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Las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en el contexto actual de desarrollo social. Un enfoque CTS (página 2)



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Precisamente el analista filosófico
Núñez Jover en sus estudios de Ciencia y
Tecnología como Procesos
Sociales, llama la atención acerca de la necesidad de
sustentar la información ante todo sobre estructuras
conceptuales que le den sentido, aludiendo que la
información también genera ignorancia y
desconocimiento en ausencia de marcos teóricos,
conceptuales y axiológicos, los que podrían
aquí sintetizarse en "culturales, humanistas". Este es uno
de los aspectos importantes que mueven al debate hoy
sobre las TIC y su
influencia en la sociedad, a
partir de reconocer que, con su utilización para ejercer
el control de la
información, también es controlada la forma en que
esta debe ser distribuida a aquellos que no tienen acceso a
dichas tecnologías, lo cual deriva a su vez en control de
la sociedad plantea (O’Farrill, 06) que las
tecnologías, el poder y el
mandato sobre ellas, están permitiendo un desarrollo
personal y social de más calidad, pero
también, y al mismo tiempo, se
están convirtiendo en germen de separación y
exclusión
social,
en el sentido contrario a lo establecido
conceptualmente por la propia tecnología, que se
propone ser desarrolladora, y sin embargo, sus usos e impactos
varían sustancialmente el sentido, de un contexto al otro,
al ser despojadas de sus necesarias implicaciones
axiológicas y socioculturales junto a lo científico
de base.

De una clara visualización de esa
problemática, resulta que cada vez en mayor medida la
modernidad, desde
el punto de vista analítico, se configure sobre la base de
comprender las relaciones entre ciencia,
tecnología y sociedad, en aras de promover una conciencia
crítica
por medio de un enfoque interdisciplinar, y ofrecer un conocimiento
que incluya interconexiones, uniones, etcétera, necesario
para una educación
integradora. Esa visión pone como objeto central los
procesos de educación en CTS, considerados
convencionalmente en los años 90 como
"alfabetización en ciencia y tecnología" (Waks,
1990), y garantes de que los sujetos que entran directamente en
la dinámica de desarrollo
tecnológico sepan "elegir entre situaciones límites
naturales y aquellas que son impuestas culturalmente por asuntos
CTS"; es decir que a la par de adquirir una cultura
tecnológica, sean capaces de determinar en qué
momentos debe usarse la tecnología, y que a su vez, esta
no esté en contraposición con los valores
culturales, y las necesidades sociales reales de cada contexto en
que se inserten, de modo que la técnica no pueda suplantar
el papel del esfuerzo humano, necesario para el éxito
de cada proceso
social.

Sin embargo este enfoque CTS que emerge en el
ámbito intelectual, no ha podido frenar las influencias
negativas de dichas tecnologías en el proceso ocupacional
– educativo, materializadas en una proliferación acelerada
del desempleo y
subempleo, debido a su capacidad de alto procesamiento de
información a gran velocidad y
consumo de un
mínimo de recursos, que
sustituye el trabajo de
varios días de un grupo de
personas. Las cifras de desplazados, oscilan entre el 7-25% en el
Primer Mundo y el 30-75% de la población económicamente activa en
América
Latina (Núñez, 2002).

En América
Latina se muestra
claramente la ruptura entre el empleo de las
TIC y la sociedad según plantea (Finquelievich, 2007)
las políticas
nacionales detectadas en cuanto al estímulo al desarrollo
sustentable y al combate contra la pobreza, lejos
de estar orientadas al empoderamiento de las comunidades,
trabajan sobre problemáticas coyunturales. Se caracterizan
por ser puntuales, dispersas, fragmentadas; de las experiencias
identificadas, puede concluirse que estas iniciativas no han
evolucionado aún hacia políticas estructurales,
permanentes y efectivas
. Y continúa más
adelante diciendo tanto las políticas de desarrollo
comunitario, caracterizadas por el asistencialismo, como las
políticas de empleo, cuyos rasgos dominantes son el no
capacitar a la fuerza de
trabajo -tanto
empleada como desempleada- para las herramientas
de la nueva economía, contribuyen a agudizar la
fragmentación de las políticas y programas de
lucha contra la pobreza. Si bien
muchos de los países estudiados poseen u obtienen recursos
financieros para sus planes asistenciales, así como
redes de
infraestructuras de acceso a Internet (como los Centros
Tecnológicos Comunitarios en Argentina), estos recursos no
suelen utilizarse para capacitar masivamente a la
población -sobre todo a la población desempleada-en
el uso de TICs.

Un ejemplo de esto lo plantea Nuñez (2002) cuando hace
referencia a que América Latina y el Caribe, tiene muy
poca participación en ciencia y tecnología: poco
más del 2% de científicos ingenieros que realizan
tareas de investigación y desarrollo en el planeta y
algo más del 1% de los recursos que se invierten con ese
fin.

Al pensar en la inserción de ALC en la Sociedad de la
Información, no se puede ignorar la pobreza en la que se
encuentra inmerso nuestro continente. Las investigaciones
del Banco Mundial
(2003) revelan que, de 510 millones de habitantes unos 170
millones viven en la pobreza de éstos, 70 millones
sobreviven en la extrema pobreza Los indigentes pasaron de 48
millones en 1990, a 57 millones en 1999, y los pobres de 121, a
132 millones en igual período. Para el 2003 se estima que
5 de cada 10 latinoamericanos son pobres, y que se encuentran por
debajo de la línea de pobreza el 58% de los niños
menores de 14 años.

El Panorama Social de la CEPAL (2002) señala que en el
período 1980-2000 la población latinoamericana
aumentó en alrededor de un 50% mientras la economía
creció globalmente en apenas el 7% durante el mismo, lo
que significa que la calidad de
vida promedio se redujo a la mitad y que la pobreza
prácticamente se duplicó desde 1980.

La brecha en ascenso crea el analfabetismo
digital. Según indicadores a
nivel mundial publicados por la UIT, la estimación de
números de usuarios de Internet en la región de las
Américas para el año 2001 es de aproximadamente
182,51 millones, los cuales se distribuyen según muestra
los cuadros 4 y 5

Usuarios de Internet en la Región de las
Américas al 2001 (Millones)

Usuarios de Internet en ALC, 1998-2003

Según datos de Prince
& Cooke (2005), sólo el 8% de la población de
ALC utiliza Internet. De 335 millones de personas que habitan el
cuarto continente del mundo, sólo 27 millones acceden a
Internet. La mitad de estos internautas están en Brasil, pero la
penetración en ese país es apenas del 8%. En Chile
sucede lo contrario: si bien hay sólo 3,1 millones de
internautas, la penetración alcanza al 20%. En total, en
el año 2003 hay 201 proveedores de
acceso que ofrecen servicios en
la región y que, paradójicamente, están
más concentrados en los lugares en que menos usuarios hay.
Es interesante advertir que la brecha digital supera con mucho a
la brecha existente entre ricos y pobres.

Uno de los temas más polémicos, en
relación con CTS, es el conocido como ETHOS de la ciencia y
las normas
establecidas por R. K. Merton (1942). El cual critica la
posición monopolista del conocimiento
científico y su producción estableciendo normas las cuales
se conocen como CUDEOS sobre esto plantea (Nuñez, 2002)
que representa una perspectiva normativa que se ve reforzada en
la práctica del intercambio, es decir, por el proceso
mediante el cual el científico aporta información
original al fondo común del saber a cambio del
reconocimiento de sus pares; ese intercambio es el motor del
desarrollo de la ciencia y el apoyo principal al ethos que la
diferencia de otras instituciones
sociales.

Es significativo ver, como en el campo del desarrollo
científico de las TIC, estos elementos del CUDEOS han sido
obviados por las grandes multinacionales productoras como la
Microsoft,
importante firma fabricante de gran variedad de software (MS-Dos,
Windows,
Office) la
cual durante su historia, ha sido objeto de
críticas, como acusaciones de realizar
prácticas monopolísticas
que han llevado a la compañía ante la
Comisión Europea y el
Departamento de Justicia de
los Estados Unidos. Un ejemplo de esto es
que

En la esfera educacional a nivel mundial, su
presencia imponente trae consigo la digitalización y
puesta en soportes electrónicos de muchos de los materiales
empleados para fines instructivos, como también, la alta
presencia de cursos a distancia y de aulas virtuales a
través de Internet. Esto trae como consecuencia la alta
centralización y el desarrollo polarizado
de la
educación, ya que la mayoría no tiene acceso a
la tecnología, la cual va en ascenso, y su coste se eleva
en la medida en que su desarrollo alcanza niveles superiores.
Ello conlleva que los programas o software que se diseñan
requieran de la última tecnología en el mercado para
funcionar, y esta debe ser sustituida con regularidad. Por lo que
tendrán acceso a la información y el
conocimiento aquellos que tengan mayor poder económico
– financiero para costear dichas tecnologías. Aquí
se nos presenta otra limitante en el empleo de las
tecnologías en la sociedad, según (Pere
Marqués, 2000), "ဦLa formación
del profesorado supone un coste añadido para los centros y
para la
Administración Educativa…", fuertes inversiones en
renovación de equipos y programas. Esta es otra evidencia
de cómo la sobre valoración tecnicista y la
concentración de recursos en las tecnologías,
llegan a marcar pautas en detrimento del desarrollo cualitativo
de distintos procesos sociales, tan necesarios para
el
avance integral de la sociedad actual.

A pesar de la amplia gama de efectos negativos de la
tecnología, se reconoce que las causas de ello no
están en la tecnología en sí como
instrumento o artefacto, sino que son propiciados por la
mediación de contextos, que despojan la tecnología
de su necesario condicionamiento axiológico y
científico. Ella como gran fenómeno del siglo XX,
está llamada a mantener su esencia renovadora y
desarrolladora a nivel mundial de todos los procesos sociales.
Esta proyección se sustenta en los criterios
filosóficos que conciben la tecnología como un
fenómeno social, que surge y se despliega en un complejo
sistema cultural,
donde hay que tener en consideración los conocimientos,
hábitos y valoraciones que cada sociedad impone por medio
de rasgos singulares y universales (Arana, M y Valdés, R,
1999); "la máquina no tiene exigencias ni fines: es el
espíritu humano el que tiene exigencias y establece las
finalidades (Munford, 1971). Muy relacionado con eso están
las consideraciones sobre la existencia de una cultura
tecnológica actual, como la forma en que la sociedad
organiza sistemáticamente, desarrolla, y cultiva, un
quehacer teórico y práctico en el manejo de la
tecnología, en aras de la creación y
enriquecimiento de nuevos conocimientos, técnicas,
sistemas
organizativos, y valores, que
finalmente determinan una historicidad y una perspectiva
tecnológicas a nivel de comunidad,
región, país, contexto.

El empleo de la tecnología regido por el enfoque
CTS, es decir, por la concepción de la Ciencia, la
Tecnología y la Sociedad como elementos inseparables en el
análisis, permite valorar en su justa
medida todas las posibilidades que brindan, en la acelerada
dinámica de desarrollo científico-técnico
actual, las TIC, en la ampliación de las capacidades
intelectuales,
facilitación de canales de comunicación inmediata e interactividad
rápida a nivel global, acceso a una inmensa fuente de
información de todo tipo, almacenamiento y
procesamiento de esa información.

Procurar que los nuevos medios
contribuyan a difundir la cultura y el bienestar global, y no a
polarizarlos y retrazarlos para algunos en la práctica, se
convierte hoy en un reto, viable, según analistas como
Jorge Núñez Jover, colocando por delante de la
innovación los objetivos
sociales que ella debe atender, en cualquier ámbito de
aplicación de las TIC.

Bibliografía

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    Anual.
  • CASTELLS, M (1997): La era de la información.
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  • MARQUÈS Graells, Pere (2000): Las TIC y sus
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    consultado marzo/08.
  • Merton, R.K. (1942) The Normative Structure of
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    Press. (Ver, también, CUDOS, en http://en.wikipedia.org/wiki/Cudos.
  • MUNFORD, L (1971):Tecnología y
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  • NÚÑEZ, Jover. (2002): La
    ciencia y la tecnología como procesos sociales. Lo que
    la educación científica no debería
    olvidar. En http://www.oei.es/salactsi/nunez00.htm,
    consultado marzo/08.
  • O’FARRILL MONTERO, José L (2006): Las
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    educación, Edutec. Revista
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  • WAKS, L. (1990): Educación en ciencia,
    tecnología y sociedad: orígenes, desarrollos
    internacionales y desafíos intelectuales, en: M. Medina
    y J. Sanmartín.

 

 

Autor:

MSc. Carlos Rafael Fernández
Medina

Partes: 1, 2
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