Nacional de Migraciones, Libro Copiador Nº
    4, Exp. 293544/49, Dictámenes 1614/2334, 6/09 al 11/10,
    folio 401, en Archivo Testimonio, cit. en B. Gurevich,
    op. cit., pp. 53-54.
  20. H. Meding, op. cit., pp. 46-48, 76-81 y 90-92;
    M. Aarons y J. Loftus, Unholy Trinity, Nueva York, St.
    Martin’s Press, 1992; T. Bower, Klaus Barbie, Butcher
    of Lyons
    , Londres, M. Joseph, 1984, p. 180, cit. en U.
    Goñi, op. cit., pp. 267-268.
  21. Idem supra, cit. en ibid., pp. 266-267;
    R.C. Newton, op. cit., p. 445. Un informe de la Santa
    Sede, remitido a la cancillería argentina por el
    embajador Conrado Traverso en 1947, mencionaba el
    beneplácito del papa Pío XII por la
    disposición del gobierno argentino para recibir a
    quienes debían dejar Europa luego de la derrota del Eje.
    AMREC, D.P., Santa Sede, 2/946, Notas de I. Castiñeiras
    a Cooke y Bramuglia, cit. en B. Gurevich, op. cit., pp.
    54-55.
  22. Antecedentes de Carlos Fuldner en DAIA, op.
    cit.,
    tomo I, Apéndice; citas textuales en "Sumario
    Administrativo", declaraciones de Carlos Fuldner, ibid.;
    las empresas creadas por Carlos Fuldner en ibid., Anexo
    II, cit. en B. Gurevich, op. cit., p. 54; R. C. Newton,
    op. cit., p. 443.
  23. Holger Meding, Flucht vor Nürnberg?,
    Colonia, Böhlau, 1992; "Detención del ciudadano
    argentino Carlos Schultz por falsificación de
    pasaporte", RREE, DAP, Dinamarca, 1947, Expediente 8; "Illegal
    Movement of German Citizens to Argentina", Nota 129 de la
    embajada norteamericana en La Haya, 1º de marzo de 1948,
    NARA, RG 319, Caja 2882, cit. en U. Goñi, op.
    cit.
    , pp. 262-263. Shultz se trasladó a Madrid
    donde, gracias a sus conexiones con el jefe de policía,
    obtuvo pasaportes españoles para nuevos clientes.
    También consiguió visas para alemanes que
    huían a través de la frontera suiza. En Suiza, la
    obtención de la visa argentina permitía a
    éstos obtener un "Ersatzpass" con el cual podían
    comprar un pasaje de KLM a Sudamérica. Por esta
    vía fueron rescatadas las dos hijas del industrial
    Schlottmann y sus maridos. El movimiento fue advertido por los
    norteamericanos, que notaron que los suizos no interrogaban
    demasiado a los alemanes que deseaban viajar a la Argentina, y
    a quienes cobraban una buena suma de dinero por el documento de
    residencia temporaria que pedía KLM para vender los
    pasajes. Por cierto, las hazañas de Shultz lo hicieron
    acreedor al puesto de edecán del gobernador de Buenos
    Aires, teniente coronel Domingo Mercante. Ibid., pp.
    264-265.
  24. H. Meding, op. cit., p. 74; DAIA, op.
    cit.
    , tomo I, p. 501, cit. en U. Goñi, op.
    cit.
    , pp. 265-266.
  25. La conformación del grupo que se reunía
    en la casa de gobierno surge de la declaración de Carlos
    Fuldner, 18 de agosto de 1949; también declaraciones de
    Diana, 13-16-17-20-31 de mayo y 1-3-6-7 de junio de 1949; todas
    en Sumario Administrativo Nº295.342, AGN,
    Secretaría Técnica, Caja 547, también
    denominado "Sumario Diana", cit. en U. Goñi, op.
    cit.
    , pp. 269-270.
  26. El sumario fue descubierto por los historiadores del
    Proyecto Testimonio de la DAIA. Sus partes principales
    están reproducidas en el tomo I de esta obra. Cit. en
    ibid., pp. 270-271.
  27. Declaraciones de Diana, 13-16-17-20-31 de mayo y
    1-3-6-7 de junio de 1949; también declaraciones de
    Hartkopp y Orliac, Dalmiro Amaya y Bernardo Amaya, 23 de mayo
    de 1949, Sumario Diana, AGN, cit. en ibid., p. 272. Haim
    Avni estima entre 1000 y 1550 el número de judíos
    ingresados legalmente a la Argentina entre 1945 y 1950, y otros
    3000 ilegalmente. H. Avni, Argentina y la historia de la
    inmigración judía, 1810-1950
    , traducido del
    hebreo, Jerusalén, Universidad hebrea, 1983, pp.
    517-518, cit. en R.C. Newton, op. cit., p. 457, n.
    93.
  28. Decretos secretos 13644/1950, 13645/1950, 8482/1951,
    3625/1952, 677/1953, 842/1953, 10153/1953, 10386/1953,
    13506/1953, 10213/1956 y 13689/1956, contenidos en los
    expedientes 1947-S-141; 1950-S-83; 1951-S-268; y 1955-S-110,
    AGMI, cit. en U. Goñi, op. cit., pp.
    282-283.
  29. B. Gurevich, op. cit., p. 54; R.C. Newton,
    op. cit., p. 443.
  30. R.C. Newton, op. cit., p. 444.
  31. B. Gurevich, op. cit., pp. 55-56.
  32. Ibid., pp. 56-57 y 73-74, notas 95, 96 y
    97."

…".

Miró nuevamente el reloj. Mejor que comenzara de
una vez, pensó, si no perdería el
almuerzo.

Comenzó a arrojar los papeles a las fauces
hambrientas y ansiosas que esperaban impacientemente su
comida.

Las llamas se incrementaron y multiplicaron. Asemejaban
filas y filas de soldados que marchaban a paso de ganso mientras
una figura siniestra le dedicaba una sonrisa burlona y
triunfal.

 

Datos biográficos:

Nombre: Mario Alberto Geller

País: Argentina

Ciudad: Buenos Aires

Fecha de nacimiento: 22 de Diciembre de 1958

Estudios cursados: Análisis de
sistemas

Profesión: Analista

E-Mail:

Datos de la monografía:

País: Argentina

Ciudad: Buenos Aires

Fecha de la monografía: Marzo de 2008

Partes: 1, 2, 3
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