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La inversión extranjera directa como incentivo al desarrollo económico (página 2)



Partes: 1, 2

3. Análisis conceptual

Sobre la definición de la inversión
extranjera encontramos diferentes opiniones, en el sentido
económico y en el legal.

Según la Enciclopedia española el
término inversión (en latín
inversionem). Es la acción
y efecto de invertir.

En el plano económico es la Adquisición,
por parte de un individuo,
una empresa o
una colectividad, de bienes de
capital para
aumentar la producción por ejemplo: empleo de
fondos líquidos en una cuenta bancaria, en valores
mobiliarios, etc., con vista a protegerse contra la depreciación monetaria o realizar un
beneficio ulterior.

A la inversión también se llama
formación (bruta o neta) de capital. Los bienes de una
inversión aumentan la productividad, lo
que permite un posterior incremento de bienes de consumo para
la comunidad.

La inversión extranjera tiene diferentes
definiciones para cuestiones legales en los diferentes
países. Existen varias categorías de la
inversión: hay países que poseen la
definición en sus respectivas legislaciones; otros que
dicen poseer dicha definición, pero no indican su
contenido; aquéllos que señalan no poseer
definición o no responden la pregunta; algunos
países, sin perjuicio de sus normas internas,
remiten la definición de inversión extranjera a las
normas contenidas en tratados
internacionales como el Acuerdo de Cartagena o el Tratado de Libre
Comercio de América
del Norte (TLCAN).

La definición de inversión, al igual que
la de inversionista es fundamental en un acuerdo de
inversión, pues es ésta la que delimita el alcance
del mismo. De allí que la principal pregunta en este
sentido es cuán amplia o restrictiva es tal
definición. En el caso de los acuerdos señalados,
éstos comprenden una definición amplia, aunque con
algunas diferencias entre ellos. Así, el G-3, el Grupo Andino y
el Tratado Libre Comercio
suscrito por Bolivia y
México,
hacen referencia a "recursos" o
"aportes" transferidos o provenientes del exterior, los primeros
dos incluyendo una lista de ejemplos. Los dos protocolos de
MERCOSUR se
refieren a "todo tipo de activo" y el TLC firmado
por Costa Rica y
México menciona "todo tipo de bienes y derechos", en los tres casos
con una lista de ejemplos.

El TLCAN y el TLC Canadá y Chile no brindan un
concepto
propiamente dicho de inversión, sino que incluyen una
lista positiva amplia de activos
expresamente vinculados a las actividades de una empresa (acciones de
una empresa; instrumentos de deuda de una empresa y un
préstamo de una empresa en ciertas condiciones;
participación en una empresa que dé derecho a
participar en el haber social de una empresa en una
liquidación o en sus ingresos o
utilidades; bienes raíces u otra propiedad,
tangible o intangible, adquiridos o utilizados con el
propósito de obtener un fin económico; la
participación que resulte de contratos tal
construcción y de llave en mano; y,
contrato en
que la remuneración depende sustancialmente de la
producción, ingresos o ganancias de una empresa) y una
lista negativa excluyen de ciertos tipos de reclamación
pecuniarias.

El G-3 y los tres acuerdos bilaterales de libre comercio
incorporan también una lista negativa, la cual excluye no
sólo ciertas reclamaciones pecuniarias, sino
también obligaciones
de pago de una empresa del Estado o
préstamos a una empresa del Estado. En el caso de todos
estos convenios, el concepto de inversión incluye la
inversión en portafolio.

En Cuba se define
la inversión extranjera, de la siguiente manera: Aportes
de capital realizados por inversionistas extranjeros, en su
carácter de socio en una empresa mixta o
como parte en una asociación de carácter
contractual, como los actos de adquisición de bienes
inmuebles situados en el territorio cubano conforme a las
regulaciones contempladas en el Capitulo VI de la Ley # 77 de la
inversión extranjera.

4. Definición de
inversionista

La definición de inversionista hace referencia a
las personas naturales y personas jurídicas u otro tipo de
entidades legales a las que se aplicará el
acuerdo.

En relación con las personas físicas,
todos los acuerdos consideran como inversionista al nacional de
un país, parte del mismo. La definición de nacional
está, por lo general, sujeta a la legislación
nacional y hace referencia a la ciudadanía. El TLCAN, el TLC CA/CHI y el
Mercosur intrazona consideran inversionista no sólo al
nacional, sino también al residente permanente. El TLCAN y
los tres tratados
bilaterales de libre comercio hacen referencia a que el
inversionista es aquel que "pretende realizar, realiza o ha
realizado" una inversión, a efectos de incorporar dentro
del concepto al inversionista potencial. Finalmente, los dos
protocolos del Mercosur utilizan la residencia permanente en su
propio territorio para delimitar el concepto de inversionista,
salvo cuando los recursos referidos a las inversiones
provengan del exterior.

En relación con las personas jurídicas u
otras entidades legales, existen diversos criterios para
definirlas, los cuales pueden agruparse en criterios de
carácter territorial y criterios basados en la propiedad o
control. En el
caso de los primeros, se utiliza el lugar de constitución de la empresa o el
lugar donde se encuentra instalada la
administración o donde tiene asiento la empresa. En el
caso de los segundos, éstos se basan en el control directo
o indirecto de las empresas por
parte de personas físicas de uno de los países
parte del acuerdo.

Los criterios de constitución, asiento o control
también pueden combinarse, en forma alternativa o
acumulativa, según se busque ampliar o restringir el
ámbito de aplicación del acuerdo. En el caso de los
acuerdos analizados, el TLCAN, el G-3 y los tres tratados
bilaterales de libre comercio utilizan el lugar de
constitución u organización o, en el caso del G-3,
protección- para determinar la nacionalidad
de una empresa. Los protocolos de Mercosur utilizan criterios
mixtos. En el caso del Protocolo
intrazona se utilizan los criterios de constitución y
sede, pero también entiende como personas jurídicas
a "aquéllas constituidas en el Estado
anfitrión de la inversión efectivamente
controladas, directa o indirectamente, por personas
físicas y jurídicas"31 definidas según el
mismo protocolo. Por su parte, el Protocolo extrazona combina los
criterios de constitución y sede.

En Cuba el inversionista extranjero es la persona natural o
jurídica, con domicilio en el extranjero y capital
extranjero, que se convierte en accionista de una empresa mixta,
o partícipe en una empresa de capital totalmente
extranjero, o que figure como parte en los contratos de
asociación económica internacional.

5. Modalidades de inversión
extranjera

La inversión extranjera tiene tres modalidades
definidas: inversión directa, indirecta y de
portafolio.

Se consideran como inversiones indirectas todos
los actos o contratos por medio de los cuales el inversionista
realiza un aporte tangible o intangible a una empresa sin llegar
a tener participación accionaria en todo o en parte de
ella, siempre y cuando las rentas que la inversión genere
para su propietario dependan de las utilidades generadas por la
empresa.

Se consideran como inversiones de
portafolio
,
las inversiones en acciones y bonos
obligatoriamente convertibles en acciones y otros valores
negociables en bolsas de valores.

Se consideran como inversiones extranjeras
directas
los aportes provenientes del exterior, de propiedad
de personas extranjeras, al capital de una empresa; y la
adquisición, con ánimo de permanencia, de
participaciones, acciones o cuotas en el mercado de
valores. Sus formas más generales son: la importación de divisas
libremente convertibles para inversiones en moneda nacional como
la creación de empresa o como aporte directo de capital a
una empresa o adquisición de derechos, acciones u otros
valores; importación de maquinaria, equipos u otros bienes
físicos o tangibles, aportados al capital de una empresa
como importaciones no
reembolsables; Importaciones de divisas libremente convertibles
para efectuar inversiones en moneda nacional destinadas a la
compra de inmuebles para residencia propia o vivienda de
funcionarios u oficinas de personas jurídicas
extranjeras.

Esta última es la más extendida e
importante y por eso será el objeto directo de nuestra
investigación.

6. Principales efectos de la inversión
extranjera directa

Los principales efectos, tanto positivos como negativos
de la IED se concretan en:

Lavado de dinero:
Para el blanqueo de dinero, ya sea producto de
narcotráfico o cualquier otra actividad
ilícita, la forma más utilizada es la siguiente:
los operadores de este negocio constituyen sociedades
ficticias en otros países, simultáneamente crean
compañías en el país hacia donde se dirigen
los dineros sucios, que aparentemente son las destinatarias de la
inversión foránea. A estas últimas, las
registran con nombres similares a los de firmas multinacionales
para facilitar la transacción. Los lavadores utilizan
declaraciones de cambio para
trasladar el dinero a
través de los bancos. Para ello
abren cuentas
corrientes, usando el NIT de empresas reales, luego hacen
desaparecer el dinero. Estas operaciones se
hacen con la complicidad de funcionarios corruptos de la banca.

PIB per cápita: Ejercicios de
carácter empírico indican la existencia de una
fuerte relación entre inversión extranjera y el
crecimiento del PIB per
cápita. Por ejemplo, en un estudio realizado por Alejandro
Gaviria y Javier Gutiérrez encontraron para diez
países latinoamericanos, que por cada aumento en los
flujos de inversión en 1% con respecto al PIB, el PIB per
cápita se incrementa en una tasa superior a 1% de la que
se presentaría en ausencia de los flujos de
capital.

Acumulación de capital: La
inversión extranjera incrementa el stock de capital de la
región receptora, produciendo una ampliación de la
demanda
efectiva que eleva la tasa de crecimiento del producto. La
acumulación de capital físico ocurrirá,
siempre y cuando los flujos de inversión no se destinen a
la compra de activos productivos ya existentes. Así mismo,
las repatriaciones de capital no podrán superar los flujos
brutos de inversión, de lo contrario se presentaría
una disminución del capital. Los montos de capital
repatriado, no solo son importantes como determinante de la
inversión, sino que también permiten medir los
efectos finales de la IED en cuanto a acumulación de
capital.

Innovación y desarrollo
tecnológico:
Las ventajas de las empresas extranjeras,
son básicamente la implantación de procesos de
producción modernos o únicos, introducción de nuevas técnicas
de gestión
y mayor calificación de la mano de obra. Tarde o temprano,
estas tecnologías se traducen en aspectos positivos para
los empresarios nacionales.

Balanza de pagos: La inversión extranjera
implica por sí misma, la entrada de divisas al país
y revierte en alguna medida, la restricción de financiamiento
externo. El efecto contrario se presenta en el caso de una
drástica salida de los flujos de inversión, que
genera problemas de
carácter macroeconómico en la región
receptora. La historia señala que,
por el costo de
movilidad, es mayor el peligro cuando se trata de
inversión extranjera de cartera, que cuando la
inversión se materializa en infraestructura
productiva.

Competitividad: Debe resaltarse que la competitividad
de una nación,
no depende solo de producir los bienes a menor costo, sino que a
su vez, debe contar con otros elementos como son calidad (tanto en
los sistemas de
producción como en el producto final), capacidad de
respuesta a la demanda de los consumidores, rapidez en la
entrega, mercadeo agresivo
y establecimiento de redes eficientes en la
distribución. Las empresas multinacionales
concentran estos aspectos, en efecto, son dueños de
tecnologías más dinámicas y poseen sistemas
internacionales de producción cada vez más
integrados y operan en múltiples mercados en forma
simultánea.

Comercio exterior: A la IED se le atribuye
generalmente una fuerte actividad comercial externa debido a las
experiencias en cuanto a la dinámica exportadora de las empresas
receptoras de inversión extranjera llegando a ser en
algunos casos superior a la de las empresas nacionales. Pero esto
depende de si estas operan o no con materias primas y bienes
intermedios importados, y en que cantidad lo hacen, lo que en
términos netos puede representar un balance comercial
negativo

Concentración de capital: Por una parte
tenemos la compra de empresas ya existentes en el país de
destino de la inversión. Por otra parte, generalmente las
empresas transnacionales se establecen en sectores intensivos en
capital, y al contar éstas con una base mayor, en este
recurso, que las empresas establecidas, cuentan con una
considerable ventaja. Además, los mayores niveles de
eficiencia de
las compañías multinacionales, producto del
funcionamiento de sus fuerzas productivas a escala ampliada,
junto con las redes de distribución internacionales que ya
tienen establecidas, terminan por desplazar las empresas
instaladas menos eficientes. Otro factor que influye de
sobremanera en el desplazamiento de las empresas establecidas con
anterioridad, lo constituye la tecnología; la
tecnología propia de una industria es
propiedad privada de las grandes empresas, amparada con patentes,
esta tecnología se restringe a los antiguos productores
locales y si estos pertenecen a una nación
en desarrollo se encuentran en una gran desventaja, teniendo en
cuenta que esos países invierten muy poco en I&D y su
innovación
tecnológica es muy escasa. La inversión
extranjera no es una masa de capital que fluye a través
del mundo motivada únicamente por las fluctuaciones de la
oferta y la
demanda del mercado mundial
de capitales. La inversión extranjera, no responde a una
saturación de capital en el país inversor; es la
búsqueda de una mayor ganancia, lo que la mueve a
establecerse más allá de sus fronteras.

7. La
inversión desde la perspectiva del
inversor

Cuando una empresa multinacional opera en un país
extranjero se enfrenta a costes adicionales, en
comparación con los competidores locales, costes que
aparecen como consecuencia de las diferencias culturales,
legales, institucionales, lingüísticas, la falta de
conocimiento
de los mercados locales y los costes de comunicación por operar a distancia,
principalmente. Para que la inversión de una empresa en el
exterior sea beneficiosa, la firma debe poseer alguna ventaja no
compartida por las competidoras locales. Este ha sido
comúnmente el punto de partida de las teorías
de la inversión exterior y de la empresa
multinacional.

Al revisar la literatura existente sobre
los determinantes de la actividad de las empresas
multinacionales, suelen distinguirse dos tipos de enfoques: el
enfoque microeconómico, que se centra en las
características internas de las empresas multinacionales,
y el enfoque macroeconómico, que se fija en la
dinámica de rivalidad dentro de una industria
oligopolística. Ambos grupos no son
excluyentes y existen teorías que utilizan argumentos de
las dos categorías. En la base de los dos grupos
están las teorías de competencia
imperfecta entre grandes empresas.

En el marco del enfoque microeconómico destaca el
"paradigma
ecléctico" desarrollado por Dunning, que busca ofrecer un
marco general para determinar la extensión y el modelo de
producción en el exterior de las empresas de un
determinado país, así como la producción en
el país por parte de empresas extranjeras. Se trata de un
enfoque unificador que permite una aproximación completa a
la explicación de la inversión directa en el
exterior.

Las siglas OLI, base del marco analítico de
Dunning, se refieren a las ventajas de propiedad (ownership),
localización (location), y de internacionalización
(internalization). Cada uno de estos conceptos por su parte
abarca teorías acerca del comportamiento
de las multinacionales, pero son incompletas por sí solas
como determinantes de la inversión exterior directa.
Dunning los reúne en su enfoque OLI, lo cual admite una
explicación de los determinantes de la inversión
exterior directa más íntegra.

Según el paradigma ecléctico la capacidad
y predisposición de las empresas de un país para
suministrar al mercado doméstico, o a uno en el exterior
desde una localización en el extranjero, depende de la
posesión o la capacidad para adquirir determinados activos
que no son alcanzables, o por lo menos, no alcanzables en tan
favorables términos, por las empresas de otros
países. Estos activos ofrecen ventajas que pueden ser de
tres tipos: de propiedad (tanto en activos tangibles como
intangibles), de localización, (específicas de una
localización determinada, pero accesibles a todas las
empresas), derivadas de la
internacionalización (constituyen el nexo que une los
elementos del marco analítico OLI)

Según las predicciones del paradigma
ecléctico, en un momento dado cuantas más empresas
de un país posean ventajas en propiedad, mayor es el
incentivo para internacionalizar su uso, y mayor será el
interés
para explotarlas desde una localización en el exterior,
con lo cuál mayor será la predisposición a
producir en el exterior.

8. Principales características de los
países que acuden la inversión exterior
directa

Seguidamente se exponen algunos factores que pueden
constituir ventajas de carácter locacional para atraer la
inversión extranjera directa a las regiones:

Tamaño de Mercado: Las
características de los países receptores de
inversión relacionadas con el mercado, como son la talla,
el crecimiento y el nivel de desarrollo de la competencia local,
tienen gran influencia en las decisiones de inversión.
Este tipo de factores inciden especialmente en los países
desarrollados así como también en la
formación de mercados comunes.

Mercado de Trabajo:
Para caracterizar el mercado de trabajo se analizan dos variables; los
costes laborales y el capital
humano.

Coste Laboral: Se
mide por la remuneración media por asalariado para un
país o región en un período determinado. Los
costes laborales se han considerado tradicionalmente como una
ventaja locacional que influye en la inversión extranjera
a la hora de elegir su destino geográfico, siempre y
cuando ello no implique una menor productividad. En principio
parece que la relación entre coste laboral e IED deba ser
de signo negativo, no obstante un signo positivo también
podría significar que mayores remuneraciones
van asociadas a mayor nivel de cualificación de la mano de
obra.

Capital humano: La variable utilizada para medir
el capital humano, o nivel de cualificación del trabajo,
es la proporción de población activa con estudios medios para
cada región, durante un período específico.
Se parte de la idea que la inversión orientada hacia
sectores industriales de demanda y tecnología fuerte y/o
media, así como la inversión orientada hacia los
servicios,
busca mano de obra cualificada, mientras que la IED orientada
hacia actividades con muy poco valor
añadido busca mano de obra barata y no
cualificada.

Incentivos y ayudas oficiales: En general parece
existir un amplio consenso sobre la poca relevancia de los
incentivos
oficiales en las decisiones de las empresas a la hora de invertir
en el exterior. Por el contrario si que se reconoce cierta
efectividad de los incentivos a nivel nacional y
regional.

Nivel de infraestructuras: El nivel de
infraestructuras de transporte y
comunicaciones
de la región constituye otra variable que parece
importante para decidir la localización de la
inversión. Dado que facilita el funcionamiento de las
actividades económicas, tanto de producción como de
consumo, en principio debería existir una relación
positiva entre IED e infraestructura de transporte y
comunicación.

9. Evolución reciente de la Inversión
Extranjera Directa

A partir de trabajos muy bien documentados se ha tratado
de establecer la evolución de la Inversión Extranjera
Directa. En los últimos años se ha observado un
crecimiento muy importante en el monto de los recursos
financieros internacionales que buscan adquirir una cierta
participación en la administración, posesión o control
de empresas localizadas en lugares distintos al de su país
de origen. Este flujo de recursos, conocido como IED, se
triplicó a nivel mundial entre 1990 y 1998, al pasar de
alrededor de 200 mil millones de dólares (mdd) a
más de 600 mil mdd

La IED ha crecido hacia todo tipo de países y
hacia todas las regiones del mundo en forma notable. Los
países que más se beneficiaron de este crecimiento
fueron los de ingresos bajos y medios. En conjunto, la IED hacia
este tipo de países se multiplicó por un factor de
siete entre 1990 y 1998. En el caso de los países pobres,
el principal país receptor ha sido China,
destinatario de alrededor del 80% de la IED que reciben los
países de ingresos bajos.

Por otro lado, entre los países de ingresos
medios o bajos, los principales destinos de la IED son, en orden
decreciente, América
Latina y el Caribe (69 mil mdd), el Sudeste Asiático y
los países de la zona del Pacífico (64 mil mdd) y
Europa del Este y
Asia Central
(24 mil mdd). LA IED hacia otras regiones de ingresos medios ha
crecido recientemente, pero sus niveles siguen siendo
relativamente menores.

En términos del crecimiento de la IED, la zona
que ha mostrado un mayor dinamismo en los últimos
años es Europa del Este. De hecho, la IED hacia esta
región ha crecido a una tasa anual promedio cercana al
50%, lo que la ha llevado a multiplicarse por más de 23
veces en un periodo de tan sólo ocho años. Debe
tenerse en cuenta, sin embargo, que esta región
tenía niveles de IED muy reducidos, por lo que a pesar de
haber tenido un crecimiento notable en este periodo, su
participación en la IED mundial sigue siendo relativamente
baja (3.9%). Por otra parte, las regiones de ingresos medios que
combinan dinamismo y niveles de IED relativamente altos, son el
Este de Asia y América Latina y el Caribe. Este hecho, en
el contexto de un creciente flujo de la IED, es aún
más significativo e indica que los países de estas
regiones se han convertido en receptores muy atractivos para los
flujos de inversión internacionales.

Los datos mostrados
sobre el comportamiento de la IED señalan que ésta
ha tendido a crecer en forma importante en los últimos
años. Sin embargo, este comportamiento por sí solo
no nos indica si la importancia de la IED en la economía
mundial también ha crecido o no. Para poder hacer
alguna aseveración a este respecto, es necesario contar
con alguna variable que nos permita controlar por el
tamaño de las economías receptoras. Existen dos
alternativas inmediatas: el Producto Interno
Bruto (PIB) o la Inversión Interna Bruta
(IIB).

La primera medida, IED como porcentaje del PIB, nos
diría cuál es la importancia de la inversión
externa con respecto al flujo de producción anual de una
economía. Dado que el PIB es una variable
que usualmente tiende a crecer, la participación de la IED
en el PIB tenderá a crecer únicamente cuando la IED
crezca a tasas más rápidas que la
producción.

La segunda medida, IED como porcentaje de la
Inversión Interna Bruta, nos proporciona información sobre la relevancia de los
flujos financieros internacionales en el financiamiento de la
adquisición de capital nuevo en una
economía.

Por ejemplo, la participación de la IED en el PIB
a nivel mundial aumentó de 0.7 a 2.2 por ciento entre 1980
y 1998., mientras que la IED como porcentaje de la
Inversión Interna Bruta ha aumentado su
participación a nivel mundial al pasar de 2.7% en 1980 a
7.1% en 1998.

En resumen, pueden plantearse las siguientes
conclusiones preliminares con respecto a la evolución
reciente de la IED en el mundo:

  • La IED a nivel mundial ha crecido no sólo en
    términos nominales sino también en importancia
    con respecto al tamaño y al nivel de la inversión
    interna bruta de las economías.
  • Este aumento en importancia de la IED no se explica
    únicamente por los aumentos en la liquidez
    internacional, ya que al controlar por la tasa de
    interés internacional (aproximada por la tasa de
    interés de los Estados
    Unidos), la tendencia en la IED como proporción
    tanto del PIB como de la inversión interna bruta sigue
    siendo positiva y significativa.
  • Las regiones que se han visto más favorecidas
    por el aumento en la IED a nivel mundial son: América
    Latina y el Caribe, el Este de Asia y el Pacífico y
    Europa del Este y Asia Oriental. Las regiones que se han visto
    menos favorecidas son el Medio Oriente y los países de
    ingresos altos que no pertenecen a la OECD.

10. Determinantes y Políticas
de Atracción de la IED

10. 1. Determinantes de la IED

Existen diversas razones para que una empresa decida
invertir en otro país. Casi todos los argumentos que se
han ofrecido para la existencia de IED pueden agruparse bajo tres
objetivos
básicos: el intento de participar en nuevos mercados,
aumentar la eficiencia productiva a través de reducciones
de costos y el
intento de explotación de ciertos activos
estratégicos.

A continuación explicaremos en más detalle
cada uno de estos tres objetivos.

Explotación de nuevos mercados: Una de las
principales razones que se han ofrecido para explicar la
presencia de IED en una economía es la búsqueda de
nuevos mercados.

Tradicionalmente se suponía que una empresa que
proveía a una economía grande y/o rica,
podía asegurarse su participación en dicho mercado
mediante una inversión directa.

En ese sentido, la IED tradicionalmente se
entendía como un sustituto directo del comercio. Por ende,
un factor explicativo de este tipo de IED es el tamaño del
mercado de destino, el cual puede medirse mediante el ingreso
total de una economía o mediante sus dos componentes: el
tamaño de la población y el ingreso per capita. De
hecho, una parte de la explicación tradicional de la IED
en las décadas de los sesenta y setenta estaba basada en
el fuerte proteccionismo que caracterizaba a algunas
economías. Esto se debía a que en un mercado
protegido era más atractivo el invertir en forma directa
que utilizar la vía alternativa (exportar), la cual
podría ser muy costosa. Además, una economía
protegida ofrecía un atractivo mercado cautivo. Este tipo
de IED se conoce en inglés
con el nombre de tariff-jumping.

Un enfoque más moderno, sin embargo, sugiere que
existe un cierto tipo de IED que busca un mercado más
grande pero no en forma directa sino indirecta. En este sentido,
una economía que ofrece ventajas comerciales o de
localización geográfica, podría servir para
atraer a la IED que busca penetrar en un mercado más
amplio (por ejemplo, en un tercer país, lo cual puede ser
el resultado del establecimiento de acuerdos comerciales). En
este sentido, este tipo de IED podría estar asociado a un
mayor volumen de
comercio
internacional y no a uno menor como se suponía
anteriormente.

Además, este tipo de IED sería más
común en aquellos países que ofrecieran un cierto
tipo de ventajas ya sea comerciales (acceso a terceros
países mediante acuerdos comerciales) o de
localización geográfica (vía menores
costos). Un ejemplo de esto, es el caso de México que
ofrece a terceros países la posibilidad de acceder al
mercado norteamericano como resultado de su participación
en el Tratado de Libre Comercio de América del
Norte.

Búsqueda de eficiencia productiva: Este
tipo de IED busca una mayor eficiencia productiva mediante la
reducción de sus costos de
producción. Esto puede implicar la búsqueda de
zonas en donde los costos de ciertos insumos productivos sean
más baratos. Este es el caso de la IED que transfiere
actividades intensivas en trabajo a zonas en donde la fuerza laboral
es abundante y los salarios son
relativamente bajos. Sin embargo, también es el caso de la
IED que busca una mayor eficiencia por costo unitario de la
fuerza laboral. Esto implica que hay cierto tipo de IED que no
sólo busca mano de obra barata sino una combinación
de salarios inferiores a los domésticos y una alta
productividad de los trabajadores.

El primer tipo de IED (basado en salarios bajos) es el
más tradicional y es el que explica la IED que algunos
países avanzados tienden a realizar en sus países
vecinos de menores ingresos y con abundante mano de obra no
calificada. Por ejemplo, este es el tipo de IED que realizaron
empresas japonesas en el Sudeste Asiático en la
década de los sesenta y setenta y que ahora se han ido
desplazando hacia otros países de la región cuyos
salarios son menores. También este es el caso de la IED de
empresas estadounidenses en ciertas zonas de México y
Centroamérica. Este tipo de IED está asociado a la
inversión en la industria manufacturera ligera, que es
abundante en trabajo, o a la relocalización de una cierta
parte de la actividad industrial que es intensiva en mano de obra
no calificada. Esto explica en parte porque este tipo de IED
está normalmente asociado a un aumento en el comercio
intra-firma.

El tipo de IED que busca una mayor eficiencia por costo
unitario de la fuerza laboral, es el que no sólo busca
salarios menores a los que pagaría en su país de
origen, sino que también deseará obtener una
productividad laboral relativamente alta. Este tipo de IED es
más especializada y requiere de una mano de obra
relativamente más calificada. Este es el caso de la IED
dedicada a la manufactura
más compleja y que busca orientar su producción al
mercado externo (este es el caso de, por ejemplo, la IED en la
industria automotriz). También es el caso de la IED
especializada en servicios profesionales como el procesamiento de
datos.

Búsqueda de activos estratégicos:
Este tipo de IED puede dividirse en dos situaciones completamente
extremas. Por una parte, se encuentra la IED que busca explotar
la existencia de ciertos recursos
naturales. Este es la forma más tradicional y antigua
de IED. Sin embargo, en la actualidad este tipo de IED ha ido
perdiendo importancia en el mundo, en parte porque la
dotación de factores es relativamente fija pero
también como resultado del surgimiento de muchos otros
bienes que pueden sustituir a este tipo de recursos.

Por otra parte, existe un cierto tipo de IED que busca
la existencia de otro tipo de activos estratégicos mucho
más especializados como pueden ser la mano de obra
altamente calificada, un cierto tipo de infraestructura (en
telecomunicaciones, por ejemplo) o el desarrollo
de ciertas habilidades muy específicas (know-how).
Este es el caso de la IED que busca desarrollar programas de
computación (software), actividades de
investigación y desarrollo o la producción de
bienes con tecnología de punta.

Estos tres factores, que son los más importantes,
sugieren otras posibles determinantes de la IED: el tamaño
del mercado, las características de la fuerza laboral, la
ubicación geográfica, la dotación de
factores, etc. Estos factores pueden ser manejados mediante
políticas gubernamentales y pueden convertirse en
instrumentos de atracción o repulsión de la IED,
por lo tanto las consideraciones que se exponen a
continuación tiene un carácter más
empírico que conceptual.

Población: Esta variable es una medida del
tamaño del mercado. Se espera que esta variable tenga
asociado un coeficiente de signo positivo, es decir, a mayor
población mayor IED. El modelo subyacente que justifica la
inclusión de esta variable es un modelo similar a los
modelos de
fuerza de gravedad que son ampliamente utilizados para explicar
el comportamiento del comercio internacional: a mayor volumen
mayor capacidad de atracción de IED. Esta variable ha sido
utilizada en algunos otros estudios en forma similar a la
empleada en este trabajo.

Falta de acceso al mar o Mediterraneidad: Esta
variable trata de representar factores de ubicación y
localización geográfica que podrían atraer
(o desalentar, según sea el caso) a la IED.

Porcentaje de la población mayor de 15
años que no asiste a la escuela:
Esta
variable representa un indicador de la calidad de la fuerza
laboral de un país. A priori, el efecto de esta variable
es ambiguo. De acuerdo a ciertas hipótesis, si la IED busca mano de obra
barata en el mundo, sería razonable suponer que mientras
menor sea el nivel educativo de una población y menores
sean sus salarios, mayor será la IED que reciba ese
país. Sin embargo, otras hipótesis plantean
un tipo de relación distinta entre la educación y el
monto de IED. Algunos estudios sugieren que una mano de obra
mejor capacitada estará más preparada para absorber
las potencialidades tecnológicas asociadas a la IED y que
al menos cierto tipo de IED preferirá buscar a la mano de
obra más apropiada para su proceso de
producción y no necesariamente la más barata.
Así podría esperarse que un mejor nivel de educación estuviera
asociado a un mayor flujo de IED.

Grado de apertura de la economía: Esta
variable representa el grado de inserción de un
país en la economía mundial y se mide como la
razón del comercio internacional total (exportaciones
más importaciones) con respecto al PIB.

El efecto final dependerá de cual es el principal
factor que motiva a la IED. Si el factor de atracción es
la existencia de un mercado interno cautivo, entonces una mayor
apertura al comercio podría atraer menores niveles de IED.
Sin embargo, si el factor de atracción de la IED es el de
una expansión del mercado a través de las
economías a las que se puede tener acceso en forma
indirecta, entonces una mayor apertura podría estar
asociada a una mayor inversión. La primera interpretación está asociada al
enfoque tradicional, el que consideraba a la IED como un
sustituto del comercio
exterior. La segunda interpretación es más
moderna y presupone una cierta complementariedad entre comercio e
inversión.

Capacidad y efectividad de gobierno: Las
dos variables siguientes se refieren a indicadores de
la calidad y la capacidad de gobierno en las
economías. Estas dos variables tratan de reflejar aspectos
de política
que podrían estar incentivando o desalentando a la IED en
una economía.

Se parte del presupuesto de
que una mayor calidad gubernamental tendería a aumentar el
monto de la IED.

1) Carga regulatoria. Este índice trata de
reflejar la calidad y efectividad de las políticas
públicas e incorpora mediciones de la incidencia de
políticas que atentan contra el libre mercado tales como
los controles de precios o
salarios. Además, el índice incluye varias medidas
de la percepción
que se tiene sobre la regulación excesiva en el comercio,
la banca, el tipo de cambio
o la inversión. También se considera la efectividad
de las políticas de fomento a la competencia, la
existencia de barreras a la entrada en ciertas industrias, la
regulación de la remisión de utilidades al
exterior, la carga impositiva y la vaguedad de las regulaciones.
Un aumento en el índice (es decir, una menor carga
regulatoria) debería de estar asociado a niveles
más altos de IED.

2) Estado de Derecho. Este índice incluye
varias medidas que reflejan la confianza y el respeto que le
tienen los individuos de un país a las reglas sociales. El
índice incorpora información sobre la
percepción que se tiene sobre el crimen, el sistema judicial
y la aplicabilidad de los contratos en un país. El
índice trata de capturar la medida en la que la sociedad es
capaz de desarrollar un ambiente en el
cual un sistema de reglas justas y predecibles es capaz de
determinar las interacciones económicas y sociales. Otras
variables que se incorporan en estos índices son el
número de secuestros de extranjeros, la existencia de
mercados negros, la efectividad de la policía, la
protección de la propiedad
intelectual y la efectividad del sistema legal. Al igual que
en el otro índice, un aumento en este indicador significa
un mayor cumplimiento con el Estado de
derecho.

10. 2. Instrumentos de política que inciden en la
IED

En cuanto a Políticas Públicas hacia la
IED la literatura económica reciente ha mencionado muchos
de los aspectos positivos asociados a una mayor IED. Sin embargo,
esto no ha sido siempre así. Durante mucho tiempo, muchos
gobiernos vieron con recelo y desconfianza a la IED. De hecho,
algunos gobiernos implementaron medidas de política que
estaban específicamente destinadas a impedir o complicar
la llegada de IED a sus países. Esta visión
negativa de la IED alcanzó una de sus máximas
expresiones en la Decisión 24 del Acuerdo de Cartagena
adoptada por el Pacto Andino.
Ella establecía que toda empresa surgida de una
inversión externa debía llegar en un límite
de 10 años a ser controlada por capitales
nacionales.

Durante los años cincuenta y sesenta, los
economistas estructuralistas sostuvieron una doctrina que
asignaba un papel significativo a la industrialización
doméstica como medio para fomentar el desarrollo
económico y alcanzar aumentos sostenidos en los
niveles de vida de la población. En Latinoamérica, esta escuela de pensamiento se
expresó en una estrategia de
desarrollo hacia adentro basada en la sustitución de
importaciones, la que operó a través de altos
aranceles,
sistemas de protección paraarancelarios, tipos de cambio
múltiples y sustanciales subsidios públicos. Todo
esto se complementaba con una gran cantidad de empresas
estatales.

En estas condiciones, el único tipo de IED que
lograban atraer estos países era aquella que buscaba
explotar ya sea al mercado interno o a los recursos naturales de
la región. En parte, esto explica por qué algunos
gobiernos percibían a la IED como negativa ya que la
consideraban como una fuente de explotación de su riqueza
o como un sustituto de los productores domésticos, los
cuales parecían no desarrollarse por culpa de las empresas
transnacionales. A la larga, la generalización del modelo
de sustitución de importaciones dio lugar a una estructura
industrial poco competitiva y con un marcado sesgo
anti-exportador.

El fracaso de las políticas de sustitución
de importaciones, así como el cambio en las condiciones y
estabilidad de los mercados internacionales marcaron el
progresivo fin de dicha estrategia. Paulatinamente, se ha logrado
un amplio consenso que sugiere que la mejor estrategia para un
país pequeño es el libre comercio, los aranceles
bajos y estables y la participación en estructuras
multilaterales que garanticen un mínimo de distorsiones a
nivel internacional. El fin de las políticas de
crecimiento hacia adentro ha dado lugar a un auge del liberalismo
comercial que se ha visto acompañado por un interés
creciente por recibir mayores flujos financieros internacionales
en forma de IED.

Este cambio de perspectiva ha dado lugar a un cambio
radical en las políticas públicas hacia la IED. En
la actualidad, una gran cantidad de países ha vuelto la
mirada hacia esta forma de financiamiento y muchos gobiernos
están llevando a cabo políticas de fomento de este
tipo de inversión. El debate se
centra en la cuestión de si la competencia por atraer IED
es un juego de suma
negativa o positiva.

Un juego de suma negativa implicaría que la
competencia por atraer IED podría generar una especie de
"guerra" de
menores impuestos o
mayores subsidios para atraer IED, lo cual podría generar
más costos que beneficios para los países
receptores.

Además, estudios recientes también
sugieren que la competencia por atraer un mayor volumen de IED
mediante el otorgamiento de generosos incentivos fiscales,
podría generar a la larga una erosión
importante de la base tributaria, sobretodo en lo que se refiere
al impuesto sobre la
renta de las empresas.

Por otro lado, la competencia por atraer más IED
sería un juego de suma positiva si un país, en la
búsqueda de hacerse más atractivo para la IED,
incurre en una serie de políticas que pudieran tener
efectos positivos más allá de los efectos directos
que pueden tener sobre la IED.

Hay algunos factores determinantes de los niveles de IED
que son totalmente exógenos a las políticas que
puede aplicar un país en particular. Ejemplos de esto son
el tamaño y la localización geográfica del
país que busca atraer esta inversión. Hay, sin
embargo, otros factores sobre los cuales se puede ejercer una
mayor influencia. Entre estos factores se encuentra el nivel
educacional de la población, la infraestructura del
país y las políticas referentes a la entrada de
capitales. A continuación se detallan algunas de las
políticas que pueden implementar los gobiernos que
pretenden atraer mayores flujos de IED, divididas en dos grupos
diferentes: factores institucionales o estructurales y
políticas de incentivos.

10. 2. 1. Factores institucionales y
estructurales

Mejoría en los fundamentos
macroeconómicos:
Una situación económica
volátil puede ser un factor de repulsión de IED. En
consecuencia, mayor estabilidad económica y menor
incertidumbre sobre la situación macroeconómica
futura pueden hacer más atractivo a un país para la
posible recepción de IED. En este sentido, un entorno
económico estable, con finanzas
públicas sanas y con un régimen cambiario
transparente pueden ser fundamentales para la atracción de
ciertos flujos de IED.

Provisión de infraestructura: Existen
varios países en el mundo que a pesar de contar con
ventajas de localización y ubicación
geográficas no son exitosos en la atracción de
IED.

Una parte de este fracaso puede deberse a la inadecuada
provisión de infraestructura (puertos, carreteras,
aeropuertos, etc.) de estos países. Otra posibilidad es
que los gobiernos, en su afán por atraer IED, reduzcan los
estándares laborales y ambientales, lo cual podría
provocar otro tipo de perjuicios.

Mejoría en el marco legal y regulatorio:
Un marco regulatorio complejo, con vaguedades y elementos de
discrecionalidad, puede ser muy poco propicio para la
atracción de IED.

Por ende, un marco regulatorio y legal que sea estable,
transparente y bien definido puede convertirse en un elemento
importante para la atracción de IED. Además, existe
evidencia que demuestra que aspectos como la corrupción pueden incidir negativamente en
el monto de la IED que recibe un país. Por ello, una
mejora de los aspectos legales y regulatorios puede incidir
positivamente en la atracción de IED.

Aumento en el nivel de educación de la fuerza
laboral:
Existe un cierto tipo de IED que busca no
sólo salarios inferiores a los que pagaría en su
país de origen, sino también una alta
productividad. Por lo tanto, un aumento en la calidad y
productividad de los trabajadores de un país podría
atraer un monto más alto de este tipo de inversión.
Por lo demás, este tipo de reforma puede incidir
directamente en el tipo de trabajos que son creados y no
sólo en su cantidad.

La literatura sobre IED inicialmente presentaba al
comercio y a los movimientos de capitales como sustitutos. Esto
implicaba que la IED se debía mayormente a la presencia de
altos aranceles al comercio, por lo que los países
extranjeros optarían por movilizar sus capitales para
producir internamente. Sin embargo, la literatura más
reciente enfatiza la existencia de IED debido a la
explotación de activos intangibles.

Para competir con una firma local, que tiene mayor
conocimiento del mercado, de las preferencias de los consumidores
y de las prácticas de negocios, la
firma internacional debe poseer alguna ventaja competitiva como
puede ser la tecnología o un conocimiento
específico. Esto justificaría la IED incluso en
ausencia de barreras al comercio. Esta visión predice
efectos contradictorios de un acuerdo de integración regional. Por una parte, se
esperaría que un acuerdo de este tipo reduzca el flujo de
inversión ya que la liberalización comercial
podría eliminar la necesidad de la IED para abastecer a la
economía local. Desde otro punto de vista, el capital
extranjero puede aumentar si la IED estaba limitada por el
tamaño de los mercados nacionales. El mercado común
puede ser lo suficientemente grande como para soportar los costos
fijos de instalación de una nueva filial extranjera, que
bajo las nuevas condiciones sea capaz de operar
eficientemente.

Además, los acuerdos de integración
regional también tienen efectos dinámicos debido al
mayor crecimiento que se produce en la transición hacia un
mayor nivel de ingresos generado por la mayor competencia y la
ubicación más eficiente de los recursos dentro del
mercado común. Esta mayor tasa de crecimiento va a
aumentar el atractivo de la región para realizar
inversión tanto doméstica como
extranjera.

Los mejoramientos en eficiencia económica
asociados con la mayor especialización, el aprovechamiento
de las economías de escala y una mejor
concentración geográfica de las actividades
económicas son posibles debido a la IED intra e
interregional. Los mayores flujos de IED también son una
fuerza importante tras las mayores presiones competitivas que se
esperan que obliguen a los productores locales a adoptar estrategias que
mejoren la eficiencia, tales como racionalizar la capacidad de
planta o reducir trabas en los procesos de producción.
Además, es probable que la IED estimule la transferencia y
difusión de tecnología, directamente y por derrame
a las firmas locales.

Los efectos de los acuerdos de integración
regional dependen de los cambios que se hayan introducido en el
acuerdo. Se ha encontrado que hay un mayor impacto en la IED
cuando los acuerdos comerciales van acompañados de la
liberalización de los mercados domésticos y la
estabilización macroeconómica de los países
miembros.

10. 2. 2. Políticas de incentivos

Hay tres tipos básicos de políticas de
incentivos: incentivos fiscales, incentivos financieros y
políticas de promoción. Las dos primeras
políticas involucran más claramente un gasto
directo o un costo de oportunidad positivo. Ambos tipos de
política discriminan a favor de las empresas extranjeras
y, por lo tanto, implican la introducción de distorsiones
en el funcionamiento de la economía. En estos casos,
usualmente hay más espacio para la discrecionalidad y, por
lo tanto, para la corrupción. El tercer tipo de
política de incentivos es usualmente menos costosa y de
tipo neutral.

Incentivos fiscales: Este tipo de incentivos
consisten en el otorgamiento de privilegios fiscales a las
empresas establecidas a través de IED. Los privilegios
fiscales pueden asumir distintas formas, por ejemplo: reducciones
en la tasa del impuesto sobre la
renta, periodos de exenciones de impuestos (en impuestos
federales, estatales o municipales), tasas de depreciación
aceleradas, exenciones del pago de derechos de
importación, deducciones de contribuciones a la seguridad
social, regímenes especiales de deducción de impuestos, etc.

Incentivos financieros: Este tipo de incentivos
consisten en el otorgamiento de subsidios o apoyos
económicos (financieros o en especie) para la
producción de empresas extranjeras. Pueden consistir, por
ejemplo, en la entrega o donación de terrenos,
instalaciones o edificios para las empresas con IED. Otros
ejemplos de este tipo de incentivos son los préstamos
subsidiados, las garantías para el acceso al crédito, los subsidios salariales, los
subsidios en la provisión de agua o
electricidad,
los subsidios al desarrollo de cierto tipo de actividades
(investigación y desarrollo, por ejemplo) y la
creación "dedicada" de infraestructura para cierto tipo de
proyectos.

Políticas de promoción: Estas
políticas consisten en enfatizar el papel del gobierno
como facilitador de la IED. En este sentido, los gobiernos pueden
llevar a cabo políticas de difusión de
oportunidades de inversión y de entrega de
información a potenciales inversionistas, giras
internacionales para la promoción y difusión de
oportunidades (roadshows), etc.

Debe notarse que hay algunas políticas que
combinan tanto aspectos institucionales como de incentivos. Este
es el caso de, por ejemplo, el establecimiento de Zonas para el
Procesamiento de Exportaciones (EPZs). Este tipo de
políticas combinan el establecimiento de reglas que hacen
más transparente y reglamentado el funcionamiento de la
IED con el otorgamiento de concesiones y privilegios de tipo
fiscal o
financiero.

11. Competencia entre gobiernos por atraer
IED

En general, la competencia entre los gobiernos por
atraer IED se ha incrementado en forma importante en los
últimos años. Las razones para intentar atraer IED
son múltiples, aunque predomina la idea de que la
transferencia de tecnología y los efectos en empleo,
divisas y capacitación de la mano de obra son los
principales factores que justifican la atracción de IED.
Las políticas que se han implementado para atraer IED
varían de país a país, aunque en general
consisten de una serie de incentivos fiscales y financieros que
pretenden hacer más rentable los proyectos de las empresas
foráneas. Otra forma de atraer IED es a través de
una mejoría en la calidad de los servicios del gobierno y
de un incremento en la competitividad de las economías
(por ejemplo, a través de la creación de
infraestructura).

La principal justificación para ofrecer
incentivos fiscales y financieros adicionales a las empresas
foráneas es que esto de alguna manera cubre la brecha
entre los beneficios privados y sociales de sus inversiones.
Más allá de las distorsiones creadas por este tipo
de incentivos y de sus consiguientes efectos perniciosos sobre la
inversión doméstica, se considera que este tipo de
políticas pueden dar lugar a una competencia inusitada
entre gobiernos para ofrecer los mejores incentivos. A la larga,
esta competencia podría tener un efecto negativo sobre las
economías receptoras, ya que los costos en los que
tendrían que incurrir para atraer un monto dado de IED
podrían exacerbarse si todos los gobiernos actuasen de la
misma manera. En este sentido, se considera que es posible que
esta política conduzca a un equilibrio
indeseable en donde todos los países interesados en atraer
IED ofrecen incentivos generosos para los inversionistas y en
donde los beneficios anticipados de la IED se diluyen como
resultado de los costos crecientes de los incentivos.

Por otra parte, una política nacional que
pretende atraer IED con base en incrementos en la competitividad
de la economía, podría atraer no sólo IED
sino que también podría propiciar un entorno
económico favorable para la inversión
doméstica. Por lo tanto, se considera que este tipo de
políticas pueden tener, a la larga, un efecto más
positivo sobre la economía que el que podría
ofrecer un simple otorgamiento de incentivos generosos a la
IED.

Por otro lado, la competencia entre economías por
recibir IED puede acarrear otros efectos negativos sobre la
economía. Por ejemplo, la competencia mediante el
ofrecimiento de incentivos fiscales cada vez más grandes,
puede ocasionar una fuerte erosión de la base fiscal, al
reducir en forma importante los posibles ingresos por el impuesto
sobre la renta de las empresas.

12. Proyección del desarrollo de la IED en los
próximos años

Según estudios recientes existe un
pronóstico favorable con respecto a los flujos de
inversión extranjera a mediano plazo, aunque con
considerables riesgos. Se
espera que los flujos de IED en 2007 fueran de $us1.5 trillones,
por encima del record total de $us1.4 trillones alcanzados en el
2000, según el World Investment Prospects to 2011: Foreign
direct investment and the challenge of political risk (Pronósticos de inversión mundial
hasta el 2011: inversión extranjera directa y el reto del
riesgo
político). El informe,
elaborado por el Economist Intelligence Unit (unidad de Inteligencia
del "Economist") en ooperación con el Columbia Program on
International Investment (CPII) (Programa de
Columbia en Inversión Internacional), predice que
habrá una modesta y temporal reducción en los
flujos de inversión extranjera directa global en el 2008,
a raíz de la disminución de la actividad de
fusiones y
adquisiciones, antes de continuar con un crecimiento mantenido
durante los años 2009 al 2011.

Los inversionistas están optimistas acerca del
panorama global de los flujos de inversión extranjera
directa a mediano plazo, y también con respecto a los
riesgos financieros, de acuerdo a la encuesta
global realizada para este informe y en la que participaron 602
ejecutivos. Sin embargo, la encuesta también revela que la
percepción de inversionistas sobre los riesgos
políticos se ha intensificado. Esto es cierto
especialmente en mercados emergentes donde las cuatro formas de
riesgo político (riesgo de violencia
política, proteccionismo de los flujos de inversión
directa y amenazas asociadas con tensiones geopolíticas e
inestabilidad gubernamental) se ven en aumento para los
próximos cinco años. En el caso de los
países desarrollados hay una preocupación expandida
sobre el creciente nivel de proteccionismo de los flujos de
inversión extranjera directa, la amenaza terrorista en los
Estados Unidos y en el Reino Unido y sobre el impacto de las
tensiones geopolíticas, que van desde los efectos de un
posible conflicto con
Irán y
el radicalismo islámico hasta las fricciones entre
Rusia y el
occidente. En particular el sector energético es afectado
por varios de los riesgos mencionados. Según Jeffrey D.
Sachs
, director del Earth Institute at Columbia University
(Instituto de la Tierra de
la Universidad de
Columbia) y que ha contribuido en el informe "los riesgos
políticos que los flujos de inversión extranjera
directa enfrentan en el sector energético,
continuarán en aumento probablemente a menos que un marco
global de cooperación se establezca."

El informe predice que la reciente confusión
financiera global tendrá un impacto limitado en los flujos
IED, principalmente a través del impacto amortiguador de
las fusiones y adquisiciones internacionales.

"Aunque la variedad de riesgos macroeconómicos es
una gran amenaza, la continua presencia de los principios
saludables de la economía mundial sugiere que los efectos
de la turbulencia financiera serán controlados", opina
Robin Bew, Director editorial de Economist Intelligence
Unit.

 Las tendencias claves de mediano plazo para la IED
incluyen:

  • Después de una breve reducción, las
    fusiones y adquisiciones internacionales continuaran manejando
    la IED global. Los Estados Unidos y la desarrollada Unión
    Europea (incluyendo los flujos internos) continuaran
    dominando como receptores mundiales de EID.
  • A pesar del creciente sentimiento proteccionista, se
    espera que los Estados Unidos retenga fácilmente su
    posición de líder
    mundial como receptor de EID en el periodo 2007-11.
  • Entre los mercados emergentes, China mantendrá
    su posición en el periodo 2007-11 de lejos como el
    principal receptor de flujos IED, con casi el 6% del total
    global y 16% de los flujos proyectados hacia mercados
    emergentes.
  • Después de décadas de
    liberalización y apertura a la IED, el proteccionismo
    esta aumentando en varias partes del mundo y existe el peligro
    que se intensifique. Las fusiones y adquisiciones
    internacionales en particular vienen analizándose cada
    vez más. Una gran cantidad de encuestados informaron que
    han experimentado acuerdos de fusiones y adquisiciones que
    fueron bloqueados.
  • Es probable que haya una aceleración en la
    relocalización de la mano de obra de fabricación
    hacia mercados emergentes, aunque se espera no sea tan
    dramática como varios analistas esperan o
    temen.
  • La deslocalización de los servicios se
    acelerara, lo que también alimentará un
    sentimiento proteccionista aunque esta forma de
    internacionalización es acompañada de flujos de
    capital relativamente modestos.
  • Es probable que la inversión de
    compañías de mercados emergentes líderes
    continúen ganando importancia.
  • La tendencia hacia una creciente
    internacionalización de las compañías
    tanto en mercados desarrollados como en mercados emergentes
    continuará. Las firmas que exhibían un alto grado
    de internacionalización (aquellas con más del 25%
    de ingresos o con empleados fuera del mercado local)
    tenían un ejercicio financiero promedio superior al
    medio.

13. Conclusiones

  1. Durante las últimas 3 décadas, la IED
    ha crecido a nivel mundial en proporción al PIB y al
    nivel de la inversión interna bruta de las
    economías. Este auge está relacionado a factores
    de oferta y de demanda, entre los que destaca su creciente
    valoración como un mecanismo para suplementar el
    ahorro
    doméstico, para obtener transferencias de
    tecnologías y para hacer mejor frente al ciclo
    económico, puesto que los flujos de IED son menos
    volátiles que la deuda o la inversión de
    portafolio.
  2. Los factores determinantes de la IED son el
    tamaño del mercado, las características de la
    fuerza laboral, la ubicación geográfica, la
    dotación de factores y el nivel de protección, la
    estabilidad macroeconómica, la provisión de
    infraestructura adecuada, la calidad del marco legal y
    regulatorio, y la política comercial que incluye la
    suscripción de acuerdos de integración
    regionales.
  3. Aunque los factores estructurales de los
    países, tales como tamaño y
    características geográficas sí influyen en
    la atracción de IED, las políticas
    económicas y la calidad de las instituciones resultan determinantes. En este
    sentido las políticas más globales tienen mayor
    efecto en atraer IED que las políticas
    específicas de incentivos.

14. Bibliografía

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  • Nueva Enciclopedia Larousse, Tomo 6, Editorial
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    en Bangkok, Laos: principales barreras de
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  • Oficina Económica y Comercial de la Embajada
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    1998.
  • UNCTAD, The determinants of foreign direct
    Investment
    . United Nations. New York, 1992.

Sitios web
consultados

Autor

Lic. Sooksomboon Khinsamone

Alumno de la Maestría en Dirección del Centro de Estudios de
Dirección Empresarial de la Facultad de Ingeniería
Industrial y Turismo. Universidad Central
"Marta Abreu" de Las Villas, Cuba.

Partes: 1, 2
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