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Nietzsche: Estado y política (página 2)



Partes: 1, 2

F. Nietzsche,
respecto a las formas de Estado pregona
una animadversión hacia el Estado
democrático (y con ello elimina toda posibilidad de darle
validez o reconocimiento a la igualdad y a
las mayorías) y el Estado socialista. En cierta forma es
la ratificación de que las formas del Estado
válidas y duraderas son las que provienen de la fuerza, de la
imposición: del más fuerte, "Este es el Estado
democrático, justificado por la voluntad popular.
Nietzsche se indigna contra la democracia,
que impone el dominio de la
ley, es decir,
lo impersonal, lo uniforme. Nietzsche ve en la democracia una
prolongación secularizada del cristianismo:
es una forma de los débiles para someter a los fuertes,
por eso los plebeyos han impuesto la ley
del número.

El Estado democrático se inclina hacia el socialismo, que
es el final del proceso de
uniformización y masificación. La hostilidad de
Nietzsche hacia el socialismo no es por respecto a los
propietarios; él desprecia al burgués satisfecho.
Predice que, como los hombres ya no tienen religión, al final el
Estado socialista tendrá que recurrir al terror."

"El dominio de las bajas formas de vida a expensas de las
formas superiores es, según Nietzsche, el significado de
la democracia. Democracia es mediocridad. No hay diferencia
importante entre democracia y socialismo. Tanto la una como el
otro predican el igualitarismo y ambos son los auténticos
herederos del cristianismo y de su moral de
esclavos. El cristianismo allana el camino al igualitarismo al
sostener que todos los hombres son iguales en aspectos decisivos:
tienen en Dios un padre común; y todos son pecadores."

Además piensa Nietzsche que el Estado -todos- son
formas de degradar a los hombres, en tanto, éstos sin
estar capacitados, ni saber dirigir los destinos colectivos
realizan actos de gobierno y de
presión
que son aceptados por los gobernantes de turno. Es lo que ocurre
con la muy reconocida en otras esferas políticas:
la opinión publica "Todos los estados modernos ceden ante
la opinión publica; Nietzsche equipara la opinión
pública con la pereza privada. El gobierno de la
opinión pública es el gobierno de la pereza y la
molicie, que engendran la conformidad. Las sociedades
modernas son, todas ellas, sociedades de masas que no solo
moldean a todos los hombres dándoles una sola forma, sino
una forma degradada. El
periódico matutino reemplaza a la plegaria matutina.
La época se enorgullece de su pacifismo: la verdad es que
los hombres ya no creen en nada con fe bastante para luchar por
ello"

Igualmente, va a rechazar todo lo que tiene que ver con las
tendencias o corrientes políticas tradicionales: la
izquierda y la derecha. De la primera sostiene que es un
síntoma de crisis total y
agravación de ella. De la segunda o del conservadurismo
siglo XIX, la va a rechazar: porque fue muy condescendiente con
los sectores democráticos, ej. Bismarck concedió el
sufragio
universal y una vasta legislación de beneficencia – el rey
ya no era rey, era siervo-; porque reconoce el nacionalismo,
del que Nietzsche piensa que es anacrónico; porque depende
de la decrepita clase noble
antigua; y porque es aliado del cristianismo.

En este orden de ideas, Nietzsche entiende como algo necesario
y fatal que destruyan todos los valores y
los ídolos decadentes de occidente entre ellos el Estado:
es una necesidad inaplazable "La única salida es la
destrucción del Estado, que será la obra de los
espíritus libres. Estos espíritus libres tienen que
empezar su rebelión reconquistando su libertad en
medio de la sociedad del
rebaño con todas las consecuencias, entre otras la
soledad. Son espíritus aristocráticos con voluntad
de poder, con
coraje para intensificar el yo, para ser fieles a la vida.
El amor a la
vida no es amor a la
larga vida. El héroe corre sin saber si llegará a
la meta. Vive
peligrosamente. Es lo dionisiaco: aceptar la vida de la
desmesura. De estos espíritus libres, "bestias rubias" que
no temen imponerse por la violencia,
surgirá el superhombre, el ser soberano que, puesto
más allá del bien y del mal, destruye los valores
decadentes y exalta la grandeza de los valores que él
crea. Estamos ante una nueva civilización basada sobre la
voluntad de poder. Esta nueva civilización
triunfará cuando la masa de los mediocres acepte que el
mundo ha de estar dirigido por los superhombres . Es
aceptación que es sumisión, por tanto no se va a
conseguir por medios
pacíficos."

Contrasta esta posición con la propuesta griega de
Platón
de considerar como el hombre
ideal, al filosofo: al sabio que se prepara exclusivamente para
gobernar. Es la mezcla de la naturaleza de
los hombres de oro, con la
preparación necesaria para dirigir la ciudad. De igual
forma pensaba Sócrates.
No va a ser la fuerza del hombre, sino
la naturaleza y la sabiduría del gobernante "Conviene que
"el filósofo sea rey o que el rey, sea filósofo".
De este modo se instaura tanto contra la tradición del
guerrero aristócrata, descendiente de héroes, como
contra la cultura del
rétor demócrata, hijo de la palabra, un orden nuevo
basado en una estricta bipartición: los dominantes,
seleccionados en función de
su Saber, que detentan todos los poderes, y los otros, los
dominados, cuya única función es permanecer en el
lugar que les ha sido asignado y obedecer" . Considero que la
sabiduría o la virtud Platónica recae sobre el
gobernante y la sabiduría o virtud Nietzscheana recae
sobre el Hombre en si. " La educación moderna
ya no moldea a individuos auténticos, sino que produce
especialistas. La corrupción de la educación produce por
fuerza una corrupción
del nivel general del gusto. De esto es síntoma la baja de
nivel del estilo literario. La gente deja de hablar bien y de
escribir bien pues la excelencia, como tal, puede ser
rechazada"

3.
La Voluntad de Poder

Para entender a cabalidad el Pensamiento
Político de Nietzsche y a la vez su propuesta considero
indispensable presentar, así sea sumariamente la teoría
o doctrina de la voluntad de poder:

"Nietzsche sostiene que la voluntad de poder es la
característica fundamental de toda realidad. Esta doctrina
de la voluntad de poder es una doctrina filosófica
enteramente nueva. En Así hablaba Zaratustra y en
Más allá del bien y del mal, la
presentación de la doctrina va aunada a un rechazo de
todas las doctrinas filosóficas anteriores, pues
éstas comparten la creencia en una verdad objetiva; tal
creencia es, según Nietzsche, simple prejuicio. Los
filósofos han hablado de una voluntad poder
y han supuesto que hay una verdad que puede descubrirse mediante
el pensamiento. En realidad, según Nietzsche, todo lo que
han hecho ha sido tratar inconscientemente de imponer su interpretación al mundo. El pensamiento o
la razón de los filósofos es inseparable de
la
personalidad del filosofo. La voluntad de verdad sólo
es una forma de algo más básico: un deseo de
superarlo y de dominarlo todo, la voluntad de poder.

En Así hablaba Zaratustra, la
expresión más completa de la doctrina de la
voluntad de poder aparece en el discurso de
Zaratustra sobre "Superarse a
sí mismo"
. Zaratustra ha observado los
seres vivos y ha descubierto que donde hay vida hay obediencia.
Pero la obediencia a algo, está en relación con el
mando. Y este mando no debe buscarse fuera de la vida. El
afán de superar, de mandar, de dominar, no es simple
característica de la vida sino el meollo mismo de la
vida….

La doctrina de la voluntad de poder difiere de doctrinas
anteriores no sólo en su contenido sino en su modo.
Nietzsche cree que no puede haber un conocimiento
objetivo de la
realidad, sino solo perspectivas de realidad. Por ello, a veces
no sólo reconoce sino asevera que la doctrina de la
voluntad de poder es una interpretación perspectivista de
la realidad, caracterizándola como una hipótesis que hay que poner a prueba.
Considera que su propia filosofía y la filosofía del futuro,
de la cual su filosofía es un preludio, es un experimento,
un intento que también es una tentación. Aun si
puede haber solo perspectivas de la realidad, también
puede haber perspectivas más o menos generales. La
perspectiva de Nietzsche es la más alta jamás
alcanzada porque encarna las visiones de todas las perspectivas
anteriores, y porque es la primera perspectiva consciente de la
ley de perspectividad. De manera similar, la teoría de la
voluntad del poder expuesta por Nietzsche representa la primera
conciencia de la
voluntad de poder; la filosofía
de Nietzsche es la primera interpretación creadora de
la creatividad;
Nietzsche ha alcanzado una cúspide en que no hay
diferencia entre creación y contemplación. Pero
esto aún significa que por fin se ha alcanzado cierto tipo
de finalidad. Nietzsche se ve obligado a la vez a afirmar y a
negar la verdad objetiva de la doctrina de la voluntad de poder;
de algún modo, la doctrina de la voluntad de poder debe
ser a la vez un atisbo de la verdad de las cosas y
creación del si mismo único y creado por Nietzsche.
Los argumentos en que plantea la voluntad de poder en Mas
Allá del bien y del mal
también son los
pensamientos más privados de Nietzsche. Así
hablaba Zaratustra
es, como lo indica su subtitulo, "Un
libro para
todos y para nadie". Es al mismo tiempo una
nueva Biblia para toda la humanidad y la expresión
más personal de
Nietzsche. Nietzsche sólo puede insinuar a los
demás lo que piensa. Si acaso, puede exigir que otros se
vuelvan egos auténticos y creadores. Zaratustra no desea
tener discípulos. La enseñanzas de Nietzsche es un
llamado creador a la creatividad, y sólo hombres creadores
pueden comprenderlo.

Existe una segunda dificultad. ¿Cuáles son
los límites de
la voluntad de poder? ¿Es posible superarlo todo, entonces
el hombre acabará por superar hasta las condiciones de
desigualdad que, según Nietzsche, son indispensables para
la elevación del hombre. Por último, los hombres se
volverán epígonos; no quedará nada que
superar. Nietzsche cree en una sociedad jerárquica, en la
superioridad de los hombres sobre las mujeres y en la necesidad
de sufrimiento. Pero si la voluntad de poder es todo, y si todo
es posible en principio, ¿por qué no deben ser ni
serán abolidas la diferencia entre los sexos o las
diferencias de categoría entre los hombres? La
filosofía política no tiene que
enfrentarse a estos problemas
porque se guía por la naturaleza. Mas para Nietzsche el
hombre no tiene una naturaleza determinada. Puede haber
naturaleza en el sentido del mundo exterior, pero esta naturaleza
no tiene ningún valor y
consiste en datos sin
ningún significado. No es posible vivir de acuerdo con la
naturaleza porque la naturaleza no dicta un curso de acción.
Para Nietzsche la naturaleza es un problema, pero no puede
prescindir de cierto concepto de
naturaleza y de un principio natural de gobernar y ser gobernado,
que garantizará toda jerarquía"

4. La
Gran Política

"¿Que es la Gran política? La
preparación del mundo para el advenimiento del
superhombre: la creación de unos valores y unas formas de
vivir que hagan posible el superhombre….La gran obra de
arte
política de los filósofos-artistas
politeístas, herederos consecuentes y jubilosos de
la muerte de
Dios…es el "yo soy" de los dioses griegos (no el "tu debes" de
Kant y los
cristianos, ni el "yo quiero" del héroe)" . "La "gran
política" nietzscheana no se dirige a una
movilización militar de la cultura, sino al dinamismo
más extremo de las propias fuerzas. Aunque se trate de una
autoexigencia individual, su movimiento
coincide con el pathos griego. El filósofo antiguo no se
complace solidariamente con los placeres sociales más
vulgares y llega a convertirse en enemigo del pueblo para
salvarlo. El cometido de los hombres que preparan el futuro es
autolegislador y creador de un mundo insólito. Pero la
transmutación de valores, emprendida por los
filósofos-artistas, encierra un aristocratismo alejado de
la imposición colectiva del sacrificio: Signos de
aristocracia: no pensar nunca en rebajar nuestros deberes a
deberes de todo el mundo; no querer ceder, no querer compartir la
propia responsabilidad; contar entre los deberes propios
los privilegios propios y su ejercicio (M.B.M., 1, IX, 272) (T.V,
p 227)."

La materialización de la gran política
-aspecto positivo- se va a lograr en Nietzsche por un proceso de
selección y un adiestramiento
experimental de la humanidad. El primero es el rechazo o la
aceptación de la doctrina del eterno retorno. El segundo,
"es un medio de enorme acumulación de fuerzas de la
humanidad, de tal suerte que las generaciones ulteriores puedan
proseguir sobre la base del trabajo de las
precedentes y crecer a partir de éstas, no solamente de
forma exterior, sino interior, orgánica, en lo que tienen
de más fuerte…En todo caso, del tenor general de este
adiestramiento experimental da idea un significativo fragmento de
la Gaya Ciencia:
Tendencias principales: 1. Difundir el amor a la vida, a la vida
propia en todas las formas. Todo lo que imagine un individuo
deberá valer para los demás, inaugurándose
en este punto una nueva y gran tolerancia, por
mucho que contraríe nuestros gustos, si el individuo
realmente aumenta su propia vida. 2. Unirse para combatirlo todo
y a todos los que traten de hacer sospechoso el valor de la vida:
contra los tenebrosos, los descontentos y los
melancólicos. ¡Prohibir su propagación! Pero
nuestra enemistad debe ser un medio para aumentar nuestra
alegría. ¡Reír, bromear, destruir sin
amargura! Ésta es nuestra guerra sin
cuartel."

De igual pensamiento es el Profesor
Fernando Prieto, "La implantación de la nueva cultura es
la tarea de la gran política. Hasta ahora la
política ha estado basada en los nacionalismos: es la
pequeña política. Las naciones han tenido un papel
en la historia; pero
ya no lo tienen, porque las naciones son formas inferiores de
vida de los pueblos. Hay que superar los nacionalismos. Estas
afirmaciones no están pensadas en abstracto sino en el
contexto europeo. Nietzsche proclama que hay que superar el
sistema de los
pequeños estados europeos y realizar la unidad de Europa. Tiene muy
clara la idea de una Europa unida con una moneda común.
¿Cómo se llega a la unidad? ¿ violenta o
pacíficamente? ¿por conquista o
por consentimiento libre? La respuesta es clara: por conquista.
El ejemplo a seguir es Napoleón: el nacimiento de Europa se
hará a través de terribles guerras". En
la actualidad la búsqueda de la unidad es una
obsesión de todos los países europeos; saben que en
términos de dominación política y/o
económica es una necesidad prioritaria; sin embargo los
métodos
que invocan hoy son los del consenso, a través de una
Constitución Política Europea o a
través de un gran acuerdo político europeo que
descanse en la unidad de intereses económicos, sociales y
culturales.

5. El
Superhombre

En términos políticos no se puede
considerar que la propuesta política de Nietzsche tenga un
contenido de originalidad o que sea una novedad en el marco
teórico de las ideas políticas. Su
teoría del Superhombre en términos de que debe
existir el hombre ideal para direccionar el destino de los
hombres comunes, ya había sido abordada cuatro siglos
antes por Don Nicolás Maquiavelo en
su obra "el Principie": Y dicho hombre ideal es César
Borgia. La diferencia entre ambos modelos o
ideales se va ha fundamentar en el contenido moral de ambos; el
hombre maquiavélico va a ser un pragmático y el
nietzscheano va a ser un virtuoso "Así pues hay en
Nietzsche una alabanza de la lucha por la vida que no puede ser
reducida a términos darwinistas, sino que es un verdadero
eco de los escritos de Maquiavelo, para quien la guerra y la vida
política eran manifestaciones de la virtú o fuerza
vital del hombre extraordinario. Éste pertenece a una
casta o "raza" -que Nietzsche jamás identificó con
pueblo o nación
alguno- de gentes selectas, los cuales por superioridad moral y
biológica, tienden a formar la elite de la sociedad"
.

El carácter específico del superhombre
tiene que ver con la fuerza y ésta con lo bélico.
El Superhombre de Nietzsche es un hombre de guerra. Los principios que
sitúan a un combate en lo alto de una jerarquía
política son así expresados por
Nietzsche:

(…) Mi praxis
bélica puede resumirse en cuatro principios. Primero: yo
solo ataco cosas que triunfan, en ocasiones, espero hasta que lo
consiguen. Segundo: yo sólo ataco cosas cuando no voy a
encontrar aliados, cuando estoy solo, cuando me comprometo
exclusivamente a mí mismo…No he dado nunca un paso en
público que no me comprometiese: éste es mi
criterio del justo obrar. Tercero: yo no ataco jamás a
personas; me sirvo de la persona tan
sólo como de una poderosa lente de aumento con la cual se
puede hacer visible una situación de peligro general, pero
que se escapa, que resulta poco aprehensible (…) Cuarto: yo
sólo ataco cosas cuando está excluida cualquier
disputa personal, cuando está ausente todo trasfondo de
experiencias penosas (…). Yo mismo, adversario de rigueur (de
rigor) del cristianismo, estoy lejos de guardar rencor al
individuo por algo que es la fatalidad de milenio (Por qué
soy tan sabio, E. H., 7) (T. VI, pp. 274-275)."

Lo expresado no quiere decir más que Nietzsche es
un critico de lo que se conoce como los Estados Nacionales, es
decir unidades políticas identificadas y diferenciadas
unas de otras, y que a la vez expresa una negación de la
existencia de Estados diferentes o pluralidad de Estados.
Igualmente en Nietzsche existe una negación de los
nacionalismos "El Superhombre dominará la tierra,
pero sería erróneo imaginar este dominio como un
control
gubernamental en él sentido estatista habitual, pues lo
que se trata de producir es… una raza de señores, cuya
tarea no se agotase en gobernar; sino una raza que tuviese su
propia esfera de vida, un excedente de fuerza para la belleza, el
coraje, la cultura, refinamientos hasta en lo que hay de
más espiritual; una raza afirmativa que pudiera concederse
todo gran lujo…lo bastante poderosa para no necesitar ni la
tiranía del imperativo de virtud, ni el ahorro, ni la
pedantería, más allá del bien y del mal:
formando un invernadero de plantas raras y
singulares"

En este sentido una de las criticas mas radicales que
Nietzsche va a hacer a la modernidad y con
ello al mercado como
renglón esencial de este tipo de sociedad es el de hombre
de éxito:
modelo
perfecto de lo moderno. Lo que prima o sirve como marco de
referencia para la colectividad va a ser el reconocimiento que
los comunes hagan de otro miembro o semejante "Una falsa cualidad
imbuye a la sociedad. El éxito en el mercado es
símbolo de dignidad. Y
para triunfar hay que ser actor: lo opuesto al ego
auténtico". La virtud desaparece como meta de
cualificación de la sociedad, "…la cultura occidental
como una cultura en crisis. En efecto, cree Nietzsche,
ésta está dominada por la vulgaridad; su
héroe, el empresario
capitalista, no posee la verdadera virtud maquiavélica,
sino que es un vulgar explotador, incapaz de toda generosidad y
de la magnanimidad del hombre superior. Es así cómo
Nietzsche -sobre todo al final de su vida- da parcialmente la
razón a Marx y comprende
que hay mucho de auténtico en la rebelión del
socialismo contra el mundo moderno. Perdura, sin embargo, su
crítica
contra la regimentación que él cree ser parte de
una sociedad homogénea, impersonal y decadente"

La posición nietzscheana acerca de lo
económico –capitalismo
no solo se reduce a lo planteado arriba. En él hay una
critica de mucho más fondo, se introduce en la lucha de
clases y los bemoles que ésta representa "Una lectura de
Nietzsche como fiero disolvente de la moral
burguesa le sustrae de la interpretación filonazi. Pero
sería engañoso asociar sus escritos a causa alguna.
La acción política de Nietzsche no posee
teleología, desposeida de causa es voluntad inmediata y
presente de realización del "hombre completo" en el mundo
(Bataille, Georges, 1972). Nietzsche no admite la
humillación de las fuerzas individuales a la forma
económica del maquinismo. Pero tampoco es el
desenmascarador de la cosificación del trabajador. En un
sintomático fragmento -Aurora, 206-, Nietzsche analiza la
"cuestión obrera" desde supuestos escasamente
sindicalistas. A la esclavitud de la
máquinas no se escapa con mejoras
salariales: el despilfarro de fuerzas interiores por la
acumulación exterior requiere un antídoto más radical que la
esperanza de clase. Nietzsche arenga a los trabajadores de Europa
a disponerse para afrontar la muerte o
emigrar, antes que permanecer esclavos de las fábricas,
del Estado o del partido revolucionario…"

Identificar el Superhombre en su verdadera
dimensión surge como una necesidad para entender la
propuesta política de Nietzsche. "No es posible describir
completamente al superhombre como tipo, pues será, ante
todo, un sí mismo autentico. Un ser individual y universal
en si mismo. Construirá su propia vida y se daría
sus propias leyes, les
recomienda que sean egos auténticos, que busquen la
soledad, que huyan de la vida pública, rechazar los modos
establecidos de conducta y de
pensamiento, a rechazar la responsabilidad política, a
despreciar la mezquindad de la política cotidiana y a
abstenerse de los deberes ordinarios del ciudadano. Con este
carácter individualista radical del hombre, se pregunta si
el superhombre puede ser gobernante, "El concepto que Nietzsche
tiene del superhombre es, por ello, necesariamente vago y
ambiguo. Ni siquiera es seguro que el
superhombre será un gobernante. Nietzsche si habla del
gobierno planetario de una nueva nobleza que tiene Nietzsche.
Otras veces habla de la coexistencia de los últimos
hombres y de superhombres: Los últimos hombres
vivirán en comunidades que parecerán hormigueros y
los superhombres recorrerán la Tierra, pero
los superhombres no gobernarán a los últimos
hombres y tratarán de evitar todo contacto con ellos."
Para algunos doctrinantes, Niezstche propone una solución
apolítica a la crisis total de la modernidad: Se pasa de
la fuerza racionalizada e institucionalizada, a la fuerza
individualizada y cualificada por la naturaleza y pureza del
hombre. Desaparece el ser social y aparece el hombre como hombre,
como individuo.

6. El
Nihilismo

El nihilismo,
como cualquier concepción de pensamiento, o teoría
de las ideas ha tenido una evolución diversa y múltiple; tanto
en lo cronológico, como en lo
geográfico:

Se tiene que quién primero utiliza el
término nihilismo fue en los finales del siglo XIX, en
alemanía, el pensador F.H. Jacobi, que en carta a Fichte lo
utiliza para indicar el carácter del idealismo como
negación de Dios y absolutismo
del mundo. Otros que igualmente lo utilizaron: Baader, E.T.A.
Hoffmann, H. von Kleist y especialmente Jean Paul, cuyo
Discurso del Cristo muerto (1797) ha sido catalogado como
"alegoría del nihilismo".

Hegel habla de un "nihilismo" logico para indicar el
carácter dialéctico de la lógica.

"Nietzsche considera el nihilismo como una
característica de toda la historia de la cultura
occidental, al menos a partir de Sócrates. Esta cultura se
ha esforzado en contraponer a la fluidez de la vida y a su caos
estructuras y
valores estables, los cuales sin embargo han resultado ser
ficciones, hasta el punto que, como escribe Nietzsche, "Dios ha
muerto"….Según Nietzsche, es necesario abandonar la
posición de un nihilismo pasivo y reactivo ( que considera
la pérdida de Dios como una pérdida irremediable) y
optar por el nihilismo activo, el del hombre que asume
conscientemente sobre si mismo la responsabilidad de crear
valores y leyes". "El nihilismo es una protesta contra el enfoque
del último hombre. La formula del nihilismo es: nada es
verdad, todo es permitido. Dado que todas las aspiraciones y
todos los ideales han perdido su significado, los hombres no
pueden consagrarse a una causa: no tienen ningún futuro
que desear. Los nihilistas desearán la nada antes que
desistir de desear. Los ideales ascéticos del
cristianismo, siendo una negativa de la vida pueden verse como
una forma inconsciente de nihilismo. Además, el nihilismo
es consecuencia necesaria de la ciencia
moderna que destruye la validez de los valores. Nietzsche piensa
a veces en el nihilismo como en el futuro inevitable de Europa;
otras veces, el mismo se llama nihilista. El creador de valores
nuevos debe ser destructor de valores viejos."

Posterior a la postura de Nietzsche, otros pensadores
han utilizado el nihilismo de diversas maneras:

Martin Heidegger, el
nihilismo activo de Nietzsche, hace parte del nihilismo en
general como historia de la disolución (u "olvido") del
ser, del cual el pensamiento debe procurar sustraerse.

Ernst Jünger no acepta el nihilismo pesimista,
pregona el nihilismo como una condición que va junto con
la instauración de la más radical
racionalización técnico-científica de la
existencia.

Carl Schmitt. Su decisionismo se fundamenta en que en la
modernidad, la legitimidad ya no se soporta en las estructuras
metafísicas estables.

"Sin embargo, sigue estando viva en la cultura actual
una concepción "negativa" del nihilismo, el cual en el
plano político, según algunos autores,
encontraría su expresión en el nazismo como
política de poder y fin en sí mismo. Otro sentido
no "afirmativo" del nihilismo, que sin embargo no tiene
ningún rasgo nazi, puede encontrarse en la obra de
Albert Camus,
según el cual el reconocimiento de la absurdidad de los
valores metafísicos tradicionales abre el camino a una
ética
fundada en valores mínimos de respecto a la vida y de
solidaridad
humana elemental."

En Rusia el
término, a partir de 1860 se utiliza cuando la
opinión conservadora y moderada llama "nihilistas" a los
negadores del orden vigente y de los valores tradicionales.
Presentó diferentes manifestaciones históricas o
tendencias (como la denominada el grupo la
Organización
), todas terminaron en el proceso
revolucionario bolchevique. "Más allá de sus
vicisitudes históricas y políticas, que
habían de agotarse en breve tiempo, el mérito del
nihilismo fue recoger a mediados del siglo XIX el carácter
radical que asumiría el proceso revolucionario en Rusia y
de intuir la impracticabilidad en ese país de una
alternativa liberal progresista…"

7. Nietzsche, Marx y
Fascismo

"Podemos resumir como sigue la
relación del marxismo con
la filosofía política de Nietzsche: el
ámbito marxista de la libertad que ha de lograrse mediante
la revolución es, para Nietzsche, el
ámbito del hombre último, la absoluta
degradación del hombre. Nietzsche pensó más
profunda, más filosóficamente que Marx acerca de lo
que seguiría a la revolución.

Si Marx está inseparablemente relacionado con el
desarrollo del
comunismo, debe
reconocerse que Nietzsche está ligado al surgimiento del
fascismo del
siglo XX. La relación del fascismo con Nietzsche nos
recuerda la relación de la Revolución
francesa con Rousseau. El
problema de la conexión de Nietzsche con el fascismo no se
resuelve, desdichadamente, afirmando, como suelen hacerlo muchos
interpretes de Nietzsche, que éste no fue fascista, que
fue critico violento del nacionalismo alemán y que
habría aborrecido a Hitler. Todo esto
es sin duda cierto, y decirlo muestra el
absurdo de hacer una burda identificación de la doctrina
de Nietzsche con las atrocidades de Hitler. Nietzsche fue un
hombre con una noble visión del futuro del Hombre. Su
propia delicadeza, integridad y valor brillan a través de
sus escritos. También estuvo libre del burdo racismo que
sería elemento importante del fascismo, y no tuvo
más que desprecio al antisemitismo
político. Pero queda en pie el hecho de que en varias
formas, Nietzsche influyó sobre el fascismo. Acaso el
fascismo abusara de las palabras de Nietzsche, pero es
singularmente fácil abusar de tales palabras. Nietzsche
fue un extremista, y nadie tuvo más talento que él
para hacer que una opinión extrema pareciese atractiva,
presentándola con gran audacia y elocuencia. Un hombre que
aconseja a los hombres vivir peligrosamente, debe esperar que
hombres peligrosos, como Mussolini, sigan su consejo; un hombre
que enseña que una buena guerra justifica toda causa debe
esperar que se abuse de su enseñanza que, a medias, había sido
presentada en broma, pero sólo en broma, pero solo a
medias. Nietzsche elogia la crueldad y condena la piedad, sin
reflexionar lo suficiente en si realmente debe recomendarse al
hombre ser más cruel de lo que él es, o sobre
cuál será el efecto de semejante idea sobre hombres
crueles. Nietzsche no fue racista, pero sus escritos abundan en
reflexiones sobre la raza y en las posibilidades de un
rejuvenecimiento biológico del hombre. Nietzsche no solo
no propone ni enseña la prudencia y la responsabilidad
pública; las calumnias. Por último, hay que repetir
que Nietzsche es el inventor de un ateísmo de la derecha
política.

Toda exposición
de la filosofía política de Nietzsche no solo debe
revelar las profundas ambigüedades sino también
señalar las graves consecuencias de esa doctrina
política. Sin embargo, ni la revelación de
ambigüedad, ni una demostración de sus graves
consecuencias constituye una refutación. Y aun si
pudiésemos demostrar que Nietzsche estaba en el error,
tendríamos que reflexionar sobre lo que el propio
Nietzsche escribió acerca de Schopenhauer:
"(…) los errores de los grandes hombres son venerables porque
rinden más fruto que las verdades de los hombres
pequeños (…)"

 

 

Autor:

Pedro Luis Pemberthy López

Partes: 1, 2
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