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Crisis de la educación peruana (página 2)



Partes: 1, 2, 3, 4, 5

Primera Parte

HIPÓTESIS DE LA
EDUCACIÓN NACIONAL

CAPÍTULO I

LA REALIDAD DE LA
EDUCACIÓN EN EL PERÚ

La Educación Peruana, en
el umbral del tercer milenio, no garantiza una verdadera
educación para las grandes mayorías nacionales. Su
existencia es sólo para decir que hay educación en
el Perú, en diversos niveles y modalidades. Una encuesta
nacional sobre su calidad,
expresaría categóricamente, que es escasa. Toda
cosa es creíble, cuando merece ser creída, si sus
efectos lo confirman y su práctica lo demuestra; de lo
contrario, será una apariencia, una falacia. En este
sentido, la Educación Nacional
en vigencia no es orgánica ni funcional; no da los frutos
esperados para el desarrollo de
la sociedad
peruana en su totalidad; al contrario, viene deformando el
alma nacional,
generando el servilismo; porque su sistema es
obsoleto, que parece corresponder al siglo XVII, según el
parámetro de las posibilidades
filosóficas.

En cambio,
nuestra educación Tahuantinsuyana fue dialéctica;
vale decir, científica, orientada por las leyes naturales y
cósmicas, la que permitió el desarrollo más
grande en América. Por eso, el mejor ideólogo
cubano, José Martí,
dijo: «Lo único que se envidia de América del
Sur es su cultura
Incaica». Una vez colapsada nuestra cultura por el
vasallaje de España, el
Perú nuevo dejó de tener cultura auténtica y
una educación de alta calidad hasta hoy: años
finales del siglo XX.

Desde la gesta emancipadora del yugo español,
la educación fue desatendida desde 1825 hasta 1876,
recién en esa fecha fue restituida inicialmente durante el
gobierno del
primer presidente civil, don Manuel Pardo, al dictar el primer
Reglamento de Instrucción, en base a los principios de la
educación idealista de España. Desde entonces,
constituyó dicho reglamento en la línea maestra del
actual sistema
educativo. No obstante los impulsos y reformas que se dieron
a lo largo de la vida republicana, se mantienen intangibles sus
principios idealistas, reñidos con los principios
fundamentales de la filosofía
científica.

Manuel Gonzáles Prada, primer socialista peruano,
con acierto dijo: La educación en el Perú es
idealista y teórica; forma intelectuales
baratos que se arriman a la oligarquía por su
filosofía pancista; y no a los hombres de lucha para la
reivindicación del pueblo profundo. Víctor
Raúl Haya de la Torre y José Carlos
Mariátegui, nuestros mejores ideólogos, fueron
partidarios de una verdadera educación para resolver la
ignorancia y el atraso del Perú; porque la que
existía era de una filosofía desgajada por el
avance de la ciencia.
Luis Alberto Sánchez, fue partidario de la necesidad de
mejorar la educación para el desarrollo de la sociedad.
Adolfo Hitler, en
su libro
«Mi Lucha», después de la II Guerra Mundial,
dijo: «El Perú está atrasado, porque su
educación está desviada».

En todos los confines del mundo, la educación es
concebida como la palanca de desarrollo de las sociedades. En
el Perú, por error craso se concibe como una inversión improductiva, por desconocimiento
de su gran valor para la
vida humana o por intereses creados; el país se halla
atrasado y por ende, en la zaga del tercer mundo. En cambio, los
países que tuvieron acertada política educativa,
alcanzaron altos niveles de desarrollo: como Estados Unidos,
Canadá, Gran Bretaña, Francia,
Alemania,
Italia y Japón.
Pues, un país vale más o vale menos en el consenso
mundial según la calidad de su capital
humano.

El capital humano
del Perú es de poco valor axiológico, por que su
educación es de baja calidad, inspirada en miserias de una
filosofía atemporal, que ha generado hombres absolutistas,
fanáticos, egoístas, chantajistas, arribistas,
chauvinistas, vanidosos, soberbios; claudicantes, traficantes,
antidemocráticos; como también pesimistas,
fatalistas, pancistas, inmorales, individualistas; conformistas,
mafiosos, sobones, etc.

El problema de fondo de la baja calidad
educativa radica en los viejos principios que la sustentan;
que no permiten la formación del hombre
analítico, crítico y científico; vale decir,
el ingenioso, y en suma, el humano, competitivo acorde a la
altura de los nuevos tiempos en constante cambio.

El atraso del Perú se debe, inobjetablemente, a
su ignorancia. En consecuencia, el país necesita una
vocación gubernamental de servicio
educativo serio para todos los peruanos, previa reforma del
Sistema Educativo.

CAPÍTULO II

TESIS DE LA
AUTÉNTICA EDUCACIÓN

DEL PERÚ ANTIGUO

  1. Esta demostrada la existencia de un comunismo
    de tribu como origen de los pueblos conocidos en el mundo.
    Los primeros seres humanos que habitaron en el antiguo
    Perú, sin duda alguna, fueron las hornas de los clanes
    errantes los que conformaron los ayllus y éstos las
    tribus sedentarias o comunidades primitivas. En esta
    agrupación primitiva tuvo mayor presencia los ayllus,
    que también fueron errantes y luego sedentarios; de
    este modo, integraron la comunidad
    primitiva del Perú. Asentada sobre la propiedad
    común de la tierra,
    y unida por vínculos de sangre, eran
    sus miembros individuos libres, con derechos
    iguales, que ajustaban su vida a las resoluciones de un
    consejo, formado democráticamente por todos los
    adultos hombres y mujeres de la tribu.

    Más adelante, los adultos explicaban a los
    niños, cuando las ocasiones lo
    exigían, cómo debían de conducirse en
    determinadas circunstancias. En el
    lenguaje grato a los educadores de hoy, diríamos
    que en las comunidades primitivas la enseñanza era para la vida por medio de
    la vida: para aprender a manejar el arco, el niño
    cazaba; para aprender a guiar una piragua, navegaba. Si los
    padres dejaban a los niños en completa libertad,
    ¿cómo todos los adultos resultaban
    después idénticos?, ¿en virtud de
    qué la anarquía de la infancia,
    se transformaba en la disciplina
    de la madurez? Todo eso se producía por la
    concepción del mundo, pues el primitivo supuso, que la
    Naturaleza
    estaba organizada en igual forma: su religión fue por eso una
    religión sin dioses. Los primitivos creían, en
    efecto, en fuerzas difusas que impregnaban a todo lo
    existente, de la misma manera como las influencias sociales
    impregnaban a todos los miembros de la tribu. Bastaba tal
    modo de pensar y actuar de los adultos para que los
    niños se autodisciplinaran.

    De esta concepción (la única posible
    en una sociedad rudimentaria en que todos los miembros
    ocupaban un sitio igual en la producción) deriva lógicamente
    el ideal pedagógico al cual los niños
    debían de ajustarse. El «deber ser», en el
    cual estaba la raíz del hecho educativo, les era
    sugerido por su medio social desde el momento mismo de nacer.
    Con el idioma que aprendían a hablar recibían
    una cierta manera de asociar o de idear; con las cosas que
    veían y las voces que escuchaban, se impregnan de
    ideas y sentimientos elaborados por generaciones anteriores;
    se sumergían de manera irresistible en un orden social
    que los influenciaba y moldeaba. Nada veía, nada
    sentían sino a través de maneras consagradas en
    su grupo. Su
    conciencia
    era un fragmento de la conciencia social, y se
    desenvolvía dentro de ella. De modo tal que antes que
    el niño bajara de las espaldas de la madre
    había recibido, de manera confusa todavía, pero
    con relieves ponderables, el ideal pedagógico que su
    grupo consideraba fundamental para la propia existencia.
    ¿En qué consistía ese ideal?; en
    adquirir, hasta hacerlo imperativo como una tendencia
    orgánica, el sentimiento profundo de que no
    había nada, absolutamente nada, superior a los
    Intereses y las necesidades de la tribu.

    En la comunidad primitiva, los fines de la
    educación derivan de la estructura
    homogénea del ambiente
    social, se identifican con los intereses comunes al grupo y
    se realizan igualitariamente en todos sus miembros de manera
    espontánea e integral: «espontánea»
    en cuanto no existe ninguna institución destinada a
    inculcarlos; «integral», en cuanto cada miembro
    incorpora más o menos bien todo lo que en dicha
    comunidad es posible recibir y elaborar.

    Este concepto de
    la educación como una función espontánea de la
    sociedad, mediante la cual la prole se asemeja a los adultos,
    dejó de serlo cuando la comunidad primitiva se fue
    transformando lentamente en sociedad dividida en clases, por
    la distribución de los productos,
    la
    administración de Injusticia, la dirección de la guerra, la
    inspección del régimen de riego, etc. En
    consecuencia, la educación no estaba confiada en nadie
    en especial, sino a la vigilancia difusa del ambiente,
    orientada a un fin práctico, útil para la
    vida.

  2. La educación en los ayllus del
    Perú.

    El hombre era un punto del universo, el
    ser más evolucionado de los microorganismos de la
    materia
    por acciones
    cósmicas ignotas. Esta forma de aparición del
    hombre fue concebida por los Incas, al
    pensar que el hombre
    procede de la Naturaleza, concretamente de la
    Pachamama.

    El cosmos es el mundo, el universo,
    el conjunto de todas las cosas que existen en él, los
    seres orgánicos e inorgánicos, las fuerzas de
    gravitación universal, y todos los entes del espacio
    infinito. Pero, en sentido restringido, el planeta Tierra es
    el cosmos del hombre por ser su escenario inmediato.
    Según la filosofía Incásica, el planeta
    Tierra era el mundo del hombre, de él viene y a
    él vuelve; que contiene el pasado, el presente y el
    futuro del hombre, y su relación era la total
    armonía. En cambio, los españoles eran
    idealistas, que concebían su vida en lucha constante
    con la Naturaleza, con todos los hombres del mundo para
    supervivir con más bienes
    materiales.

    En el seno del Tahuantinsuyo, los pueblos agrupados
    en ayllus fueron iguales en su trato, hubo pueblos de
    distintos colores de
    piel, que
    iban desde el blanco hasta el cobrizo más intenso;
    este carácter multirracial del incario lo
    constataron los propios cronistas españoles, que se
    encontraron con que aquí también habían
    pueblos con la piel más blanca que los
    españoles, pero aquí también
    habían pueblos con la piel más obscura, sin
    embargo, los incarios no tuvieron el criterio del racismo,
    porque pensaban en la raza única de la especie humana.
    La historia
    prueba que el racismo nació en el Occidente, como una
    expresión de la mentira, la expoliación y el
    sojuzgamiento al que sometieron a otros pueblos.

    Otras características peculiares de la
    nación Incaria fueron, sus inventos,
    la cultura como la civilización al servicio de todos;
    mientras los imperios occidentales nunca fueron portadores
    del progreso ni de la cultura, sino de la opresión, la
    violencia
    y la sujeción; porque carecieron del sentido
    comunitario. Para los Incas, la medida del valor de las
    personas estaba dada por su aporte en beneficio de la
    comunidad. En esta forma de encarar la existencia, el valor
    social recaía sobre quienes mostraban adhesión
    con su ayllu y su nación, y no sobre quienes
    hacían ostentación personal de
    sus riquezas; todos habían sido formados en este
    criterio, que constituía su psicología de
    base; a nadie se le habría ocurrido en el
    Tahuantinsuyo acumular riquezas, pues no se conoció la
    propiedad privada. Para el occidental, el lucro y el amor a
    sí propio fue su psicología de base.

    En los pueblos del Tahuantinsuyo hubo un elevado
    enfoque de la propia existencia; pues, no vieron, por
    ejemplo, en los metales
    preciosos un medio de acumulación de riquezas, sino
    como simples objetos que permitían expresar la
    belleza. Para los Incas el oro y la
    plata eran obsequios de Pachamama, el trabajo
    en ella era vivir alegremente, como gobernar era hacer que
    todos trabajen con alegría. En cambio, el occidental
    aportó al mundo la desocupación, la explotación, el
    engaño, la miseria, la ociosidad, etc.

    A nuestro juicio, la economía debe estar al servicio de la
    sociedad, la
    organización económica un derivado de la
    organización social. En el
    Tahuantinsuyo, los ayllus no sólo eran unidades
    sociales de base, sino también centros de
    producción económica. En el Occidente
    ocurrieron las cosas de otra manera: allí para que
    pudiera desenvolverse la economía esclavista
    debió la sociedad condenar a la mayoría de su
    población a la esclavitud y
    a su vez encumbrar a los esclavistas; cuando a la
    economía esclavista le sucedió la feudal,
    hicieron su aparición los señores feudales y
    los siervos de la tierra; y cuando, finalmente, al feudalismo
    le siguió la economía capitalista, en la
    sociedad se encumbraron a los burgueses en la cúspide,
    mientras los proletarios caían en los abismos de la
    sociedad. En todos esos casos, la sociedad jugó un
    papel subsidiario de explotación.

    Además, las leyes naturales son las que
    regulan la dinámica de todas las cosas en su
    conjunto, donde el hombre se halla inmerso en estrecha
    interacción. Nadie podría
    desdeñar esta verdad incontrovertible, fuente de todas
    las ciencias.
    En este entender, las necesidades humanas son
    científicas, y todo esfuerzo humano debería
    orientarse hacia su satisfacción, sin discriminación; puesto que las leyes
    naturales no son discriminatorias. Por eso, creemos que las
    concepciones filosóficas de los Incas fueron
    científicas. Mientras que al finalizar el siglo XX, la
    sociedad peruana vive con prejuicios filosóficos;
    parte de éstos constituyen los contenidos educativos
    que se les trasmite en todos los niveles y modalidades de la
    Educación Peruana.

  3. La filosofía incásica.

    Algo evidente; todo conocimiento
    científico parte de la experiencia directa,
    así como la filosofía de las leyes naturales.
    La concepción incásica de la vida y el mundo
    tuvo como punto de partida una Visión integrada y
    unitaria del universo. En cambio, los occidentales tuvieron
    una perspectiva homocéntrica.

    Para los incásicos, Pacha mama unía el
    espacio con el tiempo,
    que el pasado genera el presente, como éste el futuro;
    que Pachamama contiene el germen de los seres que viven sobre
    ella y nadie puede ser Propietario de ella, que el hombre es
    de ella. En tanto, los occidentales se hacían por
    sí y ante sí dueños de
    tierras.

    En base de estas premisas, en el Tahuantinsuyo se
    gobernaba para el bien general, con el principio
    extraordinario: gobernar es hacer que todos trabajen con
    alegría en beneficio de la comunidad; no
    existió el Pensamiento de acumular riquezas en desmedro
    de su ayllu. En cambio, los occidentales eran
    narcisistas.

    En el Tahuantinsuyo hubieron pueblos de distintos
    colores de piel, que iban desde el blanco hasta el cobrizo,
    sin embargo no hubo racismo, la relación hombre –
    mujer no
    era tan desigual en la vida pre americana. La
    relegación de la mujer y
    el racismo fueron introducidos por los occidentales, como
    también los desajustes sociales que se dieron, debido
    a la atrevida sustitución de las leyes naturales por
    las leyes sociales. Esto se hizo clarividente en
    España de la vieja Europa,
    donde el hombre ignoró que vive gracias a la
    conjunción de los cuatro elementos constitutivos de la
    vida: nitrógeno, hidrógeno, oxígeno y carbono.

    La cultura Incaria no fue un imperio, sino una
    expansión cultural, eminentemente socialista, como lo
    prueban sus ayllus con su ayni, minca, kamachico; su idioma
    quechua de elevado carácter social; sus
    descubrimientos, inventos y creaciones también
    tuvieron sentido social, sirvieron para elevar su status de
    vida y proseguir la exploración de todo cuanto existe
    en la Naturaleza, manteniendo la unidad física e
    ideológica de sus habitantes; sin descuidar la
    atención a sus niños, y la
    jubilación del hombre del trabajo
    productivo. Entre sus actividades científicas, son
    importantes los calendarios, como una forma de atrapar los
    movimientos del Sistema
    Solar que influyen decisivamente en la vida echas; las
    construcciones de los seres, sobre todo en las siembras y
    cosechas; las construcciones de sus canales de
    irrigación, como grandiosas obras de ingeniería; los extraordinarios
    conocimientos de Botánica, Física, Química, etc.; como genistas
    insuperables produjeron el maíz,
    perfeccionaron el cultivo de la papa, cultivaron el algodón inclusive en colores; los
    alcances en la medicina,
    realizaron trepanaciones, momificaciones, etc.; sus dominios
    en la estética, el arte, la
    cerámica fueron asombrosos; su conducta
    social, moral,
    solidaria y fraternal constituyeron el paradigma
    de la más alta dignidad
    humana. Dichos valores,
    no obstante el vasallaje español y neo español
    por espacio de 448 años, siguen siendo la gran reserva
    moral y cultural del futuro.

    En la sociedad Incaria no se conoció la
    «propiedad privada», porque su estilo de
    vida fue comunitario; se practicó el principio:
    todos para uno y uno para todos, por la naturaleza de sus
    ayllus, instituidos a similitud de la gran dinámica
    del cosmos. Estos y otros hechos reales no fueron para menos,
    cobraron trascendencia mundial. En China
    popular se «ensaya la comuna nutrida por la experiencia
    del ayllu y el calpulli incarios»; como en Rusia, el
    Soviet. El pensamiento cósmico de los Inkarios
    influyó sobre Carlos Darwin
    para la elaboración de su teoría evolucionista de los seres
    vivientes. Igualmente, influyó sobre Carlos Marx
    para la creación de su método
    científico el marxismo.
    A nivel mundial, lo único que enorgullece al
    Perú es su cultura Incaria, que aún detenta
    minimizada, como reserva cultural del mundo
    cuadridimensional; pero a ello habría que agregar la
    frase del mejor ideólogo cubano, José Marti:
    «Lo único que vale en América es su
    cultura Incaica».

    Con hidalguía conviene declarar, que no
    contamos con las fuentes
    verídicas y absolutas de la maravillosa cultura
    incásica. Es cierto, que los quipus cobran su
    testimonio, sin embargo, las tradiciones escritas no son sino
    historias occidentalizadas, vale decir, que hay mucho por
    conocer.

    La cultura del Perú de hoy, a nuestro juicio,
    adolece de autenticidad, de carácter científico
    y de caldo humanístico; por ello requiere su
    ponderación con el método científico, para prodigar
    una verdadera educación a los hijos del Perú
    profundo, quienes en esta hora crucial se mueren de hambre
    por su ignorancia en la transformación de sus recursos
    naturales. La cultura que se trasmite a través de
    la Educación Nacional de hoy, no es valiosa para la
    vida y el trabajo, por eso no hay desocupados en el
    país.

  4. La cultura científica.
  5. La educación
    dialéctica.

La educación Incaria fue inspirada en la
dialéctica natural del cosmos, el desarrollo de la
realidad circundante y las necesidades humanas.

Sus fines educativos fueron determinados por la
dinámica de todas las cosas en su conjunto, como por el
propósito de elevar el nivel de vida de la sociedad
comunitaria, sin mezquindades personales. La educación en
el Occidente tuvo un fin individualista, debido a su
concepción subjetivista del mundo. El amor a la
tierra fue uno de los fines concretos de la educación
Incaria; porque era su madre y protectora de su vida con equidad. En
los españoles había la mentalidad de lucha
antagónica por el interés
del dominio de
clase, de
expansión y obtención de bienes materiales,
generando en sus relaciones sociales el esclavismo y el
feudalismo.

Para el Incásico el trabajo fue una virtud, como
decir la verdad, el no mentir ni robar; porque estaba plasmado
así a través de los fines concretos de su
educación. El español llevaba consigo una lacra
social debido a su concepción fatalista de la vida, y
apasionamiento por la propiedad privada.

El Perú histórico tuvo una
educación auténtica, eminentemente hogareña
y práctica, sin recetas extranjeras que aplicar ni
modelos que
copiar. Su sistema educativo fue elaborado acorde al diario
crepitar de sus conocimientos, siendo su máxima
expresión las Yachayhuasi, las acllahuasi, los quipus, los
ayllus y los capullis; además los ritos, cantos y bailes
que practicaron con sentimientos fraternales y fines de solidaridad. Hoy,
el Perú en su vida republicana, con los prejuicios
importados por los españoles práctica a lo largo y
ancho de su territorio, actos inmorales, pauperizantes y de
autodestrucción.

En base de las tradiciones y testimonios escritos por
los cronistas españoles y criollos, como por las
aseveraciones de historiadores y sociólogos nacionales, se
llega a la evidencia que la educación Incaria estuvo
impartida en forma viva por el hogar y el gobierno, orientada por
una filosofía cósmica. El hogar proporcionaba la
educación elemental y popular, con carácter
naturalista, religioso, mítico y clasista, en el siguiente
contexto: idioma, buenas costumbres, labores agrícolas,
habilidades manuales,
sumisión incondicional a las autoridades, y sus ideales:
apego a la tierra natal, amor familiar, sentido de unidad,
sentido de responsabilidad, formación del hombre
creador. Mientras la educación dirigida por el gobierno
estaba destinada a la nobleza, a la élite, bajo la
dirección de los amautas.

La Educación de hoy está desviada de su
verdadero sentido, particularmente en el Perú. Toda
ciencia gira
al servicio del hombre, de no ser así no tendría
razón de ser. La ciencia de la Educación en la
sociedad peruana está desgajada por los avances de la
ciencia moderna, que en lugar de formar hombres útiles
para la sociedad, viene deformando el alma nacionalista y la
unidad dialéctica.

Segunda Parte

ANTÍTESIS DE LA
EDUCACIÓN INKARIA

CAPÍTULO III

LA
POLITIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN

  1. El Vasallaje de España.

El Tahuantinsuyo alcanzó un desarrollo que
asombró al Mundo por la calidad dialéctica de su
educación; vale decir, al ritmo de las leyes naturales.
Así, como se dio con el «milagro griego» por
su acertada educación. Y del mismo modo, como hoy ostentan
los ocho países más desarrollados del
mundo.

Si en el mundo existen países desarrollados y
medianamente desarrollados, es porque existieron en dichos
países educación de alta o mediana calidad.
Mientras el Perú cuenta apenas con un desarrollo
incipiente, porque su educación es de bajo
nivel.

El Vasallaje de España fue la negación de
la portentosa cultura Incaria, en cuanto a su filosofía,
educación, sistema agrario, económico, social,
político, ideológico, etc.; como en cuanto se
refiere a sus valores e ideales humanos. España
gobernó directamente el Perú desde su llegada hasta
la gesta emancipadora, por cerca de trescientos años; pero
la supuesta Emancipación, no liquidó espiritual ni
materialmente esa dominación. Sólo se produjo una
transferencia de poder al
mestizo; de este modo, en la mal llamada época de la
República siguió por mucho tiempo el gobierno
indirecto de una España hipócrita, falsa, rabiosa y
cobarde.

El arribo de España al Perú no fue una
conquista, sino enfáticamente una invasión
chapetona, abrupta e inhumana. La miseria de su filosofía
determinó en la vida peruana, las siguientes
fases:

  1. Esclavismo.
  2. Feudalismo.
  3. Capitalismo.

A nuestro juicio, la cultura de la sociedad peruana de
hoy no es la continuidad de la Incaica, menos de las
española, sino es la híbrida peruana –
española, no injertada planamente por sus diferencias en
filosofía. Este fenómeno social – cultural ha
generado la contradicción social irreconciliable en el
seno de la sociedad: la desigualdad socio –
económica y la injusticia social.

  1. La contradicción educativa.

La educación Incásica ha girado en
torno a las
necesidades humanas, en consonancia con las leyes naturales. Los
españoles importaron las iniquidades de todo género y
en ese marco, establecieron la superestructura de la administración
pública, con fines de explotación del hombre
por el hombre. La comunidad incásica se desenvolvía
con la mística al derecho de cultivo de un pedazo de
tierra para el sustento, de beber agua sana,
respirar aire puro; de
recibir el calor
energético, conocer lo maravilloso de nuestro planeta; del
amor al prójimo, de la vida libertada, etc. Estos derechos humanos
fueron negados por el egoísmo español.

El ambiente favorable era tal, que todo niño,
hombre o mujer, tenían asegurados sus medios de
subsistencia, además de un trato igualitario por todos los
hombres y mujeres de la comunidad. Por eso el niño
vivía y se desarrollaba rodeado de afecto y solidaridad,
de suerte que los lazos sentimentales que le unían a su
pueblo eran tan grandes, que no podían vivir jamás
fuera de él; los triunfos de cada quien eran el triunfo de
todos, del mismo modo que las desgracias de cada quien eran
lloradas por todos. A ese niño, cuando mayor, nunca se le
habría ocurrido plantear las cosas en términos
individuales, porque en su mente como en su corazón
mantenía el espíritu de la interrelación
social. En tanto, el niño español nace en un medio
de desigualdades, sea porque su familia es de
ricos o pobres, sea porque él mismo, es considerado hijo
«legítimo» o hijo «natural»;
aprende desde el principio que la sociedad es una selva en que
cada quien es enemigo y competidor del otro, y en la que el
hombre está destinado a luchar contra la Naturaleza. En
esta misión de
oscura hostilidad, se le machaca por todos los medios que para
supervivir le está permitido aplastar a los demás,
y vivir su «propia vida», sin ser ligado a nada ni a
nadie; salvo al propósito de lograr para sí propio
todos los medios materiales que le sean posibles; puesto que en
la selva occidental, los unos eran lobos de los otros; y que el
más fuerte era el que se imponía.

La invasión española, consecuentemente fue
la negación de la cultura y la educación por
espacio de tres siglos. La Educación Nacional fue
rehabilitada a comienzos de la República con criterios
occidentales, siempre con fines de explotación.
Agravándose esta extraña fuente educativa con la
inclusión de las corrientes pedagógicas francesa y
norteamericana. Sistema educativo impuesto, que ha
servido de bebedero generaciones republicanas. Una
educación aforciori no es educación, sino
una domesticación; así como la libertad impuesta es
la peor de las tiranías, que consecuentemente deforma el
alma humana y produce la conducta deseada por la clase social
dominante.

Sin embargo, desde 1876 a 1962 hubo el intento de
impulsar la Educación como es de comprender a
través de los esfuerzos siguientes:

  1. En 1876 se dio el primer reglamento de
    instrucción con el primer presidente civil, don Manuel
    Pardo.
  2. La adopción
    del modelo
    educativo norteamericano para la Educación Secundaria,
    durante el gobierno de Eduardo López de la Romaña.
  3. La creación de la primera Escuela
    Norma de Varones con sede en Lima, durante el gobierno de
    José Pardo, en 1905.
  4. La creación de la primera Escuela Normal de
    Mujeres «San
    Pedro» con sede en Lima, en
    1927.
  5. La conversión del Ministerio de
    Instrucción a Educación, mediante la gestión del destacado educador,
    César Cueto
    Fernandini.
  6. La creación de la Facultad de
    Educación en la Universidad
    Mayor de San Marcos,
    para elevar el nivel de formación de los

    educadores del Perú, a gestión de César
    Cueto Fernandini.
  7. El ensayo de la
    Escuela Nueva durante los dos gobiernos de
    Manuel Prado
    Ugarteche, nada menos para dar una nueva orientación a
    la Educación.

h. El intento de tecnificación de la
educación durante los gobiernos de Luis Bustamante
Ribero y de Manuel A. Odría.

Además hubo seis reformas
educativas:

  1. Durante la gestión política de
    Manuel Vicente Villarán.
  2. En el gobierno de Eduardo López de Ia
    Romaña.
  3. En el gobierno de Manuel Prado.
  4. En el gobierno de Juan Velazco
    Alvarado.
  5. En el gobierno de Fernando Belaunde
    Terry.
  6. Y, en el gobierno del presidente Alberto
    Fujimori.

Todos estos impulsos no dieron el fruto esperado por
cuestiones políticas.
Hoy, desde hace más de tres décadas, la
educación no tiene sentido ni se sabe hacia dónde
va.

  1. La educación al servicio de las clases
    dominantes.

En la comunidad primitiva las mujeres estaban con
respecto a los hombres en un mismo plano de derechos, los
niños no iban a la zaga.

Hasta los siete años, a partir de los cuales
debían ya vivir a sus expensas. El niño
acompañaba a los adultos en todos los trabajos,
compartía en la medida de sus fuerzas y recibía
como recompensa iguales alimentos que los
otros. La educación no estaba confiada a nadie en
especial, sino a la vigilancia difusa del ambiente. Gracias a una
insensible y espontánea asimilación de su entorno,
el niño se iba conformando poco a poco dentro de los
moldes reverenciados por el grupo. La diaria convivencia con el
adulto lo introducía en las creencias y las
prácticas que su medio social tenía. De este modo,
el niño adquiría su primera educación, sin
que nadie le dirigiera expresamente.

Este concepto de la educación fue como una
función espontánea de la sociedad, mediante la cual
la prole se asemeja a los adultos en la comunidad primitiva; y
dejó de serlo en tanto la comunidad primitiva se
transformaba lentamente en una sociedad dividida en clases.
Entonces, la educación fue concorde a los intereses de las
clases dominantes, vale decir, simplemente una
domesticación.

  1. En el mundo tras las disoluciones de las
    comunidades primitivas, se forman las sociedades divididas
    en clases, como en Esparta, Atenas, Roma, etc. Aparece al
    amparo
    de un «estilo de vida», con fines de
    explotación del hombre por el hombre, entre los
    siglos VI y V a. de C. En tanto, en el Perú aparece
    con la llegada de los españoles, en el siglo XV d.
    de C., específicamente en el año 1532, como
    un «esclavismo tardío», causando la
    destrucción de la cultura Incaria en toda su forma;
    menos en su esencia, que todavía supervive el alma
    tahuantinsuyana.

    La llegada de los españoles al Perú
    no fue el encuentro de dos mundos, menos una
    transculturización, sino una dominación con
    fines de explotación. La educación en el
    Perú, desde la aparición del esclavismo, fue
    un proceso
    de servicio de las clases dominantes.

  2. La aparición del esclavismo en el
    Perú.

    El trato político de los españoles a
    los «hijos del Sol» fue como a una tribu
    salvaje. La educación impuesta debía de
    cumplir estas tres condiciones esenciales: destruir los
    restos de alguna tradición enemiga; consolidar y
    ampliar su propia situación como clase dominante;
    prevenir los comienzos de una posible rebelión de
    las clases dominadas. Es decir, la clase dominante opera
    así en tres frentes distintos, y aunque cada uno de
    estos frentes solicite vigilancia desigual según las
    épocas, pero la clase dominante no la abandona
    jamás.

    En el momento de la historia humana en que se
    efectúa la transformación de la sociedad
    comunista primitiva en sociedad dividida en clases, la
    educación tiene por problema propio: luchar contra
    las tradiciones; inculcar que las nuevas clases dominantes
    no tienen otra finalidad que asegurar la vida de las clases
    dominadas, y vigilar atentamente el menor asomo de protesta
    para extirparlo.

    El ideal pedagógico, naturalmente, no
    podía ser el mismo para todos: no sólo las
    clases dominantes cultivan uno muy distinto al de las
    clases dominadas, sino que procuran además que la
    masa laboriosa acepte esa desigualdad de educación
    como una desigualdad impuesta por la naturaleza de las
    cosas, y contra la cual sería una locura rebelarse.
    Por eso, en materia de educación a través de
    la dominación española y durante sus reflejos
    se va a dar la siguiente premisa: para la clase dominante,
    «la riqueza y el saber», y para la clase
    dominada, «el trabajo y la
    sumisión».

    La esclavitud en el Perú empieza con la
    llegada de los españoles y termina aparentemente con
    la gesta emancipadora, estableciéndose las dos
    clases
    sociales: dominante y dominada. La dominante
    dueña del Perú, además dueña
    del poder político, para poner en práctica su
    filosofía. Por ejemplo, en asunto de
    educación, para los suyos una educación
    abierta a las ciencias, artes y letras; en tanto, para los
    hijos del Sol una educación reducida en rezos y a la
    sumisión, vale decir, al servicio de los
    esclavistas.

  3. Educación acorde a los intereses de la
    clase esclavista.

    El feudalismo en el Perú se desarrolla
    después de la mal llamada gesta emancipadora, con la
    presencia de los mestizos en el poder político; una
    clase social hipócrita, falsa, rabiosa y cobarde,
    que gobierna con el argumento de haber defendido la Patria,
    siguiendo las huellas del gobierno directo de
    España.

    Esta nueva clase pasa a la posición de
    opresora, y la clase dominada a la posición de
    oprimida, sin cambiar su condición de explotada. La
    clase opresora varía un poco su dominación
    global, mediante el reparto del territorio nacional entre
    sus integrantes que se convierten en feudalistas o
    terratenientes, sin dejar de tener un gobierno central
    feudalista.

    En el sistema feudal continúa la
    desigualdad socio – económica, se da la distancia
    abismal entre el siervo y el señor feudal. En
    materia de educación sigue el mismo curso del
    sistema esclavista, con ligera flexibilidad con la
    creación de escuelas para el pueblo.

    El feudalismo no sólo significó el
    reparto de las tierras de cultivo, sino el reparto de los
    esclavos, de los nativos del Perú; para alcanzar la
    mayor producción agrícola y la
    educación estaba orientado a este fin.

  4. Educación acorde a los intereses de la
    clase feudalista.

    Por efecto de contradicción, los hijos de
    los mestizos ya no fueron amantes de las tierras de
    cultivo, sino de la actividad comercial, de la industria y de la vida en la ciudad. Con la
    aparición de esta nueva actividad social no
    desaparece la desigualdad, socio – económica
    existente, ahora ya no es entre el siervo y el señor
    feudal, sino entre el obrero – legítimo oprimido – y
    el burgués – legítimo
    opresor.

    Los burgueses, nuevos ricos del Perú,
    llegan al poder del Estado
    para gobernar de acuerdo a los intereses de su clase y
    dirigir el destino de la educación en consonancia a
    su fin económico. Las tierras ya empobrecidas son
    abandonadas; sus sirvientes son educados para este fin,
    mientras los no asimilados se quedan como campesinos, pero
    víctimas de impuestos
    (nueva modalidad de explotación).

    En esta etapa de la vida nacional, la
    educación cobra dos vertientes: una, para la gente
    que tiene recursos
    económicos, y otra, para la que carece de ellos. En
    este contexto aparecen Intelectuales que defienden la
    bandera burguesa por favores (pagos) mezquinos.

  5. Educación acorde a los intereses de la
    burguesía.
  6. Educación acorde a los intereses de la
    clase capitalista.

La clase capitalista de hoy es, la clase burguesa de
ayer, o sea, la clase acomodada convertida en adinerada; la
obrera en proletaria, en virtud que los ricos se han hecho
más ricos y los pobres más pobres; haciendo otro
momento histórico, en que todo gira en torno del
dinero o se
monetiza. Además, es el momento que se habla de empresas
nacionales e internacionales.

Desde el punto de vista educativo, también hay
dos vertientes: la educación para los hijos de los
adinerados, en centros educativos particulares; y la
educación para los hijos de los proletarios en los
centros estatales. Aparte de esta dicotomía en el
servicio educativo, en una sociedad pobre, existe el
fenómeno mercantilista en el rubro, por parte de los
capitalistas, con el claro propósito de lucro, sin darle
importancia a la calidad que brindan, causando de esta forma
frustración en los hijos del Perú
profundo.

El sistema educativo en vigencia en la sociedad
peruana es obsoleto, desgajado por la pedagogía científica; sin embargo,
se viene practicando como mecanismo de modernidad,
el cambio anual de léxico, sin criterio de análisis en su sentido
intrínseco.

Si se piensa en un futuro mejor del país, la
obra prioritaria debería ser la reforma sustantivo de la
Educación Nacional, y así brindar una verdadera
educación para su despegue. De lo contrario, el destino
del Perú será el de pasar de colonia a colonia,
como está ocurriendo actualmente.

  1. Uno de los países con raíces
    más profundas en la historia de América es
    nuestro Perú, por los grandes niveles culturales y
    organizativos logrados por las civilizaciones
    prehispánicas; y que hoy es tercermundista,
    «pasando de colonia a colonia», por ironía
    de la política de sus gobernantes, y la secuela social
    y mental producida por la dominación española,
    que aún perdura en el alma nacional. El país
    confronta una problemática, al parecer sin canal, por
    donde empezar a resolverla. Creemos que la solución
    podría empezar por la Educación, para formar
    primero, su capital humano a nivel científico; y de
    ser ésta la obra prioritaria, requiere su reforma
    medular acorde a los avances de la ciencia y la tecnología, en concordancia al
    carácter étnico, ecológico e
    idiosincrásico de la realidad peruana; y superando las
    causas que motivaron la crisis por la que atraviesa, entre
    otras, como:

    a. La educación de hoy, no es
    auténtica, sino postiza. La auténtica fue la
    educación Incaria.

    b. La pedagogía que la sustenta es
    obsoleto. Se necesita una pedagogía científica
    de acuerdo a la realidad peruana.

    c. Durante la época republicana se
    politizó la educación; que generó el
    servilismo sigloveintesco.

    d. Se subestimó la educación
    en la política gubernamental del país, desde
    que fuera restituida en 1876.

    e. Se dieron reformas educativas
    sólo en algunos aspectos externos y colaterales, menos
    en su esencia, que sigue inalterable.

    f- Educación con Magisterio
    vituperado, vulnerado, vapuleado por el Estado,
    cuando debiera merecer preeminencia entre los

    servidores del mismo, con dignidad social y
    económica.

    g Educación con adopción
    metafísica de sistemas
    foráneos. Es
    decir, sin adaptarse a la realidad
    peruana.

    h Educación sin saber: ¿a
    quién se enseña?, ¿qué se
    enseña?, ¿ cómo se enseña? Y
    ¿para qué se enseña?.

  2. La crisis de la
    Educación Nacional
  3. El bajo nivel cultural del peruano en el mundo
    moderno.

La capacidad del hombre del Perú, en concepto
general, será igual a la del chileno, argentino, coreano,
malaco, etc., porque el factor latitud, como el racial, no son
determinantes absolutos. Se entiende por capacidad, desde el
punto de vista mental, a la aptitud o suficiencia para alguna
cosa, talento para comprender o hacer algo, aptitud legal para
ser sujeto de derechos y obligaciones,
o facultad más o menos amplia para realizar actos
válidos y eficaces en derecho.

El hombre tahuantinsuyano, fue de estirpe ingeniosa,
como lo demuestran los ayllus, pues a ellos se debió el
elevado grado de cultura logrado. La idea de inepto del peruano
para realizar un trabajo algo importante en la vida es el parecer
de los espurios de la humanidad, que llevados por su mezquindad
material, denigran la herencia de la
gran raza incaria. Se dice inepto al hombre no apto para una cosa
determinada, al inhábil, al que no tiene aptitud o
capacidad; estas cualidades negativas no las tiene el hombre
peruano, al contrario es creativo por sus ancestros.

En el umbral del tercer milenio más de la mitad
de la población peruana se halla en extrema pobreza,
sumergida en la ignorancia, llevando vida ignominiosa y servil,
simple y llanamente por no haber merecido una «verdadera
educación», por indiferencia de quienes dirigen el
destino de la sociedad. Por ejemplo, si un huancaíno viaja
a Estados Unidos de Norteamérica en busca de trabajo, no
obstante tener cultura profesional e incluso especialidad,
sólo es admitido a trabajos subsidiarios y en la
mayoría de los casos a servidumbre, y si es analfabeto o
semianalfabeto con dedos burdos y filosofía pancista, a la
actividad de pastor de ganados. Mientras el extranjero llega al
Perú, en condición de patrón,
científico, industrial, artífice del pueblo, asesor
de Estado, etc. Esta contradicción de vida revela, sin
duda alguna, el bajo nivel cultural del hombre peruano,
incluyendo su formación universitaria.

Sobre el planeta Tierra, no habrá un hombre
consciente que no quiera mejorar su vida, pues la
superación es un anhelo universal. La sociedad peruana no
desarrolla porque su Educación está desviada, desde
que fue restituida años después de la gesta
emancipadora, por el primer presidente civil don Manuel Pardo,
bajo el molde idealista y dogmático de la educación
española. Además, desde entonces la
educación fue politizada y no promocionó nuevas
generaciones; por eso, como ejemplo, no se superó en forma
racional la desigualdad socioeconómica existente en el
seno de la sociedad, mientras en otros países hay logros
positivos en ese aspecto, gracias a su educación de alta
calidad. La clase social oprimida en extrema pobreza, en
términos de economía moderna, carece de renta per
cápita diaria de un dólar americano; entonces, es
desesperante y trágica la situación
socio-económica de los hijos del Perú
profundo.

Algunos ideólogos, pensadores, políticos,
hombres élites de la cúpula peruana piensan que se
puede mejorar el status quo del pueblo, con más o menos
cantidad de 1 congresistas, con mayor volumen de
legislación, con reformas paliativas en algunos sectores
del Estado, etc., identificándose así con los
mezquinos intereses de la oligarquía nacional e
internacional. Mientras que nosotros creemos viable y razonable,
la promoción de la nueva sociedad mediante la
formación del capital humano con una «verdadera
educación», que vendría a ser la línea
maestra para su verdadero desarrollo global.

Existen niveles educativos, como también niveles
de desarrollo en las sociedades del conglomerado mundial (cuyos
habitantes son más de cinco mil millones), en razón
directa a la calidad de educación en cada país. El
Perú, país tercer mundista, tiene una
Educación de bajo nivel y por ende, un nivel de desarrollo
incipiente, como podemos apreciar en los gráficos siguientes:

CAPÍTULO IV

LA REFORMA DE LA
EDUCACIÓN

1. El análisis científico de la
Educación Nacional.

Antes de tratar el tema, recordemos lo que implica la
educación. La educación es, en su sentido general,
una actividad que tiene por fin formar, dirigir o desarrollar la
vida humana para que ésta llegue a su plenitud. Pero es un
fenómeno muy complejo, difícil de definir en pocas
palabras; desde luego, es un hecho, una realidad que encontramos
en la vida, tanto en los individuos como en la sociedad; y tanto
ahora como desde que existe el hombre.

Ahora bien, la educación es una función
universal, pero su realización no puede ser la misma en
todos los tiempos y en todos los lugares, depende esencialmente
de la concepción de la vida y del mundo de cada tiempo.
Cada época y cada pueblo tiene sus ideales, que tratan de
inculcar a las nuevas generaciones. Sin embargo, la
función en sí es la misma, como lo es el lenguaje
respecto a las lenguas particulares. En la educación
intervienen diversos factores, los principales son los
siguientes:

1º La finalidad o ideal que se
persigue..

2º La
personalidad psicofísica a quien se
dirige.

3º Los métodos
que se emplean.

4º Las circunstancias o el medio en que se
realiza.

5º La persona o agente
que dirige la educación.

Todos estos factores se deben tener en cuenta para
realizar la acción
educativa, y de ellos vamos a tratar a groso modo.

Juan Jacobo Rousseau,
creador de la Sicología del Niño, llamado
Copérnico de la pedagogía,
al escribir
«El Emilio», dijo: «No se mejora la
educación porque no se conoce a la infancia». En el
Perú se instruye mal y teóricamente se educa sin
conocer al estudiante. Aristóteles, dijo: «El
propósito mayor de la educación es la
formación del hombre para el arte de vivir bien y brindar
el bien a los demás». En el Perú ad portas
del siglo XXI, los estudiantes carecen de valores en su
formación y por ende no tienen el arte de vivir bien, son
prematuramente deprimidos, insatisfechos, frustrados en sus
aspiraciones, que lógicamente se tornan rebeldes en su
vida ciudadana.

La Pedagogía es la ciencia de la
educación. Se ha discutido sobre el carácter
científico de la pedagogía y se ha dicho que es un
arte, una teoría o una técnica. En realidad, la
pedagogía es todo esto, según el punto de vista
desde que se la contemple. La educación comenzó
siendo un arte, es decir, una obra personal; la actividad de una
persona con el fin de educar o formar a otra y aún sigue
siéndolo hoy, en cuanto sólo se considera la
acción del educador, su habilidad, su destreza con dicho
fin; así se habla del arte de enseñar o de educar,
y en este sentido la educación es una obra de arte y el
educador un artista. Pero sobre esta actuación
práctica, inmediata, se eleva la reflexión, el
estudio, la meditación del educador, que quiere dar a su
gestión una base ideal; y, tal como lo han hecho casi
todos los pensadores y pedagogos de la historia, desde Platón
hasta nuestros días; unos principios permanentes; y
entonces surge la teoría de la educación que se
llama pedagogía. Esta reflexión y meditación
ha llegado a formar con el tiempo un sistema que se llama sistema
educativo, con métodos, objetivos
propios que sobrepasan el campo de la pura especulación, y
así la pedagogía se constituye en una ciencia. Esta
ciencia, a su vez, se aplica a la educación mediante una
serie de procedimientos y
reglas, debidamente experimentados y comprobados, y surge la
pedagogía como técnica o tecnología.
Finalmente, cuando se estudian los últimos principios de
la educación, sus ideales y fundamentos, tenemos la
pedagogía como filosofía de la educación. La
pedagogía se nos presenta pues, constituida por una serie
de aspectos diferentes según el ángulo desde que se
la contemple. Pero de todos, el más importante y decisivo
es su carácter científico. Desde este punto de
vista y teniendo en cuenta los factores que intervienen,
así como los criterios, haremos el análisis
científico, o sea, desde la óptica
de la pedagogía científica.

El creador de la pedagogía científica es
Juan Federico Herbart, filósofo, psicólogo
alemán, de la primera década del siglo pasado. Para
Herbart, la pedagogía como ciencia se basa en la
psicología y la ética; la
primera indica los medios y los obstáculos; y la segunda
los fines de la educación. Herbart sostuvo las siguientes
razones:

1º La educación es un derecho frente al
Estado y los políticos.

2º La vida espiritual del hombre es un derecho
frente al mero aprender y a las materias de
enseñanza.

3º La conducción espiritual requiere una
teoría científica.

4º Las verdades serán
innovables.

Iniciando el análisis, la finalidad que persigue
la educación es conservar los bienes culturales. De
aquí surge el ideal de la educación, el cual
depende del ideal de vida de la generación que educa. Pero
ha de referirse sobre todo a la vida anímica del individuo, de
la cual debe partir. En este sentido, tiene como fin el
desarrollo de la afectividad, de la voluntad y del mundo de las
ideas, dependiendo del estado cultural de una generación
determinada de un pueblo concreto.
Aquí intervienen los factores que integran la realidad
social: familia, comunidad local, Iglesia y
Estado. Pero tiene a su vez una base científica, que le da
continuidad y permanencia, es así a la vez natural y
científica, universal e histórica.

Los bienes culturales de la sociedad peruana no son
auténticos, desde que se produjo la invasión
española hasta hoy, están plagados de prejuicios
culturales en contraste con nuestra antigua cultura que tuvo un
ideal de vida científico. Nuestra cultura-actual es hi
'brida: hispana – francesa – norteamericana y por ende
inauténtico, no digna de conservarla; un segmento de ella
es nuestro contenido educativo, por ello, deviene el bajo nivel
educativo. Entendemos por cultura el conjunto de valiosos valores
para la vida cotidiana del hombre; los valores de
dicho contenido no son valiosos para la vida de los peruanos.
Entonces, para una verdadera educación se debe ponderar
nuestra cultura aplicando el método dialéctico,
extirpando las cizañas culturales.

El bajo nivel de la educación es reflejo de la
sociedad y del Estado peruano, porque en este proceso existe la
unidad, la lucha y la contradicción de las relaciones a
todo nivel. Nuestra sociedad es atrasada y no desarrolla porque
carece de un «ideal de vida nacional», que no sabe
hacia dónde va. A propósito, ¿qué es
un ideal?. Es la conciencia humana; que se basa en la
contraposición gnoseológica de la conciencia a lo
material, a la materia. Es ideal cuando corresponde a una idea
objetiva en bien del ser humano, en calidad de modelo; la
conciencia puede reflejar la esencia de las cosas reales, puede
investigar las leyes objetivas y, basándose en ellas,
establecer proyectos de lo
futuro, de lo aún no existente; puede también crear
representaciones y conceptos ilusorios que tergiversen la
realidad. Este es el motivo para que el
conocimiento científico contraponga y compare siempre
lo que se sabe de los objetos y con ellos fundarse en la esencia
objetiva.

La conciencia peruana está desorientada desde la
gesta emancipadora de 1824 hasta hoy, no hay atisbo de un
ideal de vida nacional, por falta de una filosofía
propia. Esta lacra social, mental y cultural, que perdura en la
estructura mental de los peruanos es la que no permite el
despliegue de la sociedad. Otros países del orbe ostentan
su ideal de vida; por eso desarrollan y alcanzan mejores niveles
de desarrollo. También nuestra cultura incaria tuvo un
ideal científico. En nuestra sociedad actual no hay
valores positivos, casi en todo orden; vale decir, no hay modelos
de vida en lo social, político, económico,
jurídico, ideológico, ético, etc. El Estado
es el ente, que debe ser el paradigma, como también todas
las instituciones
tutelares; sobre todo, el presidente de la República,
debería liderar la Educación Nacional.

En el Tahuantinsuyo, todos los hijos del Sol recibieron
educación dirigida por el Estado, y el hogar; orientada
por las leyes naturales, basada en la verdad y el bien. Destruida
nuestra portentosa cultura por la invasión
española, la educación de los hijos del Sol fue
eliminada. Años después de la gesta emancipadora,
recién en 1876 se restituye la educación con el
primer presidente civil Manuel Pardo, bajo el molde de la
educación española dogmática; y, en 1903,
durante el gobierno de Eduardo López de la Romaña,
se adopta el modelo educativo francés para la Secundaria y
el modelo norteamericano para la Primaria. Estas fuentes
incongruentes y otras variantes determinaron el sistema vigente,
que no se adapta a la realidad peruana; pues 1as reformas que se
dieron no han transformado su esencia. Por eso, no hay una
auténtica y verdadera educación en el Perú,
pues como ya se dijo se educa sin saber: ¿a quién
se enseña?, ¿qué se enseña?,
¿cómo se enseña? Y ¿para que se
enseña?. Nuestros estudiantes son prematuramente
deprimidos, insatisfechos, frustrados en sus aspiraciones, que
lógicamente se tornan rebeldes por despecho; ya que los
conocimientos suministrados y la formación inculcada no
son útiles para la vida real del hombre, menos para ser
profesionales competitivos a nivel de la Comunidad Internacional.
La prueba incuestionable de este hecho son nuestros estudiantes
universitarios, que al concluir sus estudios profesionales,
atiborrados de conocimientos abstractos e incoherentes, no
tienen, aplomo en su especialidad, con el agravante que egresan
con una mentalidad desviada y la conciencia destruida, sin patria
ni bandera; con la trágica suerte de no tener trabajo por
su incompetitividad; engrosando de este modo, la fila de los
desocupados o el servilismo sigloveintesco.

Se viene empleando el método dogmático,
usado en Australia en el siglo VIII en una escuela religiosa; su
forma de razonamiento tiene la estructura lógica:
deductivo – inductiva, e invertida: inductivo – deductiva. El uso
de este método en la enseñanza de la verdad es,
determinante en el modo de pensar del hombre, en
contraposición al dinamismo de la vida y el
mundo.

El dogmatismo, es un procedimiento del
pensar que opera con conceptos y fórmulas invariables, sin
tener en consideración las condiciones concretas de lugar
y tiempo; o sea, haciendo caso omiso al principio que afirma el
carácter concreto de la verdad. Su aparición
está unida al desarrollo de las representaciones
religiosas: la exigencia de que se acepten por la fe los dogmas
de la Iglesia, establecidos en calidad de verdad indiscutible; no
sujetos a critica y obligatorios para todos los creyentes. En la
filosofía
moderna, el dogmatismo está unido a las concepciones
anti dialécticas que niegan la idea de la variabilidad y
del desarrollo del inundo. En la vida política, conduce al
sectarismo, al subjetivismo; a no tomar en consideración
la práctica. Es el método de la pedagógica
dogmática, en contraste con el método
dialéctico de la pedagogía científica, cuya
estructura y forma de razonamiento es el análisis –
síntesis.

La dialéctica fue el método de Sócrates
en su enseñanza de la Ciencia Moral, quien concebía
como el método «que hace parir la verdad».
Galileo utilizó este método para marcar la partida
de la ciencia. La ciencia, como fuerza
importante, comienza con Galileo y, por consiguiente, existe
desde unos trescientos ochenta y cinco años
aproximadamente, aunque antes tuvo un matiz dogmático, que
hoy se conoce con el nombre de metafísica. En los primeros
ciento cuarenta años del tiempo indicado, fue como un
anhelo de los eruditos, sin afectar a los pensamientos o
costumbres de los hombres corrientes. Sólo en los
últimos doscientos treinta y cinco años la ciencia
se ha convertido en un factor importante, que determina la vida
cotidiana de todo el mundo. En ese breve tiempo ha causado
mayores cambios que los ocurridos desde los antiguos egipcios,
mediante la presencia del método dialéctico en la
investigación y en la
enseñanza.

La pedagogía actual es de corte idealista,
implícitamente conlleva el método dogmático,
por eso la enseñanza es teórica, y nuestros
estudiantes son repetidores, sin iniciativas ni actitudes de
ingenio. Esta es, una de las razones para el bajo nivel
educativo, el conformismo Y atraso de nuestra
sociedad.

El Perú es tercermundista, ¿por
qué? La respuesta no es tan fácil, obedece a muchas
razones, el problema principal es que la educación
está mal orientada desde su restitución en 1876
hasta hoy. El Perú es una realidad distinta a otras, por
razones sociales, políticas, económicas,
ideológicas, jurídicas, éticas, etc.;
requiere una educación su¡ generis, acorde a
su carácter étnico, ecológico,
idiosincrásico…; como una pedagogía
científica forjada por los educadores, los profesionales,
los intelectuales del Perú. Con participación de
las instituciones tutelares, el Estado, la familia, y
otras. Además de una organización horizontal,
requiere un Plan Nacional de
Educación y un ideal educativo proyectado por el Estado y
la sociedad.

El actual sistema es obsoleto, desgajado por los avances
de la ciencia y la tecnología, tiene más de noventa
años de antigüedad, y no responde a las exigencias de
la vida moderna. A propósito, entendemos por sistema
educativo, al conjunto ordenado de todos los elementos que
intervienen en el proceso educativo sistematizado y
académico.

La sociedad peruana tiene la capacidad para conocer,
comprender y saber de las cosas del mundo, como cualquier otra
sociedad del mundo y, no hay razón lógica para
mantenerla con mentalidad dogmática y dedos burdos;
necesita una verdadera educación, con un magisterio
competitivo, bien formado. En efecto, pueden promulgarse las
leyes más sabias, pueden formularse las doctrinas
educativas más avanzadas, pueden incluso contarse con los
edificios escolares más modernos, planes y programas
científicos, los medios materiales más
técnicos; todo esto será ineficaz, sin la
acción creadora, amorosa, patriótica y
artística del auténtico espíritu
magisterial. Sólo educadores sanos, vigorosos, optimistas,
egregios, podrán forjar personalidades con cualidades
análogas. Para ello, requiere una reforma de los centros
de formación magisterial, sean universitarios o
institutos, con nueva tónica, cualidades
axiológicas, currícula moderna, etc.,
etc.

Tuvimos en la cultura Incaria una educación
dialéctica, científica, orientada por las leyes
naturales. Hoy, la sociedad necesita una verdadera
educación con un magisterio de profunda vocación,
técnicamente capacitado, con dignidad social y
económica, escalafón científico; para que se
reconstruya la sociedad de clases, y quizá se obvie la
opresión de la clase dominante. De lo contrario, el
fenómeno sico – social oprimirá al Perú
profundo por un tiempo más; pero no para siempre, ya que
los tiempos cambian y no hay nada eterno en este
mundo.

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