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El cerebelo




Enviado por liveus



    1.
    Introducción

    2. El Cerebelo
    3. El circuito neuronal del
    cerebelo

    4. Función del cerebelo en el
    control de los movimientos

    5. Control cerebeloso por
    retroalimentación de la función motora
    cortical

    6.
    Conclusión

    7.
    Bibliografía

    1. Introducción

    El cerebelo desde hace tiempo se llama
    el área silenciosa del encéfalo, principalmente
    porque la excitación eléctrica de esta estructura no
    provoca ninguna sensación, y raramente movimientos
    motores. Sin
    embargo, como veremos, la extirpación del cerebelo hace
    que los movimientos motores se tornen
    extremadamente anormales. El cerebelo resulta especialmente vital
    para el control de
    actividades musculares rápidas, como correr, escribir a
    máquina, tocar el piano, incluso hablar. La pérdida
    de esta zona del encéfalo puede destruir cada una de estas
    actividades, aunque sin provocar parálisis de los
    músculos.

    Pero ¿cómo es que el cerebelo puede tener
    tanta importancia si no tiene el control directo
    sobre la contracción muscular? La contestación es
    que vigila y establece ajustes correctores de las actividades
    motoras desencadenadas por otras partes del encéfalo.
    Recibe continuamente información actual de las partes
    periféricas del cuerpo, para determinar el estado
    instantáneo de cada uno de sus áreas – su
    posición, su ritmo de movimiento,
    las fuerzas que actúan sobre él, etc. El cerebelo
    compara el estado
    físico actual de cada parte del cuerpo según indica
    la información sensorial, con el estado que
    intenta producir el sistema motor. Si los dos
    no se comparan favorablemente, de manera instantánea se
    trasmiten señales correctoras adecuadas hacia el sistema motor, para
    aumentar o disminuir la actividad de músculos
    específicos.

    2. El
    Cerebelo

    El cerebelo está colocado en la parte posterior
    del cuarto ventrículo. Es una masa nerviosa voluminosa que
    pesa 140 g y se encuentra en la parte posterior e inferior de la
    base del cráneo. Se localiza por debajo de la parte
    posterior del cerebro del que
    lo separa un repliegue de la duramadre llamado tienda del
    cerebelo, el cual se introduce en la cisura transversa. El
    cerebelo tiene forma ovoide, ligeramente aplanado y con una
    escotadura central. En la línea media presenta una
    eminencia longitudinal llamada vermis, y a cada lado del vermis
    se encuentran dos eminencias voluminosas llamadas hemisferios
    cerebelosos, que está cubiertos por una fina capa de
    sustancia gris, plegada en numerosas circunvoluciones
    finas.

    El cerebelo se comunica con el cerebro a
    través de unos cordones de fibras llamadas
    pedúnculos superiores, con la protuberancia anular por los
    pedúnculos medios y con
    el bulbo raquídeo por los pedúnculos
    inferiores.

    La sustancia gris contiene células en
    las cuales se originan fibras que van a formar sinapsis con los
    que provienen de otras partes del encéfalo y que penetran
    al cerebelo. Los impulsos de los centros motores del cerebro, de
    los conductos semicirculares del oído
    interno y de los músculos estriados llegan al cerebelo por
    los pedúnculos. Los impulsos motores del cerebelo son
    transmitidos hacia los centros motores del cerebro y de la medula
    con destino a los músculos.

    El sistema de ingreso al cerebelo

    El cerebelo se divide en tres lóbulos
    1)lóbulo floculonodular, 2)lóbulo anterior, y
    3)lóbulo posterior.

    El lóbulo posterior está muy crecido en
    primates, y en especial en el hombre,
    formando salientes bilaterales llamadas hemisferios cerebelosos,
    que también se conocen como neocerebelo porque representan
    una zona filogenéticamente nueva del cerebelo.

    La porción más antigua del cerebelo es el
    lóbulo floculonodular, que se desarrolló en
    relación con el aparato del equilibrio y
    los núcleos vestibulares.

    Otra parte del cerebelo también muy antigua es
    toda la zona media, de dos a tres centímetros de ancho,
    tanto en el lóbulo anterior como en el posterior, llamada
    vermis. En ésta terminan la mayor parte de las
    señales nerviosas que provienen de las áreas
    somáticas del cuerpo. El vermis tiene un papel en la
    integración de los mecanismos posturales
    subconscientes. Por otra parte, en los hemisferios cerebelosos
    terminan la mayor parte de las señales que llegan de los
    niveles más altos del cerebro, en especial de las
    áreas motoras de la corteza cerebral.

    Vías aferentes. Una vía aferente
    importante y extensa es la vía corticocerebelosa que nace
    en la corteza motora y pasa, siguiendo los núcleos
    protuberanciales y los haces pontocerebelosos, directamente a la
    corteza del cerebelo. Además, vías aferentes
    importantes nacen del tallo cerebral; incluyen las siguientes: a)
    una haz olivocerebeloso importante, que une la oliva inferior a
    todas las zonas del cerebelo; este haz es excitado por fibras
    procedentes de la corteza motora, ganglios basales, zonas
    dispersas de la formación reticular y la médula
    espinal; b) fibras vestibulocerebelosas, algunas de las cuales se
    originan en el propio aparato vestibular y otras provienen de los
    núcleos vestibulares, la mayor parte de ellas terminan en
    el lóbulo floculonodular y en el núcleo del techo
    del cerebelo, y c) fibras reticulocerebelosas, que se originan en
    diferentes porciones de la formación reticular y terminan
    principalmente en las estructuras de
    la línea media (el vermis).

    El cerebelo también recibe señales
    sensoriales importantes directamente de la periferia del cuerpo,
    que llegan al cerebelo por las haces ventral y espinocerebeloso
    dorsal (que pasan del mismo lado hasta el cerebelo). Las
    señales transmitidas por estos haces nacen de los husos
    musculares, los órganos tendinosos de Golgi, y los grandes
    receptores táctiles de piel y
    articulaciones, e informan al cerebelo del
    estado actual
    de la contracción muscular, el grado de tensión de
    los tendones, las posiciones de las partes corporales, y las
    fuerzas que actúan sobre las superficies del cuerpo. Toda
    esta información conserva el cerebelo constantemente
    informado del estado físico instantáneo del
    cuerpo.

    Las vías espinocerebelosas pueden trasmitir
    impulsos a velocidades mayores de 100m por segundo, que es la
    conducción más rápida en cualquier
    vía de todo el sistema nervioso
    central. Esta conducción extraodinariamente
    rápida permite que instantáneamente el cerebelo
    conozca los cambios que se están produciendo en el estado
    de los músculos.

    En forma similar, hay señales que se transmiten
    por la espinorreticular hacia la substancia reticular del tallo
    cerebral y, siguiendo la vía espinolivar, al núcleo
    olivar inferior, y de allí al cerebelo. El cerebelo recibe
    información continua de todas las partes del cuerpo,
    aunque estén operando a nivel subconsciente.

    Localización topográfica del ingreso
    sensorial a la corteza cerebelosa.

    No ha sido posible localizar las diferentes partes del
    cuerpo en la mayoría de las áreas del cerebelo.
    Sólo se ha encontrado una representación general de
    las estructuras de
    la línea media. También cabe señalar que no
    se han encontrado representaciones somáticas
    específicas en los hemisferios cerebelosos muy grandes. No
    obstante, muchos neurofisiólogos piensan aún que es
    probable que haya relaciones espaciales, punto a punto, entre
    hemisferios y áreas estimuladoras específicas de la
    corteza cerebral, pues se sabe bien que cuantas veces se
    transforma una señal motora a la periferia al mismo
    tiempo se
    encuentra una señal hacia los hemisferios
    cerebrales.

    Señales de salida del cerebelo

    Los núcleos cerebelosos profundos y las
    vías eferentes.

    Localizados profundamente en la masa cerebelosa hay
    cuatro núcleos cerebelosos profundos: el dentado, el
    globuloso, el emboliforme y el fastigial. Los núcleos
    vestibulares en el bulbo también funcionan en algunos
    aspectos como si fueran núcleos cerebelosos profundos
    debido a sus conexiones directas con la corteza del lóbulo
    floculonodular.

    Estos núcleos reciben señales de dos
    fuentes
    diferentes: 1) la corteza cerebelosa, y 2) todas las vías
    sensoriales aferentes para el cerebelo. Así pues, todas
    las señales que entran en el cerebro acaban terminando en
    los núcleos profundos.

    Del cerebro salen tres importantes vías
    eferentes:

    1. Una que se inicia en la corteza de los dos
      hemisferios cerebelosos, pasa en seguida al núcleo
      dentado, después al núcleo dentado,
      después al núcleo ventrolateral del tálamo
      y por último a la corteza motora.
    2. Una vía que se origina en las estructuras de
      la línea media del cerebelo (vermis) y pasa
      después a través de los núcleos del techo
      hacia las regiones bulbares y pontinas del tallo
      encefálico. Este circuito funciona en íntima
      relación con el aparato del equilibrio y
      las postulares actitudes
      del cuerpo.
    3. Una vía que se origina en las áreas
      intermedias a cada lado del cerebelo, entre el vermis y los
      hemisferios cerebelosos, pasa después a) a través
      del núcleo interpositus hasta el núcleo
      ventrolateral del tálamo y de ahí a la corteza
      motora, b) a varias estructuras de la línea media del
      tálamo y de ahí a los ganglios basales, y c) al
      núcleo rojo y la formación reticular de la
      porción superior del tallo encefálico. Este
      circuito funciona para coordinar las actividades entre las dos
      primera vías cerebelosas de salida comentadas – es
      decir, para ayudar a coordinar las interrelaciones entre el
      control postural subsconsciente del cuerpo y el control
      consciente voluntario de la corteza motora.

    3. El circuito neuronal
    del cerebelo

    El cerebelo humano en realidad es una lámina
    grande fruncida, de unos 17 cm de anchura por 120 cm de largo;
    los pliegues se cruzan. Cada pliegue se llama
    lámina.

    La unidad funcional de la corteza cerebelosa – las
    células
    de Purkinje. El cerebelo tiene unos 30 millones de unidades
    funcionales casi idénticas. Esta unidad funcional se
    centra alrededor de la célula
    de Purkinje; hay también 30 millones de estas
    células en la corteza cerebelosa.

    Las tres capas principales del cerebelo: la capa
    molecular, la capa de células de Purkinje y la capa de
    células granulosas. Además de estas capas, los
    núcleos profundos están localizados en el interior
    de la masa cerebelosa.

    El circuito neuronal de la unidad funcional. La salida
    de la unidad funcional proviene de una célula de
    núcleo profundo. Esta célula se
    halla continuamente bajo la influencia de estimulaciones de ambos
    tipos, excitadoras e inhibidoras. Las influencias inhibidoras
    provienen totalmente de las células de Purkinje de la
    corteza cerebelosa.

    Los ingresos
    aferentes para el cerebelo son de dos tipos, uno llamado de tipo
    de fibra trepadora y el otro de tipo de fibra musgosa. Hay una
    fibra trepadora por cada 10 células de Purkinje,
    aproximadamente. Después de mandar colaterales a las
    diversas células nucleares profundas, la fibra trepadora
    se proyecta a todo lo largo hasta la capa molecular de la corteza
    cerebelosa, donde establece unas 300 sinapsis con las dendritas
    de cada célula de Purkinje. Esta fibra trepadora se
    distingue por el hecho de que un solo impulso en la misma siempre
    provocará un solo potencial de acción en cada
    célula de Purkinje con la cual está
    conectada.

    Las fibras musgosas también mandan colaterales
    para excitar células nucleares profundas. Luego estas
    fibras proceden siguiendo hacia la capa granulosa de la corteza,
    donde se establecen sinapsis con centenares de células
    granulosas, Estás células, a su vez, mandan sus
    axones muy cortos, hasta la superficie externa de la corteza
    cerebelosa para penetrar en la capa molecular más
    superficial. Aquí los axones se dividen en dos ramas. Es
    en esta capa molecular donde las dendritas de las células
    de Purkinje se proyectan, y a cada célula de Purkinje hace
    sinapsis con 80 000 a 200 000 de estas fibras paralelas. La
    estimulación de una sola fibra musgosa nunca
    desencadenará un potencial de acción en la célula
    de Purkinje; por el contrario, hay que estimular gran
    número de células musgosas simultáneamente
    para activar la célula de Purkinje. Las células de
    Purkinje de potenciales de acción normales y de corta
    duración en vez del único potencial de
    acción prolongado que ocurre como respuesta al ingreso de
    la fibra trepadora.

    4. Función
    del cerebelo en el control de los movimientos

    El cerebelo actúa en el control motor sólo
    en relación con las actividades motoras que se inician en
    alguna otra parte del sistema nervioso.
    Pueden originarse en la médula espinal, la
    formación reticular, los ganglios basales o en
    áreas motoras de la corteza cerebral.

    Función del cerebelo con la médula espinal
    y el tallo encefálico inferior para controlar los
    movimientos posturales y de equilibrio.

    El cerebelo es especialmente importante para controlar
    entre las contracciones de los músculos agonistas y
    antagonistas durante los cambios rápidos de
    posición del cuerpo dictados por los aparatos
    vestibulares. Es imposible que en cualquier instante determinado
    durante el movimiento
    rápido el cerebro conozca la posición exacta de las
    distintas partes del cuerpo. Con los circuitos
    neuronales apropiados sería posible que el cerebelo o
    alguna otra porción del cerebro conocieran la rapidez y la
    dirección en que se movía una parte
    del cuerpo de 15 a 20 milésimas de segundo antes y a
    partir de esta información entonces predijeran la
    posición que deben tener las partes del cuerpo en ese
    momento. Al parecer, ésta es una de las principales
    funciones del
    cerebelo.

    Los circuitos
    neuronales del cerebelo, hay una abundancia de vías
    sensoriales de las áreas somáticas del cuerpo, que
    llegan al tallo encefálico y a las áreas más
    antiguas del cerebelo a los lóbulos floculonodulares a
    través de los núcleos vestibulares y al vermis y
    las áreas intermedias del cerebelo a través de los
    haces espinocerebelosos.

    Relación de la función cerebelosa con el
    reflejo de estiramiento de la médula espinal

    Un componente importante del control cerebeloso de la
    postura y el equilibrio es el gran cúmulo de
    información transmitida de los husos musculares al
    cerebelo a través de las haces espinocerebelosos dorsales.
    Las señales son transmitidas al tallo encefálico a
    través de los núcleos cerebelosos del techo para
    estimular las fibras eferentes gamma, que inervan los propios
    haces musculares. Utiliza señales que pasan en su
    totalidad hasta el cerebelo y regresan nuevamente a los
    músculos. Se piensa que es a través de esta
    vía de retroalimentación como ocurren muchos de
    los ajustes posturales del cuerpo.

    Función del cerebelo en el control muscular
    voluntario

    Existen circuitos de retroalimentación casi
    completamente independientes entre la corteza motora y el
    cerebelo. La mayoría de las señales de este
    circuito pasan de la corteza motora a los hemisferios cerebelosos
    y sucesivamente regresan de nuevo a la corteza motora, a
    través de los núcleos dentados y los núcleos
    ventrolaterales del tálamo. Estos circuitos no participan
    en el control de la postura. Es razonable pensar que le cerebelo
    funciona en relación con el control cortical en dos
    formas: 1) los circuitos de retroalimentación directos de
    la corteza motora sin incluir retroalimentación
    periférica, y 20 por retroalimentación similar pero
    modificándose las señales de regreso del cerebelo
    por información condicionada recibida de la periferia del
    cuerpo.

    5. Control cerebeloso por
    retroalimentación de la función motora
    cortical

    La corteza motora trasmite señales a la periferia
    para causar una función motora, pero al mismo tiempo
    transmite esta información al cerebelo. Entonces el
    cerebelo compara las "las intenciones" de la corteza con
    "actuación" de las partes corporales; en caso que
    ésta no corresponda con aquéllas, calcula el
    "error" entre ambas para poder llevar a
    cabo las correcciones apropiadas de inmediato.

    La corteza motora manda muchos más impulsos que
    los que se necesitan para realizar cada movimiento, y el cerebelo
    debe inhibir la corteza motora en el momento apropiado cuando el
    músculo ha empezado a moverse. El cerebelo aprecia
    automáticamente la velocidad del
    movimiento y calcula el tiempo que se necesitara para alcanzar el
    punto deseado. Luego se trasmiten a la corteza motora los
    impulsos correspondientes, que inhiben los músculos
    agonistas y activan los antagonistas. En esta forma, se dispone
    de un "freno" adecuado para detener el movimiento en el punto
    preciso.

    Se han realizado experimentos que
    han demostrado dos características importantes del sistema de
    retroalimentación del cerebelo:

    1. Aprender la inercia del sistema es función
      importante del mecanismo cerebeloso de
      retroalimentación, aunque es probable que este aprendizaje
      tenga lugar en la corteza cerebral más bien que en el
      cerebelo.
    2. Cuando se realiza un movimiento rápido hacia
      cierto punto, los músculos agonistas se contraen
      violentamente durante la primera parte del movimiento, luego,
      de repente, poco tiempo antes que se alcance el punto en
      cuestión, los músculos agonistas se inhiben
      completamente, mientras se excitan considerablemente los
      antagonistas. Cuanto más rápido sea el movimiento
      y mayor la inercia, más temprano será el punto de
      inversión del curso del movimiento. La
      activación de los músculos antagonistas cerca del
      final de un movimiento es función enteramente
      automática y subconsciente, y de ninguna manera
      constituyente una contracción "voluntaria" similar a la
      contracción inicial del músculo
      agonista.

    Función "amortiguadora" del cerebelo. Un efecto
    secundario del mecanismo cerebeloso de retroalimentación
    es su capacidad de "amortiguar" los movimientos musculares. Para
    explicar el término "amortiguador", debemos señalar
    primero que prácticamente todos los movimientos del cuerpo
    "son pendulares". Debido a la inercia, todos los movimientos
    pendulares tienen tendencia a pasar del propósito inicial.
    Si el cerebelo está intacto, señales subconscientes
    apropiadas detienen el movimiento exactamente en el sitio
    requerido, evitando así que se pase de él y
    suprimiendo el temblor de amortiguación. Esta es la
    característica básica de un sistema
    de amortiguación.

    Función de predicción del
    cerebelo.

    Otro efecto colateral importante del mecanismo
    cerebeloso de retroalimentación es que ayuda al sistema nervioso
    central a predecir las posiciones futuras de todas las partes
    móviles del cuerpo. Sin el cerebelo esta función
    pronosticadora es tan deficiente que las partes del cuerpo en
    movimiento rápido desplazan mucho más allá
    del punto de intención.

    6.
    Conclusión

    Al hacer este trabajo me di cuenta que el cerebelo a
    parte de tener funciones que
    intervienen en el equilibrio; tiene funciones muy importantes que
    ayudan a percibir nuestro mundo alrededor.

    En conclusión pienso que el cerebelo es un
    órgano que ha sido muy poco estudiado y pienso que el
    cerebelo todavía tiene muchas funciones aún no
    conocidas por los expertos. Además el cerebelo es un
    órgano muy importante ya que con el cerebelo podemos
    lograr varias actividades cotidianas como correr, escribir
    máquina, tocar el piano e incluso hablar.

    A la mejor en unos años más se pueda hacer
    un estudio amplio sobre el cerebelo, para que se logren aclarar
    las verdaderas funciones del Cerebelo.

    7.
    Bibliografía

    Hamilton. Anatomía humana,
    Publicaciones Cultural México

    Romer. Anatomía comparada,
    Interamericana, México,
    1983

    Enciclopedia Encarta 99, Microsoft

    Gutiérrez Cirlos, Principios de
    Anatomía, fisiología e higiene, Uteha
    Noriega Editores

    Guyton, A.C., Fisiología Humana, Interamericana, S.A.,
    segunda edición, 1964

    Quiroz Gutiérrez, Fernando, Tratado de
    anatomía humana, Porrúa, S.A., quinta
    edición, 1985

    Trabajo enviado y realizado por:
    Martín Ibarra

    Tijuana, Baja California, México

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