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¿Cómo afectan los celos patológicos la relación de pareja? (página 2)



Partes: 1, 2

Que estas conductas se presentan y varían en el ser
humano , de acuerdo al entorno cultural y el concepto de
propiedad que
se maneje, de igual forma son poco comunes las sociedades en
las que no se presenten celos y paradójicamente son las
más subdesarrolladas y lejanas de los centros
civilizados".

La sociedad
capitalista, por ejemplo, da lugar a este fenómeno por su
carácter de posesión y exclusividad.
Estos efectos se ven claramente plasmados en instituciones
como el matrimonio, las
relaciones de noviazgo y unión libre, entre otros.
Planteando los celos en este contexto se evidencia la manera en
que la pareja se siente dueño de los pensamientos,
sentimientos y acciones del
otro, llegando así a concebirlo como una posesión y
adquisición.

Se dan, entonces, variables como
el machismo, que socioculturalmente es evidente a la hora de
describir una situación en la que se presenten los celos,
debido al papel que desempeña la mujer en la
pareja: debe ser fiel y leal a su compañero sentimental,
para no dar lugar a burlas ni poner en duda su virilidad; sin
embargo existe la aceptación de la infidelidad masculina
considerándola incluso inevitable, dada la insaciable
naturaleza
sexual del varón. De esta forma los valores de
la mujer se ven
pisoteados antes de poderlos manifestar ante la sociedad, debido
a las actitudes de
sumisión que tienen dentro de la pareja, a la
permisividad, la inasertividad y a las propias ideologías
que las ubican en un papel pasivo ante situaciones que ameritan
ser tomadas en cuenta como el maltrato físico y
psicológico por parte de su pareja.

"Jeff Bryson, un pionero de la
investigación en esta área, registro en los
hombres una tendencia más activa a expresar sus celos:
dicen más a menudo que quisieran forzar una
discusión, atacar a su rival o a su mujer. Las cifras
referidas a golpes y homicidios por
celos indican que cumplen su palabra: suelen atacar a su mujer
antes que al rival, dado que ella es mujer y es accesible.
Mientras que el rival es hombre y esta
distante."

En el contexto Colombiano, las principales víctimas de
los celos son las mujeres, un hecho que según la
antropóloga Myriam Jimeno, autora del libro "Crimen
Pasional" , tiene que ver con "las jerarquías de género que
implican una relación de dominación y
subordinación que desde el punto de vista social es
inequitativa".

Esto se debe a que muchas mujeres no denuncian porque temen
que al hacerlo se agrave su situación o las deje expuestas
a posibles venganzas o a ser abandonadas y así quedar
privadas de recursos
económicos que afectarían su estabilidad y la de
sus hijos. "Prefieren aguantar con sumisión el problema
antes que hacerlo público -asegura la psiquiatra
María Clara Sánchez-. Y lo peor es que no creen que
las leyes las
protejan".

El problema no sólo tiene profundas repercusiones
sociales, también afecta la economía. Cada año, según
estadísticas, se pierden en el país
más de 51.914 años de vida saludable (Avisa) por
cuenta de la violencia de
pareja. 

Según Medicina
Legal, en domingos y días festivos, las denuncias se
duplican y las horas más críticas son entre las
6:00 y las 12:00 p.m. Por otra parte, las agresiones y maltratos
ocurren con más frecuencia en las ciudades que en las
zonas rurales: de cada 10 casos denunciados, nueve son en la
ciudad.

Según las estadísticas del primer semestre de
este año, Bogotá ocupa el primer puesto en
violencia por celos con 1.352 casos, seguida de Cali con 290 y de
Medellín con 225. "Hay más casos en las ciudades
porque el país es más urbano y la mujer ha cambiado
su rol social  -señala el Director de Medicina
Legal-. Pero hay hombres que se resisten a aceptar que ellas son
ahora más independientes y actúan en
consecuencia".

Luego de realizar esta breve descripción de la concepción
sociocultural de la problemática, es
necesario articular y diferenciar los diferentes tipos de
celos, las características de las personas que los
padecen, la relación entre su definición y el
concepto de salud mental;
para orientar la respuesta que surge a partir del siguiente
interrogante: ¿Cómo afectan los celos
patológicos la relación de
pareja?

DESCRIPCIÓN DEL FENÓMENO DE
ESTUDIO

Desde el punto de vista psicológico, los celos
son considerados como un "conjunto de sentimientos relacionados
con una situación de rivalidad en la que el individuo
siente amenazada la posesión de algo
psicológicamente esencial para conservar la confianza y la
seguridad en
sí mismo, especialmente en las relaciones con las personas
afectivamente más próximas".

Estos son aceptados en algunas culturas como algo
"normal", aunque en ocasiones pueden convertirse en una amenaza
para quien los padece y para quien los soporta. Pueden dar lugar
a alteraciones, desestabilización de la pareja, divorcios,
conflictos,
dificultades en la
comunicación, agresiones verbales y físicas,
incluso provocar homicidios o suicidios.

Se podrían catalogar, entonces, como una
enfermedad mental, de acuerdo a la definición de la OMS,
pues quienes los sufren viven una existencia desgraciada, porque
no solo con ello siembran su propia desdicha y tormento, sino la
del ser amado y las personas del entorno familiar. Esto a su vez
afectaría el normal funcionamiento de su vida impidiendo
realizar los ideales, resolver problemas de
forma adecuada y tomar decisiones acertadas.

Los celos sanos consisten en una preocupación por
la posible pérdida de la persona amada o
malestar por la relación real o imaginada que esa persona
tiene con alguien más. Esto a veces causa algunos
problemas en la pareja pero no son demasiado serios ni producen
un malestar intenso a ninguno de sus miembros.

Por el contrario, los celos patológicos
están acompañados de intensos sentimientos de
inseguridad,
auto-compasión, hostilidad y depresión,
y suelen ser destructivos para la relación. Las personas
que los sufren están exigiendo o demandando
que su pareja no debe, bajo ningún concepto, implicarse
emocional o sexualmente con otras personas. Algunas
características de estas son los temores obsesivos, y
ansiosos; tienden a buscar las pruebas de la
existencia de un posible engaño y rechazan todos los
argumentos racionales de todas las personas cercanas, la ansiedad
puede aparecer por miedo ante la posibilidad de perder lo
deseado. Otra característica fundamental se presenta en
cuanto a su forma de pensar, es la amenaza e inseguridad
constantes en sus propios atributos. Generalmente tiene
sentimientos de ira, mal humor, temor, baja autoestima e
inestabilidad. En cuanto a su forma de actuar es impulsiva y
envidiosa, padecen irritabilidad e intolerancia por la
incapacidad de frenar los pensamientos negativos que pueden
llegar a ocasionarle perturbaciones, no sólo
psicológicas sino fisiológicas como alteraciones en
el sueño.

LOS CELOS
PATOLÓGICOS

Nos encontramos, en esta oportunidad, hablando sobre los
celos.

Ese "Conjunto de sentimientos
relacionados con una situación de rivalidad en la que el
individuo siente amenazada la posesión de algo
psicológicamente esencial, para conservar la confianza y
la seguridad en sí mismo, especialmente en las relaciones
con las personas afectivamente más
próximas"
.

Esos celos que en ocasiones se convierten en amenaza
para quien los padece y para quien los soporta y, que
además, se pueden tornar patológicos, cuando
están acompañados de intensos sentimientos de
inseguridad, auto-compasión, hostilidad y
depresión. Los mismos que pueden dar lugar a alteraciones,
desestabilización de la pareja, divorcios, conflictos,
dificultades en la comunicación, agresiones verbales y
físicas e incluso provocar homicidios o
suicidios.

Abordar este tema desde distintos ámbitos, es
importante para discriminar hasta qué punto son normales y
cuándo inicia una patología a causa de
éstos.

Por otra parte, es necesario para distinguir el tipo de
tratamiento a seguir y así lograr cambios en la
relación de pareja, desarrollar la autoestima y seguridad,
crear autonomía, evitar pensamientos irracionales y
fortalecer el diálogo,
la confianza y el contacto con el otro, en fin, para hacer
nuestra vida más funcional.

Con este propósito se realiza el presente
informe, en el
cual se tiene en cuenta el seguimiento de una ruta
epistemológica que incluye el abordaje de diversas
psicopatologías relacionadas con los celos, desde las
cuales se establecen bases argumentativas que dan cuenta de la
problemática que ocasiona el padecerlos. Gracias a esta
ruta de conocimiento
se establecerá de principio a fin cuáles son los
elementos tomados en cuenta para resolver el siguiente
interrogante:

¿Cómo afectan los celos
patológicos la relación de
pareja?

Se utilizan recursos lógicos para dar orden a los
hechos, datos y
proposiciones acerca del fenómeno de estudio, estos
recursos son la comparación de diferentes
psicopatologías que llevan a padecerlos, la
descripción de una relación de pareja y de los
celos, desde la cual se realiza una distinción de lo
normal y lo patológico en ellos.

Así mismo, se utilizarán algunos
instrumentos como el análisis de datos estadísticos sobre
los celos en Colombia y sus
implicaciones en la relación de pareja, lo cual permite
realizar un sondeo de las principales consecuencias de
éstos, establecer quién ejerce más control sobre la
pareja, distinguir cuáles son los comportamientos celosos
de los cuales las mujeres se quejan, determinar las causales de
crímenes pasionales, darnos cuenta de las ciudades de
Colombia en las que se presenta con mayor frecuencia esta
psicopatología, también a dar una mirada de
cómo se dan éstos a nivel mundial y de observar
qué cantidad de los asesinos que hay en algunos
países presentan celos patológicos, finalmente se
destacará el porcentaje de individuos que sienten mayor
agravio ante la infidelidad sexual, para ello se utilizan
gráficas que permiten observar
detalladamente los datos.

Para terminar se propondrán ciertos elementos que
permiten al terapeuta determinar las características que
predisponen a que una persona presente un cuadro
celotípico y algunas herramientas
para evaluarlos.

En este orden de ideas, se da inicio al desarrollo de
este segundo informe, teniendo en cuenta los aspectos más
importantes de dicho fenómeno de acuerdo con los datos
encontrados en una primera entrega, que sirvieron como insumo
para direccionar este proyecto.

Los celos existen entre amigos, familiares, conocidos y
en pareja, por ello al hablar de éstos es necesario hablar
de la relación en pareja, ya que es en ella donde se
presentan con mayor fuerza.

Existen diferentes tipos de relaciones de pareja, entre
las que se encuentran el noviazgo, la convivencia, el matrimonio
y las parejas de hecho; todas éstas, con peculiaridades
que las diferencian, esencialmente en lo relacionado a la
imagen que
proyectan en la sociedad. Éstas a su vez, adoptan muchos
matices, pueden ser pasionales, por compañía, por
atracción y frías. Pero en todas, en primera
instancia existe un factor decisivo y es la atracción
hacia el otro, la cual es punto clave para el desarrollo de la
misma. Para iniciar una descripción de cómo se dan
este tipo de relaciones, es importante, exponer algunas teorías
referidas al tema.

La mayoría de los estudios psicosociales*, se han
centrado en explicar los factores que influyen en la
atracción, concluyendo que ésta se encuentra
mediatizada por la proximidad, el aspecto físico, la
estima , la similitud y la complementariedad personal
.

Existen también teorías como la de la
recompensa, basada en la noción de que las personas que
están asociadas con recompensas o sentimientos agradables
son queridas y el modelo de la
equidad, el
cual propone que el grado de satisfacción en la
relación de pareja se da mejor cuando las razones son
iguales, es decir los costos y
beneficios están equilibrados.

Teniendo claro, este primer paso en la construcción de una relación, se
procede al inicio de ésta, en el cual se define el
mantener un compromiso de amor, respeto,
permanencia, fidelidad, sexualidad,
convivencia, conveniencia, así como otros aspectos que
pueden ser los causantes de establecerla, para ello se debe tener
presente que estas referencias están marcadas por el tipo
de sociedad y familia de la que
proviene cada miembro.

Por lo general, las personas deciden iniciar una
relación de pareja después de compartir cierto
periodo de tiempo,
durante el cual fue naciendo un sentimiento de compatibilidad
entre ambos. Esta percepción
se fundamenta principalmente en el trato recibido que tiende a
ser agradable, considerado, delicado y afectuoso. A medida que la
relación avanza y conocemos más de la otra persona
nos da la impresión que algo ha cambiado en él o
ella. Es aquí cuando comienzan a ponerse en evidencia los
factores que influyen en los supuestos cambios que se reflejan.
Es importante considerar que normalmente la primera
atracción que sentimos por otra persona es a nivel
físico, y a medida que esta atracción disminuye
podría comenzar a sentir que hay algo diferente.
Obviamente al atravesar etapas, una relación se va
modificando y el trato entre sus miembros también y a
medida que transcurre el tiempo es natural que sucedan ciertas
situaciones que de alguna manera nos incomoden, esto puede ser
algo que nuestra pareja haga, diga o sienta.

Con todo lo anterior, es importante establecer que en
estas relaciones se juegan un sin fin de situaciones
actitudinales, que día a día hay que salvaguardar
para que evolucionen. Dichas actitudes pueden ser favorables o
desfavorables para el crecimiento o deterioro de la
relación, lo cual depende en gran medida de cada uno de
los integrantes de la misma, así como de sus propias
estructuras
emocionales. Por esto, mantener una relación de pareja se
torna difícil, puesto que estamos hablando de sensaciones,
pensamientos, emociones, que se
pueden dar desde los

opuestos tales como: confianza/desconfianza; respeto/
irrespeto comunicación/olvido;
compañía/soledadဦ

Asimismo, se ven involucradas distorsiones del amor como
puede ser el caso de la celotipia, la cual muchas personas la
consideran justificada a través de decir que "es producto del
amor lo que hace que se encuentren en una posición de
celos; incluso en algunas ocasiones hay individuos que llegan a
considerarse así mismos víctimas de una falta de
amor por parte de su pareja".

Con el propósito de reseñar con mayor
profundidad aspectos relacionados con la problemática de
los celos en pareja, se procede, ahora a realizar una
distinción entre lo normal y lo patológico de
éstos y a describir algunas psicopatologías que
conllevan a un cuadro celotípico.

Tratadistas como Mira y López y Di Tullio,
están de acuerdo en que a veces resulta muy difícil
establecer límites
entre los celos normales y los celos patológicos. Sin
embargo, realizar una distinción entre estos tipos es
necesario para dar una descripción de los mismos y hacer
una caracterización de las personas que los
padecen.

Los celos sanos consisten en una
preocupación por la posible pérdida de una persona
amada o malestar por la relación real o imaginada que esa
persona tiene con alguien más, pueden
considerárseles normales, ya que son frecuentes entre la
población y no constituyen un trastorno
psicopatológico. Quienes sienten este tipo de celos
prefieren que sus parejas permanezcan con ellos y no desean que
tengan una relación demasiado íntima con nadie.
Esto a veces causa algunos problemas en la pareja pero no son
demasiado serios ni producen un malestar intenso a ninguno de los
miembros. Los celos son no patológicos, cuando existiendo
motivo racional para sentirlos, la reacción emocional no
hace perder la capacidad de entender y dirigir
acciones.

Los celos patológicos se pueden considerar
como una enfermedad porque son aquellos que, siendo infundados o
incluso fundados, obsesionan de tal manera al que los padece, que
repercuten negativamente en sus sentimientos y en su comportamiento. Están acompañados de
intensos sentimientos de inseguridad, auto-compasión,
hostilidad y depresión, y suelen ser destructivos para la
relación.

Algunas características de éstas son los
temores obsesivos, y ansiosos; tienden a buscar las pruebas de la
existencia de un posible engaño y rechazan todos los
argumentos racionales de todas las personas cercanas, la ansiedad
puede aparecer por miedo ante la posibilidad de perder lo
deseado.

Otra característica fundamental se presenta en
cuanto a su forma de pensar, es la amenaza e inseguridad
constantes en sus propios atributos. Generalmente tiene
sentimientos de ira, mal humor, temor, baja autoestima e
inestabilidad. En cuanto a su forma de actuar son impulsivas y
envidiosas, padecen irritabilidad e intolerancia por la
incapacidad de frenar los pensamientos negativos que pueden
llegar a ocasionarle perturbaciones, no sólo
psicológicas sino fisiológicas como alteraciones en
el sueño.

La diferencia entre ambos tipos de celos
está en que en vez de preferir y desear que su pareja
esté sólo con él o ella, las personas con
celos patológicos, están exigiendo o demandando que
su pareja no debe, bajo ningún concepto, implicarse
emocional o sexualmente con otras personas.

Otra diferenciación respecto a los celos
patológicos se da en cuanto a su manifestación;
"Los estudios realizados prueban que la forma de reaccionar,
es en general distinta en hombres y en mujeres. Según
ciertos autores los celos siguen un patrón universal: los
hombres sufren de celos sexuales y las mujeres celos emocionales.
Es decir, para ellos lo más duro es que su pareja se
acueste con otras personas. Para ellas, sin embargo, la idea
insoportable es la de que su pareja se enamore de
alguien"
.

En las mujeres, se manifiestan mediante un
comportamiento histérico y depresivo (amenazas de suicidio), con
un componente de culpabilidad
intenso (debido a que se trata de comprender dónde han
fallado, qué han hecho mal, atribuyéndose a ella
misma, buena parte de la culpa de lo que sucedió),
mientras que los hombres reaccionan a través de
síntomas paranoicos y obsesivos (actitudes
agresivas).

Según autores como Altavilla y Mellusi, se puede
dar cuenta que, a parte de la diferenciación de
género y de la tipología de los celos, hay que
tener presente que éstos también pueden ir
acompañados o están predispuestos por algunos
trastornos y que, dependiendo de éstos, se
darán los diversos rasgos de personalidad
característicos en los individuos que los
padecen.

Mellusi plantea que éstos se manifiestan bajo
forma obsesiva, y bajo forma de accesos de ansia en los
epilépticos, los alcohólicos, los
neuropáticos, las enfermedades
orgánicas del cerebro, la
demencia senil, la menopausia, la parálisis progresiva, el
alcoholismo
crónico, en los paranoicos y en la herencia
patológica.

Entre las causas patológicas de los celos,
Altavilla, comparte con otros autores, el alcoholismo, la
paranoia y las formas esquizofrénicas que se revelan
mediante la disociación. Pellegrini anota, que se
presentan cuando el sujeto activo los manifiesta de modo
psicopático o de perversión sexual.

El delirio de los celos del paranoico, talvez sea el
aspecto psiquiátrico más estudiado; Noyes, en su
tratado de Psiquiatría Clínica Moderna
describe la paranoia alcohólica como falsas percepciones
de celos e infidelidad.

El síndrome paranoico es muy
característico de las personas que interpretan gestos,
palabras, actitudes de las personas con quienes se relaciona,
como referidas a él y en el significado preconcebido por
él mismo.

"Se ha dicho que el afectado de un delirio de los celos
en forma obsesiva, es un paranoico del honor sexual, lo
que significa que por fuera de su delirio es una persona normal,
ya que su psiquis esta alterada en su integridad pero solo en la
producción de manifestaciones
psíquicas morbosas y que según Mellusi pueden
manifestarse en tres distintos modos: obsesivos, afectivos e
impulsivos." Los celos que surgen como consecuencia de un
estado
psíquico de naturaleza paranoide tienen como
característica, al igual que las demás enfermedades
que los predisponen, cuando se trata de la obsesión de la
infidelidad, lo absurdo de la acusación, la temeridad de
las pruebas aducidas, lo fantasioso de las conductas censuradas y
que le sirven al paranoico para tratar de justificar sus
reacciones contra la persona celada.

Los celos patológicos se pueden dar en algunas
formas de neurosis,
especialmente en la neurastenia y la sicastenia, se presentan
cuadros de depresión, trastornos sexuales, temor que
posibilita la irrupción de los celos
infundados.

En la histeria se presenta como síntoma
psíquico la seudología fantástica, o
tendencia a deformar y a la discrepancia con la verdad, pues se
traman historias fantásticas y tragedias en las cuales el
que los padece, actúa como protagonista. Se presentan
también en el intoxicado crónico, en el alcoholismo
crónico es muy frecuente el delirio de infidelidad
conyugal.

En los alcoholizados, el delirio celoso es
típico, puesto que en las ilusiones y alucinaciones
refuerzan el delirio de interpretación. En la esquizofrenia,
también existen alucinaciones afectivas, con
representaciones de adulterio. El
esquizofrénico deduce presagios de traición amorosa
y se puede llegar a representar falsas percepciones o
completarlas con elementos imaginados. Interpreta errónea
y paradójicamente lo que ha visto, las ideas delirantes de
persecución se convierten en celos y ello conduce a
experimentar cólera
y agresión.

Las personalidades sicopáticas, especialmente los
inseguros se consideran incapaces, para ocultar su sentimiento de
inferioridad ostentan superioridad y mortifican con una constante
actitud
celosa; en ellos predomina el odio y el resentimiento, antes que
el amor
herido.

Los celos patológicos, a su vez, están
ligados a diferentes trastornos de la
personalidad, en este caso se profundizará en el
paranoide, por dependencia
y el esquizoide que dan al
individuo una percepción diferente y guían su forma
de comportarse.

La celotipia o pasión de los celos; según
Alain Krotenberg (2001), tiene su origen en la misma personalidad
del celoso. Según éste, en toda enfermedad de celos
se produce una especie de paranoia, la cual determina una
fijación de ciertas ideas, que quedan como ancladas en lo
profundo de la personalidad, y nada las remueve de
ahí.

El trastorno paranoide de la personalidad se
caracteriza principalmente por la presencia, de un modo
generalizado y permanente, de una desconfianza excesiva e
injustificada hacia los demás.

Las personas con este trastorno son mal pensadas,
recelosas, siempre piensan que los demás les están
intentando engañar o perjudicar de algún modo. Por
esto suelen estar alerta de todo lo que los otros dicen o hacen,
interpretando, muchas veces sin motivo, que están tramando
algo contra ellos. No creen en la lealtad de los otros y siempre
piensan mal de los desconocidos, incluso de sus personas
más allegadas. Esta falta de confianza la transmiten a los
demás, de tal modo que se crea una mutua sensación
de desconfianza, generada por ellos, que sirve para reforzarles
en su actitud inicial. Difícilmente son capaces de lograr
lazos verdaderamente sanos, sencillos, abiertos, naturales,
espontáneos y sinceros.

En este tipo de personalidad, los celos suelen ser
frecuentes. La desconfianza se extiende también a esta
faceta en un sentido amplio. Suelen tener siempre en la cabeza la
posibilidad que su pareja les pueda engañar en todos los
planos, no solamente en el afectivo o sexual, sino también
en el económico, con los hijos, etc. Tienen ideas
delirantes y se convencen de que su pareja es infiel (trastorno
delirante paranoide, tipo celotípico), pero otras veces,
el delirio tiene otros contenidos. Pueden creer que alguien les
está persiguiendo, vigilando o perjudicando (tipo
persecutorio), que alguna persona muy importante está muy
enamorada de ellos (tipo erotomaniatico), que tienen algún
defecto físico o enfermedad corporal (tipo
somático), o que poseen una capacidad peculiar,
mágica, paranormal (tipo grandioso).

Además de estar relacionados con este tipo de
personalidad, los celos patológicos también
están ligados a otros trastornos como lo son el trastorno
por dependencia y el esquizoide.

El trastorno por dependencia es la necesidad
clara de que se ocupen de uno, lo que ocasiona un comportamiento
de adhesión y temores a la separación. Los sujetos
con este trastorno tienen a menudo grandes dificultades para
tomar decisiones cotidianas, si éstas no se ven apoyadas
por los demás, suelen ser pasivos, les es difícil
iniciar proyectos o hacer
las cosas independientemente. Creen que necesitan ayuda para
comenzar y seguir con la tarea.

Tienen miedo de valerse por ellos mismos o hacerse
más competentes por miedo a que los demás les
abandonen. Esta necesidad de vínculo suele ocasionar
relaciones desequilibradas. Los sujetos con trastorno de la
personalidad por dependencia suelen sentirse incómodos
cuando se encuentran solos, debido a sus temores,
desproporcionados, de ser incapaces de cuidar de ellos
mismos.

Una característica primordial de este trastorno,
es que estos sujetos son pesimistas e inseguros, además de
tender a minimizar sus capacidades. Todos tienden a buscar la
sobreprotección y a ser dominados por los demás.
Como podría intuirse, sus relaciones sociales tienden a
limitarse a pocas personas y además, de las que el sujeto
depende.

Por eso el celoso es una persona posesiva, que quiere
disponer de su pareja como si fuera objeto. Existe una
dependencia afectiva muy profunda: el celoso no se imagina solo;
necesita del otro para vivir, y de tal manera esta necesidad se
le vuelve obsesiva y la idea de abandono o de verse en soledad
llega a convertirse para él en una pesadilla que no le
deja vivir, es una idea tan repetitiva y sumamente disfuncional
que puede llevar al extremo a la persona que al ver su
relación en peligro puede llegar a cometer actos tan
desesperados como el homicidio.

Por último y no menos importante tenemos el
trastorno de la personalidad esquizoide, en el cual, de
acuerdo con Gunderson los individuos que lo padecen, se
encuentran perdidos sin las personas que normalmente se encuentra
a su alrededor porque necesitan de una sensación de
seguridad y estabilidad.

Sin embargo, cuando el espacio personal vital es
invadido, se encuentran ahogados y sienten la necesidad de
liberarse y ser independientes. Las personas con personalidad
esquizoide son más felices cuando se encuentran en
relaciones en las que el compañero demanda pocas
exigencias emocionales o íntimas. La mayor parte de estos
individuos tienen dificultades estableciendo relaciones
personales o expresando sus sentimientos de una manera
significativa, y pueden permanecer pasivos en situaciones
desfavorables. Un rasgo fundamental en esta patología
radica en que priman las ideas irracionales, demandan una
sensación de seguridad que solo puede darles la otra
persona, pues centran su "mundo", decisiones, actos en su
compañero. La intensidad desaforada de la reacción
emocional y por ende, el gran sufrimiento personal derivado de
ellos y la notable interferencia en la vida cotidiana. El
sentimiento de humillación y frustración lleva a
experimentar un estado severo de irritabilidad, que pocas veces
deriva en comportamientos de pérdida de control, como
conductas agresivas hacia uno mismo y hacia los demás,
principalmente la pareja, tanto de tipo verbal como
físico.

No obstante, es posible que los celos patológicos
se presenten dentro de una pareja que no presente ningún
trastorno de los ya mencionados. Según los especialistas,
cuando se trata de alguien con un trastorno de personalidad, no
le será fácil reconocer que tienen un problema.

Cabe señalar como parte del desarrollo de este
trabajo la
incidencia que presentan los celos anormales en el contexto
actual, con relación al incremento de los delitos
pasionales tanto en nuestra ciudad como a nivel del país.
De igual manera retomar el contexto jurídico y observar
desde allí como es tratado y judicializado éste
acto.

El delincuente pasional por celos experimenta
gradualmente una especial exaltación, la cual toma cuerpo
según su temperamento y su carácter, de acuerdo con
las circunstancias que van surgiendo en el desarrollo de la
pasión celosa y llega al delito por causa
de los celos, por el impacto que le produce una traición,
de igual forma en este estado existe un grado de impunibilidad
disminuida merecedora de atenuantes con base en los estados de
ira o intenso dolor, aunque de igual forma en los estrados
judiciales se ha abusado en la defensa de los homicidas
pasionales hasta convertirlos en una especie de dementes a
quienes se deben absolver, lo que lleva a que verdaderos
delincuentes no sean juzgados con todas las implicaciones
jurídicas.

En Colombia no son muy claras las leyes creadas con
respecto a los celos, sobretodo cuando un delito es cometido bajo
un fuerte estado emocional de este tipo. Cuando un hecho es
cometido en estado de ira e intenso dolor, "incurrirá en
pena no mayor de la mitad del máximo ni menor de la
tercera parte del mínimo de lo señalado en la
respectiva disposición".

Los sucesos ocurridos por adulterio, dado el caso,
serán atenuados o agravados según circunstancias.
Como se puede observar, los criterios para el enjuiciamiento de
un delito de tales características, dejan entrever un
desfase por el desconocimiento que los jueces tienen sobre los
trastornos emocionales, en tanto que estos merecen un tratamiento
casi individualizado.

Lo anteriormente presentado, muestra como los
celos han sido un problema jurídico, no solo por los
delitos cometidos bajo sus efectos, sino también por la
concepción errónea que se tiene de las
características de personalidad de los sujetos celosos, de
ahí que resulte tan difícil la creación de
leyes apropiadas y justas.

Para terminar, se expone desde el área de
evaluación y diagnóstico, algunas formas en que se
pueden evaluar los celos, de acuerdo a las psicopatologías
expuestas, teniendo en cuenta que esto es una tarea compleja,
pues aún no se cuenta con una prueba estandarizada que
determine cuando son normales y cuando
patológicos.

Sin embargo, se proponen algunas formas de evaluarlos,
que si bien, no justifican como tal esta patología, pueden
llevar al terapeuta o evaluador a determinar que
características predisponen a que una persona presente un
cuadro celotípico.

Inicialmente se propone la escala de Likert,
la cual mide actitudes o predisposiciones individuales en
contextos sociales particulares. Se le conoce como escala sumada
debido a que la puntuación de cada unidad de
análisis se obtiene mediante la sumatoria de las
respuestas obtenidas en cada ítem. Se construye en
función
de una serie de ítems que reflejan una actitud positiva o
negativa acerca de un estímulo o referente. Cada
ítem esta estructurado con cinco alternativas de respuesta
y por lo general tienen implícita una dirección positiva o negativa. En el caso
de que el ítem posea una dirección negativa, la
calificación se invierte. Los ítems se presentan en
forma de enunciados cuyo grado de acuerdo o desacuerdo se
solicita a la unidad de análisis. La cantidad de
enunciados que integra una escala Likert varía de acuerdo
a la naturaleza de la variable operacionalizada. La unidad de
análisis que responde a la escala marcará su grado
de aceptación o rechazo hacia la proposición
expresada en el ítem. Esta escala, tiene la ventaja de que
es fácil de construir y de aplicar, además,
proporciona una buena base para una primera ordenación de
los individuos en la característica que se
mide.

Para evaluar los celos a partir de esta escala , se debe
partir de una definición de esta variable, seguidamente se
determina como se va a medir y se señalan los indicadores,
luego se diseñan una cantidad suficiente de ítems
favorables y desfavorables a la variable que se pretende medir,
después se ha de realizar un estudio piloto con el
propósito de seleccionar los ítems que
habrán de integrarse a la versión final de la
escala, posteriormente se administrará la versión
final de la escala a las unidades de análisis que integran
la unidad muestral del estudio y se puntuará cada
ítem para obtener finalmente la puntuación total de
cada unidad muestral, reflejando la actitud global hacia la
variable medida. Las preguntas para este cuestionario
se pueden direccionar estableciendo las diferencias que se puedan
presentar entre celos normales y celos patológicos, y en
relación con los trastornos relacionados a una
patología de los celos, igualmente se puede hacer este
cuestionario para evaluar la relación de
pareja.

Se proponen también otras técnicas
en pro de evaluar los trastornos asociados a los celos
patológicos y a la relación de pareja. Se tienen
instrumentos cualitativos como la entrevista
y la observación.

La entrevista se
debe iniciar con la presentación del investigador, al cual
le corresponde explicar el objetivo de la
misma y dar a conocer los temas a tratar en ella, así
mismo debe crear un clima tranquilo
para que se de un nivel satisfactorio de comunicación. Se
puede realizar una entrevista individual, en la cual se entabla
una conversación verbal, cara a cara, teniendo como
propósito conocer lo que piensa o siente una persona con
respecto al tema. Esta clase de
entrevista permite preguntar sobre cuestiones más
complejas con mayor detenimiento, produce por parte del
entrevistado mayor participación.

Se puede realizar también una entrevista
estructurada, la cual procura un marco de referencia a partir del
cual se plantean los temas pertinentes al estudio y posibilita un
proceso de
recolección, y facilita un mejor manejo de la información. Los temas que se pueden
indagar para determinar el tipo de celos que tiene una persona se
diseccionarán en preguntas sobre las experiencias o
comportamientos, los sentimientos, las respuestas emocionales, la
opinión, para saber que piensan acerca de determinados
temas, sobre sensaciones: lo que ven, oyen, tocan,
etc.

En la observación se presentan un conjunto de
técnicas que permiten al investigador adquirir
conocimientos por medio de la observación directa y el
registro de fenómenos. Se pueden observar, en este caso,
actitudes de las personas, que denotan delirios, inseguridad y
desconfianza para con sus parejas, y hacia cualquier persona que
la rodee como amigos, hermanos incluso hasta los padres.
También se pueden realizar autoobservaciones y
autoreportes en los que el individuo se de cuenta de sus acciones
y desde allí se proponen unas técnicas en pro de
combatir algunas actitudes que predisponen a las
características de esta psicopatología.
En este caso, se propone desarrollar una especie de diario
de campo donde el sujeto puede plantear en que situación
se siente amenazado, o con que frecuencia entre otros aspectos,
lo cual nos lleva a adoptar otra estrategia para
su tratamiento o indicar que tan patológico es el
problema.

Otra opción es realizar un juego de rol,
éste es un juego interpretativo-narrativo en el cual los
jugadores asumen "el rol" de los personajes a lo largo de una
historia o trama,
para lo cual interpretan sus diálogos y describen sus
acciones.

No hay un guión a seguir, ya que el desarrollo de
la historia queda por completo sujeto a las decisiones y acciones
de los jugadores. Mediante este juego se aprende a meterse en la
piel de "otro"
y empezar a plantearse qué sienten los demás en
situaciones que pueden ser ajenas en un principio, se potencian
habilidades y se comprenden aspectos no desarrollados de la
personalidad.

Esto es importante para crear en el individuo una
consciencia más amplia de sus actos, igualmente este tipo
de metodología obliga a que la otra persona
entienda o represente lo que su pareja en este caso siente, con
este método y
una buena compañía se puede lograr que la otra
persona mire desde una perspectiva diferente su comportamiento
hacia su pareja y a la vez cómo su pareja lo percibe y
vive en su compañía.

Se pueden emplear para el tratamiento de los celos
patológicos terapias conductuales y cognitivas. Las
principales técnicas utilizadas en la terapia de los celos
patológicos no-psicóticos han sido La parada de
pensamiento
(Marks, 1976; Rosen y Schnapp, 1974), Exposición
in vivo más prevención de respuesta
(Albuquerque y Soares, 1992; Cobb y Marks, 1979) y Terapia
Cognitiva (Bishay et al., 1989; Dolan y Bishay, 1966; Ellis,
1996) .

"En general y después de haber valorado los
estudios correspondientes, podemos aseverar que, según se
trate de celos patológicos, la estrategia
terapéutica será muy distinta".

Para dar fin a este sondeo de técnicas que
evalúan celos patológicos, se propone una que mida
las creencias irracionales , en este caso, el I. B. T modificado,
este inventario mide
cómo nos sentimos y que creemos acerca de varias
situaciones.

ANEXOS

ANÁLISIS DE DATOS ESTADÍSTICOS
SOBRE LOS CELOS EN COLOMBIA Y SUS IMPLICACIONES EN LA RELACION DE
PAREJA

Haciendo una revisión bibliográfica sobre
los celos en Colombia se encontraron datos obtenidos de diversas
investigaciones, que reconocen los celos
patológicos como un problema creciente en especial cuando
se trata de las implicaciones y consecuencias que éstos
traen para la relación de pareja y para la cultura misma.
Esto día a día se esta viendo más reflejado
en nuestra cotidianidad, puesto que estas agresiones se van
incrementando y saliendo a la luz
pública cada vez con mayor intensidad.

Es interesante analizar como los datos
estadísticos muestran claramente que los varones
están presentando celos enfermizos, más notorios y
con peores consecuencias que por parte de las mujeres. Y que esto
a su vez, está generando mayor violencia
intrafamiliar, y puede llegar hasta el punto de conducir a
juicios penales, por homicidios u otros delitos que esta persona
realiza a causa de sus celos patológicos.

En las gráficas que se anexan, se pueden observar
algunos datos arrojados por los estudios realizados a nivel
nacional, e internacional y que son de gran importancia debido a
que se han convertido en un problema primordial a tratar en las
familias. También se realizará una
comparación pertinente entre Colombia y otros
países que lanzan datos importantes sobre los celos
patológicos.

 

GRAFICA No.1

En este gráfico se puede evidenciar como los
varones todavía están teniendo cierto dominio sobre
algunas mujeres en Colombia, tomándolas como posesiones y
siguiendo aun con un pensamiento machista. El 65% de las parejas
encuestadas dieron a conocer que el que tenia que tener el
control de la relación era el varón, mientras que
un 35% respondió que eran las mujeres, como se puede
observar es un valor muy
predominante debido a su enorme diferencia, más de la
mitad de la población encuestada aceptaron el dominio del
varón en la pareja, es muy significativo este valor puesto
que demuestra que aún en Colombia hay una gran desigualdad
de género a nivel familiar, donde se le otorga al
varón más poder y
responsabilidades que a la mujer.

GRÁFICA No. 2.

En secuencia con la gráfica No. 1 en donde
podemos ver como las mujeres están siendo más
presionadas y controladas por los varones, en esta gráfica
se evidencian aquellos comportamientos que utilizan los varones
colombianos para controlar a su pareja. Como se evidencia en la
gráfica, el 46% de las mujeres expresan que su pareja
constantemente quieren saber en dónde se encuentran,
queriendo así dominarlas y tenerlas vigiladas. En
ésta también se puede observar como hay una
preocupación frecuente de que su pareja no les sea fiel
que hasta se llegan al punto de prohibirle la relación con
sus amigos (30%) y aún más grave con sus familiares
(19%). El porcentaje menor que se muestra en la gráfica,
pero no menos importante, consiste en que el varón toma
decisiones sobre ella y sin su consentimiento (14%), lo cual es
un porcentaje alto para este tipo de situación, que
está demostrando el control que posee el varón en
la pareja sin respetar los derechos que la mujer tiene
y pasando sobre los intereses personales de ella. Vigilando y
controlando todas sus acciones, tales como la utilización
de su dinero
(24%).

GRAFICO No.3

Cada vez se ve más, como los varones,
dejándose llevar por sus celos enfermizos toman medidas
violentas contra su pareja, que en el caso de Colombia se ve
más por parte de los varones que de las mujeres, y como se
observa en la gráfica la mayoría de las mujeres que
fueron víctimas de maltrato físico debido a la
violencia intrafamiliar por parte de su pareja presentaban
principalmente moretones y dolores (53%), pero habían
otras cifras más graves como heridas y fracturas en los
huesos (10%),
abortos (2%) y pérdida de órganos (2%), las cuales
aunque representan un pequeño porcentaje de la
población estudiada son de gran valor debido a la magnitud
de las consecuencias que traen consigo, tanto psicológica
como físicamente.

GRÁFICA No. 4.

A causa de la violencia intrafamiliar dada por los celos
enfermizos del miembro de la pareja, se han llegado a terribles
extremos como lo son el homicidio, el secuestro,
violaciones carnales y psicológicas a la integridad del
otro, convirtiendo este problema ya no en una simple
discusión de pareja, sino en un problema legal con
consecuencias graves. En la gráfica se puede observar que
el 75% de los crímenes pasionales que se cometen en
Colombia son provocados por el varón, y el 25% de estos
casos por la mujer.

GRAFICA No. 5

En Colombia se presentan muchos casos de victimas de los
celos patológicos que no son reconocidos, ni publicados
por los medios de
comunicación. Un estudio realizado por Medicina Legal
detectó 8.139 casos de victimas mujeres y 890 en donde las
víctimas eran varones, es un valor muy alto en ambos
casos, aunque se puede observar una notoria diferencia entre
victimas mujeres y varones, siendo las mujeres las más
perjudicadas. Este valor pone en manifiesto la magnitud del
problema en Colombia, también atentando contra los
derechos mismos de la mujer, y la dignidad de
ésta. "También se detectó que de
cada 10 mujeres agredidas hay un hombre agredido, pero
quizás la cifra más preocupante es la de
homicidios, por cada 4 mujeres muertas hay un hombre
asesinado". Lo que corrobora lo anteriormente dicho.

GRÁFICA No. 6.

Visto desde las ciudades que más presentan casos
de celos, podemos encontrar que son las ciudades de mayor
importancia en Colombia, las más desarrolladas, y con
mayores facilidades económicas. Como se observa en la
gráfica, es desbordante el número de casos que se
dan en Bogotá en comparación con las otras 2
ciudades, mostrando que en el caso de Colombia los celos
patológicos se dan más en ciudades con cierto
avance cultural y económico, y donde mayor número
de población se encuentra. Sin dejar de reconocer que en
otras ciudades del país se presentan y con gran
intensidad, pero éstos fueron los datos con mayor cantidad
encontrados de todas las ciudades.

GRÁFICA No 7

En esta gráfica se puede hacer la
comparación entre algunos países, y ver el
número de casos de asesinatos teniendo en cuenta el
género y si la persona es celosa o no. Como se muestra la
mayoría de los asesinos en los diferentes países
son varones no celosos seguido de mujeres no celosas, pero
igualmente los celos marcan un nivel importante para ser
considerados, además los asesinos varones celosos muestran
cifras muy semejantes al de las mujeres no celosas, lo cual es
importante. Los datos más sobresalientes de asesinos
celosos se mostraron en Canadá donde los varones celosos
están muy cerca de los 200, casi igualando a las mujeres
asesinas no celosas. En el caso de las mujeres asesinas celosas
se puede observar un mayor nivel en Alabama EEUU donde se
sobrepasa los 50. Se puede notar que al igual que en Colombia los
varones presentan mayores índices de asesinatos por celos
y que son muy pocas las mujeres celosas que cometen asesinatos y
crímenes pasionales.

Para concluir se puede decir que los varones son los
principales sujetos que padecen este trastorno, que en las
mujeres se da pero no es tan frecuente, también que se ve
un claro dominio del varón en la pareja, haciendo de la
mujer un objeto, privándola de su libertad y de
derechos que tiene al igual que el varón, se ve como se
viola en grandes medidas la integridad de la mujer. Lo cual es
preocupante y delicado de tratar. Podemos decir que se afecta la
relación de pareja en la medida en que se controla a la
otra persona, se le violenta o amenaza psicológica y
físicamente y que puede hasta atentar contra su vida y la
de los demás. A parte de esto, según los estudios a
nivel internacional se observa que no hay mucha variación
entre un país y otro, igual

Se están viendo afectados del mismo modo y
varían con muy pocas diferencias.

TRATAMIENTO
CONDUCTUAL DE UN TRASTORNO DE CELOS

El presente trabajo ilustra la aplicación de un
programa
conductual para el tratamiento

de los celos patológicos. La terapia, un programa
multimodal incluía exposición y terapia cognitiva.
Los resultados muestran una mejoría substancial al final
de la intervención y en los consiguientes controles de
seguimiento, al mes, a los tres meses, a los seis meses y al
año, en los que se constató el mantenimiento
de los resultados terapéuticos.

MÉTODO

Sujeto A, que así denominaremos en lo sucesivo a
nuestra paciente, era una mujer de 29 años, profesional
liberal, de clase socioeconómica media alta, que
acudió a consulta debido a lo que denominó un
estado constante de angustia y de descontrol, que se había
agudizado en los últimos meses. Dos meses antes tuvo un
intento de suicidio, lo cual confesó haber intentado en
varias ocasiones en los últimos años.
Reconoció que en esta última ocasión el
hecho no había estado motivado por desesperanza sino por
llamar la atención, principalmente de su novio.
Relacionó buena parte de su malestar actual con unos celos
que consideraba excesivos, que la desbordaban y la
mantenían insomne y en un estado constante de nerviosismo.
Cuando el estado
ansioso la desbordaba, eran frecuentes conductas autopunitivas
(como arrancarse el cabello, morderse o arañarse),
escapadas imprevisibles con el coche a alta velocidad o un
intento de defenestración, que la madre logró
evitar. La agresividad también era proyectada hacia el
exterior, sobre la figura de su novio, la cual era principalmente
verbal pero, en los últimos meses, había existido
alguna agresión de carácter físico. Llevaba
varios años con tratamiento farmacológico, pero no
había dado buenos resultados y, aunque en la actualidad
estaba fuertemente medicada, no lograda disminuir su severo
estado de tensión emocional. Reconoció ser, desde
siempre, una persona insegura, tímida, muy posesiva y
desconfiada, con profundos sentimientos de inferioridad, los
cuales ocultaba al exterior bajo una fachada de seguridad y
fortaleza. También se reconoció rígida, muy
obsesiva, perfeccionista, manifestando un profundo sentimiento de
fracaso vital debido a que el trabajo la
disgustaba, la estresaba notablemente y, sobre todo, a causa de
su desconfianza tanto hacia sí misma como a la
relación con su actual pareja. Así mismo
informó de constantes discusiones con el novio, debido a
sospechas de infidelidad, a una desconfianza básica al
respecto y a la creencia de que, para sentirse segura, él
debía sentir y pensar en cada momento como ella.
Ejercía constantemente conductas de control, como llamadas
al móvil, preguntas constantes, inspecciones regulares de
la agenda y de la americana, llegando incluso a vigilar sus
llegadas por la noche después del trabajo, desde el parque
cercano a la finca donde él vivía, oculta entre la
arboleda. También comunicó constantes jaquecas,
insomnio, y fuerte dolor fibrosítico en cuello y espalda y
un estado depresivo que se estaba agravando en los últimos
meses y que la empujaba a pasar bastantes horas al día en
la cama. Había abandonado recientemente un buen trabajo
debido a su incapacidad para relacionarse con los desconocidos o
con las figuras de autoridad, a
sus importantes problemas de atención y
concentración, y a un intenso temor a cometer algún
error que pudiera merecer la devaluación de parte de sus
compañeros y superiores y el consecuente despido.
Tenía en perspectivas un trabajo en una empresa de un
primo suyo, acorde con su formación académica, pero
lo había postergado debido a su actual estado. En cuanto a
su desarrollo
personal, se valoraba como tímida, rara y
retraída desde sus primeros recuerdos y haberse criado en
un ambiente
familiar conservador y exigente, en el cual nunca se la
valoró, sino que fue objeto constante de comparaciones y
de críticas. No podía enfrentarse a las mismas
debido a su temor a la crítica, a los sentimientos de culpabilidad
y a la, para ella, contingencia aterrorizante de perder el afecto
de los seres queridos. Según A, era de las que tragaba
constantemente, tanto en la familia,
como con los amigos o en el trabajo y solamente explotaba con su
novio, el cual, visto también en consulta, mostró
un estado de alteración notorio debido a las presiones a
que era sometido. Reconoció que sus creencias eran
exageradas y asumió la posibilidad de que fuese todo
producto de sus problemas de celos mórbidos y que, a decir
verdad, más allá de su vulnerabilidad emocional, no
existían motivos reales para desconfiar de su actual
pareja. Mencionó también sufrir frecuentes
pesadillas sobre infidelidades de su novio y sobre agresiones
sexuales o actos de este tipo que ella consideraba inadecuados.
Investigado el asunto más a fondo reconoció una
experiencia traumática de violación con su primer
novio, a los dieciocho años, en la terraza de una conocida
discoteca, cuando se había pasado de copas. Ella
trató de negarse las implicaciones de este hecho y se auto
culpó siempre por haber permitido la situación,
pero la realidad consistía en que, ocasionalmente
revivía el acontecimiento, no soportaba ningún tipo
de violencia sexual ni siquiera escenas explícitas de
material pornográfico. Paralelamente disfrutaba poco de
sus relaciones
sexuales, aunque reconoció haber mejorado un tanto en
los últimos años, debido a una mayor frecuencia de
contactos íntimos con su pareja. En la actualidad,
según propias palabras, se encontraba al límite, la
atemoriza enormemente la posibilidad de perder el control y que
los celos que experimentaba acarreasen la ruptura con su novio.
Como vemos, el caso presentaba una problematicidad
múltiple y plural, y también fue la estrategia de
intervención que aplicamos para la solución del
caso, si bien en las páginas siguientes nos centraremos
especialmente en el trastorno de celos patológicos
no-psicóticos. Pese a la cronicidad del caso y una
disforia cada vez más destacable, la disposición de
A hacia el tratamiento era buena y recibió durante el
mismo un buen apoyo por parte de su pareja y de los familiares
cercanos.

PROCEDIMIENTO

Empleamos un diseño
de replicación intrasujeto con más de un
componente: A-B,C,D… (N=1). Ulteriormente a la fase de
evaluación, con dos semanas de duración con fin de
determinar la línea base, se aplicó una estrategia
de intervención conductual-cognitiva de doce meses de
duración, con dos sesiones semanales de 60 minutos los
cuatro primeros meses, las cuales se fueron espaciando a medida
que se obtenían las metas fijadas de antemano, todo ello
unido a pautas de actuación en la realidad. Las
evaluaciones de seguimiento fueron llevadas a cabo al mes, a los
tres meses, a los seis meses y al año de haber finalizado
el tratamiento.

EVALUACIÓN

Además del trastorno de celos patológicos,
A manifestaba otros trastornos claramente definidos en sus
criterios diagnósticos, como una fobia social
generalizada, varias fobias específicas y una trastorno
por estrés
postraumático (consecuente a una violación), de los
cuales poco hablaremos en este escrito, debido a que centraremos
el interés
en los celos mórbidos. Por lo demás, en lo relativo
a la evaluación conductual, se emplearon los instrumentos
siguientes: Entrevista. Autoinformes (Inventario
autobiográfico de cautela (1977).Inventario de
personalidad de Willougby (v., Wolpe, 1958).Inventario de miedos
de Wolpe y Lang (v., Wolpe, 1958).Inventario de depresión
de Beck, según la versión castellana de Conde y
colaboradores (Conde et al., 1976).Escala breve de fobia social
(Davidson et al., 1991).Escala de autoestima (Rosemberg,
1965).Escala de Inadaptación de Echeburúa et al.
(2000). Escala de gravedad de síntomas del trastorno de
estrés postraumático (Echeburúa et al.,
1997).

Estas medidas de autoinforme, junto con las entrevistas
sucesivas, brindaron información complementaria y
relevante con la que llevar a cabo el análisis funcional y
topográfico de las conductas problemáticas, con la
determinación de los antecedentes y de los consecuentes
(v., Alario, 1993). Para concretar la línea base, se
utilizó la entrevista y el autorregistro
(autoobservación). A pesar de que los celos
patológicos son un problema difícil de tratar y de
las características inherentes al caso, A se mostró
altamente paciente y colaboradora desde el principio,
concurriendo positivamente las condiciones personales,
clínicas y ambientales para desarrollar la
intervención con sólida esperanza de alcanzar los
objetivos
esbozados. La cadena conductal desadaptativa genérica, a
partir de la cual se interpretaban las constantes manifestaciones
clínicas del problema consistía en presencia de
pensamientos o situaciones (antecedentes) que evocaban ansiedad
en la sujeto (respuesta), junto con una interpretación
altamente sesgada de los hechos o de los indicios
(interpretación distorsionada) y la realización de
rituales compulsivos para ejercer control y obtener una liviana y
poco duradera tranquilidad, en la forma de un breve reforzamiento
negativo y de la atención por parte de la pareja
(preguntar constantemente sobre sus idas y venidas, sobre lo que
había hecho durante el día, investigar la agenda,
etc.) junto a explosiones fuertes y frecuentes de agresividad
verbal, principalmente, todo lo cual constituye la pauta
genérica desadaptativa característica de los celos
patológicos. Durante un tiempo A estuvo manteniendo la
idea de que, quizás en el fondo fuera mejor dejar la
relación con B, ya que no estaba segura de sus
sentimientos. Esta justificación la empleó en el
pasado en varias ocasiones, para no comprometerse y siempre que
sus sentimientos se alzaprimaban, lo cual la llevaba a acabar
pronto su relación debido al malestar desencadenado por
los celos y, en definitiva, al temor al fracaso
sentimental.

Con el control de la problemática presente, esta
idea fue cambiando y A, por primera vez en su vida, se
comprometió sentimentalmente, presentando al novio a sus
familiares y haciendo serios planes de futuro. A evitaba de
manera activa y sistemática cualquier situación que
pudiera avivar sus celos, tanto mediante conductas compulsivas de
control နde las cuales ya hemos
habladoန como mediante el escape o la
evitación de situaciones perturbadoras (como irse con su
novio de salas de fiesta donde hubiesen chicas atractivas o no ir
a unas vacaciones porque lo hacían en grupo y en ese
grupo estaba tal muchacha, etc); por todo ello,
genéricamente, el trastorno era mantenido en virtud de un
proceso de reforzamiento negativo.

INTERVENCIÓN CONDUCTUAL

Para la solución del caso, elaboramos una
estrategia de intervención multimodal (exposición,
prevención de respuesta, reestructuración
cognitiva, control de la ira, etc), con la que
pretendíamos conseguir unos objetivos específicos,
múltiples y esenciales para la reversión del
trastorno.

A saber:

1. Eliminación de los rituales de control y
cualquier conducta de
evitación/escape.

2. Eliminación de la ansiedad ante la
pérdida de la relación o el
engaño.

3. Eliminación de la agresividad (concretada en
reducción total de las discusiones, de las agresiones y de
la ruptura de objetos de B, como agendas, móviles,
corbatas, así como en la autoinducida en las formas
indicadas al principio de este trabajo).

4. Control de la creencia sobre la infidelidad
(convicción).

5. Reducción significativa de los pensamientos
intrusivos referentes a la posible infidelidad de B.

6. Eliminación de las pesadillas.

7. Obtención de un nuevo modo de vida,
especificado en una mejora de las relaciones sexuales, de la
habilidades de comunicación, del disfrute del tiempo sin
la presencia de la pareja mediante actividades gratificantes,
ampliación de las relaciones sociales, en vista todo ello
de la prevención de recidivas o recaídas
futuras.

El primer objetivo consistió en cercenar los
rituales compulsivos de control sobre el comportamiento de B, por
lo cual la pareja acordó con el terapeuta no realizar las
conductas habituales que llevaban a dicho objetivo (como
preguntar, llamar al móvil, inspeccionar la agenda de B,
preguntar a ciertas personas para obtener información
relativa, etc.). Por su parte, bajo imperativo
terapéutico, B se oponía con rotundidad, no
contestando a las demandas de tranquilización de
A.

Con ello se eliminaba el refuerzo social y el negativo
derivados de estos rituales. Paralelamente se fueron utilizando
técnicas básicas como relajación, programación de actividades gratificantes,
reestructuración cognitiva, etc., a fin de romper con la
apatía y aliviar lo máximo posible la ansiedad
general o derivada de sus problemas específicos. Mediante
la exposición in vivo (también se empleó la
variante imaginada) A tenía que afrontar toda una gama de
situaciones evocadoras que, hasta el momento eran palmariamente
evitadas, siguiendo la pauta habitual en esta técnica
(vbgr., Alario, 1996). Con ello se trataba de conseguir una neta
disminución de la ansiedad y, paralelamente, una
modificación de los pensamientos o de las creencias
distorsionadas asociadas con los temores fundamentales en los
celos patológicos.

Para este fin, se construyó una jerarquía
de situaciones evocadoras de ansiedad que presentamos
seguidamente en orden creciente (entre paréntesis me
ofrece la ansiedad subjetiva para cada situación, en la
escala habitual de 0 a 100):

1. Pasear con A por una calle donde no hay gente joven
(10).

2. Mirar un programa de televisión con B en el que salgan chicas
atractivas (20).

3. B come con un compañero de trabajo
(30).

4. Ver con B fotografías de chicas en
bañador (30).

5. Idem, 3 pero en biquini (40).

6. Cenar con los amigos (50).

7. Cenar con las compañeras de trabajo de B
(60).

8. Pasear por una calle en la cual haya gente joven
(60).

9. No preguntar a B lo que ha hecho durante el
día (60).

10. No llamarle por el móvil (70).

11. No inspeccionarle la agenda (70).

12. Pasear por la playa (70).

13. Que B mire a las chicas atractivas en la piscina y
haga, intencionadamente, comentarios favorables hacia ellas (80).
C. Med. Psicosom, Nº 62 / 63 – 2002 91

14. Quedar con B solamente los martes, jueves y fines de
semana (90).

15. B queda a cenar con los amigos (90).

16. Ver fotografías de chicas desnudas con B
(90).

17. B sale de copas después de cenar con los
amigos (95).

18. B habla en una cena largamente con C (a la cual
asoció con posible romance e infidelidad) (90).

19. B se va un fin de semana de viaje con los amigos
(100).

20. Ir con B, mirando intencionadamente, por la zona
donde están las prostitutas africanas (siempre
creyó que recurría a sus servicios
habitualmente) (100).

Había una amplia serie de situaciones de este
tipo a las cuales A se fue exponiendo sin evitar la ansiedad,
hasta que esta fue disminuyendo. Evidentemente no debía
llevar a cabo ninguna conducta de evitación o escape de
las que anteriormente realizaba, como abandonar el restaurante,
discutir abiertamente con B o no permitirle ciertas actividades
normales que aparecen reflejadas en la lista anterior.

A la par que A se exponía a las distintas
situaciones evocadoras, tanto in vivo, como en fantasía,
aprendió una estrategia para ejercer control sobre las
conductas violentas. Esta queda explícita en el programa
de control de la ira de Echeburúa y Corral (1998), el cual
se le explicó ampliamente y se fue poniendo en
práctica gradualmente (explicación de la ira,
reconocimiento de las señales
desencadenantes de la ira, detención de la escalada de la
ira, exposición a las situaciones evocadoras,
modificación de las cogniciones violentas y mejora de las
habilidades de comunicación) (v., Echeburúa y
Corral, 1998). Siguiendo una pauta establecida, A fue afrontando
y superando todas y cada una de las situaciones descritas arriba,
más otras muchas atingentes a sus ansiedades y a su
agresividad y solamente se afrontaron las situaciones superiores
cuando la paciente se exponía sin ansiedad a las
situaciones evocadoras antecedentes. En la figura 1, se muestra
un diseño de línea base múltiple, entre
situaciones, para las tres primeras situaciones de la
jerarquía de exposición; hay que agregar que,
conjuntamente con esta técnica, se iban aplicando las
demás que conformaban la estrategia de
intervención, por lo cual no se puede afirmar que el
decremento de la ansiedad se deba solamente a la
exposición más prevención de respuesta, pese
a ser una técnica de utilidad
clínica probada. Así mismo, como corolario de lo
anterior, tampoco puede aseverarse el grado que corresponde a
cada técnica en el cambio final
obtenido, dado que el

diseño no lo permite, como tampoco lo posibilita
la actuación clínica, donde principalmente se
pretende la mejoría del paciente. El tratamiento para la
totalidad de la amplia problemática emocional de A tuvo
una duración de doce meses, en los cuales se
trabajó con tesón y aguante, dado que las
características de los problemas y la terapéutica
utilizadas requieren una alta motivación por parte de sujeto, a pesar de
92 C. Med. Psicosom, Nº 62 / 63 – 2002

Figura 1

Decremento de la ansiedad en las tres primeras
situaciones de exposición in vivo. que, en algunos casos,
los resultados no tardan en ser detectables.

RESULTADOS

Los resultados fueron muy satisfactorios y se
consiguieron en un plazo muy razonable, dado el conjunto de
trastornos que A presentaba (más tiempo también
hubiera sido plausible). En el resultado creemos que tuvo que ver
su implicación personal, su buen nivel intelectual y el
apoyo social recibido (familia y novio). En otros casos,
quizás por el perfil de personalidad, la presencia de
ideas sobrevaloradas que uno se niega a abandonar y, sobre todo,
la falta de motivación, se produce rápidamente
al abandono. Lo anterior puede resultar obvio, dado que la feliz
aplicación de una intervención requiere, como
quedó dicho, la presencia de los necesarios y suficientes
recursos personales, clínicos y ambientales.

En suma, con la aplicación del programa
conductual- cognitivo, se lograron las metas terapéuticas
determinadas de antemano de manera plural y
específica.

CONCLUSIONES

Lo primero que se ha de decir, en relación con la
solución del caso expuesto es que, pese a los resultados,
no se puede concluir la eficacia de una
técnica en particular ni el grado que le corresponde en la
tasa total de cambio, tanto por las características del
diseño como por la complejidad terapéutica del
programa de intervención plurimodal.

Ya se indicó la poca investigación controlada disponible sobre
los celos patológicos "neuróticos", los cuales no
encuentran una ubicación precisa en las nosologías
psiquiátricas al uso. Esto ocurre así porque los
celos secundarios a otras condiciones psicopatológicas han
recibido mayor atención por parte de los
especialistas.

A los celos patológicos no delirantes ni
secundarios a otro cuadro psicopatológico, quizás
la mejor manera de encuadrarlos sea como una variante
atípica del trastorno obsesivo-compulsivo.

Existe, por ello, en los pacientes una
preocupación desmedida hacia la infidelidad de la pareja,
aunque no de carácter delirante. Así mismo, estos
pacientes dudan, a la postre sobre la exactitud de sus creencias
porque no poseen pruebas confirmatorias objetivas. Dicha
preocupación se conceptualiza mejor como una
obsesión o una idea sobrevalorada que, internamente, el
sujeto siente que escapa a su control, que él mismo la
entiende como desproporcionada y no completamente basada en la
racionalidad y de la que derivan conductas recurrentes (preguntas
constantes, llamadas repetitivas, registro de pertenencias
personales del otro, etc.) dirigidas a aminorar las dudas lo que,
en definitiva, no constituye otra cosa que rituales compulsivos
de demandas de seguridad o tranquilización.

Terapéuticamente, los celos de origen
psicótico suelen responder bien al tratamiento
farmacológico, especialmente con neurolépticos o
antipsicóticos, a la par que los celos no
psicóticos suelen reducirse mejor, en sus manifestaciones
conductuales, con técnicas de terapia de conducta,
mientras que el fondo ilógico de las creencias, el
componente cognitivo, sería modificado más
adecuadamente mediante terapia cognitiva (especialmente
reestructuración cognitiva); esto último
tendría un peso importante en el mantenimiento de los
resultados terapéuticos. De cualquier forma, esta
última distinción no ha sido demostrada
palmariamente, como queda por averiguar si la farmacoterapia (con
fluoxetina u otros antidepresivos inhibidores de la
recaptación de la serotonina) coadyuda a potenciar los
resultados de una intervención conductual y
cognitiva.

Escala utilizada en la práctica
clínica para valorar los celos.

Instrucciones: A continuación se muestra un
test con 20
apartados. En cada pregunta ha de elegir una sola . Cada respuesta puntúa de
0 a 3 puntos, que coincide con el número que hay delante
de cada contestación. Mientras realiza el test, ha de
sumar los puntos que obtiene al contestar cada respuesta elegida.
La suma final es el resultado que ha obtenido en el test y se
corrige al final de la página.

Intente responder el test de forma sincera, es a usted
mismo a quien ayuda con su propia sinceridad.

Si él/ella recibe una llamada de alguien que no
conoces, ¿intentas saber inmediatamente de quién se
trata? 
 

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante 
 
2) Si te das cuenta que tu pareja tiene amigos/as que no te ha
presentado ¿Te pones de mal humor?
 

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante 

 
3) ¿Te irrita que la gente sea excesivamente amable con
él/ella? 
 

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante 

4) ¿Crees que una verdadera amistad es
imposible entre un hombre y una mujer? 
 

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante 
 
5) ¿Has pensado alguna vez que no eres lo suficientemente
bueno para él/ella, que cualquiera puede ser mejor que
tú y que eres fácilmente reemplazable?
 

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante 
 
6) ¿Crees que en una relación, tarde o temprano, es
inevitable la infidelidad? 
 

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante 
 
7) ¿Crees que si tu pareja te dejara, encontraría
rápidamente a alguien que te sustituyera? 
 

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante 

8) Si un día se viste especialmente bien para salir,
¿piensas que es para impresionar a alguien? 
 

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante 

9) ¿Te consideras único/a e irrepetible? 
 

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante 
 
10) ¿Crees que él/ella es incapaz de resistir las
tentaciones? 
 

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante 
 
11) ¿Te pone nervioso/a ver que mira insistentemente a
otra persona? 
 

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante   

12) ¿Se te ha ocurrido la idea de seguirle o revisar su
agenda, sus bolsillos, los teléfonos marcados y recibidos
en su celular?

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante 
 
13) ¿Te molesta que salga alguna noche por ahí con
sus amigos/as ? 
 

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante  
  
14) ¿Has pensado alguna vez "que alguien te quiere robar
tu pareja"? 
 

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante  

 
15) ¿A menudo deseas parecerte a alguien a quien que
él/ella admira? 
 

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante    
 
16) ¿Te angustia separarte de él/ella durante
cortos períodos? 
 

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante    
 
17) ¿Aunque él/ella te quiera mucho, crees que
él/ella podría tener una aventura sexual
eventual? 

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante    
  
18) ¿Te molesta que sea afectuoso/a con otra
persona? 
 

0 No

1 Regular

2 Sí 

3 Bastante    
 
19) Cuándo viaja sin ti… ¿Piensas que te va a ser
infiel?

3 No

2 Regular

1 Sí 

0 Bastante  
 
20) ¿Confías en él/ella? 

3 No

2 Regular

1 Sí 

0 Bastante   

SOLUCIONES AL TEST:

Una vez sumados el total de puntos que ha obtenido en el test,
verá que su resultado se encuentra dentro de alguno de los
siguientes apartados:

Puntuación total de 0-20 puntos: Normalmente no se
comporta de una manera celosa o esto no es un motivo que
interfiera en su relaciones de forma significativa. Aunque en
alguna ocasión es posible que le surjan dudas sobre su
pareja, es normal en cualquier relación sentir en alguna
ocasión cierta desconfianza que no tiene porqué
tener mayor importancia. Los celos son un sentimiento "casi
normal" sobretodo en una aventura amorosa, en el comienzo de una
relación de pareja, en una relación a distancia o
en integrantes de una pareja que aún no se conocen lo
suficiente.

Puntuación total de 20-40- puntos: Su resultado
indica que es una persona que tiende a sufrir celos en ocasiones,
aunque hay que tener en cuenta que se mantiene dentro los
límites razonables. Aunque a algunas personas les gusta
que su compañero/a sentimental sienta celos por
él/ella, los celos pueden tener un efecto pernicioso en
cualquier relación si son demasiado intensos o se traducen
en continuas demandas, recriminaciones o discusiones. Si
éste es el caso, podría ser aconsejable iniciar una
terapia de pareja con el fin de intentar erradicar éste
problema de su forma de querer a otra
persona.   

Puntuación total de 40-60 puntos: Su resultado
indica que es una persona especialmente celosa en sus relaciones
de pareja y esto sin duda es una fuente continua de sufrimiento
innecesario. Puesto que el test no valora si sus celos son
fundados o infundados, puede ser interesante para usted analizar
más a fondo las causas de éste sentimiento y
contrastarlo con la opinión de un terapeuta de su
confianza, con el fin de conseguir vivir su relación de
pareja con mayor tranquilidad y menos malestar. En general, el
problema de los celos será tanto más serio cuanto
más le aleje de la realidad, más influya en el
deterioro de su relación de pareja y mayores sean las
repercusiones sobre su trabajo y vida social.

Recuerde que los resultados del test tienen un valor orientativo
y no pueden reemplazar una valoración completa realizada
por un psiquiatra o psicólogo en una entrevista
clínica convencional. Si quiere tener una mayor certeza
sobre el resultado, consúltenos por e-mail o acuda a su
psiquiatra de referencia.

BIBLIOGRAFÍA

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    <http://www.mujereshoy.com/ secciones/1306.shtml.>
    Recuperado Abril de 2008

 

Autoras:

Magda Carolina Duque
Castaño

Eliana Gallo Múnera

Tatiana Monsalve Heredia

Maria Teresa Ramírez
Mejía

EQUIPO DOCENTE QUINTO NIVEL

Liliam Blair David

Análida Estrada Bedoya

Darío Ernesto Jaén Navarro

Pablo Panta Atocha

Rodrigo Lopera Isaza

ASIGNATURAS DEL NIVEL

Psicologia Social I

Psicopatológia II

Paradigmas Epistemológicos y psicología
II

Estadística II

Evaluación y Diagnostico II

UNIVERSIDAD DE SAN BUENAVENTURA

FACULTAD DE PSICOLOGÍA

SEDE MEDELLÍN

Marzo 6 de 2008

Partes: 1, 2
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