Primera
Parte
El comienzo del año lectivo de 1994, resulta
adecuado para reiterar una temática que es la de la
necesidad de la continuación de los estudios
después de la finalización del ciclo secundario o
medio. Para contribuir con esta trascendental cuestión,
van las consideraciones que siguen.
No es una novedad afirmar, que la instrucción
recibida, aumenta las posibilidades de progreso en una persona. Esta es
una de esas premisas sobre las que existe acuerdo
generalizado.
En los tiempos que corren caracterizado por un mundo
cambiante, interdependiente y conflictivo, la educación se
transforma en un imperativo. No instruirse es casi un pasaporte a
la marginalidad. Los
escudriñadores de los tiempos futuros predicen que vamos
hacia una sociedad en la
que el
conocimiento y la información son los
protagonistas.
Estas características de un futuro, que se esta
confundiendo con el presente, introducen un cambio, en las
anteriores concepciones sobre la educación.
Hasta hace unos pocos años, el grado de
instrucción recibida prácticamente servía
para transcurrir por la vida, dependiendo de las posibilidades
del grado de instrucción alcanzado. En la actualidad, la
educación no se circunscribe a una determinada etapa de la
vida.
Cobra rápidamente vigencia el concepto de
EDUCACIÓN PERMANENTE, que entiende toda la vida como un
proceso
educativo. Esto supone cambios substantivos en las modalidades
educativas.
En las consideraciones precedentes, hemos querido
condensar conceptos destinados a partir de la premisa de la
necesidad imperiosa de convencerse, que la educación es un
proceso permanente.
Es decir, partiendo de la base de que estas
consideraciones van dirigidas a estudiantes que están en
los tramos superiores de la enseñanza media, lo que queremos
explicitar, es que si se ha alcanzado ese nivel de
instrucción, no puede dejarse de seguir
capacitándose so pena de minimizar las posibilidades de
progreso personal.
Nos adelantamos a expresar que ni el sitio de
residencia, ni los niveles socioeconómicos, ni las
condiciones psicofísicas pueden ser LIMITANTES, si hay una
firme voluntad y una persuasión de que la educación
es progreso.
Una vez descartada, la posibilidad de no seguir
estudiando vamos a adentrarnos acerca de QUE disciplinas o
habilidades estudiar y DONDE hacerlo.
En este punto nos adentramos en la crucial
Decisión, acerca de la disciplina,
carrera o especialización a escoger.
Pensemos que se trata de tomar una de las decisiones
más importantes de la vida, que debe tomarse en PLENA
ADOLESCENCIA.
Es conveniente, que esta decisión cuente con un
asesoramiento especializado, que sólo pueden brindarlo
psicólogos o
Psicopedagogos. Lamentablemente, esta ORIENTACIÓN
VOCACIONAL
no está al alcance de la mayoría de
los jóvenes en trance de escoger la "primera" carrera
terciaria o universitaria. Por lo tanto, como la vida
continúa y la decisión, debe tomarse AHORA el joven
debe tomar la decisión acudiendo a su propia
meditación, a la ayuda de sus familiares, amigos y
docentes.
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