Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Veracidad y vida en la obra de Nietzsche (página 4)



Partes: 1, 2, 3, 4

En otra obra posterior añade a esta
consideración la del valor vital de este
error, y, en consecuencia, la de la utilidad de
considerarlo como "verdad":

"Quien, por ejemplo, no sabía encontrar con la
suficiente frecuencia ’lo idéntico’ respecto a
su alimento o a los animales hostiles
a él; en otras palabras, quien era demasiado tardo y
cauteloso en inferir, tenía menores perspectivas de
sobrevivir que quien ante todo lo parecido deducía en
seguida la identidad
[…].

Una crítica
semejante es la que dirige contra el concepto de
sustancia, considerándolo igualmente como un
error útil para la vida:

"Asimismo, el desarrollo del
concepto de sustancia […], a pesar de que en rigor no le
corresponde ninguna realidad, presupone a una humanidad que
durante largo tiempo ni
percibió ni sintió el carácter mudable de las cosas; los que
dejaban de advertir este carácter tenían ventaja
sobre aquellos que se percataban de que ’todo
fluye’.

Igualmente, por lo que se refiere a los conceptos de causa
y efecto
, afirma que

"en realidad, lo que tenemos delante es una continuidad, de la
cual aislamos algunas partes, de la misma manera que percibimos
un movimiento
como una serie de puntos aislados […] Una inteligencia
que viese las causas y los efectos en forma de continuidad
[…] negaría los conceptos de causa y efecto y toda
condicionalidad".

Por ello, en esta misma obra, llevando Nietzsche su
escepticismo al máximo nivel de generalización, se
pregunta: "¿Qué son, en definitiva, las verdades
del hombre?",
pregunta cuya respuesta sigue a continuación: "Son los
errores irrefutables del hombre".

La ciencia, en
resumidas cuentas,
sólo consigue "esquematizar, imponer al caos bastante
regularidad y suficiente número de formas para satisfacer
nuestras necesidades prácticas", pero "es una
ilusión creer que conocemos alguna cosa cuando tenemos una
fórmula matemática
de lo que sucede". La física, a
través de sus leyes,
podrá proporcionarnos un estudio cada vez más
detallado de las diversas relaciones que guardan unos
fenómenos con otros, de cómo interactúan a
lo largo del tiempo y del espacio; pero cuál sea la
esencia última de lo real es algo que permanece
enteramente alejado de las posibilidades de la ciencia, en
cuanto ésta, como señala Kant, no puede
hacer otra cosa que estudiar las manifestaciones de una
realidad inaccesible al entendimiento. En este sentido ya
en una de sus primeras obras consideraba Nietzsche que las leyes
de la naturaleza
solamente las conocemos

"por sus efectos, es decir, en sus relaciones con otras leyes
de la naturaleza que, a su vez, sólo son conocidas como
sumas de relaciones. Por consiguiente, todas esas relaciones no
hacen más que remitir continuamente unas a otras y nos
resultan completamente incomprensibles en su esencia".

En un sentido semejante critica el valor de las
matemáticas en general, considerando que
tal ciencia

"seguramente no hubiera nacido si de antemano se hubiera
sabido que no hay en la Naturaleza ni línea exactamente
recta, ni verdadero círculo, ni dimensión
absoluta",

y critica igualmente el valor del concepto de
número por cuanto falsea una realidad, que es puro
fluir, sustituyéndola por otra fija y susceptible de
división en unidades idénticas a fin de
hacerla manejable:

"El número es nuestro gran medio para hacer manejable
el mundo. Aprehendemos en la medida en que podemos contar, es
decir, en que puede observarse algo constante […] El
número mismo es en un todo una invención
nuestra".

Al aprender a sumar se nos dice que la suma sólo
es aplicable a objetos homogéneos, pero, desde la
perspectiva de Nietzsche, no existen objetos homogéneos
por lo mismo que no existen objetos idénticos ni
sustancias con un sustrato idéntico permanente, ni cosas
realmente aisladas las unas de las otras, por lo que la suma -que
se relaciona con el número– es, efectivamente una
forma de manipular y de simplificar la realidad de
acuerdo con nuestros intereses vitales, pero no una forma de
conocimiento
objetivo de
esa misma realidad.

Remontándose a las doctrinas de Heráclito relacionadas con el
carácter continuamente cambiante de la realidad, Nietzsche
critica la actitud de
quienes, renunciando al testimonio de los sentidos,
pretenden acceder mediante la razón hasta un Ser
absoluto, cuya negación se muestra como
contradictoria y cuya existencia aparece como tautológica
desde el punto de vista racional, y caracterizado por la
permanencia y por ser "causa sui", es decir, principio
intrínseco de su propia existencia, a cuya
demostración se llega por vía exclusivamente
racional aplicada simplemente al concepto de "Ser", tal
como ocurriría con el Ser de Parménides -"El
Ser es y no es no-Ser…" o con el "Dios" del "argumento
ontológico" de Anselmo de Canterbury-:

"La ’razón’ es la causa de que falseemos el
testimonio de los sentidos. Éstos, en cuanto muestran el
nacer y el perecer, la mudanza, no mienten… Mas
Heráclito siempre tendrá razón con su aserto
de que el Ser es una vana ficción. El mundo
’aparencial’ es el único que existe; el
’mundo verdadero’ es pura
invención
".

Por ello y en cuanto el pensamiento
trata de fijar conceptualmente la realidad y en cuanto la
realidad no es nada estático, sino un continuo
devenir de carácter dinámico, en
contraposición a la famosa tesis
parmenídea relativa a la coincidencia entre pensar
y ser, Nietzsche llega a afirmar que "lo que es pensado
debe ser, con seguridad, una
ficción".

Por otra parte, el hecho de que el
conocimiento no consista en otra cosa que en "errores
vitalmente útiles" no constituye para Nietzsche una
objeción radical respecto a tales "conocimientos", por
cuanto la opción entre vida y conocimiento se inclina por
la primera, y, por ello, escribe Nietzsche:

"La falsedad de un juicio no es para nosotros ya una
objeción contra el mismo […] La cuestión
está en saber hasta qué punto ese juicio favorece
la vida, conserva la vida […]; y nosotros estamos inclinados
por principio a afirmar que los juicios más falsos (…)
son los más imprescindibles para nosotros […], –que
renunciar a los juicios falsos sería renunciar a la vida,
negar la vida.

En este mismo sentido afirma poco después:

"Que la verdad sea más valiosa que la apariencia, eso
no es más que un prejuicio
moral
[…] Confesémonos al menos una cosa: no
existiría vida alguna a no ser sobre la base de
apreciaciones y de apariencias
perspectivistas".

Por ello Nietzsche no sólo considera que el valor del
supuesto conocimiento es sólo el valor de su utilidad
para la vida
, sino que plantea la sospecha de que tal vez la
misma veracidad, en cuanto "voluntad de verdad" represente
un síntoma de vida decadente, de "voluntad de
morir":

"si es verdad que vivimos gracias al error, ¿qué
puede ser, en este caso, la ’voluntad de saber’?
¿No debería ser la ’voluntad de morir’?
El esfuerzo de los filósofos y de los científicos
¿no sería un síntoma de vida feneciente,
decadente, una especie de asco de la vida que
experimentaría la vida misma?".

4.2. La crítica al valor del Lenguaje.-
Un aspecto particular del escepticismo nietzscheano es el que
incide en la crítica del lenguaje, el cual viene a
ser considerado como un conjunto de estructuras
que fuerzan el pensamiento y lo encaminan hacia una
comprensión inadecuada de la realidad.

En este sentido ya en su obra Sobre verdad y mentira en
sentido extramoral
advierte acerca de esta separación
entre lenguaje y verdad.Considera en este sentido
que el lenguaje es
producto de
una especie de pacto social inconsciente mediante el que
se fijaba lo que había de ser aceptado como verdad,
aunque sólo se tratase de una "verdad
convencional"
, y, en consecuencia, de un falseamiento
pactado
de la realidad. Consideraciones como ésta son
las que le llevan a contraponer el mundo más fiel de la
intuición al falseamiento ejercido por el mundo de
los conceptos, llegando a considerar a éstos como
"necrópolis de las intuiciones". Y, por ello,
posteriormente, afirma, en un sentido similar, que nuestro
conocimiento no unitario sino fragmentado de la realidad deriva
del lenguaje,
pues

"las palabras y las ideas nos llevan […] a
representarnos constantemente las cosas como más sencillas
de lo que son, separadas las unas de las otras, indivisibles,
teniendo, cada una, una existencia en sí y por
sí";

Nietzsche asigna al lenguaje la misión
limitada de reflejar sólo la parte
consciente del pensamiento, la cual, adelantándose
a Freud,
representa para Nietzsche una parte muy inferior respecto al
conjunto del psiquismo:

"la conciencia se ha
desarrollado únicamente bajo la presión de
la necesidad de comunicación
; […] el hombre
solitario y rapaz no habría tenido necesidad de ella.
[…] el pensar consciente representa sólo una
ínfima parte del pensar total, digamos la parte más
superficial, la peor parte: pues únicamente el pensar
consciente se vale de palabras"

El lenguaje no sólo es incapaz de reflejar el modo de
ser de la realidad externa sino que ni siquiera nos sirve "para
comunicar nuestros sentimientos".

"Las palabras obstruyen nuestro camino" para llegar al
núcleo de la realidad, pues "toda palabra es un
prejuicio". Para Nietzsche, pues, el lenguaje representa
más un obstáculo que un puente para enlazar el
pensamiento con la realidad. Representa la herencia de
nuestros antepasados y, de algún modo, la
plasmación de sus interpretaciones sobre la realidad, de
manera que, en cuanto éstas hayan sido incorrectas,
constituyen una nueva dificultad a superar, un "prejuicio" que
habremos de eliminar para purificar el pensamiento y hacerlo
capaz de un conocimiento auténtico:

"Dondequiera que los antiguos, los hombres de las primeras
edades, colocaban una palabra creían haber hecho un
descubrimiento. ¡Qué equivocados estaban!
Habían dado con un problema, y creyendo haberlo resuelto
habían creado un obstáculo para su solución.
Ahora, para alcanzar el conocimiento, hay que ir tropezando con
palabras que se han vuelto duras y eternas como piedras".

En sus críticas acerca del valor del lenguaje, se
adelanta a los planteamientos de Wittgenstein, señalando
que

"allí donde se da una comunidad
lingüística es inevitable que en
virtud de la común filosofía de la gramática […] todo esté desde
un principio preparado para un paralelismo de desarrollo y orden
de sucesión de los sistemas
filosóficos, estando por otra parte como cortado el acceso
a ciertas otras posibilidades de interpretación del mundo".

Paralelamente a esta interpretación nietzscheana,
posteriormente Wittgenstein escribió de manera más
concisa: "los límites de mi lenguaje significan los
límites
de mi mundo".

Nietzsche señala igualmente que diversos errores de la
metafísica y de la psicología
tradicional filosófica en gran medida son consecuencia de
nuestra creencia en el valor de las categorías
lingüísticas; en este sentido y teniendo en cuenta
aquellos planteamientos del racionalismo
lingüístico de Parménides, que le llevaron a
construir su filosofía del Ser a partir del
simple análisis lógico del término
"ser" y teniendo en cuenta muy posiblemente el
argumento ontológico de San Anselmo, que, siguiendo
un planteamiento similar, había pretendido demostrar la
existencia de Dios a partir de la consideración del
concepto de Dios como el concepto del ser más
perfecto que puede pensarse
, realizaba la siguiente observación:

"nada ha tenido un poder de
convicción tan ingenuo como la noción
errónea de Ser, tal como la han formulado los
eleáticos; ¡como que parece corroborarla cada
palabra, cada frase que pronunciamos! […] La
’razón’ en el lenguaje: ¡oh, qué
mujer tan vieja y
engañosa! Temo que no nos deshagamos de Dios mientras
sigamos creyendo en la gramática".

En esta misma línea, indicaba que "Hay, oculta en el
’lenguaje’, una mitología filosófica, que a cada
instante reaparece, por muchas precauciones que se tomen. La
creencia en el libre arbitrio […] posee en el lenguaje un
apóstol y un representante perpetuo; la misma creencia en
el alma -al igual que la creencia en el libre
albedrío
– es vista como una consecuencia de la
creencia en el valor objetivo de las estructuras gramaticales de
sujeto y predicado:

"En otro tiempo, en efecto, se creía en ’el
alma
como se creía en la gramática y en el sujeto
gramatical".

Con observaciones como éstas Nietzsche mostraba el
camino que los filósofos del presente siglo -y entre ellos
en especial Wittgenstein y sus continuadores- habían de
seguir para tratar de "disolver" diversos problemas
filosóficos semejantes a los señalados por
él.

Por otra parte y a pesar de todas estas críticas,
conviene recordar que el lenguaje, tal como hemos visto en el
apartado 2.3, es valorado como una de las formas mediante las
cuales el arte consigue
transfigurar la realidad y superar la visión nihilista de
la existencia derivada de la "muerte de
Dios"
.

4.3. Para finalizar y por encima de las consideraciones
anteriores, tan negativas por lo que se refiere a la posibilidad
del conocimiento, hay que insistir en que la postura de
Nietzsche permanece alejada del escepticismo en su sentido
más riguroso
, puesto que, además de haber
presentado como conocimiento una extensa exposición
de su propia interpretación global de la realidad mediante
las doctrinas del Eterno Retornoy de la Voluntad de
Poder
, su afirmación de que "tenemos el arte para no
perecer a causa de la verdad" y otras que poseen un sentido
semejante, representan un explícito reconocimiento de que
hay una verdad asequible al hombre, aunque lo
sea más por medio de la intuición que por
medio del concepto de un intelecto que está en
principio al servicio de la
vida y no al de la verdad, llegando a descubrir posteriormente
que existe una verdad que está más
allá de esas "verdades" relacionadas con la vida. Dicha
verdad no se identifica con las teorías
científicas, ni con los planteamientos metafísicos
tradicionales, y el propio lenguaje, a pesar de sus
imperfecciones, es una herramienta rudimentaria sobre la que se
puede trabajar para pulirla y perfeccionarla a fin de que sirva
mejor para plasmar esos conocimientos que pretenden ir más
allá de la simple manipulación de la
realidad a fin de alcanzar un conocimiento más plenamente
objetivo.

 

 

 

Autor:

Antonio García Ninet

Doctor en Filosofía y en Ciencias de la
Educación

Partes: 1, 2, 3, 4
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter