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La relación de la política y la economía en las etapas de construcción del Socialismo en Cuba (página 3)



Partes: 1, 2, 3

En efecto la industria en
Cuba se
caracterizaba por su alto índice de insumos importados,
síntoma de su poca integración nacional. Hacia 1962 el
índice que se mostraba por ramas era el
siguiente:

  • Petróleo refinado 79%
  • Química 58%
  • Metalurgia 44%
  • Minería 40%
  • Textil 22%
  • Energía Eléctrica 21%
  • Construcción 12%
  • Materiales de Construcción 11%
  • Alimentos 8%
  • Azúcar 4%

Al analizar los errores de estos años en el campo
de la industrialización, el Comandante Ernesto Guevara
señaló: "fundamentalmente estos errores se
derivan de una concepción poco precisa en las
características tecnológicas y económicas
que deberían poseer muchas de las nuevas
capacidades"

Puede afirmarse que la aplicación de la estrategia de
desarrollo
basada en la industrialización acelerada del país,
la diversificación agrícola y la sustitución
creciente de importaciones
incumplió los objetivos
trazados por ella en esta etapa, a causa, en lo fundamental, del
desconocimiento de las relaciones intersectoriales básicas
de la economía cubana y muy en especial de su
alto grado de vulnerabilidad externa, el cual imponía
serias restricciones a cualquier cambio de la
estructura
productiva del país a corto plazo. Debemos agregar que la
sustitución de importaciones que podía esperarse en
estas condiciones, era prácticamente nula.

La aplicación de la estrategia para el desarrollo
puesta en práctica en este período mostró
que a pesar de los esfuerzos realizados y la ayuda recibida, no
era posible la modificación de la estructura productiva
del país con tanta rapidez.

La situación que enfrentaba la economía
cubana en 1963 evidenciaba los obstáculos que
suponía la dependencia del país y llevó a
considerar la estrategia de desarrollo
económico aplicada hasta entonces.
Simultáneamente, la economía sufría un agudo
déficit de fuerza de
trabajo
calificada, sobre todo en la industria, y comenzaba a escasear la
fuerza de trabajo no calificada en la agricultura,
dado el éxodo que tuvo lugar del campo a la
ciudad.

A su vez, el crecimiento de la propiedad
estatal en los restantes sectores, privó de sus bases
económicas a las antiguas clases explotadoras que
subsistían en el país, reduciéndose al
mínimo su poder. Por
otro lado, la
organización estatal y el sistema de
dirección económica avanzaron
significativamente en esta etapa.

En realidad, la estructura del aparato estatal
había crecido considerablemente entre 1961 y 1968,
abarcando a todas las esferas de la economía. No obstante,
la política
económica aplicada en esos años
reflejaría determinadas insuficiencias que
impedirían lograr una adecuada interpretación de las modalidades de
actuación de las leyes
económicas objetivas que regían en esta etapa. En
este contexto la política
económica aplicada por la Revolución
revelaría la búsqueda de mecanismos
económicos más apropiados, teniendo en cuenta por
un lado, la experiencia de los países socialistas y por
otro; la necesidad de interpretar correctamente nuestras
particularidades en el proceso de
construcción de la nueva sociedad.

A todo esto debe agregarse que el papel determinante en
la creación de las premisas favorables para la
elaboración de una nueva estrategia de desarrollo
económico, correspondió al cambio operado en las
relaciones económicas internacionales del
país.

Los primeros pasos para modificar la estrategia de
desarrollo se aprecian ya a principios de
1964 cuando se formulan los objetivos del plan hasta 1965,
situando como un propósito fundamental del mismo el
incremento de la producción agropecuaria, la
expansión y diversificación de las exportaciones
así como la creación de las bases para la
industrialización acelerada que debería producirse
entre 1966 y 1970.

Los objetivos de la nueva estrategia de desarrollo que
se adopta en esta etapa concebían la utilización
como pivote de desarrollo de la estructura económica
monoproductora y monoexportadora de azúcar
de caña que había heredado la Revolución y
que hasta 1963 no pudo modificarse.

Las vías para alcanzar los objetivos propuestos
consistían en desarrollar aquellas ramas cuya
producción maximizara las posibilidades de ingresos por
exportaciones. En ese sentido, según investigaciones,
se demostró que las bases principales sobre las que se
apoyaría el desarrollo del país estaban dadas
"por los renglones de la producción azucarera, la
ganadería
y la producción de alimentos"
.

No obstante, en la adopción
de la estrategia de desarrollo económico acordado a partir
de 1964, también era preciso prevenir los diversos
obstáculos que podían presentarse para su
aplicación práctica. Lo que determinaba el papel de
la estrategia de desarrollo era con los recursos
disponibles con que contaba el país en 1963, solo el
sector agropecuario podía brindar los medios de
acumulación necesarios para la creación de
condiciones que permitieran más tarde la
industrialización del país. La nueva
concepción estratégica del desarrollo
económico se plasmó en el proyecto a
mediano plazo que se elaboró para las diferentes ramas de
la economía nacional.

Un modelo que
comprendía una compatibilización ulterior mediante
un plan quinquenal que eliminara las posibles desproporciones de
esta primera versión, e integrara en el análisis de todos los aspectos generales
que tenían que ver con el desenvolvimiento de la
economía nacional. Sin embargo, esta premisa decisiva para
la aplicación exitosa de la estrategia de desarrollo
trazada no logró cumplimentarse. En ese punto, resulta
indispensable examinar la política económica
aplicada durante el período desde 1966 a 1970. Durante
esos años se llegó a determinadas conclusiones
acerca de la actuación de las leyes económicas en
nuestro país, que pueden sintetizarse en que se
consideró la no vigencia de las relaciones
monetario-mercantiles. La política económica
afectó negativamente el funcionamiento del sistema de
dirección de la economía, incluyendo los
subsistemas de planificación, finanzas,
gestión
y estímulo. Al mismo tiempo, los
errores cometidos repercutirían también en la
aplicación de la estrategia de desarrollo económico
adoptada, retardando el cumplimiento de los objetivos
trazados.

Los estudios emprendidos para solucionar estos problemas
trajeron como consecuencia que entre 1965 y 1966 se realizaran
importantes cambios en la estructura del aparato estatal y en el
sistema de dirección económica del país,
para lo cual se creó una Comisión de Organización Económica. Los cambios
efectuados se centraron en la necesidad de simplificar las
relaciones entre las empresas
estatales, partiendo de que era posible eliminar las relaciones
mercantiles entre ellas. Se estableció entonces una forma
de dirección que se apartaba tanto del cálculo
económico, que era aplicado generalmente en los
países socialistas, como del sistema de financiamiento
presupuestario que había comenzado a ensayarse en Cuba,
acompañado por un nuevo sistema de registro
económico, que fue precedido por la erradicación de
las formas mercantiles y la supresión de cobros y pagos
entre las unidades del sector estatal. Como consecuencia de las
medidas adoptadas, se produjeron serias afectaciones en el trabajo de
planificación. Realmente los planes anuales comenzaban a
basarse casi exclusivamente en un sistema de balances materiales en
unidades físicas, eliminándose categorías
tales como las finanzas y los costos.

En general la ausencia de una planificación
más efectiva durante estos años, coadyuvó a
que se engendraran desproporciones en el proceso de reproducción que afectaron el cumplimiento
exitoso de la estrategia de desarrollo trazada y dificultaron la
valoración objetiva de los obstáculos que
entorpecieron su aplicación adecuada.

En general, en el período que va desde 1965 a
1970, si bien existió una estrategia de desarrollo
básicamente correcta, la misma no logró aplicarse
con éxito a
partir de los errores cometidos en su implementación, los
cuales repercutieron negativamente, a su vez en el sistema de
dirección de la economía. La experiencia cubana
demuestra la importancia de una adecuada política
económica basada en la interpretación certera de
las leyes económicas objetivas para el cumplimiento
adecuado de los objetivos planteados en el programa de
desarrollo del país. El desarrollo de la economía
requería en primer lugar, resolver el problema de la
acumulación de forma acertada. Para ello era preciso
destinar una porción considerable del PIB disponible
a estos fines. La tasa de acumulación en estos años
alcanzó altos niveles con respecto a años
anteriores.

ANEXOS

(ANEXO 1)

En cuanto a las concepciones sobre el programa de
desarrollo a aplicar en el período 1971-1975, el modelo se
planteaba varios objetivos para el desarrollo económico
del país. En primer lugar se proponía asegurar
volúmenes crecientes de la producción azucarera,
como principal fondo exportable. En segundo lugar, el
aprovechamiento de las posibilidades de desarrollo del sector
agropecuario no azucarero, sin incrementar significativamente los
recursos importados con destino a este sector, sino
principalmente mediante el aumento en la eficiencia del
uso de los recursos disponibles.

El período que comprende 1971-1975 puede
considerarse como un período de recuperación
económica en el cual, no sólo se dieron pasos de
importancia para el restablecimiento de las proporciones
indispensables del proceso de reproducción de la
economía cubana, sino que también se propiciaron
cambios institucionales y políticos que permitieron una
mejoría en el sistema de dirección económica
con relación al quinquenio anterior, creándose las
bases para su reestructuración a fondo a partir de
1976.

Durante ese quinquenio se logró una mayor
relación entre la estrategia de desarrollo y la
política económica, lo cual se reflejó en
los cambios positivos operados en el sistema de dirección
de la economía.

  1. Epígrafe 2.3 Estrategia de desarrollo
    económico en el período
    1976-1985

El Primer Congreso del Partido Comunista de Cuba
celebrado en diciembre de 1975 marcó el punto culminante
de la primera etapa de la construcción del Socialismo en el
país y dio inicio a la segunda fase de este proceso
histórico. Este evento efectuó un balance de la
obra de la Revolución desde 1959 hasta 1975, analizando
los resultados del desarrollo económico del país.
Se definió además el contenido de la
política económica y la estrategia de desarrollo en
el quinquenio de 1976-1980, trazando las directivas principales
del Primer Plan Quinquenal para el Desarrollo Social
de Cuba entre 1976-1980, y aprobó la implantación
de un nuevo sistema de dirección económica, como
parte del proceso de institucionalización del Estado.

Con la industrialización del país, como
objetivo de la
estrategia de desarrollo económico a partir de 1976, se
tuvo en cuenta un conjunto de factores: el volumen creciente
de medios de acumulación, a partir del desarrollo
ascendente y estable de la producción azucarera y de otros
rubros exportables, como fuentes de
financiamiento externo del país; el crecimiento de la
productividad
del trabajo y de la eficiencia de la producción social, y
la colaboración económica de los países
socialistas miembros del CAME y en especial, de la URSS.

(ANEXO 2)

Para el cumplimiento de los objetivos anteriores, se
planteó un amplio plan de medidas que contemplaba la
necesidad de elevar la capacitación y calificación de la
fuerza de trabajo, prestar especial atención al incremento de la productividad
del trabajo y orientar la fuerza de trabajo hacia los sectores
priorizados, entre otras. Los objetivos a alcanzar se
sintetizaban planificadamente en una tasa media de incremento
para el período 1976-1980, equivalente al 6%, lo cual
posibilitaría llegar a un 34% de incremento en 5
años.

Desde 1976, se presentaron factores adversos al
desarrollo de la economía cubana. Al analizar las
dificultades en la evolución de la economía cubana en
1976-1980 deben tomarse en cuenta, en primer lugar, el deterioro
de las relaciones económicas internacionales producidas en
estos años.

Las relaciones comerciales con los países
capitalistas representaban un 40.5% del intercambio total en
1975, y las divisas
libremente convertibles indispensables para ello se
obtenían, básicamente producto de la
venta de
azúcar en el mercado
mundial.

La política económica aplicada
intentaría una interpretación más adecuada
de la actuación de la ley del valor y de su
interrelación con la ley del desarrollo económico.
Para cumplir los objetivos estratégicos se hacía
necesario luchar por una gestión económica
más eficiente. En este período el centro de la
polémica se basaba en le perfeccionamiento de la
política económica, a través de eventos que
expresaban muchas deficiencias, pero sin embargo no se
percibía la magnitud de los errores cometidos, ni sus
posibles implicaciones políticas.

Hacia el quinquenio de 1976-1980 el proceso de
implantación del nuevo sistema de dirección de la
economía no se suponía exento de dificultades. Se
trataba de una tarea compleja, ya que no se podía copiar
mecánicamente la experiencia de otros países
socialistas, tomando en cuenta no sólo las diferencias en
los niveles de desarrollo alcanzados, sino también las
especificidades del proceso de la construcción del
Socialismo en Cuba. En este quinquenio es donde se aprueba la
implantación del SDPE basado en el cálculo
económico, el cual se venía aplicando en todos los
países socialistas europeos y que debía adaptarse a
las condiciones de Cuba. Dicho sistema se aprueba primeramente en
el histórico I Congreso del PCC, pronunciándose de
la siguiente manera: "El Sistema de Dirección de la
Economía debe fundamentarse en las leyes económicas
objetivas que actúan en la etapa de construcción
del Socialismo y dentro de estas, tener en cuenta la vigencia de
la ley del valor y de las relaciones monetario- mercantiles
"

El SDPE contenía un conjunto de principios,
subsistemas, métodos y
procedimientos
a partir de los cuales se debía realizar la
planificación, gestión y control de las
actividades económicas. Consideraba a la
planificación como el eslabón principal que
abarcaba todos los procesos,
reconocía la acción
de la ley del valor en las condiciones del Socialismo y por ende
la necesidad de relaciones monetario-mercantiles entre las
empresas, la necesidad de funcionamiento del dinero, los
precios, las
finanzas, el presupuesto, los
impuestos, los
créditos, los intereses y demás
categorías mercantiles así como el otorgamiento de
determinada autonomía en el uso y manejo de los recursos
aunque la idea del Estado como representante de la propiedad
social y como administrador
permanecía en lo esencial.

Suponía la combinación armónica de
los métodos administrativos con los económicos, el
vínculo racional entre centralizacióndescentralización así como el papel
dirigente de todo el proceso por parte del partido y el basamento
central era el mantenimiento
y desarrollo de la propiedad social básicamente estatal
sobre los medios de producción en su casi
totalidad.

El objetivo fundamental del sistema era el logro de la
eficiencia económica la cual se enfocó en el logro
de la rentabilidad
de las empresas aunque se incluía posibilidad y necesidad
de mantener empresas funcionando aunque no fuesen rentables, a
partir del criterio de la necesidad social de sus producciones En
la resolución económica sobre el sistema de
dirección y planificación de la economía se
destacaba que el sistema debía tratar de:

  • Conjugar el interés
    general con el particular
  • Lograr la máxima eficiencia mediante el uso
    más racional de todos los recursos
  • Estimular la diversificación de las
    exportaciones y el aprovechamiento de oportunidades de
    sustitución de importaciones
  • Conjugar la necesaria centralización de las
    decisiones principales con la máxima
    participación de los trabajadores.
  • Establecer mecanismos que aseguraran la necesaria
    disciplina
    del trabajo para el constante aumento de la productividad y
    estimular la calidad.
  • Establecer la adecuada correlación entre
    estímulos materiales y morales

Por su parte, durante esta etapa se produce una mejora
en la posición relativa del comercio exterior
cubano, teniendo en cuenta la tendencia negativa por la que
atraviesan las relaciones económicas internacionales con
el mundo capitalista. El intercambio con los países
capitalistas se reduce del 40.5% del total en 1975 a un 26.6% en
1980, lográndose un saldo positivo en la balanza
comercial con estos países, dado que los suministros
se recibían fundamentalmente del campo
socialista.

Un análisis del quinquenio 1976-1980 permite
arribar a ciertas conclusiones generales. En primer lugar las
limitaciones objetivas y las deficiencias de carácter subjetivo en la aplicación
de la estrategia de desarrollo aprobada por le Primer Congreso
del PCC, que situaba la industrialización del país
como el centro de la misma. En segundo lugar, la coyuntura
económica internacional desfavorable y los factores
naturales adversos fueron las causas fundamentales de las
dificultades que impidieron alcanzar los niveles planificados en
el desarrollo económicos del país en este
quinquenio.

Por último, la aplicación del nuevo SDPE
permitió profundizar en las dificultades subjetivas de
carácter interno, creando ciertas condiciones para una
mayor eficiencia en la producción social.

Durante el quinquenio de 1981-1985 la política de
industrialización continuó en el centro de la
estrategia de desarrollo económico del país.
Consecuentemente, los objetivos a alcanzar en le plan quinquenal
se enmarcaron en esa perspectiva.

Cabe señalarse que la elaboración del plan
1981-1985 se llevó a cabo bajo condiciones más
favorables, que las que pudo lograrse para el plan quinquenal
precedente.

La confección del Plan de Desarrollo para la
Economía en 1981-1985 se elaboró junto a la
Estrategia de Desarrollo Económico y Social Perspectivo
hasta el año 2 000.

Como parte de ese proceso, en el Segundo Congreso del
PCC se plantearon los objetivos fundamentales para el desarrollo
económico del país en ese período: "El
objetivo económico y social del país es culminar la
construcción de la base técnica-material del
Socialismo mediante la industrialización socialista y la
elevación sostenida de la eficiencia de la
producción social. Se debe también elevar la
cooperación y la integración
económica, tanto internas como externas, la
satisfacción creciente de las necesidades materiales y
espirituales del pueblo y la formación integral del
hombre"
.

La estrategia de desarrollo económico para el
quinquenio 1981-1985 quedó plasmada en un plan quinquenal
elaborado con un nivel superior de calidad, aunque no exento de
deficiencias. La implantación exitosa de la estrategia de
desarrollo basada en la industrialización del país
también dependería esencialmente de la
política económica a aplicar, política que
se concentró en la lucha por una gestión más
eficiente. El perfeccionamiento de la política
económica durante esta etapa suponía además,
el adecuado desarrollo del subsistema de
gestión.

Este plan quinquenal presentó como
característica más importante una fuerte tendencia
al desarrollo de las exportaciones y a la sustitución de
importaciones, tratando de disminuir la dependencia del exterior.
Se propuso dar respuesta creciente a las necesidades del pueblo,
y sus objetivos fundamentales a alcanzar fueron:

  1. Avanzar firmemente en el proceso de
    industrialización socialista.
  2. Orientar adecuadamente las inversiones
    básicas.
  3. Fortalecer y extender el movimiento
    cooperativista en el campo.
  4. Profundizar la
    educación multilateral del pueblo.
  5. Consolidar el SDPE.
  6. Impulsar la organización del trabajo y los
    salarios.
  7. Lograr un mayor nivel de eficiencia
    económica.
  8. Aplicar la política de ahorro
    basada en normas.
  9. Ampliar las relaciones económicas
    internacionales.
  10. Continuar elevando el nivel de vida del
    pueblo.
  11. Consolidar las instituciones de la sociedad.

Desde el punto de vista del desarrollo de la
política económica durante el quinquenio 1981-1985
deben considerarse igualmente las diferentes medidas adoptadas
con vista a rebasar las insuficiencias de planificación
como elemento central del SDPE. Para ello se constituyeron
programas de
medidas del PCC y el Gobierno para
asegurar los Objetivos Económicos y Sociales de los
años 1983 y 1984. De igual forma se constituyó el
Grupo Central
Estatal encargado de dar cumplimiento a las medidas
adoptadas.

A su vez la política económica llevada
adelante en este período se orientó a la
búsqueda de una mayor efectividad en los mecanismos de
planificación y la definición de prioridades
adecuadas para hacer frente al desbalance financiero externo que
enfrentó el país en estos años.

Sin embargo la coyuntura económica internacional
capitalista resultó altamente desfavorable en esta etapa.
Entre 1980 y 1982 se desató una crisis
económica, a cuyas consecuencias negativas se
añadió el recrudecimiento del bloqueo
económico norteamericano y la caída del precio del
azúcar, lo que provocó serias dificultades
financieras externas.

Como producto de estas presiones y en medio de un
proceso de retraimiento generalizado del mercado financiero,
asociado a la crisis económica solo entre 1981 y agosto de
1982 se produjo una retirada neta de fondos de préstamos
de depósitos bancarios en Cuba por el equivalente de 470
millones de pesos.

En estas condiciones el Banco Nacional de
Cuba solicitó la reestructuración del 36% de la
deuda externa
en divisas libremente convertibles a mediano plazo, en 1982. La
solidez y capacidad de pago de la economía cubana fue
puesta a prueba. El proceso de renegociación de los pagos
correspondientes a 1983 transcurrió, a pesar de algunas
dificultades, con resultados satisfactorios.

A nivel empresarial, se manifestaron serias
dificultades, al violarse el principio de distribución con arreglo al trabajo, a
partir del establecimiento de normas laborales excesivamente
bajas, con el consecuente pago por encima de lo considerable como
socialmente necesario.

No obstante, puede decirse que esta política
adoleció de serias deficiencias, a partir de la falta de
la necesaria integralidad entre los elementos puramente
económicos de la misma y sus componentes de orden
político-social.

Un elemento a destacar es la insuficiente
planificación de las inversiones, que se reflejaron en el
hecho de que entre 1975 y 1984 el 28% de las mismas
permaneció en proceso, alcanzando este índice el
34% en el sector industrial.

En el sistema
financiero también se reflejaron insuficiencias y
desbalances. Durante la mayor parte del quinquenio el presupuesto
siguió siendo un instrumento pasivo, no regulador sino
propiciador del gasto y los consumos sociales indebidos,
desvinculados de los aspectos materiales del plan y poco severo
con las empresas en cuanto a sus aportes al Estado. Tampoco el
sistema de precios estuvo exento de dificultades motivadas por la
deficiente fuente informativa a la hora de su conformación
y por problemas en su base de cálculo, entre otros
factores.

En este período estarían presentes
también un conjunto de limitaciones de carácter
objetivas y subjetivas para la aplicación del
cálculo económico que harían más
difícil la gestión de las empresas. A ello se suma
una gran inestabilidad en el sistema empresarial, predominando la
atomización de las empresas; la excesiva
centralización en la organización de los
abastecimientos y la falta de una autonomía
empresarial.

A partir de estas realidades y a pesar de avances
parciales obtenidos durante estos años en cuanto al
sistema de estimulación en la economía cubana, en
el III Congreso del PCC se concluyó que: "se
avanzó algo en cuanto a los mecanismos de estímulo,
pero en forma disgregada, y no como un sistema, y no siempre
constituyeron una real palanca económica
".

Una visión burocrática de los procesos de
dirección social asociado a los errores conceptuales,
conduciría finalmente a pretender que el sistema de
dirección de la economía podría resolver
todos los problemas del desarrollo del país, lo que
provocó sensibles descuidos del trabajo político
ideológico.

Se iniciaría entonces un proceso de
rectificación de errores y tendencias negativas, una nueva
etapa en la política económica de la Revolución
Cubana, llamada a superar las deficiencias advertidas y
asegurar el desarrollo integral de la sociedad. Se fue a la
búsqueda del necesario equilibrio en
el proceso de desarrollo entre los factores puramente
económicos y político-sociales.

Desde el punto de vista de la política
económica, se iniciaría una etapa relativamente
prolongada de eliminación de las deformaciones
pronunciadas en los mecanismos económicos vigentes, sin
descartar lo que fuera utilizable en el sistema del
cálculo económico.

No obstante, a pesar de estas favorables circunstancias
la economía cubana creció notablemente durante el
quinquenio 1981-1985, aunque no logró el crecimiento
proporcional que se demandaba para asegurar un desempeño adecuado. De tal forma se
resumía: "El problema esencial de la economía
del país en el quinquenio de 1981-1985 radicó en
que, aunque tuvimos un crecimiento más que aceptable, fue
insuficiente donde más lo requeríamos, o sea, en la
exportación de bienes y
servicios y en
la sustitución de exportaciones
"

(ANEXO 3)

  1. Epígrafe 2.4 Estrategia de desarrollo
    económico en el período
    1986-2006

En el trienio 1986-1988 la economía cubana se
enfrentó a serias dificultades asociadas al desarrollo
económico y social, a partir de las limitaciones
económicas internas ya examinadas, pero sobre todo debido
a la negativa situación internacional. Dichas dificultades
llevaron a que se calificara el 1987 como el año
más difícil de la Revolución desde el punto
de vista económico en este trienio, pues el crecimiento
del PSG, el saldo de la balanza comercial y la imposibilidad de
recibir crédito
externo arrojaron resultados negativos, dentro de este
período. Estos elementos trajeron como consecuencia
que Cuba acudiera a un proceso de renegociación de la
deuda, el cual fue denegado por el Club de París,
principal acreedor de Cuba.

A su vez se produjo la congelación de
préstamos, lo cual llevó a la necesidad de
renegociar los créditos a corto plazo para el comercio
corriente desde mediados de 1986. Otro factor que cabe destacar
fue la elevación de la deuda externa, provocada por la
modificación de la tasa de cambio del dólar por
peso de 1.21 en 1986 a 1.00 desde 1987, de igual forma los
movimientos en la tasa de cambio el dólar en
relación a otras monedas libremente convertibles motivaron
un crecimiento de la deuda externa cubana.

Estos resultados estuvieron motivados especialmente por
la tendencia decreciente de la productividad del trabajo y de la
eficacia de la
utilización de los recursos productivos y otros factores
externos asociados a la economía cubana, entre ellos la
caída del precio del petróleo y otros productos
cubanos, que afectó los ingresos por reexportación
a partir de1986, y la depreciación del dólar, que
elevó la cotización de las monedas libremente
convertibles con que opera Cuba, encareciendo las importaciones
del país elevando el nivel de endeudamiento en tales
condiciones. La modificación en la política
económica estuvo encaminada al desarrollo de la
agricultura sobre la base de aprovechar los adelantos
científico-técnicos.

En este período se priorizó el desarrollo
del turismo y la
biotecnología con el objetivo de procurar
una rápida extensión de los ingresos en divisas.
Además se eliminó el mercado libre campesino en
mayo de 1986.

En la industria el objetivo estaba dado en la
terminación de los proyectos
iniciados. La no culminación de las inversiones
sería en esta etapa el problema fundamental a lo cual
llamó a la reflexión el 4to. Congreso del PCC.
Las pérdidas asociadas a las condiciones
climáticas del país, fue otro factor que
provocó una disminución total de los ingresos en
divisas por 600 millones de pesos en tan solo un año,
frente a una necesidad mínima estimada en 1600 millones de
importaciones en MLC.

Hasta 1987 la economía cubana muestra una clara
contracción y se inicia una modesta recuperación en
1988, alcanzando niveles muy cercanos a los de 1985. Los
resultados económicos se expresan a
continuación:

  • La producción azucarera se recupera con una
    zafra de 7.8 millones de Ton de azúcar en
    1988.
  • Las exportaciones se incrementaron en 145 %,
    disminuyendo en un 10.5% hacia los países
    socialistas.
  • Las importaciones en MLC, se contraen en un 24.6 de
    1985 a 1988 y se sitúan en un nivel equivalente al 59.6%
    de las necesidades mínimas estimadas.
  • Las importaciones procedentes de los países
    socialistas se redujeron en un 1.4%
  • El desarrollo del turismo compensó
    parcialmente el desbalance comercial externo; de 100.4 millones
    de pesos de ingreso en divisas durante 1985, pasó a
    152.9 millones en 1988.

De forma general, la estrategia de desarrollo aplicada
de 1986 a 1988, puede decirse que se dirigió a rectificar
los errores cometidos en el período anterior y a la
búsqueda de soluciones a
la difícil situación financiera que atraviesa la
economía cubana. Sin embargo se desarrolló una
importante estrategia en torno al turismo
a la biotecnología como fuentes
capaces de generar ingresos en divisas. En 1989 Cuba realizaba
alrededor del 80% de su intercambio comercial con los
países el campo socialista y en especial la URSS que
además eran nuestra principal fuente de financiamiento y
suministros de tecnologías e insumos para la
industria.

Sin embargo, este mismo año se produce el
derrumbe del campo socialista en Europa del Este y
la URSS, provocando la crisis más aguda de la etapa
revolucionaria en Cuba. A esto se sumó el recrudecimiento
del bloqueo económico impuesto por los
Estados
Unidos.

Se da inicio entonces a una nueva etapa dentro del
panorama económico, político y social del
país denominado Período Especial. En los
años 90 el derrumbe del Socialismo europeo y en particular
de la URRS, provocaron graves y cruciales alteraciones en las
condiciones a partir de las cuales se desarrollaba
económica y socialmente la sociedad cubana hasta finales
de la década del 80.

Entre 1990 y 1991 la capacidad de compra del país
se vio disminuida drásticamente en más de la mitad,
se perdieron las ¾ partes de los mercados
tradicionales, las condiciones justas en que se efectuaban las
relaciones comerciales con le campo socialista en los marcos del
CAME, precios preferenciales, créditos blandos; los
principales abastecedores de suministros y las fuentes de
financiamiento externo, y se rompieron bruscamente las relaciones
de integración económica que apoyaban la estrategia
cubana de desarrollo socioeconómico, establecidas a lo
largo de más de 30 años con esos
países.

Estas afectaciones, que si bien influían
negativamente en la economía no eran determinantes debido
al apoyo establecido por el antiguo campo socialista se potencian
a partir de su desaparición, con lo que Cuba quedó
a expensas de las inestables condiciones y reglas de juego que
rigen en las relaciones económicas internacionales
dominadas por el Capitalismo.

Estas circunstancias agravan aun más los ya
serios problemas financieros externos en Moneda Libremente
Convertible que el país enfrentaba. Toda esta
situación repercute en una abrupta contracción de
la economía nacional, ciertamente dependiente del sector
externo. La misma ya en 1992 muestra una reducción en
comparación con 1989 del 70% en el valor de su intercambio
comercial total, 71,5% en las importaciones y 67% en las
exportaciones, y del PIB en casi un 24%, con una
utilización de la capacidad industrial instalada en un
rango de un 25% a un 30%.

Como resultado de lo anterior en 1993, con
relación a 1992 disminuyó el valor del comercio
total en un 23% y la utilización de la capacidad
industrial instalada representó aproximadamente un 15% con
momentos sumamente graves como fue en julio y agosto cuando tuvo
alrededor de un 10%.

La interacción de todos estos factores que
muestran el comportamiento
del PIB, las inversiones, el intercambio comercial total y la
capacidad de compra de Cuba, a partir de los ingresos brutos que
obtiene ha creado una difícil situación en la
economía. Si bien desde 1994 presenta síntomas de
recuperación, se ha visto reducida prácticamente a
la mitad de la que tenia al comenzar el periodo especial, sino
también sus condiciones de funcionamiento son totalmente
distintas a las que prevalecían hasta este
momento.

Los efectos inmediatos de esta situación se
reflejarían en el sector externo dado el carácter
abierto de la economía. Entre 1989 y 1993 las
importaciones se redujeron un 75% – de 8 millones de pesos a
cerca de 2 mil- y el PIB descendió en n 35%. Esta
situación se traduciría en un fuerte desequilibrio
financiero, que llevaría al gobierno revolucionario a
modificar la estrategia de desarrollo económico del
país, con objetivos principales como preservar las
conquistas del Socialismo en Cuba, atenuar y superar los efectos
de la crisis, y reinsertar al país en la economía
mundial.

Para llevar adelante esta estrategia se hacía
necesario realizar una serie de transformaciones en la
política económica. Primeramente, en 1993, se
llevó a cabo la modificación de 4 artículos
de la Constitución de la República. Los
primeros cambios estuvieron dirigidos hacia el sector externo,
con la apertura al capital
extranjero mediante el Decreto Ley No. 77 y la creación de
un sector emergente constituido por empresas mixtas, el turismo,
sociedades
mercantiles cubanas y las representaciones de firmas
extranjeras, autorizadas a operar en divisas, incluyendo la
apertura del comercio exterior.

El proceso de apertura a la inversión
extranjera se dirigió en nuestro país hacia
sectores que fueran capaces de constituir en un breve
período de tiempo, fuentes de financiamiento para el
desarrollo de otras esferas de la economía, proceso que no
se caracterizó por la privatización, lo típico de América
Latina. Como resultado de la nueva legislación para
las inversiones extranjeras, ya para 1995 operaban en 30 ramas de
la economía alrededor de 213 asociaciones con la
participación de capitales provenientes de 36
países entre ellos España,
Canadá, México,
Francia,
Argentina, Chile, Venezuela
etc.

Por otro lado se descentralizó el comercio
exterior que en 1989 "realizaban 50 entidades estatales y para
1995 lo realizaban mas de 250 entidades, sin contar las
asociaciones extranjera"

En el orden interno, a mediados de 1993 la
situación era crítica, la producción industrial se
redujo en un 50%, disminuyó la oferta de
bienes y servicios por consiguiente, se incrementó
el dinero en
manos de la población, provocando un fuerte
desequilibrio financiero, inflación y especulación.
Además, las empresas estatales eran totalmente
ineficientes y subsidiadas por el Estado. Es
por ello que entre agosto y septiembre de 1993 se aprueban una
serie de medidas, en beneficio de la economía y la
sociedad cubana. Se acude entonces a la despenalización
del uso y tenencia de divisas, a la autorización de
remesas familiares y al desarrollo de una red de tiendas para su
captación por parte del Estado.

Esta medida daba inicio a la creación de un
sistema dual en la etapa revolucionaria y significaba un alto
costo
político y social puesto que se introducirían
diferencias de ingresos en la población no asociadas a la
retribución con arreglo al trabajo y se aprobaría
el acceso directo a la moneda convertible de aquellos sectores de
la economía que eran capaces de generarla por si mismos.
No obstante esta medida constituyó una solución a
la creciente falta de liquidez de la economía
cubana.

Otras medidas adoptadas en este período
fueron:

  • Transformación de las granjas estatales en
    Cooperativas
    de Producción Agropecuarias (CPA) y Unidades
    Básicas de Producción Cooperativas (UBPC)- y la
    entrega de tierras en usufructo a los campesinos libres
    asociados, pertenecientes en muchos casos a las CPA y
    CCS.
  • Implantación de un sistema de
    estimulación en divisas en aquellas instituciones
    capaces de generar ingresos en MLC para mejorar el acceso de la
    población a este mercado y atenuar diferencias de
    ingresos existentes en el país, provocadas
    también por las remesas familiares provenientes del
    exterior.
  • Se fortalece el mercado interno en 1994 con la
    apertura del mercado de productos agropecuarios e
    industriales.

En 1994 también se aprueba por la Asamblea
Nacional un programa para el saneamiento financiero. Estas
medidas estaban encaminadas a detener la caída del PIB que
en 1993 había descendido un 34.8% y la creciente falta de
liquidez.

Se logró la reducción de la cantidad de
dinero en circulación, disminuyendo la liquidez acumulada,
lográndose el reequilibrio del presupuesto
estatal.

Se produjeron también, la reanimación
de varios sectores de la economía, algunos impulsados por
el capital extranjero, tales como la telefonía, minería,
refinación y extracción de petróleo,
perfumería y cosméticos, cemento,
textiles y sectores en pleno auge como el turismo.

A pesar del crecimiento de nuestra economía a
partir de 1994 uno de los mayores retos que confronta la
consolidación en el proceso de reanimación de la
economía de la isla, es que el insatisfactorio
desempeño del sector exportador, lejos de favorecer las
tendencias recuperativas tiende a restringirlas, tanto por el
retroceso que sufrieron como la inestabilidad que ha
caracterizado su evolución mas reciente. Para este
año se realizó también un proceso de
reorganización del Instituto de Turismo, fundándose
tres cadenas: Gran Caribe, Horizontes Hoteles e Islazul, esta última
dirigida al turismo nacional. De acuerdo con investigaciones
realizadas, el turismo se comportó como el sector
más dinámico de la economía. Los efectos de
la política económica aplicada a principios de los
noventa hicieron posible que a partir de 1994 la economía
cubana entrara en recuperación.

El V Congreso del PCC, celebrado en 1995, hace un
análisis del período transcurrido desde 1991 y
plantea la reorientación de la política
económica, a partir de la recuperación que se
experimenta en 1994.el objetivo central de política
económica aprobada en este congreso, sería la
búsqueda de la eficiencia económica partiendo de
"un mejor uso de los recursos, elevar la productividad del
trabajo, alcanzar mejores resultados con menos costos que
tendrán un efecto positivo en el balance financiero,
facilitando la participación en el comercio
internacional y en el acceso a los mercados de capital e
inversiones."

En el periodo 1995-2000 se mantuvieron los objetivos
principales de la estrategia de desarrollo aplicada en 1990,
centrando su atención en aquellos sectores capaces de
captar ingresos en divisas, de igual forma se mantiene la
política de acrecentar la inversión extranjera que posibilite la
introducción de nuevas
tecnologías, fuentes de empleo y
fortalecimiento de la estructura económica del
país. Se comienza también a reconocer la
importancia del turismo como sector más dinámico de
la economía, y principal fuente de ingresos en divisas de
la economía nacional. Así para esta etapa el
crecimiento promedio anual del producto interno
bruto (PIB) para este período fue del 4,8%; mientras,
las exportaciones presentaron un decrecimiento promedio anual del
2,1%, lo que determinó que las ventas
externas dejaran de constituir un factor que contribuye de forma
activa al crecimiento de la economía, como ocurría
con anterioridad.

Otro elemento a destacar dentro de los avances de la
economía cubana dentro de este período, cuando se
celebró el V Congreso del Partido Comunista de Cuba; fue
la aprobación dentro de la Resolución
Económica, la generalización en todo el Sistema
Empresarial del país del Perfeccionamiento Empresarial,
que fuera experimentado por varios años en las Empresas
del Ministerio de las Fuerzas Armadas. En cuanto a ello, el
Consejo de Estado aprobó las Bases Generales para el
Perfeccionamiento Empresarial mediante el Decreto – Ley No.
187/98. El Perfeccionamiento Empresarial es un proceso de mejora
continua de la gestión
empresarial. Su objetivo central es incrementar al
máximo la eficiencia y la competitividad, sobre la base de otorgarle a
la empresa las
facultades necesarias, que propenda al desarrollo de la
iniciativa, la creatividad y
la responsabilidad de todos los jefes y trabajadores.
En él se concibió que la empresa exista
para satisfacer las necesidades de los clientes; en
calidad, precio y rapidez en la entrega de las producciones y los
servicios que se realizan, haciendo valedero el concepto
expresado por el Che "la calidad es el respeto al
pueblo".

Es por ello que la innovación
tecnológica, la constante renovación de sus
productos, la eliminación de la "rutina" en la
gestión productiva y la evaluación
permanente de la competencia de
constituir elementos esenciales de la gestión
empresarial.

Se produjo además un importante deterioro de los
términos de intercambio, en tanto los precios
internacionales de los productos de exportación se
redujeron en un 25%, mientras que los de importación cayeron en un 8%, lo que
provocó según estimado del Ministerio de Comercio
Exterior al cierre del año 2001 un deterioro absoluto del
17%.

En el año 2000 los 3 100 millones de pesos de
inversión son más del doble que la cifra de 1995 y
se concentraron en proyectos estratégicos como la
industria del petróleo y el gas, la industria
eléctrica, el níquel, el turismo y las comunicaciones. La producción azucarera en
la zafra 1999-2000 alcanzó 4 millones 59 mil toneladas con
mejorías en los índices de eficiencia y dando
continuidad a la recuperación de este sector.

En estas condiciones adquirió una importancia
estratégica superior la sustitución de
importaciones. En este sentido, la acentuación de las
restricciones financieras condujeron a replantearse esta
problemática no sólo como la simple
sustitución de provenientes del exterior por los de
producción doméstica, sino que se comenzó a
evaluar desde una perspectiva diferente los aspectos siguientes:
la capacidad nacional para generar determinadas
tecnologías, la pertinencia o no de efectuar algunas
inversiones que posibilitaran suplir compras externas,
el impacto económico real de los productos sustituidos, la
competitividad efectiva de los nuevos productos, las opciones de
comercialización internacional.

Los resultados de estas modificaciones fruto de la
política económica llevada a cabo por nuestros
economistas a nivel nacional debido a la Apertura
Económica y la inserción de nuestros productos en
el mercado mundial tan complejo como dinámico no se
hicieron esperar al paso de los años venideros. La
economía cubana logró dejar a un lado la
situación que venía arrastrando desde el Derrumbe
del Campo socialista en la Europa Occidental y comenzó a
tornarse hacia una fase de recuperación no del todo
compensadora pero sobre todo demostró que con estas nuevas
estrategias y
modelos
podía seguir manejando la economía
nacional.

Hasta junio del 2005 hubo incremento en 13 de las 22
ramas de la industria, entre las que se destacan:

  • Metalurgia ferrosa 15,5%
  • Metalurgia no ferrosa 9,2%
  • Industria Gráfica 21,7%
  • Industria Ligera 7,0%
  • Industria Alimentaria 3,6%
  • Bebidas y Tabacos 4,4%.
  • Construcciones 8,2%
  • Comunicaciones 7,1%
  • Comercio 10,0%
  • Servicios 13,3%.

La producción equivalente de crudo nacional y gas
alcanza alrededor de 1 900 000 toneladas, es decir, cuatro veces
lo que se obtenía al iniciarse el período
especial.

Los ingresos turísticos crecen un 11,5% con
relación a años anteriores, con un nivel de
ocupación lineal del 66,9%. Para aumentar nuestra
capacidad constructiva, se han aprobado inversiones que ya
comienzan a ejecutarse por 62 millones de dólares, que
incrementarán un 51% la producción de arena, un 74%
la de piedra.

En el año 2006 se alcanza un crecimiento del
12.5% en términos del Producto Interno Bruto
(PIB)), lo que constituye la cifra más elevada de
nuestra historia y
expresa una tendencia a la consolidación gradual de la
economía que se viene observando desde el año 2004,
cuando crecimos un 5.4% y en el 2005 cuando logramos un
11.8%.

Podemos informar que si se excluyeran del cálculo
del PIB los servicios y el comercio; la economía cubana
crecería un 9.5% en el 2006. Particular importancia
debemos dar al análisis de la productividad del trabajo y
a su correlación con el salario medio,
como una de las expresiones más importantes de la
eficiencia económica.

  1. Epígrafe 2.5 Orientación de la
    Política Económica en la etapa actual de
    la

Construcción del Socialismo en
Cuba.

Cuba, al escoger su propio camino para la
construcción del Socialismo, asumió el reto que
suponía dar solución dialéctica a los
problemas políticos, económicos y sociales
asociados al subdesarrollo
y la herencia del
capitalismo neocolonial.

Atendiendo a lo anterior, las premisas indispensables
para la implantación de una estrategia de desarrollo
exitosa orientada a la edificación socialista no
estuvieron dadas desde el inicio del proceso revolucionario.
Desde el punto de vista interno, la nacionalización de los
medios fundamentales de producción sentó las bases
para la creación de un centro socioeconómico
único, mediante el cual compatibilizar de manera
planificada los diferentes factores actuantes en el proceso de
desarrollo. De otra parte la inserción de la
economía cubana en el sistema de división
internacional socialista del trabajo y el desarrollo de la
cooperación económica con los países de
Europa del Este y en particular con la Unión
Soviética.

La economía cubana en el proceso de
transición al Socialismo a lo largo de 47 años ha
sido objeto de sucesivas reformas y cambios en sus estrategias de
desarrollo encaminadas a la diversificación de la
economía y la conversión del país de
monoexportador y monoproductor, en un país agroindustrial
en una primera etapa como condición para el logro de la
industrialización socialista, así como su soberanía alimentaria. Sin embargo, tales
objetivos están aún por alcanzarse y los errores y
tendencias negativas señaladas en todos los casos no han
sido superadas y por el contrario adquieren nuevos matices
asociados a la profundización de las desigualdades
sociales y los elementos de corrupción.

En efecto, a partir de 1961 y hasta 1963, se emprende
una estrategia de industrialización acelerada en el
país, que tendría como complemento un proceso de
diversificación en la producción agropecuaria. La
ausencia de las condiciones internas que este proceso demandaba,
pero sobre todo la enorme tensión que generó sobre
la balanza de pagos, obligaron a reconsiderar el programa de
desarrollo adoptado. La aplicación de este programa de
desarrollo no aseguró el cumplimiento de los objetivos
previstos. Esto puede atribuirse a las inevitables insuficiencias
que enfrentó para su elaboración y que no
permitieron prever el alto grado de sensibilidad a los factores
internos y externos de la economía cubana.

Con posterioridad, entre 1964 y 1975, se
desarrolló una política económica que
suponía el desconocimiento del papel de las relaciones
monetario-mercantiles en la economía cubana, lo que dio
lugar a desproporciones y desequilibrios que frenaron el
desarrollo del país. Se trabajó para generar el
financiamiento necesario que permitiera crear las condiciones
indispensables con vistas a una posterior
industrialización del país. Para ello se tomaron
las exportaciones azucareras a los países socialistas,
como fuente esencial para la acumulación que estas
transformaciones demandaban.

Fue entonces que a partir de 1976 se pudo contar con un
mínimo de condiciones para emprender un proceso gradual de
industrialización, se intentó una
interpretación adecuada de la acción de las leyes
económicas del período de transición en
Cuba, implantándose un nuevo sistema de dirección
basado en el cálculo económico, concebido
básicamente en el ámbito de la división
internacional socialista del trabajo hasta 1989. Lo ocurrido a
partir de 1976 en relación con la política
económica y el sistema de dirección de la
economía, reflejó errores de índole
economicista y burocrática en la gestión
económica que suponían una acción
retardatoria en la construcción del Socialismo como
sistema. Los intentos de superar tendencias nocivas se expresaron
en la práctica en un cambio de dogmas.

Las transformaciones operadas en la economía
cubana como resultado de estos esfuerzos, tipifican en los
últimos años un país en fase de
creación de las condiciones básicas para emprender
un proceso gradual de industrialización cuyo crecimiento
económico no se expresa de forma tangible en la
elevación del bienestar del pueblo, una vez resueltos un
grupo de problemas de infraestructura esenciales para ello, tanto
de tipo económico como social.

Es necesario retomar que la deuda en moneda libremente
convertible reportada extraoficialmente hasta 1989 fue de 7 000
millones de pesos. En este aspecto, es importante subrayar que la
deuda externa no es homogénea, ya que las condiciones en
que se contrajo y en las que se ha negociado su pago han sido
diferentes.

En el caso de la deuda en moneda libremente convertible
después de 1982 y hasta 1985, se renegoció el pago
de su servicio en
condiciones sólo algo más duras que el promedio
internacional. No obstante a partir de 1986, Cuba se vio forzada
a suspender pagos frente a la abrupta situación financiera
internacional y ante la flexibilidad de los acreedores, lo cual
redujo los flujos financieros externos prácticamente a 0,
si se excluyen los créditos de proveedores
para el comercio exterior.

En los años noventa, a raíz del derrumbe
del campo socialista, Cuba dirigió su política
económica hacia la búsqueda de la eficiencia
económica partiendo del uso adecuado de los recursos, la
elevación de la productividad del trabajo para alcanzar
mejores resultados con menos costos, buscando un efecto positivo
en el balance financiero, facilitando la participación en
el comercio internacional y en el acceso a los mercados de
capital e inversiones.

Todo este resumen de las políticas
económicas aplicadas a Cuba desde el triunfo de la
Revolución en 1959 demuestra el empeño de convertir
a Cuba en un país industrializado, con una estructura
diversificada y competitiva, lo que se convierte cada vez
más en una necesidad impostergable.

Estas circunstancias han estado determinadas por
factores exógenos y endógenos. Los primeros
asociados a la política hostil del gobierno
norteamericano, el bloqueo económico al que ha sometido al
país y su recrudecimiento y la escasa disponibilidad de
mercados y tecnologías agravado por la
desintegración del campo socialista y la necesidad de la
reinserción de la economía cubana en un mercado
mundial unipolar y globalizado.

Los factores de carácter endógeno han
estado determinados por la ausencia de una referencia del
Socialismo constituido como organismo social y de una
concepción científicamente fundamentada de su
devenir histórico lo que condujo a una práctica
revolucionaria voluntarista expresada en la tentativa idealista
de la implantación del Socialismo a partir de la
conversión de la propiedad privada sobre los medios de
producción en propiedad estatal. Ello condujo a que las
sucesivas reformas y los cambios de política
económica se encaminaran a la búsqueda de
soluciones de las formas de manifestación de los problemas
asociados al desarrollo económico y social y al
cumplimiento de las estrategias definidas dejando intangible la
causa vinculada con las transformaciones necesarias en las
relaciones de producción y particularmente en las
relaciones de propiedad.

El análisis de los resultados de las
políticas económicas aplicadas en Cuba en su
transición al Socialismo demuestra que el objetivo
estratégico de industrialización socialista ha
adolecido de sus presuposiciones absolutamente necesarias
asociadas al proceso de la socialización socialista real de la base
económica que supone la conversión de los
productores en propietarios asociados de los medios de
producción y los resultados de su trabajo en un sistema de
organización planificada de la producción social
que conjugue los intereses del individuo y de
la sociedad en el objetivo estratégico de la
construcción socialista sobre la base del desarrollo y
perfeccionamiento constante de la capacidad productiva del
trabajo, condición de la acumulación socialista y
la reproducción de sus condiciones de
desarrollo.

Lo anterior ha determinado la imposibilidad de superar
la dependencia externa de la economía cubana y su
incapacidad para lograr la soberanía alimentaria y una
participación más activa en la división
internacional del trabajo.

Es preciso considerar que la sucesión de las
políticas económicas llevadas a cabo en el
país obedece a dos causas fundamentales: Primeramente
existen elementos que determinan la existencia de irregularidades
y tensiones en la aplicación de dichas políticas,
lo que trae aparejado que, sin analizar a fondo los resultados
obtenidos y sus condicionantes, se adopte una nueva
política, sin solucionarse los problemas que provocaron su
inviabilidad.

La segunda causa se refiere a la no consideración
en la práctica del carácter objetivo de las leyes
económicas y las regularidades del desarrollo
económico y social que constituyen el fundamento
científico de las políticas de desarrollo que
conduce al voluntarismo en la definición de los objetivos
y las vías para su consecución en las condiciones
históricas concretas, lo que los hace
irrealizables.

En el caso de Cuba se han expresado ambas tendencias, lo
que ha determinado las sucesivas reformas de las estrategias
económicas que como regla no logran superar las causas que
condicionan las desviaciones y desequilibrios del desarrollo
económico y social.

Es evidente que obstáculos de toda índole
tornan imposible la regeneración del modelo de crecimiento
anterior. No solo factores económicos externos sino
también internos han incidido en el proceso de desarrollo
del país. Desde una perspectiva sociopolítica,
tampoco podría pasarse por alto que proporciones
todavía significativas de profesionales, empleados
gubernamentales y de trabajadores no tiene acceso a los ingresos
suplementarios o primarios de la economía, y ello crea
dislocaciones que son o serán fuente de tensiones de
variada intensidad.

La reorientación de la política
económica en Cuba conducente a la Construcción del
Socialismo supone un análisis autocrítico y
realista de los elementos condicionantes externos pero
fundamentalmente los de carácter interno que subsisten
como herencia y los que resultan gestatorios de los factores
retardatarios del desarrollo económico y social
condicionados por las especificidades de la base
económica, por su estructura y su carácter
específico lo que hará posible la búsqueda
de soluciones alternativas reales y la verdadera solución
de los denominados errores y tendencias negativas que no son
más que manifestaciones de los problemas de fondo del
sistema.

Si la economía cubana madura en estas
circunstancias, la transición puede darse de forma
gradual, despaciosa. No se dispone en Cuba de muchos
márgenes de maniobra, ni se pueden asumir riesgos
mayores. El actual aislamiento económico internacional
impone, además, limitaciones extraordinarias al ritmo
asequible de la reconstrucción nacional. Mucho
podría ganarse, por ejemplo, por medio de la
distensión de las relaciones cubano-estadounidenses, que
se expresase en la eliminación o atenuación del
Bloqueo Económico.

Si han de perfeccionarse los esfuerzos comprometidos
hasta ahora, tendrá que consolidarse y completarse gradual
pero sistemáticamente el proceso de reformas. En ello
asumiría un papel central la selección
de ritmos de instrumentación de los cambios
económicos, sobre todo de los institucionales. No
podría dejarse a un lado el perfeccionamiento de eslabones
con el sector exportador, y de otorgar mayor prioridad, como se
ha venido desarrollando mediante el perfeccionamiento
empresarial, a la producción y a las calidades del abasto
del mercado interno.

Las soluciones han de ser pragmáticas y surgir de
la concertación política. Por ello es
difícil alcanzar equilibrios estables entre la libertad
económica y la justicia
social, sobre todo cuando se intenta transitar hacia una
economía de carácter social.

De igual manera se hace necesaria la formación de
apoyos consensuales quizá algo distinto con la sociedad,
así como la democratización de la política
económica por vertientes poco exploradas en la experiencia
nacional anterior. Los avances en la transición al
Socialismo llevan consigo el imperativo de asumir formas e
instrumentos distintos de conducción económica. En
este caso el mercado habría de asumir papeles más
destacados en la coordinación económica y desplazar
gradualmente en varias esferas a la planificación
cuantitativa anteriormente predominante.

Dada sus dimensiones y especialización
internacionales, la reorientación de la economía
difícilmente podría aislarse de las fuerzas de
mercados foráneos intensamente competitivos en donde ya se
encuentra inmersa. La excelencia y la eficiencia
tecnológica tendrán que constituir los criterios
rectores de los programas futuros de reconvención de la
producción y de los proyectos en formación de
capital. Las ventajas comparativas ya afianzadas (azúcar,
níquel, turismo) todavía son insuficientes
–pese a los logros obtenidos- para traducirse como
ímpetu general al empleo y la producción de la
economía.

Habrá que aumentar la capacidad exportadora,
fortalecer con alta prelación las articulaciones
interin

dustriales en la sustitución de importaciones y
acercar paulatinamente la estructura de los precios relativos a
la que rige la economía internacional.

Conclusiones

  1. El análisis de los resultados de las
    políticas económicas aplicadas en Cuba en su
    transición al Socialismo demuestra que el objetivo
    estratégico de industrialización socialista ha
    adolecido de sus presuposiciones absolutamente necesarias
    asociadas al proceso de la socialización socialista real
    de la base económica que supone la conversión de
    los productores en propietarios asociados de los medios de
    producción y los resultados de su trabajo en un sistema
    de organización planificada de la producción
    social que conjugue los intereses del individuo y de la
    sociedad en el objetivo estratégico de la
    construcción socialista sobre la base del desarrollo y
    perfeccionamiento constante de la capacidad productiva del
    trabajo, condición de la acumulación
    social.
  2. El empeño de convertir a Cuba en un
    país industrializado con una estructura diversificada y
    competitiva expresada en las diferentes versiones de la
    política económica se convierte cada vez
    más en una necesidad impostergable.

Recomendaciones

  1. Resulta de vital importancia que la política
    económica y su implementación estratégica
    conjugue adecuadamente los intereses económicos de sus
    actores como condición para su implicación
    efectiva en su desarrollo con eficiencia y eficacia. De la
    conjugación de la política económica,
    estrategia de desarrollo económico y la táctica
    dependerá el éxito de cualquier economía,
    independientemente del modo de producción que se lleve a
    cabo.
  2. La reorientación de la política
    económica en Cuba conducente a la Construcción
    del Socialismo supone un análisis autocrítico y
    realista de los elementos condicionantes externos pero
    fundamentalmente los de carácter interno que subsisten
    como herencia y los que resultan gestatorios de los factores
    retardatarios del desarrollo económico y social
    condicionados por las especificidades de la base
    económica, por su estructura y su carácter
    específico lo que hará posible la búsqueda
    de soluciones alternativas reales y la verdadera
    solución de los denominados errores y tendencias
    negativas que no son más que manifestaciones de los
    problemas de fondo del sistema.
  3. La economía cubana debe centrar su
    dirección en adoptar una política
    económica de transformación gradual de la base
    económica en el proceso de la socialización
    socialista de la producción y la organización del
    trabajo de productores asociados privilegiando el desarrollo
    cooperativo.

Bibliografía

  1. Castro Fidel, "La historia me
    absolverá"
  2. Castro Fidel, "Informe
    Central del I, II, III Congreso del PCC"
  3. Figueras Miguel, " Aspectos y problemas del
    desarrollo económico"
  4. Noyola J.F , "Problemas del desarrollo"
  5. Rodríguez, José Luis, "Estrategia de
    desarrollo económico en Cuba". Editora Ciencias
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  6. Rodríguez, Carlos Rafael , "Revista
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  7. Revista, "Nuestra Industria Económica"
    1963
  8. Revista ,"Cuba Socialista" No.28, 1963
  9. Revista, "Cuba Socialista" No.34, 1964.
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12. Revista Temas, 1995, Cuba 1990-1995 "Reflexiones
sobre una política acertada".

13. Revista Temas, 1996. Alfredo González
Gutiérrez: "Economía y Sociedad: los retos del
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14. Resolución Económica del V Congreso
del PCC, 1996

15. CEPAL, La economía cubana. Reformas
estructurales y desempeño en los noventa, 2000.

16.

17. http://www.monografías.com

18. Microsoft
Enciclopédia Encarta 2007.

 

 

 

Autor:

Lic. Yuri Reynier Vila Ramírez

Lic. en Economía

Partes: 1, 2, 3
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