Monografias.com > Religión
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

El señor de los milagros




Enviado por vicyros



Partes: 1, 2

    1- Festividad
    del señor de los milagros

    2- Historia del
    señor de los milagros

    3- Historia del mural de
    pachacamilla

    4- Fundación de
    lima

    5- Zona de
    pachacamilla

    6- La cofradia de
    pachacamilla

    7- Trágico naufragio
    y terremoto – 13 nov. 1655

    8- Andrés de
    leon

    9- Se ordena borrar la
    imagen

    10- La primera
    misa

    12- El primer mayordomo y la
    primera capilla

    13- Sebastian de Antuñano y
    Rivas

    14- La primera
    procesión

    15- Sor Antonia Lucia del
    espiritu santo

    16-
    17- El porque de
    la tunica morada y demas insignias

    18- Muerte de la
    madre Antonia Lucia del espiritu santo

    19- Patron jurado
    de la ciudad

    20- Fundación del
    monasterio

    21- La iglesia de
    nazarenas

    22- Las cuatro
    primeras cuadrillas

    23- Solemnes
    ceremonias de inauguracion

    24- El virrey
    Amat

    25- Nuestra
    señora de la nube

    26- Las andas del
    señor de los milagros de nazarenas

    27- Hermandad del
    señor de los milagros de nazarenas y su
    organizacion

    28- ¿Por
    que el color morado?

    29- Turron de
    doña pepa: milagroso dulce

    30- Tres testimonios,
    una fe

    31- En torno a la
    procesión

    1- Festividad del
    señor de los milagros

    El cielo de Lima tórnase de color morado,
    entre el carmín y el azul, todos los octubres de nuestras
    vidas. La procesión del Señor de los Milagros, el
    Cristo de Pachacamilla, el Cristo moreno o cuanta
    denominación ostente, es considerada una de las más
    multitudinarias de todo el orbe, tanto por el inmenso mar humano
    que alberga como por la sublimidad y grandiosidad espiritual que
    trae consigo esta mística expresión de fe
    católica del pueblo limeño. En una Lima en donde
    conviven y luchan por sobrevivir en circunstancias adversas
    cholos, negros, blancos, chinos y demás razas que la
    conforman, octubre es el momento cumbre que los une a todos bajo
    el eslabón de una sola creencia, una sola fe, una sola y
    anhelada esperanza en el milagro que algún día
    recaerá en ellos.

    Atrás queda el agotador y, a veces, sofocante
    apretamiento de la fervorosa multitud por acercarse a la imagen para
    poder tocarla
    y besarla. Dicen que la fe mueve montañas y hasta las
    voluntades más reprimidas se vuelven inquebrantables
    gracias al destello de luz que despabila
    sobre la gente, el andar cansino pero señorial y
    ubérrimo de la imagen del
    Señor de los Milagros.

    Pero, ¿cómo empezó a forjarse toda
    esta mágica religiosidad en el espíritu
    limeño?, ¿qué tuvo que pasar para que
    germinara en los corazones la solidaridad
    cristiana y la unción religiosa en torno a la imagen
    del Cristo de Pachacamilla?

    2- Historia del
    señor de los milagros

    A mediados del siglo XVII, Lima, una ciudad que hoy
    alberga más de 7 millones de habitantes, cobijaba apenas
    unas 35,000 personas; cantidad que se iría incrementando
    progresivamente por el arribo de miles de variopintos personajes
    empujados por las noticias de una prosperidad fácil de
    alcanzar en la capital.

    La mayor parte de estos inmigrantes provenían de
    la costa atlántica del Africa
    Occidental, en ese entonces ocupada por colonizadores
    portugueses. Estos grupos se
    dividían en castas como la de los Congos, Mantengas,
    Bozales, Cambundas, Misangas, Mozambiques, Terranovas,
    Carabelíes, Lúcumos, Minas y Angolas.

    Estos últimos estaban reunidos en
    cofradías que adoraban distintas imágenes o
    santos de su devoción. Esos actos religiosos les
    recordaban su libertad y
    cantaban nostálgicamente en su lengua
    original canciones de sus antepasados; también se ocupaban
    de la atención a los enfermos y aseguraban a sus
    miembros un entierro decente mediante pequeñas cuotas de
    los cófrades.

    Por el año de 1650, los negros angolas se
    agremiaron y constituyeron la cofradía en la zona de
    Pachacamilla, lugar que anteriormente había sido habitado
    por indios venidos de la zona de Pachacamác, y donde
    actualmente se ubican la iglesia y el
    monasterio de las Nazarenas y el local de la Hermandad del
    Señor de los Milagros. Las condiciones en las que
    vivían eran de una pobreza
    absoluta.

    En la sede de la cofradía se levantaban grandes
    paredes de adobe; en una de éstas, ubicada en un ambiente donde
    se reunían los negros a diario, uno de los angola
    plasmó la imagen de Cristo en la cruz. La imagen fue
    pintada al temple y fue hecha con un profundo sentimiento de fe y
    devoción a la altísima representación del
    Redentor.

    Fue un 13 de noviembre de 1655, a las 2:45 de la tarde,
    cuando un terrible y destructor terremoto estremeció Lima
    y Callao, tirando abajo las iglesias y sepultando mansiones,
    dejando tras de sí miles de muertos y damnificados. El
    sismo afectó la "zona de Pachacamilla" y las viviendas de
    los angola se precipitaron al suelo; todas las
    paredes del local de la cofradía se cayeron,
    produciéndose entonces el milagro: el débil muro de
    adobes donde se erguía la imagen del Cristo crucificado
    quedó intacto, sin ningún tipo de
    resquebrajamiento.

    Debido a los daños ocurridos, los angola se
    mudaron a otro lugar dejando en el más absoluto abandono
    la pared con la sagrada imagen. Aunque hay otras versiones que
    dicen que los negros angola se habían retirado del lugar
    antes del sismo, lo cierto es que después de la
    catástrofe, casi toda la población limeña se entregó
    por entero a las plegarias, cánticos y rezos en las
    derruidas calles y plazas de la Capital,
    intentando pedir perdón por sus pecados y rogando que no
    se produzca otro fenómeno de la misma naturaleza.

    Pasaron 15 años y un vecino de la parroquia de
    San Sebastián, Antonio León, encontró la
    imagen abandonada y comenzó a venerarla. Según los
    relatos de la época, León fue el primero que se
    preocupó por arreglar la ermita, sin imaginar que a partir
    de entonces crecería el culto y la devoción al
    sagrado Cristo de Pachacamilla.

    Esta valoración hacia la imagen se vio
    fortalecida por un hecho grandioso en la vida de Antonio
    León pues -según cuentan- éste
    padecía de constantes y espantosos dolores de cabeza
    debido a un tumor maligno que los médicos, hasta ese
    momento, no habían logrado curar. Fue entonces cuando
    Antonio acudió a la imagen y postrándose frente a
    ella, imploró al Cristo crucificado que remediara su mal,
    deseo que le fue conferido acabando así su desesperado
    tormento. Nace entonces en él una más firme
    convicción religiosa que difundió entre todos sus
    conocidos lo que causó que en pocas semanas el culto
    creciera.

    Entre los creyentes predominaba la gente de color, quienes
    iniciaron las reuniones los viernes en la noche, y alumbrados por
    las llamas de sus ceras, llevaban modestas flores, perfumando el
    ambiente con
    el sahumerio; todos al unísono entonaban fervorosas
    plegarias y cánticos al son de arpas, cajones y
    vihuelas.

    Empero, dado que la gente acudía en masa a estas
    reuniones atraída más por la novedad que por la
    devoción, muchas veces se produjeron hechos de
    índole distinta a las prácticas religiosas y
    católicas, por lo que las autoridades civiles y
    eclesiásticas prohibieron las reuniones en la "zona de
    Pachacamilla" y ordenaron borrar la imagen del Santo Cristo y de
    los demás santos que hubieran.

    Dicha orden se cumplió entre el 6 y 13 de
    setiembre de l671 por una comitiva especial -compuesta por el
    promotor fiscal del
    Arzobispado, un notario, un indio pintor de "brocha gorda" y el
    capitán de la guardia del Virrey, Don Pedro
    Balcázar- escoltada por dos escuadras de soldados en caso
    se produjesen desmanes por la cantidad de vecinos y curiosos que
    rodeaban el lugar.

    Cuentan que al subir el pintor la escalera para borrar
    la imagen, empezó a sentir temblores y escalofríos,
    teniendo que ser atendido de inmediato para proseguir con su
    labor. Al reaccionar intentó nuevamente subir y borrar la
    imagen pero fue tanta la impresión causada que bajó
    raudamente y se alejó asustado del lugar sin culminar con
    la tarea encomendada.

    Un segundo hombre, un
    soldado de Balcázar, de ánimo más templado,
    subió pero bajó rápidamente, explicando
    luego que cuando estuvo frente a la imagen vio que se
    ponía más bella y que la corona se tornaba verde;
    por esa razón no cumplió la orden dada.

    Ante la insistencia de las autoridades por desaparecer
    la imagen, la gente manifestó su disgusto y comenzó
    a protestar con airadas voces y actitudes
    amenazantes que obligaron a retirarse a la comitiva. Pronto, el
    Virrey se enteró de los acontecimientos y reflexionando
    sobre las posibles consecuencias si persistía en borrar la
    imagen, mandó revocar la orden y acordó que en ese
    lugar se le rindiera culto y veneración a la portentosa
    imagen.

    El 14 de setiembre de 1671 se ofició la primera
    misa ante el crucificado de Pachacamilla, fecha que coincide con
    la exaltación de la Santísima Cruz. Conforme
    avanzaban los días los devotos aumentaban en forma
    considerable.

    Venían de lejos en piadosa plegaria y
    mística romería, comenzando a denominarlo "El Santo
    Cristo de los Milagros o de las Maravillas".

    Sin embargo la ira de Dios no se calmaba y volvió
    a manifestarse en octubre de 1687, cuando un maremoto
    arrasó con el Callao y parte de Lima y derribó la
    capilla edificada en honor de la imagen de Cristo, quedando
    erguida solamente la pared con la imagen dibujada del
    Señor crucificado.

    Tan terrible designio originó que se
    confeccionara una copia al óleo de la imagen y que, por
    primera vez, saliera en andas por las calles del barrio de
    Pachacamilla, estableciéndose que a partir de ese momento
    la procesión tuviese lugar los días 18 y 19 de
    octubre de cada año.

    3- Historia del mural
    de pachacamilla

    4- Fundación de
    lima

    La ciudad de Lima fue fundada por Francisco Pizarro un
    día lunes, 18 de Enero de 1535, a la que se le dió
    el nombre de ´Los Reyes´, se le llamó
    así porqué fué un 6 de Enero, fiesta de
    ´Epifanía´, la fecha en que los comisionados
    encontraron el lugar para su fundación. El trazado de la
    ciudad fué delineado en 117 islas, cada una de estas
    ´islas´ llamadas cuadras, fue dividido en cuatro
    partes que recibieron el nombre de solares los mismos que fueron
    repartidos entre los conquistadores , llamandose él Damero
    de Pizarro. De acuerdo a estás medidas fué un
    diminuto cuadrilatero en el que uno de sus lados fue el rio Rimac
    vocablo quechua que significa hablador, que al suavizase en la
    fonética española deribó el nombre actual de
    ´Lima´ y los otros tres lados que actualmente son: la
    Av. Abancay, Av. Tacna y la Av. Nicolas de Pierola.

    El cabildo Limeño fue establecido por Pizarro el
    mismo año 1535, en esa nombró a los primeros
    alcaldes que fueron Nicolas de Ribero el Viejo y Juan Tello de
    Guzmán.

    5- Zona de
    pachacamilla

    En el año de 1622 gobernaba el XIII Virrey Don
    Diego Fernández de Cordova, por ese tiempo la capital
    había tenido un paulatino crecimiento y su población se estimaba en unos 25.000
    habitantes. En su desarrolllo hacía el oeste solo llegaba
    hasta la iglesia de San
    Marcelo, en esa epoca está iglesia estaba ubicada en los
    extramuros de Lima y muy cercana al cruce del Camino del Inca con
    la antigua ruta al Callao ( Av. Tacna con Emancipación).
    Con proximidad a este templo, la calle conocida como Mesón
    Blanco, denominada más tarde calle de Santo Cristo de los
    Milagros o de las Maravillas y posteriormente con el de Nazarenas
    (quinta cuadra de Jirón Huancavelica).

    Para entonces solo existian unas pocas ramadas de indios
    y negros esclavos. A está zona se le dió el nombre
    de Pachacamilla poblado de importatisimo oráculo y gran
    centro ceremonial desde la era Pre-Inca, despúes del Cuzco
    Imperial.

    Tambien en esa época el arzobispo de Lima Don
    Gonzalo del Campo, natural de Madrid le cupo la honra de
    consagrar la Catedral capitalina; este solemne acontecimiento se
    llevo a cabo el 19 de Octubre 1625, su construcción había demorado 90
    años ascendiendo su costo a un total
    de 600,000 pesos y durante este prolongado lapso la iglesia de La
    Soledad estrenada en 1604 y ubicada en la plazuela de San
    Francisco, sirvio como Catedral limeña.

    6- La cofradia de
    pachacamilla

    En el año de 1648 hizo solemne entrada a Liam el
    20 de setiembre Don Garcia Sarmiento de Sotomayor XVI Virrey del
    Perú. Durante su mandato, los historiadores coinciden en
    destacar dos sucesos acaecidos durante su gobierno: una
    tragedia y una gran obra pública.

    La tragedia fué el pavoroso terremoto que
    destruyo la ciudad del Cuzco, a las 2:00 pm del día 31 de
    Marzo de 1650. Este sismo tuvo una duración de 15 minutos
    y repercutio violentamente en Lima cusando mucho daño
    ademas de dejar heridas a varias personas. La obra pública
    que todavia perdura es la artistica pila de bronce ubicada en la
    Plaza Mayor. Su estreno con ceremonial solemne se llevo a cabo el
    día 8 de setiembre 1651. Por está época hubo
    otro gran suceso que paso desapercibido y solamente conocido por
    un grupo de
    negros esclavos angoleños de la llamada zona de
    Pachacamilla que ya vivían organizados en cofradias bajo
    la advocación de diversas imágenes.
    Según manuscritos de la época y de una constante
    tradición transmitida fielmente de padre a hijo y de
    generación en generación; se sabe perfectamente que
    en el año 1651, siendo Sumo Pontífice Inocencio X,
    monarca español
    S.M. Felipe IV, su Virrey en el Perú Don García
    Sarmiento de Sotomayor y el Arzobispo de Lima Don Pedro de
    Villagomez; un ignorado e inspirado negro esclavo de Angola,
    llevado por un superior impulso, pintó en un pared del
    galpón de su cofradia la imagen del Redentor Crucificado
    para patrocinar sus reuniones y servirles de
    guía.

    Hay que reconocer los obstáculos vencidos por el
    esclavo angoleño, pues la pared era tosca y de acabado
    imperfecto, la pintura fue
    pintada al temple y no al óleo, el pintor no tenia
    estudios completos de dibujo y
    pintura y la
    pared que le sirvió como lienzo era una pared cercana a
    una acequia que afectaba considerablemente sus cimientos, sin
    embargo su obra a perdurado con sorprendente irradiación
    por todo el Perú, por América
    y por el mundo.

    Se debe aceptar que los angoleños de la zona de
    Pachacamilla al haber rendido culto a la portentosa efigie del
    Crucificado y estar hermanados para ayudarse en vida y muerte,
    constituyen el origen y la partida de nacimiento de nuestra gran
    Hermandad Nazarena.

    7- Trágico
    naufragio y terremoto – 13 nov. 1655

    El XVII Virrey del Perú fue el Excmo. Don Luis
    Henrique de Guzmán que llegó a Lima el mes de
    febrero de 1655. El primer año de su gobierno fue de
    muy ingrata recordación a causa de un infortunio y un
    violentisimo sismo. En ese fatídico año el
    galeón comandado por el Marquéz Villarubia, cuando
    enrumbaba hacia España,
    llevando 6 millones de pesos en oro y plata, naufrago y solamente
    se salvaron 45 de los 600 pasajeros que llevaba.

    Para colmo de desdichas a las 2:45 p.m. del
    sábado 13 de Noviembre del mismo año, un pavoroso y
    destructor terremoto estremeció Lima y Callao, causando la
    caída de muchas iglesias y mansiones, como la del Seminario
    Conciliar Santo Toribio, San Francisco, La iglesia de los
    Jesuitas en el Callao a pesar de estar recientemente construida
    con material noble de cal y canto. Se abrieron dos profundas
    grietas en la Plaza de Armas y en otras
    partes de la ciudad, en la isla de San Lorenzo se desprendieron
    gigantescos peñascos que cayeron al mar con horroroso
    estruendo. Como era de esperarse, el sismo afecto la zona de
    Pachacamilla, donde estaba situada la cofradia de los
    angoleños, pero hecho providencial a pesar de a verse
    caído gran número de paredes, quedó
    incólume el muro de adobe donde estaba pintada la imagen
    del Cristo Crucificado. Este suceso no pasó desapercibido
    pero muy pronto quedó en el recuerdo. La
    destrucción de sus viviendas motivo el traslado de los
    angoleños a otro vecindario cercano quedando la Sagrada
    imagen abandonada a su suerte durante 16 largos años, pero
    algo invisible quedó velando por la desamparada efigie del
    Redentor Crucificado.

    8- Andrés de
    leon

    Entre los años de 1670 y 1671, 16 años
    después del fatídico terremoto aparece un hombre:
    Andrés de León, hombre sencillo y piadoso de
    escasos recursos que en
    su diario caminar contemplaba el solitario descuidado muro donde
    años antes el angoleño pintara al Cristo
    Crucificado. Fue así como despertó en el la
    devoción que le llevó a reforzar el leve muro con
    sus propios recursos
    así como también ciertos arreglos que dieron mayor
    comodidad para rendirle culto.

    Andrés de León víctima de un penoso
    mal incurable comenzó a pedirle al Cristo de Pachacamilla
    que le devuelva la salud. Tanto fue su fe que
    poco a poco el mal desapareció.

    Fue asi que se inicio la devoción al Cristo de
    Pachacamilla acordando reunirse los días viernes para
    rendirle culto; muchos fueron más por la novedad que por
    la devoción, habiendo casos de excesos que motivaron la
    observación de las autoridades civiles y
    eclesiásticas, ordenando así su
    destrucción..

    9- Se ordena borrar la
    imagen

    Habían transcurrido 5 meses desde que se inicio
    el culto a la imagen los días viernes en la noche cuando
    el párroco de San Marcelo fue informado de ciertos excesos
    y desordenes.

    Fue así que la autoridad
    eclesiástica ordeno se prohibiera el culto al Cristo de
    Pachacamilla y dispuso que se borrara la imagen del Santo Cristo.
    Sin embargo los designios de Dios tenia previsto algo distinto.
    Un indio pintor de brocha gorda fue el primero en intentar
    borrarla, descendiendo lleno de pavor no sin antes sufrir
    violentas convulsiones.

    Prometiéndole mejor paga un segundo hombre se
    acerco a la imagen sin embargo, su intento se trunco al ver algo
    en ella, retirándose confundido. Siendo las cuatro o cinco
    de la tarde un tercero intento borrarla, soldado el, con animo
    más templado al ascender las escaleras exclamó que
    se ponía la imagen más bella y admiraba la verde
    corona, bajo impresionado diciendo que el no se atrevía a
    borrar la imagen, inesperadamente el clima cambio
    totalmente de una hermosa tarde soleada a un oscuro cielo
    desatándose un extraño y violento aguacero, la
    gente no resistió más y comenzaron a protestar
    airadamente, obligando a retirarse a las autoridades civiles y
    eclesiásticas.

    El Virrey de ese entonces Conde de Lemos junto con el
    provisor y vicario general fueron informados de lo acontecido esa
    tarde en Pachacamilla, asombrado por lo ocurrido revoco
    inmediatamente la orden y se acordó que en ese mismo lugar
    se rinda culto y devoción a la portentosa imagen de Cristo
    Crucificado.

    10- La primera
    misa

    Después de estos extraordinarios sucesos, la
    parroquia de San Marcelo como de San Sebastián quisieron
    trasladar el mural a sus parroquias en ambos casos no dio
    resultados. El Conde de Lemos personalmente rindió culto a
    la imagen y acordó con la autoridad
    eclesiástica que en definitiva se le venerase en el mismo
    lugar para lo cual ordeno inmediatamente se levantara una ermita
    provisional.

    Siempre con el apoyo de los fieles del lugar la imagen
    quedó cercada con adobes, lo techaron con esteras y
    levantaron un sencillo altar al pie del Cristo Crucificado. Una
    vez terminado estos trabajos se logro que se oficiara la primera
    misa ante la sagrada imagen del Cristo de Pachacamilla, un
    día lunes 14 de setiembre de 1671. A está ceremonia
    religiosa asistió el Virrey y su señora esposa,
    altas autoridades civiles como eclesiásticas y un gran
    número de vecinos y devotos.

    Después de está primera misa el Virrey y
    su esposa continuaron rindiéndole culto a la imagen,
    aumentando así los devotos, que venían desde lejos
    inclusive, para conocer y reverenciar a la portentosa imagen del
    mural de Pachacamilla que pronto comenzaron a llamarlo el Santo
    Cristo de los Milagros o de las Maravillas.

    12- El primer
    mayordomo y la primera capilla

    Pasado los días de la primera misa la autoridad
    eclesiástica nombro como primer Mayordomo de la Ermita del
    Santo Cristo de los Milagros a Don Juan de Quevedo y Zarate, el
    Virrey lo ratifico y quedó la sagrada imagen amparada por
    el poder civil y
    por la iglesia asegurándose así el culto a su
    imagen.

    Don Juan de Quevedo y Zarate inicio tramites con Don
    Diego Tebes Montalvo Manrique de Lara, dueño de las
    propiedades colindantes con la ermita del Santo
    Cristo.

    Ante notario público el 17 de diciembre de 1671
    Don Diego hizo entrega a Don Juan de Quevedo, como Mayordomo de
    la Capilla de Santo Cristo, no solo el sitio que ocupaba si no
    toda la tierra de
    la huerta que poseía en esa zona de Pachacamilla, para que
    puedan labrar los adobes necesarios para la Capilla.

    Don Juan de Quevedo y Zarate estuvo en el cargo durante
    8 años, logrando restaurar el mural e iniciar la construcción de la primera
    Capilla.

    13- Sebastián de
    Antuñano y Rivas

    En el año de 1684 nombraron cuarto Mayordomo a
    Sebastián de Antuñano y Rivas, ejerció en el
    cargo 33 años hasta 1717 fecha en que
    falleció.

    Sebastián de Antuñano y Rivas realizo
    pruebas que
    realmente engrandecieron la historia del Señor de
    los Milagros. Intervino en la fundación del Monasterio de
    Madres Nazarenas y Carmelitas Descalzas, fue cofundador del
    Instituto Nazareno e hizo generosa y total donación a Sor
    Antonio Lucia del Espíritu Santo de los solares, huerta y
    demás terrenos y construcciones de esa zona de
    Pachacamilla.

    Inicio así mismo las tradicionales procesiones
    octubrinas al sacar una replica del mural en sencillas y
    rústicas andas a raíz del terremoto del 20 de
    octubre 1687.

    Los años siguieron transcurriendo con
    Antuñano al cuidado de la iglesia y el culto a la
    milagrosa imagen además de seguir organizando las
    ininterrumpidas procesiones y todo lo relacionado con su cargo de
    Mayordomo.

    Cuando el Cabildo limeño nombro al Señor
    de los Milagros como Patrono Jurado de la Ciudad, Antuñano
    tuvo la más grata satisfacción de su vida y en esa
    procesión triunfal del año 1715 recordada aquel 20
    de Octubre de 1687 cuando inicio la primera procesión a
    causa del terremoto de ese año.

    Pero lo que ignoraba en esa fecha este hombre
    extraordinario y providencial, era que el fin de su
    fructífera misión en
    este mundo estaba muy cercano. Aquejado de un mal desconocido fue
    debilitándose mucho falleciendo en el año de 1717 a
    la edad de 64 años.

    14- La primera
    procesión

    El terremoto del 20 de Octubre de 1687 produjo rajaduras
    y desmoronamientos en la Capilla, pero el sagrado mural
    quedó incólume, como muestra de los
    designios divinos.

    Fue así que Sebastián de Antuñano
    inicio la procesión con una replica de la imagen,
    originando asi las tradicionales procesiones de octubre del
    Señor de los Milagros de Nazarenas. En su primer recorrido
    llegó hasta la Plaza Mayor, al Cabildo limeño,
    donde recibió en ambos lugares fervorosa pleitesía
    contando con el acompañamiento de acongojados fieles
    así como vecinos del lugar.

    Se tiene la seguridad que
    aquella replica es la misma que hoy en día nos sigue
    acompañando en los meses de octubre en su recorrido por la
    gran Lima.

    15- Sor Antonia Lucia del
    espiritu santo

    Antonia Lucia Maldonado de Verdugo nació en
    Guayaquil, Ecuador el
    día Sábado 12 de Junio de 1646.

    Huérfana de padre llegó al Callao en
    compañía de su madre en 1657. A los 30 años
    Antonia Lucia, fue casada por su madre con Alfonso Quintanilla
    hombre pobre de caudales pero de grandes dotes morales. Sin
    embargo Alfonso Quintanilla al darse cuenta que su esposa tenia
    inclinación hacia el servicio de
    Dios, de mutuo acuerdo guardaron castidad.

    En esa época Antonia Lucia vestía
    túnica morada con la debida autorización de su
    esposo y la debida licencia eclesiástica del 6 de Agosto
    de 1677 o 1678. Al poco tiempo
    falleció su esposo el día 30 de Enero de 1681,
    siendo enterrados sus restos en el Convento de Santo
    Domingo.

    Al quedar viuda Antonia Lucia, quedó en libertad de
    cumplir con su propósito y verdadera vocación. Y el
    luto que vistió fue el de la túnica morada la misma
    que después distinguiría a sus fieles y adnegadas
    discípulas y seguidoras en el Beaterio de
    Monserrate.

    Partes: 1, 2

    Página siguiente 

    Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

    Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

    Categorias
    Newsletter