- Los conceptos de pobreza y de
desigualdad en la distribución del
ingreso - El
problema desde el punto de vista de las políticas
públicas
1.- Los conceptos
de pobreza y de
desigualdad en la distribución del ingreso
1.1. En una primera aproximación, podemos decir
que ambos conceptos, en términos generales, hacen
referencia a una asimetría significativa en la
distribución de ciertos recursos
socialmente valorados, al interior de cualquier grupo o
comunidad.
Así planteado preliminarmente el problema, ambas nociones
se pueden vincular. Dada una distribución cualquiera de
ingresos en
una comunidad, la mayor o menor homogeneidad de la misma nos
informará sobre su grado de desigualdad, mientras que el
extremo inferior de dicha distribución, nos estará
remitiendo al problema de la pobreza. Sin
embargo, esta aparente simplicidad, esconde enormes dificultades,
algunas de las cuales intentaremos repasar someramente en el
resto de esta sección.
Conviene señalar antes que nada, que el desarrollo de
ambos conceptos nos lleva inexorablemente a merodear la frontera entre
los planos positivo y normativo, situación que
intentaremos deliberadamente evitar, porque como sabemos, se
trata de una frontera minada y de incierto retorno.
Bástenos decir que el punto de vista del
observador –sus prejuicios, preconceptos, preferencias
teóricas, tradiciones intelectuales,
posición ideológica, etc.- tendrá alguna
influencia en la forma de abordar el problema, influencia
ésta, que no siempre será explicita o
fácilmente perceptible. Por lo demás, podemos
suponer que ambos conceptos han sido vistos de una manera
diferente por las distintas disciplinas sociales a lo largo del
tiempo, y por
el hombre
mismo antes de que estas disciplinas existieran, según
hayan sido las circunstancias históricas, el grado de
desarrollo y complejidad de las distintas sociedades,
las expectativas de sus miembros, las distintas culturas, el
desarrollo de las comunicaciones, etc.
Por lo tanto, toda pretensión de objetividad en
la materia, se
enfrenta necesariamente con un terreno resbaladizo. Se puede ser
muy objetivo en la
operacionalizión de ambos conceptos, trazando con gran
precisión la "linea de pobreza" o definiendo con exactitud
el grado de heterogeneidad que vamos a tolerar en una
distribución de ingresos antes de hablar de desigualdad,
pero estaríamos hablando de una objetividad "ex post", es
decir, una vez que se haya definido el problema de fondo, que va
a seguir siendo, cómo y porqué elegimos cierta
línea para definir la pobreza o cierto grado de
heterogeneidad tolerado, para definir la desigualdad en los
ingresos.
Y esto último, nos remite inevitablemente al
plano normativo, y al hacerlo, la ciencia
social en cuanto tal, entra a navegar por aguas turbulentas. Para
tener un atisbo de los problemas que
pueden enfrentarse y cuán diferentemente se han tratado,
por ejemplo, en la historia del pensamiento
económico, se pueden consultar los trabajos de Stigler
(1983), Thurow (1986), Nocick (1989) y la profusa bibliografía al respecto
que ha producido Amartya Sen.
1.2. El problema de la desigualdad en la
distribución de los ingresos, se presenta como
conceptualmente más sencillo. En primer lugar, es un
concepto
unidimensional. Sólo deben preocuparnos los ingresos
monetarios de las unidades bajo estudio. En segundo lugar, por el
nivel de medición que podemos utilizar, se trata de
una variable fácilmente cuantificable y susceptible de
manipulación estadística. En tercer lugar, se trata de
una variable expresamente definida en términos
relativos.
Estas tres características nos permiten, de paso,
sortear –o postergar- la discusión normativa sobre
distribuciones más o menos justas o sobre cuánta
heterogeneidad es desigualdad. Nos basta con comparar distintas
distribuciones intertemporalmente o interespacialmente, y luego
proceder a ordenarlas de acuerdo a cualquier medida escogida de
desigualdad, para poder concluir
que, ceteris paribus, ciertas distribuciones presentan mayores
desigualdades que otras. Los indicadores de
desigualdad habitualmente usados en la literatura, son la
razón entre los quintiles extremos de la
distribución, la varianza del logaritmo de ingreso, la
curva de Lorenz y el coeficiente de Gini (Contreras,
1999).
Además del problema normativo ya mencionado, debe
agregarse que en la teoría
económica, especialmente en la vinculada al tema del
desarrollo, se formulan hipótesis sobre la asociación entre
ciertas desigualdades en la distribución del ingreso y
ciertas etapas del proceso de
desarrollo, es decir, algunos períodos de fuerte
concentración del ingreso podrían ser deseables -o
una precondición- para superar determinados umbrales
críticos en el crecimiento
económico de las sociedades (para una breve
presentación de este aspecto del problema, ver Rosende,
1989).
En investigaciones
más recientes citadas por Meller (1999), estudios
econométricos de paneles de países,
ofrecerían evidencia empírica de que una
distribución demasiado regresiva del ingreso
conspiraría contra el crecimiento
económico.
1.3. El concepto de pobreza es más elusivo. Ha
sido tratado de diversa manera por la literatura y sólo en
algunos casos se llega a una operacionalización del mismo,
a costa de un sacrificio considerable de su mayor densidad
teórica.
Habitualmente es definida a partir de cierta
línea de satisfacción de necesidades básicas
(Meller, 1999), o de consumos mínimos (Rosende, 1989), la
que es expresada en términos monetarios, por debajo de la
cual se encontraría la situación de pobreza. Esta
"metodología de la línea de pobreza"
es característica en Chile (MIDEPLAN) y América
Latina y es muy utilizada en comparaciones internacionales,
como en el caso de los Objetivos de
Desarrollo del Milenio y la "línea internacional de
pobreza" de 1 U$S diario.
Esta manera de abordar el concepto, supone un fuerte
"trade off" a favor de la confiabilidad de las mediciones y en
perjuicio de la validez de las mismas.
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