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La eutanasia (página 2)




Enviado por Wilson



Partes: 1, 2

La llegada de la modernidad
rompe con el pensamiento
medieval , la perspectiva cristiana deja de ser la única y
se conocen y se discuten las ideas de la
Antigüedad clásica. La salud puede ser alcanzada
con el apoyo de la técnica, de las ciencias
naturales y de la medicina.

Hay pensadores que justifican el término activo
de la vida, condenado durante la Edad Media. El
filósofo inglés Francis
Bacon, en 1623, es el
primero en retomar el antiguo nombre de eutanasia y
diferencia dos tipos: la "eutanasia exterior" como término
directo de la vida y la "eutanasia interior" como
preparación espiritual para la muerte. Con
esto, Bacon se refiere, por una parte, a la tradición del
"arte de morir"
como parte del "arte de vivir", pero agrega a esta
tradición algo que para la Edad Media era una posibilidad
inimaginable: la muerte de un
enfermo ayudado por el médico. Tomás
Moro, en la Utopía (1516), presenta
una sociedad
-irrealizable- en la que los habitantes de ese país
inexistente justifican el suicidio y
también la eutanasia activa, sin usar este
nombre.

Tanto para los habitantes de la Utopía
como para Bacon el deseo del enfermo es un requisito decisivo de
la eutanasia activa; contra la voluntad del enfermo o sin
aclaración, la eutanasia no puede tener lugar: "Quien se
ha convencido de esto, quien termina su vida, ya sea
voluntariamente a través de la abstención de
recibir alimentos o es
puesto a dormir y encuentra salvación sin darse cuenta de
la muerte. Contra su voluntad no se debe matar a nadie, se le
debe prestar cuidados igual que a cualquier otro" – se dice en
Utopía.

Sin embargo, en la práctica, el comportamiento
general de los médicos no siguió las ideas de estos
filósofos: rechazaron la eutanasia externa,
justificaron la eutanasia pasiva y preconizaron la eutanasia
interior.

Desde fines del siglo XIX, diversos enfoques, que
señalan una nueva orientación, comienzan a
exteriorizarse entre los médicos y pacientes, entre las
personas y la sociedad.

El darwinismo social y
la eugenesia son temas que
también comienzan a debatirse. En numerosos países
europeos se fundan, a comienzos del siglo XX, sociedades
para la eutanasia y se promulgan informes para
una legalización de la eutanasia activa. En las
discusiones toman parte médicos, abogados,
filósofos y teólogos.

La escasez
económica en tiempos de la primera guerra
mundial sustenta la matanza de lisiados y enfermos
mentales. El término eutanasia ha sido muchas veces
separado de su sentido real. Por ejemplo, los
nazis hablaban de eutanasia para referirse a
la eliminación de los minusválidos y débiles
(Aktion T-4). En los
Juicios de Nuremberg (1946 – 1947) se
juzgó como ilegal e inmoral toda forma de eutanasia activa
sin aclaración y consentimiento o en contra de la voluntad
de los afectados.

En el presente, se sustentan diferentes opiniones sobre
la eutanasia y son variadas la prácticas médicas y
las legalidades en los distintos países del mundo. Muchas
prácticas de los hospicios u
hogares, la medicina paliativa y
los grupos de autoayuda, trabajan por
la humanización en el trato con los moribundos y quieren
contribuir a superar la distancia entre la vida, la muerte y las
prácticas médicas.

Estos son hitos históricos producidos en el
espacio público. Poco investigadas y mucho menos conocidas
son las diferentes prácticas reales de las personas frente
al acto de morir. Se sabe que hasta fines del siglo XIX en
América
del Sur existía la persona del
"despenador" o "despenadora" encargada de hacer morir a los
moribundos desahuciados a petición de los
parientes.

CLASIFICACIONES
DE EUTANASIA

Existe mucha confusión en cuanto a la forma de
calificar la eutanasia actualmente. En el medio hispanohablante
se han introducido conceptos provenientes de la evaluación
ética
de la eutanasia y se la califica de directa o
indirecta en cuanto existe o no la intención de
provocar primariamente la muerte en las acciones que
se realizan sobre el enfermo terminal. En el contexto
anglosajón, se distingue entre la eutanasia como acción
y la eutanasia como omisión (dejar morir). Su
equivalente sería eutanasia activa y eutanasia
pasiva
, respectivamente. También se utilizan, en forma
casi sinónima, las calificaciones de positiva y
negativa respectivamente.

1. Eutanasia directa: Adelantar la hora de la
muerte en caso de una enfermedad incurable, esta a su vez posee
dos formas:

Activa: Consiste en provocar una muerte indolora
a petición del afectado cuando se es víctima de
enfermedades
incurables muy penosas o progresivas y gravemente invalidantes;
el caso más frecuentemente mostrado es el cáncer.
Se recurre, como se comprende, a substancias especiales
mortíferas o a sobredosis de morfina

Pasiva: Se deja de tratar una
complicación, por ejemplo una bronconeumonía, o de
alimentar por vía parenteral u otra al enfermo, con lo
cual se precipita el término de la vida; es una muerte por
omisión. De acuerdo con Pérez Varela "la eutanasia
pasiva puede revestir dos formas: la abstención
terapéutica y la suspensión terapéutica. En
el primer caso no se inicia el tratamiento y en el segundo se
suspende el ya iniciado ya que se considera que más que
prolongar el vivir, prolonga el morir" Debe resaltarse que en
este tipo de eutanasia no se abandona en ningún momento al
enfermo.

2. Eutanasia indirecta : Consiste en
efectuar procedimientos
terapéuticos que tienen como efecto secundario la muerte,
por ejemplo la sobredosis de analgésicos, como es el caso
de la morfina para calmar los dolores, cuyo efecto agregado, como
se sabe, es la disminución de la conciencia y casi
siempre una abreviación de la vida. Aquí la
intención, sin duda, no es acortar la vida sino aliviar el
sufrimiento, y lo otro es una consecuencia no deseada.

OTROS
CONCEPTOS RELACIONADOS SON

Suicidio asistido: Significa
proporcionar en forma intencional y con conocimiento a
una persona los medios o
procedimientos o ambos necesarios para suicidarse, incluidos el
asesoramiento sobre dosis letales de medicamentos, la
prescripción de dichos medicamentos letales o su
suministro. Se plantea como deseo de extinción de muerte
inminente, porque la vida ha perdido razón de ser o se ha
hecho dolorosamente desesperanzada

Cacotanasia: Es la eutanasia que se impone sin el
consentimiento del afectado. La palabra apunta hacia una mala
muerte (kakós: malo)[1]

Ortotanasia:
Consiste en dejar morir a tiempo sin
emplear medios desproporcionados y extraordinarios. Se ha
sustituido en la terminología práctica por
muerte digna, para centrar el concepto en la
condición ("dignidad")
del enfermo terminal y no en la
voluntad de morir.

Distanasia:
Consiste en el "encarnizamiento o ensañamiento
terapéutico", mediante el cual se procura posponer el
momento de la muerte recurriendo a cualquier medio artificial,
pese a que haya seguridad que no
hay opción alguna de regreso a la vida, con el fin de
prolongar su vida a toda costa, llegando a la muerte en
condiciones inhumanas, aquí se buscan ventajas para los
demás, ajenas al verdadero interés
del paciente.

SOBRE LA DIGNIDAD DE LA VIDA
HUMANA

La dignidad humana se invoca tanto para defender
la eutanasia como para rechazarla.

Para sus defensores, la dignidad humana del enfermo
consistiría en el derecho a elegir libremente el momento
de la propia muerte. Para sus detractores, la dignidad humana
sería oponerse a este derecho, por considerarlo una
arbitrariedad humana frente a un asunto exclusivamente
divino.

Evidentemente, tras este uso equívoco del
término dignidad subyacen distintas concepciones del ser
humano, de la libertad, de
la ciencia
médica y del conjunto de los derechos
humanos.

ARGUMENTOS
A FAVOR

Médicos

Desde siempre, los médicos han participado en la
toma de
decisiones sobre el fin de la vida y actualmente es
común suspender o no instaurar tratamientos en
determinados casos, aunque ello lleve a la muerte del paciente.
Es lo que se conoce como limitación del
esfuerzo terapéutico, limitación de
tratamientos o, simplemente, eutanasia pasiva. Ésta se
lleva a cabo con el
conocimiento y anuencia de los familiares y/o curadores del
paciente.

  • En medicina, el respeto a la
    autonomía de la persona y los derechos de los pacientes
    son cada vez más ponderados en la toma de decisiones
    médicas.
  • En sintonía con lo anterior, la introducción del
    consentimiento informado en la
    relación médico-paciente, y para éstas
    situaciones, la elaboración de un
    documento de voluntades anticipadas
    sería una buena manera de regular las actuaciones
    médicas frente a situaciones hipotéticas donde la
    persona pierda total -o parcialmente- su autonomía para
    decidir, en el momento, sobre las actuaciones médicas
    pertinentes a su estado de
    salud.

Jurídicos

La despenalización de la eutanasia no significa
obligatoriedad absoluta. No se puede imponer el criterio de un
conglomerado al ordenamiento jurídico de todo un
territorio, por lo que el derecho debiera asegurar los mecanismos
para regular el acceso a la eutanasia de los pacientes
interesados que cumplan unos requisitos especificados legalmente;
así como de la legalidad y
transparencia de los procedimientos.

  • La sociedad moderna basa su ordenamiento
    jurídico en la protección de los derechos
    humanos. En este sentido, cada enfermo tiene derecho a decidir,
    informadamente, sobre los asuntos que pertenecen a una esfera
    tan privada como su cuerpo; y en virtud de esto, decidir
    cómo quiere seguir -o no seguir- viviendo.

ARGUMENTOS
EN CONTRA

Los argumentos en contra inciden en la inviolabilidad de
la vida humana, la defensa de su dignidad independientemente de
las condiciones de vida o la voluntad del individuo
implicado, y las repercusiones sociales de desconfianza que
podría conllevar la eutanasia.

La Asociación Médica
Mundial considera contrarios a la ética tanto
el suicidio con ayuda médica como la eutanasia, por lo que
deben ser condenados por la profesión médica. En
cambio
recomienda los cuidados paliativos.

La postura de las iglesias
cristianas en tanto, a nivel mundial, es mayoritariamente
contraria a la eutanasia y al suicidio asistido: es el caso de
la Iglesia Católica Romana y de
las Iglesias evangélicas
y pentecostales. La postura del
actual papa Benedicto XVI quedó
explícitamente recogida en una carta a varios
eclesiásticos norteamericanos de 2004:

No todos los asuntos morales tienen el mismo peso
moral que
el aborto y la
eutanasia. Por ejemplo, si un católico discrepara con el
Santo Padre sobre la aplicación de la pena de muerte
o en la decisión de hacer la guerra, éste no
sería considerado por esta razón indigno de
presentarse a recibir la Sagrada Comunión. Aunque la
Iglesia
exhorta a las autoridades civiles a buscar la paz, y no la
guerra, y a ejercer discreción y misericordia al castigar
a criminales, aún sería lícito tomar las
armas para
repeler a un agresor o recurrir a la pena capital. Puede
haber una legítima diversidad de opinión entre
católicos respecto de ir a la guerra y aplicar la pena de
muerte, pero no, sin embargo, respecto del aborto y la
eutanasia.

Tercer punto de la carta de J.
Ratzinger, al cardenal Theodore McCarrick, Arzobispo de
Washington DC

Las Iglesias luteranas
y metodistas en cambio, como
asimismo la mayoría de las afiliadas a la
Comunión Anglicana se oponen en
principio, pero dan espacio para la decisión individual
caso a caso. Por otro lado, varias iglesias han optado por no
pronunciarse a este respecto y enfatizar el valor de la
conciencia individual en cuestiones éticas, es el caso de
las iglesias católicas afiliadas a la
Unión de Utrecht, y algunas
Iglesias presbiterianas, entre
otras.

RELACIÓN ENTRE LA
INVIOLABILIDAD Y CALIDAD DE LA
VIDA.

Para una mejor comprensión de la situación
en análisis, me parece conveniente tratar el
derecho de las personas de vivir y morir de la manera que les
plazca, lo cual se relaciona estrechamente con el principio de
autonomía personal.
Así podemos decir, como lo estableció un Tribunal
anglosajón in re T (Adult: Refusal of Treatment),
que "(…) El derecho del
paciente a elegir existe ya sea que sus razones para hacer esa
elección sean racionales, irracionales, desconocidas o
incluso inexistentes"
. Esto se sustenta en que
no hay derecho más importante que el de cada individuo a
estar en posesión y control de su
propia persona, libre de toda  restricción o
interferencia de otros. La dignidad humana sin este derecho
estaría desprovista de contenido.

En los últimos años, los avances
tecnológicos que invadieron nuestra sociedad trajeron,
junto con ellos, grandes modificaciones en las vidas de las
personas.

Lo mencionado requiere una lectura
actualizada dado que la aparición de los respiradores
artificiales y las modernas técnicas
de reanimación cardiocirculatoria y metabólica, por
ejemplo, produjeron la creación de un nuevo nivel de
estado de coma, el "coma depassé" o "coma sobrepasado", en
el cual el organismo humano, de hecho muerto ya, por la
cesación total y definitiva del funcionamiento del
sistema nervioso
central, es artificialmente preservado de las consecuencias
degenerativas de sus órganos, asegurándole la
irrigación con sangre oxigenada,
mantenida forzadamente en circulación. En este caso, la
muerte cerebral no ocurre naturalmente, sino que la crean los
médicos a partir de la tecnología
terapéutica. Por ello, muchos pacientes en coma que
hubieran muerto rápidamente en otros tiempos, pueden
mantener ahora sus funciones
cardiopulmonares por varias horas, días o semanas,
permaneciendo en un coma agónico irrecuperable.

CONCLUSIÓN

Luego de analizar el material recabado, arribé a
la conclusión de que no resulta eficiente mantener con
vida a través de la nutrición parenteral
e hidratación a aquellos pacientes en estado vegetativo.
Considero que es más justo invertir los recursos que se
utilizarían a tales fines para sanar o intentar hacerlo
respecto a otros pacientes con mayores posibilidades de
sobrevivencia. En virtud de ello, estimo que la
legislación, para casos como el analizado en el presente
trabajo,
debería prever la posibilidad de practicar la eutanasia,
mediante la desconexión de las técnicas de soporte
vital. Asimismo, debería regular con qué
consentimiento se debe contar para realizar dicha
práctica. Pero no sólo ello, creo que
también debería rodearse al médico
interviniente de las garantías necesarias para llevar a
cabo dichas tareas, lo cual está lejos de lograrse
mientras la figura de la eutanasia siga siendo penalizada. En
efecto, mucho se podrá justificar la eutanasia desde el
punto de vista moral, económico y demás, pero lo
cierto es que mientras la misma constituya un delito penal,
ningún paciente que padezca los males que, según lo
analizado en este trabajo, piden "a gritos" la
implementación de la "muerte piadosa", contará con
la ayuda necesaria para transponer dignamente el umbral de la
vida hacia la paz eterna.

Adviértase que en estos casos, la vida del
enfermo está desprovista de toda dignidad posible y se
circunscribe a días, meses e incluso años, ligados
a artefactos que le posibilitan la supervivencia. Pero, ¿a
qué costo? Creo que
muchas veces se torna excesivo el sacrificio al que se somete a
estas personas para mantener encendida una vida que "ya se
apagó", quizás por ensañamiento
médico, egoísmo o esperanzas infundadas. Me
pregunto: ¿Qué es mejor: vivir inconsciente,
padeciendo, sin chances de mejoría una vida que no es tal
o alcanzar una muerte, que muchas veces es más digna que
la propia vida? Es más, hay quienes afirman que la muerte
no es la antítesis del
derecho a la vida, sino su corolario, ya que una defensa a
ultranza de la inviolabilidad de la vida humana puede llevarnos a
situaciones extremas y éticamente insostenibles, en las
que se pide fidelidad a una existencia física meramente
biológica que implica esfuerzos financieros y
técnicos de gran envergadura, pero lesiona, más que
beneficia, los intereses del propio paciente.

Bibliografía

Internet

  • http://es.wikipedia.org/wiki/Eutanasia#Sobre_la_dignidad_de_la_vida_humana
  • http://www.monografias.com/trabajos/eutanasia/eutanasia.shtml

DEDICATORIA

A nuestros padres que con su constante apoyo hacen
posible que continuemos con nuestros estudios, a nuestros
maestros por su abnegada labor y a todos mis compañeros
que de una u otra forma hacen posible que continué con mis
estudios.

AGRADECIMIENTO

  • Agradecemos de una manera especial a nuestras
    mamás ya que ellas están en las buenas y en las
    malas apoyándonos, dándonos valor a cada momento,
    sin sus apoyos hubiese sido imposible terminar este
    trabajo.
  • A nuestros compañeros por su constante apoyo y
    a Dios por darnos la vida y la salud, por ser nuestro consuelo
    cuando sentimos que todo lo demás falla.

 

 

Autor:

Wilson

Partes: 1, 2
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