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El gaucho (página 2)




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8. Creación del cuerpo de
blandengues

''En este proceso de
transformación del gaucho, la creación del cuerpo
de Blandengues es asunto de primera importancia.

El cuerpo fue creado sobre fines del siglo XVIII con
motivos bien específicos: resguardar la frontera de la
Banda Oriental, para lo cual se trataba de incorporar a los
elementos de la campaña (contrabandistas, desertores,
evadidos de las cárceles y cualquier tipo de delincuente,
pero que no hubiera cometido homicidio o se
hubiera enfrentado con las armas en la mano
ante los representantes de la ley).

¿Cómo es posible que aquellos gauchos
enemigos de la ley que se
resistían a todo tipo de autoridad, se
transformaran en defensores de ella, cuidaran la frontera y
guardaran el orden en los campos?.

El profesor Assunçao lo explica de esta forma: en
realidad no hay diferencia entre una y otra forma de vida.
Dijimos que la vida del gaucho era errante por la campaña,
arreando y sacrificando ganado; comiendo asado y tomando mate,
también fumando. Sin duda una vida dura, agreste, salvaje
casi.

Pues bien, la vida del blandengue de frontera se iba en
recorrer la campaña, matear, churtasquear y fumar a costa
de la corona española; perseguía a sus compadres de
ayer y a los indígenas; arreaba ganado, transportaba
cueros para las autoridades. El propio Assunçao cita un
documento de 1810, en el cual el Gobernador de Montevideo,
Vigodet, da su opinión:

"El Cuerpo de Blandengues, que no es más que un
puñado de hombres; aunque estuviera completo tampoco
pudiera servir para nada; porque acostumbrada esta gente a vivir
en los campos peor que los Tártaros, sin disciplina,
desnuda y entregada a todos los vicios y voluntareidad a que los
inclina su natural catácter…".

Sin embargo, las condicioonantes para la mutación
que intentamos demostrar se estaban dando plenamente. El cambio en el
enfoque, de la economía estaba en
pleno desarrollo,
había una mayor racionalización en la
explotación ganadera y sus productos
derivados.

Todo esto hacía que el gaucho, tal como lo vimos, se
adaptase o desapareciera.

De cualquier modo es difícil la encrucijada para el
gaucho. En el marco de la nueva realidad que se iba perfilando,
su presencia no era necesaria y más bien se veía
como algo inconveniente o negativo. En la medida que se integraba
iba tomando forma característica nuestra población rural. El gaucho no tenía
importancia sólo por su aporte a la consolidacióa
económica nacional, también su figura tenía
dimensiones sociales y tendría luego alcances
políticos en tanto es protagonista (desde Asencio en
adelaate y por todo el siglo XIX) de nuestra historia política y nuestra
formación nacional.

La guerra gaucha,
que comieaza en 1811, tiene en su desarrollo la
marca
inconfundible del carácter
gauchesco, por las armas usadas, por
las tácticas empleadas, por las medidas que se tomaban
(Otorgués en Montevideo es un ejemplo). Y son estos
gauchos los que reconocen a Artigas como caudillo y los que
forman parte del "ejército nuevo". Son gauchos
también los que, sonada la hora, lucharan junto a
Lavalleja bajo la bandera de "Libertad o
Muerte".
Gauchos serán los trinfadores de Rincón y
Sarandí, los protagonistas de la campaña de las
Misiones, con Rivera al frente.

Costumbres vistas por un Francés

Después de lograda la Independencia,
aparece en el año 1833 "Le National" de París, una
detallada descripción del gaucho que el profesor
Assunçao transcribe:

"Se da el nombre de Gaucho a los españoles que
habitan los campos en las provincias del Plata".

"Los Gauchos son españoles de origen; tienea los
caracteres físicos de esa nación,
solamente su modo de vivir y la influencia del clima, han
desarrollado su talla y ennegrecido su pigmentación; su
idioma es el castellano pero
más altanero que en ninguna provincia de España; su
pronunciación es dura, enérgica, rápida,
irregular; habla con fogosidad y gran facilidad; son
imaginativos; de espíritu vivaz y sentimientos
apasionados. Pero es todo obra de la naturaleza, pues
la educación
intelectual del Gaucho es nula; sólo los propietarios
más ricos mandan sus hijos a la escuela. Entre
ellos cuando un hombre sabe
montar a caballo, bolear, enlazar un buey, manejar lanza y el
cuchillo, está completo".

"Como todos los pueblos salvajes, la principal característica de su moral, es la
ausencia de curiosidad y la apatía; son imprevisores,
viviendo al día, a expensas de las inextinguibles tropas
de ganados; cuya carne es la base de toda su alimentación, como
entre los charrúas. A ocho leguas de los pueblos no se
eacuentra pan, y hay Gauchos que no sólo no lo han comido
sino que jamás lo han visto.

Esta calma habitual cede lugar a un ardor indomable, cuando
el fuego de sus pasiones se enciende, lo que no es raro. El
sentido de independencia
y el amor a la
patria, por ejemplo, se han manifestado más de una vez
entre estas gentes groseras de alma heroica".

"Cuando estalla la guerra, este
pueblo pastoril y pacífico se vuelve de golpe, un
ejército de terribles guerreros. Su gusto por el baile y
la música
muestra
igualmente que su sensibilidad es susceptible de gran
exaltación".

"La habitación de los Gauchos es una choza de barro,
entremezclado con juncos, construída con toda la
simplicidad de la arquitectura
primitiva. Se compone de ordinario de una sola pieza, que sirve
de salón y de dormitorio. Una mesa de madera,
bancos,
algún cofre, los aperos del caballo y utensilios de caza,
forman todo el moblaje de la sala común. En el dormitorio
no hay más que una cama,. miserablemente puesta, en la que
se acuesta toda la familia en
promiscuidad; cuerdas tendidas al través, de una pared a
otra, sirven para colgar la ropa sucia".

"A un lado del principal cuerpo de habitación del
Gaucho, hay otra choza, análoga a la primera y que sirve
de cocina, de alacena y hasta de corral. No tiene chimenea; el
hogar se encuentra en medio de la habitación, el humo sale
por donde puede".

"Las heces de los animales
domésticos, las exhalaciones de las carnes colgadas;
provocan una fetidez caracteríscica, minadas de insectos
zumban allí sin cesar".

"No lejos de estas dos cabañas se encuentra el
Rodeo, especie de cercado rodeado de postes puntiagudos, de doce
a quince pies de alto, dentro del que se reunen, en determinadas
épocas, los ganados, para reconocerlos; contarlos y
marcarlos. El conjunto de la propiedad
recibe el nombre de `Estancias' y el propietario de Estanciero.
Los sirvientes y empleados se llaman Peones. Estos casi de
continuo a caballo, galopan el día entero por la estancia,
impidiendo al ganado salir de la propiedad y
para traerlo, si es ocasión de ello, al Rodeo".

"El traje de los Gauchos no es noble. Está lejos de
tener la majestad del "guillapi" charrúa, que he descrito:
un pañuelo envolvieado su cabeza y reteniendo sus
cabellos; encima un sombrero negro de anchas alas, sostenido por
dos cintas atadas baja el mentón; un chaleco de colores vivos;
una especie de manto llamado "poncho", cortado en redondo, todo
de una pieza y cortado en el medio por una abertura por donde
pasa la cabeza; un pantalón puesto sobre otro, cuyas
piernas sobresalen y están adornadas con puntillas; una
pieza rectangular de paño rojo o azul, Ilamado
"chiripá", cubriendo los riñones y caderas y
cayendo hasta las rodillas, como una túnica; un
cinturón por donde pasan un gran cuchillo en forma de daga
y una pequeña bolsa de cuero conteniendo tabaco, papel de fumar
y un yesquero; botas hechas con el cuero de las patas del
caballo, de manera de dejar al descubierto los dedos de los pies;
grandes espuelas con inmensas rodajas; tal es el conjunto de las
prendas de vestir acostumbrado por el Gaucho…".

"El lazo es más útil al cazador o al viajero
que al soldado, sin embargo los Gauchos han hecho de él un
uso admirable durante la guerra. Cuando los brasileños
ocupaban Montevideo situaban centinelas en las azoteas, que
poseen en lo alto todas las casas del país. Estas azoteas
son muy bajas. Por las noches los Gauchos que llegaban de
improviso y al galope desde las avanzadas españolas,
tiraban sus lazos sobre los soldados de guardia en las azoteas y
volviéndose sobre sus pasos con toda la rapidez de su
caballo, arrastraban con ellos, hasta el campo, el cadáver
de su prisionero".

"En la misma época los Gauchos, haciendo entrar sus
caballos en el río hasta el cuello, iban a lazar los
soldados brasileños a sus botes, cuando éstos
tentaban desembarcar y los llevaban a tierra,
ahogados o estrangulados".

"Los Gauchos, soldados por la fuerza de las
circunstancias no se han sujetado a táctica militar
alguna. Pelean a lo salvaje como sus vecinos los charrúas.
Hacen la guerra de guerrillas. En caso de una invasióa
extranjera; empiezan por formarse en abanico, llevando por
delante de ellos toda el ganado hacia el interior de la
campaña, de modo que los pueblos queden, de golpe privados
de todo recurso para la guerra, desde que la guerra no se hace
sino a caballo".

"Los Gauchos, además de las boleadoras y el lazo,
manejan bien la lanza y el sable; después de haber puesto
al cubierto los ganados y hambreado al enemigo, vuelven a
importunar y fustigar con sucesivos ataques su retaguardia
evitando siempre los envites frontales. Están siempre
mejor montados que sus adversarios pues pueden cambiar a menudo
sus caballos. Consumen de éstos durante la guerra una
cantidad verdaderamente extraordinaria. Cada hombre tiene
siempre cuatro de reserva. Un cuerpo de mil jinetes necesita pues
cuatro mil caballos. Estas circunstancias de carácter
local harán siempre muy difícil una invasión
a este país y fatalmente mortal a los conquistadores. Los
brasileños han encallado contra estos estorbos, a pesar de
su superioridad numérica. Los ingleses fueron rechazados
con una energía heroica, y durante las últimas
guerras
civiles, una soberbia armada española fue destruída
en menos de un año".

"El Gaucho es bravo por temperamento, pero su bravura
animal, está ennoblecida por el orgullo original de la
raza española. Son capaces, en consecuencia, de los
más hermosos actos de devoción y sacrificio
personal por
la causa que han abrazado. Han demostrado desde la
fundación de la Argentina, que no
se les podrá imponer fácilmente una tiranía,
de la clase que sea, extranjera o interna".

"Su energía, de todos modos, no está
desprovista de la ferocidad del salvaje. Acostumbrados a la vista
de la sangre, pues son
también un pueblo de matarifes y carniceros, hacen poco
caso de la vida de un hombre y no lo estiman en más que la
de un buey o un caballo".

"En sus riñas de las que el juego es la
causa más habitual, están siempre prontos a
degollarse. A la menor provocación se desenvainan los
cuchillos y corre la sangre. Como los
trastiberianos de Roma se sirven de
su poncho como de un escudo; el brazo izquierdo los protege
mientras atacan con el derecho armado del cuchillo".

"Enlazar un buey y matarlo es cosa de un abrir y cerrar de
ojos para el Gaucho. Enlazado el buey por los cuernos, el Gaucho
armado de su cuchillo, pasa detrás suyo y con dos golpes
le corta ambos tendones de Aquiles, cuya sección produce
un crujido semejante a un desgarramiento muscular; el buey queda
entonces sentado, la pata ha sido llevada hacia adelante por los
músculos flexores que han quedado sin antagonistas;
realizada esta primera operación, el Gaucho salta
súbitamente sobre el lomo del animal y corta el gran
ligamento cervical que mantiene la cabeza en su
posicìón natural".

"A veces, sacrifican así una gran cantidad,
después los sangran y le quitan la piel
(cuerean), que ponen a secar (estaquean); la carne cortada en
grandes trozos es metida en barricas donde se le sala; los
huesos
apilados en forma de muro, son empleados para hacer cal o
carbón animal, y las patas para hacer gelatina. Estas
grandes carnicerías se hacen en una especie de matadero
Ilamado el Saladero. Se matan allí de 150 a 200 cabezas de
ganado en una mañana. Los peones empleados en estas
operaciones,
aunque rodeados por las exhalaciones de las materias animales,
generalmente putrefactas, gozan de muy buena salud".

"Las principales diversiones de los Gauchos,
independientemente de los juegos de azar
por los que sienten una pasión furiosa, son las carreras
de caballos y otros ejercicios ecuestres. Han conservado entre
otras costumbres de su antigua patria, los usos de los torneos.
En ciertas festividades libran combates simulados con lanzas sin
hierro,
vestidos con el traje de los antiguos caballeros
españoles. Estos torneos se hacen siempre con el mayor
brillo

posible y al son de la música de
algún regimiento. No son menos desenfrenados bailarines
que resueltos jinetes. Sus bailes son muy graciosos; bailan
generalmente, y durante horas, al son de la guitarra, en una
medida de tres tiempos. El minué es uno de los bailes
más extendidos, otros le han sido trasmitidos por los
portugueses del Brasil
(chamarritas). Su música se reduce a algunos aires de
origen español,
todos de un carácter melancólico y monótono.
Tienen, no obstante, un aire nacional,
muy en boga, lleno de fuerza de
expresión, de energía y de las mayores bellezas
musicales (¿cielito? ). Un buen juez me decía que
puede compararse a la Marsellesa. Entre ellos la música y
el baile siempre están unidos, no se fatigan nunca de
escuchar música y el sonar de un instrumento les toca
hondamente".

9. ¿Desaparece el
gaucho?

Esta es pues la imagen que el
gaucho ofrece hacia la primera década del Uruguay
independiente.

Pero el país se va transformando tanto en la capital como
en sus zonas rurales. Por doquier surgen villas, pueblos y
ciudades. La explotación económica ganadera se
enfoca cada vez con perfiles más modernos. El orden
urbano, la ley, se extienden por la campaña. Llegan
fuertes contingentes de emigrantes europeos: franceses,
españoles e italianos que inundan el interior del
país con sus usos y costumbres novedosas. Sus idiomas,
dialectos y modismos se incorporan, igual que ellos, a la
idiosincracia, al modo de ser de nuestro hombre rural. La
imagen de la
estancia cambia, se busca el mejoramiento de las razas bovinas y
toma auge el ovino. Se extienden la cultura, los
medios de
comunicación y transportes (telégrafos,
correos, primeras líneas férreas). Una incipiente,
débil, pero real industrialización se incorpora al
quehacer nacional.

Entretanto, ¿qué es de la existencia del
gaucho?. ¿Ha desaparecido en medio de tantos cambios?
Categóricamente debemos decir que no.

Lo que se ha producido es una variante paralela en sus
características más sobresalientes; a veces, ni
siquiera eso. Por ejemplo, su espíritu heroico y guerrero
encuentra una vía de expresión
exteriorizándose en su participación en las
contínuas guerras
civiles de nuestro siglo XIX. Los gauchos fnrmaban, por
así decirlo, la base social sobre la cual se apoyaban los
caudillos para constituir su ejército en las luchas para
imponer sus ideas o sus conceptos políticos.

La visión que nos ofrece Eduardo Acevedo Díaz de
las estancias, nos da la pauta de esas transformaciones.

En su navela "Ismael" dice:

"La estancia de Fuentes como
todas las de aquella época apartada, componíase de
tres o cuatro construcciones de barro seco, que servía de
revoque a la varilla o al ramaje de las paredes, techo de paja
brava, y grandes troncos sujetos en horquetas; edificios que
aparecían separados unos de otros algunos metros, con
pocos árboles, una enramada espaciosa al norte,
una huerta muy pequeña a espaldas del rancho principal, y
una tahona que no funcionaba hacía tiempo, distante
de aquel a medio tiro de pistola".

"Las "casas" o poblaciones de fábrica sólida;
cal, ladrillo o piedra, eran muy raras aun tratándose de
propietarios acaudalados. El rancho algo más cómodo
y mejor repartido que la choza primitiva, constituía el
tipo arquitectónico agreste, con sus puertas bajas y sus
ventanillas estrechas, piso de tierra dura y
patio sin desmontes ni acequias".

"El depósito de agua potable
era un barril asentado de vientre sobre un armazón de
troncos con dos ruedas toscas que servían para arrastrarlo
hasta el arroyo con un jamelgo manso, rodilludo y maltrecho".

"Una especie de cabaña que había en el fondo,
para guardar cueros y cerdas, y la tahona a que hemos hecho
referencia, tenía por puertas, pieles de toro sujetas
fuertemente en maderas rústicas, que a manera de marcos
encajaban en las poternas. El corral, chiquero o redil -que de
todo eso tenía algo- próximo a los ranchos,
componíase de palos nudosos y retorcidos a pique, de tala
y espinillo, unidos por guascas peludas de cuero vacuno".

"E1 campo era muy extenso y feraz, y en él
pacían varias majadas de ovejas, numerosas manadas de
yeguas y más de cuatro mil vacas".

En "Nativa", el mismo autor revela las transformaciones
operadas en las estancias y en un pasaje dice:

"Notábase aseo en el conjunto. El piso de tierra duro
limpio de hierbas, tanto en el patio como en las veredas
cubiertas en parte por los aleros, se extendía plano por
entornos hasta la entrada de una pequeña huerta llena de
legumbres, tronchudas hortalizas; albahacas, matas de
sandías y gramíneas en grupos hinchadas
de espigas".

"La morada no deja de ser alegre, pues estaba blanqueada en su
exterior: las puertas y ventanillas tenían su mano de
pintura verde;
las plantas
crecían airosas por el cuidado asiduo; y todo en sus
detalles revelaba la sencillez de las costumbres del tiempo…".

El Gaucho

Visto por Francisco Bauzá en 1885

Entre cien individuos agrupados en el campo, se
conocerá inmediatamente a un verdadero gaucho por
más pobre que él sea: su caballo ensillado con
esmero, tuzado y acepillado; su persona limpia,
sus prendas de vestir colocadas con gracia sobre el cuerpo; sus
cabellos y barbas largos, pero peinados y cuidados, y en fin,
aquel aire atrevido y
simpático a la vez, que parece decir a todos "yo soy el
dueño de la tierra,
ustedes no son más que gringos", es lo que da
conocer.

Otro de los errores en que muchos viven es el suponer
que el gaucho es una especie de bufón que divierte a las
gentes a su costo, y estrecha
amistad con el
primero que se le acerca. También es inexacto esto, porque
el gaucho solo es amigo de sus amigos, es decir, de sus iguales,
y a los demás o los respeta o los desprecia: los respeta
si son inteligentes o bravos; los desprecia si son simples,
cobardes o hablantines. Por lo general, el gaucho es reservado y
comedido con las gentes que no conoce; el temor de decir
algún disparate que le deje en ridículo, lo
contiene siempre de hablar con extraños. Como él
mismo lo dice, no da a conocer su juego a dos
tirones, lo que equivale a expresar que solo acostumbra a brir
juicios sobre lo que sabe y ante personas que trata de continuo.
Su conversación, por lo común, versa sobre
aventuras de guerra, lances amorosos y carreras de caballos. La
guitarra y el canto le divierten sobremanera, y es capaz de
escuchar sin fastidio durante toda una noche a un guitarrista.
Tiiene como los charrúas la voz floja y afecta como ellos
un aire circunspecto cuando desea entender con propiedad lo que
le dicen y le interesa. No le gusta apresurarse cuando
está en marcha, y se da el lujo de soportarel rayo del sol
al tranco de su caballo.

Para alabar como para vitupear a las personas y las
cosas, tiene recursos de
lenguaje,
giros poéticos, expresiones originales, que hieren
los sentidos
penetrando de un modo especial en su inteligencia.
Sin cuidarse de completar sus frases, las enuncia por medio de
comparaciones y de referencias que a pesar de su sencillez
vulgar, tienen comúnmente un alcance profundo. Así
para expresar que un hombre es valiente, dice de él: es
como las armas, que un hombre es vivo, es como la luz; para hablar
de una mujer linda, es
como las estrellas, para indicar un caballo rápido: es
como águila; para elogiar a un indiviuo firme que no cede
a los embates de la mala fortuna, es como cuadro. Cuando habla de
su caballo le llama macarrón, a su mujer la china; a sus
amigos, aparceros; a los muchachos del campo, charabones
(avestruces). Si le entusiasma alguna aventura heroica que le
cuentan, demuestra su admiración por el héroe con
esta exclamación:¡Ah criollo!. Si el narra
algún lance en que un jinete bien montado evitó un
sablazo o una lanzada, ladeando el caballo, dice que
soslayó el pingo. No dice: "tome usted", sino velay; al
mate le llama el verde; a la botella limeta, a los tragos de
caña o de ginebra gorgoritos, a un buen caballo de paseo,
flete, al telégrafo eléctrico, el chismoso; al
ferrocarril en señal de admiración: el
bárbaro. Pero donde agota todo el repertorio de sus
dichos, es en la enumeración de las calidades de un
caballo que estima, y así dice: es aseadito para andear,
es liberal, es el peón de la casa, es mi crédito, es un trompo en la rienda, es
manso de abajo, es seguidor en el camino, es liberal por donde lo
busquen, es caballito mantenido, orejea como guanaco en cuanto
divisa, es de buena vuelta, para el lazo es como cimbra, es
escarceador y aseado, a donde quiera endereza, etc..

En la conversación familiar y cuando desea
mostrarse cariñoso, sea con los que están presentes
o con amigo cuyo recuerdo le asalta, emplea términos de su
invención o diminutivos que dan una flexibilidad singular
a las palabras. Así, a un hombre entendido en el baile o
la guitarra, o muy sobresaliente en el juego, el canto o las
carreras de caballos, le llama taura. A un amigo de valor personal
reputado, si es viejo, le llama viejito quiebra y si
es joven indio crudo. A un parrandero que poco para en su casa,
le denomina hombre gaucho. Si juega de manos con algún
aparcero y llega a tocarle el cuerpo, en al acto exclama:
¡oígale el duro, y se duebla!. Si le choca el modo
de proceder de alguno, o las palabras que dice o las armas que
trae:¡mire con que cartas se viene a
baraja!. Si pide algo a mujeres: hágame el favor de darme
eso, por su vida. Si pregunta su nombre a alguno, y éste
responde soy fulano para servir a usted, él le replica:
para servir a Dios. Si entra a una pulpería y le convida
un extraño: gracias amigo, a pagar lo que
guste.

Cuando da las señas de un paraje cercano, no dice
más allá sino más allacito; cuando se
despide de los que estima no dice adiós, sino adiosito;
cuando quiere afirmar que no conoce absolutamente nada de un
asunto, dice: no sé cosísima ninguna!.

Museo del Gaucho – Uruguay Pais
de Encuentro

10. Museo Del
Gaucho

El Directorio del instituto tomó en 1978 la
resolución de crear una nueva dependencia vinculada a la
cultura como
el existente Museo Bancario, cuyos orígenes se remontan a
la feliz inicitativa en 1923 del ilustre compatriota Dr.
Alejandro Gallinal. Se constituyó; esta nueva
Sección bajo el título de "Museo del Gaucho-Motivos
Populares Uruguayos" cumpliéndose las metas de aquella
idea original: ocuparse de la Historia Nacional y de las
Bellas Artes. Aspiramos que este Museo del Gaucho -protagonista
de nuestra gesta patria- y de las Artes Populares más
caracterizantes del quehacer de nuestros mayores, sirva para que
sus visitantes orientales y extranjeros conoczcan mejor estos
aspectos lo más emotivamente íntimos del ser
cultural de nuestro pueblo rural, para así mejor
comprendernos y que contribuya, con la mayor eficacia, a la
formación de nuestra juventud Se ha
destinado el Magnífico Palacete de tres plantas de la
Avenida 18 de Julio 1000, adquirido tiempo antes a la
sucesión Peirano. El edificio según el gusto
predominante en el montevideo de fines de siglo pasado puede ser
definido como eclecticista en su estilo, aunque ciertamente por
el origen del Arquitecto Proyectista predomina lo francés,
en especial el renacimiento o
neo clásico francés tardio ( post Napoleón III), con marcadas influencias
Italianas ( con estupendas yeserías, carpintería y
pinturas de los Techos), así como en las mansardas que
coronan la construcción con bellos techos de
pizarra.
La casa fue mandada a construir hacia 1896 por su primer
propietario Heber Jackson casado con Doña Margarita
Uriarte qién luego de quedar viuda casó en segundas
nupcias con el Dr. Luis Alberto de Herrera .
De acuerdo a lo dispuesto por el Directorio, la obra de
restauración y reacondicionamiento total de la casa ha
sido realizada con la dirección del Arqto. Julio Espasandin y la
colaboración de los Ayudantes de Arqto. Alicia Bidegain y
Pablo Moreno, llevándose a cabo una minuciosa y fiel
restauración de todas las fachadas así como del
vestíbulo principal hall central y recepción de la
residencia, a cuyos fines se contrataron servicios de
artesanos de la más alta especialización,
concretándose un trabajo realmente
modélico.

En lo que se refiere al local destinado a la Agencia
Centro y Servicios
auxiliares, así como los espacios de la residencia
destinados a Museo del Gaucho, el Arquitecto proyectó y se
realizó un igualmente adecuado y cuidadoso reciclaje que,
lejos de afectar, valoriza la arquitectura
original, respetando el plan original del
edificio.

Nuestra platería criolla rural reúne las
carlidades de una artesanía única en el mundo de la
equitación y ello nos obliga a pensar que somos poseedores
de un patrimonio
artístico formidable en valores de
materiales y
de espiritual exaltación de lo nacional. Patrimonio que
si es casi imposible acrecentar, porque sus artesanías,
tanto en funcionabilidad como en creadores, han
prácticamente perimido en forma irremediable, es en
cambio, un
deber inapelable el no dilipidar y cuidar celosamente. La
colección gauchesca en general y de platería en
particular, que constituye la base del museo, es, sin ninguna
duda, una de las mas importantes de la región y
única en el país, donde no existe, a no dudarlo,
otro conjunto igual en repositorios públicos o privados,
así por la coherencia técnico-científica de
su formación, en cuanto a tipos de piezas y calidad
artesanal, de los mejores realizados en el medio, tanto por la
importancia histórica de sus originales propietarios, como
el destacable hecho de la exhibición de que han sido
objetos muchas de ellas, en eventos
especializados de la región y a nivel universal. A la
colección original resultado de casi un cuarto de siglo de
búsquedas, investigación, estudio, adquisición
y recolección, clasificación y cuidados, integrada,
bueno es destacarlo, con piezas que formaron parte de colecciones
privadas de personalidades en el tema, del país y
extranjero. Finalmente cabe señalar la colección de
bronces que ilustran sobre el ser y el quehacer del
gaucho.

11. Cuchillos Y
Facones

El cuchillo en nuestro hombre de campo es herencia cultural
europea llegada con los primeros conquistadores del Plata. Tiene
características flamencas, se podía portar en la
bota, en la cintura, sobre los riñones, con el mango
asomando hacia el flanco derecho. Instrumento que represento al
gaucho como objeto, prenda, instrumento, o arma. Fue usado como
cuchillo y tenedor para comer, mondadientes, instrumento para
matar vacunos, etc.

12. Espuelas, Arreadores Y
Rebenques

Espuela : Es, por lo menos desde la edad media
atributo fundamental del jinete o caballero, mucho más que
simple instrumento para accionar o comandar el caballo.Nuestro
gaucho sin conocer las tradiciones pero con su altivez y machismo
armó sus talones con aquellos poderosos espolones de
hierro o de
plata que recibieron distintos nombres según los distintos
detalles de su forma. Estas enormes espuelas son heredadas de la
caballería alto-alemana que participó de la
conquista de estas regiones en tiempos de D. Carlos V. Las
espuelas estan formadas de las siguientes partes: el cuerpo o
arco que forma las piernas, el pihuelo, sujeto al centro del arco
por medio de un redondel metálico llamado rodete, de cuyo
borde superior se sujeta las cadenillas y alzaprimas para
sostener las espuela unida al pie y tobillo. en el extremo libre
del pihuelo la rodaja o estrella, rueda dentada que sirve para
acicatear al caballo.

Rebenque: Fue prenda útil de trabajo y hasta arma
. Existen varios tipos de rebenques que son variantes una de
otras : Cola de Tatú, Guachas, Lagartos, De Argolla,
Taleros. El rebenque consta en general de tres partes: el mango,
Que puede tener cabeza, pomo o argolla en su extremo superior; la
manija, por medio de la cual se cuelga de la muñeca, y en
el extremo distal, la azotera o lonja. Normalmente el cuerpo va
revestido de cuero o esterillados de tientos, a veces con virolas
y hasta malla de plata en los de lujo.

Arreador: Es el principal de los látigos usado po
nuestro hombre de campo. Constade dos partes principales: el
mango y la trenza. El mango puede ser de plata, madera fina,
caña etc.

13.
Bibliografia

Revista Juvenil Charoná
Revista Juvenil El Escolar – Diario "El
País"
El Gaucho – Daniel
Vidart
Temas de Educación: El
Gaucho.- Colección Pedagógica

Trabajo enviado y realizado por:
Paula Acosta
Gustavo Quevedo
Mercedes, Soriano, Uruguay

Partes: 1, 2
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