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Historia social y económica de la República Dominicana




Enviado por Yoldany



Partes: 1, 2, 3

    1. El hato
      ganadero
    2. La
      Revolución haitiana
    3. Consecuencias de
      la Revolución haitiana

    Surgimiento de la Pequeña Propiedad
    Agraria. El Cultivo de Tabaco. Otro
    sector económico importante del siglo XVIII, sobre todo en
    su segunda mitad, fue la pequeña y mediana producción agrícola con un alto
    índice mercantil. Este modelo se
    concentró básicamente en torno al tabaco y
    en ciertas zonas del Cibao. El factor geográfico fue
    importante a causa de las condiciones climáticas y de
    terreno favorables para la pequeña agricultura y
    específicamente para el cultivo del tabaco en esta zona de
    la isla.

    El cultivo del tabaco tenía mercado seguro, tanto en
    la colonia francesa, donde los andullos españoles eran muy
    solicitados, como principalmente en el estanco de tabaco que
    proveía la materia prima
    a la gran manufactura de
    Sevilla. Anualmente llegaban a Santo Domingo, junto al situado,
    desde fines de los años 60 del siglo, partidas de dinero
    destinadas a la compra de las producciones de los cosecheros de
    tabaco del Cibao. Sin duda este incentivo de la Corona
    española fue determinante en la aparición de este
    sector económico y social. Pero sus dimensiones no fueron
    muy importantes en el siglo XVIII, sino que prepararon las
    condiciones para la verdadera expansión del modelo en el
    momento en que se produjo la decadencia de la ganadería
    a inicios del siglo XIX. Durante todo el siglo XVIII la zona
    cibaeña, sobre todo en su sector noroeste, fue
    básicamente un centro de producción ganadera,
    excluyéndose sólo algunas zonas muy fértiles
    del valle bastante reducidas todavía donde el tabaco
    pasó a ser la actividad principal.

    Aunque no tenía gran peso, la aparición de
    la pequeña propiedad agrícola mercantil fue muy
    importante dado que suponía un modelo de relaciones
    sociales basado en la utilización prácticamente
    exclusiva del trabajo libre.
    Las fuentes del
    siglo XVIII son, bastante claras informando que en el Cibao el
    número de esclavos era mucho menor que en las otras
    regiones del país. Para que esto sucediera, por supuesto,
    se tuvieron que crear condiciones sociales propicias.
    Probablemente el hecho de que el poder-económico de la colonia en su nivel
    más alto se concentrara en tomo a la aristocracia colonial
    de la ciudad de Santo Domingo hacía que en la zona Sur del
    país la gran propiedad territorial y la utilización
    del trabajo esclavo se mantuviesen con mucha más facilidad
    que en la zona cibaeña.

    Igualmente, la fertilidad de las tierras en el valle del
    Cibao hacía muy propicia la agricultura, por lo que muchas
    personas de condición libre, que en otras zonas del
    país se dedicaban a la producción pecuaria a
    pequeña o mediana escala,
    prefirieron en el Cibao dedicarse al cultivo del tabaco. A la
    larga esto coadyuvó a crear uno de los orígenes de
    las diferencias regionales entre el Cibao y el Sur del
    país. La proporción de blancos en la primera zona
    se mantuvo superior así como la integración de las dos razas en el
    mestizaje pues al no haber plantaciones la entrada de canarios no
    era acompañada por la de muchos negros
    esclavos.

    Igualmente en el Cibao adquirió mayores
    proporciones la mediana propiedad terrateniente y la libertad de
    los agricultores respecto de formas de explotación por
    parte de grandes propietarios. Mientras en la zona Sur, sobre
    todo en torno a Santo Domingo todavía el número de
    esclavos era elevado en las plantaciones y los hatos y
    existía cierta barrera de niveles sociales entre amos
    libres, libertos y esclavos (aunque eso no significa, como
    veremos, que fuera imposible el ascenso social de ciertos
    sectores de las capas bajas), en el Cibao existía una masa
    principal de libres mulatos y blancos, con una incidencia mucho
    menor de los grandes propietarios por una parte y de los esclavos
    por la otra. En otras palabras, el modelo de modo de
    producción mercantil simple y
    pequeño-burgués empezó a destacarse como
    dominante.

    La vida en el hato, donde la convivencia entre negros
    (esclavos y libertos) y mulatos propietarios era muy intensa,
    así como los procesos de
    liberación de muchos esclavos, su constitución en pequeños
    productores, y la extensión de una clase media
    agrícola, provocaron que los procesos de
    integración nacional que se habían iniciado en el
    siglo XVII se aceleraran extraordinariamente en el XVIII. El
    mantenimiento
    del aislamiento con respecto a Espala (vista la peculiar
    situación con respecto a la vecina colonia francesa),
    también fue importante al respecto. En este proceso de
    configuración de los rasgos nacionales fueron de gran
    importancia los procesos demográficos del
    mestizaje.

    En torno a los hatos tanto del Sur como del Cibao
    empezó a surgir también la pequeña propiedad
    agraria, aunque con variantes importantes en relación al
    modelo mercantil en torno al tabaco. Por una parte, esa
    pequeña agricultura surgía entre los estratos
    más bajos de la población local, libertos casi
    siempre.

    Esto explica la presencia de relaciones sociales de
    estos agricultores con la estructura del
    hato, a diferencia del valle del Cibao, en que eran
    independientes. Por otra parte, esta variante estaba constituida
    por una explotación natural de autosubsistencia, en forma
    de conucos; los excedentes eran muy exiguos y se colocaban
    sólo en las villas más cercanas, o bien no
    había excedentes, sino sólo ocasionales y en su
    mayoría de productos de
    la ganadería, obtenidos en montería (cacería
    de reses). Estos aspectos explican el retraso de la banda Sur en
    el desarrollo de
    este nuevo modelo respecto al Cibao, inclusive hasta muy entrado
    el siglo XIX, pues subsistió en ella el gran latifundio
    hatero mucho tiempo, con la
    secuela de la sujeción o dependencia personal a
    diversos grados de la población trabajadora de u
    zona.

    La Colonia Francesa de Saint Domingue. La
    situación de las dos colonias de la isla era totalmente
    diferente, tanto desde el punto de vista económico,
    social, demográfico y cultural. La colonia francesa
    tenía una típica economía de plantación. Desde
    mediados de siglo se consolidó una estructura
    social y demográfica en que el 90 % de la
    población era de esclavos, en su inmensa mayoría
    provenientes de África; el
    4 % de libertos, en su mayoría mulatos, y el 6 % restante
    de blancos. Desde el punto de vista social, los blancos y mulatos
    ocupaban dos posiciones. Aproximadamente la mitad de los blancos
    eran los denominados grandes blancos, es decir, ricos
    propietarios de haciendas, esclavos, comercios, propiedades
    inmuebles, grandes comerciantes, altos funcionarios, etc.; el
    resto estaba constituido por los petits blancs que tenían
    su sustento en labores de servicios,
    como comercio a
    mediana y pequeña escala, transporte,
    trabajos artesanales, producción agrícola a
    pequeña escala con muy pocos esclavos, puestos
    burocráticos inferiores, etc. Entre los libertos, un
    sector de los mulatos también era de grandes propietarios
    esclavistas de haciendas y esclavos ya que sus padres eran
    blancos que, al haber establecido relaciones maritales con negras
    esclavas y no dejar otros herederos, no sólo los
    hacían libres sino que les dejaban en herencia todas
    sus propiedades.

    La mayor parte de los libertos mulatos y los libertos
    negros estaban en condiciones económicas relativamente
    similares a las de los petits blancs, ocupándose de
    servicios, trabajos artesanales y producción
    agrícola a pequeña escala, constituyendo la clase
    media de la colonia.

    En los años anteriores a la revolución
    haitiana el poder económico de los mulatos ricos se
    extendió considerablemente, llegando a la situación
    de ser propietarios de la cuarta parte de las propiedades totales
    de la colonia y de la quinta parte del total de los
    esclavos.

    Sin embargo, en Saint Domingue regía el sistema de
    castas, por el cual sólo disfrutaban de derechos políticos y
    civiles plenos las personas de raza blanca. Los mulatos
    propietarios eran igualmente defensores del orden esclavista,
    pero sufrían la opresión jurídica y la
    discriminación racial del con junto de los
    blancos. De tal modo, la población se dividía
    corrientemente en blancos, mulatos (o de color) y negros.
    Teóricamente la condición natural del negro, salvo
    excepciones era la esclavitud y la
    del blanco el dominio; los
    mulatos se encontraban en situación intermedia. Esto era
    debido a que sobre la real división de las clases
    sociales actuaban elementos ideológicos y
    jurídicos, que consagraban privilegios especiales a los
    blancos; tales disposiciones tendían a la
    conservación del statu-quo, es decir del régimen de
    la esclavitud más" cruel.

    Las riquezas que se obtenían en Saint Domingue a
    partir del trabajo de los esclavos eran inmensas. El 70 % del
    tonelaje de los buques comerciales de Francia estaba
    dedicado al comercio con Saint Domingue. Una proporción
    similar del comercio exterior
    de Francia se realizaba con esta colonia. El comercio externo de
    Saint Domingue era superior al de los Estados Unidos.
    Sin duda, Saint-Domingue era la colonia más rica del mundo
    en los finales del siglo XVIII, hasta que comenzó el
    proceso revolucionario. En total, las exportaciones
    sumaban unos 130 millones de francos y las importaciones una
    suma similar. El número de barcos que intervenía en
    su comercio superaba el millar.

    La economía de Saint Domingue dependía de
    la producción de artículos agrícolas
    tropicales con destino al exterior. Veamos el siguiente cuadro de
    los renglones de exportación en 1789.

    Partes: 1, 2, 3

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