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El Arca del Nuevo Pacto (página 2)




Enviado por Luis Emilio Retta



Partes: 1, 2

Otra de las teorías
sobre el destino del arca, es que en un pequeño pueblo de
los Pirineos franceses, desde fines del siglo XIX, una sociedad
secreta de sacerdotes, resguarda celosamente el tesoro del Templo
de Jerusalén, el que sería devuelto en su debido
momento. Se dice que un cura "…descubrió el secreto de
enorme trascendencia…" ¿Cómo fue a parar por esas
montañas? ¿cuándo…? si tenemos en cuenta
que desde que desapareció hasta que supuestamente fue
hallada, transcurrieron alrededor de dos mil quinientos
años. Esta suposición tampoco me satisface… no la
creo.

En la búsqueda de material al respecto,
también encontré variadas suposiciones, unas mas
insostenibles que otras. Desde que el arca era un gigantesco
condensador, que se cargaba de electricidad
estática, debido al clima
extremadamente seco del desierto, transformándose en un
arma mortal para quien lo tocara sin los conocimientos del
cuidado para su manipulación, hasta que era una
protección para el traslado de las Tablas de la Ley, que en
realidad estaban hechas de material radiactivo, provenientes de
algún meteorito, razón por la cual muchos
tenía tumores y hasta morían al acercarse sin
precaución a ella.

Todos estos supuestos,
son tan "supuestos" que ni siquiera puedo citar los lugares donde
consten, ya que todos son de "expertos arcólogos" que
buscando el destino de este tesoro, llegan a formar
teorías, que son negadas por los otros "expertos
arcólogos"…

Espero no haberlos aburrido con está información tan dispar, solo quería
mostrarles lo que el mundo habla sobre el tema. No es mi
intención demostrar lo absurdas que son estas
teorías. Mi creencia personal,
después de recibir las cosas que en este libro se
muestran, es que sencillamente el Señor la hizo
desaparecer; no a una cueva de una montaña, ni en un
secreto templo, ni siquiera en este mundo; ya había
cumplido con su función y
debía dejar lugar a los siguientes acontecimientos… poco
a poco se construiría el Arca del Nuevo Pacto, de la Nueva
Alianza.

Este texto
está reservado a quienes creen en el Dios vivo y poderoso
que mandó construir el arca, no es recomendable para
quienes no tengan fe en el Padre, el Hijo y el Espíritu
Santo, está destinado a verdaderos cristianos, que
buscan descubrir el Arca del Nuevo Pacto, amén.

Capítulo 1: DONDE
COMIENZA LA HISTORIA DE
MOISÉS

Como no todos han leído los libros de
Moisés, haremos un poco de memoria, sin
pretender escribir todos sus hechos porque llevaría mucho
tiempo, pero
si un pequeño resumen de una parte de su vida.

Casi todos los historiadores y estudiosos, dividen la
vida de Moisés en tres partes de, mas o menos, cuarenta
años cada una. Esto nos hace mas sencillo el seguir los
pasos de este príncipe y siervo, profeta y sacerdote, pero
por sobre todas las cosas, amigo íntimo de Dios, como
pocos los hubo. Fue Moisés el único que
habló cara a cara con el Señor, ya con esto creo
que las palabras sobran ¿no piensa lo mismo? (Éxodo
33:11).

Retomando lo nuestro, la primera etapa de su vida
comienza al ser adoptado por la hija del faraón, lo cual
le llevó a tener privilegios y estudios, en definitiva una
vida acomodada, como muchos de nosotros quisiéramos; tanto
así que al tener su primer acto de redención para
su pueblo, lo hizo en forma violenta, al matar a un egipcio que
golpeaba un hermano suyo; un error muy común en las clases
ennoblecidas, es el creer que todo lo pueden, con respecto a las
clases "inferiores". Esto al faraón no le gustó,
pero lo que era mas grave, también lo condenaban los de su
propia sangre (1.500
años mas tarde se repetiría esta
historia…).

El asunto es que esta primera etapa culmina con su
huída al desierto porque lo buscaban para matarlo
(¿otra coincidencia?) y lo podemos encontrar en la primera
mitad del segundo capítulo del libro de "Éxodo", en
tanto que la segunda mitad de ese capítulo, es el
siguiente período.

Como ya dijimos, con su huída al desierto
comienza la segunda parte, donde pasa del lujo de la corte, a la
difícil vida del pastor nómada en busca de buenos
pastos para su rebaño "en la tierra de
Madián", posiblemente la península del
Sinaí; formando su familia;
moldeando tal vez, Dios el carácter de este, su siervo. Dice la
escritura en
Números 12:3 "Y aquel varón Moisés era
muy manso, más que todos los hombres que había
sobre la tierra
", muy diferente del hombre que
había huido de Egipto debido
a su violencia.
Esta etapa, es la que no nos agrada a los cristianos, pero es muy
importante como paso a la última etapa, cuando somos
llamados a servir. El trabajo que
no se ve, las pruebas por
las que pasamos, es lo que poco a poco va modelando nuestra forma
de ser, nuestra forma de ver las cosas; en las manos de Dios,
nuestra vida, toma la forma que le es mas útil al Creador
y su obra.

A partir del tercer capítulo de Éxodo, la
Biblia nos relata el llamamiento de Moisés, su retorno a
Egipto, sus discusiones con el faraón, con plagas y todo;
hasta que lo deja ir junto con su pueblo, pero igualmente los
persiguen. Se abre el mar Rojo, pasan los hebreos, los egipcios
no… Todas estas cosas había preparado Dios para que su
pueblo (y los otros) vieran el poder con que
los salvaba, pero relato tras relato observamos como sus
elegidos, el pueblo de Israel
¡mirando, no veían! El problema es que muchas veces
nosotros obramos parecido, por esto tengamos en cuenta que el
Señor los paseó durante cuarenta años por el
desierto, hasta que la fracción que no le agradaba
desapareció. Que no nos lleve tanto tiempo hacer morir esa
parte que Dios quiere que saquemos de nosotros, veamos que le
interesa y tratemos, con su ayuda, de serles siervos
útiles en sus manos, y pasar del desierto a la tierra de
bendición, lo mas rápido posible.

Retomando nuestro camino, junto con el de Moisés,
dice el capítulo 24, que él con su pueblo llegan al
Monte Sinaí, se santifican, se preparan, su líder
debe ascender al monte, en donde el Señor le
revelará su voluntad, lo que debían hacer, era
realmente un momento crucial. No se puede buscar a Dios
así como así, solo siendo santificados podemos
hacerlo, es justamente lo que hizo Cristo por nosotros, Él
es el único camino al Padre, como lo dice el evangelio
"Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por
mí se puede llegar al Padre"
(San Juan 14:6), no se
engañe, no hay otra ruta, ni corta ni larga.

HABLEMOS UN POCO DEL
ARCA

El capítulo 24 del libro de Éxodo,
describe que cuando Moisés subió al monte
Sinaí, por orden de Dios, una nube cubrió el monte,
y la gloria de la nube, relata la escritura, era como fuego
abrasador a los ojos del pueblo, y estuvieron los dos, juntos,
durante cuarenta días.

Entre lo que allí Dios le habló, al
líder hebreo, estaban las indicaciones para construir un
arca o caja (Éxodo 25:10-22), sus medidas, materiales,
dispositivos de transporte,
ornamentaciones, todo, sin dejar nada librado a la duda.
Obviamente era su voluntad, era lo que Él quería,
no lo que interpretara Moisés o su pueblo.

El arca debía ser de madera de
acacia, supongo que por el peso, ya que la madera en si, es un
material relativamente débil aunque elástico,
sujeto al deterioro por el clima, por lo que se revestía
de otro material mas noble y precioso. La madera es algo que tuvo
vida, pero que está muerto, inerte, se le debe dar forma
útil, sino solo sirve para alimentar el fuego, esto debe
tener algún significado, reacuérdenlo. El asunto es
que a la madera hay que cortarla correctamente, lijarla para
darle una buena terminación, y tener cuidado en el armado
y encolado, solo un buen artesano saca de un tronco una pieza
útil y delicada.

La caja de madera se debía recubrir con planchas
de oro, por
dentro y por fuera, esto transformaría dicha obra, en algo
de gran valor, muy
apreciado, además que la protegería de cualquier
maltrato. Este revestimiento también cubriría toda
imperfección que la madera tuviera, como ya dijimos, tanto
por dentro como por fuera.

En la parte superior, coronando la caja, una cornisa de
oro macizo, dándole la terminación a las paredes y
aumentando su hermosura y valor, realmente debe haber sido una
gran maravilla, solo digna del Señor de
señores.

A sus lados y en las esquinas, cuatro anillos, del mismo
precioso metal, y que por ellos se atravesaran dos varas,
también de acacia revestida en oro, para ser llevada el
arca, en manos santas, por el duro camino a transitar.

Como tapa de la caja, es decir cubriéndola, el
propiciatorio, una placa de oro ¡fino!, dice la sagrada
escritura, digamos entonces que sobre ella pondría algo de
mayor valor inclusive, adornado con dos querubines de oro macizo,
en los extremos, mirando al centro y cubriéndolo con sus
alas extendidas, como adorando lo que estaría en el medio,
claro, si desde ese lugar Dios se comunicaría con
Moisés, ¿quién mas digno de ser adorado que
Él?

Como no dejaría librado a voluntad humana su
construcción, Dios le indicó a su
siervo Moisés en el capítulo 31 de Éxodo :
"Mira, yo he llamado por su nombre a Bezaleel hijo de Uri hijo
de Hur, de la tribu de Judá, y lo he llenado del
espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia,
en ciencia y en
todo arte, para
inventar diseños, para trabajar en oro, en plata y en
bronce, para labrar piedras y engastarlas, tallar madera y
trabajar en toda clase de
labor. He puesto junto a él a Aholiab hijo de Ahisamac, de
la tribu de Dan, y he puesto sabiduría en el ánimo
de todo sabio de corazón,
para que hagan todo lo que te he mandado".
De antemano, Dios
ya había preparado a quien, con toda la sabiduría
del Espíritu Santo, construyera su obra; como siempre
Él sorprendiéndonos con toda la
previsión.

Aunque sí estaban llevando ídolos egipcios
escondidos, vemos aquí que la construcción del arca
no fue un hecho a la ligera, para solucionar un inconveniente de
idolatría dentro del pueblo, era algo bien planeado, por
lo que insisto en que su símbolo es de
importancia.

Capítulo 2:
¿QUÉ GUARDABA EL ARCA?

En "Éxodo" 25:16, dice que Dios mandó
poner en el arca, según unas versiones "la ley" y en otras
"el testimonio". Para aclarar este tema recurrimos a la
"Epístola a los Hebreos" 9:4 donde nos cuenta que, en el
arca de la alianza, estaban guardadas las tablas de la ley, una
muestra del
maná y la vara o bastón de Aarón. Por todo
esto vemos que si bien dentro del arca estaba la ley propiamente
dicha, cierto es que había además otros testimonios
del pacto del Señor con su pueblo escogido.

Una de mis dudas fueron el ¿porqué
testimonio? Dice el diccionario
que testificar es: declarar, afirmar. De
declarar expresa: Manifestar o explicar lo que está
oculto o no se entiende bien, en tanto que de afirmar
señala que está firme, que no cede. Ahora queda mas
claro: lo que guarda el arca, muestra y manifiesta lo que no se
ve, en tanto que ello no cede, no cambia. (Sino entendió,
es mejor seguir adelante, para ver si se despeja
más)

HABLEMOS AHORA, DEL PODER DEL
ARCA

Tampoco aquí, pretendo escribir todos los hechos
en que se muestran los poderes y fenómenos en los que
participó el arca, si al fin y al cabo ya están
escritos en la Biblia, por lo que lo invito a leerla sino lo a
hecho, es el libro mas interesante que haya existido, con decirle
que hasta los que no creen en Dios, la leen y releen, sin
entenderla, pero lo hacen… píenselo, no se
arrepentirá. Le reto a que busque y compare lo aquí
escrito, con las Sagradas Escrituras (ese es el motivo de poner
las citas bíblicas) no todos los libros que usan
referencias a la Biblia son confiables, he comprobado que
pequeñas diferencias, una coma cambiada, por ejemplo,
puede adulterar el mensaje, y así manipularlo con buena o
mala intención, pero no creo en un Señor que
inspirara una escritura que necesite ser "arreglada" para revelar
la voluntad de Dios.

La principal función del arca era la de ser el
medio a través del cual, el hombre, se
comunicaría con su Creador, debido a que el pecado
había quitado la posibilidad de comunión con Dios.
En "Éxodo" 33:7 se describe al tabernáculo, que es
donde se guardaba el arca, como "tienda del encuentro con
Dios"

Por culpa del pecado, inclusive el sacerdote, el
único que ingresaba al lugar santísimo, lugar tras
un velo donde estaba el arca, debía hacer expiación
por su persona y
santificarse, antes de entrar en la presencia del Señor,
porque de no ser así, podía hasta ser fatal. Cuenta
la escritura en el capítulo 10 de Levítico, en sus
dos primeros versos: "Nadab y Abihú, hijos de
Aarón, tomaron cada uno su brasero, pusieron lumbre e
incienso en ellos y ofrecieron ante el Señor un fuego
extraño que él no les había ordenado.
2Entonces salió fuego de la presencia del
Señor y los quemó por completo. Así murieron
ante el Señor
." Motivo por el que se acostumbraba atar
con una soga al sacerdote, para que si moría, se lo sacara
desde afuera. Incluso cuando viajaban, guiados por el arca en
manos de los sacerdotes, el pueblo debía ir detrás,
como a un kilómetro, no más cerca que
eso.

Cuenta en "Josué" a partir del tercer
capítulo, que cuando se dispuso el pueblo a cruzar el
Jordán, como Dios le había mandado al
discípulo de Moisés, ni bien los pies de los
sacerdotes que llevaban el arca del testimonio tocaron el agua de la
orilla, el río se detuvo y se abrió, a pesar de que
estaban en la época de la siega, al comienzo de la
primavera, con sus lluvias tardías. Sin embargo hasta que
todo el pueblo de Israel cruzó, los sacerdotes se quedaron
en medio del Jordán, estando en seco, es así que
Dios mandó tomar del lecho del río, doce piedras,
una por cada tribu, para levantar un monumento recordatorio del
poder con que los acompañaba, y como si fuera poco, luego
que el Señor mandara sacar del lecho el arca, apenas los
sacerdotes tocaron tierra firme, las aguas reanudaron su cause
normal, de borde a borde.

Mas tarde para tomar la ciudad de Jericó
("Josué" 6:1-27), Dios mandó una serie de pasos que
debían cumplir los israelitas, junto con el arca: dar
vueltas durante seis días alrededor de los muros y al
séptimo dar siete vueltas, tras lo cual los sacerdotes que
acompañaban el arca tocarían bocinas de cuernos y
el pueblo gritaría. Al cumplirse todo esto, los muros de
Jericó cayeron "solos". De mas está decir que
algunos han tratado de explicar lo ocurrido con fundamentos
físicos, otros dicen que encontraron la ciudad ya
destruida, etc. nosotros como no ponemos en duda lo que
está escrito, ni pretendemos fundamentar cómo lo
hizo Dios, podemos ver en estos hechos el gran poder que se
despliega al cumplir su voluntad, junto con su presencia (cual
era el símbolo del arca en sí).

Otra de las manifestaciones del "poder del arca" es
relatada en el primer libro de "Samuel", capítulo 5.
Debido a la decadencia sacerdotal y la corrupción del pueblo, los israelitas son
derrotados por los filisteos, e inclusive tras la primera
batalla, en la que perdieron como a cuatro mil hombres, en lugar
de preguntarse ¿por qué Dios los había
abandonado? lo culparon, y creyeron forzar su ayuda trayendo el
arca al campo de la contienda. Lo único que consiguieron
fue perder otros treinta mil soldados y ¡el arca…! Pero
aunque el pueblo hebreo había tenido su castigo, a los
filisteos no les fue mejor con el arca de Dios. Primero la
colocaron en su templo, junto a su dios Dagón (una
escultura, lógicamente), quien al día siguiente
apareció caído delante del arca; levantaron la
escultura y la volvieron a poner en su lugar, pero a la
mañana posterior, nuevamente estaba la imagen
caída delante del arca, y además estaban rotas sus
extremidades. A partir de estos acontecimientos, los habitantes
del territorio comenzaron a tener tumores, y por temor llevaron
el arca a Gat, donde también comenzaron a morir grandes y
chicos debido a los tumores. Decidieron trasladar entonces el
arca a otro de sus territorios: Ecrón, pero sus habitantes
tampoco quisieron saber nada con ella, por lo que reunidos todos
los príncipes, resolvieron devolverla, y por las dudas con
presentes incluidos.

Otro de los hechos en que aparece el arca como principal
protagonista, fue en el segundo libro de "Samuel",
capítulo 6, cuando David intenta trasladarla a su ciudad:
Jerusalén, para lo cual usan una carreta nueva, por
adelante todos danzaban y cantaban al son de los instrumentos,
muy felices, todo era fiesta, estaban llevando el arca de la
alianza, el símbolo mismo del pacto con el Creador. De
pronto, cuando los bueyes tropiezan, el arca se tambalea, uno de
los que guiaban el carro, Uzá, estira su mano y sostiene
el arca, entonces Dios se molesta con Uzá por ese
atrevimiento y le quita la vida instantáneamente… Se
acaba la fiesta, consternados por el hecho y temerosos de llevar
el arca a la ciudad, deciden dejarla en casa de Obed-Edom,
¡quien es bendecido todo el tiempo que está el arca
en su casa! Son sucesos que a primera vista confunden, producen
un ¿qué quiere Dios? Justamente esto era, David en
el capítulo 15 de "1º Crónicas", donde
también se relatan estos acontecimientos, se da cuenta y
manda que como Dios mismo había mandado, solo los levitas
podían llevar el arca, para lo que ordena a sacerdotes y
levitas, santifíquense, purifíquense como Dios
quiere y entonces traerán el arca… Además no
sabemos que sucedía en el corazón de Uzá,
cuando puso su mano sobre el arca, como dice "1º Corintios"
2:11 "¿Quién entre los hombres puede saber lo
que hay en el corazón del hombre, sino solo el
espíritu que está dentro del hombre?
, pero lo
que si sabemos es que querer poner las manos en las cosas de
Dios, en sus hijos, en su obra, sin que sea su voluntad, sin
santificarnos debidamente, es para tomar muy en serio, no
livianamente como lo hacen, inclusive, algunos de nosotros, los
cristianos.

Capítulo 3: LA
REVELACIÓN

Antes de escribir este capítulo, les aclaro que
como soy, a los ojos de Dios, igual que usted, todo lo que
Él me dijo, es tanto para mi como para todos los que
fuimos hechos hijos del Altísimo, por la fe en su hijo
Jesús. Unos hijos nacieron antes que otros, unos crecieron
mas que otros, unos mas rápido que otros, pero ninguno es
"mas hijo" que otro, él es Padre y Perfecto, nada de esto
descuide.

"Dios me reveló" es una frase que se utiliza tan
a menudo en forma ligera, que muchas veces me da miedo usarla,
pero no confesarlo en esta ocasión, sería robarle
la autoría de este mensaje al Señor. Créame,
por mi mismo no podría haber escrito mas de una hoja, y
sin el menor de los sentidos, ya
que a medida que voy escribiendo Dios va hablando a mi
corazón, así como le está hablando a usted
ahora.

He olvidado en que momento comenzó a mostrarse la
interpretación en mí, pero si puedo
decir que claramente me dijo:"Tú eres mi arca, arca de la
nueva alianza, del nuevo pacto…" El asunto es que
después de estas palabras algo se rasgó en
mí, algo ya no sería igual, no lo entendía,
pero sabía que al mirar un espejo, ya no vería lo
mismo, sencillamente porque ya no era el mismo que fui, recuerde
que como dice la segunda carta a los
Corintios, en el capítulo 5, verso 17: "Por lo tanto,
el que está unido a Cristo es una nueva
persona
".

Como no podía entender nada de esto,
comencé a buscar en las Escrituras, debía haber una
interpretación de lo que me habló. No encontraba
nada que me guiara, invariablemente había visto lo del
arca solo como un tesoro hebreo, mediante el cual, el
Señor les daba un lugar físico donde buscarlo, sin
que lo irritaran haciéndose imágenes
para adorar, como siempre fue la inclinación humana,
Él lo aclara bien en Éxodo 20:4 donde manda "No
te hagas ningún ídolo ni figura de lo que hay
arriba en el cielo, ni de lo que hay abajo en la tierra, ni de lo
que hay en el mar debajo de la tierra. No te inclines delante de
ellos ni les rindas culto, porque yo soy el Señor tu Dios,
Dios celoso"
. Algo mas debía haber, que yo no estaba
viendo ¡como iba a verlo si lo buscaba solo! Fue entonces
que intervino el Espíritu Santo dando el entendimiento,
que me estaba faltando, textualmente me dijo el Espíritu:
"Eres de madera…" Si ya sé, estas palabras si las
sacamos del contexto de la búsqueda, no hablan muy bien de
mi, pero el arca en principio es de madera. Mas
allá de la búsqueda en si, lo reconozco, soy
bastante duro de cabeza, y como a Moisés, Dios me tiene
que pasear de vez en cuando por el desierto, para ablandarme un
poco el cráneo…

CON MADERA, SE CONSTRUYÓ EL
ARCA

El asunto es que ciertamente yo "era de madera". La
madera en realidad fue un árbol, una criatura (creada) con
vida vegetal, hasta que se cortó, secó,
murió. Luego, en las manos hábiles, es creada una
obra útil, estas manos le dan la terminación
correcta, pulen su superficie, tapan las grietas; un buen
artesano, no solo la convierte en algo útil, además
queda hermoso.

De la misma forma, Cristo nos tomó, a nosotros
sin vida, secos; como lo dice Jesús en el evangelio de San
Juan 5:24 "Les aseguro que quien presta atención a lo que yo digo y cree en el que
me envió, tiene vida eterna; y no será condenado,
pues ya ha pasado de la muerte a la
vida
". Y nos trabajó delicadamente, quitó con
suavidad todo lo que no convenía, lo que no era agradable.
Digo con suavidad porque esa es su voluntad, pero muchas veces
nosotros nos resistimos a sus manos, nos oponemos a los cambios,
a que nos quiten, incluso lo que sabemos que no nos conviene; es
entonces que debe usar el serrucho, es entonces cuando nos duele
ser trabajados, moldeados a su intención; sus manos siguen
siendo suaves, son las herramientas
que debe usar, las que duelen, y estas herramientas solo dependen
de la dureza de la madera, no de otra cosa; créame, se lo
dice un "quebracho".

Al igual que un arca o caja, nuestra función,
debe ser para guardar algo, por lo que hay que darle la forma
correspondiente, el tamaño adecuado, es decir que el
diseño
es muy importante, bien pensado, nada tomado a la ligera; mire si
habrá planeado con tiempo la obra, que cuenta la
Epístola a los Efesios en el capítulo 1 que
"Dios nos escogió en Cristo desde antes de la
creación del mundo,.."
No estamos hablando
aquí de un carpintero que se pasea en el bosque con su
hacha, eligiendo el árbol que va a trabajar,
¡estamos hablando de el que plantó el bosque, de
quien cuidó los retoños, de quién
regó con amor desde el
principio! Está escrito en Isaías 44:2 "Yo soy
el Señor, tu creador, que te formó desde antes de
nacer …"
o como dice el mismo verso en la versión
Reina-Valera "…desde el vientre,…" Una cosa difícil de
entender para el mundo es que no somos escogidos por nuestra
altura, ni por nuestra rectitud, no interesa como nos vean, lo
que importa es que Él sabe, que somos árboles
que nos dejaremos caer en sus manos, ser trabajados en su taller.
Hay mucha mas madera, pero sino sirve para su obra, solo
servirá para alimentar el fuego…

Otro punto importante en la construcción, es el
armado de la caja; a la madera se la cortó en partes, se
cepilló y se lijó, pero a la hora de armarla es
necesario un pegamento apropiado a esa madera, cosa bien sabida
por los carpinteros. El carpintero mas famoso de la historia,
Jesús, el artesano por excelencia, para encolar las partes
usó del amor, sí, con amor unió cada una de
nuestras partes, su amor es el ligamento mas fuerte que pueda
existir; los fragmentos unidos con su amor nunca pueden ser
separados. Para terminar el trabajo en la
madera, le da una abundante "mano" de aceite, para
que no se resquebraje y mantenga la suavidad que Él le
dio, como explica Levítico 10:1 "pues ustedes han sido
consagrados con el aceite del Señor.

Volviendo a lo nuestro, sabido es que la madera aunque
es liviana, fácil de transportar y elástica, con
las inclemencias del tiempo se deteriora, se arruina, por eso no
"sirve" para siempre, puede ser útil pero no suficiente.
Debemos darnos cuenta, que solos, no podremos ser útiles
por mucho tiempo; nuestras fuerzas son limitadas, nuestra
voluntad débil. Tarde o temprano, el tiempo junto con las
pruebas rompen esa caja, y lo que guardaban, irremediablemente se
cae. Cuando entendemos esto, es que seguimos en sus manos, siendo
trabajados a su perfecta voluntad, hasta ser hechos totalmente
nuevos.

REVESTID EL ARCA

Para que la madera del arca no sufriera el deterioro del
uso, se la revistió con planchas de oro, por dentro y por
fuera; esta cubierta metálica la protegía del uso,
tapaba las imperfecciones, los nudos de la madera, además
por ser de oro, la hacían de gran valor, ¡ojo! no
por la madera, sino por el revestimiento.

Nosotros, una vez que hemos obtenido la forma que al
Señor le agrada, al igual que el arca, debemos ser
revestidos con algo inalterable y de gran valor, ¿que mas
inalterable y valioso que la salvación de Cristo? (es una
redundancia, ya que no existe otra salvación) y como dice
San Pablo en la Epístola a los Gálatas 3:27
"…porque todos los que habéis sido bautizados en
Cristo, de Cristo estáis revestidos
" .

Solo mediante la sangre que Él vertió en
la cruz, donde cargó nuestros pecados, es que obtenemos la
vida eterna, ya no hay "inclemencias" que nos destruyan, que
perjudiquen lo que Jesús hizo en nuestras vidas. Esa es la
salvación, que nadie lo mató, Cristo cargó
sobre él mismo nuestros pecados, porque el fruto del
pecado es la muerte, es
decir que el pecado que nos quitó la vida eterna, para la
cual habíamos sido creados, ese pecado que nos
alejó del Padre Celestial, nos era quitado por la muerte
en el Hijo.

En definitiva, ya no solo somos algo útil y
hermosamente trabajado, además estamos eternamente
revestidos, y con estas nuevas vestiduras es que podemos
presentarnos ante el Padre con peticiones, con necesidades;
Él ya no ve nuestros errores, nuestras faltas; como
estamos cubiertos por su Hijo, al vernos, ve a su Hijo. Por esto
es que de "criaturas" de Dios, somos hechos "hijos" de Dios, por
la sangre de su Hijo; por ser adoptados, somos coherederos del
reino, como hijos del Rey de reyes, somos príncipes y
princesas. Esto también es algo que nunca debe
olvidar.

Sino lo a entendido, vuelva atrás y relea. Es muy
importante que comprenda que fuimos escogidos, vueltos a hacer y
revestidos de vida eterna. Son estos, justamente, los conceptos
de nuestra fe: nuestra salvación no es "para que" ni "para
cuanto" sirvamos, como dice el apóstol en la
Epístola a los Efesios 2:8 "Pues por la bondad de Dios
han recibido ustedes la salvación por medio de la fe. No
es esto algo que ustedes mismos hayan conseguido, sino que es un
don de Dios. No es el resultado de las propias acciones, de
modo que nadie puede gloriarse de nada"

LA
CORONA

Todo el contorno de la parte superior del arca, estaba
decorada con un ribete o cornisa ¡también de oro! es
decir, coronándola. Aunque no se describe en ninguna
parte, el detalle de cómo estaba realizada, su
mención es la de terminación del arca y teniendo en
cuenta que Dios había mandado que Bezaleel o Besalel fuera
quien construyera esta obra, a quien, dice Éxodo 31:3
"…lo he llenado del espíritu de Dios, en
sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo
arte…"
llamarle ribete, como dice una de las traducciones,
es probablemente, menospreciar este detalle.

Varias veces en la Biblia se menciona alguna
coronación de los que creen en Dios, como por ejemplo el
Salmo 103, verso 4: "El que te corona de favores y
misericordias"
Refiriéndose a los favores, es decir a
lo que Dios hace por nosotros sin que lo merezcamos y sin pensar
en recibir nada a cambio (no es
como nosotros que solemos recurrir a una persona "porque nos debe
un favor"…) En tanto que misericordias, es de lo que Dios tiene
el derecho a recriminarnos o castigarnos pero no lo hace, a pesar
de que lo merezcamos. Una vez tuve una imagen respecto de esto de
la gracia, el favor y la misericordia del Señor para
conmigo: Me vi sentado en un restauran, la mesa llena de platos
ya vacíos y copas casi terminadas, cuando en un momento
inesperado llegó el mozo con la cuenta, diciendo: "Ya es
hora de cerrar", la cuenta era muy larga y yo no tenía
para pagar eso, imagínelo, yo ya empezaba a transpirar de
los nervios, cuando de la mesa de al lado, sin que siquiera me
hubiera percatado que ahí estaba él, habló
Jesús diciendo: "Deja… pago yo" Entiende ahora lo que es
misericordia.

Retomando nuestro descubrimiento de las coronas,
también vemos en la 1º Epístola de San Pedro
5:4 "Y cuando aparezca el
Príncipe de los pastores, vosotros recibiréis
la corona incorruptible de gloria"
, por lo tanto, cuando
vuelva nuestro Señor Jesucristo ¡seremos coronados!
Será realmente la culminación de su obra, en
nosotros, incluso incorruptible, es decir para
siempre.

Quiero detenerme un momento, antes de seguir, en esto de
"para siempre" o "eternamente". El hombre como nace y muere, en
su afán de creerse el máximo ente, en lo que
respecta a inteligencia; se dedica constantemente a demostrar que
todas las cosas del universo,
incluido este, nacen y mueren indefectiblemente. Algunos
científicos o seudo científicos, quitan de si toda
creencia de la eternidad y permanentemente tratan de demostrarlo.
Pero ni Dios, ni nosotros buscamos probarla ni explicarla, solo
lo sabemos… amén.

DE LOS ANILLOS Y LAS
VARAS

Cuando ya parecía concluida el arca, es que viene
la aclaración. El arca debía ser transportada a
donde el Señor lo indicara, no estaba hecha para ser
dejada en un lugar fijo, tenía que estar donde Dios lo
dispusiera, donde le sirviera tanto a Él como a su pueblo.
Esto nos muestra algo que veremos mas adelante, el arca no era un
adorno, era
algo útil, con funciones.

A la caja se le debía colocar en sus cuatro
esquinas, unos anillos hechos también de oro macizo, por
donde se atravesarían dos varas de la misma madera que la
caja y revestidas también de la misma forma. El oro macizo
representa a Cristo mismo, no a nosotros, recuerde que nosotros
somos la madera. Por lo que esos cuatro anillos agregados al
arca, representan los dones que el Señor nos añade,
para la gloria de su obra, para la función que debemos
cumplir en esta misión
terrenal. Viéndonos a nosotros hechos nuevos, el mundo no
solo debe ver a Cristo (como cuando al ver el arca, se ve solo su
revestimiento) deben ver también sus dones, es parte de su
gracia para con sus seguidores. Dice en Efesios 4:7 "Pero cada
uno de nosotros ha recibido los dones que Cristo le ha querido
dar
" y tampoco olvidemos que no solo son nuestros, sino que
además los debemos cuidar: "Como buenos administradores
de los diferentes dones de Dios"
dice en la primera
carta de Pedro, en su cuarto capítulo.

La función principal de las varas no era la de
facilitar su transporte, sino que, ni aun los escogidos levitas
podían poner sus manos sobre el arca, solo un sacerdote
debidamente santificado podía tocarla. Nosotros al igual
que ella, una vez renacidos y revestidos por Cristo, no se nos
puede tocar. Esto es algo que muchos olvidan, imponiendo sus
manos a la ligera; aclaro que no estoy negando su función
e importancia, pero ninguno debería hacerlo, sin
recapacitar en su relación espiritual con el Padre, ni la
intención para con quien se le impone. Este es un motivo
de tranquilidad, el de sabernos intocables, ningún
daño se
nos puede hacer, espiritualmente hablando por supuesto. Pueden
encarcelarte, pueden golpearte, pueden robarte y hasta matarte,
pero nadie puede ni robarte la salvación, ni matar tu
espíritu (Mateo 10:28); esto es algo que hasta los famosos
filósofos ateos, han reconocido a
través de toda la historia humana.

Lógicamente que esa tranquilidad, de la que
hablamos que podemos tener, es fruto de un crecimiento,
obediencia y rendición en Cristo Jesús. Como lo
dice el apóstol Pablo en su carta a los Gálatas, en
el capítulo 2: "ya no vivo yo, mas vive Cristo en
". El apóstol no escribió esto
para hacerse propaganda,
nos estaba mostrando como debíamos ser nosotros, como lo
aclara en su primera carta a lo Corintios 11:1 (Esta vez no le
escribo el texto, búsquelo usted en la Biblia).

Volviendo al tema de las varas, hay algo que no
comprendía. Dice en Éxodo 25:15 "Las varas
quedarán en las argollas del Arca; no se quitarán
de ella."
Digo yo, porqué no quitarlas una vez que se
había acomodado este mueble o adorno (¿quién
te dijo que el arca era un mueble o un adorno?) para qué
dejarían puestas las varas, si ya no lo moverían.
En el Arca de la Alianza no lo entendía, pero si lo
comprendí en el Arca de la Nueva Alianza. Cuando caminamos
por este mundo lleno de dolor, violencia, incomprensión,
ambición, etc.; hay personas desesperadas que nos ven, que
ven a Cristo en nuestras vidas y quieren asirse, tomarse de
nosotros; nosotros por nuestra parte, siempre debemos estar
dispuestos a ayudarlos y guiarlos, nuestras manos deben ser las
varas de amor de donde ellos se tomen. Recuerde que alguien
dolido, lastimado, débil, por mas que le mostremos el
camino difícilmente se pondrá de pie y lo
hará. Como Jesús lo hizo con nosotros, como
también nos enseñó en la parábola del
buen samaritano (Lucas 10:25-37) dispuestas siempre nuestras
"varas en las argollas" al prójimo,
amén.

Capítulo 4: SOBRE EL ARCA
SE COLOCÓ…

Como veíamos en el primer capítulo, una
vez que la caja estuvo culminada, sobre ella se colocó el
propiciatorio o tapa, según qué traducción de Biblia se lea.

Como no sabía que era un propiciatorio, lo busque
en el diccionario: propiciatorio, que sirve para propiciar;
propiciar, hacer o volver propicio; propicio, benigno o adecuado
o favorable. Al no quedarme muy claro la función (tapa,
si; pero propiciatorio… ¿porqué?); busqué
en un diccionario bíblico, donde encontré que la
misma palabra, en el griego de la Septuaginta, se utiliza tanto
para la "tapa" del arca como para denotar una expiación
(Números 5:8), un sacrificio por el pecado (Ezequiel
44:27). Ahora se está aclarando, ya lo vamos a
ver.

Esta tapa estaba hecha de oro macizo y puro, lo aclara
Éxodo 25:17, como que era algo mucho mas valioso de lo que
estaba por debajo. En la parte superior tenía dos
querubines, o seres alados; quienes se encontraban ubicados, uno
en cada extremo, mirando hacia el centro, al mismo que
cubrían con sus alas; todo de una sola pieza, labrado a
martillo, debía ser.

Dice en la carta a los
Hebreos, 9:5, "Encima del arca estaban los seres alados que
representaban la presencia de Dios, los cuales cubrían con
sus alas la tapa del arca
." Cuando Moisés,
Aarón o el sumo sacerdote buscaban la presencia de Dios,
esta descendía sobre el arca. Por lo que entendí,
que si nosotros somos lo que fue el arca, en el antiguo pacto;
entonces, así como estaba el propiciatorio entre la caja y
la presencia de Dios, Cristo lo está entre nosotros y el
Padre ¡claro! ¿Qué sacrificio mas propicio
para el perdón de nuestros pecados, que Jesús? Y no
olvidemos que su sacrificio también fue "de una sola
pieza, labrado a martillo", cumpliendo las profecías, no
fue quebrado y además con martillo fue clavado al madero;
madero del que pudiendo bajarse, por amor a nosotros no lo hizo,
ya que era el único que podía llevarnos a la
presencia misma del Padre, dado que el pecado lo
impide.

¿QUÉ TAN
PROPICIO, FUE ESE SACRIFICIO?

Antes de continuar les recuerdo la importancia de que
corroboren todo lo que escribo, con las Sagradas Escrituras
¿o está seguro que no le
miento? Queriendo o sin querer, el hombre siempre falla, solo
Dios y su Palabra son inamovibles. Hay libros que usan las
Escrituras, pero las tergiversan o acomodan para que digan lo que
ellos quieren decir. Y si quiere saber por que uso las
escrituras, tendrá que buscarlo usted, en la carta a los
Hebreos, capítulo 4, versículo 12.

Está escrito en Apocalipsis, capítulo 12,
verso 10: "el acusador de nuestros hermanos, el que día
y noche los acusaba delante de nuestro Dios".
Por cuanto el
hombre fue destituido del Edén, por culpa del pecado,
Satanás al estar ya condenado, procura tenazmente hundir a
todos los hombres junto con él, motivo por el cual
permanentemente está ante el Padre acusándonos
(como que el Padre no lo supiera todo) de cada cosa que hacemos.
Pero en la primera carta del apóstol Juan, segundo
capítulo, dice que tenemos a Jesús como abogado,
como defensor ante el Padre, y además dice que Él
es justo. Aquí no solo explica que nos defiende, sino que
quien nos defiende, es sin mancha ni pecado. Así es que
cuando vamos a Dios con alguna petición, con alguna
necesidad, llámese enfermedad, carga, falta, etc. el
Padre, ve a su Hijo amado en nosotros, no a nosotros, entonces
nos escucha, ayuda y sostiene. Y si a eso le sumamos que en el
evangelio de San Juan 14:13, Jesús dijo "Todo lo que
pidáis
al Padre en mi nombre, lo haré
" no queda nada que
agregar.

Uniendo lo que ya tenemos, podemos ver que así
como el arca de la alianza fue en manos de Bezaleel; nosotros
también ya fuimos trabajados, hechos de nuevo en las manos
del Artesano; los que en Él creemos, somos revestidos para
cubrir toda imperfección, por dentro y por fuera;
coronados, aunque no lo mereciéramos; armados de dones,
dados solo por su gracia; y por encima nuestro, el sacrificio
propicio para presentarnos ante el trono de Dios. Ahora nadie
puede negar que somos el "Arca de la Nueva Alianza", pero debemos
ver si cumplimos con la misma utilidad; como
vimos en el capítulo 2 de este libro, el arca no era un
adorno, nosotros tampoco lo debemos ser.

Capítulo 5: EL ARCA
GUARDABA LAS TABLAS DE LA LEY

Como toda caja, esta también era para guardar
algo; obvio que por el tipo de caja, lo que guardaba debía
ser de suma importancia. Una vez creada la suficiente
expectativa… vamos al grano.

Como hemos visto en el primer capítulo,
Éxodo 25:16, cuenta que Dios mandó poner la Ley
dentro del arca. La Ley eran dos tablas de piedra, escritas por
la misma mano de Dios, que Moisés recibió en el
monte Sinaí, donde estuvo hablando con Él, como los
amigos íntimos que eran; en ellas estaban las palabras del
pacto, de la alianza entre Dios y los hombres, los mandamientos,
es decir lo que Él quiere de nosotros, su voluntad, para
poder bendecirnos como lo a prometido. Nadie le objetó
nada de estas cosas a Moisés, ya que sin darse cuenta
él, cuando volvió del monte, su "rostro
resplandecía" por haber estado
hablando con Dios, tal es así, que debió taparse la
cara con un velo, el que sacaba solo cuando entraba a la
presencia del Señor (donde estaba el arca).

Nosotros, como arcas del nuevo pacto, también
debemos guardar la voluntad de Dios, no solo conocerla, sino que
por sobre todas las cosas cumplirla, es realmente lo que al
Señor le agrada. Justamente una de las definiciones que
encontré de guardar, es: "Observar, cumplir lo que se
debe". Repito, no hablamos de guardar la voluntad de Dios como en
un cajón del mueble, es ponerla en nuestros corazones y
vivirla constantemente. Muchas veces no entendemos el por
qué, pero como dice el enunciado, tenemos que "cumplir lo
que se debe". Suceden dos cosas: primero es que Dios todo lo sabe
y segundo que nosotros, numerosas veces, no sabemos realmente lo
que nos conviene, como dice en Eclesiastés 6:12
"¿quién sabe lo que conviene al hombre en su
vida,…"
Sino ha comprendido esto, reléalo y
medítelo, pero no lo pase por alto, es muy
importante.

Mire lo trascendente del tema, que Jesús mismo lo
explicó, como lo relata San Juan, en su evangelio,
capítulo 14, verso 21: "El que recibe mis mandamientos
y los obedece, demuestra que de veras me ama. Y mi Padre
amará al que me ama, y yo también lo amaré y
me mostraré a él."
En la versión Reina
Valera en lugar de "obedece" dice "guarda",
sencillamente porque es lo mismo.

Estos mandamientos de Dios, aunque parecen muchos,
Jesús lo simplificó con solo dos, como Él lo
dice en el evangelio de San Marcos 12:29-31 "El primer
mandamiento de todos es: ‘Oye, Israel: el Señor
nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor
tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda
tu mente y con todas tus fuerzas.’ Pero hay un segundo:
‘Ama a tu prójimo como a ti mismo.’
Ningún mandamiento es más importante que
estos
."

El motivo principal de que el Señor tuviera que
venir a redimirnos, fue que ningún hombre cumplió
con todos los mandamientos como lo dicen el salmo 53:3 y lo
repite San Pablo en la carta a los Romanos 3:10 "No hay justo,
ni aun uno;…
"; y la Ley es una sola, con que se falle en un
solo mandamiento, todo lo demás que hicimos no sirve de
nada. No hay pecado grande ni pequeño, como lo define el
diccionario "cualquier pensamiento,
palabra, deseo, obra ú omisión en contra de la ley
de Dios, o que no llena sus exigencias al compararse con ella" y
continúa "El origen del pecado es un misterio
indescifrable, y por lo tanto, es mucho más provechoso
encaminar nuestras investigaciones a
buscar, por conducto de Cristo, el medio de librarnos de las
penas que nos acarrea tan grave mal…"

LOS TESTIMONIOS DEL
ARCA

Otra de las cosas que guardaba el arca, según la
carta a los Hebreos 9:4 era una copa o urna de oro llena de
maná y el bastón o vara de Aarón.

Cuando el pueblo israelita llevaba dos meses de haber
salido de Egipto, aparentemente sus provisiones escaseaban
según relata Éxodo, capítulo 16, que
comenzaban a murmurar por el hambre. Extrañaban sus
comidas en la tierra egipcia; aparentemente habían
olvidado que allí eran esclavos, por lo tanto no creo que
los debieran alimentar muy bien; y ahora que Dios los
había hecho libres seguían quejándose
(insatisfechos ¿no?) Pero el Señor en su gran
bondad les promete hacer llover pan del cielo; supongo que aunque
vieron abrirse las aguas del mar, que el mar mismo se
tragó sus enemigos, tampoco deben haber creído que
llovería "pan del cielo".

El caso es que en las mañanas llovían del
cielo unas pequeñas semillas redondas y blancas, siendo
estas lo bastante secas para ser molidas y fabricar con su harina
el pan del día. Aunque, en la actualidad, algunos tratan
de relacionarlas con semillas de diferentes especies, lo
inexplicable es que cayó diariamente, durante cuarenta
años, menos el día de reposo de cada semana
(sábado), si se dejaba para la mañana siguiente,
estas se echaban a perder ¡menos las del día
anterior al de reposo (viernes)! que se debían recoger
para dos jornadas y se conservaban bien; pero como siempre, los
hombres tratan de dar respuestas lógicas a todas las cosas
de Dios.

Ahora vamos a lo nuestro, si Dios había mandado
poner en el arca una muestra de este maná
¿qué paralelo habría en nuestras vidas, como
arcas del nuevo pacto? ¿Cuál era el maná que
estaría en nosotros?

Algunos traducen a maná como pan del
cielo, por lo dicho por el Señor, pero en realidad, cuando
cayó por primera vez, los israelitas se decían unos
a los otros ¿man-hu?, que significa
"¿qué es esto?" y de tanto repetirlo, le
quedó por nombre. ¡He aquí una
explicación! En nuestras nuevas vidas deben haber cosas,
reflejos, manifestaciones que no eran comunes a nosotros, en el
viejo hombre antes que Cristo nos hiciera renacer, quienes nos
conocen de tiempo deben decir ¿qué es esto?
que lo ha cambiado tanto, deben decir ¿man-hu?…
El hombre o mujer que fue
renovado en Cristo Jesús; no dice lo que piensa, dice lo
que Jesús diría; no actúa como siempre
actuó, actúa como actuaría Jesús; no
reacciona como siempre lo hizo, reacciona como lo haría
Jesús. Por que como dice Pablo en su carta a los
Gálatas, 2:20 "ya no soy yo quien vive, sino que es
Cristo quien vive en mí
" No soy mas quien era, nueva
criatura soy, he renacido en el espíritu.

¿Es importante esto de renacer? Dijo Jesús
a Nicodemo, un principal entre los judíos,
"Te aseguro que el que no nace de nuevo, no puede ver el reino
de Dios"
Nosotros de la misma manera debemos morir a las cosas
del mundo, y nacer en espíritu, nacer a una nueva vida, en
Cristo Jesús. Lógicamente, que lo que ahora
hagamos, será extraño a quienes nos conocían
de antes, la nueva vida no se nota en los rasgos o
características físicas, la nueva vida se revela
así misma en nuestra actitud frente
a los problemas
cotidianos; todo lo que día a día desgasta a las
demás personas, en nosotros no debe manifestar efecto; no
por que no duela o moleste ¡somos de carne, caramba! sino
por que estamos sostenidos por Él, estamos en Su regazo,
como lo dice el Salmo 91: "El que habita al abrigo del
Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente"

No es que se acabaron los inconvenientes (es mas, seguramente
aumentarán…) es que ya no estamos solos para
enfrentarlos, y si a eso le sumamos que quien está con
nosotros es "Quien todo lo puede", dejamos nuestras
circunstancias en sus manos y las enfrentamos confiados en su
poder, amén.

Capítulo 6:
¿ES UN ADORNO, EL ARCA DE NUEVO
PACTO?

Recuerdo a mi esposa que como madre, cuando nuestros
hijos eran pequeños y querían ayudarla en lo que
ella estaba realizando en la cocina, muchas veces los
participaba, no por que lo necesitara, probablemente le resultara
mas complicado con ellos como "colaboradores", que sola; seguro
que ensuciarían mas cosas, hasta era capaz que voltearan
algo, derramándolo al piso; pero ella por amor les dejaba
compartir las tareas. Demás está decir que si el
trabajo tenía sus riesgos, no
los dejaba acercarse.

De manera similar a lo que acabo de relatarles, Dios
obra con sus hijos, o sea con nosotros, sin necesitarnos, por su
amor nos deja colaborar en su majestuoso plan de
salvación.

Cuando nacimos en el espíritu (tendrá que
leer lo que Jesús le dijo a Nicodemo en San Juan, cap. 3)
ni siquiera podíamos tomar el biberón solos, al
tiempo gateábamos, recién cuando empezamos a
caminar con firmeza, es que Dios nos participa de su obra; antes
no es conveniente, ni para su obra ni para nosotros.

Igual que los niños,
solemos querer hacer la tarea de los grandes; al comenzar a tomar
las cosas en las manos, sin que se nos caigan, ya queremos usar
la batidora de mamá o el taladro de papá. De la
misma manera, al poco tiempo de escuchar el evangelio de
Jesús (cuidado que hay otros…) ya quisiéramos
subirnos a un púlpito, imponer las manos, aconsejar
recién convertidos, de todo…, pero Dios, como Padre
sabio que es, solo nos deja participar en las tareas para las que
nuestro crecimiento alcanza, el no quiere que cuando se nos caiga
un plato o un vaso, al romperse, nos podamos lastimar o asustar;
también está pensando en ese plato o vaso…, que
también son hijos de Él.

Entonces ¿cómo hay recién
convertidos, nuevitos en los caminos de Dios, que son usados con
gran unción? Si lo meditamos, es cierto que también
hay hogares que por uno u otro motivo no están el
papá, o la mamá, hogares donde generalmente el hijo
mayor ("generalmente" no es siempre… y he visto "mayores" que
solo tenían muy pocos añitos) debe cumplir con
alguna de las tareas de la casa; o no pudiendo solo, el padre o
la madre, si o si tienen que recurrir al hijo. Dios
también, si en su obra, no hay adultos espirituales o no
son capaces de realizar el trabajo que Él les manda,
tendrá que usar un "niño espiritual", y si tampoco
hubiera, usará las piedras, pero su obra se llevará
acabo, créame, que es así.

Cuando el Padre requiere nuestra presencia, como hijos
obedientes debemos correr cuando nos lo indique: si alguien que
necesita de Dios, está ante nuestra presencia, debemos
servir a los planes de Dios. Pero para ello debemos conocer bien
ese plan (es lo que Dios mandó escribir en lo que llamamos
Biblia), no solo conocerlo, si no también vivirlo, de no
ser así que caso nos puede hacer quién pretendemos
ayudar, como dijo Jesús en San Mateo 15:14 "Y si un
ciego guía a otro, los dos caerán en algún
hoyo"

¿Nosotros tenemos semejante autoridad para
servir? No sabría decirles exactamente si tenemos la
autoridad, sí le aseguro que Dios usará a cada uno
de acuerdo a lo que haya crecido, y como dijo el apóstol
Pablo en su carta a los Corintios, capítulo 3, que el
crecimiento lo da Dios. Para que nadie se gloríe, ni la
tierra donde fue plantada la semilla, ni quien plantó la
semilla como tampoco el que regó, dan el crecimiento;
nosotros como tierra no tenemos mérito, quien nos trajo la
semilla que es la salvación de Cristo tampoco, ni tiene
mérito quien nos regó con la palabra de Dios;
así como la salvación la dio el Señor, el
crecimiento lo da el Padre.

Bien, ahora ya sabemos que no somos para adornar
ningún lugar, sabemos que vamos a ser usados, no mas
allá de lo que podamos, y no por que nos necesite, si no
por amor a nosotros.

Algo que no debemos pasar de largo, es que un par de
párrafos atrás, les decía que debemos
conocer el plan de salvación de Dios, que está
revelado en la Biblia. Para los que no la han leído mucho
todavía (confío en que comenzarán
hacerlo…) verán que algunas cosas en ella,
están como incompletas

CUANDO BUSQUEN LA PRESENCIA DE
DIOS…

¿Qué tiene que ver, lo que
hablábamos, con el arca? En Éxodo, a partir del
capítulo 33, verso 7, comienza la descripción de la función principal
del arca: "Cuando alguien quería consultar al
Señor, iba a la tienda, la cual estaba fuera del
campamento"
. Dentro de la tienda estaba el arca, sobre la que
descendía la presencia de Dios. Recibía la ofrenda
de sangre, del cordero sin mancha, que había sido
sacrificado frente a la tienda, y entonces Él hablaba a su
pueblo: prometiendo, corrigiendo, guiando.

Nosotros como arca del nuevo pacto, debemos traer las
promesas de Dios, a quien esté necesitado de Él. Es
decir que cuando alguien busque de Dios, Él mismo
descienda sobre nosotros con su palabra (como era sobre el arca
de la alianza), con su presencia, con su ofrecimiento de sanar,
de ayudar y de salvar.

Si voy de casa en casa buscando a González, cada
vez que me atienden a la puerta pregunto si esa es la casa, pero
si al atenderme es un niño en el que puedo ver que
claramente "por la cara es un Gonzalito", directamente pregunto
por el padre. De la misma forma para que ese alguien busque la
presencia de Dios en nosotros, tiene que haber visto algo en tu
vida, en mi vida; al mirar no tiene que ver lo que éramos,
sino lo que ahora somos, la obra de Jesús en nosotros,
tiene que ver a hijos de Dios… entonces nos preguntará
por nuestro Padre.

La pregunta del millón es ¿cómo
debemos parecernos a Jesús? O talvez ¿parecernos en
qué? En esencia, lo que vino a hacer el Cristo en la
tierra, solo fue a cumplir la voluntad del Padre, vino para
terminar la obra de redención que juntos habían
planeado desde antes de la creación del mundo. Como dijo
el apóstol Pablo en su primera carta a los Corintios 11:1
"Sed imitadores míos, así como yo lo soy de
Cristo"
entonces lo que debemos hacer es cumplir con la
voluntad del Padre, colaborar con su plan de salvación,
llevando su mensaje de amor hasta lo último de la tierra.
He aquí, que nosotros como arcas del nuevo pacto, no
podemos llevar algo que no tenemos, por lo tanto es nuestro deber
buscar la palabra de Dios (la llamamos Biblia…) conocerla bien
y "guardarla" ¿recuerda lo que encontramos en el
diccionario sobre "guardar"? El conocer la Biblia con la
guía de alguien que nos la explique, ayuda mucho, pero no
reemplaza el hecho de que la leamos nosotros mismos, no sea cosa
que estemos "cargando" algo que no es el verdadero mensaje de
Dios; mire si en el camino de nuestra vida nos encontramos con
Jesús, y le decimos "justamente estaba llevando tu
mensaje" y que Él nos contestara "discúlpame pero
ese no es mi mensaje, a ese no lo conozco, no se de quien
sea…"

COMO FUNCIONA LO DEL
REVESTIMIENTO

Dijimos que para presentarnos ante el Padre, Él
debe ver en nosotros a su Hijo, también dijimos que los
que busquen a Dios deben ver a Jesús en nosotros
¿pero cómo?

El arca tiene que estar revestida de oro fino, puro; esa
es la santidad que tiene el Cristo, el ser puro y sin mancha,
pero ¿cómo van a ver a Cristo en mi, si no soy un
"santo"? ¡si tengo mas manchas que un tigre! Justamente
estos, son los argumentos que usa quien nos quiere ver perdidos,
Satanás mismo es quien nos acusa constantemente de
nuestros errores, y lo peor de todo es que no necesita mentir,
¡erramos a cada paso! He ahí parte del secreto, a
cada paso nuestro, tenemos al Espíritu Santo
mostrándonos lo que está mal y lo que Dios quiere
de nosotros; pero la otra parte del secreto, es que
también está Jesús siguiendo nuestros pasos,
quien después de que nosotros nos arrepentimos de esos
pecados (ya que el Espíritu nos lo reveló),
Él los quita, cargándolos en su cruz, la que en
realidad debiera ser nuestra cruz.

¿Cómo nos muestra el Espíritu de
Dios nuestros errores? Digo "errores", pudiendo decir "pecados",
pero escuché una definición de que pecado
significaba "errar al blanco", o sea "errar a lo que Dios
quiere". Volviendo al ¿cómo?, no se si es una
receta única o hay otras, pero la forma en que creo, es
que si ponemos los ojos en Jesús, al ver su santidad somos
capaces de descubrir lo que no es santo en nosotros, el contraste
permite el rápido develamiento de nuestras faltas.
Entonces descubrimos que la inseguridad de
si estamos cometiendo algún posible error, es en realidad
que no estamos poniendo los ojos en el Señor; como
también es el motivo por el cual muchos no quieren mirar
al Cristo, ellos ya saben de sus errores, pero no quieren
renunciar a ellos, esto es lo que mas entristece a
Dios…

Aunque no importe que vean los demás de nosotros,
sino lo que Dios ve en nosotros; al revestirnos de la santidad
del Cristo, para presentarnos ante el Padre, entonces los
demás verán cuanto el Señor quiere que vean
de Él. Probablemente todo esto parece un juego de
palabras y hasta resulte difícil entenderlo, pero es
importante, si hiciera falta reléalo tantas veces como
fuere necesario, y que le sea de bendición,
amén.

Capítulo 7:
¿QUÉ DEL PODER?

Una vez que hemos sido transformados por Jesús,
revestidos con la santidad del Cristo y que guardamos la Palabra
de Dios; el Señor comienza a usarnos.

Antes de continuar, quiero que hagamos una
reflexión: nosotros, los cristianos, acostumbramos, desde
los apóstoles inclusive, a llamar "nuestro
Señor"
a Jesús, y aunque en la actualidad tenga
varios significados, el que le corresponde desde la
antigüedad, es como vemos, "Señor: (lat.
seniorem, más viejo). Dueño de una cosa o que tiene
dominio sobre
alguien o algo".
Es decir, que estamos reconociendo que le
pertenecemos ¡que somos de Él! Cómo es que
luego de este reconocimiento, cada vez que algo nos sucede, o que
nos damos cuenta que su voluntad coincide con lo que no
querríamos hacer, comenzamos a quejarnos ¿por
qué yo? ¿por qué eso? ¿por qué
ahí? ¿por qué a esa persona? Se imagina
usted un siervo (sirviente) cuestionándole a su
señor (amo) las órdenes… Sé que es nuestro
Padre, sé que nos ama; pero antes de volver a decir
"… mi Señor, quiero servirte…" no lo diga tan a
la ligera.

Ya hablamos de que Dios comenzará a usarnos para
mostrar al mundo, de lo que Él es capaz de hacer con las
vidas, así como hizo con las nuestras. Pero no es un
Señor que nos envía a trabajar la tierra solamente
con nuestras manos, Él nos provee de todas las
herramientas necesarias para la labor que nos encomienda, estas
herramientas son de Él (algo para recordar…) nos las da,
pero luego nos preguntará que hicimos con ellas. Este es
uno de los motivos por lo que no nos da todas las que
quisiéramos usar, sino las que Él sabe que podemos
usar; se imagina si para labrar la tierra le diera a un
niño un tractor, si es muy pequeño ni un rastrillo
le daría. Las "herramientas" que nos provee son
lógicamente de acuerdo al crecimiento de cada uno y de las
ganas de servir, sin mirar la dureza del terreno, ni lo pesado
del trabajo. Otro problema muy común es que debido a un
posible enceguecimiento por obtener una herramienta tal, no nos
damos cuenta de que nos ha dado ya, varias herramientas que no
estamos usando.

¿Pero cuales herramientas? Estas herramientas son
los dones con que el Espíritu Santo nos equipa para la
tarea que nos encomienda servir Jesús. Esto es lo que dice
el apóstol Pablo en su primera carta a los Corintios 12:4
"Hay en la iglesia
diferentes dones, pero el que los concede es un mismo
Espíritu. Hay diferentes maneras de servir, pero todas por
encargo de un mismo Señor."
o lo que es lo mismo
"ministerios"
en vez de "maneras de servir"de acuerdo a la traducción
que tengamos a la mano. Aunque en este capítulo de la
Biblia podemos ver varios dones espirituales, hay muchos mas, ya
que "don" es todo lo que Dios nos da, sin que lo merezcamos, es
decir, por gracia. Esto último es muy importante de no
olvidar; Jesús mismo lo dijo cuando anunció el
poder que nos estaba dando, como discípulos suyos, en San
Mateo 10:8 "Ustedes recibieron gratis este poder; no cobren
tampoco por emplearlo"
o mas conocido como está en la
versión Reina-Valera "de gracia recibisteis, dad de
gracia
"Ahora, si no sabe cual es ese poder que Dios ya le
dio, búsquelo en la primera parte de ese verso, Mateo
10:8; luego aprenda a usar esa herramienta que ya tiene en las
manos y no lo sabía.

MANOS
A LA OBRA

Si, ya sé que cuando leyó lo que le
recomendé en el párrafo
anterior, si continuó hasta el verso 16 en adelante, se
encontró con que vendría los problemas… pero
¿usted que pensó, que lo enviarían a arar un
tierra ya trabajada, a sembrar una tierra que ya tiene frutos?
¡¡ No mi querido amigo!! Donde Dios lo necesita usar,
es donde la tierra tiene cascotes (llámele: corazones
duros), donde la tierra está vacía y muerta
(llámele: sin fruto, sin amor), donde la tierra
está reseca, agrietada (llámele: corazones
heridos).

Donde el Señor lo envía a trabajar,
llámele como quiera, pero para usted y la tierra, ese
trabajo es bendición. No hay alegría y gozo mas
grande para el labrador y la tierra, que el ver crecer el fruto,
ya ni recuerdos quedan de la dura labor para el siervo, ni del
dolor de la tierra cuando rompieron sus cascotes, el gozo de ver
el fruto supera todo. Es igual que la madre cuando le muestran su
recién nacido, ella está incómoda, sudada,
agotada, pero no piensa en los nueve meses ni en el doloroso
parto, ese
gozo lo supera todo, el ver el fruto lo llena todo.

Recordemos que ya somos el arca del nuevo pacto, por lo
tanto tenemos, por sobre todas las cosas, el poder de la
presencia misma de Dios en nosotros. A nuestro paso se
abrirán las aguas, el enemigo caerá derrotado, se
sanarán los enfermos, los incrédulos verán
cosas que ojos no han visto (ni nosotros tampoco…) no por
nuestro poder, pero si por el poder de quien habita en nosotros:
el Espíritu de Dios. Relata la Biblia, en el libro de los
Hechos, 5:15-16, que "Y sacaban los enfermos a las calles,
poniéndolos en camas y camillas para que, al pasar Pedro,
por lo menos su sombra cayera sobre alguno de ellos.
También de los pueblos vecinos a Jerusalén
acudía mucha gente trayendo enfermos y personas
atormentadas por espíritus impuros; y todos eran
sanados."
Espero que usted no crea que se sanaban por el
apóstol San Pedro (yo tampoco), exactamente como lo
está pensando: el poder era del Espíritu Santo que
había en él. Sí, el mismo apóstol que
había negado a Jesús tres veces en su debilidad de
hombre ( no lo acuso, muchas veces con nuestras actitudes y
palabras, también negamos al Señor, ¿o
no…?), que después de la fiesta de Pentecostés,
en que recibieron la llenura del Espíritu Santo, su vida
fue totalmente transformada.

Pedro a pesar de que llevaba unos años caminando
con el maestro, seguía siendo el pescador, el hombre de
trabajo, de pocas palabras, no era entendido en las Escrituras,
era un arca del nuevo pacto, pero estaba vacía; cuando
momentos después de recibir el Espíritu de Dios,
comenzó un discurso tras
el cual se convirtieron alrededor de tres mil personas, fue
ahí que comenzó su trabajo apostólico, ahora
que estaba envestido de la presencia de Dios; es decir que el
arca ya tenía el maná, el bastón, las Tablas
de la Ley y por sobre todas las cosas, el poder de Dios se
manifestaba en él. Todo esto está en el segundo
capítulo del libro de los Hechos de los
Apóstoles.

Pedro no era un hombre especial ni distinto, era como
usted o como yo, la única diferencia que tenía, era
que había decidido caminar tras los pasos del
Señor. El apóstol era el mismo hombre que
había dudado -Mateo 14:22- ; que había temido,
negando al Señor -Mateo 26:69, Marcos 14:66 y Juan 18:15-
por estos hechos vemos que no hablamos de un súper hombre;
sino que Dios a la hora de usarlo, primero lo proveyó de
las herramientas necesarias para la tarea. Pareciera ser que le
dio muchas herramientas y de las mas poderosas, pero recordemos
que Pedro, como sus compañeros, lo dejó todo y
siguió al Maestro; le creyó al Señor y se
bajó de la barca; sí, le negó, pero se
arrepintió… He aquí otro gran secreto, no dejamos
de pecar, pero de cada uno de esos pecados, ahora nos debemos
arrepentir de corazón.

¿Entonces se le terminaron a Pedro los problemas?
No, muy por el contrario, fue a la cárcel, fue golpeado,
intentaron matarle, lo persiguieron e inclusive cuenta la
tradición que muy probablemente murió en la cruz (
muerte normal de castigo de esa época) Es posible que en
ese momento él recordara las palabras del Maestro:
"…cargue con su cruz y sígame." No esperemos que
nuestra vida de cristianos sea color de rosa ni
liviana ya lo dijo el Señor "el mundo los odia, porque
ya no son del mundo"
Justamente si recibimos alabanzas por
nuestros actos y reconocimientos por las acciones, es que debemos
abrir bien los ojos, posiblemente estemos errando en algo y el
enemigo quiere que nos vanagloriemos o que no veamos nuestro
error.

Medite todas estas cosas que Dios nos ha revelado,
recuerde las herramientas que el Señor prometió, y
créalo en su corazón. En el siguiente
capítulo veremos mejor para que sirven las herramientas,
amén.

Capítulo 8: A
TRABAJAR LA TIERRA

En el capítulo anterior veíamos que el
Espíritu Santo nos proveía de herramientas, pero
¿para qué queremos herramientas? o ¿para
qué nos las da? La comparación que hace
Jesús de la tarea principal que nos encomendó, la
de llevar las buenas nuevas de salvación, con la del
trabajo de labriego, nos da una respuesta. El llevar el mensaje
de salvación es comparable con el de plantar una semilla,
es decir algo pequeño, que si hecha raíces y se
nutre correctamente, siendo apta la tierra, esta semilla
producirá una planta, la que traerá a su vez, su
correspondiente fruto.

Si bien, quien trajo al mundo la semilla de
salvación fue el Señor, también es cierto
que primero envió a Juan el Bautista a preparar la tierra,
ya que poco tiempo antes del comienzo del ministerio de
Jesús, Juan proclamaba, como lo relata San Mateo 3:2
"¡Vuélvanse a Dios, porque el reino de los cielos
está cerca!"
Y si llevamos esto a la parábola
del sembrador (si no la conoce, búsquela que vale la pena,
está en Mateo 13, Marcos 4 y Lucas 8) podemos ver la
importancia que tiene el terreno donde cae la semilla, si la
aceptará, si la nutrirá o si la
rechazará.

Si el mensaje de Dios para vida eterna es la semilla, el
testificar de lo que el Señor a hecho en nuestra vida, es
preparar la tierra. Es muy probable que nadie me escuche si salgo
por las calles diciendo lo que Dios me manda a decir, a pesar de
que la Palabra de Dios tiene poder, restrinjo el poder sino logro
que primero abran sus oídos. ¿Cómo lo
consigo? Simplemente relatando o mostrando lo que soy ahora, y si
no me conocían de antes, también les relato lo que
fui, o sea que doy el testimonio de lo que el Señor ha
hecho conmigo. Después de esto, no sé si todos,
tampoco sé si inmediatamente, pero estoy seguro que la
tierra estará mas receptiva, es como removerla,
ararla.

Es para este trabajo que Dios me proveyó de las
herramientas necesarias, que son los dones del Espíritu
Santo, son esas manifestaciones extraordinarias del poder divino
las que hacen que los corazones estén dispuestos a recibir
el verdadero "gran milagro": el ser hechos hijos de Dios, el de
una eternidad junto a Él.

Es muy importante digerir esto último, ya que
muchos magnifican los milagros de parte de Dios ( que no son para
menos, pero que también los imita Satanás…) pero
estos son solo para que quien no creía o no
conocía, se acerque a la promesa de vida, que es
Jesús el Cristo.

No me vaya a mal interpretar, sé que Dios nos
hizo un montón de promesas de sostenernos, de
fortalecernos y de protegernos como lo haría todo padre a
su hijo; y se también que lo hace de una forma mas que
sobrenatural (doy testimonio personal de ello) pero ni aún
cuando levantó a Lázaro de la tumba es comparable
con la vida eterna que le regaló al mismo Lázaro.
El primer hecho es maravilloso, el segundo es incomparable
¿me explico? Sino vuélvalo a leer, es importante ya
que usted como yo, si tenemos la fe suficiente, como arcas de
Dios poseemos el poder de lo alto para que se realice un milagro
como el primero, pero el segundo solo el Hijo de Dios lo puede
hacer, nadie mas puede dar la vida eterna. Si alguien opina lo
contrario cuídese, no creo que al Padre le guste que
menosprecie el sacrificio de su Hijo en la cruz del Calvario,
amén.

Estoy tentado a seguir enumerando las cosas que Dios ha
puesto en nuestras manos, para que hagamos lo que debemos hacer;
pero siempre he renegado de los libros que continúan
página tras página cuando ya no tienen nada que
decir, solo porque ya han dicho lo que debían decir (medio
trabalenguas ¿no?).

CONCLUSIÓN

Como ya hemos visto, al igual que el Arca de Pacto;
somos la obra perfecta del Señor en sus manos, para algo
útil; estamos revestidos por lo mas precioso que hay, su
salvación; estamos coronados, auque no lo merecemos, con
la vida eterna; nos cubre el Propiciatorio de su entrega en la
cruz, allá en ese "…sitio llamado
Gólgota,…"
; contamos con el poder de la presencia
del Dios en nuestras vidas. Llevamos dentro nuestro, las tablas
de lo que el Padre quiere de nosotros; también tenemos el
bastón, señal de nuestro sacerdocio, de llevar el
mensaje del Hijo; y contamos con el Espíritu Santo para
que al vernos pronuncien ¿man-hu?, ¿maná? es
decir ¿qué es esto? ¿qué tiene, esta
persona? Somos realmente el Arca del Nuevo Pacto, no lo
dude…

Al terminar de leer esto, si lo desea, puede cerrar sus
ojos, levantar las manos al cielo y decirle:

-Gracias Padre, gracias Hijo, gracias Espíritu
Santo por la vida, por la salvación, por la vida eterna.
Gracias porque ahora sé que cuando avance por el mundo,
llevando tu mensaje, se abrirán las aguas que quieran
ahogarme, se caerán los muros que quieran detenerme, mi
enemigo será derrotado por tu mano y tu poder se
mostrará a mi paso cuando cumpla la gran comisión,
la de llevar tu mensaje hasta lo último de la tierra…
Solo eso estás esperando para venir, que todo hombre
reciba tu mensaje de amor, que todo el mundo escuche tu palabra,
solo estás esperando a que yo me ponga en acción,
gracias por confiarme el ser el Arca del Nuevo Pacto,
amén, amén y amén.

 

 

Autor:

Luis Emilio Retta

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Que mi Dios los bendiga ricamente

Luis Emilio Retta

Villa Mercedes, San Luis, Argentina

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