- Etiología sobre la
Timidez. Investigaciones - Escuelas
Teóricas - Consideraciones
Etiológicas del Autor - La
falta de habilidades sociales es abordada por una serie de
modelos explicativos - Conclusiones
- Bibliografía
Introducción
Si tenemos en
cuenta que el ser humano es un ser social por naturaleza y
que, por ende, su desarrollo
psicológico e integral está muy determinado por la
efectividad en la forma, medios y
vías con que ejecute su vínculo con los
demás, el tener problemas en
este sentido puede traer consecuencias harto negativas que
impidan su bienestar emocional y en última instancia su
felicidad. La ineficacia en las relaciones
interpersonales traen aparejado fracasos y la no
satisfacción de muchas necesidades humanas, impidiendo que
dicho vínculo interpersonal se configure como un verdadero
motivo de la
personalidad y que por consiguiente no se logre o experimente
el triunfo o el éxito
interpersonal. La timidez es uno de los fenómenos
más importantes que causan problemas en la interacción social, básicamente
porque impide y paraliza la actuación, no
lográndose los objetivos y
metas interpersonales que incidirían en el crecimiento y
desarrollo individual. Es por eso que el estudio de la timidez se
hace muy necesario para dilucidar sus aspectos más
intrínsecos, sus causas, el desarrollo que va teniendo y
las condicionantes de este último, las particularidades y
leyes del
proceso de su
configuración en la personalidad,
así como las características más variadas y
su expresión individualizada en los sujetos.
Este trabajo
pretende como objetivo
elaborar un esquema teórico acerca de la etiología
de la timidez, tomando como referencia los juicios de autores que
han abordado la temática, así como las ideas que el
autor ha venido construyendo a través de la
revisión bibliográfica y la práctica
clínica.
Etiología
sobre la Timidez
Investigaciones
Algunos
autores de corte biologista valoran la posibilidad de que las
manifestaciones psicosomáticas propias de la timidez
tengan su origen en la función de
las glándulas de secreción interna como la
hipófisis o las suprarrenales. Otros, más
absolutistas, consideran la timidez como una
característica hereditaria. Un ejemplo de ello son los
estudios realizados en la Universidad de
Harvard en los Estados Unidos,
quienes con el objetivo de comprobar la no mediatización
de la personalidad y del aprendizaje en el
comportamiento
inhibido, hicieron un análisis de las reacciones de un grupo de
niños
enfrentados a situaciones nuevas y extrañas, donde
obtuvieron como resultado: en unos, reacciones de silencio y
variación del ritmo cardíaco, mientras que los
otros no experimentaron variación alguna en su respuesta,
es decir, que no sintieron miedo. Esta investigación los condujo a la
conclusión de que los tímidos no habían
adquirido ese comportamiento sino que lo habían
heredado.
El Proyecto de
Adopción
de Colorado (C.A.P) estudió longitudinalmente 182 familias
adoptivas y 164 familias no adoptivas, comparando niños
adoptados y no adoptados entre los 12 y 14 meses. Los resultados
del C.A.P. indican una influencia hereditaria y del ambiente
familiar. La interacción ambiente-genotipo sugiere la
posibilidad de que factores ambientales afecten a los
niños diferencialmente como función de su
predisposición genética.
Esto no significa que las diferencias individuales en los
tímidos sean inmutables debido a la herencia, sino
que los efectos genéticos implican una propensión
de esta naturaleza y no de una predeterminación, por lo
tanto los cambios en las personas tímidas son
perfectamente posibles.
Aparte de los factores biológicos predisponentes,
existen otros de corte persono lógico, como la
vulnerabilidad y habituación al estrés que
determinan diferencias individuales respecto a la
activación o "arousal". Eysenck, en 1970, se refiere al
nivel de neuroticismo, intensidad y persistencia de la
reacción frente a estímulos externos como un factor
predisponerte de personalidad. Un alto nivel de neuroticismo
implica una reacción demasiado intensa y persistente ante
estímulos fuertes.
Existen una
serie de factores ambientales que también pueden
considerarse como predisponentes, dentro de los que se
encuentran: características de ciertos sistemas
familiares, condiciones socioeconómicas y culturales,
etc.
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