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Antología inmigrante argentina (página 10)



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En "El dueño del terror", escribe Daniel
Artola:

"Gustavo Mendoza filmó un documental sobre la
obra de Narciso Ibáñez Menta. Es vecino de Villa
Urquiza, tiene 36 años y estudió dirección de cine. Dice que
su fanatismo por el destacado actor de obras de terror lo
heredó de sus padres. Tuvo la oportunidad de conocer al
maestro en el Festival de Cine de Mar del Plata y cuando
falleció, hace dos años, sintió la necesidad
de hacer un documental sobre su vida.

En 1996 estudiaba cinematografía y quería
realizar un documental sobre el cine de terror en Argentina.
Tenía como objetivo
entrevistar al hombre que
más se aproximó al género:
Narciso Ibáñez Menta. Gracias a José
Martínez Suárez, la persona que lo
dirigió en la intrigante Los muchachos de antes no usaban
arsénico, hice el contacto. Me comuniqué por
teléfono a Madrid y
grabé su imponente voz", dice Gustavo Leonel Mendoza,
vecino de Villa Urquiza, al evocar su primera charla con el
actor. Esa no fue la única oportunidad que se
acercó al artista, ya que un año después el
destino los unió en Mar del Plata.

"Fue en el Festival Internacional de Cine. Estaba en el
interior del cine Ambassador. Proyectaban La bestia debe morir,
una película producida, escrita y actuada por
Ibáñez Menta. Observo una silueta pequeña,
un hombre casi calvo con barba candado. Era demasiado bueno para
ser cierto. ¡Iba a ver una película a metros de
Narciso!", cuenta como si viviera esa situación por
primera vez. El encuentro personal se dio
en el Hotel Costa Galana. Luego de
esquivar a los cientos de fotógrafos que
buscaban a Sofía Loren, pude saludarlo. "Era muy elegante
y de aspecto amable. Le dije que seguía su obra desde
antes de nacer, ya que mis padres también eran apasionados
de su trabajo. Le
regalé un afiche de la película Obras maestras del
terror y contento me dijo: ‘¡Este no lo
tengo!’. Lo volví a grabar mientras la gente lo
saludaba y él estallaba en sonrisas", evoca Gustavo y se
lamenta de no haber contado con una filmadora a mano.

Maestro de las mil caras

El 15 de mayo de mayo de 2004 Narciso falleció a
los 92 años en España, su
tierra natal,
y fue en ese momento que Mendoza sintió la necesidad de
hacer un documental. "Ibáñez Menta es parte de una
época dorada que nunca va a volver", asegura. Entonces el
director de cine se reunió con aquellas personas que lo
conocieron y vivieron esa "belle epoque" lejana en el tiempo. Y el
gran desafío fue encontrar material, porque muchas cintas
se perdieron entre incendios de
filmotecas y robos. "Tengo el testimonio de los actores Beatriz
Díaz Quiroga, Cipe Lincovsky y José María
Langlais, entre otros", dice Mendoza. "Narcisín", como lo
apodaron cuando era niño prodigio del escenario, hizo en
teatro El
fantasma de la ópera y Jeckyll and Mr. Hide. Su gran
inspiración fue el actor Lon Chaney. Como él, fue
el hombre de
las mil caras y un referente indiscutido en el arte del
maquillaje y la caracterización. "Siempre se quejaba de no
poder usar su
cara debido al maquillaje que la cubría", dice
Mendoza.

Un recorrido a través de sus principales obras
teatrales (La muerte de
un viajante, FB), los éxitos televisivos (El fantasma de
la ópera, El hombre que volvió de la muerte, El
muñeco maldito y El pulpo negro) y su extensa
participación cinematográfica (Almafuerte, Obras
maestras del terror, La bestia debe morir) lo muestran como un
creador inagotable. La diversidad de testimonios de los que
trabajaron con él (actores, maquilladores,
técnicos, directores), además de cinéfilos,
especialistas y apasionados espectadores de su obra, sumado al
material de archivo
inédito, nos revela el perfil de un hombre consustanciado
con el misterio.

"Nos introduce de a poco, llevándonos de la mano,
a un recorrido de ficciones y vivencias dignas de un personaje de
película", afirma Mendoza, que ya presentó su
producción en Buenos Aires,
Montevideo y Piriápolis. "Algunos en forma despectiva le
decían ‘asustaniños’, pero logró
una relación hipnótica con el público
gracias a su voz grave y su presencia elegante", sostiene Mendoza
sobre el actor, cuyos personajes de ultratumba paralizaban
literalmente a la ciudad: nadie se quería perder sus
programas.
Claro que después de apagar el televisor era
difícil dormir tranquilo" (32).

En febrero de 2007, pudo verse en Buenos Aires De
Bessarabia a Entre Ríos. "Este film del villaguayense
Pedro Banchick da una rápida descripción de de la historia judia desde la
destrucción del Templo hace 2000 años y la
expulsión de los judios de Israel; hasta el
siglo XIX, centrandose en el Imperio Ruso de los zares, la vida
de la comunidad judia
en aldeas en esa epoca, el origen del idioma idish, la musica
klezmer, los "pogroms" y los otros motivos de la emigracion
continuando con la situacion de Argentina en ese siglo, la
llegada al hotel de inmigrantes y finalmente el establecimiento
en las colonias judias de Entre Rios y su
desarrollo.

En el film se aprecia la descripcion de Entre Rios
actual y la de hace 100 años. Cuenta con entrevistas a
hijos de aquellos que llegaron, entre ellos el padre de Pedro, el
director del museo judio de Villa Dominguez y el Embajador de
Rumania en Argentina, entre otros.

En un relato de Pedro Banchick señala como fue el
origen que lo impulso a concretar "De Bessarabia a Entre Rios":
‘Mi familia paterna
"Banchik" celebró hace un par de años los 100
años la llegada de mis bisabuelos a Argentina. Por tal
motivo, hicimos una gran fiesta de todo un día en una
quinta de las afueras de Capital… fue
un evento extraordinario e inolvidable de 255 personas de nuestro
pais, de USA, de Europa, Israel,
Brasil; etc…
todos descendientes directos de aquel matrimonio. Para
este evento yo hice un documental (que estaba previsto de 5 a 10
minutos) y resultó de 2 horas de duración, con la
historia de la familia y
otros diferentes segmentos. Si bien este película
gustó mucho a los familiares (todos se llevaron una copia)
luego del evento yo me olvidé de tal cosa pero
ocurrió que lentamente me comenzaron a llegar
repercusiones de todos lados. La historia continuó y un
año después estaba presentando mi película
en festivales de cine judío’ " (33).

"En Hacer patria, su tercer largometraje documental, el
director David Blaustein (Botín de guerra) se
propone una búsqueda desde sus raíces para entender
cómo el pasado se inserta en la nueva tierra encontrada
por los inmigrantes llegados al país" (34).

El niño de barro es una coproducción
hispano-argentina que "está inspirada en hechos que
sucedieron en las primeras décadas del siglo pasado. Los
crímenes del 'Petiso Orejudo' sirven para mostrar la
violencia de
la sociedad hacia
los niños"
(35).

Acerca del estreno en Buenos Aires, manifestó el
director, Jorge Algora:

"Estrenar cine en el país propio, es cada vez
más difícil, pero lograr que además se
estrene en América, con la misma repercusión
que aquí, es un logro que solo se puede entender por la
suma de muchas voluntades y esfuerzos.

La Calle Santa Fe, es una de las principales avenidas
que atraviesan la megápolis bonaerense y el 4 de
septiembre, a las 20,30h, se colapsó. Los coches que por
allí pasaban querían saber a qué se
debía el tumulto que se había formado a la entrada
de los cines Atlas.

"El Petiso Orejudo" es allí una leyenda urbana,
que ocupa un lugar destacado, en la crónica negra y esa
noche se estrenaba "El niño de barro", la película
inspirada en sus crímenes, lo cual generó una
enorme expectación.

800 invitados, famosos, políticos, presa y
canales de televisión
dieron un color
extraordinario a aquella calida noche del invierno
porteño.

La película atrapó, puso los pelos de
punta y revolvió los sentimientos.

Las muchas felicitaciones que recibimos allí, hay
que hacerlas extensibles a la
Televisión de Galicia, a la Xunta, al Consorcio
Audiovisual de Galicia y a todos los que pusieron su tiempo e
ilusión para que fuera posible, entre todos conseguimos
que, "El niño de barro", una película hecha por
gallegos, brillase con toda su intensidad aquella noche en Buenos
Aires" (36).

Notas

1. España, Claudio: "Así es la vida", en
Cien años de cine. Buenos Aires, La Nación
Revista, Tomo
I

2. Félix-Didier, Paula y Peña, Fernando
Martín: "Baires films Clásicos nativos",
Clásicos nativos Tinayre.htm.

3. España, Claudio: "Así es la vida", en
Cien años de cine. Buenos Aires, La Nación
Revista, Tomo I. Imagen:
www.cinenacional.com.

4. España, Claudio: "Llega Niní Marshall",
en Cien años de cine. Buenos Aires, La Nación
Revista, Tomo I.

5. Verbeke, Natalia: "Juvenilia", en
www.cinenacional.com. Imagen: http://www.leedor.com/products/ver.php?tb=1&CAT=Clasicos%20Argentinos

6. S/F: en http://fundacionkonex.com.ar/premios/curriculum.asp?ID=1078

7. S/F: "Los directores y sus películas", en
Historia del Cine Argentino
http://webs.satlink.com/usuarios/c/cinema/h25.htm

8. S/F: "Biobibliografía de Syria Poletti", en
Poletti, Syria: Taller de imaginería. Buenos Aires,
Losada, 1977.

9. Kriger, Clara: "La Patagonia
rebelde", en Cien años de cine. Buenos Aires, La
Nación Revista, Tomo II.

10. Manetti, Ricardo: "El cine de la digresión",
en Cien años de cine. Buenos Aires, La Nación
Revista, Tomo II. Imagen:
http://www.cinemah.com/ipertesti/argentina2001/argent2.htm.

11. Sarlo, Beatriz: en Historia de la literatura
argentina. Buenos Aires, CEAL, 1980.

12. Dos Santos, Estela: en Historia de la literatura argentina. Buenos
Aires, CEAL, 1980.

13. Couselo, Jorge Miguel: en Historia de la literatura
argentina. Buenos Aires, CEAL, 1980.

14. Manetti, Ricardo: op. cit.

15. S/F: "Bairoletto, la aventura de un rebelde", en
http://www.pantalla.com.ar/pel/0/204.html.

16. Reinoso, Susana: "Cine Argentino. Borges regresa a
su amor", en La
Nación, Buenos Aires, 17 de julio de 1996.

17. Lerer, Diego: "Tres caras de la historia", en
Clarín, Buenos Aires, 4 de julio de 1998.

18. García Olivieri, Ricardo: "Un documental de
excepción", en Clarín, 31 de julio de 1997. Imagen:
www.leedor.com.

19. S/F: " ‘Frontera
sur’ llega a la pantalla grande", en El Tiempo, Azul, 12 de
abril de 1998.

20. Sasiaín, Juan: "La fuga", en
www.cineismo.com

21. Ottone, Antonio, dir.: Un amor en Moisés
Ville. Abril de 2001.

22. S/F: "Un amor en Moisés Ville", en
http://www1.cinemark.com.ar/peliculadetalle.php?idpelicula=686
Imagen:
http://www.americine.com/catalogo.php?lang=esp&tipo=ficcion.

23. Ormaechea, Luis: "Con ánimo de conciliar", en
Otrocampo.com. Imagen:
http://www.alohacriticon.com/elcriticon/article3054.html.

24. Dimilta, Juan José: "Un día de
suerte".htm, en Leedor.com

25. S/F: "Un día de suerte", a Berlín.htm.
Imagen:
ar.geocities.com/pampacine_2002sp/undia/index.htm.

26. Di Toma Mues, Ignacio: "Un hombre honesto, sincero,
de coraje y lucidez", en www.elbarriopueyrredon.com.ar. Imagen:
www.pagina12.com.ar.

27. Martínez, Adolfo C.: "Después de seis
años del estreno de "Temporal" La vuelta de Orgambide al
cine", en La Nación, Buenos Aires, 30 de julio de
2006.

28. Maestri, Eugenio: "Cine Otra mirada sobre el
progreso Lo que la zafra se llevó", en Clarín,
Revista Viva, 6 de agosto de 2006. Comentario publicado
también en http://www.rioarriba.com.ar. Imagen:
www.todoloqueveo.com.ar.

29. Thames, Nora: La calidez de Las manos, en
Letras-Uruguay.
Imagen: www.cinenacional.com.

30. Minghetti, Claudio D.: "Saladillo ya es un pueblo de
película", en La Nación, Buenos Aires, 10 de
septiembre de 2006. Imagen:
http://www.camaraonline.com/col/thumbnails.php?album=search&search=cine.

31. Montesoro, Julia: "Cine argentino", en La
Nación, Buenos Aires, 3 de diciembre de 2006.

32. Artola, Daniel: "Gustavo Mendoza filmó un
documental sobre la obra de Narciso Ibáñez Menta.
El dueño del terror", en www.periodicoelbarrio.com.ar,
Diciembre de 2006.

33. Info y foto publicadas en Asociación de
Genealogía Judía de Argentina,
www.agja.org.ar.

34. Scherer, Fabiana: "Explorador", en La Nación
Revista, Buenos Aires, 5 de agosto de 2007. Imagen:
www.buenosairesladob.com.ar.

35. S/F: en Misiones on line www.misionesonline.net, 24
de octubre de 2007.

36. Algora, Jorge: en LUCES DE BUENOS AIRES, en
algora.blogia.com/

Apéndice

INMIGRANTES Y EXILIADOS LLEGADOS A LA ARGENTINA DESDE
1960

Yo, Sor Alice (1999)

Dirección: Alberto Marquardt

Guión: Alberto Marquardt

Fecha de Estreno: 10 de mayo de 2001

El film es una travesía por un período de
la historia
argentina de la mano de Alice Domon, una religiosa francesa
perteneciente a la congregacion Hermanas de las Misiones
Extranjeras, que vivió en Argentina desde 1967 y fue
secuestrada y desaparecida por la última dictadura militar
por su compromiso social junto a los pobres.

La visión de la propia Alice sobre esos
años difíciles es narrada a través de
la lectura de
las correspondencia que ella mantuvo con su familia. Sus cartas revelan la
confrontación con una sociedad en crisis y el
avance de su compromiso con la realidad que le tocó
vivir.

Equipo Técnico

Producción ejecutiva:

Marcelo Céspedes y Carmen Guarini

Jefe de Producción:

Martín Mujica, Mariana Maañón y
Claudio Sordini

Fotografía:

Livio Pensavalle y Pascal
Sutra-Furcade

Montaje: Claudio Martínez

Música: Raúl Barboza

Sonido: Paulo de Jesús

Asistente de producción: Alejandra
Almirón

Argentina – Francia

http://www.cinenacional.com/peliculas/index.php?pelicula=2254

Yo, Sor Alice

Titulo: Yo, Sor Alice

Titulo original: Yo, Sor Alice

País: Argentina

Director: Alberto Marquardt

Año: 1999

Idioma: 78 min

Norma: DVD Zona 4 y
1

Editado por: SBP

http://www.leedor.com/products/ver_1_2115_Yo,%20Sor%20Alice.html

Video

Españoles

Gallegos

En la muestra "Luis
Seoane. Pinturas, dibujos y
grabados", que se llevó a cabo en el Museo de Arte Moderno
de Buenos Aires, en el invierno de 2000, se exhibió un
video que
brindó al espectador la oportunidad de entrar en contacto
con este espíritu y su singular obra. Con música de Milladoiro
y Xeito Novo, y la interpretación de Walter Santana, quien lee
fragmentos de ensayos y
obras de teatro de Seoane, se muestra al artista como un
peregrino que vive un doble extrañamiento: el del tiempo y
el del espacio. Con estas palabras lo dice: "Soy un peregrino de
la Edad Media,
pero estoy varado en el siglo XX" y también "ir rumbo a
Santiago de Compostela, mas estar varado en Buenos Aires". La
resignación que lo invade es resumida en la frase que
afirma: "Soy y seré para siempre un desarraigado
permanente. Lo seré aunque decida volver a mi país.
Es el destino del exiliado".

En dicho video se recuerda que el artista nació
en 1910 en Buenos Aires, en el seno de una familia de
inmigrantes. A los seis años volvió a
España, de donde debió partir en los tiempos de la
guerra. Veintisiete años tardó en regresar a la
Madre Patria y, desde 1967, escindió su vida entre Galicia
y la Argentina. Murió en La Coruña en 1979. Ana
María Battistozzi lo define como "una de las figuras
más destacadas de la comunidad gallega argentina y acaso
la más interesada en promover y estrechar los
vínculos culturales, en un momento en que esto implicaba
un fuerte compromiso político".

Integrando el Ciclo de conferencias 2006 organizado por
el Centro de Betanzos, el 20 de octubre, en el Salón Geno
Díaz, se exhibe, "A 70 años de la creación
de las Brigadas Internacionales", "ESOS MISMOS HOMBRES
Voluntarios Argentinos en la Guerra Civil Española", video
documental realizado por el grupo de
historia marplatense ‘HISTORIA DESDE ABAJO’
".

Dicho video "Se basa en una investigación de varios años donde
se entrevistaron voluntarios argentinos que viajaron a
España a luchar junto al pueblo español
contra los militares sublevados al mando del Gral Franco. Ellos
fueron a defender a la República Española y a
luchar contra el fascismo que
avanzaba en toda Europa. Junto a testimonios de los
protagonistas, más de 700 fotografías y con los
relatos de poemas de
Victor H. Morales , el Grupo de Historia desde Abajo,
realizó este documental, el primero sobre el tema en la
Argentina. Así mismo se deja reflejada la
participación solidaria en esta causa de la ciudad de Mar
del Plata, con testimonios y grandes aportes
fotográficos". Como conferencista invitado, se presenta
Jerónimo Boragina, Licenciado en Historia y miembro del
grupo Historia desde Abajo" (1).

Notas

1. 37. S/F: en www.centrobetanzos.com.ar/ cultura[arroba]centrobetanzos.com.ar.

Televisión

En 1967, Syria Poletti adapta para televisión su novela Gente
conmigo (1).

En 1969 se emitió por Canal 13 Muchacha italiana
viene a casarse, teleteatro escrito por Delia Gonzalez Marquez,
dirigido por Miguel Larrarte, con un elenco integrado por
Alejandra Da Passano, Rodolfo Ranni, Jorge de la Riestra,
Norberto Aroldi, Iván Grondona, Hector Biuchet, Ma. del
Carmen Valenzuela, Horacio O' Connor y Lydia Lamaison, entre
otros. "Su suceso fue tan grande que se extendió por
cuatro temporadas (hasta 1972)"

El argumento era el siguiente: "Valeria Donati vive en
un pequeño pueblo cerca de Nápoles, Italia y es
traída a la Argentina por un señor llamado Vittorio
Maglione que es fideero y hace 40 años que vive en
Argentina. El hombre le envió a la muchacha una fotografía
de 30 años atrás y Valeria se lanza tras la
ilusión de casarse acompañada de su hermana.
Valeria y su hermana Giana llegan a Buenos Aires pero se
desencuentran con Maglione y se pierden. Los porteros de un
edificio la ven desesperada y la ayudan. La muchacha se queda a
vivir en ese edificio de gente pudiente. El hijo adoptivo de los
porteros es empleado de la fideería de Maglione. El
empleado se da cuenta que ésta es la muchacha que su
patrón hizo venir de Italia, pero como se enamora de ella,
no le dice una palabra de donde vive Maglione. En el tercer piso
del edificio vive una mujer sola.
Valeria le hace los quehaceres domésticos. La mujer comienza
a hacerle confidencias a Valeria y le cuenta que tiene un amante
que se llama Juan Francisco Lindsay y que vive en una casa a la
que le dicen ‘El Paraíso’. Un día llega
Juan Francisco a la casa y Valeria lo espía a
través de los barrotes de la escalera. La mujer tiene un
altercado con Lindsay y lo amenaza con que se va a matar. Incluso
le escribe una carta donde le
confiesa que si la deja se suicidará. Por una de esas
cosas que tiene la vida la mujer es arrollada en forma accidental
por un automóvil. Valeria guarda la carta y
comienza a extorsionar a Lindsay. Le pide un lugar en ‘El
Paraíso’. Es que como su hermana Giana esta delicada
de salud, vivir en
un lugar como ése puede mejorar su vida. Lindsay
después de resistirse forzadamente admite que Valeria y su
hermana entren en la casa" (2).

"Es la familia más famosa de la
televisión. Todos los domingos al mediodía se
juntaban a comer tallarines, a compartir el vermouth, a charlar
de sus cosas y a pelearse. Como se dice, una familia como todas
que hizo historia.

Aparecieron en la pantalla en el año 1970. Eran
transgresores aunque representaban una de las entidades
más notables de la Argentina: la familia.

"Los Campanelli" era un programa de TV
que se emitió por Canal 13 de Santa Fe (para nosotros) los
domingos al mediodía y tenía como eje del argumento
lo que sucedía en ese mismo momento en una familia
típica de clase media
que se reunía a comer tallarines amasados por la
vieja.

El ciclo tuvo un éxito
tremendo, pese a que se mantuvo unas pocas temporadas en el
aire, pero en ese
tiempo se hizo famoso.

La dirección estaba a cargo de Héctor
Masselli y el libreto pertenecía a Juan Carlos Mesa, Jorge
y Carlos Basurto y Oscar Viale, en tanto que la música era
autoría de Horacio Malvicino (o Alain Debray) La familia
estaba compuesta por los padres, Adolfo Linvel y Menchú
Quesada (don Carmelo y doña Lucía), completando el
cuadro sus hijos y yernos.

Allí estaban Osvaldo Canónico (heredero
del negocio familiar de servicio
atmosférico, casado con Gloria Montes, dos gritones
totales), Dorita Burgos (esposa del funebrero Alberto Anchart,
"El tumba"), Zulma Grey (casada con Tino Pascali, un temeroso
empleado público), María Cristina Laurenz (amada
mujer de Carlos Scazziotta, sodero y fanático de Boca),
Santiago Bal (solterón, mujeriego y jugador empedernido,
vago total) y Tito Mendoza (músico baterista).

Para que nada falte se agregaba la muchacha de la casa,
Flora (Edda Díaz, un aparato de aquellos) y todo tipo de
visitantes alternativos, incluido un vecino "Gallego" que se
peleaba con el tano dueño de casa.

Luego de algunos capítulos ingresaría
"como el hijo que llegaba de Estados Unidos":
Claudio García Satur, quien se incorporaría con su
esposa en la ficción, Alejandra Kliment, una rubia muy
bonita pertene- ciente a la alta aristocracia
porteña.

Dos años después, Satur alcanzaría
la fama total con su personaje de Rolando Rivas que lo
proyectaría a otros niveles y que lo alejaría de su
"familia".

"Los Campanelli" representaron durante esa especial
etapa de la vida argentina a un clásico de los domingos,
algo de lo que todos hablaban y donde nadie quedaba al margen.
Todos conocían a sus personajes y repetían sus
latiguillos como una marca
registrada.

Cuando Santiaguito llegaba de madrugaba a la casa, y
eludía con cancha y verso los retos de su padre, el viejo
Campanelli tenía una frase especial: "es un ángelo,
no vola perque es pichón!".

Como toda familia tuvo sus cosas. Sus personajes eran
identificados por la calle como verdaderos y pese a que muchos
eran actores de primera línea les costaba despegarse de
representaciones domingueras. Adolfo Linvel (que en esta
época tenía 58 años, aunque parecía
de mucho más) había empezado su carrera en 1933 y
recién con ese programa llegaba a la fama, lejos de las
tablas que lo habían formado.

Esta familia fue todo un símbolo de la Argentina,
donde cada una de sus ocurrencias se festejaba casi como "chiste
nacional".

Y como toda familia, un día se convirtió
en recuerdo. El primero en partir fue Osvaldo Canónico y a
partir de allí todo pasó a formar parte de la
leyenda del espectáculo argentino.

Pese a todo, no hay nada más lindo que la familia
unida!" (3).

En 1973, "Abel Santa Cruz tiene siete obras en
tevé. Una de ellas es Carmiña, con María de
los Angeles Medrano y Arturo Puig, y Raúl Rossi en el rol
de Hipólito
Yrigoyen. En radio se
conoció como Tu nombre es María Sombra; en
tevé en1969 como Nuestra galleguita. En el exterior se
emitió como Natasha" (4).

En 1984, "Con su monumental y multitudinario proyecto que
quedará trunco, Los gringos, David Stivel llega a ATC con
la pretensión de contar en tres años el recorrido
de los inmigrantes a través de varias generaciones.
‘Es una saga –detalla Stivel a Clarín,
mientras su hija Andrea participa en la producción- de
varias familias: dos italianas, una española y otra
judía, que llegan al país en 1890. Se trata de un
homenaje a nuestro origen que nos permitirá detectar sus
virtudes y sus defectos’. La idea inicial es del propio
Stivel y de Aída Bortnik, pero los libros los
escribe Juan Carlos Gené y actúan Bárbara
Mujica, Julio de Grazia, Marta Bianchi, Emilio Alfaro, Luisina
Brando y Miguel Angel Solá" (5).

A partir de abril de 2000, Canal "á" puso "en el
aire ‘La otra tierra’ (historias de inmigrantes en un
país que busca su identidad),
una nueva versión del recordado ciclo televisivo". Se
llevó "a cabo en emisiones semanales de media hora de
duración, poniendo en relieve el
aporte cultural de cada una de las corrientes migratorias". El
ciclo contó "con la producción y dirección
de la recordada Clara Zapettini y la conducción de
Canela". El equipo que respaldó el proyecto "estuvo
compuesto por Adriana Ocón en la producción; Moira
Soto en investigación, e Ivonne Fournery como guionista"
(6).

Un año después, Ivonne Fournery se
refirió en un reportaje a ambas versiones del ciclo: "En
el año ’86 yo empecé a escribir… haciendo
guiones en documentales periodísticos, en un programa muy
lindo que se llamaba ‘La otra tierra’, que trataba de
inmigrantes en un país que busca su identidad. El proyecto
estaba dirigido por Clara Zapettini, una mujer muy talentosa…
(…) Una mujer que siempre se destacó, y en esa
oportunidad la convocaron para ‘La otra tierra’, y
fue tal el impacto que, por ejemplo, el año pasado se
firmó un contrato con
canal A y se grabaron programas de media hora, con un
único testimonio cada uno. La ideología, tanto en la primera oportunidad,
en los ’80, como ahora, fue la misma, o sea, no poner el
acento para nada en la colectividad o comunidad, sino en la
síntesis de las culturas. Es decir, hacer
hincapié en el aporte que significó a nuestra
identidad esa cultura. Lo cual enriquece al programa, lo hace
mucho más vivo y mucho más real. De lo contrario,
se transforma en una cosa… te diría que pintoresca o
turística… y no es ésa la intención.
Además, te cuento… yo
no hacía la investigación periodística, pero
lo que yo aprendí de las culturas haciendo esto no te
puedo explicar. Por otra parte, fueron muchos programas: en el
’86 se hicieron 55 y en este último año, 39.
O sea que realmente fue un privilegio. Y ahí yo
hacía los textos y la voz en off" (7).

En septiembre de 2002, se pudo ver por TN un programa
del ciclo "En el camino", de Mario Markic. Este programa,
titulado "Hotel de Sueños" (8) se refería a la
historia del Hotel de Inmigrantes, e incluía un reportaje
al profesor Jorge
Ochoa de Eguileor, Coordinador -junto con la arquitecta Graciela
Seró Mantero- del Museo Nacional de la Inmigración, que tiene su sede en ese
edificio entrañable e inauguró su primera etapa en
octubre de 2001.

En esa emisión televisiva -que se reiteró
en varias oportunidades-, periodista y especialista se refirieron
a la inmigración y a la vida de quienes dejaban su tierra
y se alojaban en el Hotel.

En agosto de 2003, el programa Escala Real, que
se emite por Canal á, difundió un trabajo sobre el
Hotel de Inmigrantes, en el que participaron el profesor Jorge
Ochoa de Eguileor y la arquitecta Graciela Seró Mantero,
Consultores Coordinadores del Programa Complejo Museo Hotel del
Inmigrante, el arquitecto Carlos Pernaut y el licenciado Gabriel
Miremont.

En el programa que conduce Canela, Colectivo imaginario,
se alude frecuentemente a inmigrantes y exiliados.

En 2005, "6-Holocausto" se
emitió por Telefé.

En 2006 se vio en la Argentina la miniserie Vientos de
agua, una
coproducción del canal Telecinco de España, Pol-Ka
y Cien bares (la sociedad de Campanella y el autor Eduardo
Blanco. La dirigen Juan José Campanella, Sebastián
Pivotto, Paula Hernández y Bruno Stagnaro (9).

Sandra Russo entrevistó a Campanella: "La
coproducción argentino-española, una historia de
exilios cruzados entre inmigrantes de las primeras décadas
del siglo XX y los argentinos que huyeron en el 2001 admite,
según Campanella, una clara connotación: "Tenemos
la fantasía de ser ‘apolíticos’, pero
hacemos política permanentemente, hasta cuando
miramos televisión".(…) Cuenta Campanella que para los
trece capítulos de Vientos de agua trabajaron dos
años y medio. "Escribimos los dos primeros guiones cuatro
autores juntos: Aída (Bortnik), Juan Pablo (Domenech),
Aurea (Martínez) y yo. Fueron ocho meses. No sólo
había que recrear la génesis de los personajes,
sino el modelo de
estructura
sobre el que descansaría la historia. Mucho ida y vuelta,
mucha reescritura. El resto de los guiones se llevó
adelante desde marzo de 2004." La idea de entrecruzar a un
inmigrante asturiano analfabeto que abandona su tierra natal
perseguido por la Guardia Civil con la de su propio hijo, un
arquitecto que en 2001 cruza el Atlántico hacia
España buscando cómo rearmar su vida y mantener a
su familia, se le ocurrió al director mientras
vivía en EE.UU., donde residió 18 años. "Un
día, en Nueva York, me desperté a las cinco de la
mañana para leer todos los diarios argentinos antes de ir
a filmar, y pensé ‘pobre el abuelo, que no
podía hacer esto’, pero después, destruido
por la realidad argentina, me dije: ‘bueno, qué
suerte que el abuelo pudo olvidarse de todo y empezar de
cero’. O sea, el desarraigo, antes y ahora, es tremendo." Y
sobre el desarraigo cabalga Vientos de agua, porque tanto en el
barco "Aquitaine", que trae al asturiano Andrés Olalla a
la Argentina, como en el piso madrileño en el que se
hospeda muchas décadas más tarde su hijo, hay
cubanos, húngaros, franceses, italianos, gente que por un
motivo u otro tuvo que dejar su tierra y se hace mutuamente una
compañía precaria pero al mismo tiempo
férrea: la compañía que se hacen los
desesperados. Allí nacen esas amistades que se
mantendrán de por vida y los roces inevitables de los que
intentan permanentemente mantener algún tipo de equilibrio"
(10).

En noviembre de 2006, en "Noticias de la
Historia", conducido por Diego Valenzuela, se incluye "La
inmigración". En esa oportunidad, se entrevista a
Alicia Bernasconi, historiadora, investigadora del CONICET;
Eduardo Vázquez, director del Museo de la Ciudad;
Adrián Ceratto, profesor de Historia; Benjamin Marcon,
Coordinador del Museo del Inmigrante, y Luis Vaccaro, propietario
de un conventillo de San Telmo, heredado de su abuelo italiano.
Los temas a los que el conductor y los entrevistados se refieren
son, entre otros, el Hotel de Inmigrantes, el conventillo, la
asimilación y la
educación.

Otro tema especial, conducido por Santo Biasati en TN,
se refirió a la inmigración y el exilio en diversas
oportunidades, entre las que recordamos las emisiones de "La
Guerra Civil española" (2006), "Adolf Eichman, el
burócrata asesino" (2007), "Científicos nazis en la
Argentina" (2007) y "El ministro argentino de Hitler"
(2007).

En Tiene la palabra, conducido por Luis Otero y Silvia
Martínez Cassina, por TN, se entrevistó a Osvaldo
Bayer (2007) y Luis Landriscina (2007), entre otras
personalidades.

Acerca de "La vuelta de Bayer", se afirmó: "En
1921, cientos de peones patagonicos encontraron una muerte
injusta. Habian iniciado una huelga en
reclamo del cumplimiento de un Convenio Rural firmado con los
estancieros. Al no llegar a un acuerdo, el entonces presidente
Hipolito Yrigoyen dio la orden de ejecutar a los huelguistas. El
Teniente Coronel Varela llevo a cabo el fusilamiento, arrojando
los cuerpos sin vida a "tumbas masivas", donde aun permanecen.
Osvaldo Bayer reescribio esta historia. Fue en La Patagonia
trágica, el libro que dio
origen al filme La Patagonia rebelde, dirigida por Hector
Olivera. Treinta y cinco años mas tarde, Bayer regresa a
la Patagonia. Va en busqueda del legado de su obra. A los 80
años, el historiador, escritor y periodista dice: "Queria
ver los resultados de todos los años que dedique a la
investigacion de este tema-. La vuelta de Bayer, el documental
que sera emitido esta noche por Canal 7, es la narracion de ese
reencuentro" (11).

Notas

1 S/F: "Biobibliografía de Syria Poletti", en
Poletti, Syria: Taller de imaginería. Buenos Aires,
Losada, 1977.

2 Marcos, Marisa: en www.telenovelas.com.ar.

LAS TRAVESURAS DE NINÍ Los mejores libretos de
Catita, Cándida y otras criaturas, por Niní
Marshall. Buenos Aires, Planeta, 1994. (La Mandíbula
Mecánica). 206 pp. Fotos de interior
y tapa: Annemarie Heinrich.

3 S/F: "¿Quién no se acuerda de "Los
Campanelli"?", en La Opinión, Rafaela, Santa Fe,
www.laopinion-rafaela.com.ar, 27 de julio de 2006.

4 Itkin, Silvia: "El Estado
llega a la televisión", en Ulanovsky, Carlos, Itkin,
Silvia y Sirvén, Pablo: Estamos en el aire. Buenos Aires,
Planeta, 1999.

5 Sirvén, Pablo: "La patota cultural", en
Ulanovsky, Carlos, Itkin, Silvia y Sirvén, Pablo: Estamos
en el aire. Buenos Aires, Planeta, 1999.

6 Hall, Annie: "Bambalinas", en La Nación, Buenos
Aires, 9 de enero de 2000.

7 Ceratto, Virginia: "La indiferencia, en un 94%, es
falta de conocimiento",
en La Capital, Mar del Plata, 18 de marzo de 2001.

8 Markic, Mario: "En el camino: Hotel de sueños",
en TN, 12 de septiembre de 2002.

9 Lamazares, Silvina: "DETRÁS DE ESCENA DE LA
GRABACION DE ‘VIENTOS DE AGUA’ Una historia de
inmigrantes en dos tiempos", en Clarín, Buenos Aires, 2 de
setiembre de 2005.

10 Russo, Sandra: "Vientos de agua", la miniserie
dirigida por Juan Jose Campanella "Antes y ahora, el desarraigo
es tremendo", en www.pagina12.com.ar, 11 de Junio de
2006.

11 Bianco, Florencia: "Viaje en busca de un legado", en
Clarin, Buenos Aires, 20 de febrero de 2007.

Periodismo

En una de sus aguafuertes porteñas, titulada
"Elogio del lavacopas", Roberto Arlt
homenajea a los inmigrantes españoles:

"Quiero hacer hoy el elogio del lavacopas, del lavacopas
como elemento de progreso nacional, del lavacopas como ejemplo de
honestidad, de
contracción al trabajo, del lavacopas cuya
filosofía se la enseñaron los borrachos al borde
del mostrador, y cuya feroz y dulce pasión por el dinero se
la enseñó la miseria del terruño y la
ejemplar conducta del
patrón, del patrón que, como los antiguos patrones
griegos, sentaba a su mesa al esclavo y le zurraba cuando
hacía falta.

En el 80 por ciento de los casos, el lavacopas del
almacén
porteño es español. Vino de Mondoñedo, de
Alcalá de Henares, de cualquier rincón perdido en
la montaña. Con pantalón de pana y saco de
terciopelo, y una gorra pesada con orejeras, cubriéndole
la salvaje cabeza greñuda. Unos duros anudados en la punta
del pañuelo, y un deseo infinito de llegar a esa
América, a esa América tan linda, tan rebonita a
través de la gordura de los indianos, y de los
señorones que salieron hechos unos miserables y volvieron
con la familia después de cuarenta años de ausencia
a darle un banquete a todo el pueblo" (1).

Roberto Arlt viajó a Europa en 1935, enviado por
el diario El Mundo, y remitió desde allí sus
"Aguafuertes gallegas", serie de notas sobre los gallegos y su
relación con América, en las que tiene gran
importancia el tema de la inmigración a la Argentina
(2).

José González Carbalho en varios
artículos se refirió al viaje a la tierra de
sus padres que realizara en abril de 1955 (3). En "Temas de la
patria anterior", el viajero escribe: "Quienes fueron antes que
yo en mi sangre, partieron
por donde yo entré en España. Recuerdo que en
algún coloquio de lembranzas, hablóme mi padre de
cuando se echaba a nadar en la radiante bahía de Vigo.
Eran intentos para irse. Estaba haciendo la práctica para
la gran travesía. El alma navegante
se estaba familiarizando con la onda, el yodo, la brisa que
blanquea de sal la cara. Así partió siendo
niño. Y yo vo lví por donde él
partió, siendo ya varias veces hombre. Es decir: hombre y
experiencia, hombre y afán de indagar en la raíz,
de sentirme en la fuente de la savia. Hombre que necesita
respirar los aires de su patria anterior".

En "Lo que el cine no se llevó", afirma Magdalena
Ruiz Guiñazú: "usted se preguntara al leer este
relato cómo el cine nacional o extranjero no han explotado
estas estupendas historias patagónicas a las que la
naturaleza
sigue prestando su marco deslumbrante. Cómo un personaje
con todas las características del pionero no ha sido usado
para hacer conocer esta historia nuestra que casi siempre se
presenta en forma tan ceremoniosa que inmediatamente imaginamos
una hoja de almanaque sin sangre y sin vigor. Son imponderables
que difícilmente podremos comprender. El cine nacional es
un enfermo postrado. Los temas para infinitas historias siguen
esperando, en alas de la imaginación, para devolverle la
vida" (4).

A partir de la historia de una pareja de inmigrantes
judíos,
Alicia Dujovne Ortiz se refiere a otros inmigrantes. Ella afirma:
"En el respeto mutuo
estaba la clave del entendimiento entre esas dos personas
valerosas que habían abandonado sus aldeas natales y
llegado a la Argentina solos, casi adolescentes.
Lo demás –pasar por el siniestro Hotel de
Inmigrantes y por el patio del conventillo que calentaba el alma
con sus olores y sus idiomas mezclados, aprender un castellano cuyo
diptongo en ue jamás pudieron pronunciar, pero al que
igual domaron e hicieron suyo- equivale a la historia de todo
inmigrante, cualquiera que haya sido su nombre: Marcello, Manolo,
Moishe o Mustafá" (5).

Abel Posse "cuenta la historia de Casimiro Aín,
que bailó ante Pío XI el Ave María, de
Canaro". "A las 9 de la mañana del 1° de febrero de
1924, Casimiro Aín (el Vasco o el Lecherito),
pálido y seguramente un poco aterido (invierno), sale del
hotelito de la vía Torino que le reservó la
embajada y sube a un taxi. Lleva una modesta valija con los
elementos esenciales: botines abotonados, pantalón de
fantasía con trencilla, chaqueta negra con vivos,
pañuelo al cuello, o lengue de seda japonesa y un
puñal de madera que le
parecerá conveniente no agregar al atuendo. Lleva puesto
el invariable chambergo borsalino, el gacho gris arrabalero, de
cinta ancha y ribete negro en el ala. Símbolo del malevaje
ríoplatense" (6).

En "El siglo disfrazado", Mauricio Kartun analiza la
relación del Carnaval con la inmigración: "Fue con
el vendaval inmigratorio de principio de siglo que la farra
desbordó todo orden institucional, la mascarita se
independizó, y el disfraz pasó a ser un atributo de
fenomenal creatividad
individual, un orgullo familiar en el que las mujeres de la casa
lucían su solvencia con el molde y la aguja".

Una vez disfrazado el niño, debía
fotografiárselo, para enviar esa imagen al país de
origen: "Colas de una cuadra en Foto Bixio, o en Pascale, bajo
el sol
calcinante de febrero, ese que aseguraba con el resplandor de la
primera tarde los mejores contrastes en la vidriada
galería de pose del estudio. ¿Cómo
testimoniar sino allá en el terruño el prodigio de
costura, las costumbres, el crecimiento y la belleza de los
chicos, engalanados y maquillados?"

El afianzamiento de la inmigración hizo que
cambiaran los disfraces elegidos por las madres para sus hijos:
"Viejas fotos. Sólo eso queda de aquella magnífica
pasión por el disfraz. De pierrot, sobre todo, hasta los
años 20 en que las colectividades tomaron peso propio. De
allí en más predominaron los baturros, toreros y
gaiteros asturianos, las majas, las gitanas, y los vascos
pelotaris con sus paletas en miniatura, o su versión
lechera con los tarros también a escala" (7).

Enrique Pinti evoca los carnavales de
su infancia:
"Piratas, gauchos, damas
antiguas, marqueses versallescos, zorros (negros y blancos),
diablitos, hadas, aldeanas, lagarteranas, baturros, tiroleses y
andaluces, gitanas y pajes medievales aparecían en esas
páginas como un convite a la consagración y
apoteosis del hermoso período anual. (…) Vacaciones no
tenía, pero disfraces sí, ¡y qué
disfraces! Payaso, pollito, holandés, bailarín
ruso, gaucho, mexicano, sargento americano y teniente argentino.
Las fotos atestiguan mi felicidad y las poses son las de un
gordito decidido a ser estrella" (8).

Apéndice

INMIGRANTES Y EXILIADOS LLEGADOS A LA ARGENTINA HASTA
1810

Manuel Mujica Láinez visita, en Villafranca de
Oria, pueblo cercano a San Sebastián, la casa de sus
mayores, en una "peregrinación a las fuentes": "Con
Armendáriz torné a entrar en la iglesia. Me
enseñó, en los registros
parroquiales, las anotaciones que consignan los bautismos,
matrimonios y muertes, de gente remota vinculada a mí. Y,
saliendo del templo neblinoso, me mostró junto a él
la que fue casa de mis mayores y que, desde 1890, más o
menos, está destinada a escuela, correo,
dependencias municipales y qué sé yo qué.
Sobre la puerta sigue intacto el blasón, como en tantas y
tantas casas de Guipúzcoa" (9).

Notas

1. Arlt, Roberto: Nuevas aguafuertes porteñas.
Buenos Aires, Hachette, 1960. 329 páginas. Estudio
preliminar de Pedro G. Orgambide.

2. Arlt, Roberto: Aguafuertes gallegas. Santa Fe,
Ameghino, 1997. Selección,
prólogo y notas por Rodolfo Alonso.

3. Requeni, Antonio: "Un poeta arxentino en Galicia:
González Carbalho". Separata del Boletín Galego de
Literatura (Traducción al gallego de Blanca-Ana Roig
Rechou. Traducción del gallego de M.G.R.).

4. Ruiz Guiñazú, Magdalena:"Lo que el cine
no se llevó", en Había una vez… la vida. Buenos
Aires, Editorial Planeta, 1995. 223 pp.

5. Dujovne Ortiz, Alicia: "La memoria de
las mujeres", en La Nación Revista, Buenos Aires, 28 de
noviembre de 2004.

6. Posse, Abel: "Lejanas batallas del tango (I) 1924.
El vasco Aín en la Santa Sede", en La Nación
Revista, Buenos Aires, 5 de octubre de 2003.

7. Kartun, Mauricio: "El siglo disfrazado", en
Clarín Viva, 20 de febrero de 2000.

8. Pinti, Enrique: "La Argentina según Enrique
Pinti. Carnavales eran los de antes", en La Nación
Revista, Buenos Aires, 6 de marzo de 2005.

9. Mujica Láinez, Manuel: Placeres y fatigas de
los viajes.
Crónicas andariegas. Vol. I. Buenos Aires, Sudamericana,
1984.

Biografías

Introducción

1. Alemanes

2. Armenios

3. Austríacos

4. Belgas

5. Checoslovacos

6. Croatas

7. Dinamarqueses

8. Escoceses

9. Españoles

10. Estadounidenses

11. Franceses

12. Galeses

13. Griegos

14. Holandeses

15. Ingleses

16. Irlandeses

17. Italianos

18. Polacos

19. Portugueses

20. Rumanos

21. Rusos

22. Turcos

23. Ucranios

24. Varios

25. Apéndice

Introducción

La biografía es la
historia de una vida individual. Dryden, quien usó la
palabra por primera vez, la definió como "historia de las
vidas de los hombres particulares". Esta especie literaria se
circunscribe al trayecto que va del nacimiento a la muerte del
biografiado, y a la reputación que deja tras de sí.
El interés
central es una personalidad,
a la que todos los otros temas se subordinan.

Gosse definió la biografía como "el
retrato mas fidedigno de un alma y sus aventuras a traves de la
vida"; a criterio de Andre Maurois, uno de los más
talentosos biógrafos modernos, en ella se combinan
ciencia,
historia y ficción.

El primer impulso que llevó a escribir biografías fue el
deseo de exaltar para ejemplo publico, las vidas y los caracteres
de personas ilustres, a fin de señalar las virtudes que
debian ser emuladas e indicar los vicios que debian aborrecerse;
esta fue la intención de Plutarco, el primer gran
biógrafo. Plutarco fue un filósofo griego que
vivió en Roma durante el
siglo I de nuestra era; el comparó los grandes hombres de
Grecia con sus
equivalentes romanos, en cuarenta y seis vidas
paralelas.

El genero, cultivado
por Suetonio, Vasari y Stephan Zweig, es parte de la
historiografía y, como tal, arroja luz sobre el
pasado. "A los ojos de un biógrafo -comentan Wellek y
Warren- (el protagonista) es simplemente otro hombre, cuyo
desenvolvimiento moral e
intelectual, carrera social y vida emocional pueden reconstruirse
y valorarse por referencia a normas sacadas,
por lo común, a algún sistema
ético o codigo de
moral".

Confirman la relación existente entre biografia e
historia las pautas que deben tenerse en cuenta al elaborar una
obra:. al igual que el historiador, el biógrafo. ha de
reunir el material -cartas, documentos,
testimonios orales- y luego examinarlo, a fin de comprobar su
autenticidad; del mismo modo, deberá analizar la secuencia
cronológica, la presentación de los hechos, la
selección que inevitablemente deberá
efectuar.

Dos ensayistas, Exequiel Cesar Ortega y Alfonso Reyes,
se refirieron a este tema; sus consideraciones nos ayudaran a
comprender con mas claridad las caracteristicas del
genero.

Para Ortega, la aparición de la biografía
es anterior a la de la historia de la sociedad; la atención se puso en la individualidad antes
que en el grupo humano. El ensayista coincide con Wellek y Warren
cuando afirma que el biógrafo mira al hombre desde
distintos angulos, según su epoca y los canones eticos
vigentes en ella; lo que es innegable, según podemos
comprobar, es la constante preocupación que la Humanidad
ha evidenciado y sigue evidenciando por este tipo de
obras.

Siempre esta presente en el biógrafo el deseo de
presentar un modelo, un ejemplo; cuando una personalidad
sobresale en un area de la cultura, surgen inmediatamente los
interrogantes, la avidez por conocer sobre su vida, sobre
aspectos recónditos de su gesta. El individuo que
se destaca pertenece, según Ortega, al dominio comun; la
comunidad desea saber, y es aquí cuando cumple su tarea el
biógrafo.

Estudiando cuanto encuentra a su alcance, se
internará en ese alma para brindarla, lo mas honestamente
posible, a sus lectores, pero ya no nos encontramos en los
tiempos de los dioses y de los heroes: la perspectiva ha de ser
humana. No se tratara de un predestinado, sino de un ser
semejante a tantos otros, con sus virtudes y su tesón;
esta imagen cotidiana, en contacto con la realidad, hará
que el biografiado nos resulte mas cercano a nosotros, aun en la
inmensidad de sus logros.

Mucho tiene en comun con las afirmaciones de Alfonso
Reyes cuanto comenta Ortega; Reyes observaba, como Ortega, que
los biografiados hercúleos y distantes cedían su
lugar a hombres de carne y hueso, signados por su tiempo. Pero
-censura- no debe caerse en el defecto opuesto; en muchas nuevas
biografías observamos al heroe excesivamente minimizado,
,restandole sus verdaderos meritos.

Es interesante ahondar en aspectos desconocidos de una
personalidad, mas no quiere ello decir que se deban poner sobre
el tapete sus rarezas, sus comportamientos a veces mezquinos, sus
excentricidades. A fuerza de
colocar al biografiado a nuestro mismo nivel, se crea la
sensación de que era demasiado corriente, indigno de la
fama que mereció; la frase de Reyes es rotunda: "Y la voz
del pueblo es la voz de Dios: la fama sabe bien lo que
hace".

De la experiencia de la inmigración surgieron
muchos libros. Algunos autores eligieron la ficción para
expresarse; otros, en cambio,
prefirieron las biografías. Ellos escribieron sobre
personas cuyas vidas les parecía interesante dar a
conocer. No se trata ya de presentar sus propias vivencias del
fenómeno de la inmigración –aunque muchos de
ellos descienden de inmigrantes-, sino de evocar la azarosa
existencia de quienes llegaban a una tierra con esperanza, pero
también con desazón y temor.

En este trabajo me refiero a algunas de las
biografías que dan a conocer aspectos de este
fenómeno social en la Argentina, entre 1810 y
1960.

Alemanes

Nora Ayala evoca en Mis dos abuelas. 100 años de
historias (1) las vidas de Gerónima, su abuela criolla que
vivía en Misiones, y la de Christina, su abuela alemana
que se estableció en Trelew.

Christina es una mujer con estudio que viaja a la
Argentina contratada como ama de llaves en casa de un director de
un banco de su
país. Ya en Adrogue, provincia de Buenos Aires, conoce a
un italiano con el que se casa. Habiendo nacido los hijos, el
hombre decide que lo mejor es volver a su tierra, para vivir de
rentas. No imaginaba que, para ello, debería dejar
aquí a una de sus hijas, que no pudo embarcar a causa de
una enfermedad. Cuando el hombre, dos años después,
vuelve temporariamente a la Argentina, no es a la niña a
quien lleva a Italia -como le había pedido su esposa-,
sino al padre, deseoso de ver su pueblo. Se avecina la guerra y
el italiano hace oídos sordos a su mujer, quien insiste en
que deben regresar, quien insiste en que deben regresar,
aprovechando que los hijos –salvo la menor- son
argentinos.

Finalmente vuelve Christina, sin marido y con algunos de
los hijos, ya que otros quedan trabajando y uno está preso
por haberle pegado a un superior, durante una estadía
forzada en la milicia. Comienza entonces una vida nueva para la
alemana, quien, utilizando los conocimientos que traía de
su tierra, además de su ingenio y esfuerzo, pone un
negocio que prospera y se sobrepone a las
dificultades.

Efraím Bischoff es el autor de Doctor Jacobo
Wolff. Un alemán cordobés (2).

En Victoria Ocampo, escribe María Esther
Vázquez:

"Delfina Bunge, a quien Victoria imploraba amistad, era una
muchacha muy diferente a ella y quizá la mejor influencia
posble que pudo encontrar. Tenía entonces 24 años,
había nacido en la Nochebuena de 1881. Su abuelo, Carlos
Augusto Bunge, descendía de una larga línea de
pastores luteranos enfrascados en arduos problemas
ideológicos y ocupó un lugar de relieve dentro de
la colonia extranjera en la época de Rosas.
Había llegado a la Argentina en 1827 con sólo 23
años. Fue miembro fundador del Club de Residentes
Extranjeros, ayudó a levantar la Iglesia Luterana de
Buenos Aires y actuó como Cónsul de Prusia y de los
Países Bajos. Se casó con Genara Peña Lezica
y de este matrimonio nacieron ocho hijos, varios de los cuales se
destacaron en la política, el comercio, el
campo y en las llamadas profesiones liberales.

Una de las tías paternas de Delfina, Sofía
Bunge, fundó una orden religiosa femenina, lo que da a su
personalidad un rasgo no habitual entre las mujeres de esa clase
social de la época.

El padre de Delfina, Octavio Bunge, abogado, fue un
magistrado con gran vocación y su carrera judicial
culminó con el cargo de ministro de la Corte Suprema de
Justicia de la
Nación. Se casó con María Luisa Arteaga, de
origen uruguayo, y se dedicó con verdadero fervor a la
educación
de sus hijos, transmitiéndoles su amor por la literatura,
en especial por la poesía
alemana, por la música y por la naturaleza; además
de inculcarles un espíritu creativo, tesonero y
metódico.

En este ambiente de
excepcional formación intelectual se criaron Delfina y sus
hermanos varones, de los que puede decirse que fueron personas
notables: Carlos Octavio, el mayor y por el cual ella
sentía particular afecto y admiración, fue jurista,
sociólogo y escritor de novelas y
cuentos;
Augusto, socialista, se dedicó a la medicina de
tipo higienista, es decir preventiva; Alejandro fue ingeniero y
economista de ideas avanzadas e innovadoras; Jorge, arquitecto y
urbanista, fundó el balneario de Pinamar.

Delfina, de caracter introspectivo y espiritual por un
lado y razonador y artístico por otro, fue alumna de la
Santa Union. Allí encontró en algunas religiosas
delicadeza, dedicación a la tarea educativa,
aspiración a una vida de discreta perfeccion espiritual y
estos modelos muy
seductores para su forma de ser ofrecían un serio
contraste con el de jeune fille que le ofrecia su clase social.
Debió abandonar el colegio contra su voluntad; entonces
comenzó a escribir un diario, en el que aprendió a
dialogar consigo misma y a buscar con coraje su vocación
artistica y religiosa. En algun momento de su adolescencia
se planteó la posibilidad de entrar en un convento y
aunque fue desechada, contribuyo a fortalecer su
convicción de que pese a ser mujer y casarse,
podría preservar su independencia
y su creatividad" (3).

Notas

(1) Ayala, Nora: Mis dos abuelas. Buenos Aires,
Vinciguerra, 1997.

(2) Bischoff, Efraím: Doctro Jacobo Wolff. Un
alemán cordobés. Córdoba, Ediciones
Copiar.

(3) Vázquez, María Esther: Victoria
Ocampo. Buenos Aires, Planeta, 1991. 239
páginas.(Colección Mujeres Argentinas, dirigida por
Félix Luna). Foto de tapa: Man Ray, 1930.
Investigación y edición
fotográfica: Marisel Flores, Graciela García Romero
Felicitas Luna. Reproducciones: Filiberto Mugnani.

Armenios

Eduardo Bedrossian recuerda emocionado a su padre,
sobreviviente del genocidio, en Hayrig (1). "Este relato
–afirma Nélida Boulgourdjian- trasciende la historia
personal de Hagop Bedrossian para adquirir una dimensión
colectiva que involucra a todo un pueblo" (2).

Sobre la primera parte de esta historia, afirmó
María Isabel Clucellas: "bajo una estructura de doble faz,
Bedrossian hijo narra en primera persona la odisea
paterna. A partir de los primitivos años de paz y bonanza
que corresponden al siglo pasado, el autor ilustra a sus lectores
sobre la vida familiar en Geben, ‘un pedazo de la historia
ancestral de los armenios’. Las montañas, la aldea,
las casas con paredes de piedra, el calor de las
reuniones en torno al hogar
presididas por un narrador ocurrente y sentencioso que contaba,
educando, historias y costumbres, reviven en páginas
coloridas, amenas, donde anécdotas y sucesos van tejiendo
una urdimbre de sólidas y justificadas nostalgias"
(3).

En "A los que se encuentran en un pozo" (4), Gustavo
Bedrossian, hijo del escritor, homenajea al protagonista de las
biografías, su abuelo: "Esta es una historia real,
crudamente real, maravillosamente real. La situación es la
siguiente: el protagonista es un adolescente que ha perdido a su
familia. Hace minutos vio cómo delante de sus narices
mataron a parte de su familia a palazos. A él mismo luego
de golpearlo lo arrojan a un pozo donde tiran los
cadáveres de los que golpean y matan pensando que
está muerto. Pero él no está muerto…
Siguen matando gente y tirándola encima de este muchacho.
Sangre, gritos, el propio dolor, el pánico.
Un pozo… un pozo donde sólo se respira muerte.
¿Qué expectativas podemos tener de este muchacho?
Quizá el más optimista puede suponer que sobreviva
y termine con algún tipo de enfermedad mental.
¿Sabés cómo siguió la historia? Este
chico, de nacionalidad
armenia, que simuló estar muerto, por la noche, cuando se
fueron los turcos, pudiendo sacarse algunos cuerpos de encima,
logró escapar con otros muchachos más. Un detalle
para agregar: un hermano suyo que sobrevivió
prefirió quedarse en el pozo para estar con una mujer que
suponía era su madre. Ese muchacho se llamó Agop
Bedrossian. Fue mi abuelo. Vivió más de cien
años. Falleció hace poquito. Mi padre lo
homenajeó a él y a su generación con dos
libros: Hayrig I y Hayrig II. Pasó por mil problemas
más. Pudo llegar a la Argentina. Se casó. Tuvo
cinco hijos (falleciendo una de sus hijas siendo muy
pequeña de un modo trágico), nueve nietos, En vida
conoció a trece bisnietos (hace unos días nacieron
la catorce y la quince). Siempre, siempre, siempre siguió
luchando. Siempre, siempre, siempre, lo vi orando de rodillas en
su idioma a Dios por él y por los
demás".

Notas

1. Bedrossian, Hagop: Hayrig. Ediciones Akian. Buenos
Aires, 1991.

2. Boulgourdjián-Toufeksián,
Nélida: "Los armenios en Buenos Aires" La
reconstrucción de la identidad (1900-1950). Buenos Aires,
Centro Armenio, 1977.

3. Clucellas, María Isabel: en La Prensa, 8 de
septiembre de 1991.

4. Bedrossian, Gustavo: "A los que se encuentran en un
pozo", en www.psicorecursos.com.ar.

Austríacos

En Soy Roca, Felix Luna relata lo sucedido en 1909 en
una mesa electoral, cuando se presenta como austríaco un
hombre al que su aspecto y su modo de hablar "lo delataban como
un bachicha recién desembarcado". Roca le pregunta si es
italiano; el inmigrante le responde que sí, y que no sabe
lo que dice la libreta: "-Io non só niente…. ¡A
mí me la datto don Gaetano ! ‘Don Gaetano’,
Cayetano Ganghi era el árbitro de la elección, con
sus roperos llenos de libretas falsificadas y sus huestes de
inmigrantes analfabetos y de atorrantes dispuestos a votar cinco
o seis veces en diferentes mesas" (1).

Hedy Crilla nació en Viena en 1899. "Llegó
a Buenos Aires en 1940, luego de capacitarse en escuelas de su
patria y de París. Bajo su dirección se formaron
muchos actores y directores teatrales. Al mismo tiempo fue
requerida para la puesta en escena de importantes obras, e hizo
algunos trabajos para el cine. Falleció en Buenos Aires el
31 de marzo de 1984" (2).

A la vienesa, "el creciente antisemitismo
de los nazis en el poder las empujó, como a tantos, al
exilio: primero en París –donde vivió entre
1936 y 1940 y trabajó en teatro, radio y cine- y luego en
la Argentina" (3).

Escribe Jorge Dubatti, " ‘En la Argentina, Crilla
fue la primera persona que habló de conectar al autor con
sus vivencias. Cuando el estadounidense Lee Strasberg, creador
del famoso Actor''s Studio de Nueva York, ofreció en
nuestro medio clases públicas animadas, varios
intérpretes y directores bien conocidos se sorprendieron
mucho al comprobar con satisfacción, y así lo
manifestaban, que eso ya lo habían aprendido, hacía
años, con Hedy Crilla’. Con esta anécdota el
historiador Luis Ordaz resalta el carácter precursor y la vasta influencia de
Hedwig Schlichter (Viena, 1898 -Buenos Aires, 1984), la actriz,
directora y pedagoga austríaca que, escapando de las
garras de Hitler, llegó a la Argentina en los inicios de
la Segunda Guerra
Mundial y, con el nombre artístico de Hedy Crilla,
cambió radicalmente la historia del teatro nacional. El
testimonio de Ordaz es recogido por Cora Roca, junto con una
profusa documentación, en Días de teatro:
Hedy Crilla, cuya elaboración demandó ocho
años de investigación. Dentro de los lineamientos
tradicionales del género biográfico, el libro de
Roca manifiesta —retomando palabras de Jaime Rest—
"esa paciente indagación que permite reconstruir las
circunstancias, el carácter y las opiniones de individuos
cuya trayectoria, a su vez, nos provee de datos esenciales
y nos permite llegar a conclusiones reveladoras"" (4).

Ilse Kaufmann y Helena Pardo son las autoras de La
historia de Ilse, biografía de la inmigrante nacida en
Viena en 1920 (5). "Los negocios
florecían, y los Kaufmann regresaron a Europa, varias
veces, de vacaciones. De visita: ‘Fueron los años
más felices de mi vida’, suspira la dama.
‘Pero estando afuera levantaba los ojos y extrañaba
el cielo argentino. Jamás vi brillar las estrellas como
acá’ ", dijo a Claudio Savoia (6).

Notas

1. Luna, Félix: Soy Roca. Buenos Aires,
Sudamericana, 1989.

2. Varios autores: Enciclopedia visual de la Argentina.
Buenos Aires, Clarín, 2002.

3. Saavedra, Guillermo: "Vida en escena", en La
Nación, Buenos Aires, 28 de enero de 2001.

4. Dubatti, Jorge: "LA VIDA DE HEDY CRILLA El alma en
escena", Clarín, 11 de marzo de 2001.

5. Kaufmann, Ilse y Pardo, Helena: La historia de
Ilse.

6. Savoia, Claudio: "Las dos vidas de Ilse", en
Clarín Viva, 18 de agosto de 2002.

Belgas

Polidoro Segers, el primer médico en Tierra del
Fuego, nació en Gante en 1852; falleció en la
Argentina en 1917.

En "Polidoro Segers, el primer médico de Tierra
del Fuego" (1), Raúl Agustín Entraigas escribe la
biografía del belga que llegó a la Argentina en el
siglo XIX.

Notas

1. Entraigas, Raúl Agustín; "Polidoro
Segers, el primer médico de Tierra del Fuego", en Museo
del Fin del Mundo. Biblioteca
Virtual, www.tierradelfuego.org.ar.

Checoslovacos

En la "Biografía de Oskar Schindler", escribe
Jose Javier Pérez García: "Nace en 1908 y muere en
1974. Industrial alemán cuya actuación salvó
la vida de numerosos judíos durante el nazismo.
Nació en Zwittau, en los Sudetes (Checoslovaquia).
Estudió ingeniería y sirvió en el
ejército checoslovaco antes de convertirse en director de
ventas de un
fabricante de productos
eléctricos. En 1939, fue espía para los alemanes
durante sus viajes a Polonia, y en octubre se trasladó a
Cracovia para dirigir una fábrica de productos esmaltados,
que se convirtió en el lugar donde llevó a cabo su
labor humanitaria, que comenzó cuando el gheto de Cracovia
fue destruido (1943) y se construyó un campo de
concentración local. En 1944, Schindler logró,
mediante sobornos, que su fábrica y sus trabajadores
fueran trasladados a Checoslovaquia, y no a Auschwitz.
Después de la guerra, dirigió un rancho en
Argentina (1949-1957), quebró y regresó a Alemania. En
1961 fue invitado a Israel, donde recibió la Cruz del
Mérito en 1966 y una pensión del Estado en
1968. La novela de
Thomas Keneally, El arca de Schindler (1982), fue llevada al cine
con el título de La lista de Schindler, en 1994 por el
director Steven Spielberg, y obtuvo los premios Oscar más
importantes, entre otros al mejor director y a la mejor
película en ese año, dando a conocer las
actividades de este héroe de guerra a un público
mucho más numeroso" (1)

El protagoniza Las memorias de
Oskar Schindler, libro de Erika Rosenberg (2).

Notas

1. www.alipso.com

2. Rosenberg, Erika: Las memorias de Oskar Schindler.
Distal.

Croatas

Chuny Anzorreguy escribió El ángel del
capitán. Biografía del capitán croata Miro
Kovacic (1). El biografiado, emigrado a la Argentina a mediados
del siglo pasado, nació en 1914. Kovacic evoca con
nostalgia su niñez en Zagreb y la educación que le
dio su madre. Padeció la guerra; ansiaba la paz. Un amigo
le sugiere dirigirse al Instituto Croata de Cirilo y Método.
Allí, se entera de que "Un país sudamericano
había puesto a disposición del Instituto diez mil
visas para los croatas que las necesitaran. No a los largos
trámites. No a las profundas investigaciones.
No al interminable papelerío". Cuanto más se
informan, más se entusiasman. A fines del 47, la familia
integrada por el capitán, su esposa y la hija de la mujer,
llega a América. A pesar del optimismo, el primer tiempo
"fue difícil". Se daban cuenta de que, sin saber
castellano, no podrían trabajar. Más tarde, la
situación mejora, hasta que el croata llega a tener su
propia empresa. El
libro, minuciosa y profusamente documentado, nos permite conocer,
a través de una personalidad relevante, a un pueblo que
brindó su aporte al "mosaico de colectividades" que es hoy
la Argentina.

En Mis dos abuelas. 100 años de historias, de
Nora Ayala, aparece el botero Mihanovich, que llegaría a
ser un poderoso empresario.

En 1868, dos inmigrantes conversan: "-Eugenio, estuve
pensando en una cosa que podemos hacer –dijo
Nicolás, el compañero de cuarto-. Los barcos que
llegan a este puerto de Buenos Aires no pueden arrimar al muelle,
que por otra parte es muy precario, y mi idea es comprar un bote
para trasladar a la gente. Los que hay son pocos, viejos e
inseguros, y quién te dice que no sea ése el camino
para hacer una pequeña fortuna, ésa que
soñamos en el barco que nos trajo de Europa. He visto un
bote que podríamos comprar con los pocos ahorros que
tenemos entre los dos. Yo, de eso entiendo porque en mi
país, mis parientes siempre fueron marinos".

"Eugenio se quedó un rato pensativo. Allá
en Bagnasco había quedado Irene con el pequeño
César, hacía casi un año, y las calles de
Buenos Aires no estaban empedradas con monedas de oro. Tampoco
la fortuna esperaba a los muchachos jóvenes como
él, con muchas ganas de trabajar. Hasta ahora,
privándose hasta de lo indispensable, sólo
había juntado unos pocos pesos que no le alcanzaban para
traer a Irene y el bebé. La estadía enla pobre
pensión de La Boca, que había imaginado breve, se
había prolongado, y amigos, sólo tenía a
ése que había conocido en la tercera clase del
‘Conte Biancamano’, que también venía
solo y que al igual que Eugenio soñaba con traer a su
familia, aunque en su caso, soltero, se tratara de sus padres y
hermanos que habían quedado en Doli, un pequeño
pueblo de Yugoeslavia. (…) Eugenio Gemesio había venido
para ‘hacerse la América’ y confiaba que lo
lograría, ya se vería cómo. Con el
compañero de pensión seguirían siendo
amigos, pero socios, no. La propuesta de remar con Mihanovich no
le interesaba" (2).

Notas

1. Anzorreguy, Chuny: El ángel del
capitán. Biografía del capitán croata Miro
Kovacic. Buenos Aires, Corregidor, 1996.

2. Ayala, Nora: Mis dos abuelas. Buenos Aires,
Vinciguerra, 1997.

Dinamarqueses

Acerca de las preceptoras de Victoria Ocampo, escribe
María Esther Vázquez: "Vitola fue la que
insistió en darle una educación lo más
esmerada posible; buscó a Mademoiselle Alexandrine
Bonnemason, que era 'un pozo de ciencia' y fue quien
enseñó a Victoria y Angélica literatura,
historia, religión y matemáticas en francés. Mademoiselle
era más temida que querida y libró un verdadero
combate con Victoria para disciplinar su natural regalón y
perezoso de niña mimada. 'Este combate singular tuvo lugar
entre mis ocho y mis diez años. Cuando tuve veinte,
Mademoiselle continuaba ejerciendo la dictadura en
casa y ponía cara a la pared a mi hermana más
chica, Silvina. Yo acababa de escapar a su mandato. Aparte de lo
que nos enseñó… no me pareció merecer su
reputación de un pozo de ciencia cuando estuve en edad de
juzgarla' ". Para la lengua inglesa
tuvieron como preceptora a Miss Kate Ellis, 'un ángel de
bondad', cuya actitud era
muy diferente a la severa de Mademoiselle. Pero mucho más
terrible fue Miss Kraus, una dinamarquesa que las inició
en el misterio de la ciencia del
piano y que podía llegar, si se impacientaba, a la
violencia física
con sus alumnas" (1).

Notas

1. Vázquez, María Esther: Victoria Ocampo.
Buenos Aires, Planeta, 1991. 239 páginas.(Colección
Mujeres Argentinas, dirigida por Félix Luna). Foto de
tapa: Man Ray, 1930. Investigación y edición
fotográfica: Marisel Flores, Graciela García Romero
Felicitas Luna. Reproducciones: Filiberto Mugnani.

Escoceses

Alicia Jurado escribió El escocés errante
(1), obra acerca de la que comenta Rubén Loza
Aguerrebere:

"Miembro de una familia noble escocesa, Robert
Cunninghame Graham nació en 1852 y murió, por azar,
en Buenos Aires, en 1936. Fue un viajero incansable. Hacia 1870,
llegó a Buenos Aires. Hizo dos viajes a caballo al
Paraguay;
allí conoció las misiones jesuíticas en
ruinas y sobre ellas escribió La Arcadia
perdida.

Se estableció en la Argentina en una estancia en
Sauce Chico. Saqueado por los indios más de una vez,
salvó su vida y volvió, empobrecido, a Europa. En
París se casó con Gabrielle. Se marcharon a Texas y
México,
donde no les fue bien. En Inglaterra una
vez más, se instaló en Glasgow, donde
frecuentó a Hudson, Conrad, Oscar Wilde, William Morris y
Bernard Shaw. Los dos últimos, lo estimularon a militar en
política; como don Roberto era un tribuno destacado, en
1887, obtuvo una banca en el
Parlamento. Luego luchó por un parlamento en Escocia; fue
fundador, con Keith Hardie, del Partido Laborista Escocés.
Se alejó de la política. Enviudó.
Volvió a recorrer el mundo.

Durante la Primera Guerra
Mundial, con la misión de
comprar caballos para su Gobierno,
volvió a la Argentina. Y retornó en 1936 para
conocer dos célebres caballos criollos, "Mancha" y "Gato",
propiedad de
un entrañable amigo suyo. Ese año, octogenario,
murió en Buenos Aires y los dos caballitos criollos
acompañaron el cortejo fúnebre. Enterrado en
Escocia, en su tumba, además de las fechas de nacimiento y
muerte, se estampó el dibujo de su
marca de hacienda entrerriana.

Dandy, resero gaucho, guía de carretas en Texas,
maestro de esgrima en México, don Roberto (como le
decían habitualmente) conoció las dos
Américas y África del Norte. Sentía
atracción por el peligro y por las causas perdidas. Fue
también un diestro jinete y un narrador amenísimo,
irónico y punzante, y entre otros libros, escribió
Los caballos de la conquista y La conquista del Río de la
Plata. Pero, de todos modos, como observó Sir John Lavery,
'la obra maestra de Cunninghame Graham fue él mismo' "
(2).

Notas

1 Jurado, Alicia: El escocés errante.
Emecé, Buenos Aires.

2 Loza Aguerrebere, Rubén: "RESEÑAS. El
escocés inquieto", en La
ilustración Liberal Revista española y
americana, Nº 12.

http://www.libertaddigital.com:83/

Españoles

Asturianos

En Soy Roca, biografía escrita por Félix
Luna, el protagonista se refiere al pionero asturiano José
Menéndez: "Cuando íbamos llegando a Ushuaia me
llamaron la atención, en cierto punto de la costa,
rebaños de ovejas y construcciones muy prolijas entre
macizos de flores y espacios de césped; me dijeron que era
la estancia de Thomas Bridges, el pastor anglicano que
anteriormente había estado a cargo de la Misión en
la isla; en 1886 renunció a su puesto y se vino a Buenos
Aires a solicitar tierras allí. (…) Bridges había
fallecido meses antes pero su estancia era la mejor de la isla,
superando en actividad a la que había establecido al
norte, en Río Grande, el asturiano José
Menéndez. (…) Después visitamos los campamenteos
de los indios yaganes y onas que trabajaban en el
establecimiento. Al menos aquí no se los perseguía,
como había hecho aquel aventurero rumano Julio Popper, que
en tiempos de mi concuñado instaló un lavadero de
oro en el norte de la isla, y como también lo
hacían, según los rumores que había
escuchado,algunos capataces de Menéndez" (1).

Rubén Benítez escribió Los dones
del tiempo (2), libro en el que narra la vida de la asturiana
Cecilia Caramallo. En esta biografía novelada,
América aparece como el destino soñado, que
desconcierta a los extranjeros con su forma de entender la vida y
las distancias. Para un portugués, para una asturiana, las
distancias son enormes; la cantidad de ganado – tanta que debe
dormir a la intemperie- resulta asombrosa. Son realidades
difíciles de aceptar para quienes vienen acostumbrados a
lo exiguo, a lo mínimo. De ahí la reacción
de la protagonista cuando ve que tiran comida; piensa qué
hubieran hecho en su aldea con aquello que derrochaban los
argentinos. En Bahía Blanca, en Pelicurá, se
desarrolla la acción
y esta circunstancia la vuelve de especial interés para
quienes habitan la ciudad y para quienes, desde cualquier parte
del mundo, quieran saber sobre la forma de vida de los
inmigrantes en ese punto de la Argentina. Benítez aporta
datos sobre la vida de portugueses, asturianos, escoceses, e
ingleses en la provincia de Buenos Aires a partir de fines del
siglo pasado y hasta nuestros días, en que la anciana, al
volante, espanta a transeúntes y
automovilistas.

La vida de su madre es el tema que Jorge
Fernández Díaz eligió para su libro.
Mamá (3) cuenta la historia de Carmen, una asturiana de
quince años que, en 1947, viaja hacia América.
Aquí la esperan sus tíos, con los que vivirá
haciendo las veces de hija adoptiva y criada. Luego vendrá
la discriminación en la escuela, el honor de
llevar la bandera a pesar de todo, el trabajo, el
casamiento con otro asturiano, los hijos, los nietos, y las
reuniones con las amigas españolas en un patio de comidas
porteño. También llegará la tristeza de ver
partir a una paisana de vuelta a España, y comprobar que
esa mujer -así como de joven sintió nostalgia de la
tierra que dejaba-, a los setenta y dos años, siente
nostalgia de la Argentina.

La narración, estructurada en capítulos
con nombres de los personajes, surge del reportaje que Jorge
Fernández Díaz, director de la revista Noticias,
efectuó a su madre durante más de cincuenta horas;
"Comencé a garabatear frases e ideas sobre su azarosa
biografía en un cuaderno Rivadavia de tapa dura cuando me
contó que hacía lagrimear a su psiquiatra", escribe
el hijo.

Ese dolor de la inmigrante, y su fe en el futuro, que la
hizo salir adelante en un mundo en el que poco apoyo
tenía, son homenajeados por Fernández Díaz
en una obra que nos hace sentir admiración por esta mujer
que logró tanto contando sólo con su
tenacidad.

Susana Degoy es la autora de Niní Marshall, La
máscara prodigiosa (4), biografía de la actriz hija
de asturianos. Degoy afirmó: "De la mano de Niní,
los argentinos nos reímos de nosotros mismos, de la
prepotencia y la cursilería, de la mezquindad y la
picardía. También de su mano aprendimos a respetar
la melancolía y los caprichos de los abuelos inmigrantes"
(5).

Niní Marshall es también la protagonista
de dos biografías aparecidas recientemente: "Los festejos
por los 100 años que cumpliría Niní Marshall
este 1° de junio incluyen dos libros biográficos (…)
Las biografías que aparecen en estos días son
¡Niní está viva!, de la periodista Patricia
Narváez (…) Cuenta con materiales
inéditos del archivo familiar de Angelita Abregó,
hija de la actriz (…) Por otra parte se publica Niní
Marshall. El humor como refugio, de Marily Contreras"
(6).

Catalanes

En Pérez Celis, mi padre, María
José Gabin señala a Juan Batlle Planas como uno de
los profesores del biografiado (7).

" ‘Fray Salvador Solá Vilalta ofm, Retazos
de su vida y de su ingenio’ es un relato testimonial del
Padre Fray Pedro Audet Fabré, del convento franciscano de
Río Cuarto, en el que se unen vivencias y circunstancias
especiales de la fructífera vida y obra del recordado Fray
Solá, constructor del actual templo de san Francisco
Solano, que ganara a través de sus visitas por una extensa
región, innumerables amigos y colaboradores que lo siguen
recordando con respeto y admiración".

Gallegos

Manuel Castro es el autor de la biografía de
Manuel Dopazo. En ese trabajo, escribe: "La llegada de una
compañía de zarzuela a Buenos aires que ofreciera
Maruxa, requería la presencia de un gaitero. Manuel Dopazo
era el elegido. Su actividad artística lo hizo llevar la
gaita al Teatro Colón que es a lo máximo a lo que
se puede aspirar. Fue la noche del 12 de octubre de 1930 estando
presente en esa ocasión el Presidente de la
República Argentina, don Hipólito Yrigoyen. Dopazo
y sus músicos también recorrieron Brasil y Uruguay.
Participó en la película
‘Cándida’ con la famosísima Niní
Marshall y en ‘La calle junto a la luna’ con Marisa
Ibáñez Menta y Juan Carlos Thorry. Además de
ser un eximio ejecutante, Dopazo fabricaba gaitas, generalmente
para vender y fue aquí en Buenos Aires donde
aprendió a tornear. Manuel Dopazo vivió de la gaita
y mantuvo una familia de once hijos. Fue el único que pudo
hacer eso, otros gaiteros tenían otros trabajos. Soldaba
las gaitas con plata, soplando y eso lo llevó a la tumba"
(8).

Félix Luna evoca, en Soy Roca, a Gumersindo
García, mayordomo del presidente, hombre que, de a poco,
fue ascendiendo desde su primitiva ocupación de mucamo,
gracias a su bonhomía y fidelidad. En esa biografía
novelada, afirma el protagonista: "Si pienso bien la cosa,
hablando de amigos tendría que decir que el mejor que
tengo hoy es Gumersindo García. Varias veces lo he
mencionado y conviene ahora que aclare quién es.
Gumersindo es gallego y entró a trabajar en mi casa de la
calle San Martín cuando recién me instalé
allí, en los finales de mi primera presidencia.
Tenía entonces 28 años. A fuerza de honradez y
fidelidad, fue ocupando una posición muy diferente a la de
su original oficio de mucamo; hoy es mi hombre de confianza, el
que manda y resuelve, el que se ocupa de mi dinero y mi
bienestar. (…) Cuando los alborotos por la unificación
de la deuda, después que yo me acostaba tiraba un
jergón en la puerta de mi dormitorio para pasar la noche
allí, armado con un revólver. Yo me he dejado ganar
poco a poco por este hombre que es el arquetipo de la lealtad y
el servicio prestado con cariño y devoción. Hace
unos días me mostró su tesoro más preciado:
un puñado de cartas que le he ido escribiendo a
través de los años. Noté que son bastantes:
creo que es la persona a la que me he dirigido epistolarmente con
más asiduidad. (…) Es curiosa esta parábola que
ha dado Gumersindo y lo ha convertido en mi confidente. La vida
política me acostumbró a no entregarme demasiado,
cuidar mis palabras y administrar mis sentimientos. (…) Con
Gumersindo es distinto: está dotado de inteligencia
natural, después de un cuarto de siglo de convivencia
conoce mis cosas mejor que yo, y no tiene ningún
interés que no esté asociado a mi persona.
Sé que algunos de los que me rodean –incluso mis
hijas- critican esta confianza que brindo a quien, después
de todo, es un servidor. Sin
embargo, yo encuentro en Gumersindo todas las cualidades que
permiten hacerlo depositario de lo más escondido y
reservado, en la seguridad que
jamás traicionará la fe que he puesto en él.
Y no dudo que Margarita y él serán los que me
lloren con más sinceridad cuando abandone este mundo"
(9).

En Pérez Celis, mi padre, María
José Gabin escribe acerca de su abuelo materno
(10).

Vascos

En "Florencio Constantino: Breve Biografía",
leemos: "Como en el caso de tantos otros inmigrantes que llegaron
a nuestro país, Florencio Constantino emigró a
América siendo muy joven para labrarse un porvenir. (…)
Hijo de Antonio Constantino Sánchez, natural de Valleval,
Asturias, y Antonia Carral Ruiz, santanderina de Arredondo,
Mariano Florencio Constantino Carral nace en Ortuella el 9 de
abril de 1868. (…) Florencio aprende con entusiasmo a tocar la
"vigüela" y rápidamente agrega a su repertorio de
canciones vaskas y españolas el canto de ‘aires
criollos’, que lo harán conocido y apreciado en
cuanta reunión festiva se dé en Bragado y
aún en las manifestaciones políticas.
(…) El año 1895 ha de ver a Constantino trasladado a
Buenos Aires, dispuesto a ser cantante. (…) trajinó los
máximos escenarios líricos del mundo. En Buenos
Aires se presentó en el Teatro de la Opera, en el Teatro
Odeón, en el Teatro Avenida, en el Hotel París, en
el Orfeón Español, en el Centro Vasco Laurak Bat,
en el Teatro Coliseo y en el Teatro Colón en varias
oportunidades. Hizo actuaciones en otras ciudades como Rosario,
La Plata, Bahía Blanca, Córdoba y por supuesto en
Bragado. (…) murió el 16 de noviembre de 1919, solo,
triste y casi olvidado. Pero con la certeza, más
allá de su delirio, de que había cumplido aquel
sueño de desenterrar el tesoro que llevaba en su garganta.
Sus restos descansaron en el Panteón Vasco del cementerio
de la ciudad de México D.F y fueron repatriados a la
Argentina en 1986, donde esperan su último destino en
Bragado, el pueblo de sus amores" (11).

Escribe Andrew Graham-Yooll: "Postal de Corrientes. No
la avenida, sino la esquina de Batalla de Salta y San
Martín, en Mercedes, provincia de Corrientes. Del
caserón en esa intersección surgió una
biografía, modestamente magnífica, que
debería ser el libro del año. Es la historia de un
hacendado correntino, José Antonio Ansola, pronto a
cumplir 91 años. Nieto de vascos, sus recuerdos de vida y
familiares se extienden desde la guerra contra el Paraguay
(1865-1870) hasta nuestros días. (…)"

"Che patrón, el título de la
crónica de este ‘hacendado de Corrientes, la
provincia guaraní’, es producto de
muchas horas de grabaciones y cientos de epístolas a
Magdalena Capurro, una uruguaya instalada en Mercedes, interesada
en el patrimonio
intangible y directora de la biblioteca popular. Doña
Magdalena, profesora de literatura y escritora, ha ordenado y
escrito esta vida de Ansola (editada por Literature of Latin
America, LOLA, un sello angloargentino de Buenos Aires,
especializado en historia y botánica locales), que es una delicia, un
canto a una época y a una cultura profundamente
argentinas, que reúne lo rural heroico, lo noble en la
política (Ansola es apasionado por el Partido Liberal y
entusiasta de la Sociedad Rural) y lo europeo, la buena lectura y las
cabalgatas interminables en Corrientes y el Chaco.
(…)"

"Su trayectoria tiene una gran tristeza, que consigna en
el libro. ‘Perdí mis campos, los que fueron de mis
abuelos. Me derrotó la naturaleza, inundando, y los
hombres, cobrando impuestos a las
tierras bajo el
agua’. Pese a esto, qué hombre, qué
historia, qué hermosa tierra" (12).

Notas

1. Luna, Félix: Soy Roca. Buenos Aires,
Sudamericana, 1991. Pp. 322-3.

2. Benítez, Rubén: Los dones del tiempo.
Buenos Aires, GEL, 1998.

3. Fernández Díaz, Jorge: Mamá.
Buenos Aires, Sudamericana, 2002.

4. Degoy, Susana: Niní Marshall, La
máscara prodigiosa. Manrique Zago, 1997.

5. Ulanovsky, Carlos: "Niní Marshall Genia y
figura", en La Nación Revista, Buenos Aires, 25 de mayo de
2003.

6. Noy, Fernando: "A los ‘pieses’ de la
Marshall", en Clarín, Buenos Aires, 24 de mayo de
2003.

7. Gabin, María José: Pérez Celis,
mi padre. Buenos Aires, Galerna, 2007.

Audet Fabré: información enviada desde Córdoba
por el investigador Eduardo Tyrrell

8. Castro, Manuel: "Manuel Dopazo", en Viajero Celta,
1996.

9. Luna, Félix: Soy Roca. Buenos Aires,
Sudamericana, 2000.

10. Gabin, María José: Pérez Celis,
mi padre. Buenos Aires, Galerna, 2007.

11. S/F: "Florencio Constantino: Breve
Biografía", en Municipalidad de Bragado.

Texto y foto:
http://www.bragado.gov.ar/historia/index.htm

12. Graham-Yooll, Andrew: "Desde Corrientes", en La
Nación Revista, Buenos Aires, 5 de junio de
2005.

Estadounidenses

En Soy Roca, biografía escrita por Félix
Luna, el protagonista se refiere a una institutriz
norteamericana: "Joaquina Arana de Torres, hija de Felipe Arana,
el antiguo ministro de Rosas, era una mujer inteligente y
divertida, muy mandona y muy buena, por cuya casa ha pasado
–y sigue pasando- el tout Buenos Aires. Ella me
cedió una de sus institutrices norteamericanas, Miss Fanny
Smith, que tuvo a su cargo el manejo de mis chicas, pero
además asumió como un deber indeclinable
supervisarlas permanentemente" (1).

"Antes de que finalice el año 1883 y pese a los
reparos de su madre, doña Dolores Malagarie, debido a la
corta edad del niño (8 años), Jorge partió
hacia los Estados Unidos enviado por su padre, el dentista Ralph
Lamartine Newbery. Para don Ralph, el pequeño 'George' era
ya todo un hombre. El propósito era que Jorge conociera a
sus abuelos paternos, el doctor Edward L. Newbery y doña
Rose Anne Brett Purcell, que vivían en Brooklyn,
Massachusetts. Además, don Ralph era partidario de
inculcar en sus hijos el valor de saber
desenvolverse por sí mismos. Resueltos los últimos
aprontes, Jorge viaja acompañado por mister Sthetson, un
amigo íntimo de la familia.

En los Estados Unidos, además de sus abuelos,
tiene tíos que lo llevan a presenciar partidos de
béisbol y a pasear en trineo bajo la nieve por el Central
Park. Su abuelo es un reconocido médico homeópata y
su abuela, una dama aristocrática que se dedica a la
pintura"
(2).

En Vida y obra de W. H. Hudson, Alicia Jurado escribe
acerca del descendiente de estadounidenses nacido en la Argentina
(3).

Notas

1. Luna, Félix: Soy Roca. Buenos Aires,
Sudamericana, 1989, p. 260.

2. Varios autores: Jorge Newbery. Buenos Aires,
Editorial Planeta Argentina, 1999. 160 páginas.(Grandes
protagonistas de la historia Argentina, colección dirigida
por Félix Luna)

3. Jurado, Alicia: Vida y obra de W. H. Hudson. Buenos
Aires, Fondo Nacional de las Artes, 1971. 274 pp., 7 láms.
col. y b. y n. (Colección ensayos) 2a. ed. Buenos Aires,
Emecé, 1989. 251 pp. (Biografías y memorias)
www.hudsonmuseoyparque.org.ar

 

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