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Manejo integrado costero (página 2)




Enviado por Camilo Botero S.



Partes: 1, 2

Naturaleza pública

La última característica particular de la
zona costera es su naturaleza
pública. En buena parte de los países del mundo las
playas y el mar son de acceso común, para disfrute y goce
de todos los ciudadanos de la respectiva nación.
Colombia es una
de ellas, como lo define el artículo 166 del Decreto
Ley 2324 de
1984.

Esta característica de bien de uso público
condiciona fuertemente las actividades humanas sobre las costas,
pues los proyectos
permanentes como la urbanización no son permitidos por las
reglamentaciones nacionales. Igualmente las actividades
económicas como los puertos o los complejos hoteleros solo
pueden establecerse en las costas por los periodos definidos en
las concesiones que les otorgue la autoridad
marítima competente, que en el caso de Colombia la
DIMAR.

La condición de bienes de la
Nación
incluyen los principios de
inembargabilidad, imprescriptibilidad e inalienabilidad, con lo
cual sus usos siempre están bajo la tutela del
Estado. Esta
situación implica necesidades de planificación y ordenación muy
específicas, que difieren de los modelos
tradicionales en zonas terrestres, como las cuencas
hidrográficas.

  1. ANÁLISIS SISTÉMICO DE LA ZONA
    COSTERA

La zona costera se puede analizar desde muchos enfoques;
este documento se basa en la teoría
compleja de sistemas, la cual
toma aportes de las ciencias
ambientales, sociales y económicas y los integra en
sistemas y subsistemas interrelacionados.

Se reconocen tres subsistemas en la zona costera
según la propuesta realizada por Barragán (1997):
el físico-natural, el socio-económico y el
jurídico-administrativo. Cada uno debe ser analizado por
separado, pero teniendo siempre en cuenta su carácter de relación mutua entre
ellos como configuradores del sistema
costero.

Subsistema Físico-Natural

Según Barragán (1997) el subsistema
físico-natural es "el conjunto de elementos, atributos y
relaciones pertenecientes a fenómenos naturales situados
en las zonas costeras o que ejercen gran influencia sobre ellas".
Dentro de estos elementos tenemos desde las
características del medio marino (fauna, flora,
agua marina,
etc.) hasta los eventos
desastrosos de origen oceánico (tsunami, huracanes,
etc.)

Para la comprensión de este subsistema se debe
concentrar la atención en dos elementos fundamentales:
los recursos
naturales costeros y los fenómenos que colocan en
riesgo la vida
humana y/o las infraestructuras. Los primeros se refieren a los
recursos
bióticos como los ecosistemas
marinos (manglar, arrecifes de
coral, playas, etc.) y a los recursos abióticos como
el sustrato terrestre (arena, minerales de
extracción) y las masas de agua marina.

El segundo elemento son los eventos denominados
catastróficos por el daño
que pueden causar sobre las poblaciones humanas. Entre estos
tenemos los fenómenos de origen sísmico como el
tsunami y los terremotos,
los de origen climático como los huracanes y tormentas y
los de origen acuático como las surgencias de algas
tóxicas. El interés de
este elemento se centra en la amenaza de los fenómenos y
en la vulnerabilidad de las poblaciones e
infraestructuras.

Subsistema Socio-económico

La definición del subsistema
socio-económico es: "el conjunto de elementos, atributos y
relaciones, vinculados a los usos y actividades que el ser humano
desarrolla en las áreas litorales" (Barragán,
1997). Dentro de esta definición se encuentran los dos
elementos principales del subsistema, los usos del espacio
costero y las actividades humanas que allí se
desarrollan.

El ser humano históricamente ha utilizado el
espacio costero para cinco usos principales: como espacio
natural, como espacio de asentamientos y patrimonio
histórico, como soporte de instalaciones e
infraestructuras, como emisor/receptor de vertidos y como defensa
de sí mismo (Barragán, 1997).

Cada uno de estos usos tiene características
particulares, sin embargo se debe destacar que su análisis se debe centrar en la
compatibilidad de un uso con los otros, bien sea en el mismo
espacio costero o en espacios circunvecinos, pues algunos usos
son excluyentes de otros; un ejemplo es el uso de espacio
natural, el cual es incompatible con el uso como soporte de
instalaciones e infraestructuras, ya que las condiciones de
conservación del espacio natural impiden las
intervenciones humanas de este tipo.

El otro elemento son las actividades económicas
que se desarrollan en ese espacio costero y que deben ser
coordinadas con los usos que se planeen para cada área
costera. Las principales actividades costeras son clasificadas
según Barragán (1997) en extractivas primarias
(pesca,
minería, marisqueo), extractivas
básicas (acuicultura, agricultura,
silvicultura), transformadoras (industriales de todo tipo),
comerciales ligadas al transporte
marítimo (puertos, transporte de carga o pasajeros) y
asociadas al ocio y al turismo (turismo de sol y
playa, turismo submarino, construcción de segundas
residencias).

Es importante tener claro que la mayoría de las
actividades terrestres se pueden realizar en las costas, sin
embargo lo contrario pocas veces es posible por la ausencia de la
interacción agua-tierra, tal es
el caso de la actividad portuaria o del turismo
submarino.

Subsistema
Jurídico-administrativo

Este tercer y último subsistema es definido como
"el conjunto de elementos, atributos y relaciones de las que se
deriva la
organización y gestión
de las áreas litorales" (Barragán, 1997). Con base
en esta definición se establecen dos elementos a tener en
cuenta: la organización administrativa de las costas y
el soporte normativo de la misma.

Se puede decir que la organización administrativa
de las costas tiene las mismas tres dimensiones de cualquier
administración
pública: la intrasectorial (otorgamiento de licencias,
inspección, control a
permisos, etc.), la intersectorial (relación del sector
pesquero con el portuario, del portuario con el turístico,
del turístico con el ambiental, etc.) y el interescalar
(nivel nacional, regional y local). Estas tres dimensiones
requieren de una estructura
administrativa coordinada que garantice la inclusión de
todos los intereses de forma equitativa.

El otro elemento es el soporte jurídico de
la
administración de las costas, que va desde las
normas
internacionales sobre aspectos puntuales del sistema costero
(contaminación por buques, prevención
de desastres
naturales) hasta las normas locales de ordenamiento costero
(planes de ordenamiento territorial, aprobación de
licencias de funcionamiento en las playas, etc.). A estas normas
se debe agregar las normas generales que buscan el manejo
integrado del espacio costero y que normalmente se ven reflejadas
en políticas
nacionales o regionales de ordenación costera o en planes
locales de manejo costero.

  1. PROBLEMAS
    COSTEROS Y DESARROLLO
    SOSTENIBLE

El análisis problémico del territorio
costero es un enfoque que busca acercarse a la realidad de las
zonas costeras de manera más precisa y dinámica. El enfoque tradicional se basa en
los componentes naturales, económicos, sociales o legales,
olvidando la interacción entre estos elementos y la
sinergia que
generan en el sistema costero.

Los problemas de
las zonas costeras son muchos y muy variados, generados
principalmente por las características mencionadas en el
capítulo 1 de este documento (delimitación difusa,
interacción agua-tierra-aire y naturaleza
pública).

Sin embargo se hace necesario algún tipo de
clasificación o agrupación de estos problemas para
facilitar su análisis, por lo cual se propone abordarlos
desde los conflictos por
el uso del suelo, la
degradación ambiental y la coordinación institucional.

Conflictos por el uso del suelo

El problema más palpable en las zonas costeras es
la rápida ocupación del espacio por diversas
actividades humanas, tanto económicas como sociales. La
particular belleza del territorio costero unida a la ventaja
competitiva para el comercio de
carga mundial, hacen de las costas un lugar codiciado por muchos
actores distintos.

El principal conflicto se
encuentra entre las poblaciones humanas asentadas en las costas y
las actividades económicas que se desarrollan directamente
en la línea de costa, como los puertos, la minería
y la acuicultura. Los impactos generados por estas actividades
son intolerables para las comunidades que allí habitan,
especialmente por la restricción al desarrollo de sus
actividades de subsistencia, como la pesca o el
marisqueo.

Otro conflicto se genera entre los mismos sectores
económicos, los cuales requieren del espacio costero para
su desarrollo pero excluyen de su uso a otros sectores. Es el
caso de la actividad portuaria, especialmente de carga de
graneles, la cual afecta el desarrollo de actividades como el
turismo o la pesca por el alto impacto de sus actividades.
También se producen conflictos por el espacio terrestre
cuando una zona es apta para dos desarrollos distintos, como la
construcción de un complejo hotelero en una zona de
extracción de minerales.

El tercer conflicto de uso se presenta entre las
actividades económicas y las disposiciones de
protección de un área en particular, es el caso de
las áreas marinas protegidas o de las zonas de bajamar,
las cuales son ocupadas ilegalmente por poblaciones humanas
desplazadas o por inversionistas cuyo interés es el
beneficio propio.

Degradación ambiental

En pleno siglo XXI para nadie es un misterio que las
actividades del ser humano han sobrepasado ampliamente la
capacidad de regeneración de los sistemas naturales, lo
cual ha llevado a una rápida degradación ambiental
que amenaza la supervivencia humana en el planeta.

Las zonas costeras no son ajenas a esta
situación, como se puede ver cada día en los
innumerables informes que
se producen por las organizaciones
defensoras del medio
ambiente, por las autoridades ambientales de todos los
países y por los múltiples centros de investigación. La degradación
ambiental va desde la
contaminación de las playas y masas de agua marinas
hasta la destrucción de ecosistemas altamente productivos
como el manglar y los arrecifes de coral.

Las causas principales de los problemas costeros
generados por la degradación ambiental son la presión
que ejercen las comunidades humanas cada vez más
densamente pobladas y las actividades económicas
inconscientes de su responsabilidad con el medio ambiente. Para
todos es claro que mientras las comunidades humanas no
planifiquen su desarrollo y las actividades económicas no
controlen su afectación a la naturaleza, la
degradación ambiental seguirá creciendo como una
evidencia del fin de la aventura humana.

Coordinación institucional

La administración de las costas es complicada
como cualquier administración de un territorio en
particular, sin embargo las características especiales que
antes se han mencionado de las costas hacen fundamental el trabajo
coordinado entre las instituciones
que tienen a su cargo la administración del sistema
costero.

El principal problema de la coordinación
institucional radica en la ausencia de esquemas de
administración específicos para las costas, que no
hayan sido tomados de otras áreas o ajustados al
territorio costero. El desarrollo histórico de las costas
llevó a que hasta el siglo XIX fueran vistas como lugares
peligrosos, donde había una alta vulnerabilidad ante
piratas o epidemias. Sin embargo la consolidación de
actividades permanentes en las costas, aumentando la seguridad ante
ataques extranjeros y reduciendo la vulnerabilidad humana ante
las enfermedades,
llevó los litorales a una rápida migración
que hoy en día llega hasta los límites de
la sobrepoblación.

Lastimosamente el desarrollo normativo y administrativo
de las costas no ha sido tan veloz, con lo cual se ha sobrepasado
el régimen de maniobra de las entidades estatales para
manejar eficientemente el territorio costero, con la consecuente
ineficiencia generada. Esta situación ha obligado a
organismos internacionales y nacionales a patrocinar la
formulación de políticas que integren la
planificación sectorial y que fortalezcan las
instituciones encargadas del control de las áreas
litorales.

Concepto de Desarrollo Sostenible

Finalmente se observa que en un panorama desolador, hay
una luz que puede
marcar la ruta hacia la solución de la mayoría de
los problemas descritos, es el desarrollo
sostenible. Este término, que desde la
Convención de la Naciones Unidas
para el Desarrollo y el Medio Ambiente de 1992 (Río de
Janeiro) ha sido ampliamente utilizado en políticas,
noticias y
textos, se evidencia como la única manera de detener el
descalabro ambiental y social en que se encontró sumido el
planeta al finalizar el siglo XX.

Las poblaciones del mundo cada vez más
hambrientas, la brecha entre ricos y pobres que se amplia
exponencialmente, la degradación de los recursos naturales
renovables y no renovables, entre otros problemas de
carácter global, han llevado al ser humano a repensar el
concepto de
desarrollo que empezó a imperar desde la
industrialización y la aceptación del capitalismo
como el sistema económico-político
dominante.

A partir de la crisis
energética del 69 y de la primera Convención de la
Naciones Unidas para el Desarrollo y el Medio Ambiente realizada
en Estocolmo en 1972, se empezó a evaluar el modelo de un
desarrollo
económico como único interés de las
poblaciones humanas. Después de 20 años se
logró que la mayoría de las naciones del planeta
suscribieran un acuerdo en busca de un ‘Desarrollo
Sostenible’.

Este concepto ha sido abordado por sin número de
autores, sin embargo por el objeto de este documento y para
facilitar su comprensión se dividirá en tres
partes: la preservación ambiental, el desarrollo
económico equitativo y la sustentabilidad. Inicialmente el
desarrollo sostenible busca proteger el medio ambiente de la
acción
del hombre, pues
es la naturaleza el soporte de toda actividad humana,
económica o no. Si no se asegura la preservación de
la base natural, la existencia humana está en entredicho y
con ello todo lo logrado por ella.

Por otra parte se destaca la necesidad de un desarrollo
económico que sea equitativo para todos los seres humanos,
donde las ganancias repercutan en el bienestar general y no en el
de unos pocos. Solo puede concebirse un desarrollo
humano cuando en él estén incluidos todos los
actores de la sociedad. De
acuerdo a lo anterior solo queda agregar el concepto de
sustentabilidad, el cual se define al exigir que las generaciones
futuras tengan acceso a aquellos recursos con que aún hoy
contamos. Uniendo las tres partes se obtiene la siguiente
definición general: "Desarrollo Sostenible es el modelo de
desarrollo humano por el cual se asegura el bienestar
económico y social de las poblaciones actuales y futuras,
sin amenazar la base natural del planeta".

  1. ANTECEDENTES DEL
    MANEJO INTEGRADO COSTERO

Hasta ahora se ha hablado se las bases conceptuales que
permiten un manejo integrado de las áreas litorales, sin
embargo poco se ha dicho de las experiencias de manejo y las
metodologías usadas en el mundo para lograr esa integración de las acciones de
planificación y ordenación del territorio
litoral.

Experiencias de los países
industrializados

Las primeras experiencias conocidas de ordenamiento
costero se dieron en los años 50, cuando los países
empezaban a aprovechar la ubicación estratégica de
las ciudades costeras para el establecimiento de las industrias cerca
a los puertos. En ese momento el interés se centraba en la
generación de empleos, por lo cual el manejo costero se
centraba en las actividades económicas y no en las
condiciones ambientales.

En 1970 en los Estados Unidos se
da el primer paso normativo con relación al manejo costero
cuando se expidió la "Coastal Zone Management Act". Por la
misma época en Francia se
realizó el "Rapport Piquard" y se creó el
"Conservatorio del Litoral" (Avella, 2004). Estos avances
tenían más énfasis el componente ambiental,
principalmente debido a la alta migración de poblaciones a
las costas, las cuales ya se acercaban al 50% de la población humana (Bayoux et Bayoux, en
Avella, 2004).

Estos avances se concentraron en sólidas
normatividades que impusieron estándares para el
desarrollo de las actividades en las zonas costeras, lo cual se
facilitó por el aumento de la educación
ambiental de las poblaciones industrializadas, las cuales
valoraban el litoral como una zona de especial
protección.

En 1997 la Comisión Oceanográfica
Intergubernamental de la UNESCO formuló la Guía
Metodológica para el Manejo Integrado de Zonas Costeras,
basada principalmente en los estudios realizados por el Ifremer
francés (Avella, 2004). Actualmente se han desarrollado
metodologías basadas en Áreas Marinas Protegidas,
las cuales centran su interés en la conservación
ambiental sobre el desarrollo económico.

Este desarrollo en el manejo costero se ha visto
influenciado por la planeación
imperativa que funciona en estos países, donde las
políticas van desde los ministerios y
oficinas nacionales hacia las localidades costeras, con un modelo
de arriba hacia abajo. El manejo se basa en costosos monitoreos
ambientales, con los cuales se localizan los problemas y se
proponen las soluciones
pertinentes, lo cual se facilita en los países temperados
que tienen ecosistemas poco diversos y muy estables.

Experiencias de los países poco
industrializados

La mayoría de los países menos
industrializados están ubicados en zonas intertropicales,
por lo cual sus ecosistemas son altamente diversos y por ende
frágil y cambiante. Esta situación ambiental
dificulta la aplicación a ultranza de los modelos de los
países industrializados, además de la falta de
recursos para realizar los costosos monitoreos de las condiciones
ambientales.

Los trabajos realizados en estos países son en su
mayoría proyectos que buscan solucionar una
problemática particular, olvidando la necesidad de
establecer lineamientos de política para un
manejo integrado en todas las áreas litorales. A esta
situación se suma que los problemas generados en los
países poco industrializados son debidos a "disfunciones
generadas por un modelo económico determinado"
(Barragán, 1997), con lo cual su solución tiene un
componente social fuerte que no se puede abordar con soluciones
sectoriales.

Adicionalmente, las comunidades de estos países
conciben las zonas costeras como áreas libres, que solo
deben ser cuidadas por su dueño, que viene a ser el lejano
Estado (Avella, 2004). La consecuencia de esta visión es
la implementación de políticas sectoriales
fragmentadas, que no tienen en cuenta la relación con los
demás actores de las zonas costeras.

Para terminar, la mayoría de los proyectos e
intervenciones que se realizan en las zonas costeras no tienen en
cuenta las demás actuaciones realizadas por otras
entidades en el pasado o el presente, creando un verdadero
mosaico de proyectos incompatibles entre sí. Lo más
curioso de todo es que la inmensa mayoría de estos
proyectos de manejo o intervención costeros son
financiados y asesorados técnicamente por las agencias de
cooperación de los países industrializados, las
cuales parecen estar más preocupadas en competir entre
sí que en comprender la integralidad del territorio donde
están trabajando.

La experiencia Colombiana

Los primeros esfuerzos para estudiar las costas desde
una perspectiva de manejo integrado se dieron en 1984, cuando el
Centro de Investigaciones
Oceanográficas e Hidrográficas de la Armada
Nacional, con apoyo de una universidad de
Estados Unidos, desarrolló el primer programa de
investigación en MIZC. Sin embargo los avances en el tema
se limitaron a las investigaciones desarrolladas por esta
entidad.

En 1997 se publica el primer documento oficial
relacionado con la implementación de una política
de manejo integrado de las áreas litorales, el cual se
tituló "Documento Base para la elaboración de la
Política Nacional de Ordenamiento Integrado de las Zonas
Costeras Colombianas", escrito por Rafael Steer y otros
investigadores de la época. Este documento, que fue una
consultoría contratada por el Ministerio de
Medio Ambiente, fue la piedra angular para que en diciembre del
2000 se formulara la "Política Nacional Ambiental para el
desarrollo sostenible de los espacios oceánicos y las
zonas costeras e insulares de Colombia".

A partir de este momento, el manejo integrado costero
tuvo un marco en el cual trabajar desde los centros de
investigación y las Corporaciones Autónomas
Regionales. Sin embargo los trabajos desde 1997 han sido
puntuales, sin contar aún el país con una instancia
para integrar los diversos planes de manejo integrado de las
áreas litorales que propuso la política ambiental
mencionada.

Por otro lado la Comisión Colombiana del
Océano, que depende de la Vicepresidencia de la
República, formuló en 2002 los "Lineamientos de
la Política Nacional del Océano y los Espacios
Costeros", con los cuales se buscó definir un marco
normativo para el desarrollo sostenible de las zonas costeras,
más allá de la mirada netamente
ambiental.

A pesar de lo anterior, la situación de las zonas
costeras colombianas poco ha mejorado hasta ahora con la
implementación de las políticas y
metodologías mencionadas. Los departamentos con mayores
índices de analfabetismo
y violencia
están en las costas, las menores coberturas de servicios
públicos se encuentran en ciudades y poblaciones
costeras, todo unido a la lucha permanente de intereses
particulares por el control del territorio y de las actividades
económicas que allí se desarrollan, en detrimento
del interés general.

La situación más crítica
a nivel de planeación se observa en los mismos sectores
económicos, donde se observa ausencia total de la
coordinación intrasectorial e intersectorial. El caso de
Santa Marta y Ciénaga es paradigmático, pues en
menos de 50 kilómetros de costa hay cuatro puertos
graneleros compitiendo por las mismas infraestructuras, recursos
y espacio, cuando podrían integrarse y aumentar sus
ganancias económicas, a la vez que se reducen los impactos
sobre el medio ambiente, las comunidades y las infraestructuras
de transporte.

Para concluir, se observa un desinterés evidente
de los habitantes costeros por sus recursos marinos, los cuales
son vistos como propiedad de
nadie y por tanto sin ninguna responsabilidad por su
aprovechamiento y protección. Solamente con observar los
programas
académicos de las universidades costeñas o los
planes de gobierno de los
alcaldes de los municipios costeros, se podrá notar la
ausencia de una visión marina del territorio.

  1. PROPUESTA DE
    MANEJO INTEGRADO COSTERO DESDE LA UNIVERSIDAD DEL
    MAGDALENA

La Universidad del Magdalena, consiente de la
problemática comentada en el capítulo anterior,
decidió en 2005 emprender la creación de un
programa de Maestría en Manejo Integrado Costero, que
jalonara el tema a nivel regional y nacional, y de paso
aprovechara la necesidad planteada en las dos políticas
comentadas anteriormente.

Desde esta perspectiva, la Universidad del Magdalena
busca convertirse en el centro académico más
importante del país en temas costeros, a través del
diseño
de herramientas
para lograr el manejo integrado del territorio litoral acorde con
la realidad nacional. Para lograr esta misión se
basa en tres pilares: el paso de la multidisciplinariedad a la
transdisciplinariedad, el trabajo
integrado de profesionales de diversas áreas, y la
función
de la academia en el sistema costero.

De la gestión multidisciplinaria a la
transdisciplinariedad

El desarrollo de políticas sobre manejo costero
ha recaído en los hombros de los biólogos y los
oceanógrafos,
quienes desde su formación disciplinar han propuesto lo
que consideran más conveniente, sin embargo estos
esfuerzos no han sido comprendidos completamente por las otras
disciplinas que se encuentran en las zonas costeras.

En la actualidad las propuestas de trabajo
‘integrado’ se sustentan en la suma de profesionales
provenientes de diversas áreas, sin embargo no se
determina una estrategia para
que la información generada por ellos sea
comprendida por todos. Al final las propuestas de
planificación y ordenación del territorio costero
no logran tocar las fibras más sensibles de los actores
del sistema costero, con lo cual los esfuerzos pocas veces tienen
los resultados esperados.

La propuesta de la Universidad del Magdalena, desde la
Maestría MIC, se sustenta en crear esta capacidad de
integración de la información a través del
proceso
académico normal de la maestría. En primer semestre
se presenta a los estudiantes del programa, que provienen de
diversas áreas disciplinares, los fundamentos
teóricos para la comprensión multidisciplinar de
las costas. Se abordan núcleos temáticos como el
soporte biofísico de las costas, las bases
económicas del medio costero o los aspectos
socio-culturales de las comunidades del litoral.

En el segundo semestre se presentan las herramientas e
instrumentos que permiten integrar la información que se
obtiene del medio costero, sin importar si esta es de tipo
económico, jurídico, ambiental o social. Cada
herramienta se enfoca en operacionalizar el trabajo en las
costas, de manera que el uso de tecnologías se convierta
en el día a día de los expertos
costeros.

Para el tercer semestre académico se pasa de la
interdisciplinariedad de las herramientas e
instrumentos, a la transdisciplinariedad que genera el debate y la
reflexión permanente de las situaciones costeras. Por
medio de tres grandes núcleos temáticos, se aborda
el análisis de las relaciones del hombre con la naturaleza
(relación sociedad – entorno costero), del hombre
con la economía (modelos de desarrollo costero) y
del hombre con sus instituciones (corresponsabilidad y
gestión costera).

A través de este recorrido de tres semestres, los
estudiantes han visto igual número de seminarios sobre
manejo integrado y sistemas complejos, con lo cual se va formando
la habilidad para observar el sistema costero como un todo que se
conforma de otros sistemas íntimamente
relacionados.

Al finalizar el proceso académico, la Universidad
del Magdalena busca que los expertos costeros que formó,
no solo tengan la capacidad de aportar en la solución de
los problemas costeros, sino que estas soluciones tengan en
cuenta ‘el todo’ antes que las situaciones
particulares. Estos expertos serán entonces los
traductores del medio científico al medio político
y de toma de
decisiones de las costas.

El trabajo integrado de profesionales

El modelo tradicional de investigación en los
programas de maestría exige que los proyectos de grado
sean realizados de manera individual, pues cada estudiante debe
generar ‘sus’ propias capacidades investigativas. Sin
embargo, en un programa de maestría que busca la
formación de expertos con visión integrada,
sería una inconsistencia exigir después de un
trabajo conjunto durante todo el proceso académico, la
realización de la experiencia investigativa de forma
individual.

Para solucionar esta evidente inconsistencia de procedimiento, la
Universidad del Magdalena ha planteado la realización de
proyectos de grado individuales que a su vez hagan parte de otro
proyecto de
mayor escala. Es
así que los estudiantes en conjunto deben formular tres o
cuatro macroproyectos por cohorte, los cuales responderán
a problemáticas identificadas por varias entidades
públicas y privadas que conforman el Consejo Consultivo
Costero de la maestría.

A la vez que se van formulando los macroproyectos, los
estudiantes deben ir formulando sus proyectos individuales de
grado, los cuales estarán enmarcados en alguno de los
macroproyectos. Al finalizar el proceso de formulación, la
integración de los proyectos individuales serán los
mismos macroproyectos.

El objetivo de
esta metodología de investigación, que
evidentemente complica la coordinación académica a
cargo de la Universidad, es la generación de un espacio de
trabajo común entre grupos de
estudiantes con diferentes profesiones, quienes deberán
conciliar sus posiciones particulares en pro del desarrollo
común del macroproyecto.

La Universidad del Magdalena está consciente que
su labor como institución de educación
superior NO es la de vendedora de conocimientos, sino la de
formadora de expertos idóneos para las áreas de
estudio que imparte. Por esta razón, la experiencia
académica permanente de integración del trabajo
debe ser el principal referente metodológico de un
programa de manejo integrado.

La función de la Academia en el Sistema
Costero

Lastimosamente en Colombia la Academia no ha pasado de
un espacio donde las personas van por un tiempo a
adquirir conocimientos, para luego regresar a su espacio
profesional particular. A excepción de pocos casos, los
programas de investigación de las universidades no
responden a los verdaderos intereses de la sociedad, lo cual se
ve reflejado en sinnúmero de estudios que reposan
tristemente en los anaqueles.

La Universidad del Magdalena se propone con este
programa de maestría, insertarse de manera más
activa en el sistema costero y empezar a cumplir la verdadera
función de la Academia: ser el espacio de
generación de conocimientos útiles para la
solución de los problemas de la sociedad.

Para lograr este objetivo, se han planteado tres
estrategias:
creación de un Consejo Consultivo Costero, estudio de
casos de planificación puntuales y análisis de los
problemas directamente donde se producen. El Consejo Consultivo
Costero es un espacio de asesoría que crea la Universidad
del Magdalena, para que las entidades locales, regionales y
nacionales que hacen parte del sistema costero, y que deseen
participar, comenten las problemáticas más
profundas que tienen en su devenir diario y que se pueden
convertir en los macroproyectos de grado de cada cohorte. Este
consejo también se conforma como soporte económico
y administrativo de la maestría, ya que las
investigaciones requieren de aportes de los beneficiados por
ellas mismas.

El estudio de casos de planificación puntuales se
realiza en tercer semestre, cuando ya se tienen las bases
suficientes para el análisis de situaciones particulares.
El objetivo es descubrir los factores que llevaron a que una
iniciativa de manejo costero no fuera tan exitosa como se
planeó y a identificar las acciones que se podrían
tomar para llegar al punto deseado.

Por último, se propone la realización de
los análisis de las problemáticas costeras
directamente en el lugar donde se producen. Principalmente en el
tercer semestre se realizarán gran cantidad de visitas a
las zonas de estudio para analizar en conjunto, dentro de los
tres núcleos temáticos de ese semestre, las causas,
consecuencias y posibles soluciones a las situaciones observadas.
Estos análisis se apoyarán en las relaciones con
los miembros del Consejo Consultivo Costero, con las
organizaciones no gubernamentales que apoyen las investigaciones
y con las comunidades asentadas en las zonas de
interés.

 

 

 

Autor:

Camilo Botero S.

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