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AGRESION




    1.
    Introducción

    2. La Agresión Según
    Sigmund Freud

    3. Agresión En Los
    Niños

    4. La Agresión En El
    Hombre

    5. Agresión En La
    Mujer

    6. Diferentes tipos de
    violencia

    7. Conclusiones y
    recomendaciones

    8.
    Bibliografía

    1.
    Introducción

    Las frustraciones externas, son impuestas por el medio
    circundante. Por ejemplo: El niño puede desear
    intensamente un determinado juguete, pero las condiciones
    económicas de su hogar no le permiten
    adquirirlo.

    Las frustraciones internas proceden del interior del
    individuo, o sea de su incapacidad física, mental o
    emocional para alcanzar un objetivo. Este
    tipo de frustración representa. para la
    personalidad del individuo, una amenaza más seria que
    las externas, pues suele producir una considerable tensión
    emocional con los consiguientes trastornos de la conducta.

    La frustración produce agresión. Este tipo
    de respuesta puede dirigirse hacia la persona o
    personas que han causado la frustración, o bien contra un
    sustituto. También puede tornarse contra el propio
    individuo. La agresión directa es un procedimiento al
    que se recurre con mucha frecuencia para sostener el amor propio
    frustrado. Si un niño es puesto en ridículo por un
    compañero, lo más natural es que trate de mantener
    su status atacando el otro a golpes. Pero si no se atreve a
    contestar directamente, puede encontrar su escape en una conducta agresiva
    en su casa, ya sea hostilizando a su hermano menor o
    desobedeciendo a sus padres.

    Cuando la agresión se vuelve hacia dentro es
    más peligrosa para la salud, mental del individuo
    que cuando se exterioriza. En vez de culpar a los demás,
    el individuo se culpa así mismo. La autocrítica es
    necesaria y conveniente. Todos debemos conocer y aceptar nuestras
    limitaciones, pero cuando la agresión contra el propio yo
    se lleva a extremos injustificables, el yo se destruye
    psicológicamente, como ocurre, por ejemplo, en la esquizofrenia.

    Los datos
    sistemáticos más confiables acerca de las
    influencias de los iguales en la socialización pertenecen a la
    agresión, La tipificación sexual, el miedo, la
    conducta moral y el
    ajuste emocional, que son esencialmente las mismas variables que
    han estudiado en profundidad los investigadores sobre la
    socialización a través de la
    familia.

    La presente investigación contempla el análisis de la agresión y la
    violencia,
    tanto a nivel general, como las manifestaciones en los niños,
    el hombre y
    la mujer,
    además de como influye la
    televisión en generar violencia en
    los niños y adolescentes.

    2. La Agresión
    Según Sigmund Freud

    Dentro de los muchos estudiosos que se preocuparon por
    la conducta humana,
    y fundamentalmente por el comportamiento
    agresivo de los seres humanos está Freud padre del
    psicoanálisis, quien
    escudriñó las profundidades de la psiqui, ese mundo
    misterioso y controvertido de los seres humanos, donde
    percató que existen fenómenos que se producen como
    resultado de las múltiples manifestaciones, acciones y
    reacciones del hombre, que se
    originaban de los instintos humanos. Ver anexo 1.

    Después de haber vivido los horrores de la
    primera guerra
    mundial, y de haber analizado un centenar de pacientes
    neuróticos, llegó a la indiscutible
    conclusión que el hombre
    tiene dos fuerzas contrapuestas o instintos que llevan al
    individuo a la conservación de la vida uno, y a la
    destrucción y muerte el
    otro. Igualmente señalaba en torno al comportamiento
    humano, que el hombre es un
    campo de batalla en la que se enfrentan esta dos fuerzas
    biológicas poderosas, que él denominó
    impulsos de la vida contra el impulso de la
    muerte.

    La primera guerra mundial
    fue el punto de partida, el motivo fundamental y la línea
    divisoria en la formación de su teoría
    de la agresividad.

    Tal como expresa Erich Fromm en su obra Anatomía de la
    Destructividad Humana, haciendo alusión a la teoría
    de Freud, dice que
    el mismo consideraba la agresividad como uno de los instintos
    componentes del instituto sexual. Por otro lado decía:
    (Fromm, 1979), "El sadismo correspondería así a un
    componente agresivo del instinto sexual independizado y
    exagerado, y por desplazamiento usurpador de la posición
    principal".

    En un principio Freud pensó y así lo
    expresó que el instinto sexual es el componente primario
    de la agresividad, posteriormente en sus investigaciones
    se percató de que la agresividad no sólo
    provenía del instinto sexual, sino también de los
    instintos del ego.

    La explicación que hace Freud de esta nueva
    concepción teórica de la agresividad y que no es
    una tesis absoluta
    como veremos más adelante se expresa por sí sola
    cuando en sus posteriores concepciones: nos
    decía:

    La relación de odio con los objetos es más
    antigua que la del amor, procede
    del repudio primordial narcisista por parte del ego del mundo
    externo con su efusión de estímulos. En su calidad de
    manifestación de la reacción de disgusto provocado
    por los objetos que da siempre una relación íntima
    con los instintos conservadores del individuo; de modo que los
    instintos sexuales y del ego pueden fácilmente formar una
    síntesis en que se repite la de amor y
    odio.

    Freud, se percata posteriormente y después de
    haber tenido algunas evidencias clínicas sobre el hecho de
    que el niño no necesariamente repudia al estímulo y
    odia al mundo por su intrusión sino que "puede afirmarse
    que los verdaderos prototipos de la relación de odio se
    derivan no de la vida sexual, sino de la lucha del ego por
    conservarse y mantenerse.

    En su obra más allá del principio del
    placer escrita en 1920, Freud hace una nueva revisión e
    interpretación de sus teoría de los instintos en
    recapitulación, por primera vez hace una dicotomía
    para diferenciar lo que él consideraba y denominaba EROS o
    instinto de conservación de la vida en donde la sustancia
    viva u orgánica es el fundamento y el objeto de
    conservación mientras el otro instinto que él
    denomina tanato o instinto de la destrucción y muerte en la
    eliminación de la materia
    orgánica por materia
    inorgánica partiendo de las especulaciones acerca del
    principio de la vida y de paralelos biológicos
    saqué la conclusión de que aparte del instinto de
    conservar la sustancia viva y de unirla en unidades cada vez
    mayores, debe haber otro instinto contrario que trata de disolver
    esas unidades y de hacerla regresar a su estado
    primigenio inorgánico.

    Por otra parte, Freud en su concepto dualista
    sobre el instinto de la vida y el instinto de la muerte, se
    percata profundizando en sus estudios psicoanalíticos que
    existe cierta tendencia del individuo a autodestruirse, a lo que
    él denomina masoquismo o la internalización de la
    energía de la líbido, derivado de narcicismo o de
    la autodestrucción primaria, de igual forma sostiene que
    existe la tendencia del individuo de destruir a sus semejantes o
    al mundo exterior, como consecuencia de la líbido
    objetiva; es decir, cuando la líbido se dirige hacia el
    objeto externo constituyendo así el denominado narcicismo
    secundario o lo que Freud denomina sadismo.

    Esta relación de conceptos explicada en su obra
    El malestar en la cultura.
    Cuando Freud habla del instinto de muerte desviado hacia el mundo
    exterior y que sale a la luz en forma de
    instinto de agresividad y destructividad. En las nuevas
    aportaciones el psicoanálisis habla de la
    autodestructividad, manifestación de un instinto de muerte
    que no puede faltar en ningún proceso vital.
    En la misma obra expone Freud su pensamiento de
    modo más explícito.

    Nos vemos conducido a opinar que el masoquismo es
    más antiguo que el sadismo y que el sadismo es el instinto
    destructivo dirigido hacia el exterior, adquiriendo así la
    característica de la
    agresividad.

    Sobre su concepción teórica respecto a las
    relaciones sociales de los individuos Freud plantea la tesis de que
    en el proceso de
    socialización un individuo buscará salida a sus
    deseos instintivos. Este proceso se llama desplazamiento. El
    desplazamiento es el mecanismo de defensa por la cual un
    individuo desplaza su hostilidad hacia otro, implica la
    búsqueda de una víctima propiciatoria. La psiqui se
    fija en los individuos sobre los cuales se puede desahogar el
    odio porque no cumplen con lo que se requiere en alguna esfera de
    la vida social; el individuo o los individuos sobre los cuales
    puede desahogar el odio porque no cumplen con lo que se requiere
    en alguna esfera de la vida social; el individuo o los individuos
    pueden no tener nada que ver con el destinatario básico de
    hostilidad.

    Freud manifiesta que este mecanismo puede llevar a una
    batalla contra la injusticia, la pobreza de la
    discriminación practicada con los grupos
    minoritarios. Pero si la experiencia traumática ha sido
    excesiva, la sublimación puede no ser lo suficientemente
    efectiva como para permitir al individuo alcanzar objetivos
    aceptados socialmente por otros y emocionalmente por
    él.

    Según el padre del psicoanálisis existen
    otros mecanismos en el individuo, que impiden que salga a flote
    la agresión. Estos mecanismos denomina:
    identificación, sustitución y compensación.
    El primero se reúne al odio inconsciente que tiene un
    individuo contra otro y que mediante este mecanismo se puede
    sublimar esta situación y evitar que el hijo odie a su
    padre o la madre odie a su madre. Mediante el mecanismo de la
    sustitución, los individuos pueden revelar su odio contra
    una figura distinta al prototipo, sin embargo, este será
    siempre más débil y de menos intensidad que el odio
    dirigido al objeto original. Por otro lado, la
    compensación tiene un alto valor social,
    ya que los individuo tienen ocupaciones exitosas o realizan
    actividades creativas con el fin de superar sus desventajas
    reales o imaginarias. Ver anexo 2

    3. Agresión En Los
    Niños

    Según Freud, citado por Mussen y otros, "entre
    los monos, las interacciones de los iguales en la infancia y la
    niñez proporcionan al animal un repertorio de reacciones
    agresivas afectivas, así como de técnicas
    para hacer frente a los choques agresivos con otros". Algo
    semejante ocurre entre los humanos. La mayor parte de la
    agresión patente del niño tiene lugar durante el
    juego libre en
    la escuela o en los
    patios, unas veces más que durante las interacciones en el
    seno de la familia y los
    padres de todas las sociedades
    confían en los coetános de los niños par que
    los ayuden en la tarea de socializar la expresión de la
    agresión. Ver anexo 3

    De acuerdo con una autoridad en
    materia de relaciones entre iguales, los niños
    especialmente los varones, aprenden muchas cosas a través
    de actividades desordenadas o irrestrictas con sus
    compañeros de edad que no podrían darse en la
    relación adulto-niño.

    a. Técnicas efectivas de agresión:
    cómo golpear para defenderse y cómo hacer enojar a
    otra persona;
    b. controles de la agresión: cómo apagar la ira que
    uno siente y hacer resistencia a la
    tentación de atacar a otro… los niños pueden
    aprender reacciones agresivas adecuadas sólo en contactos
    con individuos que son sus coetáneos en tamaño y
    grado de desarrollo.

    Desde el período de asistencia a la
    guardería, los iguales recompensan frecuentemente la
    conducta agresiva de un niño, así como ceden
    también a la agresión. Las observaciones
    naturalistas de niños de las guarderías muestran
    que las acciones
    agresivas, ataques corporales, ataques con objetos,
    invasión de territorio, son reforzadas frecuentemente por
    otros niños de la guardería, incluyendo entre
    éstos a las víctimas de la
    agresión.

    Estas últimas refuerzan la conducta del agresor
    al ceder a sus deseos, de huir del conflicto,
    llorar o dar al agresor la prenda codiciada (un juguete, o un
    lugar en la fila). En interacciones posteriores, el agresor
    propende a producir las mismas respuestas (golpear o patear, por
    ejemplo) ante la víctima de nuevo. De esta manera, opina
    Morris y Bigge que "los iguales proporcionan un apoyo
    considerable al mantenimiento
    de conductas agresivas ya existentes". Y por
    consiguiente.

    "…es poco probable que el ambiente de la
    guardería proporcione una base para la extinción de
    conductas agresivas en niños que ingresan a la escuela con
    dichas conductas ya bien establecidas y vigorosas".

    De hecho, la guardería puede ofrecer un programa
    eficiente para aumentar la conducta agresiva de algunos
    niños. Muchos niños que eran pasivos o tan solo
    medianamente agresivos cuando ingresaron a la guardería se
    hicieron más agresivos durante el período de su
    asistencia a la misma.

    Al principio, estos niños fueron blancos
    frecuentes de la agresión, pero llegó el momento en
    que contrataron y a veces sus contrataques tuvieron éxito
    (fueron reforzados); es decir, los agresores fueron derrotados o
    alejados y el niño se convirtió en víctima
    menos frecuente de las agresiones de los demás.

    Subsecuentemente, comenzaron a iniciar acciones
    agresivas y su producción de tales respuestas
    aumentó significativamente. De tal modo, es verdad, como
    se quejan muchos padres, que sus hijos manifiestan mucha
    más agresión después de haber asistido a la
    guardería que antes del ingreso a la misma.

    Sin embargo, niños que originalmente fueron
    pasivos y, además, no interctuaban con otros no mostraban
    aumentos significativos en las iniciaciones de agresión;
    tampoco lo hicieron los niños que no tuvieron éxito
    al contratacar las agresiones de sus coetáneos.

    Quizás más potente que su reforzamiento de
    actos agresivos sea el papel de
    modelamiento de la agresión desempeñado por los
    iguales, ya que sus respuestas son observadas atentamente y
    fácilmente imitadas. El poder del
    igual modelo
    quedó claramente demostrado en un experimento en que se
    mostró a un grupo de
    niños de guardería una película de un
    niño modelo que
    producía muchas respuestas agresivas, como las de golpear
    con un bate a una muñeca inflada de plástico,
    lanzar contra la muñeca pelotas de plástico,
    pegarle con un mazo o golpearle la nariz.

    4. La Agresión En
    El Hombre

    La agresividad humana es el producto de un
    instinto alimentado por una energía biológica e
    inagotable que en muchas ocasiones no necesitaba de un
    estímulo externo para que se produjera una reacción
    violenta, sino que esta reacción podría producirse
    en la medida que hubiere suficiente acumulación de esa
    energía biológica, sin la necesidad de la presencia
    de un estímulo externo.

    El hombre dice Freud, citado por Morris y Bigge (1989),
    crea los partidos
    políticos para hallar estímulos que le hagan
    soltar la energía acumulada, y no son los partidos
    políticos para hallar estímulos que le hagan
    soltar la energía acumulada, y no son los partidos
    políticos la causa de la agresión, pero en los
    casos en que no puede hallarse ni producir el estímulo
    externo, la energía del impulso agresivo acumulado es tan
    grande que reventará y se aplicará in vacuo, o sea
    sin estimulación externa demostrable.

    La actividad en el vacío, realizada sin objeto,
    manifiesta una semejanza verdaderamente fotográfica con el
    funcionamiento normal de las acciones motoras de que se trate.
    Esto demuestra que las pautas de coordinación motora de la norma de
    comportamiento instintivo son determinadas por herencia hasta en
    los menores detalles.

    Considera Freud que la agresión en el hombre
    adulto es el producto de un
    impulso interno que podía desencadenarse
    independientemente de que existiera o no un estímulo
    externo, capaz de provocar dicha conducta. En otras palabras nos
    dice que ese impulso o excitación interna es
    consustancial, es decir, independiente del
    estímulo.

    La otra tesis que plantea el mencionado autor sobre la
    conducta agresiva, está relacionada con la
    conservación de la especie, la supervivencia del individuo
    y la preservación de la vida. Esta tesis sustentada en
    base a un mal que hemos heredado de nuestros antepasados, a
    través del tiempo y que se
    remonta al primer período de la edad de piedra, o a la
    aparición del Homo-Sapiens sobre la tierra hace
    más de 40 a 50 mil años A.C. por encima de todo nos
    dice, es más que probable el que la intensidad destructora
    del impulso agresivo, todavía un mal hereditario de la
    humanidad, sea la consecuencia de un proceso de selección
    intraespecífica que operó en nuestros antepasados
    durante unos cuarenta mil años aproximadamente, o sea el
    primer período de la edad de piedra.

    Sobre lo expuesto encontramos un punto de coincidencia
    en los que Fromm denomina el modelo hidráulico; es decir,
    en que la agresión humana se origina igualmente que la
    presión
    del agua o del
    vapor cuando están dentro de un recipiente
    herméticamente cerrado y sometido a un intenso calor.

    El conductivismo y el concepto de
    agresividad

    Después de haber expuesto las teorías
    de los instintivistas, sobre el comportamiento agresivo en el ser
    humano, vamos a pasar a otros enfoques y tesis sobre el estudio
    de la conducta agresiva y que tiene base la
    experimentación, el razonamiento objetivo y
    mecanicista; es decir, un estudio hecho sobre la base de la ciencia, y
    al ingeniería del comportamiento.

    Los conductistas tienen un concepto diferente de la
    conducta agresiva que los instintivistas Freud y Lorenz. Ellos
    manifiestan que la agresión, como cualquier tipo de
    comportamiento se aprende simplemente sobre la base de buscar la
    ventaja óptima posible para uno.

    A Buss, (1961) señala, que los más
    importantes comportamientos agresivos es, ante todo la naturaleza de las
    consecuencias reforzadoras que afectan al acaecimiento y la
    fuerza de las
    reacciones agresivas, es decir, lo que importa es saber
    qué clase de reforzadores afecta al comportamiento
    agresivo.

    Por otro lado B. Skinner
    (1961), como los demás partidarios del conductismo,
    afirman que su método de
    estudio es científico porque no tratan de lo visible, o
    sea el comportamiento declarado, para los conductistas, la
    conducta agresiva es producto de un aprendizaje
    previo que ocurre a través del condicionamiento operante y
    mediante el reforzamiento positivo.

    Skinner, por ejemplo manifiesta que la respuesta de una
    conducta se debe al control de dicha
    conducta por medio de un condicionamiento operante, del mismo
    modo la respuesta agresiva se logra a través de un
    reforzador o de un estímulo que lo refuerza para Skinner un
    reforzador no es nada más que un estímulo que se
    refuerza; es decir, fortalece una respuesta a un estímulo
    reforzador es la conducta agresiva, y si queremos mantener esa
    respuesta simplemente reforzamos positivamente dicha conducta y
    tendremos un individuo agresivo u hostil frente a su ambiente,
    hasta que eliminemos el reforzador positivo.

    Según Skinner, la conducta humana
    en general incluyendo la violenta está condicionada a
    otros reforzadores que él denomina reforzadores
    secundarios y generalizados. Estos reforzadores desarrollan su
    poder
    reforzante, cuando se presentan o se aplican junto al reforzador
    original; sin embargo, para que esto suceda, el estímulo
    discriminativo es para algunas respuestas.

    Para comprender mejor la relación entre el aprendizaje
    previo y la conducta agresiva tendríamos que preguntarnos:
    ¿porque la gente se comporta agresivamente? según
    el condicionamiento operante, un individuo se comporta
    agresivamente, porque ha tenido un aprendizaje
    previo en algún momento de su vida o cuando se era
    pequeño que es cuando se empieza a moldear la personalidad
    del niño.

    Encontramos en muchas ocasiones a niños que son
    estimulados conscientes o inconscientemente por adultos
    proyectándole a los mismos conductas violentas. Esta
    situación la encontramos con mucha frecuencia en el medio
    familiar y social; en los medios de
    comunicación fundamentalmente la televisión
    se observan con mucha frecuencia programas de
    mucha violencia que los niños perciben y repiten en su
    medio social.

    En muchas ocasiones el medio familiar es hostil, se le
    castiga y se trata al niño con violencia,
    produciéndose un condicionamiento operante, mediante un
    esfuerzo que a su vez fortalece la conducta violenta,
    según los conductistas, la respuesta a un estímulo
    reforzador es la conducta agresiva; u sí deseamos mantener
    esa respuesta, simplemente reforzamos positivamente dicha
    conducta y tendremos un individuo violento hasta eliminar el
    reforzador positivo.

    La Neurofisiología y el comportamiento
    agresivo

    Los estudiosos de la neurofisiología manifiestan
    que el comportamiento agresivo es el producto de las
    estimulaciones que se producen en los diferentes sistemas y zonas
    subcorticales del cerebro
    humano.

    Ellos han demostrado que las reacciones afectivas de la
    rabia y su correspondiente formas de conductas violenta se ha
    debido a la activación por estimulación
    eléctrica directa de diversas regiones como las
    amígdalas, la parte lateral del hipotálamo o alguna
    parte del mesoencéfalo y la materia gris central; y puede
    enhibirse estimulando otras estructuras
    como el tabique, la circunvolución del cígulo y el
    núcleo caudal. Por otro lado, la implementación de
    electrodos de bajo voltaje en alguna parte del cerebro humano
    permitió cambios significativos en el
    comportamiento.

    W. Hess J. y J. Delgado, consiguieron demostrar que el
    comportamiento violento se origina de la estimulación
    eléctrica directa cierta parte del cerebro, y la
    inhibición de la agresión al estimular otras
    zonas.

    Ello pudieron medir la actividad eléctrica de
    diversas partes del cerebro cuando los estímulos
    ambientales suscitaban emociones como la
    rabia, el miedo, el placer, etc. También pudieron observar
    los efectos permanente producidos por la destrucción de
    ciertas partes del cerebro, llevado a cabo por experimentos
    realizados tanto a animales como a
    humanos.

    J. Delgado (1969), señala que:

    …el aumento relativamente pequeño en la carga
    eléctrica de un electrodo implantado en no de los
    subestratos neurales de la agresión puede producir un
    súbito acceso de rabia incontrolada y asesina, a igual que
    como la reducción de la estimulación
    eléctrica o la estimulación de un centro inhibidor
    de la agresión puede detener esa agresión de un
    modo menos súbito.

    Aunque Erich Homm tiene un enfoque diferente de lo que
    es la conducta agresiva; no deja de mencionar a los
    investigadores de la neurofisiología J.P. Scott y a Leonar
    Berkowitz, uno de ellos Scott que según Fromm hace
    alusión a que si una persona no está expuesta a la
    estimulación para el combate no sufrirá
    daños fisiológicos o nerviosos, porque nunca pelea.
    Por otra parte Brkowitz (1967) habla de un esquema de conexiones
    eléctricas de un estar siempre preparado para reaccionar
    agresivamente a ciertos estímulos, y no de energía
    agresiva que pueda transmitirse genéticamente.

    A este respecto nos dice Erich Fromm (1980) que los
    datos que nos
    proporcionan los neurocientíficos, contribuyen a aclarar
    el concepto de un tipo de agresión conservadora de la
    vida, biológicamente adaptativa y defensiva, más
    adelante manifiesta que dichas teorías
    nos han sido útiles porque han podido demostrar que el
    hombre está dotado de una agresión potencial que se
    moviliza ante las amenazas a su interés
    vital.

    Pero sin embargo, alude que ninguno de estos datos
    proporcionado por los neurofisiólogos está
    relacionado con la forma de agresión que caracteriza al
    hombre y que no comparte con otros mamíferos; su propensión a matar y
    torturar a otros sin ninguna razón, como un fin en
    sí un objetivo que se persigue no para defender la vida,
    sino deseable y placentero en si.

    5. Agresión En La
    Mujer

    La mujeres son sensibles a las agresiones y la
    mayoría de las veces son ellas las agredidas, pues el
    sexo opuesto
    las somete a su voluntad.

    Ante la agresión la mujer es capaz de
    emitir respuestas agresivas y se encuentran en una actitud
    defensiva constante, porque percibe el medio externo muy hostil y
    peligroso.

    Sus agresiones generalmente son abiertas y de tipo
    verbal, aunque tampoco son menos frecuentes las agresiones
    físicas, pues siempre se siente en peligro y pierde el
    control.

    En algunos casos, hay también dificultad para
    responder a las agresiones del exterior, esta incapacidad
    también favorece las respuestas explosivas, una vez que la
    carga de agresión hacia algo o alguien se ha
    acumulado.

    Esta situación en la mujer se debe
    quizás a la forma en que es educada en el
    hogar.

    6. Diferentes tipos de
    violencia

    Evidentemente la violencia está presente en la
    vida real; es un hecho que no podemos soslayar. Se encuentra a
    nuestro lado; muchas veces en casa del vecino. Cada día
    hay seres humanos que son asesinados, torturados o maltratados.
    No podemos actuar delante de nuestros hijos como si la violencia
    no existiera, pues, en cualquier caso. Ellos siempre acaban
    descubriendo que la violencia existe realmente. Esto no
    significa, sin embargo, que tengamos que poner delante de sus
    ojos las más crudas imágenes
    de violencia, dejándolos solos frente a ellas.

    La búsqueda de la violencia como diversión
    ha sido emprendida de manera especial en los Estados Unidos de
    Norteamérica. La cuestión que divide a los
    investigadores es la de saber si la violencia como
    diversión o distracción provoca o, por el
    contrario, disminuye la agresividad. Una escuela de psicología afirma que
    los individuos se vuelven menos agresivos después de haber
    visto, oído y
    leído relatos de violencia en los medios de
    comunicación (teoría de la
    catarsis). La escuela opuesta sostiene, en cambio, que
    los individuos se vuelven más agresivos después de
    tales relatos de violencia (teoría de la agresividad, de
    la estimulación o de la excitación). Actualmente,
    la mayor parte de los científicos, psicólogos,
    sociólogos, criminólogos, educadores aceptan como
    válida la segunda teoría.

    La violencia puede ser presentada como justa y buena y
    también puede serlo como injusta y mala. Todo depende de
    las motivaciones que lleven a cometer actos de
    violencia.

    La violencia, ¿ha sido practicada por los buenos
    o por los malos? Dicho de otro modo: ¿Qué se
    pretende? ¿que la violencia sea aprobada o rechazada por
    los espectadores o lectores? Un investigador se dedicó a
    contar el número de muertes producidas por los buenos y
    los malos, en las películas autorizadas para su
    exhibición durante un período de tiempo
    determinado y pudo constatar que los buenos habían matado
    a más personas que sus malvados adversarios.

    Es necesario preguntarse qué criterios se aplican
    para definir el bien y el mal ¿Quién es el bueno, y
    quien el malo? Es el indio o el vaquero.

    Los niños desfavorecidos: blanco
    principal

    Se puede dividir al público en tres
    categorías, según el nivel de madurez real de los
    individuos.

    Los niños y adolescentes
    con problemas
    aprecian más las películas de violencia y sobre
    todos las de una violencia más cruel y brutal, que los
    muchachos y muchachas estables y equilibrados.

    Podemos ir todavía más lejos. Son
    precisamente los chicos que tienen poco contacto con su padre u
    otro hombre adulto, los que muy a menudo encuentran en los
    héroes de los telefilmes la imagen del padre,
    y un ídolo a quien admirar y a quien parecerse. Se ha
    comprobado también que, los jovencitos más
    inclinados a contemplar espectáculos violentos en la
    televisión, son aquellos que de algún modo se
    ven menos favorecidos desde el punto de vista social y que ya
    tienen tendencia a ser más agresivos que el
    promedio.

    Para estos pequeños que inician la vida de modo
    poco favorable, la televisión
    es la escuela de la vida. La pequeña pantalla es su
    principal fuente de información sobre la manera de comportarse
    con los demás y de enfrentar sus propias dificultades. Ver
    anexo 4

    Con frecuencia la televisión sugiere a los
    menores que la violencia es un medio para resolver los problemas.
    Además, en los medios de
    comunicación, la violencia da buenos
    resultados.

    Ver Anexo 5

    Los niños y adolescentes inestables y
    desfavorecidos son los que más aprecian la violencia, y
    los que también se dejan

    influenciar en mayor grado por la que
    contemplan.

    Desde luego que, los niños que se sienten solos,
    que están convencidos de que nadie se interesa por lo que
    ellos dicen y que carecen de confianza, están más
    marcados por la violencia que los que mantienen unas relaciones
    afectuosas y armónicas con sus padres con quienes pueden
    hablar prácticamente de todo, y con el resto de la
    gente.

    Los efectos de la violencia

    Desde que se llevan a cabo investigaciones
    sobre las cuestión, la opinión mayoritaria viene
    oscilando entre el hecho de que una confrontación
    permanente con violencia en la pantalla constituye un peligro y
    la constatación de que dicha confrontación puede
    suponer una descarga de las tendencias agresivas del
    espectador.

    Este debate no es
    de hoy ni de ayer, pues refleja en muchos aspectos el conflicto
    entre Platón,
    que consideraba las piezas macabras como peligrosas para los
    espectadores y Aristóteles, apoyado mucho más tarde
    por la teoría de la ab-reacción de Freud, quien
    sostenía que tales experiencias podían constituir
    una catarsis, un medio de sembarazarse por poderes de los
    sentimientos inhibidos o que no conviene manifestar.

    Sin embargo, después de numerosos estudios,
    investigadores de renombre han publicado sus conclusiones,
    según las cuales se confirma la teoría de la
    agresividad. Uno de los principales defensores de esta tesis es
    el doctor Suymour Fleshbach, quien se ha ido convenciendo
    progresivamente, a través de sus propias investigaciones,
    del carácter
    nefasto de la violencia en la televisión. Ver anexo
    6

    7. Conclusiones y
    recomendaciones

    El estudio realizado permite formular las siguientes
    conclusiones:

    1. La violencia existe y ha existido en la
    mayoría de las culturas, tanto en la realidad como
    reproducida o incorporada.
    2. Suprimir la violencia de modo completo en los medios de
    comunicación ni es razonable ni deseable.
    3. La agresión humana es el producto de un impulso interno
    que podía desencadenarse independientemente de que
    existiera o
    no un estímulo externo, capaz de provocar dicha
    conducta.
    4. La
    personalidad puede variar de acuerdo al modelo cultural
    común a la sociedad a que se
    refiera; sin embargo, existe una unidad psíquica de la
    humanidad.
    5. El sadismo corresponde a un componente agresivo del instinto
    sexual independizado y exagerado, y por desplazamiento usurpador
    de la posición principal

    Después de haber emitido las conclusiones,
    presentamos las siguientes recomendaciones:

    1. Es necesario que padres de familia y
    educadores comprendan la magnitud de la agresión, ya que
    un niño agredido, cuando sea adulto será
    agresor.
    2. La agresión en el ser humano se debe a un impulso
    motivado por un estimulo externo, pero se debe enseñar a
    controlarlo.
    3. Es necesario que los hogares controlen los programas que
    pueden ver sus hijos, ya que la mayoría de ellos
    están cargados de violencia y odio.
    4. Se deben cultivar los valores,
    practicarlos, para que el niño de hoy que será el
    hombre del mañana no sea agresivo y no cultive la
    violencia dentro de su personalidad.
    5. Es necesario que se deje comercializar la violencia y
    agresión a través de programas y
    videojuegos.

    8.
    Bibliografía

    ARIAS, Manuel J.
    Diga no a la violencia en la televisión. Entrevista, El
    Centinela, 3, 1996.

    BIGGE, Morris
    Bases psicológicas de la educación. Maurice P.
    Hun México
    Editorial Trillas, 1986.

    COHEN, José.
    Psicología
    de los movimientos sociales. México
    Editorial Trillas, 1980.

    ENGELMEYER, Otto.
    Psicología
    evolutiva de la infancia y de
    la adolescencia.
    Buenos Aires,
    Editorial Kapelusz, 1982.

    MARTINEZ, Guillermo.
    Las teorías del comportamiento y la Agresión
    Humana, Revista
    Lotería. 1989.

     

     

    Autor:

    Rita
    Romero

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