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Influencia del mundo pagano en el origen del cristianismo




Enviado por fcomorillo



    1. Rituales católicos:
    ¿cristianos o paganos?

    2. La influencia pagana en la
    tradición católica

    3. Reina del Cielo
    4. El Uso De Símbolos Paganos Por
    Papa Y Obispos

    5. Conclusión

    1. Rituales
    católicos: ¿cristianos o
    paganos?

    En este artículo, amigo lector, quiero hacerte
    llegar mi sensación de sorpresa, al estudiar sobre este
    tema y comprender que la mayoría de las fiestas, llamadas
    cristianas, tienen un trasfondo pagano y por lo tanto sin
    justificación bíblica.

    Tras la muerte y
    resurrección de nuestro Señor Jesucristo, los
    cristianos, de tradición judaica, solamente celebraban la
    Resurrección y Pentecostés, como nos queda
    reflejado en la propia Palabra de Dios: "Porque Pablo se
    había propuesto pasar adelante de Efeso, por no detenerse
    en Asia: porque se
    apresuraba por hacer el día de Pentecostés, si le
    fuese posible, en Jerusalén" (Hechos 20.16), "Empero
    estaré en Efeso hasta Pentecostés" (1ª
    Corintios 16.8). Fue más adelante, a partir del siglo
    tercero de nuestra era, cuando se empiezan a conmemorar fiestas,
    que ahora todos conocemos.

    En general, el cristianismo
    de entonces quiso asimilar, no en el fondo, pero si en la forma,
    las antiguas conmemoraciones paganas, incorporándolas a
    sus ritos, pero no se dieron cuenta de que eso era imposible y
    que de se alejaban de la voluntad de Dios que quiere que su
    pueblo no se contamine con los rituales del mundo. Por mucho que
    se cambien los nombres de las deidades paganas por nombres de
    "santos", "Virgen" o el propio "Señor", el trasfondo
    seguía siendo el mismo, como veremos a
    continuación.

    Voy a analizar, muy por encima, algunas de las fiestas
    centrales del catolicismo:

    La Navidad Y
    Epifanía

    Hasta el siglo IV de nuestra era no se comenzó a
    celebrar el nacimiento de Jesucristo, pero sin concretar, por la
    tradición una fecha fija. Así, hubo dos fechas: 25
    de diciembre y 6 de enero. La primera es la que se
    instituyó en el Imperio Romano de
    Occidente, mientras que la segunda lo fue en el de Oriente. Ahora
    bien, estas fechas no tienen una certeza cronológica con
    la verdadera fecha de nacimiento de Jesucristo, pero si tienen
    una coincidencia con las festividades paganas, de las religiones clásicas,
    tanto romanas como helenísticas (incluida la
    egipcia).

    Vamos a analizarlas por separado:

    25 de diciembre: Era conocida en el impero occidental
    como las fiestas del solsticio de invierno, por lo tanto un culto
    pagano. En él se celebraba el término del
    acortamiento de las noches y el triunfo del "dios sol", con el
    alargamiento del día. Fue entre los años 324-325 D.
    C. cuando se decidió su institución como fiesta
    cristiana, pasando de conmemorar la llegada del invierno al
    nacimiento del Salvador.

    Otra importante fiesta coincidía en tiempo y era la
    celebración del nacimiento de Horus, o la
    resurrección de Osiris, nacido de una virgen (Isis) y que
    seguía siendo virgen después del alumbramiento,
    pero esto es objeto de otro artículo.

    6 de enero: Era la fecha de conmemoración de la
    "fiesta de la Luz"; en esta
    fiesta se celebraba el nacimiento del Sol, así en
    Alejandría, la noche del 5 al 6 de enero se recordaba el
    nacimiento del Tiempo, Aion, con
    una procesión de antorchas hasta el templo de Korion. En
    la procesión se entonaba el siguiente canto "La virgen ha
    dado a luz, la luz
    aumenta, la Virgen ha dado a la Luz, el Aion". Este culto pasa a
    la cultura griega
    y es ritualizado en toda el imperio heleno.

    En cuanto a su cristianización, en el imperio de
    Oriente, como en la actualidad en la religión ortodoxa
    griega, se celebra el nacimiento de Jesús, mientras que en
    Occidente se instituye la Epifanía o fiesta de
    visitación de los Reyes de Oriente.

    La Fiesta Del Nombre Del Señor: Enmanuel
    Esta fiesta se celebra el día primero del año, que
    coincidía con la festividad pagana clásica del
    nuevo año.

    San Juan Bautista

    Su celebración coincide con el solsticio de
    verano, es decir, el 24 de junio. Este era uno de los días
    centrales de las religiones paganas, el
    día del culto al "dios sol". Era una fiesta extendida por
    todo el mundo antiguo, partiendo del culto a Ra, el dios sol para
    los egipcios, cuya deidad fue asumida con distintos nombres por
    las culturas helena, en primer lugar, y después por la
    romana.

    El ritual era parecido al de la actualidad; En la noche,
    la más corta del año, se encendían hogueras
    las cuales había que saltar como acto de
    purificación interior, de liberación de pecados y
    de malos espíritus. En su cristianización, como es
    obvio se mantiene este sentido; se le aplica a San Juan Bautista,
    el profeta que predicaba el bautismo de arrepentimiento de los
    pecados.

    Semana Santa

    Como en las fiestas de la Navidad, su
    conmemoración comienza en el siglo IV D. C. y como en
    ésta también tiene su base en una
    celebración pagana; el culto al dios Atis,
    celebrándose su muerte y su
    posterior resurrección.

    Nuestro Señor Jesucristo no nos manda recordar su
    muerte y
    resurrección de forma especial en una fecha determinada,
    sino conmemorarlo siempre que tomemos la Santa Cena

    Pascua De Resurrección

    La fiesta de la Pascua se celebra siempre el primer
    domingo siguiente a la primera luna llena de primavera, por eso
    su carácter
    cambiante. Bien, esta fiesta es similar a otra egipcia que se
    celebraba el mismo día, para conmemorar la entrada de
    Osiris en la Luna.

    Festividad Del 15 De Agosto

    Para el catolicismo en este día se celebra la
    ascensión de María al cielo. Este hecho, como la
    mayoría de los que estamos analizando aquí, carece
    de base bíblica, pues es una tradición que hasta el
    año 1950 no ha sido objeto de dogma de Fe.

    Como en todas las festividades analizadas tiene una
    coincidencia pagana; a mediados de agosto se celebraba en la
    antigua Grecia y en
    Roma, el culto a
    Hécate – Artemisa – Diana, "diosa de la Luna y Reina del
    Cielo", con objeto de evitar que enviara las tormentas que tan
    dañinas son para las cosechas en estas fechas.

    Las Fiestas Locales

    En todas las localidades, ya sean europeas como
    americanas, tenemos fiestas locales siempre celebradas en nombre
    de una advocación mariana o de un santo, patrón de
    dicha localidad. Esta tradición de nuevo tiene su
    trasfondo pagano, puesto que antes de la entrada de la fe
    cristiana como religión oficial, las
    localidades tenían una deidad "patrona" que les infundiera
    protección y por supuesto, tenían sus fiestas
    conmemorativas. Así, como las mayoría de las
    festividades fue cristianizada eliminado la supuesta
    protección de una deidad pagana, pasando su supuesta
    protección a un santo o a la mismísima
    María, en alguna de sus numerosas advocaciones.

    Todos Los Santos Y Difuntos

    La víspera del 1 de noviembre coincidía
    con una festividad, pagana, celta, la del "Samhein", fiesta que
    marcaba el final del verano y de las cosechas, para pasar a los
    días de frío y de oscuridad. En esa noche se
    creía que el dios de la muerte
    hacía volver a los muertos, permitiendo comunicarse
    así con sus antepasados. También esta
    práctica era habitual en el pueblo romano, pues el 21 de
    febrero celebraban la fiesta de "Feralia" ayudando con sus
    oraciones a la paz y el descanso de sus difuntos.

    En la tradición católica esta festividad
    se inicia cuando el "Papa" Bonifacio IV, el 13 de Mayo del 609 o
    610, consagró el "Panteón de Agripa" al culto de la
    "Virgen y los mártires", comenzando así una fiesta
    para conmemorar a esos santos anónimos, desconocidos por
    la mayoría de la cristiandad, pero que por su fe y obras,
    son dignos de reconocimiento por toda la humanidad.

    Es el Papa Gregorio III (731-741) el que cambia la fecha
    del 13 de mayo a la del 1º de noviembre. El porqué ya
    lo conocemos, asegurarse así la conversión, a
    cualquier precio, de
    estos pueblos, adoptando así prácticas
    paganas.

    Como habrás podido leer, existen razones para
    claras para desechar tales festividades, puesto que ninguna de
    ellas tiene base en la Palabra de Dios y por lo tanto, estamos
    ante ritos paganos, eso si cristianizados, pero sin sentimiento
    espiritual cristiano.

    Creo que lo que quiere el Señor es que
    celebremos, si a ti te ha sucedido, cada uno su
    Pentecostés, es decir, su nacimiento de nuevo y dar
    gracias, a diario, por este gran advenimiento, pues Cristo mora
    en nosotros a través de su Espíritu.

    2. La influencia pagana en
    la tradición católica

    En este artículo quiero reflexionar sobre las
    grandes influencias que ha tenido la tradición religiosa
    pagana (babilónica, egipcia, griega y romana, entre otras)
    en la mayoría de los ritos, imágenes y
    símbolos de la religión católica.

    La propia Palabra de Dios, como he desarrollado en
    varios de los artículos que tengo publicados en esta
    Web, no
    faculta, sino que prohibe, a todo cristiano el uso, ni siquiera
    para adorar a Dios, de imágenes,
    tal y como así nos lo expresa el propio Dios Padre, en los
    diez mandamientos (Deuteronomio 5).

    ¿Entonces, por qué han sido usadas por la
    tradición católica?, ¿por qué se han
    atrevido a cambiar la propia Ley divina?,
    ¿en verdad nos acercan a Dios?. Son preguntas a las que
    intentaré dar una respuesta.

    Introducción:

    Durante los tres primeros siglos de nuestra era, la
    Iglesia, tal y
    como nos aparece en las cartas de Pablo,
    estaba formada por pequeñas iglesias, familiares y
    locales. Éstas seguían y cumplían el
    Evangelio de Cristo y por supuesto, la Ley de Dios. De
    forma progresiva, las primitivas iglesias fueron
    haciéndose cada vez mas grandes y numerosas y por
    consiguiente surge el problema de su organización. Comienzan a adquirir los
    obispos un papel mucho
    más institucional, del cual la propia Palabra de Dios no
    nos dice nada, y así entramos en el proceso de
    desviación o "apostasía". Se mantienen reuniones o
    "concilios" para discutir sobre las cuestiones que afectan a la
    Fe y es aquí donde comienzan las importantes desviaciones
    del Evangelio.

    Una de las principales se refiere a la permisividad
    general, por parte de la
    organización de aquel entonces, del uso de
    imágenes y ritos paganos, eso si cristianizados, para
    así acercar a las masas religiosas gentiles, a las que les
    había llegado el mensaje de salvación de Cristo,
    pero que bajo ningún concepto
    querían abandonar su idolatría (cultos y ritos), es
    decir, su propia cultura.

    Iconografía y símbolos
    católicos

    Ningún católico puede negar la importancia
    de los escritos del Antiguo Pacto, o sea, el Antiguo Testamento,
    puesto que debemos entender que está completamente
    vigente, eso si, comprendido con la Luz del Nuevo Pacto, o sea,
    con el Espíritu Santo que mora en las personas que siguen
    el Evangelio de Cristo.

    Partiendo de la premisa que nadie puede quebrantar ni
    cambiar los mandamientos (Mateo 5.17-20) y que toda la escritura
    está inspirada por Dios (2ª Timoteo 3.16), tenemos
    que empezar a preguntarnos de dónde aparece la
    autorización para que se pueda representar a Nuestro
    Señor Jesucristo, a María, la madre del
    Señor, o a los llamados "santos" y mártires del
    cristianismo.

    Si no eres un gran lector de la Palabra de Dios, es
    decir, de la Biblia, o no conoces bien las Escrituras,
    podrás pensar que en algún lugar del Nuevo
    Testamento aparecerá la autorización para que el
    Segundo Mandamiento (es decir, el que prohibe realizar y adorar
    imágenes de lo que está en los cielos…
    Deuteronomio 5.2) se acomode al decálogo de la
    religión católica. Pues bien amigo/a, esto no se
    produce. Por lo tanto, el cambio se
    debió producir por una persona,
    llámese "Papa" u "Obispos", que por mucha autoridad en
    cuestiones de Fe que se les pueda adjudicar, no tienen ninguna
    base divina para realizarlo.

    Yo, personalmente, no me atrevo a contradecir a nuestro
    Padre, es decir, a Dios "y no llaméis padre vuestro a
    nadie en la tierra;
    porque uno es vuestro Padre, el cual está en los cielos"
    (Mateo 23.9) y por mucho que alguien de este mundo me pueda
    justificar este cambio, no
    puedo seguirle, pues iría en contra del Evangelio de
    Cristo, que en ningún momento invalida los
    mandamientos.

    Entonces, si los primeros cristianos, tal y como Pablo
    nos relata en sus cartas,
    seguían el Evangelio de Cristo y eran respetuosos con la
    Ley de Dios, ¿cuándo llegó el momento de la
    desviación?. Es fácil la respuesta; por la
    tradición religiosa pagana.

    En el transcurrir de los primeros siglos de nuestra era,
    el Evangelio de Cristo fue predicado por todo el
    Mediterráneo. En estos pueblos, receptores de la
    Palabra, chocaba de una forma frontal el que se les hablara de un
    solo Dios y mucho más que ese mismo Dios hubiese venido a
    este mundo, de una forma tan humilde, para dar su vida en
    sacrificio por nuestros pecados. Ellos creían en infinitos
    dioses y asimilaban en sus culturas a los dioses de los pueblos a
    los que conquistaban e, incluso, tenían un pedestal sin
    imagen para el
    Dios desconocido, tal y como nos relata Pablo en su viaje a
    Atenas "Porque pasando y mirando vuestros santuarios,
    hallé también un altar en el cual estaba esta
    inscripción: AL DIOS NO CONOCIDO. Aquél pues, que
    vosotros honráis sin conocerle, a éste os anuncio
    yo" (Hechos 17.23).

    Por su propia cultura
    creían que tener un solo Dios era símbolo de
    pobreza,
    así que las diferencias eran muchas, pero no insalvables
    para el Evangelio, para los que se entregaron a Cristo en cuerpo
    y alma. Sin embargo, conforme transcurre el tiempo, la Iglesia va
    siendo cada vez más numerosa e incluso llega a convertirse
    gente poderosa dentro de las instituciones
    del Imperio, es decir, va teniendo cada vez más
    "prestigio", ya deja incluso de ser perseguida y con la llegada
    de Constantino es legalizada; deja de ser una Iglesia de
    Catacumbas para pasar a ser una "religión" con poder, que
    intenta dejar sin prosélitos a las otras religiones, es
    decir, las paganas, hasta llegar a ser consideradas éstas
    últimas ilegales y, la cristiana, pasar a ser la
    religión oficial del Imperio Romano.
    En este camino, que he tratado con tanta rapidez, pero de todos
    conocido, es donde se produce el hecho, el cual es objeto de este
    artículo; la desviación del Evangelio de
    Cristo.

    La religión oficial del Imperio, tal y como he
    apuntado, era politeísta e idólatra. Sus templos
    estaban repletos de imágenes, a las cuales se las adoraba
    y se les ofrecían sacrificios y ofrendas. El
    origen de estos dioses era dispar; la mayoría
    procedía de la cultura helenística y a su vez
    ésta los adoptó de las culturas babilónica y
    egipcia. Roma lo que
    hacía era "latinizar" su nombre, así por ejemplo El
    Dios supremo de la mitología Romana era Júpiter, el
    cual era conocido en Grecia como
    Zeus, pero respetaba toda su doctrina y culto.

    ¿Cómo pudo influir esta religión
    pagana en el cristianismo de entonces, si las diferencias eran
    tan claras?. La respuesta tiene que ver con la idolatría;
    la cultura religiosa se basaba en el culto a las imágenes.
    Cuando a un pagano o gentil se le hablaba de Nuestro
    Señor, esta persona lo
    asociaba en un principio como a un dios más, pero tras una
    verdadera predicación, esa persona comprendía el
    verdadero sacrificio que Él hizo por su pueblo, y por lo
    tanto empezaba a conocer la Palabra. Pero cuando el predicador le
    hablaba de que debía dejar sus ídolos, esta persona
    decía que NO. El problema estaba en que este Nuevo Dios,
    el Dios verdadero, no tenía ni nombre ni imagen y por lo
    tanto, su base doctrinal era la Fe, el creer sin ver. La cultura
    pagana estaba basada en el respeto a los
    demás dioses, en las imágenes, en las fiestas, todo
    ello estaba enraizado en la sociedad
    imperial. No digo que no existieran cristianos verdaderos que se
    entregaran a Cristo en Espíritu y en verdad, todo lo
    contrario. Hablo del sentir general de la sociedad.

    El problema de aquel entonces es bastante grande, puesto
    que por ese camino siempre seguirían siendo una Iglesia
    perseguida y proscrita. La solución la encontraron algunos
    hombres, que, llamándose cristianos, pensaron en algo que
    la misma Roma hizo en materia
    religiosa: respetar sus imágenes, eso si,
    convirtiéndolas en símbolos cristianos. Pero,
    esto iba en contra de la propia palabra de Dios, existía
    un mandamiento que lo prohibía. Solución: quitarlo
    y problema resuelto.

    Pero, ¿cómo mantener los ídolos
    paganos?, ¿existían coincidencias doctrinales que
    permitiesen el cambio de nombre?. La respuesta,
    sorprendentemente, es que SI.

    Proceso de transformación de ídolo pagano
    en imagen católica

    Como he avanzado, resultaba que, en verdad,
    existían coincidencias doctrinales entre las creencias
    paganas y las cristianas. Estas coincidencias no eran totales,
    como te habrás podido imaginar. Así encontramos
    ciertos paralelismos, entre Cristo, María y Jehová,
    y ciertos dioses y diosas de la mitología
    griega, babilónica y egipcias principalmente, todas
    ellas adoptadas por una religión clásica que era la
    que dominaba el ámbito religioso del Imperio.

    Comenzaré a analizar estas semejanzas y su
    proceso de
    aceptación en una naciente religión, la
    católica, que tal y como ahora ocurre, tiene en el
    ecumenismo su vía hacia un futuro en franca
    expansión.

    La Figura De La Virgen
    María:

    María, la madre de nuestro Señor, tiene
    una gran importancia dentro de la simbología
    católica. Ella es conocida por múltiples
    acepciones, fruto de las distintas funciones que
    para los católicos tiene.

    Vamos a analizar alguna de ellas y su paralelismo con
    las figuras paganas de la antigüedad:

    3. Reina del Cielo

    Como de todos es sabido, uno de los innumerables
    títulos que la iglesia católica le concede a
    María, es el de Reina del Cielo.

    ¿Cómo se le concede este título?.
    María, según reza uno de los principales Dogmas de
    Fe del catolicismo, fue ascendida a los cielos y una vez
    allí, por la importancia de su misión, es
    decir, la de ser la escogida para engendrar al Salvador, se le
    otorgó el título de "Reina del Cielo".

    Todo lo anterior no tiene una base bíblica y es
    de reciente instauración (desde 1950). Por lo tanto, es la
    propia tradición popular, sin tener en cuenta la Palabra
    de Dios, la que otorga ese premio y una vez en el cielo, la
    posibilidad de co-reinar con nuestro Señor
    Jesucristo.

    Como solamente se ha tomado en cuenta la
    tradición y no la Palabra, debemos comprobar lo que
    ésta nos dice sobre la "Reina del Cielo": Es en el
    libro de
    Jeremías, en concreto en el
    Cap. 7, Vers. 17-19, donde encontramos este título:
    "¿No ves lo que estos hacen en las ciudades de Judá
    y en las calles de Jerusalén? Los hijos cogen la
    leña, y los padres encienden el fuego, y las mujeres
    amasan la masa, para hacer tortas a la reina del cielo y para
    hacer ofrendas a
    dioses ajenos, por provocarme a ira. ¿Me provocarán
    ellos a ira, dice Jehová, y no más bien obran ellos
    mismos para confusión de sus rostros?". Pues bien, esta
    "Reina del Cielo" viene referida a la diosa Astoret o
    Astarté, que era venerada por el pueblo Fenicio (cananeos
    y sidonios). Como vemos el mismo pueblo judío cae en sus
    ritos y cultos, apartándose del Dios verdadero.
    También le ocurre lo mismo a Salomón, el más
    sabio entre los hombres, pero que en su ancianidad cae en el
    culto a los ídolos: "Porque Salomón siguió a
    Astarté, diosa de los Sidonios, y a Milcom,
    abominación de los Ammonitas" (1ª Reyes
    11.5).

    ¿Quién es esta diosa?, ¿de donde
    procede?, ¿cuál era su doctrina?:

    Para responder a estas preguntas nos tenemos que
    adentrar un poco en la cultura fenicia; las tradiciones
    religiosas fenicias estaban influenciadas en gran manera por la
    cultura babilónica, que en su expansión
    influenció en los pueblos invadidos. Así entonces,
    debemos remontarnos a esta cultura, una de las más
    antiguas de la humanidad. Su origen, según el
    Génesis 10.8-10, parte de Nimrod, un luchador rebelde a
    Jehová. Es aquí donde comienza el mito: Nimrod
    fue asesinado y para cumplir su venganza, su esposa,
    Semíramis, engendró de forma sobrenatural un hijo,
    que según la tradición, era la resurrección
    de Nimrod, el cual se llamó Tammuz. Pero existe un aspecto
    todavía más importante y es que una vez que
    Semíramis dio a luz a su hijo, ella continuó siendo
    virgen. Con el transcurso del tiempo, Semíramis se
    convirtió en Diosa y recibió el título de
    "Reina del Cielo".

    En Fenicia continúa este mito, pues el
    padre, conocido por el "Dios Sol", es Baal e incluso en su
    mitología aparece el hijo, llamado Baal-Tammuz. En las
    Escrituras aparecen continuas referencias al culto a los baales,
    como desviación del camino mostrado por Dios a Israel, centrado
    en el cumplimiento de la Ley (mandamientos).

    Pero la influencia babilónica no sólo se
    centró en Fenicia, sino que también tuvo su
    importancia en otra de las grandes culturas de la antigüedad
    como es la egipcia; El mito de la virgen, madre del vengador, es
    decir, del "Justo", pues vino a hacer justicia
    contra el maligno, recae en Isis. Su mito es parecido; Osiris, su
    esposo, es asesinado por Tifón, dios maligno. Ella
    encuentra su cuerpo, pero Tifón lo dispersa por todo
    Egipto. Para
    cumplir su venganza, engendra un hijo, Horus, de forma
    sobrenatural, pues su padre es Ra, el "Dios Sol". Horus es la
    reencarnación de Osiris y su destino es hacer justicia,
    matando al maligno.

    Como podemos ver, su doctrina es muy similar, por no
    decir idéntica a la babilónica y es su mito el que
    va a permanecer e influir con más fuerza en la
    cultura romana, no como deidad absorbida, sino como culto
    independiente y enraizado en la sociedad clásica.
    Así en el año 80 A.C. se funda, en la colina
    Vaticana, justo en el lugar donde se ubicará la
    basílica de San Pedro, el templo de Isis.

    Sus creencias encajaron en la sociedad clásica y
    junto con la griega Artemisa y la romana Diana (diosa luna), con
    un ámbito doctrinal parecido, fueron adoradas por multitud
    de fieles. Hay que resaltar que fue su culto, por Justiniano en
    el año 535 D.C., el último abolido de la
    religión pagana.

    En la faceta de "Reina del Cielo" se la representaba
    posada en una luna creciente con 12 estrellas, en forma de
    corona, sobre su cabeza. Esta es una de las formas habituales de
    representar a la "Virgen María" como "Reina del
    Cielo".

    María, Madre de Dios

    A María no se le puede negar, bajo ningún
    concepto, que
    fue la madre de Nuestro Señor Jesucristo y por lo tanto
    del Verbo hecho hombre. Esta
    aseveración no justifica el que se quiera endiosar a
    María, ofreciéndole el mismo tratamiento que al
    propio Padre, Dios. La misión de
    María es la más importante que se le puede ofrecer
    a un ser humano; puesto que dar la posibilidad de engendrar a
    Dios hecho hombre, es
    para un creyente, la máxima bendición posible en
    este mundo. Pero su misión quedó ahí, pues
    en ninguna parte de las escrituras María ejerce un
    papel
    determinante o influyente en nuestro Señor.

    ¿Entonces, por qué la asimilamos a Dios?,
    ¿merece nuestra adoración?

    Es una respuesta que debes meditar, eso si,
    basándote en las Escrituras, puesto que si lo haces
    basándote en la tradición católica,
    encontrarás, de nuevo, similitudes con las doctrinas
    paganas.

    Así, como ya hemos visto en el esbozo doctrinal
    que he incluido, las diosas Semíramis – Astarté –
    Isis… tienen en común que son las madres de un hijo,
    engendrado de forma sobrenatural (Tammuz – Baal-Tammuz –
    Horus…), permaneciendo vírgenes después de su
    alumbramiento.

    Estas doctrinas influyeron en Grecia y Roma adoptando
    sus creencias y pasando a denominarse Afrodita – Venus y sus
    hijos Eros – Cupido. Pero, sobre todo, era el culto a Isis el que
    tenía una importante atracción para la cultura
    religiosa romana, que la representaba con su hijo Horus en su
    regazo.

    A continuación incluyo dos fotografías, en
    las cuales podemos ver las notables similitudes (salvando las
    grandes diferencias doctrinales) que existen entre las dos
    figuras: la pagana y la católica.

    Las dos, como ves, se tocan un pecho, que simboliza la
    fertilidad, puesto que Isis era conocida, en uno de sus
    múltiples nombres, como diosa de la fertilidad.

    En esta última acepción es conocida con el
    nombre de Asera, diosa cananea de la fertilidad. Aparece
    representada junto a un árbol, como sucede con las
    numerosas apariciones de la "Virgen". El culto a esta diosa
    estaba tan extendido que el mismo pueblo de Israel cae en
    esta idolatría: "Jehová sacudirá a Israel al
    modo que la caña se agita en las aguas; y él
    arrancará a Israel de esta buena tierra que
    había dado a sus padres, y los esparcirá más
    allá del Eufrates, por cuanto han hecho sus
    imágenes de Asera, enojando a Jehová" (1ª de
    Reyes 14.15)

    En el proceso de cristianización de la sociedad
    romana, existen numerosas crónicas que nos hablan de
    cómo el pueblo romano, ya cristianizado, no abandonaba el
    culto a la "Madre de Dios", Isis, y lejos de quebrar sus
    imágenes lo que hacía era cambiarles simplemente de
    nombre.

    Esta idolatría tenía otra coincidencia
    importante con la sociedad católica actual y es el vestir
    a las imágenes; en la antigua Egipto, las
    imágenes de la diosa Isis eran vestidas con lujosas
    vestiduras y ostentosas joyas. Incluso había personas
    dedicadas en exclusividad a estos menesteres. No tienes nada
    más que acercarte a cualquier iglesia católica de
    tu localidad y ver a cualquier "Virgen", cómo está
    vestida y enjoyada, e incluso perduran las llamadas "camareras"
    que son las encargadas de vestir a las
    imágenes.

    Retomando el tema de la fertilidad tengo que hablar de
    Éfeso; en esta ciudad existía el mayor templo de la
    antigüedad, el dedicado a Artemisa – Diana, una de las siete
    maravillas del mundo antiguo. Artemisa tenía en esta
    ciudad el centro de su adoración. En esta diosa confluyen
    también las mismas bases doctrinales que hemos visto con
    Astarté, "Reina del Cielo". En Hechos 19.23-40 se relata
    la visita de Pablo a Éfeso, y el alboroto que se
    formó cuando oyeron a Pablo predicar el Evangelio de
    Cristo, puesto que hablaba de un solo Dios y prohibía las
    imágenes, tal y como la propia ley de Dios nos manda. En
    este punto, los artesanos, que hacían imágenes de
    la diosa Artemisa, se enfrentaron a Pablo y sus seguidores, para
    evitar que se fuera al traste su negocio y su cultura, dando
    vivas a la diosa. Esto aclara bastante el sentimiento que la
    sociedad pagana tenía a sus dioses, pero en particular a
    la "Reina del Cielo – Madre de Dios".

    Paradójicamente, fue en Éfeso, en el
    año 431 D.C., cuando se celebró un concilio en el
    que se instituyó, como dogma de Fe, el papel de
    María como "Madre de Dios". El título que se le
    establece es el de "theotókos", que precisamente es el que
    disfrutaba la diosa Artemisa e Isis, pero con la diferencia de
    que eran la "Madre de los dioses". Aquí, se cristianiza el
    término asimilando doctrinalmente las figuras. Otra
    coincidencia, que viene al caso, es que la tradición
    católica sitúa los últimos años de
    vida de María en Éfeso.

    Pero no todo fue un camino de rosas para la
    asimilación. Existieron voces contrarias, como la del
    condenado Nestorio, Patriarca de Costantinopla, que en el
    concilio de Éfeso dijo: "si vosotros llamáis a
    María, Madre de Dios, hacéis de ella una diosa";
    Clemente de Alejandría, en el 200 D.C. dice "toda imagen o
    estatua debe llamarse ídolo porque no es otra cosa que
    materia vil y
    profana, y por eso Dios, para quitar de raíz la
    idolatría, ha prohibido en su culto cualquier imagen o
    semejanza de las cosas que están en el cielo o en la tierra,
    prohibiendo igualmente su fabricación; y es por esto que
    nosotros los cristianos no tenemos ninguna de aquellas
    representaciones materiales";
    San Cipriano "¿Para que postrarse delante de las
    imágenes?. Eleva tus ojos al cielo y tu corazón;
    allí es donde debes buscar a Dios". Son varios ejemplos de
    los llamados "Padres de la Iglesia" que prohiben el uso de dichos
    medios para
    acercarnos a Dios.

    María, como
    mediadora

    En el catecismo de la religión católica se
    le otorgan a María los títulos de "abogada,
    auxiliadora, socorro y mediadora". Es por ello que a los fieles
    se les enseña a rezar fervientemente a la "Virgen"
    dándoles la seguridad de que
    ella llevará sus oraciones ante el Padre. Por supuesto, en
    la Palabra de Dios nunca se le atribuye a María ese papel
    que es ocupado, en exclusividad, por Jesucristo, quien con su
    muerte y resurrección se convierte en el único
    mediador entre los hombres y Dios; "Porque hay un solo Dios, y un
    solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre"
    (1ª Timoteo 2.5).

    ¿De dónde surge pues, la tradición
    de María como intercesora nuestra?.

    Uno de los pasajes más conocidos del nuevo
    testamento es el llamado de "las bodas de Caná" que
    encontramos en el Evangelio de Juan, capítulo 2.
    María se da cuenta de que los novios no han previsto la
    cantidad suficiente de vino para sus invitados y pide a su Hijo
    que solucione el problema, pero Él le contesta que no ha
    llegado todavía su tiempo. María acepta la voluntad
    de su Hijo y ya no actúa más, es más, le
    dice a los criados que están sirviendo las mesas que hagan
    lo que Él, su Hijo, ordene, y no le pidan nada a ella,
    puesto que ella no tiene poder para
    mediar ante Dios Padre como hemos leído antes. La
    religión católica se basa en este pasaje para
    asegurar que María intercede ante el Hijo, sin reparar en
    que esto ocurre cuando Cristo estaba en la tierra, al
    igual que María y los apóstoles. Sin embargo, una
    vez que Cristo cumple su misión, muriendo y resucitando,
    para perdón de nuestros pecados, permanece junto al Padre
    y como único mediador entre los hombres y el
    Padre.

    Entonces, debe existir otra base para darle esta
    función
    a María y de nuevo, nos tenemos que ir a la
    tradición pagana. Fue en Babilonia, cuna de las religiones
    paganas, donde se veneraba a la diosa Semíramis, la cual
    era invocada por los fieles en una actitud
    mediadora ante su esposo muerto, Nimrod, que era considerado el
    Dios supremo. El título que ostentaba esta diosa era el de
    "Mylitta", es decir, mediadora.

    Las Imágenes De
    Jesucristo

    Tal y como he explicado con anterioridad, en igual
    manera que cambian la Palabra de Dios adjudicándole a
    María atribuciones de diosas paganas, también hacen
    lo mismo con el propio Jesucristo.

    Como hemos observado antes en la fotografía
    de Isis, Horus, su hijo, es representado como un bebé
    dependiente de su madre. De igual manera, hay miles de
    imágenes de Jesús, niño, desvalido y
    protegido por María. Estas imágenes contribuyen a
    crear en la mente del creyente la falsa idea de que es
    María la poderosa y que su hijo depende, espiritualmente,
    no del Padre, sino de ella.

    ¿Pero existen comparaciones doctrinales entre
    Horus y Cristo, que faciliten su asimilación?

    SI, pues Horus es engendrado de forma sobrenatural por
    Ra, dios supremo, nació de una Virgen, tuvo 12
    discípulos, fue muerto y resucitado, realizó
    milagros, como resucitar muertos, se le conocía como el
    "Ungido" y como el "Buen Pastor"…

    ¿Existen otras atribuciones de Horus que se le
    hayan agregado a Jesús y que, por supuesto, no tengan base
    en la Palabra de Dios?

    La respuesta es que SI; Nació un 25 de diciembre,
    sus festividades fueron asumidas por el cristianismo que en la
    actualidad son celebradas en honor de Cristo (Pasión y
    Muerte, Pascua de Resurrección, 1 de Enero y la Navidad).
    Horus quiso que su madre siguiera siendo virgen después de
    su alumbramiento y ya he hablado suficientemente de la doctrina
    católica respecto a la virginidad de María
    después del nacimiento de Cristo.

    Respecto a las otras representaciones que se hacen de
    Cristo, tenemos que recordar que van en contra del segundo
    mandamiento de la Ley de Dios. Alguna, como la del "Buen Pastor",
    es recogida de la mitología clásica, pues el dios
    Mocósforo era representado con una oveja sobre sus
    hombros.

    En cuanto al crucifijo, más adelante
    afrontaré su significado.

    Representación
    Gráfica Del Padre

    Los amantes de las imágenes no han tenido
    suficiente con representar a María y a Jesús, sino
    que han hecho lo mismo con Dios Padre, sin importarles que
    Jesús nos explique que nadie ha visto a Dios y que el que
    cree en Él ya conoce al Padre y es conocido por Él:
    "Y el que me envió, el Padre, él ha dado testimonio
    de mí. Ni nunca habéis oído su
    voz, ni habéis visto su parecer" (Juan 5.37), "No que
    alguno haya visto al Padre, sino aquel que vino de Dios,
    éste ha visto al Padre" (Juan 6.46).

    La imagen más común que el catolicismo ha
    escogido para representar al Padre es la del "Pantocrator". Esta
    imagen nos hace pensar en un Dios hierático, distante,
    frío y vengador, cuando el Padre es Misericordioso y
    Amoroso con todo aquel que hace su voluntad. Por supuesto, los
    dirigentes católicos sacaron esta imagen de la
    tradición pagana, en este caso las asimilaciones eran
    claras; Ra – Zeus – Júpiter, los dioses supremos de
    Egipto, Grecia y Roma, que eran representados de una manera
    similar. 

    Atributos
    Físicos Del Diablo

    Siendo Satanás un ángel desviado, es
    espíritu, carente de cuerpo humano.
    Aunque no se suele representar en pinturas ni esculturas, sin
    embargo, se nos ha formado una imagen en nuestra mente de un ser
    físico, horrible, medio hombre medio animal, vestido de
    rojo, que representa el fuego eterno y con un tridente, que
    utiliza para martirizar a los pecadores. Esta figura de nuevo
    tenemos que irnos a la mitología clásica para
    encontrar su antecedente en el "dios Pan" Itifálico –
    Cernunnos, llamado así en Grecia y Roma respectivamente.
    Este dios tenía el cuerpo velludo, patas de cabra y en su
    cabeza una cornamenta de macho cabrío. Como verás
    existen bastantes similitudes con la imagen que se nos ha impreso
    de Satanás.

    Origen De La
    Cruz

    En las excavaciones arqueológicas desarrolladas
    en África, Asia, América
    y Europa, se han
    encontrado numerosos restos de cruces, algunas de las cuales
    datan de más de siete mil años de antigüedad.
    De hecho, la cruz, como veremos, ha sido un símbolo
    religioso desde su origen hasta nuestros días.

    En las religiones de denominación cristiana,
    católica y ortodoxa, el culto y veneración de la
    "Cruz" está instituido como símbolo del sacrificio
    de Nuestro Señor. Las iglesias protestantes, aunque no
    hacen la hacen objeto de adoración, la usan en sus
    templos. En general, es el símbolo cristiano por
    excelencia. Sin embargo, su origen es claramente pagano e
    idólatra.

    Tanto en Babilonia como en Egipto se veneraba al dios
    Tammuz – Horus. Su símbolo místico era una "T",
    inicial de Tammuz, con el travesaño un poco bajo, es
    decir, una cruz. En los monumentos y templos egipcios, se ven
    representaciones de reyes y dioses portando cruces en sus manos.
    A veces, la "T" iba debajo de un círculo o redondel, es lo
    que se conoce como "Cruz egipcia" o "Cruz de Tau". Este culto se
    difunde en el mundo helenístico, donde la cruz adquiere
    otras formas tales como la "Cruz Griega", es decir, la que tiene
    todos sus lados iguales o la "Cruz Latina", con el
    travesaño más corto que el palo, de manera que
    quedan tres lados iguales que representan, según la
    tradición oriental, "Cielo, Purgatorio e Infierno",
    mientras que el más largo representaba a la
    "Vida".

    Mucho antes de la venida de Cristo a la tierra, en
    Italia se
    consideraba la "Cruz" como símbolo de protección
    contra los espíritus malignos y la situaban en sus tumbas
    o colgando de sus collares. Esto mismo ocurría en
    Babilonia, Egipto o Asiria, con lo que se demuestra que el
    símbolo de la "Cruz" precede con mucho la era
    cristiana.

    Pero como la vida y la muerte están tan
    estrechamente relacionadas en las religiones, este mismo
    símbolo de vida, la "Cruz", es usado igualmente desde
    tiempos remotos, como medio de castigo, al principio exclusivo
    para las clases bajas, esclavos, extendiéndose con el
    pasar del tiempo incluso a los ciudadanos romanos.

    No se sabe con certeza sobre que clase de cruz
    murió Jesucristo, pero los estudiosos hablan del tipo
    "Latina". Sin embargo, ¿tiene alguna importancia el tipo
    de cruz que usaron para matar a Nuestro Señor?. Lo
    importante es que por medio de su Sacrificio y
    Resurrección, nos libró del pecado y la muerte. A
    quien hay que venerar es a Cristo, no a la "Cruz", que es
    considerada en la Biblia como maldición: "No estará
    su cuerpo por la noche en el madero, mas sin falta lo
    enterrarás el mismo día, porque maldición de
    Dios es el colgado: y no contaminarás tu tierra, que
    Jehová tu Dios te da por heredad" (Deuteronomio
    21.23).

    En cuanto al uso cristiano de la "Cruz", éste no
    aparece hasta el concilio de Éfeso, y la imagen del
    "Crucifijo" hasta el siglo XI, fruto del olvido del segundo
    mandamiento, como he referido en varias ocasiones.

    4. El Uso De Símbolos Paganos Por Papa Y
    Obispos

    El jefe de la "Iglesia Católica", el llamado
    "Papa", lleva como símbolo de su primacía, una
    Mitra con forma de pez con la boca abierta. La explicación
    oficial que se nos da es que la Mitra simboliza al cristiano, que
    es pescado por Cristo. Recordemos que en griego, las iniciales de
    "Jesús, Cristo, Hijo de Dios, Salvador" forman la palabra
    "Pez". Sin embargo, el origen de la Mitra es mucho anterior al
    cristianismo.

    En ningún lado de la Palabra de Dios nos habla
    del uso de la Mitra por los apóstoles, obispos o ancianos,
    ni tampoco establece una primacía entre ellos, pues la
    única cabeza es Cristo: "Y Él es la cabeza del
    cuerpo que es la iglesia; Él que es el principio, el
    primogénito de los muertos, para que en todo tenga el
    primado" (Colocenses 1.18).

    Entonces, ¿de donde viene la utilización
    de la Mitra?

    Tenemos que volver la vista de nuevo a las religiones
    paganas; es en Babilonia donde el sumo sacerdote del culto a
    Semíramis, llevaba una Mitra como símbolo del "dios
    Dagon", el dios pez. Cuando el ejército macedonio – persa
    ocupó Babilonia, se produjo la huida del sumo sacerdote y
    algunos adeptos a la ciudad de Pérgamo y de allí a
    Italia,
    estableciéndose como religión Etrusca. Es
    allí, ya en tiempos de la influencia romana, cuando el
    culto pasó al Imperio y fue Julio Cesar, tras ser iniciado
    en los misterios babilónicos, el que unifica el poder
    religioso y político en una misma persona, pasando a ser
    el propio Cesar la reencarnación de un dios. Desde
    entonces los emperadores romanos llevaban la Mitra como
    símbolo del sumo sacerdocio de la religión pagana,
    llamándose "Pontificex Maximus".

    Es Constantino, en el edicto de Milán del
    año 313 D.C., quien legaliza la religión cristiana
    y, posteriormente, la instituye como religión oficial del
    Imperio. Se unifican, en este importante personaje, los primados
    político y religioso – cristiano del Imperio. Es a partir
    de él, que los "Papas y obispos" llevan el título
    de "Sumos Pontífices" y la Mitra, como símbolos de
    su primacía religiosa.

    El Culto A Los
    Santos

    En las epístolas de Pablo, Pedro o Judas,
    aparecen en numerosas ocasiones, referencias a los santos como
    personas que se han entregado a Dios. Siempre son personas vivas,
    no tienen otro requisito ni mérito que el haber aceptado
    el mensaje de Salvación, es decir, simples cristianos. La
    palabra "Santo" es, pues sinónimo de apartado del mundo
    para Dios. No significa esto que sea un ermitaño, sino que
    ha renunciado a los deseos de la carne para servir en
    espíritu al Señor. Esto lo hace cualquier
    cristiano, no de nombre, sino de verdad, aquel que cumple
    verdaderamente el Evangelio de Cristo: "A la iglesia de Dios que
    está en Corinto, santificados en Cristo Jesús,
    llamados santos, y a todos los que invocan el nombre de nuestro
    Señor Jesucristo en cualquier lugar, Señor de ellos
    y nuestro" (1ª de Corintios 1.2).

    Entonces, ¿por qué la "Iglesia
    Católica" y otras religiones nombran "Santos" a personas
    que han muerto y que según los dirigentes han hecho
    méritos que les distinguen de los demás fieles?,
    ¿por qué son objeto de culto y tienen un papel de
    intermediación entre Dios y los hombres, tal y como ya
    vimos que se le atribuye también a
    María?

    De nuevo tenemos que remontarnos a las religiones
    paganas; es en Babilonia donde los hombres adoraban a casi cinco
    mil dioses y diosas. Estos no siempre habían sido divinos,
    sino que hubo una época en que fueron personas,
    héroes vivientes en la tierra, y después de su
    muerte se les reconoce, por sus méritos, como objeto de
    culto. De hecho, cada día estaba dedicado a un dios
    particular que les protegía, de la misma forma que en la
    actualidad existe un santoral cristianizado; por ejemplo, 22 de
    noviembre es el día de "Santa Cecilia" patrona de la
    música,
    etc.

    Las poblaciones, los gremios o distintos trabajos, todo
    tiene su "Santo Patrón/a" que les protege y a él se
    implora en caso de necesidad. Es muy extendida, también,
    la costumbre de poner a los recién nacidos el nombre del
    "Santo/a" a quien se le pide que proteja a esa
    criatura.

    El catecismo de la religión católica anima
    a los fieles a orar e imitar a quienes, debido a sus buenas
    obras, han sido declarados santos por la jerarquía
    eclesiástica "…los testigos que nos han precedido en el
    reino, especialmente los que la Iglesia reconoce como "santos",
    participan en la tradición viva de la oración, por
    el testimonio de sus vidas… Contemplan a Dios, lo alaban y no
    dejan de cuidar de aquellos que han quedado en la tierra…
    podemos y debemos rogarles que intercedan por nosotros y por el
    mundo entero…" (pag. 732). Es esta la postura oficial de la
    "Iglesia".

    Por supuesto, la Biblia, no está de acuerdo con
    esta práctica: "No sea hallado en ti quien haga pasar su
    hijo o su hija por el fuego, ni practique adivinaciones, ni
    agorero, ni sortilegio, ni hechicero, ni fraguador de
    encantamientos, ni quien pregunte a pitonisos, ni magos, ni quien
    pregunte a los muertos porque es abominación á
    Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas
    abominaciones Jehová tu Dios las echó de delante de
    ti" (Deuteronomio 18.10-12). De hecho, comunicarse con personas
    con personas que han muerto no es más que una forma de
    espiritismo: "Y si os dijeren: Preguntad a las pitonisas y a los
    adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No
    consultará el pueblo á su Dios?
    ¿Apelará por los vivos a los muertos? ¡A la
    ley y al testimonio! Si no dijeren conforme á esto, es
    porque no les ha amanecido" (Isaías 8.19-20). Como puedes
    comprobar es una práctica aborrecible a Dios.

    5.
    Conclusión

    "Él es el objeto de tu alabanza y tu Dios"
    (Deuteronomio 10.21)

    "Porque yo protesto a cualquiera que oye las palabras de
    la profecía de este libro: Si
    alguno añadiere á estas cosas, Dios pondrá
    sobre él las plagas que están escritas en este
    libro. Y si alguno quitare de las palabras del libro de esta
    profecía, Dios quitará su parte del libro de la
    vida, y de la santa ciudad, y de las cosas que están
    escritas en este libro. El que da testimonio de estas cosas,
    dice: Ciertamente, vengo en breve. Amén, sea así.
    Ven: Señor Jesús" (Apocalipsis
    22.18-20).

     

     

    Autor:

    Francisco Morillo

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