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La recuperación macroeconómica y el efecto del chorreo (página 2)



Partes: 1, 2

¿Otro cuento? Bien
podrían argüir los gobiernistas que esos episodios no
eran sostenibles. En efecto, para llegar a esa conclusión,
haciendo un ejercicio de tinterillada económica,
tendríamos que fundamentar que todos esos trienios de alto
crecimiento fueron consecuencia de insostenibles políticas
"populistas". Desafortunadamente, por más acrobacias
estadísticas que hagamos, no hay forma de
argüir que solo el gobierno de Prado
fue más exitoso que el actual en términos de
crecimiento.

De manera que, gracias a algún alquimista
palaciego, el trienio reciente se ha convertido en una realidad
paradisíaca, prácticamente inédita en todo
el periodo de posguerra. Y lo dicen sin vergüenza, sin
memoria
histórica. La seguidilla de mentirillas sigue en varios
otros aspectos del Mensaje, como el que denunciara el gremio
magisterial en torno al
porcentaje en que habrían aumentado sus remuneraciones
(Expreso, julio 30).

Pero, yendo ya a las frases que desataron la descarnada
controversia, el Dr. Toledo continúa señalando que
"según cifras del INEI, la pobreza se ha
reducido de 54,53 por ciento a 52 por ciento; la pobreza rural de
78 a 73 por ciento y la pobreza urbana de 43 a 40 por ciento.
Estas cifras significan que 420 mil personas han salido de la
pobreza. Lo dice el INEI y lo digo con humildad sin ningún
triunfalismo porque sé que nos queda largo trecho por
recorrer".

Para quien escuchó el Mensaje, no le queda claro
de cuándo a cuándo se redujo la pobreza en esa
sorprendente magnitud. Consultando el documento que Matuk
envió a Presidencia, sabemos que se refirió al
cuarto trimestre del 2001 como punto de partida, el que compara
con el promedio de la encuesta anual
que va de mayo 2003 a abril 2004.

Algunas sorpresas mayores se desprenden de la
comparación de los datos del
memorando que elaboró Matuk y los que usó -o
deliberadamente dejó de presentar- el Presidente, a saber
(véase la Tabla I, adjunta que sintetiza los principales
datos de ambos documentos):

  • En primer lugar, el Presidente obvió un dato
    muy importante que le facilitó el jefe del INEI: que la
    pobreza en la Capital
    –donde habita casi un 30% de la población– aumentó de 31,9 a 34,7%
    (lo que significa que la pobreza se habría incrementado
    en unas 310.000 personas en Lima). Es decir, solo usó
    los datos porcentuales que implicaban una reducción de
    la pobreza relativa.
  • Segundo: incorporó un importante guarismo que
    no figura en el informe de
    Matuk, el referido a la pobreza urbana, que cayó de 43%
    (cuando las estadísticas oficiales dan 42%) a 40%,
    gracias a lo cual esa pobreza cayó en 3 puntos
    porcentuales (un punto más). Habría que ver
    quién le endilgó estas cifras.
  • Tercero: cuando el Presidente habla de los
    porcentajes de pobreza rural se toma la libertad
    –concedida- de redondear la cifra hacia abajo en 0,4 y en
    0,6 puntos porcentuales. Cocina palaciega menor, por
    cierto.
  • Cuarto: el Mensaje consigna equivocadamente el dato
    de la pobreza nacional en 0,3 puntos porcentuales menos que el
    dato oficial, lo que claramente es un error de tipeo, ya que le
    habría convenido el dato levemente superior de
    54,8%.

  • Quinto: El asunto más grave surge de la cifra
    absoluta que menciona el presidente, cuando afirma que, lo
    repetimos, "(…) 420.000 personas han salido de la pobreza. Lo
    dice el INEI y lo digo con humildad, sin ningún
    triunfalismo (…)". Pero, sorprendentemente ese monto no
    figura en el memo de Matuk. Entonces, ahora sí estamos
    ante una cirugía mayor de Palacio. ¿Cómo y
    de dónde puede haber salido esa
    operación?

Mi olla particular me dice que el número de
pobres disminuyó en algo más de 325.000 personas
durante el periodo en cuestión, adoptando un cálculo
muy elemental y cuestionable: multiplicando el porcentaje de
pobres por la población total para cada uno de los
periodos en cuestión (ver Tabla II). Este es un aproximado
a la cifra que pudo haberse anunciado.

Las situación cambia, sin embargo, si comparamos
los datos del último periodo anual (mayo2003/abril2004)
con el trimestre IV-2002, en cuyo caso los pobres disminuyeron en
algo más de 411.000 personas, lo que se condice mucho
mejor con la cifra presidencial (en ese caso, la diferencia de
9.000 podría deberse a datos levemente distintos de la
población total). Probablemente esto es lo que se hizo a
la hora de presentar los datos, que ciertamente no fueron
hervidos por Matuk, como él lo ha señalado
reiteradamente (y se puede comprobar fácilmente con una
lectura de su
breve memorando). Cuando los asesores del presidente han podido
hacerle decir que –respecto al último trimestre del
2002- la pobreza efectivamente disminuyó en esa
cifra.

Obviamente que, en todo esto el punto crucial
está en la cifra del 52% de pobres, ofrecida por Matuk.
Personalmente creo que ese es el dato más sospechoso, ya
que es parte del 54,7% del cuarto trimestre del 2003. Por simple
regla de tres, si en el cuarto trimestre de 2003 la pobreza fue
de casi 55% y el promedio de todo el año
(mayo2003/abril2004) fue de casi 3 puntos porcentuales menor, eso
quiere decir que entre mayo y setiembre 2003 y entre enero y
abril 2004 la pobreza tuvo que estar bastante por debajo del 52%
y, más exactamente, se habría tendido a ubicar
¡en 51,1%! (si estuviese normalmente distribuida). De
donde, se desprendería que la pobreza en el Perú es
extremamente estacional. Y eso es precisamente lo que niega
Matuk.

Y estas cifras (tanto la del célebre 52%, como
sus principales desagregados), que son las más importantes
(los de ese año chueco que va de mayo2003/abril2004), no
las hemos visto publicadas y ya deberían estar en la
web del INEI,
dado que tanto se habla de transparencia. Sobre todo que, si
estos datos públicos ya los ha recibido el Presidente,
¿por qué no se nos dan a conocer a todos? Esperemos
que en los próximos días se cuelguen las cifras
pertinentes, antes que se las condimente demasiado.

2.-EL DEBATE ENTRE
LOS TÉCNICOS

A.-Primer Actor: Javier Herrera

La tormenta se desató al día siguiente del
Mensaje, a raíz de una denuncia muy grave de Javier
Herrera (Correo, julio 29-30), economista franco-peruano de alto
nivel del Institut de Recherche pour le Dévelopment
(IRD-DIAL). Trabajó en el INEI desde el año 2001
para realizar una serie de estudios vitales, uno de los cuales es
precisamente la base de resultados en que se sustenta el debate
("La pobreza en el Perú – 2003", que se reproduce en
este número de AE: ver sección Datos y Notas). En
su calificada opinión, considerando que era su deber
moral (siendo
él quien construyó los datos y es el experto No. 1
en la materia, por
lo menos en el Perú), señaló que:

"Si comparamos la incidencia de pobreza del cuarto
trimestre del 2002 con la del cuarto trimestre del 2003,
constatamos que la tasa de pobreza pasa de 54,3% a 54,7%, es
decir la pobreza se incrementó en lugar de disminuir
(aunque esta variación no es significativa en
términos estadísticos). Dada la evolución demográfica, esto
significa que el número de pobres se incrementó en
el último año en más de 190.000 personas.
Afirmar lo contrario revela incompetencia técnica o bien
tentativa de manipulación de los indicadores
sociales con la finalidad de embellecer un balance
político".

En una entrevista
abundó sobre el tema, señalando que:

"No hubo ninguna disminución de la
pobreza total entre el 2002 y el 2003. Al contrario, esta
aumentó de 54,3% a 54,7%. El Presidente hizo una
lectura malintencionada de las cifras
"
(nuestras cursivas).

Los argumentos para descalificar la conclusión
oficial –de acuerdo a la cual el número de pobres
habría disminuido en 420.000- serían los
siguientes, de los comentarios generales que al respecto se
publicaran en estos días en los diarios: Comparó
maliciosamente los últimos tres meses del año 2002,
en que la pobreza era del 54,3%, con los datos de todo un
año (que va de abril de 2003 a mayo 2004), en que la
pobreza era de 52%; de donde resultó que la pobreza
había caído en 2,3 puntos porcentuales; y no se
podrían equiparar datos de periodos no equivalentes y,
mucho menos, entre dos lapsos en que se hicieron cálculos
en base a métodos y
marcos muestrales muy diferentes.

Por lo que, en opinión de Herrera, lo que se
debió hacer es comparar los mismos trimestres de un
año con los de otro (u otros). Si se hace esto,
según los datos del INEI, comparando el último
trimestre del 2003 con el mismo del 2002, resulta que la pobreza
aumentó de 54,3% a 54,7% a nivel nacional. Esto
tendría que haber llevado a la conclusión de que
¡la pobreza no disminuyó en 420.000 personas, sino
que aumentó en 190.000! Es decir, a nivel nacional, la
pobreza habría aumentado en 1,3% de la
población.

Sin embargo, de acuerdo a nuestros cálculos,
Herrera se quedó bastante corto, ya que para el periodo
que él considera, la pobreza habría aumentado
–lo repetimos- en la asombrosa cifra de 325 miles de
personas entre el cuarto trimestre del 2002 y el mismo del 2003
(Véase la quinta columna de la tercera fila de la Tabla
II). Por supuesto que este resultado no es en absoluto
conveniente divulgarlo y, menos, en un Mensaje
Presidencial.

De cualquier forma, lo que está detrás de
este debate sigue siendo el tema de la estacionalidad o no de las
cifras de pobreza. Pero, aparentemente, aún tendremos que
esperar unos meses y que seguramente se extenderán por
unos años –por lo menos para cuando tengamos la
serie completa de un año más- para poder
determinar si la pobreza es estructural (como parecería
serlo, a ojo de buen cubero) o si es estacional (¡que va a
tener que serlo para que le cuadren las cifras al
INEI!).

B.-Segundo Actor: Farid Matuk

En la opinión del jefe del INEI, las cifras de
disminución porcentual de la pobreza
señalados por el presidente son correctas. Es decir,
sería cierto que la elevadísima tasa de
pobreza
del último trimestre 2002 se redujo levemente
a la también elevadísima tasa de los últimos
doce meses para los que se dispone de datos (abril 2003/mayo
2004).

De otra parte, el método
utilizado para optar por el periodo escogido –
comparación entre el año abril 2003/mayo 2004 y el
último trimestre 2002- es correcto y en él
efectivamente bajó el porcentaje de pobres. Ese
método y los datos serían correctos, porque la
pobreza no es estacional, según Matuk. Eso es lo que
permitiría comparar periodos diversos entre sí, ya
que –independientemente del número o
ubicación del trimestre en cuestión- la pobreza no
se modificaría en el corto plazo.

En su defensa, el jefe del INEI, ha señalado lo
siguiente para rebatir a sus críticos.

En primer lugar, nos ha dicho –lo que es
fácilmente comprobable leyendo su memorando que la cifra
absoluta de los 420.000 pobres menos, aparentemente
observada en lo que va del presente régimen, no fue
entregada por su institución a la Presidencia, como ya lo
hemos dicho. De donde se deduce que fue cocinada alegremente en
Palacio.

A pesar de lo antedicho, Matuk sí considera que
la pobreza absoluta (el número de pobres) ha aumentado,
porque la disminución de la pobreza (en puntos
porcentuales) ha sido menor al aumento poblacional que se
materializó en ese periodo. De manera que el mismo jefe
del INEI contradice lo afirmado por el Presidente el 28 de julio.
Sin embargo, no sé cómo puede comparar un aumento
porcentual (el de población en 3%) con una
disminución en puntos porcentuales (el de la pobreza en
-2,7 puntos porcentuales) para "demostrar" que ha aumentado la
pobreza.

Si hubiera hecho el cálculo se habría
percatado que los pobres caen, no suben. Pero no planteó
cifras sobre el aumento del monto absoluto de pobres,
precisamente porque habrían poderosas razones técnicas
que impiden darlas, a lo que añadió que "es
materialmente imposible para cualquier país del Tercer
Mundo saber cuántos pobres tiene" (Perú.21; agosto
3, p. 11).

Y es justamente en torno a este aspecto técnico
que surge una de las cuestiones fundamentales del debate:
¿es posible comparar la pobreza promedio de un determinado
trimestre (en este caso: IV-2002) con los promedios de un
año? Para responder a esta pregunta, según Farid
Matuk, él convocó a una reunión en sus
oficinas el miércoles 14 de julio. Asistieron varios
expertos de alto nivel en la materia, para discutir –entre
otros temas técnicos- si la pobreza era "estructural" o
"estacional". Según Matuk, en declaraciones posteriores,
en esta reunión se habría llegado a la
conclusión de que la pobreza sería estructural, por
lo que sería perfectamente válido –lo que se
podría poner en duda por otros motivos
metodológicos- comparar un promedio anual con un promedio
trimestral.

A nuestro entender, es este último punto el
meollo del asunto. Uno de los problemas del
debate derivó del muy mal tratado tema por el muy
maltratado Matuk, quien –en su afán por hacerse
entender- dio el poco afortunado ejemplo del heladero (y el del
mototaxista).

Según él, sería pobre durante todo
el año, aunque le pueda ir algo mejor en el verano (aunque
solo venda raspadilla). Los que compramos helados sabemos que en
el verano gana su buena platita todo vendedor del dulce
refrescante durante el primer trimestre de cada año, o en
todo caso gana más –por no decir, bastante
más- que los 214 soles mensuales o ingiere alimentos por
más de las 2.000 calorías diarias, que son necesarios para
sobrepasar la "línea de la pobreza’. Pero ese es un
mal ejemplo. En la práctica podría explicarse la
temporalidad por la Ley del Oso, de
acuerdo a la cual durante el verano se embute alimento (una buena
tonelada de salmones) hasta no dar más y sobrevive todo el
invierno con la grasa acumulada. Queda por ver si esa Ley o
alguna otra pueden sustentar la hipótesis de la temporalidad.

Al margen de minucias, que no hacen al caso, como que la
reunión no se realizó en el INEI y que fue
convocada por otras personas, lo fundamental es que dijo que
entre tales expertos hubo consenso –lo que coincidía
con su opinión- respecto al hecho de que la pobreza no era
estacional, sino estructural. Con lo que pudo salir confiado y
alegre de la reunión, ya que se había confirmado su
hipótesis respecto
a la validez de la comparación que había hecho
entre los datos de un trimestre (el cuarto del 2001) con las de
un año (mayo2003/abril2002), por lo que entregó
confiadamente (sic) sus porcentajes al Presidente a través
de su estreñido memorando.

Finalmente, en defensa de Matuk, si él
habría querido engañar y presentar cifras
alentadoras, se habría concentrado en las cifras oficiales
referidas a la impresionante reducción de la "pobreza
extrema" en algunas regiones del país. Pero en su
memorando al Presidente señala, muy claramente, que
"respecto a la pobreza extrema, el Instituto ha recomendado
abandonar su uso, ya que a modo de ejemplo, en 2001 la pobreza
extrema en provincia rural era 51,3%, y en la Capital de la
República era 2,3% es decir un ratio de 25 a 1, pero el
déficit calórico para la misma fecha era en
provincia rural de 46,6% y en la Capital de la República
era 18,7% es decir un ratio de 3 a 1. Esta falta de coherencia
indica que la pobreza extrema es un indicador erróneo de
la carencia de alimentación".

Según las cifras oficiales la pobreza extrema
–a nivel nacional- cayó de 24,4% (2001-IV) a 21,6%
(2003-IV) y, en las zonas rurales, de 51,3% a 45,7% (los datos
para la selva rural: ¡de 43,7% a 25,4%!).

C.-Los anti-Matuk: Cuatrocientos
veinte

Desafortunadamente para Matuk, los técnicos
mencionados no confirmaron la hipótesis de la
"estructuralidad" de la pobreza postulada por él. Por lo
que se indignaron –con mucha razón- por haberlos
citado públicamente en ese sentido y para que él
pudiera justificar la "validez técnica" de la
presentación de sus datos.

Por añadidura, al siempre tan atildado, serio y
caballeroso Dr. Richard Webb, sorprendentemente lo sacaron de sus
casillas, lo que nunca habíamos visto. Sus indignadas
declaraciones pueden sintetizarse a lo siguiente (si podemos
confiar en lo que escriben los diarios), en lo que –dicho
sea de paso- coincide la gran mayoría de técnicos
que han opinado sobre el tema:

a. En relación a las cifras, tomadas de un
trimestre y de un año, ha dicho que "esa forma de
comparar las cifras no es creíble. O se hicieron con una
falta de conocimiento
técnico o con una mala intención. Eso es
verdaderamente preocupante, porque el INEI también
publica las cifras del PBI, población y costo de
vida"; y

b. "Según los estudios que vengo realizando,
hay evidencia de que los ingresos de las
personas –cuyo aumento permite salir de la pobreza- no
han mejorado y, por lo tanto, la pobreza se mantendría
en niveles similares", que es sin duda la conclusión
más realista que se colige de todo el debate.

En efecto, dados los márgenes de error (de +/- 2
o 3%), lo que la mayoría ha concluido de toda esta
discusión es sencillamente que la pobreza se ha mantenido
constante a nivel nacional durante el presente gobierno, a pesar
de las relativamente importantes modificaciones –para bien
o para mal- a los diversos niveles detectados en los
ámbitos regionales o urbano/rurales.

D.-Los anti-Herrera: cuatro gatos en
uno

Contra Herrera, dada su conocida trayectoria, solo se
lanzaron un médico, un congresista, un político ex
Presidente de PP y un ex Premier, representados todos por el
solitario Dr. (en medicina) Luis
Solari. El fiero político, popularmente conocido porque el
año pasado, en vez de decir que recién se
había cumplido el 1% de las metas del Plan de Gobierno
de Perú Posible, dijo que se había alcanzado
el 99%, salió en defensa de Matuk. Se despachó
alegremente contra el Dr. (en economía) Javier
Herrera, calificándolo de técnico
"desactualizado"9, sin disponer de la información necesaria para hacerlo, con
frases calumniosas y falsas que ya no deben sorprender a nadie
(ver: Correo, julio 30):

"El que ha declarado eso (J.S.: se refiere al aumento
absoluto de pobres) no es funcionario del INEI. Si usted lee con
cuidado (sic) lo que ha sido publicado con la información
proporcionada por este señor (Herrera), se está
comparando el 4to trimestre del 2001 (J.S.: debió decir
2002) con el 4to trimestre del 2003. Es decir, se está
utilizando un dato que es
irreal
", expresó. En ese
sentido, explicó que la última encuesta de pobreza
comprende el período correspondiente a mayo del 2003 hasta
abril del 2004, por lo que, aseguró, Herrera está
desactualizado. A lo que añadió algo
increíble: que "el 4to trimestre del año pasado, al
que hace referencia este señor, no existe en el
país". Borró de un sopetón, sin haberlas
visto, las cifras publicadas por el INEI sobre ese
trimestre10.

Sería interesante, entonces, dada la supuesta
falta de seriedad de Herrera, que el Doctor nos ilustre
qué alta autoridad
gubernamental lo contrató y los motivos por los que se lo
hizo, siendo tan ignorante el experto, comprometiendo así
irresponsablemente los escasos recursos del
Estado, aunque
gran parte del financiamiento
haya venido del gobierno galo, me supongo.

4.-CONSECUENCIAS
INMEDIATAS

Aunque hay quienes han afirmado que con este debate los
que han participado en él se han ahogado en una copita de
pisco, el asunto es de la mayor trascendencia para el
país.

Nombremos algunas de sus consecuencias, que seguramente
no son moco de canario.

En primer lugar, Javier Herrera fue inmediatamente
acusado por un funcionario del

gobierno francés por cometer una grave "falta
administrativa" o algo parecido, ya que un experto foráneo
no puede inmiscuirse en la política interna de
un país y, mucho menos, dar a conocer datos
públicos que no deben ser públicos
. Y,
seguramente también, le habrá dicho:
"¡Cállese la boca!" (Ley Olivera). Con lo que
ya debe haber preparado sus maletas y le deben haber concedido
unas vacaciones forzosas para que se vaya inmediatamente a
Timbuktú (¿habrá internet en Mali?) o
cualquier otro lugar en que no pueda comunicarse con la
civilización. Y es muy probable que pierda el empleo
–antes que Matuk- por decir su verdad. Lo que sería
una suerte para nosotros, si alguno de nuestros centros de
investigación lo pudiera contratar ipso
facto
.

Mientras tanto, sin embargo, hemos perdido para el
país a un economista de primera línea y, por
añadidura, los fondos que el gobierno francés
podría haber seguido ofreciéndonos para seguir con
la importantísima tarea que venía acometiendo el
mencionado consultor. Es claro, por lo demás y dada su
condición de experto y funcionario internacional, que
Herrera no ha podido rebatir los argumentos que en su contra
vertieran abusivamente –aprovechándose de su
obligado mutis posterior- diversas personalidades del
gobierno y contados académicos.

En segunda instancia, más grave aún, es
que, según me contaba un encuestador trujillano, en las
principales ciudades del país (porque en las zonas rurales
ni se han enterado de este debate) el porcentaje de rechazo a las
encuestas de
campo que hacen los muchachos del lNEI ha aumentado abruptamente.
Con lo que será difícil conseguir respuestas
representativas por un buen tiempo.
Obviamente, en ese contexto, la gente se pregunta para qué
voy a gastar saliva, si finalmente los del gobierno hacen con mis
datos el cambalache que les viene en gana.

Tercero: la Comisión de Fiscalización ha
citado a los principales involucrados –Matuk y Herrera11,
los supuestamente culpables- para que informen sobre la mala
información supuestamente entregada al presidente, cuando
deberían buscar y citar a los criollos ‘chefs’
de la casa de Pizarro. Habrá que estar atentos sobre esas
indagaciones, porque estamos convencidos que de esa
investigación saldrán a relucir trapos sucios que
ni nos imaginamos.

Cuarto: Como lógico corolario de lo anterior,
veintiséis connotados científicos sociales firmaron
un importante comunicado, en el que afirman que "el mal uso de
las cifras de pobreza en el discurso del
28 de julio del presidente de la República, afecta el
proceso de
consolidación institucional del INEI y la confianza que
esta institución venía ganando".

Para quien sabe leer, probablemente la dirección del dedo acusador está
clara. Pero, seguramente también, para la mayoría,
podría darse la impresión que debería
cortársele la cabeza a Matuk. El problema de los
‘comunicados’, es que siempre es difícil
llegar a un consenso entre muchas personas y, peor aún, no
se puede poner el dedo en la pus y hay que seguir las normas de lo
"políticamente correcto".

Quinto: en todo este embrollo estadístico ya
nadie sabe quién tiene la culpa. Nadie ha renunciado, por
lo que nadie es culpable. Pero los hay. Entre los sospechosos
debe haber varios12. Indudablemente, alguien tendrá que
renunciar o será renunciado como consecuencia de este
faux pas del presidente y su consejo de ministros, que
avaló el número mágico. ¿El jefe del
INEI, el escribidor de esa sección del Mensaje,
algún asesor o ministro? Nadie…total, solo es una
manchita más que se le añade al
otorongo.

Sexto: Con mucha inteligencia
criolla, los dueños, voceros o técnicos de algunas
de las principales consultoras privadas en el país, han
tratado de redirigir el chorreo hacia sus molinos. Uno de ellos
se aventuró a decir que cabría "pensar en la
tercerización del manejo estadístico,
encargándolo a instituciones
privadas de prestigio, que puedan disminuir el riesgo de la
influencia política". Con esa pretendida
tercerización – outsourcingprivatización de
las cuentas
nacionales se botaría al niño con el bañera,
a pesar de la seriedad de algunas de esas empresas de
opinión
pública. ¿Alguien cree realmente, en su sano
juicio, que sean realmente apolíticas, estériles e
inocuas? No cabe duda que, a río revuelto, ganancia de
consultoras.

En cambio,
compartimos la opinión de Pedro Francke (Correo,
agosto 4) y Javier Escobal (Perú.21, agosto 5),
quienes han propuesto la conformación de un Directorio
independiente de expertos, para que dirija al INEI; en la
esperanza que llegue a tener la seriedad y autonomía que
ha venido adquiriendo el Banco Central. Y,
para resolver todos los problemas, el ingenioso congresista
Solari debería dedicarse a elaborar una Ley a ese
respecto, en vez de criticar y opinar sobre lo que no
entiende.

5.-FIN DE
ETAPA

Finalmente, lo discutido hasta aquí está
referido a ciertos aspectos importantes, pero no necesariamente
medulares. Por lo que, en los días o semanas que siguen,
habrá que estar atentos en torno a los siguientes asuntos
de primer orden, entre muchos otros:

¿Quién sustituirá a Herrera en el
cargo? ¿Será un experto técnico de su nivel
y que tenga experiencia en el tema de la pobreza?
¿Será un allegado del eruposibilismo?

¿Qué campaña deberá iniciar
el INEI para recuperar la confianza que venía teniendo en
él? ¿Seguirán los intentos desfachatados de
outsourcear el INEI?

¿Alguien se animará a elaborar un proyecto de Ley
para independizar el INEI?

O cuestiones, ya de mayor calibre, como, entre otras
muchas:

¿Qué es la pobreza y qué la pobreza
extrema? ¿Son adecuadas las definiciones que venía
utilizando el INEI? ¿Cómo se puede medir y
qué criterios se utilizan actualmente para determinarlas?
¿Qué políticas sociales podrán
aplicarse para los distintos tipos de pobreza? (Chacaltana,
n.d.)

¿Es estacional o estructural la pobreza en el
Perú?

¿Qué relación hay entre el modelo
económico y la pobreza? (Herrera, 2004b)

Es triste que, a raíz de todo este debate, aunque
se insista en que el crecimiento se ha chorreado sobre los
pobres, lo que realmente se ha chorreado –como consecuencia
del Mensaje- sea el malestar adicional que ha generado en la
población que se ha enterado del asunto.

De todo este debate, más los que vengan, no
nos queda la menor duda que la conclusión a la que se
puede llegar con seguridad es que
la pobreza no ha

cambiado durante los últimos dos años,
y que desafortunadamente seguimos con una terrible cifra,
superior a la mitad de toda nuestra
población.

Con la lucidez que lo caracteriza, el Presidente se
pregunta:

"Si estos son los logros, tangibles y reales ¿por
qué existe insatisfacción, ruido
político y una creciente crispación en algunos
sectores de la población?" Y se responde que "el primero
de ellos es la falta de éxito
del gobierno en comunicar con efectividad aspectos positivos de
su gestión
, que también es influido por errores
cometidos por nuestro gobierno, que aquí ante la Nación
y el Congreso, reconozco".

Nos preguntamos cómo puede tener éxito un
gobierno en sus esfuerzos de comunicación si miente, esconde o
distorsiona los resultados supuestamente positivos de su gestión; en este caso, con errores o
acrobacias estadísticas, aunque no los haya cometido
adrede, condimentando y maquillándolos. Los
cuestionamientos realizados por los más diversos
economistas al respecto han sido realizados con la mayor de las
voluntades. ¿O es que se cree que todos los comentaristas
tenemos mala leche,
afán de figuración e ilusiones de poder, incluidos
los intentos por tumbar una democracia que
desafortunadamente ni siquiera ha comenzado su fase de
transición?

6.-CONCLUSIÓN

Para concluir, dada la polifacética
información incompleta y tendenciosa que ha chorreado del
Mensaje Presidencial, baste decir que
–estadísticamente y con un mínimo margen de
error- el hueveo sigue caracterizando al presente
gobierno; lo que ya es de perogrullo.

Más aún, lo peor es que –muy a
nuestro pesar- ya no se trata de un problema estacional, sino
que es claramente estructural
, conclusión que
desafortunadamente aún queda pendiente en materia de los
estudios de la pobreza.

Tenemos la esperanza que los técnicos en la
materia nos hagan llegar los materiales que
puedan servir para aclarar los temas en debate y para lo que
disponen del espacio que ofrece esta revista,
siempre que no usen en exceso la jerga especializada de la
profesión (el sánscrito). En el transcurso de los
próximos días iremos colgando algunos
artículos de primera que pueden servir de soporte para
elevar el nivel de la discusión que aquí apenas
hemos rozado superficialmente.

7.-BIBLIOGRAFÍA

Comunicado (2004). "Sobre las Cifras del Gobierno", en
Perú.21, agosto 4; p. 8 (firmado por 26 académicos
peruanos de primera línea).

Chacaltana, Juan (n.d.). "La pobreza no es como la
imaginábamos", mimeo.

Escobal, Javier (2004). "Pobreza y credibilidad
institucional", en Perú.21, agosto 5, p. 10.

Francke, Pedro (2004). "La pobreza no se ha reducido",
en La República, agosto 4, p. 14 (entrevista).

Herrera, Javier (2004a). "La Pobreza en el Perú,
2003 (Advertencia sobre Cambios Metodológicos)" Lima,
Convenio IRD/INEI.

Herrera, Javier (2004b). "Cifras macroeconómicas
y condiciones de vida de los hogares", Lima, julio 27,
2004.

INEI (2001). "Perú: Estimaciones y proyecciones
de población 1950-2050", en Boletín de Análisis Demográfico, No. 35,
julio.

INEI (n.d.). "Perú: Proyecciones de
población por años calendario, según
departamentos, provincias y distritos, 1990-2020. Boletín
Especial no. 16.

Matuk, Farid (2004). "La pobreza en el Perú al
2004", documento (una página) enviado a la Presidencia
para la elaboración de la parte pertinente del Mensaje a
la Nación.
Lima, julio 21.

Toledo, Alejandro (2004). Mensaje a la Nación.
Lima: Secretaría de Prensa de la
República; julio 28.

 

Autor:

Pérez León Ventura
Pablo

Partes: 1, 2
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