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Glándula Pituitaria y Sistema Portal Hipofisario




Enviado por jsebag




    1.
    Anatomía

    2. Inervación de la
    hipófisis

    3.
    Embriología

    4. Vascularización y sistema
    portal hipofisario

    5. Hipótesis de los vasos
    quimiotransmisores portales

    6. ¿Qué es una
    hormona?

    7. Hormonas
    pituitarias

    8. Regulación de las respuestas
    hormonales

    1.
    Anatomía

    La glándula pituitaria o hipófisis, es un
    pequeño órgano en forma de poroto situado en la
    silla turca o fosa hipofisaria, una estructura
    cóncava en la cara superior del hueso esfenoidal.
    Lateralmente a la silla turca se encuentran los senos cavernosos,
    los cuales contienen a las arterias carótidas internas y
    los nervios troclear, abducens, motor ocular
    común y la primera división del trigémino
    (n. oftálmico); anterior e inferiormente se encuentra el
    seno esfenoidal; por arriba el hipotálamo; y en una
    posición anterosuperior se encuentra el quiasma
    óptico. La hipófisis tiene dos porciones distintas,
    la adenohipófisis y la neurohipófisis. Como sus
    nombres indican, estas dos partes son estructural y
    funcionalmente diferentes. La adenohipófisis es una
    glándula con un epitelio marrón-rojizo, mientras
    que la neurohipófisis es una estructura
    nerviosa firme de color gris
    compuesta por axones y su estroma de sostén provenientes
    del hipotálamo.

    La glándula pituitaria adulta mide
    aproximadamente 13 mm de ancho, 9 mm de largo y 6 mm de alto. Su
    peso es de aproximadamente 0.6 g. La glándula pituitaria
    femenina es un poco más grande que la masculina, siendo la
    diferencia en altura de 2 mm. La hipófisis de una mujer embarazada
    o de una que dio a luz recientemente
    es más grande y más pesada; esto se debe a la
    hiperplasia de las células
    secretoras de prolactina denominadas lactotropas durante el
    embarazo y la
    lactancia. Ocurre una involución postlactancia de la
    glándula, pero ésta no retorna a su tamaño
    pregestacional y por lo tanto las glándulas pituitarias de
    las mujeres multíparas son más pesadas que las de
    las mujeres nulíparas. Hay también que
    añadir que la hipófisis reduce su tamaño y
    peso con la edad en ambos sexos.

    Como dijimos antes, la neurohipófisis está
    compuesta por fibras nerviosas provenientes de los núcleos
    hipotalámicos, que se proyectan hacia abajo para dar
    nacimiento a la eminencia media o infundíbulo, al tallo
    infundibular y al lóbulo posterior o proceso
    infundibular.

    La adenohipófisis ocupa alrededor del 80% de la
    glándula pituitaria. Está compuesta por tres
    porciones: la pars distalis, la pars intermedia y la pars
    tuberalis. La pars distalis constituye la porción
    más grande de la glándula; es generalmente conocida
    como lóbulo anterior o pars glandularis. La pars
    intermedia es rudimentaria en el humano y es considerada como un
    vestigio de la extremidad posterior de la bolsa de Rathke. La
    pars tuberalis es una prolongación ascendente de las
    células
    adenohipofisarias que rodean la porción inferior del tallo
    hipofisario.

    La glándula pituitaria está envuelta por
    duramadre, una capa de tejido conjuntivo denso que tapiza la
    silla turca. El diafragma sellae es una reflexión de la
    duramadre que constituye el techo de la silla turca, tiene un
    pequeño orificio para el tallo hipofisario. La función
    más importante del diafragma sellae es el de proteger a la
    glándula de la presión
    del líquido cefalorraquídeo. Un desarrollo
    defectuoso o ausencia del diafragma causa el síndrome de
    la silla vacía, en la cual, la presión del liquido
    cefalorraquídeo agranda la silla turca y comprime a la
    hipófisis; en casos más severos, la glándula
    llega a ser solo una capa fina de tejido en el fondo de la silla
    turca.

    2. Inervación de la
    hipófisis

    La inervación de la glándula pituitaria es
    excepcional y crucial en la regulación de sus funciones. A
    pesar de este hecho, la adenohipófisis no tiene
    inervación directa, aparte de pequeñas fibras
    simpáticas asociadas a los capilares que llegan a ella.
    Por más que las conexiones neurales puedan afectar el
    flujo de sangre que se
    dirige a la adenohipófisis, aparentemente no tienen un rol
    directo en la regulación de la secreción hormonal
    adenohipofisaria.

    El lóbulo posterior, por lo contrario,
    está compuesto casi exclusivamente por axones y fibras
    nerviosas que nacen del hipotálamo. Son estas las
    conexiones neurales que se requieren para la secreción
    normal de las dos hormonas
    producidas en el lóbulo posterior, la oxitocina y la
    vasopresina, como también para el transporte de
    varios péptidos hipotalámicos que regulan las
    funciones de
    la adenohipófisis.

    El tracto hipotálamo-hipofisario consiste
    principalmente de fibras nerviosas provenientes de los
    núcleos paraventricular y supraópticos. Este tracto
    lleva a la vasopresina y a la oxitocina al lóbulo
    posterior de la hipófisis, donde estas hormonas son
    liberadas dentro de los capilares. El tracto tubero-infundibular,
    originado de neuronas neurosecretoras que producen hormonas
    hipofisiotrópicas, se proyecta de varios núcleos a
    la eminencia media, donde las hormonas son liberadas dentro del
    sistema portal
    hipofisario.

    3.
    Embriología

    La adenohipófisis se desarrolla a partir de un
    engrosamiento ectodérmico del estomodeo. Durante la
    tercera semana de gestación, este engrosamiento se
    invagina en dirección cefálica para formar la
    bolsa de Rathke, siempre manteniendo su conexión al
    estomodeo por medio de un tallo. Para la quinta semana, la bolsa
    de Rathke es un tubo largo con una pequeña luz y una pared
    gruesa formada por epitelio cuboideo estratificado. En la sexta
    semana de gestación, el tallo se vuelve tan atenuado que
    la bolsa pierde su contacto con el estomodeo y entra en contacto
    con una prolongación en dirección caudal del hipotálamo lo
    cual da lugar al infundíbulo. Ambos tejidos son
    encerrados por el cartílago en desarrollo del
    hueso esfenoides, el cual los separa del estomodeo. Para la
    séptima semana ya se ha formado la silla turca.

    Fue sugerido que la bolsa de Rathke se origina de la
    cresta ventral neural de la region faríngea y por lo
    tanto, comparte con el hipotálamo y la glándula
    pituitaria posterior un origen neuroectodérmico
    común.

    Mientras que las células de la bolsa de Rathke
    proliferan, la porción anterior forma la pars distalis y
    la pars tuberalis, mientras que la pared posterior se encuentra
    en contacto directo con el lóbulo posterior y se
    desarrolla para formar la pars intermedia.

    La neurohipófisis se desarrolla a partir de un
    botón neuroectodérmico visible en el piso del
    diencéfalo a partir de la cuarta semana de
    gestación. Dos semanas después, la saliencia crece
    ventralmente para lindar con la porción posterior de la
    bolsa de Rathke. Esta porción especializada del sistema nervioso
    forma núcleos magnocelulares, sus axones dentro de la
    eminencia media y tallo infundibular, y sus terminaciones en la
    pars nervosa. La vasopresina y la oxitocina, como también
    sus proteínas
    transportadoras, las neurofisinas, son detectables en los
    núcleos paraventricular y supraóptico a las 19
    semanas de gestación y en el lóbulo posterior a las
    23 semanas.

    La glándula pituitaria crece rápidamente
    en el periodo fetal: el peso medio a las 10-14 semanas de
    gestación es de 3 mg, a las 25-29 semanas es de 50 mg y al
    término pesa aproximadamente 100 mg.

    4. Vascularización
    y sistema portal hipofisario

    Las estructuras
    vasculares de mayor importancia quirúrgica se encuentran
    en la región sellar. Elegante en diseño
    pero anatómicamente complejo, el par de senos cavernosos
    se encuentran a cada lado de la silla turca y en parte por encima
    y por fuera de los senos esfenoidales. Cada seno cavernoso
    está revestido por la duramadre de la fosa cerebral media,
    como también por finas paredes óseas de los senos
    esfenoidales. El drenaje venoso de los senos provienen de varias
    fuentes,
    incluyendo el ojo (vena oftálmica superior), el cerebro (venas
    cerebrales inferiores y medias) y del seno esfenoparietal.
    La
    comunicación entre los senos cavernosos derecho e
    izquierdo está dada por pequeños senos
    intercavernosos que bordean las porciones anterior y posterior de
    la silla turca. El complejo por lo tanto forma un anillo venoso
    alrededor de la silla y su contenido. Senos cavernosos
    adicionales están localizados a lo largo de la superficie
    ventral de la glándula pituitaria. Los senos cavernosos no
    son mas que confluencias de varios canales venosos. Mejor dicho,
    los senos representan cavidades extradurales que, aparte de su
    contenido venoso, contienen un número vital de estructuras
    neurovasculares. Estas incluyen el segmento cavernoso de la
    arteria carótida interna, como también segmentos de
    los nervios craneales III (motor ocular
    comun), IV (troclear), V (trigeminal) y VI (abducens). En los
    intersticios entre las arterias, venas y nervios se encuentra un
    delicado tejido areolar. La localización de las porciones
    horizontales de las arterias carótidas internas dentro de
    los senos cavernosos varían, no sólo de persona a
    persona sino
    que también de izquierda a derecha. Como resultado, las
    carótidas pueden estar inmediatamente adyacentes a la
    silla, en cuyo caso plantean un riesgo
    quirúrgico. Varias ramas de las arterias carótidas
    internas nacen dentro del seno cavernoso, incluyendo el tronco
    meningeohipofisario, la rama intracavernosa más grande, la
    arteria del seno cavernoso inferior y pequeñas ramas
    capsulares. El tronco meningeohipofisario da nacimiento a varios
    vasos, uno de los cuales, la arteria hipofisaria inferior, nutre
    el lóbulo neural o posterior de la cápsula
    pituitaria.

    Dada sus localizaciones, los senos cavernosos pueden
    estar directamente involucrados en los tumores pituitarios. Por
    ejemplo, la extensión de un adenoma invasivo dentro de los
    senos cavernosos produce neuropatías de los nervios
    craneales III al VI.

    El principal riego sanguíneo de la
    glándula pituitaria proviene de dos ramas de la arteria
    carótida interna: las arterias hipofisarias superior e
    inferior. Una sola arteria hipofisaria superior nace de cada
    arteria carótida interna luego de un corto trayecto dentro
    de la cavidad craneal. Con prontitud, la arteria hipofisaria
    superior se divide en dos ramas, una anterior y otra posterior,
    cada una de las cuales se anastomosa con su homóloga del
    lado opuesto para formar un anillo alrededor de la parte superior
    del tallo hipofisario. Las ramas anteriores dan nacimiento a
    arterias trabeculares, las cuales descienden sobre la superficie
    superior del lóbulo anterior, cursan hacia el tallo
    pituitario y terminan en una arteria larga del tallo a lo largo
    de la pars tuberalis. En su breve curso a lo largo del
    lóbulo anterior, cada arteria trabecular da origen a una
    pequeña arteria denominada arteria del centro fibroso. Las
    ramas anteriores y posteriores de las arterias hipofisarias
    superiores son también fuente de arterias cortas del
    tallo, las cuales penetran la porción superior del tallo
    hipofisario para así recorrer hacia arriba o hacia abajo
    el tallo. En contraste a la arteria hipofisaria superior, las
    ramas inferiores se originan del tronco meningeohipofisario
    localizados dentro del seno cavernoso; se ponen en contacto con
    las porciones inferolaterales de la glándula y se bifurcan
    en ramas interna y externa que se anastomosan con sus
    homólogas del lado opuesto para así formar un
    círculo arterial alrededor del lóbulo posterior.
    Por lo tanto, las ramas de las arterias hipofisarias inferiores
    proporcionan la sangre del
    lóbulo posterior y la porción inferior del tallo,
    contribuyendo solo con pequeñas ramas capsulares a la
    periferia del lóbulo anterior. Aunque muchas ramas
    arteriales dentro del tallo pituitario e infundíbulo
    forman arteriolas y capilares, algunas dan origen a complejos
    vasculares extraordinarios llamados gomitoli. Estos "ovillos"
    vasculares están formados por una arteria central rodeada
    de capilares en forma glomeruloide. La transición de
    arteria central a capilares está dada por arteriolas
    especializadas dotadas de esfínteres musculares gruesos
    cuya función es la de controlar el flujo sanguíneo.
    El revoltijo de capilares periarteriolares drenan en un extenso
    sistema pampiniforme, el sistema portal, el cual rodea al tallo
    hipofisario.

    El sistema portal hipofisario, el eslabón crucial
    entre el hipotálamo y la hipófisis, toma su origen
    de los plexos capilares de la eminencia media y el tallo, los
    cuales derivan de las ramificaciones terminales de las arterias
    hipofisarias superior e inferior. Los plexos capilares de la
    eminencia media y la porción superior del tallo, lugar de
    asimilación de los factores hipofisiotrópicos,
    drenan en un largo vaso portal que cursa a lo largo de la
    superficie del tallo para así poder suplir
    al 90% del lóbulo anterior, mientras que los plexos
    capilares mas pequeños de la parte inferior del tallo dan
    origen a un vaso portal corto que desciende dentro de su
    porción central, para luego bordear el lóbulo
    posterior. Distalmente, el sistema portal se comunica con un
    sistema delicado de capilares en el lóbulo anterior, el
    cual lleva factores hipofisiotrópicos dentro de la
    glándula y transmite las hormonas del lóbulo
    anterior a la circulación general.

    El flujo venoso de la glándula pituitaria es a
    través de vasos colectores que drenan en los senos
    subhipofisario, cavernosos y en el seno circular
    superior.

    Hay una considerable variabilidad en la anatomía vascular de
    la hipófisis. Aparte de unas cuantas arterias directas
    vía ramas capsulares de la arteria hipofisaria inferior,
    la mayor parte de la circulación del lóbulo
    anterior es venosa, originadas de vasos portales. En contraste
    con el lóbulo anterior, la vascularización del
    lóbulo posterior es directa y arterial, un acuerdo que
    explica la predilección de carcinomas por el lóbulo
    neural.

    La organización vascular detallada del sistema
    portal hipofisario ha sido claramente reconocido sólo con
    la ayuda de la microscopía electrónica. Los sinusoides pituitarios
    están revestidos por células endoteliales. Entre la
    membrana basal del endotelio sinusoidal y las células
    parenquimatosas existe un espacio perisinusoidal. Células
    esparcidas con proyecciones citoplasmáticas, como
    también gránulos extracelulares, los cuales se cree
    que son gránulos secretorios provenientes de las
    células pituitarias parenquimatosas, se encuentran en este
    espacio perisinusoidal.

    El sistema portal hipofisario comienza a formarse antes
    de la séptima semana de gestación, y para la
    doceava semana, el lóbulo anterior y la eminencia media
    están bien vascularizadas. Los vasos portales se pueden
    reconocer entre la 11,5 semana a la 14 semana, están bien
    desarrollados para las semanas 15 a 16 y plenamente establecidos
    para las semanas 18 a 20 de gestación.

    En síntesis,
    la arquitectura
    vascular atípica de la glándula es fundamental para
    la realización normal de sus funciones. También
    podemos decir que dos arterias hipofisarias inferiores, se
    ramifican en la cápsula glandular, envían ramas al
    lóbulo posterior y pequeñas arterias cortas al
    lóbulo anterior. Las arterias hipofisarias superiores se
    anastomosan alrededor de la eminencia media, y los capilares
    emergentes de estos vasos penetran en dicha eminencia para formar
    un plexo primario. Los capilares que forman este plexo primario
    regresan después a la superficie donde forman
    vénulas que rodean el tallo hipofisario. Estas
    vénulas luego penetran dentro del lóbulo anterior
    para formar un plexo secundario de sinusoides. Como sistema
    portal hipofisario, denominamos a las vénulas que conectan
    el plexo primario con el secundario. Por ultimo, la sangre de
    este sistema portal junto con los factores
    hipofisiotrópicos, va a drenar en los senos durales
    vecinos.

    5. Hipótesis de los vasos quimiotransmisores
    portales

    La hipótesis
    quimiotransmisora portal hipofisaria del control
    pituitario fue presentada como una explicación de
    cómo la glándula pituitaria anterior, la cual
    carece de fibras nerviosas secretomotoras, podría ser
    influenciada por el sistema nervioso.
    De acuerdo a esta hipótesis, sustancias neurohumorales
    liberadas por las terminaciones nerviosas en la eminencia media
    entran a los capilares de los plexos primarios de la
    circulación portal hipofisaria y son transportadas por las
    venas portales del tallo hipofisario a los sinusoides del
    lóbulo anterior. Factores liberadores o
    hipofisiotrópicos podrían también ser
    transportados desde el tercer ventrículo a la eminencia
    media por el sistema ependimario. Varias líneas de
    evidencias indirectas proveyeron las bases iniciales para el
    concepto de
    vasos quimiotransmisores portales, incluyendo la inhabilidad para
    demostrar terminaciones nerviosas en las células
    glandulares de la adenohipófisis, la existencia de la
    circulación portal hipofisaria en todos los vertebrados y
    el hecho que la dirección del flujo sanguíneo en
    los vasos portales es desde el hipotálamo a la
    glándula pituitaria.

    Apoyos indirectos a la hipótesis de los
    quimiotransmisores portales han surgido del estudio de la
    sección del tallo pituitario y el trasplante de dicho
    órgano. Si la regeneración de los vasos portales es
    prevenida, la sección del tallo pituitario en varias
    especies, incluida el hombre, es
    seguida de fallo gonadal, inactividad tiroidea, involución
    adrenal y falla del crecimiento, todo a un grado intermedio entre
    aquellos animales normales
    y a los que se les ha extirpado la hipófisis. Con el
    reconocimiento de síndromas de falla hipofisiotropicas en
    el humano, aparenta ahora que al menos funciones
    específicas del lóbulo anterior, tal como la
    secreción de hormonas de crecimiento y de TSH (hormona
    estimulante de la tiroides), son virtual y completamente
    dependientes de la estimulación hipotalámica. El
    componente neural del tallo pituitario no se regenera, pero los
    vasos portales sí. Luego de la sección experimental
    del tallo hipofisario, la restitución de la función
    del lóbulo anterior es correlativa con la
    regeneración de estos vasos.

    Trasplantes experimentales indican que el riego
    sanguíneo de la eminencia media es especialmente
    significativa en la secreción del lóbulo anterior.
    Si la glándula pituitaria es removida y llevada a la
    cápsula renal, a la cámara anterior del ojo o en el
    compartimiento subcutáneo, ésta no apoyara al
    crecimiento normal o a las funciones normales de la tiroides,
    gónadas o glándulas adrenales. Greep fue el primero
    en demostrar que la eminencia media era un lugar privilegiado
    para trasplantes pituitarios: sólo en este lugar el
    trasplante es capaz de apoyar funciones sexuales cíclicas,
    embarazos y otras enfermedades trópicas
    pituitarias.

    Aunque dichos experimentos
    sugieren, que la conexión de los vasos portales a la
    glándula pituitaria tiene un significado funcional
    importante, la distorsión del aporte sanguíneo y la
    inadecuada nutrición son explicaciones alternativas da
    la pobre performance glandular del tejido desplazado. Esta
    crítica es respondida en parte por el hecho de que hasta
    pequeños remanentes de tejido pituitario situados dentro
    de la silla turca pueden mantener el crecimiento normal y
    funciones normales tiroideas, adrenales y gonadales y que la
    glándula pituitaria aislada puede secretar cantidades
    sobrenormales de prolactina.

    Efectos directos del hipotálamo sobre la
    glándula pituitaria han sido mejor estudiados mediante el
    trasplante de fragmentos pituitarios dentro del hipotálamo
    mismo. Trabajos de este tipo han permitido la delineación
    dentro del hipotálamo ventral de "campos" donde las
    hormonas hipofisiotrópicas son encontradas. Trasplantes en
    esta región muestran diferenciación celular normal
    y granulación, apoyo normal de las funciones testiculares,
    y el restablecimiento de otras funciones trópicas. Sin
    embargo, considerando las bases hipotalámicas del control neural
    del lóbulo anterior, uno podría hablar de la
    eminencia media como una "glándula", en la cual
    están localizadas terminaciones nerviosas que secretan
    hormonas hipofisiotrópicas en relación con el plexo
    primario y un área mas extensa en al hipotálamo
    basal, en la cual sustancias hipofisiotrópicas son
    encontradas, las cuales corresponden a los axones y cuerpos
    celulares del tracto túbero-hipofisario.

    La prueba más directa acerca de la
    hipótesis de los vasos quimiotransmisores portales, fue la
    aislación de la acividad biológica del SRF (factor
    de liberación de la hormona de crecimiento), TRH (factor
    liberador tirotrópico), PIF (factor inhibidor de la
    prolactina) y LRH (factor liberador de la hormona luteinizante)
    desde la sangre de los vasos portales por Porter y colegas; la
    aislación de factores liberadores hipotalámicos del
    tejido del tallo de la eminencia media; y la
    identificación química de dos
    sustancias, TRH y LRH. Se ha demostrado que el área
    hipofisiotrópica y la eminencia media pueden sintetizar
    TRH y LRH a partir de un precursor aminoacídico a
    través de un mecanismo no ribosomal.

    6. ¿Qué es una
    hormona?

    Como mencionamos antes, el sistema portal hipofisario es
    el principal encargado en el trasporte de hormonas liberadoras e
    inhibidoras hipotalámicas que controlan la
    secreción de las hormonas de la hipófisis
    anterior.

    La palabra hormona deriva del griego, que significa
    "exitar" o "poner en movimiento".
    Una hormona es un mensajero químico que transmite información entre células y coordina
    las adaptaciones homeostáticas, crecimiento, desarrollo y
    reproducción, y a su vez pone en marcha las
    actividades celulares, respuestas tisulares, reparación de
    órganos y mantenimiento
    del sistema. Existen dos clases de hormonas, clasificadas de
    acuerdo a su composición y el tipo de receptor con el cual
    ellos interactúan: las hormonas peptídicas y las
    hormonas esteroideas. En general, las hormonas peptídicas
    son sintetizadas como parte de una proteína molecular
    más grande, procesada y liberada en la circulación
    general a través de un sistema secretor activado, el cual
    puede entonces a su vez interactuar con receptores hormonales de
    la superficie celular de los tejidos diana.
    Gracias a que se unen a sus receptores, las hormonas
    peptídicas inician una cadena de mensajeros secundarios,
    los cuales a su vez, inician la expresión genética y
    el metabolismo
    celular o procesos de
    crecimiento. En contraste, las hormonas esteroideas son
    sintetizadas a partir de un precursor, el colesterol, y
    actúa vía receptores relacionados estructuralmente,
    que inician procesos de
    asimilación celular. El complejo receptor-esteroide se une
    directamente al ADN para regular
    la transcripción de genes específicos. El
    último resultado de estas hormonas es una
    alteración en la concentración de proteínas
    celulares, enzimas
    primarias, de esta manera alterando la actividad
    metabólica detrás de la repuesta
    fisiológica.

    7. Hormonas
    pituitarias

    La glándula pituitaria es responsable de la
    producción y liberación de siete
    hormonas diferentes y del almacenamiento de
    dos hormonas adicionales. La hormona de crecimiento (GH) es la
    hormona más abundante producida en la glándula
    pituitaria y actúa en diferentes sitios de los tejidos del
    cuerpo, regulando el crecimiento y el mantenimiento
    del metabolismo
    celular, almacenamiento de
    grasa y masa muscular. En segundo lugar se encuentra la
    prolactina, la cual actúa sobre el tejido mamario para
    así poder inducir
    el crecimiento glandular y la producción de leche, aunque
    también une receptores específicos en las
    gónadas, el hígado y en células
    linfáticas. La tercera es la hormona
    adenocorticotrópica (ACTH), la cual estimula a la
    glándula adrenal a regular hormonas de su corteza: el
    miralocorticoide (aldosterona que regula la osmolaridad y el
    sodio), el glucocorticoide (cortisol que permite al cuerpo
    adaptarse al estrés y a
    regular el metabolismo y la homeostasis) y
    hormonas andrógenas (las cuales goviernan las características sexuales secundarias). La
    ACTH comparte un precursor común con otra hormona
    adenotrópica llamada hormona estimuladora de melanocitos
    (MSH), la cual induce a las células adrenales a producir
    la hormona concentradora de melanina (MCH), una hormona de
    pigmentación. La hormona estimuladora de la tiroides (TSH)
    dirige a las células secretoras de tiroxina de la
    glándula tiroides a regular su secreción, la cual
    afecta a casi todos los sistemas del
    cuerpo. La hormona luteinizante (LH) y la foliculoestimulante
    (FSH) actúan en el tejido gonadal para regular la
    maduración sexual, reproducción y función
    gonadal. El factor inhibidor de la migración
    (MIF) es una hormona pituitaria recientemente descubierta, la
    cual media el shock endotóxico para regular la respuesta
    inmunitaria. En conclusión, la oxitocina y la vasopresina
    son dos hormonas producidas por el hipotálamo, que llegan
    al lóbulo posterior de la hipófisis, donde son
    almacenadas, por medio del tracto hipotálamo-hipofisario
    mediante un mecanismo de control neuronal.

    8. Regulación de las
    respuestas hormonales

    Una vez que la hormona ha obtenido la reacción
    deseada por medio de su receptor y respectiva vía, la
    señal estimuladora debe ser escindida para que la
    sobreactivación no ocurra. En general, esto se logra por
    mecanismos celulares amortiguadores y un juego
    complicado de circuitos
    informativos positivos y negativos. Los circuitos
    informativos son el principal mecanismo para el control hormonal
    y especialmente importantes entre dos órganos separados.
    En general, los circuitos informativos operan de la manera
    siguiente: el hipotálamo libera su hormona estimuladora
    pituitaria (usualmente de forma pulsátil), causando que la
    hipófisis libere su hormona en el flujo sanguíneo,
    lo cual une su respectivo receptor a la superficie de las
    células del tejido diana. En respuesta, el tejido diana
    actúa produciendo un efecto biológico y una o
    varias hormonas de respuesta. Estas hormonas terciarias son
    liberadas por el tejido diana a la corriente sanguínea,
    las cuales interactúan con receptores específicos
    del tejido hipotalámico e hipofisario. Esta
    interacción actúa para terminar la
    producción y/o liberación de la hormona pituitaria
    o hipotalámica inicial. Estos pasos son vastamente
    dependientes de la concentración, de esta manera, a medida
    que las concentraciones aumentan y disminuyen, ciertos procesos
    son iniciados o terminados para mantener un firme estado de
    interacciones y concentraciones hormonales. Sobreimpuesta a este
    sistema es la influencia de los ritmos del sistema nervioso los
    cuales ayudan coordinando las respuestas hormonales. Tomados
    juntos, la liberación pulsátil de las hormonas
    hipotalámicas y el control impuesto,
    resultan en pautas cíclicas de la concentración
    hormonal en la corriente sanguínea.

    Trabajo enviado y realizado por:
    Juan Sebastián Guillén Destéfano
    Eduardo Feliciangeli Moreno

    Dietmar Janzen Enns

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