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La crisis del petroleo y sus consecuencias en la economia latinoamericana (página 2)




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Producción latinoamericana frente a grandes potencias

La industria en América latinaUn desafío constantePara competir con la producción de los Estados Unidos, los países asiáticos y europeos, la industria petroquímica latinoamericana debe afrontar desafíos ineludibles: afianzar la unión regional, mejorar la infraestructura de transporte, reducir tanto cargas impositivas como barreras arancelarias e incorporar nuevas tecnologías. Si bien los países del continente no actúan como un bloque único, comparten en su mayoría los mismos problemas básicos, situación que debería llevarlos a buscar soluciones conjuntas.Hacia una mayor integración"La evolución de los acuerdos subregionales como la Comunidad Andina y el Mercosur han llevado a los gobiernos latinoamericanos en la dirección de implementar políticas internas que favorezcan y apoyen los acuerdos comerciales alcanzados", reconoce Geraldina de Pulido, directora ejecutiva de la Asociación de Fabricantes de Productos Químicos -ASOQUIM-, de Venezuela. Pero seguidamente aclara: "Se trata de un proceso que requiere tiempo hasta lograr el consenso necesario para el establecimiento de un mercado común regional".El gerente general de la chilena ENAP, Daniel Fernández, mantiene la misma línea que la ejecutiva venezolana. "Si bien en general nuestra industria ha venido integrándose en los últimos años, para avanzar más en ese sentido se requiere que los países sigan abriendo sus economías, especialmente a través de la disminución de sus aranceles y barreras paralancelarias".La conformación del Mercosur "permitió optimizar las operaciones de manufactura, focalizando en mercados generales con menores costos de producción", asegura la vicepresidenta de la filial Químicos-América latina de Shell Chemicals, María Lucía Braz Pinheiro. "Esto generó un impulso muy positivo para la racionalización de la producción y para que el subcontinente alcance una posición más competitiva en el mercado internacional.En el bloque regional (Brasil, Argentina, Uruguay y Paraguay) hay una importante coordinación de políticas en materia petroquímica. "En el Consejo de la Industria Química del Mercosur -CIQUIM-, que une las asociaciones de los países del bloque y de Chile, buscamos solucionar cualquier conflicto interno antes de elevarlo a los gobiernos o a los medios de comunicación", explica Guilherme Duke Estrada de Moraes, vicepresidente de ABIQUIM (Asociación Brasileña de la Industria Química). "Hasta el momento -continúa- hemos podido solucionar satisfactoriamente cada conflicto".Crecimiento sostenidoEl directivo de ENAP advierte sin embargo que la evolución de la demanda de productos petroquímicos está más relacionada con el crecimiento general de la actividad económica de los países que con la implementación de bloques comerciales. Se debe mantener el ritmo de progreso económico, "motor del aumento del consumo de forma tal de volver atractivo para las empresas el seguir invirtiendo en el sector. En la medida en que el Mercosur contribuya al avance de los países miembro, estará ayudando a desarrollar la industria petroquímica de la región".Geraldina de Pulido coincide en que para competir regionalmente con Asia, Europa y los Estados Unidos, no alcanza con la profundización de los acuerdos de integración. "Se requerirá además una reestructuración y reacomodo de los productores regionales, con el fin de alcanzar economías de escala, reducciones de costos e identificación de nichos", afirma.Por su parte Bruce Petersen, director petroquímico de la National Petrochemical & Refiners Association (NPRA) de los Estados Unidos, recalca que el continente necesita tomar medidas tendientes a permitir el libre flujo de capitales y comercio entre las regiones. "Varios de nuestros asociados están abocados a reducir las barreras entre Europa y los Estados Unidos, tanto en química como en otros negocios", cuenta.Barreras físicasLos empresarios consultados por esta revista coinciden en reconocer los adelantos alcanzados en América latina en materia de infraestructura de transporte, pero también admiten que queda aún mucho por hacer.Geraldina de Pulido, de ASOQUIM, indica que "la infraestructura para llevar a cabo importaciones y exportaciones (rutas, puertos, terminales, etc.) en la región presenta en muchas ocasiones debilidades que dificultan el crecimiento sostenido del comercio intra-regional". La directiva de Shell Chemicals, por su parte, es categórica: "Aún se observa una grieta en la infraestructura, relacionada con servicios logísticos para transportar productos entre los continentes. Hay un amplio espacio para mejorar la situación con el fin de beneficiar las actividades de importación y exportación: se necesita de vías férreas, carreteras, terminales y otros servicios de alta calidad, seguros y confiables". "Siempre hay espacio para mejorar en este sentido", coincide el ejecutivo estadounidense y agrega una componente acorde con los tiempos que corren: "Un creciente énfasis en el uso de Internet para conducir negocios debería aumentar la eficiencia de la cadena de abastecimiento regional y trabajar para superar las barreras actuales con el fin de reforzar la integración".Impuestos, tasas y arancelesGilherme Duke Estrada de Moraes reclama que la política tributaria brasileña quita competitividad a la industria petroquímica local. "Existe una estructura de impuestos en cascada (se pagan en distintas etapas del proceso) que no son recuperables", detalla. "Una reforma debería hacer más simple el sistema de recaudación y las obligaciones accesorias (burocracia), y reducir el pago de impuestos que no se pueden recuperar. Si bien existe un diálogo con las autoridades, el vicepresidente de ABIQUIM reconoce que el impositivo es un tema de difícil resolución. De acuerdo con la Constitución nacional, una reforma tributaria es un proceso lento y engorroso que debe pasar por el Congreso "por lo que no veo factible un cambio en el corto plazo", manifiesta.A esta situación se agrega el hecho de que el costo de los bienes de capital no producidos en la región sea alto debido a los fuertes aranceles de importación. En este sentido, Duke Estrada de Moraes se muestra más optimista. "El gobierno brasileño, en conjunto con los demás países del Mercosur, está creando un listado de productos no elaborados en la región para reducir sus aranceles de importación. Esta medida se encuentra actualmente en estudio, y se prevé que esté en marcha en diciembre de este año".Maria Lúcia Braz Pinheiro también reclama por las altas tasas de importación que se deben afrontar entre algunos países que no forman parte del Mercosur. "Esto provoca que el costo total de hacer negocios en la región sea muchas veces mayor que en otras áreas del globo", arroja. Alentar inversionesEn este momento una de las preocupaciones mayores de ABIQUIM es el déficit en la balanza de productos químicos generales (químicos y petroquímicos), un problema común a todo el Mercosur como bloque. "Para contrarrestar esta situación es necesario atraer nuevas inversiones con el fin de que se aumente la capacidad productiva", formula el brasileño. En su país actualmente se está llevando a cabo un estudio para comprender en qué áreas de producción es posible realizar esta ampliación, de acuerdo con su acceso a las materias primas y a las necesidades específicas de la demanda.Esto no significa que no haya en Brasil importantes proyectos en danza. El mayor de ellos es Río Polímeros, una planta que a partir de 2003, en base a una inversión de 190 millones de dólares, separará etano para producir eteno y, a partir de allí, polietileno. Su capacidad productiva está prevista en 540.000 toneladas de polietileno de alta densidad o lineal de baja densidad, y será llevado a cabo por los grupos Suzano, Unipar y Petrobras (que abastecerá de gas natural a la planta). El grupo BASF también prevé realizar importantes inversiones, en un programa por 500 millones de dólares, mientras que Monsanto erogará otros 500 millones en una planta de glifosfato y productos intermedios. "La industria química se está reactivando paulatinamente", expresa con optimismo el vicepresidente de ABIQUIM.Chile es en general un importador neto de productos petroquímicos, lo que involucra para Daniel Fernández "una interesante oportunidad para desarrollar nuevos proyectos de inversión para el mercado local y para exportación, especialmente hacia los mercados latinoamericanos. ENAP está consciente de estas oportunidades que le permiten aumentar el valor de la empresa y prevé participar en estos nuevos negocios en asociación con otros grupos que aporten tanto capital como tecnologías, conocimiento y acceso a los distintos mercados", asegura. Hay dos grandes proyectos que la empresa chilena implementará en asociación con terceros: una planta de delayed coker en su Refinería de RPC y un complejo de etileno/polietileno de alta densidad que construirá en Cabo Negro, en la zona de Magallanes, a partir del etano existente en esa región."El primer proyecto -especifica su gerente general- representa una inversión de unos 400 millones de dólares y el segundo involucra una planta de 300.000 toneladas de polietileno de alta densidad con una inversión estimada en 770 millones de dólares. Ambos emprendimientos se financiarán bajo la modalidad de "Project Finance", en que gran parte de los fondos necesarios serán aportados por financistas internacionales. De esta forma se aprovechará la buena clasificación de riesgo que tiene actualmente Chile". La planta de delayed coker/cogeneradora entrará en operaciones hacia el año 2004 y el complejo etileno/polietileno entraría en operaciones hacia el año 2005. Junto con lo anterior, ENAP sigue invirtiendo en nuevos procesos y en poner al día las diversas unidades de sus tres refinerías (RPC, Petrox y Gregorio), y está implementando en su refinería de RPC en la V región de Chile un proyecto para la producción de DIPE (aditivo mejorador de gasolinas), proyecto que representa una inversión de 35 millones de dólares y entrará en producción en el año 2002. Este emprendimiento está siendo desarrollado en asociación con Ferrostal de Alemania. La balanza comercial de productos químicos y petroquímicos en Venezuela es deficitaria. Geraldina de Pulido especifica: "Para el año 1999 las exportaciones se ubicaron en 940 millones de pesos y las importaciones en 1.482 millones. Además, no existe un equilibrio entre el ingreso y el egreso de productos básicos, intermedios y finales".Por otra parte, si bien Shell Chemicals no posee unidades de producción en Latinoamérica (sólo tiene presencia como distribuidor de varios productos provenientes de otras partes del mundo, principalmente de los Estados Unidos), su vicepresidente de Químicos reconoce que "cada vez más se observa que los productores en la región están invirtiendo en productos intermedios y finales, aunque aún prevalece la producción de químicos básicos como la mayor parte de las inversiones. No hay dudas de que la tendencia va en dirección de satisfacer los requerimientos de un mercado más sofisticado y cualificado; todas las inversiones relizadas en los últimos años en la industria automotriz -concluye- es un buen ejemplo de la creciente demanda de productos de alta calidad". Un buen potencialEl gerente general de la chilena ENAP se muestra optimista respecto de la capacidad competitiva de la petroquímica regional. "La historia de los últimos años muestra que sí es posible y necesario competir con productores de otros continentes pues ello representa mejores niveles de vida para los pueblos. América latina tiene materias primas, acceso a tecnologías de punta y mercados de productos en pleno desarrollo, todo lo cual hace que los jugadores que aquí operan puedan competir con éxito con productores de otras latitudes.Hacia el futuro se requiere seguir invirtiendo, incorporando nuevas tecnologías y mejorando la productividad de la industria regional, como una forma de mantener su competitividad frente a conglomerados de otras regiones". La directiva de ASOQUIM resume los desafíos de la industria: "Con empresas que posean adecuada tecnología y costos competitivos, y profundizando el enfoque del desarrollo sectorial basado en cadenas productivas que incorporen a todos los actores del proceso en una visión de desarrollo común, se puede impulsar el sector transformador y procesador de productos petroquímicos". MéxicoUn cambio radicalAnte la necesidad de promover una mayor eficiencia y competitividad en la industria petroquímica y garantizar el suministro de insumos para el sector productivo -un viejo reclamo sostenido por la Asociación Nacional de la Industria Química (ANIQ)-, el gobierno del presidente electo Vicente Fox anunció su plan de arrendar a la iniciativa privada las plantas petroquímicas de la paraestatal Pemex. Fausto Alzati Araiza, asesor del equipo de transición y encargado de política petrolera, anunció a mediados de octubre que el proyecto incluye el "arrendamiento de largo plazo de las plantas de Pemex, a partir del cual los particulares serán los responsables de modernizar e invertir en las instalaciones y tendrán la obligación de pagar por ellas una renta al Estado, que seguirá siendo su dueño". La falta de inversión en el sector petroquímico mexicano equivale, de acuerdo con cálculos realizados por ANIQ, a 7.000 millones de dólares y ha tenido sus principales repercusiones en el estancamiento o declinación de los volúmenes de producción de petroquímicos derivados. "Existe una subutilización de los recursos naturales debido a que sólo se aprovecha la mitad del etano extraído y se siguen quemando millones de pies3 diarios de gas", reza un informe publicado por la entidad.Los representantes del gobierno electo -que asumirá en el próximo mes de diciembre- prometen revertir esta situación.Nuevos acuerdosAsí fue como en mayo de 1999 y sensible a estos cambios, Ipiranga Química desarrolló su "Proyecto Tintas", con el objetivo de buscar en el exterior a los mejores fabricantes de especialidades para tintas, tintas de impresión y adhesivos, y facilitar el acceso de dichos productos al mercado formulador brasileño.La empresa inició este proyecto en vista de las necesidades que presenta la globalización.Los negocios de tintas y adhesivos en Brasil han cambiado en los últimos años en función de la globalización experimentada por ambas industrias: fabricantes pequeños, medianos e incluso algunos grandes, fueron adquiridos por empresas multinacionales en busca de un posicionamiento favorable tanto en el país como en el Mercosur. Esa necesidad de acaparar mercados en la región dio como resultado el crecimiento ya observado -y aún por venir- en la fabricación de automóviles, electrodomésticos, muebles y toda suerte de productos industrializados con patrón internacional de calidad. El movimiento trajo consigo una alteración en las formulaciones empleadas, las cuales paulatinamente fueron sustituidas por otras internacionales más estandarizadas y modernas.Dichas dirigido a la industria de tintas y adhesivos

formulaciones, que pretenden uniformizar los patrones internacionales de los grandes grupos fabricantes, también ocasionaron que el gigante del Mercosur comenzara a prestar más atención a los patrones de calidad y a respetar exigencias ambientales elevadas. Lo cierto es que como consecuencia de esas nuevas aplicaciones se condenaron algunas materias primas como inaceptables desde el punto de vista ambiental y creció la demanda de otras menos tóxicas y más sofisticadas. La iniciativa de Ipiranga ya tuvo como resultado la firma de acuerdos con 12 fabricantes internacionales y se encuentra a punto de concluir negociaciones con otros 6. Sin embargo, el proyecto fue mucho más allá de constituir alianzas estratégicas: influyó toda la organización de la empresa y modificó su estructura comercial.Desde marzo de 2000, Ipiranga Química cuenta con una nueva unidad de negocios Tintas. Además, invirtió 200.000 dólares en la instalación de un moderno laboratorio de aplicación técnica para tintas en Osasco -San Pablo- y recientemente organizó en Brasil el 1° Forum Internacional Ipiranga Química,

www.petroquimica.com.ar/edicion166/petroquimica2.htm

Capítulo II

La OPEP

ORGANIZACIÓN DE PAISES EXPORTADORES DE PETROLEO (O.P.E.P)*

Evaluación de la Ayuda de la OPEP

La OECD sigue siendo la principal fuente para controlar los flujos financieros hacia los países en vías de desarrollo. La UNCTAD ha iniciado también un sistema de información que se limita sin embargo al flujo financiero entre los países en vías de desarrollo. Ambas fuentes tratan de medir la ayuda histórica de cada donante, con relación a su PNB. Resulta normal que éstas comparen la ayuda histórica de los dos principales grupos donantes : la OECD y la OPEP. Invariablemente sacan la conclusión de que, aunque la OECD está canalizando importes superiores en términos absolutos, la ayuda de la OPEP es muy superior si se mide en comparación con el PNB limitado de este grupo. Esta conclusión es ciertamente correcta. Sin embargo, las cifras utilizadas son cuestionables y la misma comparación no aparece correcta.

Los países de la OPEP no son países desarrollados. Su riqueza debida al petróleo no es una inyección añadida a unas economías ya prósperas y sanas, sino la base económica para construir unas economías más equilibradas, donde en muchos casos hay que partir literalmente de cero. Este importante hecho justifica un mayor cuidado en la utilización de los fondos de la OPEP que en el caso de un país verdaderamente rico, ya que todo el futuro de los países de la OPEP depende de la manera en que se apliquen sus activos corrientes, que no son duraderos. Esta verdad no siempre se refleja en el comportamiento derrochador de muchos individuos de los mismos países de la OPEP. Su visión, al igual que la de algunos observadores, queda a veces cegada por la impresionante, pero perecedera, liquidez monetaria de que disponen en la actualidad.

Dado que el petróleo es su principal o único producto de exportación, los países de la OPEP no utilizan y de hecho no pueden utilizar su ayuda como un mecanismo para promocionar sus exportaciones, de la manera que se ha venido utilizando tradicionalmente por los países industrializados. La ayuda de estos últimos países, cuando no asume la forma explícita de crédito a la exportación, e incluso cuando está totalmente libre de ataduras específicas, se sigue utilizando en la mayoría de los casos para pagar mercancías y servicios de los países industrializados. Por lo tanto, las ataduras de la ayuda son casi inevitables en el caso de asistencia de los países de la OECD, tomados en su conjunto. Esto no sucede con la ayuda de la OPEP. De hecho, la ayuda de la OPEP también se utiliza para financiar mercancías y servicios procedentes de los países industrializados. Ambas formas de ayuda benefician por tanto a la economía de los países desarrollados, además de a los destinatarios. Sólo que los donantes de la OPEP no se benefician de un intercambio financiero con su ayuda. Esto es especialmente interesante a la vista del hecho citado frecuentemente, de que cada dólar de ayuda comprometida de un país industrializado, viene a representar un incremento de $2 – $3 en el PNB de ese mismo país.

Al calcular la relación entre ayuda y PNB de los donantes de la OPEP, tanto la OECD como la UNCTAD engloban juntos a diez países donantes, incluyendo países como Argelia, Irán y Nigeria, que a causa de su gran población tienen un PNB importante, pero que debido a las necesidades de sus economías figuran con una ayuda histórica baja. Si la base se limitara a los donantes típicos (los llamados países con excedentes), la relación sería mucho más alta. De hecho es esencial el limitar la base, ya que lo que coloca a un país en condiciones de prestar ayuda no es el hecho de ser miembro de la OPEP como tal. Hay muchos países en vías de desarrollo, fuera de la OPEP, que están en mejor situación económica e incluso financiera que algunos miembros de la OPEP.

El historial de ayudas de la OPEP

La mayoría de los miembros de la OPEP son países pequeños en vías de desarrollo. Ninguno de ellos es una "superpotencia" con intereses estratégicos que abarquen el mundo entero, ni una expotencia colonial con obligaciones políticas y económicas con sus antiguas dependencias. Los miembros de la OPEP extienden su ayuda por un motivo diferente. Están profundamente preocupados por las relaciones de los países del Tercer Mundo entre sí, y con la mutualidad de sus intereses.

La ayuda de la OPEP se ha visto influida considerablemente, tanto en su alcance como en su escala, por la revolución del petróleo de 1973. Aquí es donde se plantean nuevas cuestiones. Crean los incrementos de precios de exportación de una determinada mercancía un motivo para prestar ayuda ? Deben los beneficiarios de este incremento de precio compensar de alguna manera a aquéllos que soportan la carga de la factura adicional por las importaciones ?

La ayuda de la OPEP no es un fenómeno secundario. Los flujos de asistencia financiera de los países exportadores de petróleo han llegado a ser muy importantes en estos últimos años. Los compromisos de fondos y cantidades realmente desembolsadas representan una proporción desacostumbradamente alta del producto nacional bruto de los principales donantes de la OPEP. La proporción que representan los países miembros de la OPEP dentro del flujo total de ayuda oficial al Tercer Mundo es grande. Muchos países importantes en vías de desarrollo dependen hoy en día de la ayuda de la OPEP. Las grandes instituciones internacionales para el desarrollo también han llegado a depender de los países exportadores de petróleo para obtener unos préstamos substanciosos. Pero quizá más interesante aún que estas indicaciones de significado cuantitativo, es el hecho de que la ayuda de la OPEP ha asumido una variedad de aspectos, algunos de ellos de nueva concepción o no ensayado hasta la fecha.

La Ayuda de la OPEP antes de la Revolución del Petróleo.

La historia de la cooperación financiera entre los países miembros de la OPEP y otras naciones en vías de desarrollo comenzó poco después de la fundación de dicha organización en 1960. Este proceso se inició cuando en 1961 se creó el Fondo Kuwaití para el Desarrollo Económico Arabe. La coincidencia cronológica de estos hechos puede considerarse como accidental ; no había ninguna relación necesaria entre las acciones de los cinco países exportadores de petróleo que decidieron unirse en 1960 con el fin de defender unos intereses económicos vitales amenazados por la erosión de los precios del petróleo, y la decisión independiente de Kuwait tomada en 1961 de establecer un Fondo para Ayuda al Desarrollo Exterior. No obstante, y de una forma sutil, se pueden reconocer ahora en estas diversas acciones las características de un fenómeno nuevo e importante : el surgimiento de una solidaridad efectiva en el Tercer Mundo, tanto dentro de un grupo de países con intereses económicos similares, como entre miembros de este grupo y otras naciones en vías de desarrollo. Dentro del contexto de esta potencia, lo más interesante es que ya en 1961 nació un nuevo concepto para la ayuda exterior, en el cual tanto el donante como el receptor son países en vías de desarrollo.

El Fondo de Abu-Dhabi, al igual que el Fondo Kuwatí son instituciones nacionales cuya propiedad pertenece a uno de los países miembros de la OPEP. El Fondo Arabe es una institución regional fundada por un grupo de países, de los cuales no todos son miembros de la OPEP. Estos fondos se ocuparon principalmente de la concesión de préstamos para proyectos a Países Arabes, en condiciones concesionales.

Antes de 1973, la ayuda de los países miembros de la OPEP no se canalizó exclusivamente a través de unas instituciones de financiación al desarrollo. A finales de los años 60, tres Países Arabes exportadores de petróleo, Kuwatí, Libia y Arabia Saudí comenzaron a extender unas subvenciones importantes a Egipto, Jordán y Siria, cumpliendo así una resolución adoptada en la Cumbre de Khartoum de agosto, 1967. Hay diferencias considerables entre este tipo de ayuda en particular, y la que dan los Fondos. Los pagos se hicieron en forma de subvenciones y no de préstamos. No iban ligados a proyectos ni planes, sino que se dieron como ayuda directa presupuestaria. Beneficiaban únicamente a tres Países Arabes, mientras que los Fondos tenían desde un principio una vocación mucho más amplia. Estaban motivados por un fuerte imperativo político : la necesidad de apoyar a los estados víctimas del ataque armado Israelí de junio, 1967 y la ocupación militar resultante de aquél.

Características Relevantes de la Ayuda de la OPEP.

La ayuda financiera de los países de la OPEP y de las instituciones de ayuda apoyadas en la OPEP hacia otros países en vías de desarrollo, difieren en muchos aspectos de la ayuda concedida por otras fuentes, tanto si son bilaterales o multilaterales. En primer lugar, la cooperación financiera de la OPEP en el Tercer Mundo representa una transferencia de recursos desde un grupo de países en vías de desarrollo hacia otros países en vías de desarrollo. En segundo lugar, esta cooperación no se ve influenciada por motivos tales como los que caracterizan las actividades de otros donantes de ayuda, como es la promoción de las exportaciones de los donantes, el mantener una relación post-colonial, o el inducir unos cambios en las estructuras políticas o económicas de los distintos países receptores de ayuda.

La solidaridad de los países de la OPEP con las demás naciones del Tercer Mundo está enraizada en la historia del subdesarrollo que los miembros de la OPEP han experimentado y que comparten con otros países en vías de desarrollo. Su ayuda, que ha sido posible a través de la exportación de unos recursos naturales agotables, es otra expresión más de dicha solidaridad, cuyo objetivo final es el fomento el Nuevo Orden Económico Internacional.

El Fondo de la OPEP da clara prioridad a dos sectores : La producción de energía y la producción de alimentos, sin restringir no obstante la financiación de proyectos a estas dos áreas.

En segundo lugar, la experiencia relativamente reciente de la mayoría de las agencias de la OPEP en el campo de los préstamos para proyectos en general ha significado una mejora gradual de sus capacidades técnicas, lo cual es un proceso que obviamente no podía ir acompañado por el desarrollo de unas estrategias ambiciosas de préstamo para cada país receptor. En la práctica, esto ha significado también que las iniciativas de identificación de los proyectos han quedado principalmente como responsabilidad de los gobiernos receptores.

Estas características tienen a su vez implicaciones sobre los medios y el nivel de la contribución que las agencias de la OPEP podían traer para resolver el problema del Tercer Mundo. Esto no disminuye en modo alguno la preocupación de los países miembros de la OPEP por la eliminación del hambre en el mundo, tal como indica su apoyo y ayuda financiera a las nuevas agencias establecidas específicamente para atacar ese problema. Los países de la OPEP, que son todos países deficitarios en alimentos, reconocen que, si bien las economías de los países desarrollados y en vías de desarrollo están y seguirán estando relacionadas entre sí, las escaseces de suministro en los países en vías de desarrollo no se pueden cubrir de forma adecuada o indefinida mediante una mayor producción en las partes desarrolladas del mundo. Los déficits en los países en vías de desarrollo pueden eliminarse únicamente incrementando el énfasis puesto en dichos países sobre la producción de alimentos. Es obvio que este objetivo no se puede conseguir si los mismos países en vías de desarrollo no están preparados para evolucionar y poner en práctica una estrategia de desarrollo dirigida hacia este objetivo. Debido a limitaciones distintas al capital, como son limitaciones en recursos tecnológicos y físicos, es probable sin embargo que los beneficios de cualquiera de estas estrategias se asienten y cosechen únicamente a largo plazo.

El fondo de la OPEP

Constituido en 1976, el Fondo de la OPEP es la institución de ayuda de los trece miembros de la OPEP que han firmado todos sus acuerdos fundacional y han contribuido a sus recursos. El Fondo comenzó sus operaciones en agosto de 1976, con unas contribuciones iniciales de aproximadamente $800 millones. Las contribuciones posteriores, algunas de las cuales iban destinadas a transferencias para diversas agencias de ayuda internacional, han incrementado la cifra total de contribuciones hasta la fecha a un valor algo superior a $1.6 billones.

Básicamente se confían al Fondo dos funciones : la de coordinador de las políticas y actividades conjuntas de los miembros de la OPEP en el sector de la ayuda exterior, y la de un donante de ayuda colectiva por derecho propio.

En resumen, en su papel de coordinador, el Fondo, o más bien su Comité Ministerial y su Comité de Gobierno, constituyen la voz a través de la cual los Estados de la OPEP han elegido manifestarse sobre diversos aspectos de sus políticas de ayuda exterior. En general, el fondo ha intentado desde su fundación, jugar un papel positivo en la ayuda a nuevas instituciones y en desarrollar políticas adecuadas para efectuar cambios en las relaciones económicas internacionales. El objetivo principal es lograr el establecimiento del "Nuevo Orden Económico Internacional", mediante un máximo de acción y un mínimo de retórica. La participación del Fondo en la creación del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (IFAD), fue por ejemplo un esfuerzo para el cumplimiento parcial de este objetivo.

Otra ocasión fue el interés mostrado por los estados de la OPEP en el Programa Integrado para Mercancías del UNCTAD, y su elemento principal, el Fondo Común proyectado. La finalidad principal del Fondo Común es dar asistencia a organizaciones comerciales individuales para la compra y almacenaje de mercancías cuando los precios caen por debajo de un nivel acordado. Se ayudaría entonces en los precios cuando las condiciones de suministro y demanda afecten de forma adversa amenazando los precios y otros efectos económicos para los productores. Al Fondo de la OPEP se le encomendó la responsabilidad de coordinar los esfuerzos de los miembros de la OPEP en las negociaciones para el establecimiento del Fondo Común. La contribución financiera de estos países al Fondo Común también se hará eventualmente a través del Fondo de la OPEP.

EL papel principal del Fondo como donante de ayuda en condiciones altamente concesionales, es por supuesto la principal razón de su existencia. El Fondo lleva a cabo básicamente dos series de actividades de préstamo : (1) da ayuda a la balanza de pagos de países que tengan graves déficits en sus cuentas corrientes ; y (2) concede préstamos para proyectos de desarrollo económico. Todos los préstamos del Fondo tienen unos vencimientos largos, y salvo unos pocos, todos ellos, se han concedido sin intereses.

En la actualidad, un país solicitante ha de cumplir dos criterios para poder beneficiarse con este tipo de ayudas : (1) el factor de déficit corriente que acabo de mencionar, y (2) la falta de proyectos de desembolso rápido adecuados para financiación. Generalmente, cuando el Fondo concede un préstamo para la balanza de pagos, el prestatario (que en todos los casos será un gobierno), acuerda depositar una cantidad equivalente en moneda local, para ser utilizada dentro de un plazo de tiempo razonable para la financiación local de los costes de uno o más proyectos de desarrollo.

El segundo tipo de ayuda prestada por el Fondo lo es en forma de préstamos directos para proyectos, lo cual se ha convertido actualmente en la principal actividad operacional del Fondo. Este tipo de empresa se lleva a cabo siguiendo una filosofía manifestada expresamente por los autores del acuerdo con el cual se estableció el Fondo. Han tomado gran cuidado en evitar crear otra burocracia duplicando estructuras de organización así como actividades de otras instituciones. Más bien han tratado de crear una institución que tenga capacidad de decisión rápida, manteniendo una estructura de equipo flexible, para evitar los embotellamientos y los retrasos que son tan característicos en unos cuerpos mayores de estructura más formal.

Conclusion

Todos aquellos que tienen en su corazón los intereses del Tercer Mundo se dan cuenta que una OPEP fuerte beneficia al Tercer Mundo en su conjunto. La fuerza de la OPEP representa una oportunidad única para los países en vías de desarrollo. Pero todos hemos de darnos cuenta de que esta fuerza se basa en su facilidad transitoria de una producción de petróleo extensa, así como en la resultante acumulación de activos líquidos netos. Mediante solidaridad entre los países en vías de desarrollo se pueden lograr beneficios mutuos para todos, antes de que se pierda esta oportunidad. Ahora bien, es necesario contemplar los excedentes de los productores de petróleo en su verdadera perspectiva : como una forma monetaria de un activo que se está agotando y que no contribuye necesariamente a la riqueza de los países productores de petróleo. Es en interés de esos países, y del mundo en general, que se establezcan unos mecanismos prácticos para la transformación de estos activos en una nuevas inversiones reales, que les permitan obtener ingresos en la era posterior al petróleo. En la medida en que estas inversiones se pongan en práctica en otros países en vías de desarrollo, la OPEP jugará también un papel principal en la redistribución internacional de ingresos en pro de los países más pobres. Esta re-distribución ya ha comenzado y se está convirtiendo en un imperativo social en la escena internacional. Cuando antes se logre de una forma ordenada, tanto más felices serán los habitantes de este planeta.

www.uninorte.edu.co

Capítulo III

La crisis

Se desploma el precio del petroleo

Marzo 8, 2000Actualizado: 11:31 PM EST (0431 GMT)

LONDRES (Reuters) — Los mercados de petróleo se desplomaron en un asombroso 10 por ciento el miércoles tras informar fuentes de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) que Irán había retirado sus objeciones a un aumento de la producción del cártel a partir del 1 de abril.

El crudo Brent para entrega en abril quedó en 28,10 dólares el barril, una baja de 3,20 dólares que más que revirtió el gran avance de 2,27 dólares, o siete por ciento, que registró el martes.

Los crudos ligeros de Estados Unidos se transaban con baja de 3,03 dólares a 31,10 el barril.

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