El Currículo Bolivariano diseña la formación del nuevo republicano
En la concepción de que toda
filosofía política, tiene una
filosofía de la
educación, que sostiene Aristóbulo
Istúriz, podemos afirmar que el Currículo Bolivariano se fundamenta desde
el punto de vista de la filosofía política, en
nuestras propias concepciones que nos viene de los más
altos valores de
hermandad, convivencia y espíritu de cooperación
de nuestros antepasados indígena, africana y europea; en
el pensamiento
pedagógico de Simón Rodríguez, vista en,
¡O Inventamos, O éramos!, y ¿Quieren tener
República? Empiecen por formar Republicanos; en la
doctrina del Estado
Docente de Luis Beltrán Prieto Figueroa; entre otras
concepciones pedagógicas como el enfoque
histórico cultural de Lev Semenovich Vigotsky; y
fundamenta sus valores y principios en
la doctrina de Simón Bolívar, el Libertador, establecidos en
la Constitución Nacional de
1.999.
Educación es ideología política, entendida la
educación
como fenómeno social, es expresión o reflejo
político-ideológico de las relaciones y
contradicciones que se dan en la vida social, política,
económica de la sociedad,
determinadas por el modelo
productivo, que su sistema de
valores el Estado
trasmite o reproduce a través de la educación. A
decir de Carlos
Marx, "Los hombre en la
producción social de su vida contraen
determinadas relaciones necesarias e independientes de su
voluntad; El conjunto de estas relaciones de producción
forma la estructura
económica de la sociedad, la base real sobre la que se
levanta la superestructura jurídica y política y a
la que corresponden determinadas formas de conciencia
social, El modo de producción de la vida material
condiciona el proceso de la
vida social, política y espiritual en general. No es la
conciencia del hombre la que determina su ser, sino el ser social
es lo que determina su conciencia", entonces, el
Estado cuenta con el sistema
educativo, para formar o reproducir en los ciudadanos los
hábitos, valores, principios y las relaciones sociales y
de producción que sustenta. Es por ello, que podemos
hablar de una educación bolivariana, cubana, fascista,
soviética, o norteamericana, en tanto, responde a los
intereses de ese Estado y es expresión de las influencias,
relaciones y contradicciones de la sociedad venezolana, cubana,
de la Alemania
fascista, de la sociedad soviética, o
norteamericana.
Igualmente, Marx,
señala "La doctrina
materialista de que los hombres son producto de
las circunstancias y de la educación, y de que, por tanto,
cambian en la medida que cambia las circunstancias y la
educación, olvida que son los hombres, precisamente, lo
que hacen que cambien las circunstancias y que el propio educador
debe ser educado. La coincidencia del cambio de las
circunstancias y de la actividad humana sólo puede
concebirse y entenderse racionalmente como práctica
revolucionaria". Es decir, la práctica
social es el medio por el cual el hombre
asimila la realidad y por el cual puede transformarla, al
tiempo que se
transforma. La educación se convierte así en un
hecho histórico, en un acto político, en un factor
ideológico de refuerzo, dominación o
trasformación, que procura lograr la aceptación
generalizada de esa misma ideología.
No hay educación sin fines, y éstos
obedecen al contexto histórico social determinado y la
concepción filosófica que la sociedad a
través de la cual el Estado conviene y promueve en
políticas públicas, el basamento
jurídico-constitucional y el proyecto social
histórico. Como lo viene señalando,
Aristóbulo Istúriz,
"Toda filosofía política
tiene una filosofía de la educación, el Estado debe
orientar la educación para formar a los ciudadanos que
requiere el modelo de república que se
persigue".
Concepción esta que nos obliga hacer un
paréntesis y observa con claridad la compleja realidad
histórico-concreta en que se desenvuelve el proceso
político venezolano, inserto en un mundo globalizado,
donde las grandes potencias imperiales, en especial el
estadounidense amenazan con acabar con la identidad
nacional de nuestros países, la cultura humana
y hasta con la vida en el planeta, pretendiendo imponer los
principios y valores del modelo neoliberal, basado en la violencia, la
enajenación, la alienación, el
mercado y en un
excesivo consumismo, lo que sitúa de nuevo el análisis en el plano ideológico, en
la lucha de dos modelos, el
modelo neoliberal capitalista y el modelo del socialismo
bolivariano, que se confrontan ineludible y permanente en todos
los campos de la vida social, política
económica, tecnológica, comunicacional, y por
su puesto en el campo educativo.
Pero, como lo dice el Comandante Chávez, en la
batalla de las ideas está la esencia fundamental en esta
confrontación contra el imperialismo
norteamericano y su modelo neoliberal. En el caso venezolano esta
confrontación está caracterizada por una
sistemática y permanente campaña de infamias,
amenazas, mentiras, calumnias, manipulaciones,
desinformación, descalificaciones, y ocultamientos,
desplegada a través de las grandes empresas de
comunicación masiva. La manipulación
mediática es un ingrediente de la fórmula que los
laboratorios de guerra
psicológica estadounidenses aplican permanentemente para
desestabilizar a los países que no se pliegan
dócilmente a los mandatos del imperio, entre otras tantas
políticas conspirativas trazadas por esa cúpula
gobernante de los Estados Unidos
contra el gobierno
legítimo del presidente Hugo
Chávez.
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