Monografias.com > Administración y Finanzas
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

Dirección de empresas




Enviado por mapazma




    1. El modelo
    antropológico de dirección de
    negocios.

    2. La tecnología de la
    información, causa de nuevos cambios.

    3. El modelo antropológico, la
    excelencia y la etica.

    4. El liderazgo etico y la etica
    empresarial.

    5. Etica vs. Negocio. El significado de
    la responsabilidad social.

    6.
    Conclusión.

    1. El modelo
    antropológico de dirección de negocios.

    Las ideas que van más allá del Modelo
    Antropológico de la dirección de negocios, no
    están totalmente agotadas. De hecho, en El Salvador
    aún es un tabú hablar de ética,
    cuando en otras naciones se ha constituido en un verdadero
    imperativo. El interés
    particular en este modelo y en la aplicación ética a
    las decisiones de negocios surge a raíz de la investigación académica que desarrollo
    para optar al grado de Master en
    Admón. Financiera en la Universidad de El
    Salvador.

    El estudio ha sido más que enriquecedor y se ha
    constituido en una motivación
    interior de gran fuerza en pro
    de contribuir al esclarecimiento de vías que tiendan a
    impulsar a las empresas en El
    Salvador hacia senderos de mayor responsabilidad
    social.

    El modelo tiene sus antecedentes en la Escuela de las
    Relaciones
    Humanas surgida posteriormente a la segunda guerra
    mundial, y descansa sobre los estudios históricos
    erigidos en torno al
    fenómeno de la "motivación
    humana".

    Precisamente, se basa en los avances de la Teoría
    de la
    motivación, desde las consideraciones de Abraham
    Maslow
    relativas a la pirámide de la jerarquía de las
    necesidades; pasando por "el enfoque de motivación" de
    Frederick Hersberg; "la teoría
    de la equidad" de Porter y Lawler, el estudio de la teoría
    "X" o "Y" de Douglas McGregor y la "teoría de la
    motivación con base en las necesidades de David
    McClelland. Teorías
    en las que sus autores, han tratado de rectificar, ahondar o
    superar los alcances de las que les precedieron.

    En términos sencillos, el Modelo considera la
    existencia de 3 tipos de motivaciones, que efectivamente se han
    conocido en otros tiempos, éstas son: las externas, las
    internas y las trascendentales.

    Las motivaciones externas obedecen a fuerzas que inducen
    a actuar con el fin de obtener una respuesta desde el exterior.
    En ese sentido, generan la acción de las personas porque,
    éstas, buscan una recompensa o desean evitar un castigo.
    Su paradigma, es
    el dinero.
    Todo se traduce en que se estará mejor si se desarrollan
    las labores sin protestar, y se deben hacer lo mejor posible,
    porque eso garantizará nuestro bienestar. Con ello se
    relacionan con la capacidad y la búsqueda de la eficacia en la
    gestión
    administrativa.

    Las motivaciones internas, se refieren a las fuerzas que
    inducen a que las personas actúen, porque al hacerlo
    obtienen satisfacciones muy propias. Estas satisfacciones
    impulsan a rechazar costos de
    oportunidad que suelen ser económicamente racionales. Y da
    razón de ser al argumento que expresa, "que no toda
    decisión económica es, a veces, la mejor". Incluso
    este tipo de motivación se encauza hacia el logro de
    cierto tipo de aprendizajes que terminan cualificando más
    a las personas. Estas motivaciones se relacionan con la
    satisfacción que obtienen las personas al laborar para
    cierto tipo de empresas, las cuales generan motivos que no
    necesariamente son de orden económico y tienden a generar
    compromiso de dichas personas para con sus organizaciones.

    Las motivaciones trascendentales son muy importantes
    porque revelan una fusión de
    los dos primeros tipos de motivaciones y trascienden más
    allá del alcance de ambas, ya que son las fuerzas que
    impulsan a que las personas actúen considerando las
    consecuencias de sus acciones sobre
    otras personas. Generando en consecuencia toda una unidad
    empresarial que gesta y alimenta un compromiso con
    terceros.

    El Modelo Antropológico en ese sentido, crea un
    paradigma
    antropológico en el cual se funden los tres tipos de
    motivaciones, prevaleciendo las motivaciones trascendentales,
    porque con ellas, las personas actúan en función de
    la
    organización, primeramente porque saben que con ello
    satisfacen las necesidades de otras personas y segundo, porque se
    sienten útiles sirviendo, porque al servir saben que
    contribuyen al objetivo final
    de la empresa a la
    que pertenecen.

    El objetivo final
    es un objetivo que se conoce desde la génesis de la
    historia
    occidental, con el pensamiento
    aristotélico, que cifra a la verdad de una forma
    práctica, y que se traduce como "la conformidad del
    intelecto con la buena voluntad" y que aplicado a los negocios,
    significa que la buena voluntad se conceptualiza como servir, o
    como "prestar servicio a la
    sociedad".

    De ahí que este objetivo final, propugnado por el
    Modelo Antropológico tienda a ir mucho más
    allá que el objetivo financiero de "crear valor para los
    accionistas" a través de "la generación de mayor
    valor de
    mercado posible
    para los titulares de capital de
    riesgo". A
    juicio de Termes, el objetivo final va más allá del
    objetivo tradicional, pero no necesariamente son opuestos o
    antagónicos. De hecho, el objetivo instrumental u
    operativo, de crear más valor para la empresa, alimenta
    el objetivo final de "servir a la sociedad".

    Siendo así, ¿cómo se sustenta que
    el objetivo final de toda empresa sea el de
    servir a la sociedad? La respuesta viene siendo estudiada y
    difundida por la misma realidad económica que se cierne
    sobre la dinámica de las empresas. Y dicha realidad
    gira en torno al rol que
    actualmente está jugando la "Ética
    Empresarial"

    Para Termes, la Ética se basa en la
    aplicación de la verdad, ya que esta genera credibilidad,
    confianza y lealtad. Pero la aplicación de la verdad
    requiere por parte del cuerpo gerencial una capacidad
    estratégica, para que la empresa sea
    eficaz; una capacidad ejecutiva para que se genere el compromiso
    de los empleados para con la empresa misma; pero
    fundamentalmente, se requiere de la aplicación o presencia
    de un liderazgo
    ético, porque el líder
    que actúa éticamente no es un obstáculo para
    que las personas trasciendan cuando quieran y deban hacerlo; y al
    mismo tiempo les
    enseña a captar el valor real de sus acciones,
    predicando siempre con el ejemplo de sus acciones.

    Siendo así la aplicación de la
    Ética derivará en mayores niveles de productividad, y
    lo que es más importante en la construcción de más permanencia para
    la empresa u organización. En concreto,
    contrario al pensamiento
    del enriquecimiento desmedido de corto plazo, deriva en diferir
    el rendimiento del corto al mediano y largo plazo, si con ello se
    garantiza la permanencia y el desarrollo de
    la empresa en el tiempo.

    Pero, ¿Qué ha provocado un interés
    por la aplicación de la Ética a los negocios?
    ¿Por qué se está estudiando dicha tesis desde la
    década de los años ochenta en Universidades como la
    de Harvard, en los Estados
    Unidos?

    2. La tecnología de la
    información, causa de nuevos
    cambios.

    Los cambios del entorno actual se han convertido en
    impulsores de hechos y acciones, que hace unos 30 años
    parecían inconcebibles. Basta con observar que el inmenso
    desarrollo de la Tecnología
    de la información se encauzaba hacia la
    veneración de una deidad tecnológica, que signaba
    su razón de ser en el establecimiento de una distancia que
    separaba a los negocios de los principios
    éticos, considerados en el pasado como irrelevantes y
    entorpecedores para una adecuada toma de
    decisiones, recayendo la dirección de negocios en
    gerentes que se esforzaban por diferenciarse, siendo en extremo
    competentes con los números y datos; su
    actitud era de
    alta seriedad, y mientras más lejos se ubicarán del
    contexto que rodeara a los demás, mejor. La visión
    que se tenía en el pasado reflejaba a dirigentes
    pragmáticos, preparados intensamente en sus campos
    académicos que los individualizaban y alejaban de su mismo
    entorno. De ahí que se esperara que un Gerente en los
    tiempos actuales tuviera la capacidad para administrar todos los
    recursos sin
    involucrarse directamente en las operaciones.
    Ejemplo de ello, lo demuestran las oficinas gerenciales de
    directivos en las que se ubicaban televisores que constantemente
    transmitían imágenes
    de las acciones o actividades desarrolladas por los
    colaboradores; o la ubicación de las oficinas de los
    Gerentes, con vidrios polarizados y con una amplia visión
    del territorio laboral que se
    constituían en su dominio
    jerárquico.

    Pero la dinámica social giró y
    contrariamente a lo esperado, la actividad empresarial
    derivó, paradójicamente, en algo contrario y
    totalmente diferente a lo que se esperaba años
    atrás. Las teorías
    empresariales de la dirección de negocios fueron
    transformándose, de una teoría "X " se pasó
    a una "Y", o a una teoría "Z", dándose una
    explosión de técnicas
    que derivaron en postulados sobre el Liderazgo y la
    capacidad para decidir y actuar. Y el hecho sorprendente fue el
    regreso hacia posiciones impensables, como la necesidad de actuar
    verdaderamente de forma ética, que se ha venido
    constituyendo en la única manera que le va quedando a las
    empresas para seguir teniendo permanencia en el largo
    plazo.

    3. El modelo
    antropológico, la excelencia y la
    etica.

    El Modelo Antropológico de la dirección de
    negocios sostiene que el cambio existe
    siempre, y como tal, la calidad
    (excelencia) es un fin que no tiene límites,
    en consecuencia siempre se debe mejorar. Pero para ello se debe
    actuar en extremo rigor, de forma ética. Los valores
    éticos se han impregnado en el acontecer empresarial y se
    está experimentando un retorno de la espiritualidad, en el
    sentido de impregnarse de valores
    morales que reflejen un comportamiento
    más integral, pero este regreso hacia una posición
    particular no obedece a un signo de carácter
    religioso puro, sino que a un signo exclusivamente empresarial,
    que se relaciona con el fin último de toda empresa, el
    cual es el de servir a la sociedad donde se inserta y que se
    rodea de fines operativos importantísimos ligados
    estrechamente a la obtención y generación de
    más valor para las empresas mismas. En consecuencia, el
    objetivo de los Gerentes de que sus empresas sean más
    valiosas, se supedita a una actitud y a un
    comportamiento
    de todos sus dirigentes que se liga, a su vez, con la permanencia
    en el largo plazo. En suma, el actuar éticamente no
    obedece a un puritanismo de los nuevos dirigentes, sino que a una
    necesidad para la obtención de mayor valor para sus
    empresas. Este valor se traduce en mayor competitividad, mayor productividad,
    mejor atención de clientes y
    proveedores y
    consecuentemente, posicionamiento,
    que implica ganar una mayor participación de mercado.

    La creación de valor en las empresas.

    La base del "valor" reside en la forma como los nuevos
    gerentes dirigen los negocios. Ya no basta con ser un "gerente
    competitivo" sino que se debe experimentar una
    transformación a "líder";
    que ante todo sabe, que es una persona y que
    está rodeado de personas. Ello implica en ocasiones el
    perder la condición de Gerente "parco" y aceptar la de ser
    el eje central de las actividades que desarrollan todas las
    personas en la empresa que dirige.

    Consecuentemente, el Modelo Antropológico
    sitúa en el centro a las personas, ya no como un recurso
    "más", sino como seres que merecen el mejor y mayor de los
    respetos. Estas personas son los accionistas, los directivos, los
    proveedores,
    los empleados y los clientes. Y
    tratarlos como personas equivale a generar un clima propicio
    para el logro de la más alta de las productividades que se
    refleja en el logro inevitable de los más altos
    rendimientos mercadológicos, económicos y
    financieros.

    De ahí que el actuar éticamente sea una
    necesidad, no porque se prescriba en textos místicos, sino
    porque con ello estamos preparados para alcanzar éxitos
    financieros que conducen al crecimiento y desarrollo permanente
    de las empresas.

    Esta actitud, del quehacer ético, está
    ligada al intenso desarrollo de la tecnología de la
    información, y a pesar de que siempre
    existe corrupción, fraudes y engaños, ahora
    es mucho más fácil detectarlos y es en la
    actualidad que ahora se vive, que se sabe, que más
    temprano que tarde, la verdad será conocida.

    El líder sabe que la empresa es, ante todo, una
    conjunción de varias personas, los accionistas; los
    ejecutivos; los proveedores; los clientes; los empleados y todos
    se acoplan a la dirección que él, como dirigente,
    realiza por él mismo, o a través de sus
    funcionarios o ejecutivos. Y todos deben de trabajar en
    unión para alcanzar el objetivo final de la empresa,
    precitado, que por un lado es crear o adicionar riqueza (valor
    económico) y por otro prestar un verdadero servicio a la
    sociedad en la cual se ubica la
    organización. Es decir, que la creación de
    riqueza se debe complementar con la búsqueda del bien
    común, con el que se realizan las aspiraciones de todas
    las personas que intervienen en la actividad
    económica.

    Pero la consecución del valor económico es
    uno de 3 valores que
    realizan las empresas, los otros se denominan: el valor
    psicológico y el valor ético. Con el valor
    económico, todos los que hicieron aportes a la actividad
    productiva reciben su compensación que les
    permitirá satisfacer sus necesidades. Con el valor
    psicológico, los que participan del proceso
    productivo logran asimilar el aprendizaje
    para la toma adecuada de decisiones que afectan a otros o a ellos
    mismos de forma directa o indirecta. Y con el valor ético,
    se aduce al cambio que se
    produce en el interior de las personas.

    Estos dos últimos valores son
    subjetivos pero su influencia es decisiva para la
    generación del valor económico. Supone un costo de
    oportunidad porque probablemente se renuncia a ciertos beneficios
    en el corto plazo, pero se ha demostrado que las mejores
    alternativas se concretan en el largo plazo, porque permiten el
    desarrollo integral de las personas.

    De ahí que algunos académicos ratifiquen
    que el objetivo final de toda empresa "consiste en prestar
    servicio a la sociedad, el propio de cada empresa, y generar
    rentas suficientes para la satisfacción de todos los que
    integran la empresa, mediante actuaciones que, en todo momento y
    circunstancias, sean congruentes con la dignidad de las personas
    que integran la empresa, o están en contacto con ella
    desde el exterior". Esta es la verdadera razón de la
    creación de valor en las empresas.

    4. El liderazgo etico y
    la
    etica
    empresarial.

    El "Liderazgo Ético" es entonces una necesidad
    que hace mejor y más rica a la empresa. Por el contrario,
    si se busca el enriquecimiento acelerado y sobre bases
    ilícitas, la empresa se condena a sí
    misma.

    Ya en estos tiempos, nadie puede negar la importancia de
    la inteligencia
    emocional para la toma de
    decisiones en las empresas; que el cliente es cada
    día más y más exigente y más
    difícil de engañar; que el mundo entero se ha
    reducido por efecto del inmenso desarrollo de las telecomunicaciones y que el temor a una demanda por
    efecto de un error que afecte a terceros, es ahora muy latente en
    todos.

    Es por eso que la ética empresarial está
    teniendo, hoy más que nunca, una presencia determinante en
    la dinámica de las empresas modernas. Ya no es el tiempo
    de las glorias pasadas, alcanzadas sobre pedestales
    débiles o falsos. Es el momento de valorizar o revalorizar
    las actitudes y
    valores gerenciales, de tal manera que se comprenda que la
    ética empresarial es ahora una necesidad y no una virtud.
    Ciertamente, estudios actuales revelan que las empresas
    internacionales están sometidas a una creciente presión
    para que las conductas de sus líderes de negocios se
    adecuen a comportamientos éticos. Y los hechos confirman
    que las actitudes
    relacionadas con malos manejos gerenciales están siendo
    castigados severamente, sino basta con ver las multas impuestas a
    grandes empresas, cantidades millonarias que tras ellas llevan la
    semilla que margina a dichas empresas del entorno de los
    negocios.

    Más profundamente la ética empresarial,
    tiene mucha relación con el acatamiento de las leyes,
    independientemente de los países en que se aplican. Y
    aún en aquellas naciones donde existe la impunidad, la
    ética debe correr la suerte de emerger, para ubicarse
    sobre los pilares de la corrupción, el tráfico de
    influencias y otras desviaciones mayores o menores que atentan
    contra la vida y dignidad de las personas. Es por ello que pocos
    se atreven a negar la importancia y el alto significado que tiene
    la ética en la dirección de los
    negocios.

    En el pasado, era relativamente fácil
    engañar y estafar, de tal manera que se creía que
    con la aplicación de estas falsas cualidades se
    podía alcanzar el éxito
    en los negocios. Es obvio que quienes lo aplicaron se lucraron, a
    costa de ver cómo sus empresas fenecían en el largo
    plazo. Actuar de esta manera ya no es tan fácil, a pesar
    de todas las argucias a que recurren quienes así lo hacen.
    En la actualidad, hasta el gerente más pragmático
    necesita actuar con ética, porque el actuar ético,
    está demostrando, que le da vida permanente a los
    negocios, todo porque se adquiere credibilidad y confianza, y las
    personas terminan siendo leales a los productos o a
    las marcas. Eso lo
    demuestra el caso de la empresa norteamericana Jhonson and
    Jhonson en 1982, cuando ordenó retirar del mercado 31
    millones de frascos de las gotas Tylenol, debido a que una
    persona
    llenó con cianuro una pastilla y murieron varias
    personas.

    ¿A cuánto ascendería la
    pérdida para esta empresa? Sin embargo, dos años
    después, su producto
    estaba nuevamente posicionado en el mercado, y la sentencia de la
    Jhonson and Jhonson: "el respeto a la vida
    de una sola persona debía prevalecer sobre el negocio", se
    hizo famosa y modificó los parámetros con que los
    consumidores responderían con su lealtad.

    Concluyentemente, todo significa que el valor financiero
    de las empresas debe medirse en función de los
    intangibles, y entre ellos se encuentra la relación con
    los empleados, clientes, proveedores, la comunidad y
    finalmente con los accionistas. El problema es que el valor bajo
    este concepto es
    difícil de medir y las empresas prefieren obviarlo por lo
    tradicional. En ese sentido, se minimiza la valoración de
    las empresas mismas.

    Con la aplicación de valores éticos, por
    parte de un nuevo tipo de liderazgo, las empresas tienen la
    posibilidad de sobrevivir los embates del mercado en el corto
    plazo y de tener una permanencia en el largo plazo. Los estudios
    en ese sentido, siguen confirmando que la aplicación de la
    ética no es un lujo sino una necesidad, debido a que sin
    valores éticos se ronda el fracaso y contrariamente, con
    valores sólidos, se puede enfrentar con más
    opción, a los mercados
    internacionales. Esa es la tendencia que se está marcando,
    por ejemplo, en E.E.U.U. y se refleja en el hecho de que la
    mayoría de las empresas que se asocian a la revista
    "Fortune"; y que más del 60% de las principales empresas
    de Inglaterra,
    tengan en cuenta los dilemas éticos en las decisiones de
    negocios.

    La aplicación de la ética a los dilemas en
    los negocios entonces, llevará a la cúspide la
    polémica de sí se atiende a la responsabilidad individual o si se revalúa
    dicha responsabilidad en pro de convertirla o
    transformarla en una responsabilidad
    social hacia adentro o hacia afuera de las mismas
    empresas.

    5. Etica vs. Negocio. El
    significado de la
    responsabilidad social.

    Antes se creía que los negocios eran la
    negación misma de la ética, y el acontecer de los
    últimos años se ha empeñado en demostrar lo
    contrario. Y hoy más que nunca la cuestión
    ética ha adquirido una significativa
    importancia.

    En toda época y realidad se plantea la disyuntiva
    de actuar correctamente, es decir, en función de principios
    éticos. Cuando se trata de los negocios se plantean serias
    polémicas que aún en nuestros días resultan
    difíciles de dirimir. Sin embargo, estas polémicas
    resultan interesantes, dadas las condiciones que se viven en la
    actualidad. Y precisamente, por ello, se deben hacer esfuerzos
    por comprender el entorno bajo el cual las empresas se
    desenvuelven.

    La polémica fundamental se cierne sobre la
    vigencia o negación de la "responsabilidad social" de las
    empresas. Milton Friedman fija una posición "los negocios
    sólo tienen una responsabilidad social: emplear sus
    recursos y
    emprender actividades encaminadas a aumentar sus utilidades,
    siempre que se mantengan dentro de las reglas del juego, es
    decir, en competencia libre
    y abierta sin engaños ni fraudes". Desde esta
    posición, las empresas y en especial, quienes las dirigen
    deben servir a los accionistas y procurar la obtención de
    utilidades bajo el marco de principios éticos marcados por
    el cauce del respeto a la
    ley. No les es
    permitido derrochar los recursos que no les pertenecen en
    actividades ajenas al giro del negocio, en ese sentido, no pueden
    participar directa ni abiertamente en actividades de
    índole social, porque con ello se dilapidan los recursos y
    se termina por imponer a la misma empresa de un "impuesto" que
    erosiona sus utilidades. Con esta posición se mantiene el
    argumento de que "los ejecutivos corporativos son empleados de
    los dueños de los negocios. Son directamente responsables
    ante sus empleadores. Esa responsabilidad consiste en manejar el
    negocio de acuerdo con los deseos de los dueños, que
    generalmente serán ganar tanto dinero como
    sea posible, ciñéndose a las reglas básicas
    de la sociedad, tanto las que están incorporadas en las
    leyes como las
    que están incorporadas en las costumbres
    sociales…".

    ¿Pero que sucede, cuando en las sociedades
    actuales predomina el irrespeto por el marco jurídico? Es
    obvio que la posición señalada por el Friedman no
    encaja con la realidad. Primero, porque presupone un sistema
    económico de libre y abierta competencia, sin
    engaños ni fraudes, lo cual no existe; y segundo, porque
    considera que a pesar de que el objetivo es la consecución
    de riqueza, (válido en todo sistema de libre
    empresa y propiedad
    privada), dicho objetivo lo adhiere al principio ético del
    respeto a la legalidad y la costumbre de la sociedad. En ese
    sentido, es concluyente que aún el objetivo de
    obtención del máximo lucro se debe acompañar
    de principios éticos, en este caso del respeto a la
    ley.

    La segunda posición, la esgrime el Dr. Kenneth H.
    Blanchard; la cual expresa que al buscar utilidades a cualquier
    costo, se
    riñe con los principios éticos más
    fundamentales, y afirma por el contrario, que "las empresas
    exitosas a largo plazo tienden a ser empresas éticas", en
    consecuencia, el logro de los máximos rendimientos no
    debería ser la más alta prioridad de las empresas.
    Según esta posición, la actitud de lograr
    beneficios a toda costa como fin máximo, puede generar un
    crecimiento desmedido en el corto plazo y éste a su vez,
    entrar en serias contradicciones con la legalidad y las
    costumbres sociales. De hecho, considera que las empresas que
    anteponen el enriquecimiento por sobre todo, son empresas que
    tenderán a desaparecer porque olvidan el entorno, es
    decir, el medio
    ambiente, la sociedad misma y más
    específicamente, olvidan a sus empleados y a los que son
    más importantes, a sus clientes. Desde esa perspectiva, el
    afán de lucro impedirá que se reflexione si al
    cliente se le
    engaña o no; si nuestros empleados están o no
    contentos con su trabajo. Incluso se basará en el trabajo
    directriz de Gerentes "complacientes" que sólo les
    interesará estar bien ellos y nada más, llegando
    incluso a despreciar el trabajo de
    sus competidores, de sus proveedores, de sus clientes y hasta de
    los que realmente son su soporte vital, sus propios
    subalternos.

    Bajo esta óptica,
    las dos posiciones son discrepantes, debido a que en la
    mayoría de naciones del mundo no se da la libre y abierta
    competencia ni mucho menos está exenta de los
    engaños y fraudes. Pero la realidad socioeconómica
    actual, parece tomar distancia de la primera posición y
    enfatiza más el afán empresarial que se liga cada
    vez más al compromiso de la "responsabilidad social", que
    se relaciona con la posición del liderazgo
    transformacional y privilegia la anteposición de los
    derechos de la
    sociedad y la naturaleza, a los
    derechos de
    consecución de los rendimientos excesivos de los
    empresarios, con base en la predominancia del mercado.

    Lo anterior conduce a la Ética a considerar el
    compromiso con la "responsabilidad social", puesto que en el
    fondo, no riñe con la obtención del máximo
    rendimiento posible, siempre y cuando se logre, primero, en un
    marco de abierta y libre competencia en el que prevalezca el
    respeto a la ley; y segundo, que el accionar de las empresas se
    rija por una serie adicional de principios éticos que
    tienen que ver con el entorno, con los proveedores, con los
    clientes y con los empleados. Su aplicación y fomento
    continuo es lo que puede hacer que el éxito empresarial
    perdure y le dé larga y plena vida a los
    negocios.

    6.
    Conclusión.

    El Modelo Antropológico de Dirección de
    Negocios, enfatiza el valor de la Ética empresarial y del
    Liderazgo Ético, y se fundamenta en el impulso de las
    motivaciones humanas trascendentales y se cierne
    sólidamente sobre el paradigma antropológico que en
    la actualidad es considerado como el único paradigma
    completo que se relaciona directamente con la responsabilidad
    social que deben tener las empresas.

    Es un modelo que centra su eje en la persona, sea
    ésta directivo, ejecutivo o empleado. Es una forma
    organizacional mediante la cual la empresa es capaz de lograr la
    eficiencia
    competitiva que el variante y globalizado entorno exige cada vez
    más.

    Considera que la empresa es una "comunidad de
    personas" relacionadas entre sí y que además,
    interaccionan con otras personas del mundo exterior. Este
    conjunto de personas se conciben tratadas como corresponde a la
    dignidad de seres racionales y libres.

    Es indispensable que se conozcan sus motivaciones, para
    que la empresa alcance su objetivo prioritario, que no es
    exclusivamente economicista. De hecho, el modelo
    antropológico expresa concluyentemente que "nada se opone
    a que todas las acciones encaminadas a crear valor sean tomadas
    teniendo en cuenta los aspectos éticos" y entre estos es
    fundamental el papel del
    líder, de quien depende que la empresa trascienda los
    niveles normales de crecimiento y desarrollo. El liderazgo que
    desarrollan los empresarios y ejecutivos bajo este modelo es
    así, integralmente ético, porque está
    impulsado a preocuparse no tan solo de que se hagan ciertas cosas
    que convienen a la organización para que sea eficaz, ni
    tampoco de que esas cosas sean más o menos atractivas para
    las personas que las realizan, sino que buscará, sobre
    todo, que las personas actúen por una motivación
    trascendental. Generando un ambiente
    interno y externo altamente motivado por la intencionalidad de
    ser útil a los demás agentes económicos que
    interactúan con la empresa.

    Como contribución al desarrollo del 1er.
    Encuentro de la Red Centroamericana de
    Antropología realizada del 21 al 23 de
    febrero del 2001 en el campus de la Universidad
    Tecnológica. San Salvador, El Salvador.

    Trabajo enviado por
    Mauricio Alfredo Paz Manzano

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter