Cuenta la historia que la noche del 14
de Septiembre de 1821, la gente se amotinó en las calles
de Guatemala,
marchando y gritando "¡Independencia
o muerte!". Toda
la noche duró aquella agitación popular.
El 15 de Septiembre, grandes multitudes ocuparon el
Palacio de los Capitanes Generales hasta abarrotarlo. Todo el
mundo a una voz gritaba: "¡Viva la Independencia!". El
General Gabino Gainza, rodeado de todas las autoridades,
después de ordenar que se leyeran los documentos
sometió a discusión el asunto, sobre si las
provincias deberían ser declaradas independientes de
España
o no. José Cecilio del Valle, fue el primero que se
pronunció a favor de la independencia, luego tomó
las provincias de Centroamérica.
Similar pronunciamiento salieron de los labios del
doña Dolores Bedoya de Molina había realizado toda
una serie de preparativos, para festejar con cuetes y música, una vez que
se declara independencia, como la reunión en el palacio se
extendió mucho y la independencia se dio, las
señoras aburridas de los ánimos de los patriotas,
quienes se inmediato comenzaron a gritar. Los señores que
discutían el asunto de la libertad, al
escuchar los cohetes y los gritos de la gente, creyeron que se
trataba de un levantamiento y entonces se apresuraron a proclamar
libertad para Centroamérica. La señora de Molina,
sin proponérselo, se constituyó en líder
de aquel último movimiento que
aceleró la proclamación de la independencia. De
inmediato, entre los gritos y el entusiasmo del pueblo,
Losé Cecilio de Valle redactó el acta de
independencia fijando para el día 16 de Septiembre la
juramentación de los funcionarios y empleos. Pero antes de
todo eso pasaron muchas cosas en los países
Centroamericanos en Guatemala la cosa era aún más
seria. El convento de Belén fue el lugar escogido, para la
realización de una serie de reuniones "secretas y
conspirativas" que llevaron a la encarcelación de algunas
de sus asistentes, entre ellas la del Padre Tomás Ruiz, un
indio chinandegano que apoyaba las sublevaciones indígenas
en Guatemala.
El 15 de Septiembre de 1821, día de la firma del
Acta de Independencia se reunieron en el Palacio de los Capitanes
Generales, en la ciudad de Guatemala, diferentes personalidades:
representantes del Gobierno Central
español,
del Ayuntamiento Local, Superiores de las diferentes
órdenes religiosas, el arzobispo de Guatemala. El tema a
discutirse era la Independencia.
En ese momento las discusiones giraron en torno al momento
en que debían independizarse. José Cecilio del
Valle, un hondureño que sentía debilidad por el
periodismo y
publicaba en el
periódico "El Amigo del Pueblo", estaba de acuerdo con
la independencia pero proponía una consulta con el resto
de provincias, debido a que en las reuniones únicamente
estaba la representación de Guatemala.
Miguel Larreynaga, considerado como figura intelectual
más destacada de la provincia de Nicaragua, era asiduo
visitante de las tertulias secretas. Bisnieto de un mulato
condenado a muerte por rebelarse a los españoles e hijo de
un español pobre, Larreynaga tenía pocas
oportunidades de estudiar, tomando en cuenta que quedó
huérfano muy pequeño. Sin embargo, este
leonés llegó a obtener el grado de Bachiller en
Artes, Derecho Civil y
Derecho Canónico en Guatemala. Además obtuvo una
licenciatura en Medicina
Forense.
De regreso a Nicaragua, Larreynaga arrastró
ideales de libertad y contagió a otro grupo de
personalidades del virus libertario.
Estuvo presente en la histórica firma del acta y
defendió la independencia inmediata de
Nicaragua.
Luego de varias discusiones se acordó la redacción del Acta de Independencia que
sería firmada por los asistentes y enviada a las otras
provincias para su aprobación. Era la primera acta que,
según los ideales de ese entonces, pondría fin a
tres siglos de dominación española.
Así inicia una nueva etapa de la vida
independiente de las provincias, aunque desde el punto de vista
particular cada una de las actuales Repúblicas de
Centroamérica no se alcanzó de manera definitiva la
forma política que hoy representa.
Inmediatamente después de proclamada la
Independencia de España, Centroamérica formó
parte del Imperio Mexicano Iturbide (enero, 1822 – marzo, 1823)
que fue un período caótico y de gran
confusión. Luego, al derrumbarse el imperio, se
constituyeron en nación
soberana bajo el nombre de Provincias Unidas de
Centroamérica y se convocó a una Asamblea
Constituyente, cuyo primer decreto de 1 de julio de 1823 fue
proclamar de nuevo la independencia de España, al igual
que México.
Tal asamblea promulgó el 24 de 1824 la Constitución Política de la llamada
República Federal de Centroamérica que dejo de
existir en 1838 al romperse el Pacto Federal y constituirse cada
república en un Estado
Independiente. Así nació desde ese año la
existencia del Estado de Nicaragua.
DECLARATORIA DE
INDEPENDENCIA ABSOLUTA Y DEFINITIVA
Decreto de la Asamblea Nacional
Constituyente
1 de julio de 1823
Los representantes de las Provincias Unidas del Centro
de América
congregados en virtud de la convocatoria, dada en esta Capital el 15
de septiembre de 1821 y renovada el 20 de marzo del corriente
año, con el importante objeto de pronunciar sobre la
independencia y libertad y los pueblos, nuestros comitentes:
sobre su reciproca unión sobre su Gobierno; y sobretodo
los demás puntos contenidos en la memorable Acta del
citado 15 de Septiembre, que adoptó entonces la
mayoría de los pueblos de este vasto territorio ya se han
adherido posteriormente todos los demás que hoy se hallan
representado en esta Asamblea General.
Después de examinar, con todo el detenimiento y
madurez que exigen la naturaleza y
entidad de los objetos con que somos congregados, así el
Acta expresada de septiembre de 21 y las de 5 de enero de 1822
como también del Decreto del Gobierno Provisorio de esta
Provincia de 29 de marzo último, y todos los documentos
concernientes al objeto mismo de nuestra
reunión.
Después de traer a la vista todos los datos necesarios
para conocer el estado de
la población, su riqueza, recursos,
situación local, extensión y demás
circunstancias de los pueblos que ocupan el territorio antes
llamado Reino de Guatemala.
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