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Piero Calamandrei: gran maestro y procesalista de la juridicidad mundial (página 2)



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"Demasiados Abogados" fue publicado al poco de cumplir
Calamandrei los treinta años. En dicha obra, el joven
autor denuncia la "decadencia intelectual y moral de la
abogacía italiana".

"La Universidad del
Mañana", a su vez, publicada un lustro más tarde,
profundiza en la crisis de la
enseñanza institucional del Derecho,
destacando como un punto central la necesidad de superar las
lecciones catedráticas por un método
socrático y, a su vez, acercar a los alumnos a la
práctica de la profesión.

Concluye esta trilogía, verdadera
radiografía de la actividad jurídica italiana en la
Academia y el Foro, con la
publicación del "Elogio de los Jueces escritos por un
Abogado", donde sus líneas reflejan una fe en los jueces y
abogados, recuperada en una edad madura, la cual subsiste no
obstante los avatares de un tránsito histórico
marcado por las directrices del gobierno
fascista. En dicha obra desarrolla temas como la
administración de justicia en
sistemas
autoritarios, el decoro de los magistrados en su vida privada y
el carácter necesariamente dinámico de
la jurisprudencia, entre otras muchas
materias

Santiago Sentís Melendo, uno de sus traductores,
señala que acaso lo más conveniente habría
sido tan solo "Jueces y Abogados", ya que "no están, en el
libro,
enfrentados los unos a los otros, sino entremezclados y
confundidos".

IV. BREVE PASAJE
POR SU OBRA "ELOGIO DE LOS JUECES ESCRITO POR UN
ABOGADO"

Sin embargo, más allá de las evidentes
diferencias, subyace en la obra una fe en la justicia, que
constituye al Elogio de los Jueces en "el libro de la justicia y
de sus sacerdotes; no el abogado, viendo, contemplando, al juez,
sino la mutua contemplación, con serenidad, con
imparcialidad, con suave ironía, de tintas
melancólicas.

En lo concerniente a la "fe en los jueces", primer
requisito del abogado, se revela una convicción en la
justicia que, aun después de los años
difíciles, indica que para hacerse dar la razón por
el juez basta la honesta convicción en el fundamento de la
causa y el respeto de las
formas procesales adecuadas, eliminando las malas artes del
foro.

En el estudio de la urbanidad (o de la
discreción) en los jueces una especial referencia se hace
a la probidad (puntualidad) y se refiere a que el oficio judicial
que no demanda
vociferaciones y supone la consideración
profesional.

El estudio de ciertas semejanzas y de ciertas
diferencias entre jueces y abogados indica que el abogado es la
bullidora y generosa juventud del
juez, en tanto que el juez es la ancianidad reposada y
ascética del abogado. A su vez, mientras el abogado, al
asumir una defensa tiene su camino trazado, el juez se enfrenta a
un solo deber: el juzgar, más allá de las naturales
limitaciones del alma
humana.

En su estudio de "la oratoria
forense" señala finalmente que es mejor que quien gane sea
la justicia aun en desmedro de la oratoria forense.

También critica la somnolencia de los
magistrados, cuyo disimulo no pocas veces logran al asistir a las
audiencias con anteojos negros.

En lo referido a ciertas relaciones entre los abogados y
la verdad, Calamandrei analiza la obligada parcialidad del
defensor, en ese sentido señala "el abogado, como el
historiador, traicionaría su oficio si alterase la verdad
relatando hechos inventados; no la traiciona en cambio
mientras se limita a recoger y a coordinar, de la cruda realidad,
sólo aquellos aspectos que favorecen su tesis".

Luego Calamandrei desnuda la "diferencia existente entre
el gran abogado según el público y aquel que en
realidad lo es", este ultimo debe ayudar a los jueces a decidir
según justicia y a los clientes a hacer
valer sus propias razones.

En el estudio de la "litigiosidad", destacando que "el
abogado probo debe ser, más que el clínico, el
higienista de la vida judicial".

En el análisis de las predilecciones de abogados
y jueces por las cuestiones de derecho o por las de hecho
Calamandrei reivindica la importancia de la cuestión
probatoria, base para una sentencia justa y no meramente
bella.

En la revisión del sentimiento y de la lógica
en las sentencias, Calamandrei se cuestiona la tradicional
lógica del silogismo, destacando el rol que tienen al
juzgar la intuición y el sentimiento (enemigo del
carácter genuflexo de muchos jueces respecto de la
ley), lo que
le lleva a sugerir que más de alguno diría que
"sentencia deriva de sentir".

Refiere también acerca del respeto mutuo que debe
existir entre abogados y jueces y viceversa, y de la
admiración profunda de los abogados por el oficio
judicial, principalmente.

En el análisis del sentido de responsabilidad y del amor a la vida
tranquila o del orden judicial, que en palabras de Calamandrei no
es una rama de la burocracia sino
una orden religiosa, relata las mayores exigencias que supone el
oficio judicial, al decir que "tan elevada es en nuestra
estimación la misión del
juez y tan necesaria la confianza en él, que las
debilidades humanas que no se notan, o se perdonan en cualquier
otro orden de funcionarios públicos, parecen inconcebibles
en un magistrado".

Finalmente en la revisión de ciertas tristezas y
de ciertos heroísmos de la vida de los abogados,
Calamandrei nos presenta a los tribunales como aquellos grises
hospitales de toda la humana corrupción, en los cuales los jueces se
enfrentan al drama de su soledad, la contemplación de las
tristezas humanas y la llegada de la costumbre, hábito que
hace perder el sentimiento casi religioso que representa el
juzgar.

V. CONCLUSIONES Y
SUGERENCIAS

A mas de medio siglo del fallecimiento del Maestro Piero
Calamandrei, el tiempo no ha
borrado la fuerza de su
obra (expresada con una genialidad y una pasión que exhala
vida, así como con un estilo extremadamente diáfano
como poético), por el contrario, la ha potencializado,
transformándola en ícono de la ciencia
jurídico procesal mundial.

Así, parafraseando al Dr. Arturo Onfray Vivanco,
la misma permanece tan vigente (como viva crítica
de problemas que
todavía afectan el ámbito jurídico global de
hoy) que pareciera como si el maestro Calamandrei aún
estuviera entre nosotros, sus "alumnos".

Su obra ha devenido en un clásico, la que es
posible asociar a la pluma de autores (muy importantes los de los
cinco primeros ítems), que han contribuido a construir una
suerte de oda a la profesión jurídica, tales como:
i) Eduardo Couture, con: "Los Mandamientos del Abogado"; ii)
Ángel Osorio, con: "El Alma de la Toga"; iii) Jorge Witker
V., con: "Metodología de la Enseñanza del
Derecho; iv) El Maestro Carlos Fernández Sessarego, con:
"Aproximación al Escenario Jurídico
Contemporáneo"; v) Mario Castillo Freyre, con:
"Tentaciones Académicas: La Reforma del Código
Civil Peruano de 1984" y "La Reforma de la Enseñanza
Jurídica en Debate" (este
último en coautoría con Ricardo Vásquez
Kunze; vi) El nuestro (modestia aparte): "Hacia una Política de
Formación, Capacitación y Especialización
Jurídica en el Perú"; entre otros.

Una prueba palpable de la inspiración que
generó la vida, pensamiento y
obra del maestro Calamandrei en Eduardo Couture la tenemos en la
dedicatoria de puño y letra de su obra "Vocabulario
Jurídico" en la que este último
señaló: "A F. Carnelutti y P. Calamandrei,
maestros, amigos y ejemplares compañeros en la aventura
del pensamiento jurídico dedico este instrumento de
trabajo para
la ciencia que
ellos me enseñaron".

Finalmente, nos queda no solamente el camino de la
obligada lectura,
critica, análisis y difusión de la obra del maestro
Calamandrei, sino que también, principalmente, la puesta
en practica de sus enseñanzas, así como la
permanente continuación de su ejemplar pensamiento
mediante la producción jurídica (docencia,
artículos, ensayos,
investigaciones, libros…) en
dicha temática.

VI. BIBLIOGRAFÍA

  • Chanamé Orbe, Raúl. Diccionario
    Jurídico. Editorial Gráfica Horizonte. Lima,
    2002.
  • Couture, Eduardo. J. Vocabulario Jurídico.
    Editorial Depalma. Buenos Aires.
    1983.
  • Onfray Vivanco, Arturo. Piero Calamandrei: Elogio de
    los jueces escrito por un Abogado. Ediciones Jurídicas
    Europaamérica, Buenos Aires, 1989.
  • Silva Vallejo, José A. El pensamiento
    filosófico y jurídico de los grandes maestros,
    las escuelas. Lima. 2007.
  • "http://es.wikipedia.org/wiki/Piero_Calamandrei"

 

 

 

Autor:

Jorge Isaac Torres Manrique

Datos del Autor:

Abogado por la Universidad Católica de Santa
María de Arequipa (Perú), Egresado de las
Maestrías en Derecho
Empresarial, en Derecho Penal;
del Doctorado en Derecho por la Universidad Nacional Federico
Villarreal y del I Nivel del VII Curso del Programa de
Formación de Aspirantes a Magistrados de la Academia de la
Magistratura. Ex Conciliador del Centro de Conciliación Extrajudicial Paz y Vida,
Arbitro de Derecho y Conciliador Extrajudicial. Post grado en
Derecho Registral y Notarial. Especialista en Comercio Exterior
y Aduanas, y en
Derecho
Público. Diplomado en Análisis de Sentencias de
la Corte Suprema y del Tribunal Constitucional, Derecho
Empresarial, Laboral, Procesal
Constitucional, Procesal Penal, Derecho de Familia del
Niño y del Adolescente; y en Civil y Procesal Civil.
Estudios de Filosofía, Psicología, Marketing,
Italiano, Inglés
y Traductor Intérprete del Idioma Portugués
avanzado.

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