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Fundamentos de la educación bíblica cristiana




Enviado por juan316




    1.
    Introducción

    2. Los fines de la enseñanza
    cristiana

    3. Qué es enseñar desde el
    punto de vista cristiano.

    4. El proceso de enseñanza
    – aprendizaje

    5. Factores Que Afectan El Proceso De
    Enseñanza – Aprendizaje

    6. El Cambio De
    Actitudes

    7. Conclusiones
    8. Bibliografía básica
    del maestro o maestra cristianos

    1.
    Introducción

    La enseñanza bíblica cristiana se
    encuadra dentro de la estrategia
    general de Dios para salvar al hombre. Dios
    ha constituido a maestros (Efesios 4:11) y a otros líderes
    de la iglesia de
    Cristo para que estén "aconsejando y enseñando con
    toda sabiduría a todos los seres humanos, para
    presentarlos a todos perfectos en él." (Col. 1:28). La
    misión
    de la enseñanza bíblica cristiana es esa y tiene un
    fin: que los seres humanos se presenten en santidad ante el
    Señor.

    Sin embargo, mucho de lo que se hace con el nombre de
    "enseñanza cristiana" no es más que
    palabrería sin sentido que no va más lejos que el
    tiempo que se
    gasta en "charlar" sobre temas religiosos que no producen
    santidad en nadie. Y lo que es peor, se enseña como
    "educación
    bíblica" simples ideas humanas que están de
    moda,
    añadiéndoles un ropaje cristiano. No es de
    extrañar que ni los maestros y maestras saben nada de lo
    que la Biblia enseña.

    Es un urgente que las iglesias de Cristo reconozcan la
    grave falla que están afrontando al no tener en claro
    qué es lo que se pretende con nuestra enseñanza,
    para qué y cómo es que vamos a enseñar la
    Biblia.

    Si nuestras iglesias no crecen, ni los miembros muestran
    el testimonio de honestidad y
    conocimiento
    bíblico en sus vidas, entonces no estamos enseñando
    lo que dice la Biblia. Si "no pasa nada" como resultado de
    nuestra enseñanza, entonces estamos inmersos en un rotundo
    fracaso. Si todo lo que hacemos es "charlar" y "platicar" en
    nuestras "clases bíblicas" estamos perdiendo el tiempo
    miserablemente.

    Si nuestros niños y
    adolescentes
    no entregan sus vidas a Cristo y si nuestros adultos son unos
    hipócritas llenos de inmoralidad e ignorancia de las
    Escrituras, entonces nuestro sistema de
    enseñanza ha fracasado estruendosamente.

    Si los que no conocen a Cristo y asisten a nuestras
    clases no muestran ningún interés en
    arrepentirse de sus pecados y bautizarse (Hechos 2:38) ni tampoco
    muestran el más mínimo interés en
    profundizar en los temas bíblicos que enseñamos,
    entonces no estamos haciendo nada con eso que llamamos "estudios
    bíblicos".

    Es necesario que todos los líderes y los maestros
    y maestras tengan plena claridad de lo que realmente es la
    Enseñanza Bíblica Cristiana, se capaciten y
    empiecen a buscar resultados espirituales en su
    enseñanza.

    Objetivo general:

    Enseñar los fundamentos de la Educación
    Bíblica Cristiana para poner en marcha una programa de
    educación eficaz en las iglesias de Cristo.

    Objetivos específicos:

    1. Tener claridad sobre la esencia de la
      enseñanza bíblica cristiana.
    2. Identificar los fines de la enseñanza
      bíblica cristiana.
    3. Reconocer los factores que influyen en el proceso de
      enseñanza – aprendizaje.
    4. Poner en marcha un programa de
      educación bíblica cristiana eficaz en las
      iglesias de Cristo.

    2. Los fines de la
    enseñanza cristiana

    La conversión del adulto no creyente.

    Jesucristo vino para que los seres humanos "tengan vida,
    y la tengan en abundancia." (Juan 10:10). Se refiere a la vida
    eterna en Cristo Jesús. Todo nuestro acercamiento al
    adulto no creyente tiene por finalidad lograr que éste sea
    salvo. En palabras del mismo Cristo: "El que crea y sea bautizado
    será salvo" (Marcos 16:16).

    La entrega a Jesucristo es un cambio radical
    de la persona, tanto
    que en muchos textos bíblicos se lo denomina "nacer de
    nuevo". Si nuestra enseñanza no está planeada para
    que la gente crea y se bautice, entonces no estamos haciendo
    nada.

    La edificación del creyente.

    El cambio radical
    del creyente que se produce en el momento de la conversión
    toca principalmente con aquello que lo separa de Dios. La labor
    del predicador o maestro cristiano es ayudarle a la persona a ubicar
    qué es lo que le está separando de Dios, qué
    es lo que le impide tener una relación de santidad con
    Dios. Una vez ubicado esto, la persona se arrepiente y se bautiza
    para el perdón de los pecados. Por ejemplo, si lo que
    separaba a la persona de Dios era el robo, la entrega a
    Jesucristo hace que la persona "no robe más, sino que
    trabaje" (Efesios 4:28). Pero de ahí en adelante el
    mensaje del evangelio tiene que inundar todas las áreas de
    la vida de la persona, no sólo aquellas que evidentemente
    le impedían recibir a Cristo. Los creyentes necesitan ser
    edificados espiritualmente para que "arraigados y cimentados en
    amor, puedan
    comprender, junto con todos los santos, cuán ancho y
    largo, alto y profundo es el amor de
    Cristo; en fin, que conozcan ese amor que
    sobrepasa nuestro conocimiento,
    para que sean llenos de la plenitud de Dios." (Ef. 3:18,19). Si
    fracasamos en edificar a los hermanos y hermanas de las iglesias,
    la persona puede volver a antiguos pecados y llegar a quedar en
    peor condición que antes de entregar su vida a Cristo. Los
    líderes y maestros y maestras de las iglesias de Cristo
    deben entender esto muy profundamente. Si los creyentes no son
    mejores cristianos que cuando se convirtieron, si "no hay
    progreso", entonces lo que sucede es que no existe una verdadera
    enseñanza bíblica cristiana en la iglesia.

    La preparación del niño para la
    conversión.

    Eso de que "niños son el futuro de la iglesia"
    aparte de ser una frase muy trillada, es completamente cierto.
    Dios quiere que los niños sean criados "según la
    disciplina e
    instrucción del Señor" (Ef. 6:4b). Uno de los
    requisitos para ser anciano líder
    (pastor) de la iglesia es que "sus hijos deben ser creyentes"
    (Tito 1:6). Todas las clases y actividades que la iglesia
    desarrolle con los niños deben ir directa o indirectamente
    relacionadas con ese fin: prepararlos para la
    conversión.

    Si los niños y adolescentes,
    no entregan sus vidas a Jesucristo a su debido tiempo, se deben
    estar enseñando muchas cosas en las clases que la iglesia
    les imparte. Pero hay algo que no se les está
    enseñando: la palabra de Dios.

    3. Qué es
    enseñar desde el punto de vista
    cristiano.

    Ser cristiano es un encuentro personal con
    Dios, una relación, una experiencia. Consecuentemente,
    enseñar desde el punto de vista cristiano consiste en
    lograr que la persona tenga una relación personal con Dios
    y la mantenga toda su vida.

    Para poder tener un
    encuentro personal con Dios la persona debe tener fe. La fe le
    llega a la persona "como resultado de oír el mensaje, y el
    mensaje que se oye es la palabra de Cristo" (Romanos 10:16). A
    nosotros nos corresponde enseñar el mensaje de Cristo no
    sólo para que la persona se haga cristiana, como acabamos
    de ver, sino también para que se mantenga cristiana. A los
    que ya son cristianos se les pide que vivan "manteniendo en alto
    la palabra de vida" (Fil. 2:16). En esto, el papel de la
    enseñanza cristiana es claro: "Que habite en ustedes la
    palabra de Cristo con toda su riqueza: instrúyanse y
    aconséjense unos a otros con toda sabiduría." (Col.
    3:16).

    Un problema de muchas iglesias es que muchos de nosotros
    creemos que enseñar es verbalizar, es decir que la persona
    diga en sus propias palabras lo que la Biblia enseña.
    Luchamos por todos los medios para
    alcanzar ese logro. Pero en realidad que la persona sepa en su
    mente una enseñanza bíblica y pueda decirla
    claramente en sus propias palabras no es suficiente. El cristianismo
    no es tan sólo una manera de pensar, sino una manera de
    vivir. Mucha gente conoce y expresa verbalmente muy bien los
    principios
    bíblicos, pero no los vive. Jesucristo identificó
    claramente ese problema en los fariseos que él tanto
    reprobó (ver Mateo 23:1-4ss). Lograr que una persona
    conozca la palabra de Cristo y la exprese con claridad en sus
    propias palabras es algo muy grande, pero no es
    suficiente.

    Otro problema es que muchos de nosotros creemos que
    aunque no es suficiente conseguir que una persona conozca la
    palabra de Dios y la exprese en sus propias palabras, pensamos
    que la solución es que además de eso, la persona
    muestre entusiasmo por lo que ha aprendido. Pero eso tampoco es
    suficiente: el cristianismo
    no es tan solo un estado de
    ánimo pasajero, es una manera de vivir. Hay gente que la
    "pasa muy bien" en su relación con la palabra de Dios,
    muestra
    entusiasmo con la enseñanza, pero no practica la
    enseñanza. Conocer y decir con sus propias palabras los
    principios
    bíblicos no es suficiente. Tampoco es suficiente que la
    persona "se entusiasme" con la palabra de Dios.

    Sí, es superimportante que la persona conozca la
    palabra de Dios, la exprese en sus propias palabras y se
    entusiasme con ella. Pero no puede quedarse ahí. Hemos
    realmente enseñado cuando la persona cambia su vida y vive
    una experiencia permanente con Dios, una relación personal
    con Dios.

    Entonces, desde el punto de vista cristiano hemos
    realmente enseñado cuando al enseñar la palabra de
    Dios la persona logra todo esto completamente:

    Conoce la palabra de Dios è Expresa en sus
    propias palabras la palabra de Dios è

    Se entusiasma con la palabra de Dios è 4 Logra una experiencia
    personal con Dios.

    Lo anterior se puede dar casi simultáneamente, si
    Dios quiere. Eso pasa en muchos casos en que la gente llega a
    rendir sus vidas a Cristo. Pero, como podemos ver en el cuadro
    anterior, parece darse generalmente un proceso de
    enseñanza – aprendizaje. Eso
    es lo que vamos a estudiar en el siguiente
    capítulo.

    4. El proceso de
    enseñanza – aprendizaje

    Dios hizo al ser humano. Nosotros debemos aprender
    cómo es que funciona el cuerpo del ser humano para
    poder ayudarle
    cuando está enfermo. Eso es tarea de la medicina.

    Si queremos aprender cómo es que el ser humano
    aprende eso es tarea de la pedagogía.

    La pedagogía nos dice que el aprendizaje es
    un proceso. Por eso hablamos del proceso de enseñanza
    – aprendizaje.

    Conocer la palabra de dios.

    Es importante tener claro que todo empieza con este
    paso. La gente tiene que entrar en contacto con la palabra de
    Dios. Romanos 10:14 dice: "Ahora bien, ¿cómo
    oirán a aquel en quien no han creído? ¿Y
    cómo creerán en aquel de quien no han oído?
    ¿Y cómo oirán si no hay quien les predique?
    ¿Y quién predicará sin ser enviado?
    Así está escrito «¡Qué hermoso
    es recibir al mensajero que trae buenas nuevas!»". Debe
    haber alguien que enseñe la palabra de Dios y otro que
    reciba la enseñanza.

    Comprender la palabra de dios.

    Comprender la palabra de Dios quiere decir que sabemos
    lo que ella significa para nuestra vida diaria. Cuando impartimos
    una enseñanza bíblica, el alumno debe comprender
    qué significa esa enseñanza para su propia vida
    individual. Una manera en que podemos ver que el alumno comprende
    la palabra de Dios es cuando él puede explicarnos con sus
    propias palabras la enseñanza bíblica que se le ha
    dado. El alumno puede expresar esa comprensión por medio
    de decir qué entendió, o por medio de construir un
    instrumento en el que muestre su comprensión. Ese
    instrumento dependerá de las capacidades del alumno: puede
    expresar oralmente lo que entendió de la enseñanza,
    o hacer dibujo, o un
    cuadro sinóptico, o un ensayo, o
    participar en un debate, o
    crear un trabajo manual, o crear y
    participar en un drama o representación teatral, o un
    socio-drama, etc.

    Convencerse de que la palabra de dios es lo
    mejor.

    El alumno debe tener una convicción muy fuerte de
    que la palabra de Dios es lo mejor para su vida y para el mundo.
    Su convicción en la verdad de la palabra de Dios debe
    llegar hasta el extremo de estar dispuesto a guiar su vida por la
    palabra de Dios. Su fe en los principios bíblicos deben
    hacer que la palabra de Dios sea su norma de creencia y de
    conducta. Un
    discípulo de Cristo está plenamente convencido de
    que su vida debe vivirse haciendo la voluntad de Dios tal como se
    muestra en la
    Biblia. El convencimiento incluye el hecho de que los principios
    bíblicos deben obedecerse en todos los campos de nuestra
    vida y con una actitud de
    alabanza y entusiasmo. Cuando se tropiece con alguna dificultad,
    el verdadero discípulo no desmaya, sino con toda
    convicción dice como Pablo: "Sé en quien he
    creído y estoy seguro" (1 de
    Timoteo 1:12b).

    Experimentar La Palabra De Dios

    He aquí el último paso del proceso
    enseñanza – aprendizaje sin el cual no podemos decir
    que realmente se ha enseñado. Cuando el alumno comienza a
    vivir de acuerdo con lo que se le ha enseñado de la
    palabra de Dios, entonces podemos decir que ha aprendido la
    palabra de Dios. Eso debe hacerse con todo principio
    bíblico que se le presente: vivir de acuerdo a ese
    principio. Eso y no la verbalización es lo que hará
    cambiar al mundo. El que verdaderamente ha aprendido la palabra
    de Dios, cambia su forma de vida pues ella "es viva y poderosa y
    más cortante que toda espada de dos filos. Penetra hasta
    lo más profundo del alma y del espíritu, hasta la
    médula de los huesos". (Heb.
    4:12). Nadie puede ser el mismo después de una experiencia
    así. Lo demás, es palabrería.

    Vemos pues que el proceso de enseñanza –
    aprendizaje de la palabra de Dios puede ser el
    siguiente:

    5. Factores Que Afectan El
    Proceso De Enseñanza –
    Aprendizaje

    Dentro del proceso de enseñanza –
    aprendizaje de la palabra de Dios hay factores que afectan para
    bien o para mal ese proceso. La mayoría de educadores
    están de acuerdo en ubicar esos factores en el maestro, en
    el alumno y en el contexto del aprendizaje.

    El Maestro

    La personalidad
    del maestro.

    Es un factor clave que el maestro tenga una personalidad
    cristiana. Empezando porque debe ser un creyente. Puesto que la
    enseñanza cristiana consiste en un encuentro personal con
    Dios, quien no lo haya experimentado no puede enseñar lo
    que a él mismo no le ha ocurrido. Nadie puede
    enseñar lo que no conoce.

    El señor Jesucristo es el modelo del
    maestro, a Él se le llama "el Divino Maestro". Su
    personalidad atrajo multitudes. El carácter
    de Jesús era "humilde de corazón"
    (Mateo 11:29), y al mismo tiempo la gente se admiraba "porque les
    enseñaba como quien tenía autoridad, y
    no como los maestros de la ley" (Mateo
    7:29). La gente venía a escuchar su enseñanza y le
    traían sus hijos para que orara por ellos (Mateo
    19:13).

    La actitud del
    maestro hacia la Biblia.

    Jesucristo tenía en alta estima a la Biblia. En
    sus discusiones con los líderes judíos les
    decía: "Ustedes andan equivocados porque desconocen las
    Escrituras y el poder de Dios" (Mateo 22:29). Y también
    anda muy equivocado aquel maestro que desconozca hoy en
    día la enseñanza de la Biblia y tenga una actitud
    de menosprecio hacia ella o que base sus enseñanzas en
    algo diferente a la palabra de Dios. El problema de los enemigos
    de Jesús era que en realidad no le enseñaban a la
    gente la palabra de Dios sino sus propias ideas y por eso
    Jesús les dijo: "En vano me adoran; sus enseñanzas
    no son más que reglas humanas" (Mateo 15:9).

    La actitud del maestro hacia el alumno.

    Jesucristo amaba a la gente y eso le motivaba a
    enseñar. La Biblia nos dice que "al ver a las multitudes
    tuvo compasión de ellas" (Mateo 9:36). Una actitud de
    menosprecio o de temor hacia los alumnos es un factor que afecta
    el proceso de enseñanza – aprendizaje de una manera
    tal que lo puede bloquear. El maestro(a) cristiano(a) debe tener
    en alta estima a sus alumnos, amarlos, tomarlo en cuenta y creer
    que ellos pueden culminar el proceso con éxito.

    La actitud del maestro hacia la
    enseñanza.

    El nombre más común para referirse a
    Jesucristo en los evangelios es el de "maestro". Jesús
    creía en la enseñanza. Un maestro que no crea en la
    enseñanza no llega a nada con su actividad. El maestro
    debe creer tanto en la enseñanza que él mismo debe
    ser un alumno. Ser maestro es considerado en el Nuevo Testamento
    como un don de Dios (Ef. 4:11).

    El Alumno

    La actitud del alumno hacia la palabra de
    Dios.

    Los primeros discípulos estaban ávidos de
    la enseñanza de Jesucristo, le decían:
    "Señor, enséñanos…" (Lucas 11:1b). El
    maestro debe tratar de despertar el interés de los alumnos
    hacia la palabra de Dios para que el proceso pueda darse con
    efectividad. Es importante que el maestro conozca cuál es
    la actitud del alumno hacia la palabra de Dios y hacia la iglesia
    donde es enseñado.

    La actitud del alumno hacia sí mismo.

    Una actitud de baja autoestima, de
    que "la palabra de Dios no es para mí" puede ser fatal
    para el éxito del proceso de enseñanza –
    aprendizaje. Lo hermoso de la enseñanza cristiana es que
    no importa lo que uno piense de sí mismo, la Biblia trae
    mensaje para uno. El maestro debe mostrarle eso al alumno para
    que tenga un adecuado concepto de
    sí mismo y eso favorezca el
    aprendizaje.

    La actitud del alumno hacia el maestro.

    Si el alumno con confía en su maestro o maestra
    es difícil que aprenda. Se necesita cambiar el concepto del
    alumno hacia el maestro ya sea por medio de que el maestro
    muestre un verdadero testimonio o por medio de que el alumno
    venza prejuicios.

    El Contexto De Aprendizaje

    El contexto de aprendizaje tiene que ver con el lugar y
    el ambiente donde
    se imparte la enseñanza. Es importante que el ambiente sea
    amistoso, acogedor, agradable, abierto al diálogo.
    El lugar debe ser lo más cómodo posible y el
    número de alumnos manejable.

    6. El Cambio De
    Actitudes

    Para poder tener éxito en el proceso de
    enseñanza – aprendizaje de la palabra de Dios, es
    necesario que se den una serie de cambios en las actitudes de
    todos los que están envueltos en el proceso. Esos cambios
    se dan en el momento de que alguien se hace cristiano, a
    través del cambio en los conceptos y a través de
    experiencias. Esos cambios los puede experimentar tanto el
    maestro o maestra como los (as) alumnos (as).

    Cambio de actitudes a
    través de la conversión.

    Por conversión entendemos la experiencia que vive
    alguien al hacerse cristiano. Jesús dijo "El que crea y
    sea bautizado será salvo" (Marcos 16:16). Tras esa frase
    hay muchas implicaciones: El que cree se arrepiente de su mala
    vida, está dispuesto a declarar públicamente su fe
    en Cristo y se bautiza de buena voluntad para el perdón de
    los pecados y recibir al Espíritu Santo (Hechos 2:38).
    Así que una persona que crea y se bautice (en ese orden,
    pues nadie puede cambiar el orden divino) es cristiana, se ha
    convertido en cristiano (a). No hay otra manera de salvarse sino
    como dice Jesucristo "Porque hay un solo Dios y un solo mediador
    entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre." (1 de
    Timoteo 2:5)

    ¿Qué pasa en una persona cuando llega a
    Jesucristo?

    1. La persona es salva.

    Eso quiere decir que todos sus pecados han sido
    perdonados (Hechos 2:38) y que ha recibido una nueva naturaleza. Es
    como si naciera de nuevo (Juan 3:3). Es como si fuera otra
    persona, una nueva creación (2 de Co. 5:17). Ahora somos
    "hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas
    obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las
    pongamos en práctica" (Efesios 1:10)

    2. La persona despierta un profundo deseo de seguir la
    voluntad de Dios.

    Ahora la persona quiere obedecer a Dios en todo y
    ajustar su vida a lo que quiere Dios de ella. Eso quiere decir
    que le tiene una profunda confianza a la palabra de Dios y muchos
    deseos de aprender las enseñanzas de la Biblia. No tiene
    ningún pero ante el
    conocimiento y la obediencia de principios bíblicos
    que le obliguen a cambiar sus patrones y modelos de
    vida. Está dispuesta a acabar con todo aquello que le
    había mantenido separada de Dios (Hechos 19:19; Efesios
    4:25-32; 1 de Pedro 3:1-7)

    3. La persona recibe un poder liberador que la ayuda a
    tener victoria sobre el mal.

    El Espíritu Santo habita en la persona y eso le
    da un poder inmenso para vencer la tentación y la
    persecución. El Espíritu Santo la dota con
    algún don o dones (1 de Co. 12:7) para servir a Cristo en
    la iglesia. Ese poder es un anticipo del goce y la herencia que
    recibirá en el cielo (Efesios 1:14)

    Cambio de actitudes a través del cambio de
    conceptos.

    Las actitudes también se cambian a través
    del cambio de conceptos. La enseñanza de la palabra de
    Dios debe producir un cambio de los conceptos humanos y carnales
    hacia Dios, hacia la Biblia, hacia la iglesia, hacia la gente y
    hacia uno mismo.

    Cambio de actitudes a través de
    experiencias.

    A través de acercarse en forma práctica a
    Dios, la Biblia, la iglesia y la gente con una óptica
    bíblica, cambiamos las actitudes hacia ellos. La
    enseñanza cristiana debe enfocarse en el cambio de
    actitudes hacia:

    -Dios.
    -Uno mismo.
    -La
    familia.
    -La Iglesia.
    -Los no creyentes
    -Del círculo familiar.
    -Del círculo de trabajo
    -Del círculo social:
    -Los violentos.
    -Los encarcelados.
    -Los enfermos.
    -Otros grupos
    religiosos.
    -Otros grupos
    sociales.

    El programa de enseñanza o currículo de una iglesia de Cristo debe
    abordar poco a poco y a medida de las posibilidades de la iglesia
    local los temas anteriores y trabajar sobre ellos en los procesos de
    enseñanza – aprendizaje.

    7.
    Conclusiones

    1. Hay una sensación de fracaso y de " no estar
      haciendo mucho" con la forma en que estamos enseñando la
      Biblia en las iglesias. Igualmente un deseo de enseñar
      con eficacia.
    2. La enseñanza bíblica cristiana tiene
      como fines el posibilitar un encuentro personal con Dios a las
      personas no creyentes, mantener la experiencia personal con
      Dios en los creyentes y preparar a los niños para un
      encuentro con Dios.
    3. Enseñar desde el punto de vista bíblico
      cristiano consiste en que la gente tenga un encuentro personal
      con Jesucristo y mantenga esa relación personal con
      Él durante toda su vida.
    4. El proceso de enseñanza – aprendizaje de
      la palabra de Dios tiene las siguientes etapas: conocimiento de
      la palabra de Dios, comprensión de la palabra de Dios,
      convencimiento de la palabra de Dios y experiencia con Dios y
      Su palabra.
    5. Hay factores que afectan el proceso de
      enseñanza – aprendizaje de la palabra de Dios.
      Esos factores tiene que ver con el maestro, el alumno y la
      atmósfera en que se lleva a cabo el
      proceso.
    6. El proceso de enseñanza – aprendizaje de
      la palabra de Dios involucra un cambio de actitudes de parte de
      todos los que participan en él. Esos cambios de
      actitudes se dan principalmente mediante la conversión
      de la persona a Jesucristo, mediante el cambio de conceptos y
      mediante experiencias vividas con una mentalidad
      bíblica.

    8. Bibliografía básica
    del maestro o maestra cristianos

    -La siguiente bibliografía mínima debe
    estar al alcance del maestro o maestra cristianos:
    -Santa biblia. Nueva Versión Internacional. Sociedad
    Bíblica Internacional.
    -El Nuevo Testamento. Versión la Palabra de Dios para
    todos. Centro Mundial de Traducción de la Biblia.
    -Nuevo Diccionario De
    La Biblia. Lockward, Alfonso, editor. Editorial UNILIT.
    -Celebremos Su Gloria, Himnario.
    -Serrano, Rafael. Fundamentos de la Educación
    Bíblica Cristiana.
    -Apartado 27953, Santafé de Bogotá, D.C. Año
    2000.

    Trabajo enviado y realizado por:
    Rafael Serrano

    Licenciado en Filología e Idiomas
    Universidad
    Nacional de Colombia
    Especialista en Pedagogía de la Universidad
    Nacional Abierta y a Distancia de Colombia.

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