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Origen y significado de América Latina a partir del descubrimiento de América (página 2)




Enviado por Mara p.



Partes: 1, 2

I.A.3. Clima, población y sociedades:

A menudo la historia contradice la
geografía.
Así Panamá
(ex provincia colombiana) al igual que México, No
forma parte de América
Central. Lo cual no impide que entre América del Sur y
Estados
Unidos, exista una América Media, zona de
transición y de un establecimiento humano antiguo, de
brillantes civilizaciones precolombinas en tierras
volcánicas, con personalidad
propia.

En América del Sur se distingue una
América templada que ocupa el cono sur de continente y que
comprende Argentina, Uruguay y
Chile, que por su clima, cultivos y población es ka parte
más cercana al "Viejo Mundo" y una América
tropical, Paraguay y
Brasil,
país continente que tiene frontera con
todas las naciones sudamericanas, excepto Ecuador y
hile. Comprende un sur templado, poblado de europeos que se
dedican a cultivos mediterráneos.

Bolivia, andina ciertamente es parcialmente tropical,
pero vinculada históricamente a la América
templada, mientras que Colombia y
Venezuela son
a diferentes grados, a la vez andinos y
caribeños.

La distribución regional de los tres
componentes de la población americana, el sustrato
amerindio, los descendientes de la mano de obra esclava africana
y la inmigración europea del siglo XIX, dibuja
zonas de dominantes identificables, pues las naciones mestizas
son las más numerosas. Podemos distinguir una zona de
población india que
abarca la América media y el noreste de América del
Sur; de las Américas negras al noreste en el
perímetro caribeño, Antillas y Brasil, ligadas a la
especulación azucarera de la época colonial, y
finalmente un sur, sureste blanco, que recibió a la mano
de obra libre europea.

Tomando como indicador, la homogeneidad cultural, en
función
del grado de integración social y de la existencia de
una o varias culturas, se pueden discernir tres grupos:

  • Homogéneos: Argentina, Chile, Uruguay y en
    menor grado Haití, El Salvador
    y Venezuela.
  • Heterogéneo: Guatemala,
    Ecuador, Bolivia y
    Perú
  • En vías de Homogeneización: Brasil,
    México, Colombia.

II. Una América
periférica

A primera vista nos hallamos ante una América
marcada por la colonización española y portuguesa
que se define por contraste con la América anglosajona.
Allí se habla español y
portugués en lo esencial a pesar de las florecientes
culturas precolombinas y hasta de núcleos inmigratorios
recuentes. La ausencia de Canadá en el conjunto, a pesar
de que organismos internacionales como el SELA (Sistecon de
Latinoamérica) y el BID (banco
interamericano de desarrollo)
incluyan entre los estados latinoamericanos a Trinidad y Tobago,
la Bahamas y Guayana, dan el perfil de la "otra América".
Esos países se inscriben entre los estados de la periferia
del mundo industrial. Pero tienen varias particularidades
comunes: todos dependen históricamente del mercado mundial
como productores de materias primas y bienes, pero
también del "centro".

La frontera entre México y Estados Unidos
constituye un fenómeno único, forma una
línea de demarcación a la vez cultural y
socioeconómica excesivamente cargada de valor
simbólico.

Se podría clasificar entre las naciones
latinoamericanas a todos los países del continente
americano en vías de desarrollo, independientemente de su
lengua y su
cultura.

II.A.1. Pertenencia a la cultura
Occidental:

Con relación al resto del mundo en desarrollo, la
singularidad del subcontinente "latino" también es
flagrante. Las civilizaciones precolombinas, a la llegada de los
españoles, no resistieron a los invasores que impusieron
sus lenguas, pero
también sus valores y
religión.
América
Latina aparece como el Tercer Mundo de occidente, o el
occidente del Tercer Mundo. Lugar ambiguo en el que el colonizado
se identifica con el colonizador.

"El carácter "europeo" de las sociedades de
América Latina tiene consecuencias evidentes sobre el
desarrollo socioeconómico de los países
involucrados.

La continuidad con Occidente facilita los intercambios
culturales y técnicos que no tienen ningún
obstáculo lingüístico o
ideológico.

La mayoría de los grandes países de
América Latina tienen economías semi-industriales.
Se buscan los factores de homogeneidad de un conjunto que no es
ni occidente ni el Tercer Mundo, pero que a menudo aparece como
síntesis o yuxtaposición de los
dos.

II.A.2. Paralelismo de las evoluciones
históricas:

La existencia de una América Latina es
problemática si la diversidad de las sociedades y las
economías se impone, si la separación de las
diferentes naciones es un elemento básico de su
funcionamiento.

Siglo y medio de vida independiente no podría
hacer olvidar la profunda influencia de 3 siglos de
colonización (1530 – 1820); que marcaron de manera
irreversible las configuraciones sociales y labraron el singular
destino de las futuras naciones.

Las similitudes no se derivan simplemente de la
historia, si no que se hallan igualmente en estructuras
análogas y problemas
idénticos.

II.A.3. Diversidad de las sociedades.
Singularidad de las naciones:

Un destino colectivo forjado por evoluciones paralelas,
una misma pertenencia cultural a Occidente y una dependencia
multiforme en relación con un centro único situado
en el mismo continente.

II.A.4. Potencias emergentes y "repúblicas
bananeras":

La triste reflexión del presidente Porfirio
Díaz (1876 – 1911) sobre México "… tan lejos
de Dios y tan cerca de Estados Unidos…" Dado que la
república imperial había amputado a si
país a la mitad de su territorio en 1848 durante la
guerra que
siguió a la anexión de Texas por Estados Unidos.
Los actuales estados norteamericanos de California, Arizona,
Nuevo México, una parte de Utah Colorado, Oklahoma, y
Kansas (unos 2, 2 millones de Km.²) pertenecían a
México antes del tratado de Guadalupe Hidalgo.

La denominación de Estados Unidos es hoy notoria
en este "Mediterráneo americano" que forman el Golfo de
México y el mar Caribe.

Los estados ribereños insulares o continentales
están en libertad
vigilada.

La soberanía de las naciones bañadas
por el "lago americano" está limitada por intereses
nacionales de la metrópolis septentrional.

Desde 1903 Estados Unidos impuso el enclave colonial del
canal, éste se ha arrogado en poder de
policía internacional en la zona, ya sea controlando
directamente las finanzas de
los estados en apuros, o haciendo desembarcar a los marines para
poner fin al "relajamiento de los lazos de la sociedad
civilizada" en los países vecinos meridionales. Por ello
Nicaragua fue ocupada en 1912 y en 1926 a 1933; Haití en
1915 a 1934; República
Dominicana en 1916 a 1924; Cuba solo se
liberó del Yugo en 1898 para convertirse en un
semi-protectorado.

La exasperación neocolonial estadounidense ha
conducido a Estados Unidos a apoyar en la zona a cualquier
régimen pro estadounidense y a derrocar o a desestabilizar
a cualquier gobierno que
intente sacudirse la tutea del hermano mayor o afectar sus
intereses privados y modos de
producción capitalista.

Los estados de la zona de influencia norteamericana, con
excepción de México, son pequeños, de
población reducida. Las posibilidades económicas de
esos estados entre los que se hallan los más pobres y
atrasados del subcontinente no compensan su exigüidad ni su
infortunio geopolítico. A causa de la importancia
histórica de la monoexportación agrícola,
algunas de esas repúblicas tropicales han recibido el
sobrenombre despreciativo de "repúblicas
bananeras".

Todo lo contrario ocurre con los estados más
alejados de América del Sur.

Las naciones de América del Sur jamás han
padecido alguna intervención directa de Estados
Unidos.

II.B. Visión de la realidad de
América Latina.

II.B.1. América Latina: El clamor de los
pobres.

El más devastador y humillante flagelo, es la
situación de inhumana pobreza en que
viven millones de latinoamericanos expresada en la mortalidad
infantil falta de viviendas adecuadas, problemas de salud, salarios de
hambre, desempleo,
subempleo, desnutrición, migraciones masivas y
forzadas, etc.

Esta pobreza no es una etapa casual: si no el producto de
situaciones y estructuras económicas, sociales y políticas.

La situación de extrema pobreza generaliza
adquiere en la vida real rostros muy concretos en los que
deberíamos reconocer los rasgos sufrientes de Cristo, que
nos cuestiona e interpela:

  • Rostros de niños
    golpeados por la pobreza
    desde antes de nacer.
  • Rostros de jóvenes desorientados por no
    encontrar su lugar en la sociedad.
  • Rostros de indígenas y con frecuencia
    afroamericanos viviendo marginados y en situaciones
    inhumanas.
  • Rostros de campesinos relegados y privados de
    tierra en
    situación de dependencia.
  • Rostros de obreros mal
    retribuídos.
  • Rostros de desempleados y subempleados.
  • Rostros de marginado y hacinados urbanos.
  • Rostros de ancianos, marginados de la sociedad que
    prescinde de las personas que no producen.

Países que no respetan derechos humanos
están en situación de permanente violación a
la dignidad de
las personas

II.B.2. Ubicación dentro del
continente.

En casi todos nuestros países se ha experimentado
un acelerado crecimiento demográfico. Tenemos una
población mayoritariamente joven. Las ciudades crecen
desorganizadamente, en las que cada día es más
difícil ofrecer los servicios
básicos de viviendas, hospitales escuelas,
agrandándose así la marginación social,
cultural y económica. El aumento de quienes buscan
trabajo ha
sido más rápido que la capacidad del sistema
económico actual para dar empleo.

Hay instituciones
que propician y gobiernos que aplican políticas
antinatalistas contrarias a la moral
familiar.

II.B.3. Visión sociocultural de la
realidad de América Latina. Aspectos
culturales:

América Latina está conformada por
diversas razas y grupos culturales con variados procesos
históricos; no es una realidad uniforme y continua. Sin
embargo se dan elementos que constituyen un patrimonio
cultural común de tradiciones históricas y de
fe cristiana.

Lamentablemente el desarrollo de ciertas costumbres es
muy precario. En la práctica, se desconoce, se margina e
incluso se destruyen valores de la antigua y rica
tradición de nuestro pueblo. Por otro lado ha comenzado
una revalorización de las culturas
autóctonas.

III. La Argentina
en Latinoamérica

III.A. Diferencias regionales en la
población de nuestro territorio:

Desde el punto de vista geográfico, es posible
dividir el territorio nacional en zonas que denominamos regiones
geográficas. Estas se caracterizan por factores naturales
y humanos que les son propios, así como por las
diferencias que ofrecen con las regiones vecinas. Cada
región geográfica es única y no tiene igual
parte alguna de ese país o de otro cualquiera.

Diversas son las divisiones regionales del país,
hechas por distintos autores. Una de estas es la que considera
las regiones geográficas que se enumeran: región de
la llanura pampeana; región mesopotámica;
región del noreste; región de los Andes centrales;
región de las sierras pampeanas; región
patagónica y región de las islas oceánicas y
de la Antártica Argentina.

Las diferencias de la población están
relacionadas con sus posibilidades de vida, hábitos y
costumbres, distintos a los del habitante del noreste. El
particularismo regional acentúa otras
características expresadas en modalidades de su lengua
oral, de su folklore, de
su artesanía popular, etc.

El sentimiento de integración nacional esta
definitivamente arraigado. No sucede lo mismo en otros
países, donde las diferencias regionales se manifiestan a
través de distintos idiomas o creencias religiosas que
muchas veces llevaron a intentos separatistas.

III.A.1. Argentina. Semejanzas y deferencias con
la población de América Latina:

El historiador Pierre Chaunu escribió que
"América Latina, en relación con la América
anglosajona, es una América india, una América de
sangres cruzadas".

La composición de la población es en
Argentina mayoritariamente blanca lo que ha configurado la idea
de una Argentina "europeizada", es decir, desprendida de su
contexto latinoamericano.

No obstante, aún cuando por composición
étnica no estemos encuadrados dentro de la generalidad de
América Latina, en la que abunda un gran número de
mestizos, más allá del factor racial, la realidad
social u económica y la existencia de problemas comunes
nos han hecho tomar conciencia de
nuestra condición de latinoamericanos.

La integración de la Argentina al resto de
Latinoamérica debe concretarse no solo por cuestiones
políticas sino, fundamentalmente, por razones sociales que
permitan alcanzar un mejor nivel de vida para quebrar la
dependencia que afecta a nuestros pueblos.

Nuestra unidad con Latinoamérica, concretada a
través de la realidad geográfica y los intereses
económicos comunes debe, determinar la conformación
de una Argentina unida al resto de los países hermanos
latinoamericanos a través de una lucha que tiene como meta
un mismo destino.

IV.
América Latina. Un continente de esperanza

IV.A. Discurso de
Juan Pablo II. Primer encuentro con América
Latina:

Juan Pablo II llegaba a un continente atravesado
también por profundas y múltiples desigualdades e
injusticias sociales. Llegaba a un continente lleno de ilusiones,
pero "con estridentes contrastes que obligan a los sectores menos
favorecidos de la población a pagar intolerables costos sociales."
Se encontraría con esta realidad dolorosa,
intranquilizadora y muy desconcertante, precisamente por darse en
un continente marcado por el anuncio del mandamiento
nuevo.

IV.A.1. Discurso de Juan Pablo II

Juan pablo II. Palabras a los sacerdotes y
religiosos:

Un día después de pisar por primera vez el
continente americano, invita a sacerdotes y religiosos a no tener
dudas sobre su propia identidad como
depositarios y administradores de los misterios de
Dios, como instrumentos de salvación. Y les pide que
saquen "del Evangelio los criterios esenciales de fe, que
produzcan una síntesis armónica entre
espiritualidad y ministerio".

IV.A.2. Discurso de Juan Pablo II

La III Conferencia
General del Episcopado latinoamericano:

Fue celebrada en Puebla y constataba que se puede
reconocer hasta en nuestros días el substrato
católico de la cultura latinoamericana.

Desde el primer momento el Papa manifestó la
"honda conmoción" que le producía el hecho de
peregrinar a nuestro continente y a los países insulares
del Caribe; y no ocultó su gratitud a Dios por "los
estupendos valores de historia y cultura que guardan"

IV.A.3. Comentarios del Discurso de Juan Pablo II
al Consejo Episcopal:

Antes de entregar al Consejo episcopal importantes
orientaciones y prioridades pastorales, expresó que
conocía y seguía "no sin aprehensión", la
situación global de América Latina en sus
componentes religiosos, políticos, económicos y
sociales. Recordó que el continente latinoamericano es
definido como un continente católico, y que en ello reside
su gloria y su fortuna. Pero esa constatación no le
impidió manifestar que su catolicismo "revela aspectos
negativos que denotan una debilidad y una falta de hombre y de
medios"."Se
podría hablar de un estado de
debilidad orgánica, que manifiesta una necesidad urgente
de revitalizar y reanimar la vida católica para hacerla
más consistente en los principios
doctrinales y más sólida en la práctica. La
fe del pueblo latinoamericano debe alcanzar todavía una
plena madurez de desarrollo".

IV.B. Contenidos sobre la
evangelización:

Visiones inadecuadas del hombre en América
Latina:

América Latina constituye el espacio
histórico donde se da el encuentro de tres universos
culturales, el indígena, el blanco y el africano;
enriquecidos luego por diversas corrientes migratorias: se ha
fraguado una especie de mestizaje latinoamericano.

Si bien permanece una base de vivencias religiosas
marcadas por el evangelio, emergen también otras ajenas a
la fe cristiana.

IV.B.1. Evangelización y religiosidad
popular.

Noción y afirmaciones fundamentales:

La religiosidad popular no solamente es objeto de
evangelización, si no que, en cuanto tiene encarnada la
palabra de Dios, es una forma activa con la cual el pueblo se
evangeliza continuamente a si mismo. En América Latina no
ha logrado aún la evangelización en algunos grupos
culturales autóctonos o de origen africano, que por su
parte poseen riquísimos valores y guardan "semillas del
Verbo" en espera de la palabra viva.

Conclusión

Al transcurrir por la vida tomamos conciencia de que al
igual que nosotros hay gran número de pueblos en los que
la vida y la dignidad humana está afectada por la pobreza,
la indigencia, la falta de valores, falta de solidaridad y la
indeferencia por parte de los gobernantes.

El estudio que realizamos nos permitió descubrir
que Latinoamérica comprende en su mayoría a todos
los países del continente americano en vías de
desarrollo más allá de su lengua y su cultura y
estos de una u otra manera se encuentran bajo la dependencia no
deseada de Estados Unidos.

A pesar de la dominación que ha sufrido desde su
comienzo América Latina avanza lenta pero segura a un
futuro mejor impulsada por la fe de sus pueblos.

América Latina fue llamada por Juan Pablo II "un
continente de esperanza" por su potencial humano y cristiano, por
su rica y fecunda historia de fe y vio en ella un modelo de
civilización.

En lo que respecta a los objetivos
planteados tuvimos dificultades al obtener bibliografía
específica del tema elegido, no obstante se cumplieron
satisfactoriamente.

Concluimos de todo lo estudiado que confirmamos la
hipótesis planteada
inicialmente.

Bibliografía

  • La evangelización en el presente y en el
    futuro de América Latina. Documento de Puebla.
    Primera parte. Cap. II. Inc. 2. 3. Págs. 63, 64, 65, 67,
    70.
  • Larouse, Diccionario Ilustrado, Printer
    Colombiana SA, Santa Fé, Bogota DC, 1994, Págs.
    1691
  • ROCA, ELENA, ERSA 2, Buenos Aires,
    Argentina, Editorial Kapelusz, 1975, Págs. 23, 24,
    94.
  • ROUQUIÉ, ALAIN, América Latina
    (introducción al extremo occidente),
    México, Siglo XXI, 2004. Págs. 17, 18, 20, 22,
    23, 29, 33.
  • Juan Pablo II, discurso a la Pont. Comisión
    para América Latina, 7 de diciembre de 1989.
  • Juan Pablo II, Alocución a sacerdotes y
    religioso, 27 de enero de 1979
  • Juan Pablo II, discurso al llegar a la
    República Dominicana, 25 de enero de 1979.
  • Juan Pablo II, discurso al episcopado en
    Chile
  • IIIª Conferencia General del Episcopado
    latinoamericano. La evangelización en el presente y
    en el futuro de América Latina. Documento de Puebla.
    Págs. 375.

 

Autora:

Mara

Partes: 1, 2
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