La diplomacia pública: Una oportunidad para recontar la Argentina a los italianos
- I.
Cooperación y confrontación: escenarios mundiales
para la comunicación internacional - II.
La dimensión comunicativa del poder en las relaciones
internacionales - III.
Argentina: desde América latina hacia
Europa - IV. La
política exterior y la imagen argentina. Temas de
agenda, países objetivo y
percepciones - V.
Una diplomacia pública para
Argentina - Anexo
- Referencias
bibliográficas y mediáticas
"Se repite que todos los caminos llevan a ella; mejor
sería decir que
no tiene término y que, bajo cualquier
latitud, estamos en Roma".
Italia (fragmento), Jorge Luis Borges
(1961).
Prólogo
Un círculo virtuoso precede y atraviesa este
original trabajo de
Matías Marini. Él vino a Italia gracias a
una beca del Ministerio italiano de Asuntos Exteriores, con un
programa de
los más frecuentes y eficaces, de sostén al estudio
universitario de estudiantes que manifiestan interés
por nuestro país. Esta actividad de atracción
cultural es imprescindible para desarrollar una buena diplomacia
pública.
Marini ha estudiado en la Università per
Stranieri di Perugia, un centro neurálgico para la
difusión de nuestro idioma en el mundo entero. Por lo
tanto, en Perugia ha podido asistir a dos de mis cátedras:
la primera, sobre la teoría
y la praxis de la
diplomacia pública italiana, destinada a los estudiantes
de cursos de especialización; la segunda, sobre la
actualidad política,
económica y social de Italia, dirigida a alumnos
provenientes de un gran número de Estados
extranjeros.
En el curso de esta última actividad, que se
encuentra entre las más importantes y particulares del
Ateneo perusino, Marini ha podido observar en persona nuestro
modo de "contar Italia al mundo". Contar un país es la
esencia más clara y viva de la diplomacia pública
de un Estado. Por
último, y aquí se cierra el círculo
virtuoso, Marini ha elaborado su proyecto de
investigación sobre las relaciones de diplomacia
pública entre la Argentina e Italia, contribuyendo con
este importante trabajo a aquella biblioteca que,
espero, favorecerá la construcción de un centro de estudios en
Perugia sobre el tema de la diplomacia pública.
A continuación, trataré de resumir los que
considero como los cuatro fundamentos teóricos de este
libro.
1) Las relaciones bilaterales entre países que
ocupan una posición medio-alta o medio-baja en el sistema
internacional, respecto de las capacidades de grandes potencias
económicas y militares, pueden favorecer buenas
prácticas de cooperación y la difusión de
conductas de reciprocidad a nivel estructural. No son sólo
las relaciones multilaterales, por lo tanto, las que facilitan
aquella ética del
diálogo
que hoy se coloca como presupuesto
indispensable para el desarrollo
económico y político en un sistema de
participación y responsabilidad colectivas.
2) Con mayor razón esto sucede cuando los Estados
que mantienen relaciones bilaterales, especialmente de tipo
constructivo, tienen como referencia más amplia
–además del sistema multilateral con el cual
interactúan- una o más arenas territoriales
macroregionales con un cierto grado de
institucionalización. En el caso de este estudio se trata
obviamente del Mercosur y de la
Unión
Europea.
3) Para que las relaciones bilaterales de tal tipo
puedan afirmarse y reforzarse, la política
intergobernativa debe saber extraer ventaja de las relaciones
transnacionales que pasan por encima de los gobiernos. Sin
embargo, es necesario considerar que si bien los Estados de
algún modo "ganan" en la confrontación con las
fuerzas transnacionales (empresas,
organizaciones
no gubernamentales, etc.), desde el momento en que las anticipan
y extraen beneficio de su existencia, éstas pueden
conducir a los Estados a modificar sus políticas.
4) Para comprender semejante proceso y
contribuir con su buen gobierno, es
útil el
conocimiento de la diplomacia pública tal como
se ha desarrollado en los distintos países y de las
metodologías elaboradas en este campo de estudios.
Específicamente, en el plano teórico la
investigación se ha beneficiado con su referencia a la
gestión
de los estereotipos y a la construcción de relaciones de
largo plazo y de reciprocidad; en el plano metodológico,
el instrumento preseleccionado ha sido la entrevista
en profundidad con interlocutores privilegiados.
Este libro sobre las relaciones entre la Argentina e
Italia y, en particular, sobre las oportunidades de diplomacia
pública argentina, posee una indiscutida relevancia
científica por diversos motivos. En términos
históricos concierne a las estrechísimas afinidades
políticas y culturales entre dos países unidos por
vínculos de descendencia. En términos sociales, su
publicación ve la luz en un
período de recuperación de la economía
argentina luego de una seria crisis
económica que ha involucrado incluso a ahorristas
italianos.
Tal relevancia encuentra su confirmación en los
resultados del trabajo, que trataré de dilucidar en tres
puntos destacados.
En primer lugar: la presencia de la Argentina en el
sistema de
información internacional (y en particular europeo) es
baja y no restituye una imagen favorable
del país (que es visto débil, política y
económicamente). Aumentar la visibilidad de un país
no siempre compensa; es más, puede dañarlo si la
información no subraya sus mejores
cualidades. En Italia, sin embargo, una élite interesada
se vale de la Internet para actualizarse
sobre los hechos argentinos. El gobierno de Buenos Aires
podría entonces dirigir a este grupo su propia comunicación pública, con la
difusión de un boletín digital, la
activación de un portal, etc.
En segundo lugar: a la percepción
de la Argentina como un país débil en el plano
institucional y económico, se contrapone la imagen de una
sociedad
culturalmente rica, con un nivel de instrucción alto e
instituciones
universitarias válidas en el contexto latinoamericano. La
actividad de diplomacia pública dirigida a los italianos y
no sólo, por ejemplo en el ámbito del proyecto Marca Argentina,
podría entonces sopalancar esta imagen de país
civil e ingenioso, incluso con instituciones que no estén
a la altura.
Para concluir: la notoriedad del escritor Jorge Luis
Borges es un
recurso valioso (entre los entrevistados en enste libro, es
considerado la figura más representativa de casi ¼
de quienes expresan una preferencia). Quizá dentro de no
mucho estarán maduros los tiempos para crear institutos
Borges de cultura, con
iniciativas dirigidas tanto a grupos
específicos como a la opinión
pública. Y creo que Roma –la
"ciudad ubicua", como la representa el poeta en el
epígrafe que Marini eligió para inaugurar su libro-
estaría inmensamente complacida de acoger el
primero.
Dr. Emidio Diodato
Florencia, enero de 2008
Introducción
Según un estudio de la agencia argentina
GlobalNews, las noticias sobre
América
latina en los principales diarios europeos y estadounidenses
son escasas y han disminuido su presencia en los últimos
años. En promedio, ocupan entre 0,3% y 6% de la
información total. Los diarios españoles son los
que más espacio dedican a las noticias latinoamericanas.
Los países en vías de desarrollo
suelen ocupar el centro de la información internacional en
ocasión de catástrofes naturales, guerras
civiles, golpes de Estado, estallidos económicos o para
ser promocionados como exóticos destinos
turísticos. Tal circunstancia promueve lecturas
estereotipadas de grandes zonas del planeta.
Los sucesos de la Argentina contemporánea han
contribuido con ese reservorio global de creencias asociadas a
determinadas regiones del planeta. Sobre la base de la
percepción que un grupo selecto
de italianos se ha creado de la Argentina, este trabajo se
propuso trazar líneas generales de acción
comunicativa para que la política exterior pueda negociar
la inserción del país en realidades internacionales
favorables a su desarrollo, como el caso de Italia. Crear canales
globales de comunicación que acompañen la misión de
toda buena política de relaciones con el mundo: mejorar el
bienestar de los ciudadanos. La Argentina ha dilapidado por
décadas poder, riqueza
y autonomía (Tokatlián 2004, 158). Una buena
política exterior incrementa el poder, la riqueza y la
autonomía de un país.
Para ser sostenible en el largo plazo, el inédito
crecimiento de la economía argentina en el último
quinquenio necesita de nuevos mercados
-emergentes y maduros- y de condiciones favorables para la
inversión interior y extranjera. Por eso,
mi propósito fue hallar, en el marco de la diplomacia
argentina, vehículos comunicacionales para mejorar la
percepción del país en Italia. Mejoría que
podría traducirse en el encuentro de nuevos socios y
renovadas relaciones bilaterales e intrabloques que propendan al
desarrollo y a una inserción mundial competitiva del
país.
Habitamos un mundo que, aunque aún unipolar en el
aspecto militar, parece seguir progresando hacia un
multilateralismo comercial con múltiples polos
económicos. La asociación entre la Unión
Europea (UE) y América
Latina y el Caribe (ALC), por ejemplo, declaró su
propósito de fomentar un sistema internacional basado en
los principios del
multilateralismo, regido por reglas consensuadas de
aplicación universal y por mecanismos multilaterales de
control. Un
informe del
Parlamento europeo asegura que con América latina la UE
profesa una "común predilección por el
multilateralismo y la multipolaridad" (Salafranca 2006,
20).
La diferencia entre los conceptos de multipolarismo y
multilateralismo en las relaciones
internacionales reside, según el punto de vista que
aquí adoptaré, en que el primero describe un
sistema mundial con protagonismo global de unos pocos Estados que
crean un balance mutuo de poder con un primus inter pares
(Estados
Unidos, Europa, Japón,
Rusia,
China);
mientras el segundo favorece el diálogo mundial y las
acciones
consensuadas de todos los actores del sistema, incluidos los no
estatales.
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