"A duras batallas me mandó el Señor",
escribió Seth en el Sánscrito; y lo cantan, pero lo
practican al revés todas las religiones, por las que, los
hombres entendido las batallas de destrucción, que unas a
otras religiones,
unas a otras naciones y unos a otros hombres se hacen por los
errores que todos y todas ven en los otros; porque ninguno ve sus
jorobas y porque ninguno quiere ver la viga en su ojo y las
imperfecciones.
Pedir la perfección en la materia, es
ignorar lo rudimentario de la sabiduría, que es saber que,
eternamente, la materia es perfectible.
Los que se han parapetado tras del escudo de la
perfección es porque son cobardes y maliciosos e
hipócritas; pues haciendo de sus dogmas un ser material
perfecto al que se le tiene por mira y ejemplo, es eludirse de la
ley de
perfección perfectible; porque cuando se les achaca su
imperfección exclaman: "que ante el Dios justo,
omnipotente y misericordioso, suple su imperfección, la
perfección y el sacrificio de su divino Hijo, el divino
Maestro"… ¡Farsantes…!
¡Cobardes…! ¡Hipócritas…! Sois
dignos de que ese a quien ultrajáis con tantos divinos,
que te trate como trató a escribas y fariseos, cuando
cerraron las puertas de la Sinagoga. Sí, "sois sepulcros
blanqueados llenos de inmundos gusanos; caverna de bichos
venenosos; majada de puercos inmundos; caterva vil de esclavos
encadenados que no merecéis la libertad,
porque ésta no se da de gracia; se gana, se conquista con
el valor, con
el trabajo,
con la sabiduría, con la justicia de
los hechos, con el amor,
porque todo esto demuestra vuestra fe por la obras, que es fe
viva; toda otra fe es muerta, "como es muerto el cuerpo sin el
espíritu", como dejó sentado el apóstol de
España
Santiago, cuyo espíritu es el mismo que vivió en
Seth, cuyas primeras palabras del capítulo fueron las
primeras del Sánscrito, en las que en las que le advierte
al mundo de la gran batalla que venía a dar con fuego de
amor, el que
ha de consumir a todos los hombres por el que cada día se
perfeccionarán, sin llegar a la perfección real y
absoluta, porque ésta es solamente de aquel ante cuyo
nombre se inclina el
Universo.
No huyáis, no, por el chasquido del
látigo, porque desde el alto centro de las vibraciones
donde se mueve lo hondo del progreso infinito, se recibe la savia
de la fortaleza, porque ya es hora de despertar del letargo;
porque ya es hora de sacar de las cuevas los reptiles y bichos
venenosos y pestilentes; porque ya es hora de sanear los
sepulcros y desterrar la muerte que
allí tuvo su centro y poderío; porque hasta aquel alto centro
llegó la voz del profeta, preguntando al Padre:
¿Hasta cuándo? ¿Hasta cuándo la
injusticia estará entre los hombres, que de un tronco
hacen un Dios? Y el mismo profeta recibe la contestación,
señalándole el tiempo de la
renovación de la faz tierra, para
lo cual, a grandes voces, llama a Jacob, diciéndole:
"Levántate y vé a aquellas islas apartadas, que aun
no oyeron de mí". "Y yo te libraré de las olas que
querrán cubrir cuado pasarás el mar
(profecía cumplida salvándose de una ola en viaje
de España a Argentina); y cuando estarás en tu
puesto, aparecerán las nuevas tierras, los nuevos cielos y
el nuevo sol y sabrán los hombres, que fuera de mí,
no hay otro Dios". Y señala una gran batallas cual los
hombres no han visto igual, donde la sangre de los
hombre colorea
los ríos y llega a la boca de los caballo; y llama a los
cuervos, los lobos y otras fieras a comer carne de hombre, de
capitanes y de reyes. "Porque todo lo que te estorbe será
quitado, promete y jura solemnemente el que habla a
Isaías.
Y bien: ¿Han visto los hombres otra batalla
más terrible y tortuosa en cantidad y calidad de odios
y medios de
destrucción que la que hoy presencia el mundo? ¿No
se inunda lo que nunca se inundó? ¿No tiembla
la tierra en
todas los continentes y todos los días, de un siglo
acá, o sea desde abril de 1912? Año en que se
celebró el "Juicio Final" ¿No está sufriendo
toda la tierra las plagas más terribles y los hombres de
gobierno no
encuentran solución a ningún problema, como no sea
la guerra?
Pensar que todo eso sea otra cosa que el cumplimiento de
lo prometido a Jacob por Isaías, es mostrarse fuera de la
ley; es ignorancia responsable, que hace reos de pena y cargos a
los negadores de la ley; por lo que ésta se muestra en todo
su rigor, para que los hombres se desfoguen y por el dolor, por
el malestar y por la agonía, despierten de su letargo y
quiten las causas de tanto mal, que en resumen es la ignorancia
del universo, el
desconocimiento punible de lo que es ser hombre; y ya esto, no
quiere y no puede tolerarlo más la ley, porque se han
llegado "El tiempo, los tiempos y la mitad del tiempo"
representados en 36 siglos que marca precisos el
testamento de Abraham y que se ha mantenido en secreto, porque la
religión,
causa de los efectos desastrosos de la ignorancia, odios y
guerras
fraticidas, si hubiera podido saber con fecha fija su muerte (se
refiere a la moribunda religión católica), no
habría dejado un solo hombre sin sacrificar y la tierra,
al no poder absorber tanta sangre, hubiera tenido que hacer una
gran erupción antes de tiempo, y la ley no pude
equivocarse, ni tampoco ser vencida. Por lo que todo se
cumplió en cada evolución a su minuto justo y exacto; hasta
el milenario del reinado de la bestia y el dragón del
Apocalipsis que ahora está encadenado y agoniza sobre
cadáveres y sangre de hombres, cual vivió y
nació. Díganlo los hombres con toda conciencia… Paz en la tumba.
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