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La predestinación. ¿Realidad racional o religiosidad? (página 2)



Partes: 1, 2

La sociedad.

Entonces, ya tenemos, por lo pronto, dos
parámetros terrenales que influenciarían en el
destino de una persona. El
primero: El entorno de su hábitat. La sociedad. Pero extenso
será entrar a reflexionar sobre toda la influencia
histórica y me limitaré solamente a su influjo en
el convivir presente. Por supuesto que, el desarrollo
presente es producto de
innúmeros cambios durante toda la historia del ser humano. Y
cada una de las etapas de desarrollo repercutieron en su
época haciendo que la siguiente alcance, en la
mayoría de veces, un nivel superior. Será un nivel
superior si este cambio ha
ocasionado una mejoría de calidad de
vida del ser humano. Claro que, han ocurrido hechos que ha
denigrado la condición del ser humano: las guerras, las
epidemias, las catástrofes naturales, etc. Pero estos
hechos deberíamos calificarlos como casuales o fortuitos y
no como lo que puede determinar el destino del género
humano.

Decimos que la sociedad y todo lo que conlleva la misma,
no solamente su gente sino su etapa de desarrollo, influye en
nuestra forma de vivir y de convivir. Su incumbencia en nuestra
vida es de un modo que lo tomamos como natural y podemos pasarlo
inadvertido en el momento de analizar cualquier tópico de
nuestra existencia. Sin embargo, su influjo es determinante desde
el momento de despertarnos hasta cuando nos acostamos al
anochecer. Me levanto y voy al sanitario compuesto de muchos
artefactos que han facilitado nuestra higiene y nuestra
salud. Me ducho
en agua calentada
por un sistema a base de
gas colocado
por los constructores de la casa, ni siquiera se me ocurre que al
abrir el grifo me encuentre sin agua. Enjabono mi cuerpo con
lejía modificada artificialmente para que tenga un efecto
agradable en mi cuerpo y un aroma que permite su
utilización. Uso una lejía liquida para mi cabello
(diseñada y elaborada con nutrientes para mi cuero
cabelludo graso) que no reseca mi piel…lavo mis dientes con un cepillo
pequeño fabricado de resinas de petróleo usando una pasta con sabor de
menta adicionada con flúor y ciertas substancias que
impiden la proliferación de sarro, evitando enfermedades a mis delicadas
encías. Me rasuro…me visto con ropa
adecuada…desayuno cereal con leche
procesada…tomo el autobús para ir al trabajo…realizo mis tareas en un computador
sentado sobre un cómodo sillón forrado de un suave
cuero sintético…tomo un pequeño refrigerio
calentado en un pequeño horno microondas…ejecutó mil labores con
mis colegas…almuerzo deliciosos platos preparados con la
ayuda de un sin número de artefactos…repaso las
noticias y
acontecimientos del mundo, de mi país y mi ciudad
ocurridos el día anterior que me proporciona un cuaderno
de hojas largas…cansado retorno al hogar en otro
autobús…luego de una frugal merienda realizada con
otros aparatos me siento frente al televisor a observar los
sucesos del día…me acuesto sobre un suave
colchón ortopédico y me cubro con calientes mantas
hasta otro día…Pero es solo un día no mi
vida. Lo hacemos tan natural, muy normal; pero ¿lo hubiera
realizado si no tendría todos los elementos a mi alcance,
como: los sanitarios, el agua
corriente y potable, el cepillo y la pasta de dientes, mis
vestimentas, el autobús, la computadora
con el software
adecuado, los artefactos de cocina, etc.,etc.? Posiblemente que
sí, pero no estaría ni en esta ciudad ni en este
tiempo. Me
pueden decir que son los hábitos de mi vida lo que hace
que mi comportamiento
sea de una u otra forma, pero este proceder sería distinto
si no contara con todos los elementos con los que dispongo ahora;
mi comportamiento esta muy relacionado con lo que me brinda la
sociedad circundante. Nuestro proceder variará si
varía los medios que la
sociedad me proporciona. Si una colectividad no cuenta con
autobuses, posiblemente vayamos al lugar de trabajo en mulas o
caminando, o nuestro sitio de labores -lugar dónde
realizamos nuestras actividades para obtención del
sustento de comida- estaría ubicado en nuestro hogar. Si
luego de décadas existe al posibilidad de viajar en
sistemas que no
requieran el uso de ruedas sino de alas, entonces será ese
nuestro proceder, aún más, si luego de años
tenemos que transportarnos mediante la conversión de
materia en
energía, pues lo haremos…y todo lo que hagamos nos
parecerá cotidiano y hasta normal. Nuestro comportamiento
habitual esta basado en lo tengamos al alcance de nuestras
manos.

Siendo que los medios que nos brinda una sociedad
varían en el tiempo y el espacio nuestra forma de ser va
modificándose en función de
dichos cambios. Entonces nuestro sino -destino- es una
función directamente proporcional a los avances o
retrocesos de una sociedad. Los avances tomados como desarrollo
de nuevas técnicas,
de renovados hábitos, de creación o descubrimiento
de nuevos sistemas o aparatos conllevan a simplificar la vida del
ser humano. (No es mi afán reflexionar sobre el mal uso
del progreso de la ciencia,
aún así, el proceder de la gente estará en
función de dichos avances). La calidad y
cantidad de vida se ha incrementado, ha ido en crecimiento desde
que el hombre ha
sido creado (o se ha originado). Los avances médicos ha
posibilitado que la esperanza de vida bordee y sobrepase los
ochenta años; puede suceder que dentro de algunas
décadas se logre alcanzar la eterna juventud…quién sabe…antes
nunca se pensaba que los alimentos
pudieran permanecer aptos para un consumo luego
de muchos años de elaborados…quién
sabe…nunca se pensó que se pudiera cosechar
maíz en
el invierno, pero llegaron los
transgénicos…quién sabe…se ha
combatido y logrado erradicar del planeta muchas enfermedades
antes consideradas pestes que asolaban poblaciones
enteras…quién sabe…se ha logrado
transplantar órganos importantes del ser humano y se ha
prolongado su vida…quién sabe…se ha logrado
la generación de seres vivos mediante el uso de métodos no
previstos en la naturaleza
(clonación de animales, a pesar
de que el hombre ha
empleado la
clonación de plantas desde
tiempos inmemoriales para mejorar la producción de sus cultivos)…quién
sabe…

Pero no solamente la ciencia ha
producido cambios en el comportamiento del ser humano. Han
devenido muchos aspectos morales, sociales, económicos,
etc., que han influenciado en el proceder del ser humano. El
desarrollo del pensamiento ha
provocado revoluciones sociales; los cambios sociales han
generado cambios económicos de las personas y de la
colectividad; la renovación del pensamiento ha originado
comportamientos morales diferentes. La moral de
una sociedad es función del comportamiento de la misma; no
está ligada a su condición natural; la
condición natural del ser humano es una función del
proceder común. Si mi grupo social
me dice que solo se debe matar ovejas para el sacrificio de los
dioses, existirá inmoralidad si sacrifico palomas. No
será inmoral el incesto -aunque es antinatural- si en la
sociedad en que vivo se permite la convivencia sexual entre
familiares. No será considerado inmoral el uso de
pertenencias ajenas si la pertenencia deja de ser privado y se
vuelve público. La codificación de una inmoralidad la
establecerá una sociedad en base de sus costumbres. No
será inmoral el uso de pantalones si la colectividad lo
permite. Tampoco la desnudez pública si la sociedad vive
descubierta su cuerpo.

La pobreza es
inmoral si la sociedad contiene los abastos suficientes para
repartirlos equitativamente, pero deja de ser inmoral cuando el
pudiente obliga su existencia. La opulencia es inmoral si las
condiciones son precarias, pero se vuelve moralmente aceptado
cuando el despojado lo consiente.

La
voluntad.

Segundo parámetro: La voluntad. Pasemos a
reflexionar sobre la voluntad y su influencia en el proceder de
una persona. La voluntad es una cualidad que aparentemente nos
pertenece individualmente a todos los seres humanos. Sin embargo,
no sabemos con exactitud dónde se produce o se mecaniza
esta cualidad: de primera mano diremos que en nuestro cerebro; y lo
diremos con tanta convicción que otra opinión nos
parecerá descabellada. Siendo que el cerebro origina una
acción
propia, sin ser sofista, los animales tienen voluntad porque
tienen cerebro aunque no tan desarrollado como de los humanos,
entonces su voluntad será proporcional al progreso de sus
neuronas. ¿Los vegetales tienen voluntad?
Teóricamente No, porque no poseen cerebro, sin embargo
¿qué los hace germinar, crecer, florecer, dar sus
frutos? Pueden decirme que es una cualidad propia de los seres
vivos, y que, tal como mi voluntad no me hace ser de mejor
altura, así también, a las plantas no es la
voluntad lo que los hace vivir. Verdad, todos los órganos
internos: corazón,
hígado, riñones, páncreas, etc., funcionan
sin mi voluntad ¿mi vida ha sido y es sin mi voluntad?
Entonces podrá en el futuro ser sin mi voluntad. Puedo
parecer grosero, pero ¿la vida de quién decide
quitarse está en su voluntad o no?

Muchas veces hacemos de la voluntad un sinónimo
de libertad. Pero
no, la voluntad es individual, la libertad es social; es propiedad del
individuo su
voluntad, la libertad nos concede la sociedad. En varias
ocasiones hablamos de libertad de pensamiento o de
expresión, por supuesto, tengo la independencia
de pensar lo que me viene en gana, pero el expresarlo
estará sujeto a lo que la sociedad me lo permite, entonces
no es libertad sino una voluntad de pensar lo que yo actúa
en mí. Claro que me dirán que pensar y expresar lo
que pienso son dos cosas: aunque no diferentes son dos acciones muy
sutilmente separadas. Sin embargo la una esta ligada muy
estrechamente con la otra. Por ejemplo: "Pensar en robar"
sería un acto de mi voluntad, expresarlo sería mi
libertad porque esta condicionada a quienes lo diga y que
estén de acuerdo conmigo; el hacerlo – robar – no es
voluntad ni libertad porque estará sujeto a las leyes de la
sociedad. Muchos ejemplos pueden ocurrírseles a todos mis
lectores, de ahí que la voluntad es mía y la
libertad está en otros. O para ser más
explícitos: Libertad es lo que me permite la sociedad. Si
la sociedad no me permite hacer cualquier acto, realizarlo
sería ir en contra de ella y por tanto de la libertad.
Realizar actos que van en contra de lo que la sociedad ha
establecido es: Libertinaje. Mi única libertad,
contradictorio, es mi voluntad. La libertad no me pertenece.
Cuando la libertad esté acorde con mi voluntad seremos
espiritualmente libres. La sociedad dictamina lo que tengo que
hacer o no, condiciona mis actuaciones, me pone barreras y
límites. Muchos más aún en
las sociedades
religiosas que pretenden condicionar mi voluntad de pensamiento.
En mi pensamiento está mi voluntad mi actuar está
en la libertad. Puedo pensar todo lo que quiera pensar, siendo
blasfemo pensaré: Soy dios. Siendo libre diré: Soy
un ser humano. No es mi voluntad de pensar lo que me hace libre,
la libertad me concede la sociedad. ¿Equivocado? Puede
ser, sin embargo, de qué me sirve tener la voluntad de
pensar en la paz si la sociedad no permite la convivencia
pacifica. De qué me vale la voluntad de evitar el hambre
si la libertad no llena las alacenas del mundo. De qué nos
sirve de provecho la voluntad de alcanzar la libertad si el
tirano acomete con sus fusiles…Pero no es que la voluntad
vaya en contra de la Libertad, antes debemos aunar voluntades
para que esa voluntad se vuelva social y se convierta en
libertad. Entonces la libertad es la concreción de las
voluntades.

Nadie es propiedad de nadie. Los seres son
individualmente sociables, cada uno con su voluntad
aportará para que la convivencia sea viva, perdure y deje
frutos. La libertad surgirá cuando las voluntades de vivir
en libertad se plasmen en realidad. Si no existe la voluntad de
vivir en paz la libertad no lo conseguirá, o, la libertad
no conseguirá la paz si no hay voluntad de
alcanzarla.

Factor
divino.

Bien, entonces ¿dónde queda la
predestinación? Empezamos por reflexionar sobre la
predestinación y parece que nos hemos apartado totalmente
del tema. Pues no, seguimos pensando en ello, pero hace falta
otro parámetro que complemente los factores que influyen
en las acciones de los seres humanos: este factor es lo
sobrenatural o los seres divinos o Dios.

Hemos visto que tanto la sociedad como la voluntad hacen
que las acciones de los humanos sean de una u otra manera.
Qué el hombre o mujer se comporte
de una u otra forma está supeditado al tipo de sociedad en
qué vive, y a su voluntad. El destino del hombre lo va
construyendo a cada paso que da. Parece que nada está
dicho y todo queda por hacer. Lo que se ha hecho lo utilizo y
vuelvo a comenzar para realizar otra nueva, talvez mejor o peor,
no importa. Mi destino lo construyo día a día con
las experiencias de la vida, tanto de la mía como de la
sociedad: las modifico, las cambio, las transformo, las
complemento, las añado, las quito partes y
pongo otras adicionales, a veces un paso adelante y otras: un
paso atrás. Nada está fijo: todo es una
dialéctica, todo es innovación. Si no cambia perece.

El hombre construye su destino. Nada está
predestinado. Nuestro cielo será el cielo que vamos
construyendo; nuestro infierno estará en los males que
vamos creando. El hambre del mundo estará en la miseria
del que no quiere compartir su mesa. La paz del hombre
estará en la tranquilidad de su alma. El
paraíso terrenal será gozar de la sonrisa del
hombre, del contento de una madre, del estomago lleno, de mentes
con voluntades sanas, de niños
alegres, de hombres satisfechos, de mujeres felices. Mi cielo
estará en ver sin envidia las riquezas del vecino, sin
lujuria la mujer del
prójimo, en dar mi cena al amigo, en compartir mi llanto
no mi tristeza, en sentir alegría por el gozo del
enemigo.

Si estamos diciendo que el hombre es propietario de su
destino ¿dónde queda el poder de Dios?
Parece que Dios se limita a ver todo lo que el hombre hace y deja
de hacer. Pues desde cierto punto de vista religioso así
es, no de otra forma nos dirían que nuestros actos
serán juzgados. Si luego de ésta vida seremos
puestos en la balanza de la justicia, a
todos nosotros como seres humanos, por todos los actos cometidos
u omitidos, entonces la voluntad en verdad me pertenece. La
libertad le pertenece al juzgador de salvarme o de condenarme.
Puede parecer un pensamiento demasiado religioso, pero que le
puedo hacer, llevamos tanto prejuicio en
nuestra forma de pensar y de vivir que en cada una de las
acciones que hacemos estamos valorando si merecerá un
premio o un castigo. Sin embargo ¿qué de los que
dicen que la salvación la trajo el Hijo de Dios?
¿No coarta mi voluntad cuando la voluntad no fue
mía sino del que todo lo puede hacer? Mucho más
será limitada mi voluntad si mi vida estuvo predestinada,
y no tan solo limitada sino restada al punto de anularla, y
prevalecerá la voluntad de Dios. Si la voluntad del
Todopoderoso, perdóname Dios, ha sido – será – (en
mi ser transcurre el tiempo; para Dios no existe el ayer, ni el
hoy, ni el mañana, Él es.) que no sea privilegiado,
entonces mi existencia ¿tiene algún sentido?
¿Qué significado tiene mi existencia si la voluntad
de Dios ha sido – será – eliminarme para siempre? No he
sacado provecho para nada de todo lo que de bueno pude haber
sido. Sin embargo ¿puede mi bondad, lo que he considerado
bueno, estar a la altura de la Bondad de Dios? ¿Mi bondad
es la Bondad de Dios? No lo sé, pero soy criatura suya o
¿no?

Dios sabe el futuro de cada uno de nosotros. Es
Infinito. Sabe lo que fui y lo qué seré. Si alguna
vez lo fui ¿por qué no recuerdo nada de esa
existencia? ¿Será que nunca fui por eso no lo
recuerdo? Una cosa de la que estoy convencido, dentro de mi
limitado pensamiento, es que nunca fui. Mi existencia la tengo
registrada en mi cerebro, todo lo que esté guardado en mi
memoria ha
sido. Lo que he olvidado puede que esté en la memoria de
otro pero siempre estará en algún cerebro. Mi
existencia nunca fue antes de haber nacido, después de
ciertos años de haber nacido y se desarrollaron mis
neuronas, mi memoria empezó a grabar mi existencia. Como
Dios es infinito solo El sabe si existí y cuál
será el futuro de mi existencia. Como ser humano solo
sé de mi existencia pasada y presente – breve – que se va
volviendo pasado, el futuro que no existe se convierte en
presente en una ligerísima porción de tiempo y
enseguida se convierte en pasado; por lo que, todo
prácticamente es pasado. Mi existencia es recuerdo, nunca
será en el mañana porque ese futuro no existe. El
futuro se va construyendo y será de conformidad como mi
voluntad y cómo la sociedad lo permita.

¿Qué tal si estoy equivocado? ¿Por
eso seré condenado? Pues veamos, racionalmente los
siguientes casos:

1) Qué si existe la predestinación.- En
este caso, a su vez, pueden suceder dos cosas:

a).- Qué he sido predestinado para ser salvado;
es decir, que fui creado con la condición de que mi vida
estará – estuvo – programada para que realice las
cosas como Dios quiere que las haga. En este caso la voluntad de
vivir a mi manera en una sociedad cambiante en que me
desenvolví no significó nada. Hice lo que estuvo
preparado que hiciera. Ni la sociedad ni yo tuvimos nada que ver.
Si ni yo ni la sociedad tuvieron nada que ver; y si tampoco
influí en ella o en mi mismo, no tiene razón mi
vida. Para qué viví si no signifiqué nada
para ella, porque las cosas que hice o deje de hacer estuvieron
dichas que haga, por tanto, la influencia será la que
estuvo predicha que ocasione. Si las cosas estuvieron predichas
que se ocasionen, para que molestarnos con influenciar en ellas
para que cambien o mejoren si esas inevitablemente van a cambiar.
¿Existe contradicción de la existencia del hombre
(mujer) cuando su existencia ha estado sujeta
a que exista de cualquier modo? ¿Debe existir cualquier
cosa si de antemano sabemos que su existencia será la que
estaba preestablecida? Veamos: Existí antes de nacer, que
equivale a existir desde que Dios dijo que sea; siendo Dios
infinito existo desde el infinito; soy infinito: Soy dios. Luego
soy al nacer y me vuelvo mortal, Muero y regreso a mi
inmortalidad. ¿Contradictorio? Racionalmente
Si.

b).- Qué he sido predestinado para la
condenación: es decir, que fui creado para que luego de mi
corta existencia vuelva a la nada. Nada es más
contradictorio. En este caso ni mi voluntad peor la sociedad
tiene nada que ver con mi existencia. He sido condenado y mi
voluntad haga lo qué haga no evitará que cambien
las cosas. En este caso: Existí antes de nacer, que
equivale a existir desde que Dios dijo que sea; siendo Dios
infinito existo desde el infinito; soy infinito: Soy dios. Luego
soy al nacer y me vuelvo mortal, Muero y ya no regreso a mi
inmortalidad. Muere mi capacidad de inmortal y me convierto en
nada. Muere dios. ¿Contradictorio? Racionalmente
Si.

2) No existe la predestinación.- Racionalmente
aceptada. Nunca fui, existo hoy, mañana lo que Dios
disponga. Al no existir la predestinación no se niega el
poder de Dios. Tampoco la existencia de Dios. El hombre es
finito: tiene un inicio y un futuro que, religiosamente, puede
llegar a ser finito o infinito dependiendo de su actuación
en su vida. Fuera de la religión el hombre es
finito en los dos sentidos: tuvo un inicio al nacer y
tendrá su final en su muerte.
Analicemos cada uno de estos tópicos:

a) No se niega la existencia de Dios. Dios es creador;
por tanto es antes del creado. Racionalmente no puede un Creador
tener una existencia de igual magnitud que del creado, tampoco
puede ser después del creado. Siendo igual, tanto el
Creador como el creado son la misma persona y ambos serían
Dios; y, el hombre no es Dios. Siendo después: el hombre
creó a Dios.

b) El hombre es finito.- Tanto si hubo o no la
Creación el hombre tuvo un inicio y algún
día llegará a su final. Pero el fin del hombre no
llegará, porque el día que llegue Dios
morirá. Dios no puede ser Dios de la nada. El hombre fue
cuando Dios lo creó y seguirá hasta que su Creador
disponga.

 

 

 

Autor:

Ing. L. Miguel Torres Encalada

Escrito en febrero de 2008 en la ciudad de Cuenca,
Ecuador.

Datos del Autor:
Ingeniero Civil.

Trabajos relacionados con estudios de sistemas de
Agua Potable y
Alcantarillado. Fiscalización de Obras de Saneamiento
Ambiental. Al momento desempeño labores inherentes a mi
profesión en la empresa
pública ETAPA (Cuenca-Ecuador).

Aficiones:

Lectura.

Composición literaria. También he
compuesto varios temas musicales que no han sido nunca
editados.

Partes: 1, 2
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