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Visibilidad – Tecnologías de la visión – Cultura visual




Enviado por Fernando Correa



    Indice
    1. Arte
    rupestre: imagen, luz, sombras y conocimiento.

    2. Algunos datos sobre la
    percepción

    3. Los medios de
    comunicación

    4. La jerarquía de los
    sentidos

    5. Los campos de la
    percepción

    6. Bibliografía
    utilizada

    1. Arte rupestre:
    imagen,
    luz, sombras y
    conocimiento.

    Todos los medios son
    prolongaciones de alguna facultad humana, psíquica o
    física.
    Los medios, al
    modificar el ambiente,
    suscitan percepciones sensoriales de proporciones únicas.
    La prolongación de cualquier sentido modifica nuestra
    manera de pensar y de actuar – nuestra manera de percibir el
    mundo.

    Cuando esas proporciones cambian, los hombres cambian.
    Marshall McLuhan

    Pretendo examinar de manera rigurosa, pero sin
    prejuicios de ninguna naturaleza algunos de los asuntos centrales
    que aparecen en la problemática de la percepción
    de la realidad a través de vista. Tratare de delinear
    cómo el sujeto hoy se encuentra ante una
    reconfiguración de los modos y medios de
    comunicación (instituciones
    de poder), una
    reestructuración de la percepción
    de la realidad y una metamorfosis cognitiva, de acuerdo a los
    cuales funcionan los procesos de
    orden social y las instituciones.

    La supremacía de la vista y la cultura
    audiovisual (y sus ordenes epistémicos) produjeron,
    producen y producirán cambios en la
    organización perceptual del espacio y el tiempo
    organizados electrónicamente, en la generación,
    procesamiento y consumo de la
    información. Esta nueva percepción
    de la realidad indudablemente trae aparejadas consecuencias en
    los procesos de la
    codificación de modelos del
    orden social, ruptura en el marco psíquico del pensamiento
    humano, redefinición de la subjetividad y los objetivos
    políticos de la sociedad.

    Como el orden de los factores no altera el producto no
    voy a escribir de lo más importante a lo menos importante.
    Voy a desplegar algunos puntos paradigmáticos a manera de
    croquis.

    Hay una causalidad recíproca entre la
    metamorfosis de los modos y medios de comunicación y la estructuración de
    la percepción tal como lo demuestran las conexiones entre
    el despliegue y el hundimiento de la oralidad en la constitución de la cultura clásica.
    Cada formación histórica ve y hace todo lo que
    puede, en función de
    sus condiciones de visibilidad, al igual que dice todo lo que
    puede en función de sus condiciones de enunciado. Los
    enunciados y las visibilidades son elementos bajo los cuales
    todas las ideas se formulan y los comportamientos se manifiestan
    en un momento determinado. A propósito de esto, me remonto
    en el tiempo para dar
    un ejemplo de percepción visual de la realidad, conocimiento y
    sociedad de
    control:

    Hace unos treinta mil años, en el interior de una
    caverna, ubicada en una formación caliza en la Francia
    Meridional, varios adolescentes
    temblaban en la oscuridad. Estaban esperando una
    iniciación al culto de los hacedores de herramientas.
    Las semanas de ayuno y abstinencia, las pruebas de
    silencio y sufrimiento, los rituales de toque de tambor, cantos y
    danzas estaban a punto de alcanzar el clímax. Un
    paleontólogo contemporáneo argumenta que las
    actividades en aquellas cavernas estaban estrechamente
    relacionadas con una serie de cambios que se producían en
    el pensamiento y
    la acción humanos y que continúan reverberando hoy
    en día. Las cavernas de Lascaux y otros lugares similares
    podrían ser sitios donde se llevaba a cabo el
    aprendizaje.

    Una vez al año, los candidatos que habían
    cumplido cierta edad eran llevados al interior de las cavernas,
    por un grupo de
    fabricantes de herramientas,
    chamanes y artistas cuyas actividades cambiaban el modo en que la
    raza humana trabajaba y vivía. Luego de recorrer pasillos
    oscuros, estrechos, laberínticos, profundos, se llegaba a
    cámaras especiales. Después de los cánticos,
    los mitos y textos
    susurrados, la oscuridad era rota por antorchas y lámparas
    dispuestas a intervalos estratégicos. Los jóvenes
    que estaban situados en posiciones predeterminadas con exactitud,
    veían de pronto figuras sobrenaturales que flotaban en el
    espacio delante de ellos: bisontes, pájaros,
    símbolos, figuras humanas que saltaban desde la oscuridad
    llenando su campo de visión.

    En este momento de miedo y temblor inducido
    audiovisualmente, se impartían los primeros secretos
    tecnológicos. La psique sensibilizada, de los iniciados se
    enmarcaba con secuencias elaboradas de visiones y sonidos. Los
    conocimientos, la información, eran grabados en los cerebros
    de nuestros ancestros con el acompañamiento de un
    espectáculo tridimensional de luz y sonido.

    En la época en que se crearon las pinturas
    rupestres, nació una nueva forma de vida. Se fueron
    produciendo cambios en casi todos los campos del entendimiento
    humano. Muchas de las pinturas de estas cavernas son figuras
    distorsionadas sobre protuberancias y depresiones naturales en la
    piedra caliza, a fin de que las representaciones tuvieran una
    apariencia tridimensional al ser vistas bajo una luz y un
    ángulo adecuados. Otras imágenes
    fueron talladas en la pared de modo que solo se vieran cuando se
    movía una luz que incidía en ellas desde un
    ángulo apropiado. Todo esto se podría deber a la
    intención de crear un "estado de
    conciencia
    alterado" para favorecer la impresión de
    información en la mente de nuestros ancestros, se llevaba
    a cabo el aprendizaje.

    El tema subyacente es la continuidad. El hoy es el
    resultado de la elaboración creciente y de escala mayor, de
    fuerzas liberadas ayer durante el paleolítico superior. La
    tarea de procesar y analizar la información es aún
    decisiva, y así es la tarea de la
    comunicación: crear símbolos más
    compactos, nuevos, imágenes
    más refinadas sobre las pantallas del tipo de televisión
    (TV, PC, etc.). La supervivencia sigue dependiendo del uso de
    todos los recursos, del
    arte y la
    ceremonia, así como de la tecnología, para
    construir sociedades
    "estables", organizadas a partir de una cantidad creciente de
    individuos ariscos e impredecibles que necesitan ser
    "disciplinados".

    El rápido desarrollo de
    las técnicas
    de gráfica computarizada es parte de la
    reconfiguración de las relaciones entre una observación subjetiva y modos de
    representación que invalidan definitivamente la
    mayoría de los significados culturalmente establecidos
    para los términos observador y representación. La
    difusión y la formalización de imágenes
    generadas por computadoras
    prometen la implantación omnipresente de "espacios"
    visuales fabricados. Pero espacios diametralmente distintos a los
    espacios miméticos como el cine la
    fotografía
    o la
    televisión.

    Las técnicas (realidad
    virtual, ideografía dinámica, hipertextos, resonancia
    magnética, holografía, sensores
    multiespectrales, etc.) para la producción de imágenes están
    relocalizando la visión, la percepción, en un plano
    separado del observador humano. A la vez, estas técnicas
    se están convirtiendo en los modelos
    dominantes de visualización, de acuerdo a los cuales
    funcionan los procesos de orden social y las
    instituciones.

    No es difícil darse cuenta que el Estado
    aplica estrategias y
    tácticas particulares de gobierno, para
    que los sujetos y las poblaciones adopten comportamientos
    deseados por el poder, a
    través de diferentes mecanismos. En realidad "dos grandes
    mecanismos que son la fuerza que
    actúa sobre los cuerpos" y la fuerza que
    ejerce sobre la población".

    Como uno de los paso necesario para la adopción
    de comportamientos por parte del sujeto las funciones del ojo
    humano están siendo suplantadas por prácticas en
    las cuales las imágenes visuales, ya no tienen ninguna
    referencia respecto de la posición de un observador en un
    mundo "real", ópticamente perceptible (Internet). Crecientemente la
    visibilidad está situada en un terreno cibernético
    y electromagnético, donde la abstracción visual y
    los elementos lingüísticos se entremezclan y
    coinciden, se consumen e intercambian en el ámbito
    global.

    Estamos ante un proceso por el
    cual el capitalismo
    desarraiga y hace móvil lo que esta fijo, despeja o
    destruye lo que impide la circulación, y hace
    intercambiable lo que es singular. Todo esto es lo que sucede en
    este proceso de
    modernización, donde el sujeto humano se constituye o se
    lo constituye de acuerdo a los nuevos acontecimientos, fuerzas e
    instituciones y regímenes de visibilidad. Las sociedades
    capitalistas controlan a la población por medio de la "gigantesca
    maquinaría de instituciones (familia, medios de
    comunicación, la escuela, centros
    de trabajo, clubes sociales y deportivos, partidos
    políticos, etc.) que encuadran a los individuos a lo
    largo de su existencia" y de acuerdo con practicas disciplinarias
    tendientes a ordenar, clasificar y constituir los cuerpos de los
    sujetos, sus posiciones y desplazamientos de los espacios
    íntimos, en los espacios privados y en los espacios
    públicos. Así como controlar la dimensión
    temporal de sus vidas.

    A comienzos del siglo XIX, una nueva serie de relaciones
    entre el cuerpo, por un lado, y las formas del poder
    institucional y discursivo, por el otro, redefinieron el campo
    perceptual del sujeto observador. El corte con los modelos
    clásicos de visión y de observador en este siglo
    fue mucho más que un simple cambio en la
    apariencia de las imágenes y obras de arte, o en los
    sistemas de
    convenciones representacionales. Este corte fue, mas bien
    inseparable de una masiva reorganización del conocimiento
    y las prácticas sociales que modificaron de
    múltiples maneras las capacidades productivas, deseantes y
    cognitivas del sujeto humano.

    La historia de la
    visión, como herramienta para la percepción de la
    realidad, depende mucho más que de un resumen de los
    cambios o variaciones en las practicas representacionales,
    depende del problemático fenómeno del observador.
    La visión y sus efectos son siempre inseparables de las
    posibilidades de un sujeto observador, cuyo cuerpo es a la vez un
    producto
    histórico y el asiento de ciertas prácticas,
    técnicas, instituciones y procedimientos de
    subjetivización.

    A través de las practicas comunicacionales las
    instituciones (y los medios de
    comunicación como parte de ellas) buscan
    "individuarnos según las exigencias del poder" y
    normalizarnos, es decir vincular a cada individuo a una identidad
    sabida, conocida, determinada.

    En este sentido, los placeres y rituales de la
    comunicación (en apariencia libres) están
    fuertemente codificados por el poder según
    "regímenes de visibilidad" y discursivos que prescriben lo
    que puede ser visto, dicho, leído o escuchado, lo deseable
    y lo indeseable, lo placentero y lo no placentero, lo que se
    puede hacer y lo que no por determinados sujetos en tiempos,
    espacios y situaciones socialmente definidas. Se habla sobre el
    ejercicio del poder de los medios a través de los discursos, de
    los contenidos de los mismos. Sin embargo el poder también
    se ejerce y constituye merced a practicas no discursivas, que
    actúan sobre los cuerpos de manera más
    sutil.

    "Nuestras sociedades disciplinarias pasan por
    categorías de poder que pueden definirse así:
    imponer una tarea cualquiera o producir un efecto útil,
    controlar una población cualquiera o gestionar la
    vida".

    Así, el establecimiento de una "normalidad" en la
    medicina, en
    psicología
    y en otros terrenos se tornó una parte esencial de la
    modernización del individuo según los
    requerimientos del poder institucional del siglo XIX, y fue a
    través de estas disciplinas que el sujeto, en un sentido
    se volvió visible. La discusión científica y
    filosófica de la visión, en el siglo XIX
    acumuló el
    conocimiento sobre el rol constitutivo del cuerpo en la
    aprehensión del mundo visible y a posteriori se
    descubrió la importancia que la eficiencia y la
    racionalización en muchas áreas de la actividad
    humana dependían de la información sobre las
    capacidades del ojo humano. El resultado de una óptica
    fisiológica fue el de exponer la idiosincracia del ojo
    "normal". Esto genero nuevas
    tecnologías para imponer una visión normativa
    sobre el observador.

    Los medios electrónicos de comunicación pueden ser considerados como
    disciplinadores (si se tiene en cuenta la noción de
    disciplina
    desarrollada por Foucault a partir
    del análisis del "Panóptico de Bentham"
    como modelo de las
    instituciones de encierro del siglo pasado) en la medida en que
    van transformando la definición de los espacios urbanos y
    se ha trastocado la división tradicional entre espacio
    público y espacio privado e incluso íntimo, gracias
    a la emergencia de las nuevas tecnologías de la
    información, la informática y todas las formas de
    comunicación a distancia y según las necesidades
    del gobierno de la
    población.

    La estandarización de la imaginería visual
    del S. XIX debe ser vista como un proceso de normalización y sujeción del
    observador. Los artefactos ópticos involucraron
    dispositivos de cuerpos en el espacio, regulaciones de actividad
    y despliegue de cuerpos individuales, lo que significó y
    normalizó al observador con sistemas
    rígidamente definidos de consumo
    visual.

    El poder busca tener la ubicación precisa de los
    individuos y una distribución de ellos en un espacio
    susceptible de ser analizado. El documento de identidad es
    en las sociedades contemporáneas, "condición de
    existencia". Los documentos de
    identidad y localización son regímenes de
    visibilidad, permiten saber quién es quién,
    cómo y dónde encontrar a cada sujeto, y de esa
    manera, vigilar o por lo menos predecir su conducta.

    En el contexto de la ciudad moderna, la casa, dominio de la
    institución familiar y espacio tradicionalmente privado,
    gracias al impacto de las nuevas tecnologías
    comunicativas, se ha ido metamorfoseando. El hogar fue objeto de
    invasión del poder público, quien interviene, en
    particular, a través de la
    televisión y la radio. Estos
    medios, en la vida cotidiana, reordenan los espacios y las
    actividades que en ellos se realizan. Producen una metamorfosis
    de poder – saber. Por mediación de ellos el poder
    individualiza a los sujetos y disciplina a
    los cuerpos.

    Así, también los medios de
    comunicación a distancia las actividades públicas a
    los espacios privados. El poder busca a través de los
    medios electrónicos restringir el contacto físico
    de los cuerpos, disminuir los desplazamientos, evitar
    aglomeraciones, hacer innecesario que la gente tenga que salir de
    sus casas (espacio de control de
    cuerpos en donde los sujetos se encuentran "encerrados"
    voluntariamente) y con ello impedir las situaciones de encuentro
    colectivo.

    Gracias a la comunicación mediada (teléfono, computadora,
    fax, etc.) el
    poder inscribe al individuo en el hogar ya que desde ahí
    el sujeto puede realizar las distintas actividades cotidianas de
    trabajo y diversión sin necesidad de desplazarse. La casa
    es una metáfora de la celda y la ciudad se convierte en la
    gran prisión controlada por la mirada del poder que se
    introduce vía la pantalla, en el centro mismo del espacio
    "íntimo" del hogar.

    La propaganda
    paranoica de los medios de comunicación, alientan a la
    población a permanecer en casa y evitar los "peligros" de
    la calle, las incomodidades de las concentraciones humanas y la
    convivencia colectiva, y las molestias del contacto con otros
    cuerpos. Los ciudadanos se convierten en individuos solitarios
    secuestrados en su propia casa y virtualmente observados por los
    padres, los maestros, los jefes, etc.

    Observare significa "confrontar la propia acción,
    consentir en", como cuando observamos reglas, códigos
    regulaciones y prácticas. Un observador es alguien que ve
    con una gama de posibilidades preescritas, alguien que
    está inmerso en un sistema de
    convenciones y limitaciones. Hablar de un observador es
    irreductible al sistema de las
    relaciones discursivas, sociales, tecnológicas e
    institucionales. No hay sujeto previo a este campo en continuo
    movimiento y
    transformación. Lo que cambia son las fuerzas
    heterogéneas y las reglas de composición del campo
    en el que la percepción ocurre. Y lo que determina la
    visión en cada momento histórico no es alguna
    estructura
    profunda, base económica o visión del mundo, sino
    el funcionamiento de un compuesto colectivo de partes dispersas
    sobre una única superficie social.

    El ojo electrónico nos mira virtualmente y frente
    a él hay que comportarse siempre "correctamente".
    Justamente la mecanización del poder estriba en que el
    sujeto se sabe vigilado sin necesidad de ver a quien lo vigila,
    de manera que el poder es introyectado por el sujeto hasta el
    punto de que "él que esta sometido a un campo de
    visibilidad, y lo sabe, reproduce por su cuenta las coacciones
    del poder; las hace jugar espontáneamente sobre sí
    mismo".

    Desde los ojos electrónicos que nos vigilan en el
    supermercado hasta la pantalla televisiva que nos acompaña
    en nuestro hogar (cocina, living, habitación), en la
    cotidianeidad, los medios electrónicos se constituyen en
    el entorno permanente de todas nuestras actividades, como
    presencia continua. Panóptico virtual que representa
    imaginariamente la mirada omnipresente del poder, la mirada del
    "Otro" como el ojo del vigilante del "Gran Hermano" en la novela 1984 de
    Owell. El efecto del poder del panóptico radica en que
    induce en el sujeto "un estado
    consciente y permanente de visibilidad que garantiza el
    funcionamiento automático del poder".

    Los medios de comunicación como instituciones del
    Estado, al inscribiese en el centro de la vida cotidiana de los
    sujetos, cumple la función de encuadre y organización de las rutinas diarias en su
    dimensión temporal.

    Para Baudrillard, la modernidad esta
    íntimamente ligada a la capacidad de los grupos y clases
    sociales recientemente llegados al poder para superar la
    exclusividad de los signos y para iniciar una
    proliferación de la demanda de los
    signos. Imitaciones, copias, falsificaciones, y las
    técnicas para producirlas fueron todos desafíos al
    monopolio y
    control aristocrático de los signos. La mímesis en
    este caso es una cuestión de poder social, un poder
    fundado en la capacidad de producir equivalencias.

    El tiempo libre y el tiempo de trabajo son dos momentos
    complementarios de la dimensión temporal de la vida de la
    población ajustada a las necesidades del aparato de
    producción. Por ello es necesario dinamizar
    el consumo, y ofrecer a la población nuevas formas de
    entretenimiento y organización del tiempo libre. El aparato
    de producción, los medios electrónicos de
    comunicación, la publicidad, la
    mercadotecnia,
    etc. se transformaron en una retícula de instituciones y
    dispositivos de fiscalización y control de la totalidad
    del tiempo vital del individuo.

    El tiempo libre del sujeto (encaminado al consumo, a la
    reproducción) es en el que los mecanismos y
    dispositivos de consumo y la publicidad
    ejercen un control general del tiempo encaminado a drenar la
    economía
    de la población y controlar la forma y el momento en que
    los sujetos utilizan su salario.

    La televisión
    y todos los equipamientos tecnológicos se privilegiaron un
    lugar en el espacio privado familiar e intimo. Constituyen un
    campo de visibilidad, de manera que la pantalla articulada al
    resto de medios de comunicación y rituales de consumo y de
    comunicación, sostiene la vida de los sujetos y organiza
    la rutina de sus actividades, en series, a lo largo del tiempo.
    Organizan la vida privada de los sujetos en el calendario de la
    vida nacional (fiestas, fechas patrias, días de la madre,
    del niño, del padre, del amigo, etc.).

    Tenemos así que todos los deseos, las formas de
    ver y de decir están codificadas por la cultura. La
    percepción se configura a través de la mirada y de
    los lenguajes de los otros.

    Todo es cuestión de interpretaciones, todo es
    cuestión de relaciones de poder y correlaciones de fuerza,
    solo hay maquinas
    deseantes y voluntad de poder, fuerzas productivas y relaciones
    de producción, han intentado convencer al mundo de que el
    conocimiento
    científico no es más digno ni más
    universal que un anuncio publicitario, o un ritual
    chamánico, de que la verdad de una palabra, de una
    imagen, de una
    representación solo reside en su eficacia
    práctica o en su rendimiento comercial y en definitiva, de
    que todo vale.

    "Por un lado cada estrato o formación
    histórica implica una distribución de lo visible y de lo
    articulable que actúa sobre la propia formación,
    por otro lado, de un estrato al otro hay una variación en
    la distribución porque la propia visibilidad cambia de
    estilo, en tanto los enunciados cambian ellos mismos su
    sistema".

    A modo de reflexión, la resistencia a
    esta configuración tecnocultural puede ampliarse para el
    observador crítico, y no mero resonador de los signos de
    los tiempos, hay que tener deseo en otro lugar que el socialmente
    sancionado, hay que sustraerse a la norma, tomar distancia frente
    a los signos naturalizados de la cultura visual, ser un
    "desadaptado", un insumiso, un desarraigado de los "valores"
    establecidos. Entonces la lucha por la subjetividad como derecho
    a la diferencia y derecho a la variación, a la
    metamorfosis es interminable, permanente.

    La televisión, los medios de comunicación
    en sí, y los equipamientos tecnológicos
    (cualesquiera sean) deben ser utilizados por los seres humanos,
    no depender de ellos y terminar alienados en la
    "comunicación impersonal" que genera
    incomunicación.

    La circulación y la recepción de toda la
    imaginería visual está tan estrechamente
    interrelacionada para mediados del siglo, que cualquier forma de
    representación visual ya no tiene, por sí sola, una
    identidad autónoma significativa. Los sentidos y
    los efectos de cada imagen son siempre adyacentes tanto a este
    ambiente
    sobrecargado y plurisensorial como al observador que lo habita.
    Lo que se inicia en las primeras décadas del siglo XIX, es
    un reposicionamiento del observador, que deja fuera las
    relaciones fijas de interior / exterior propuestas por la
    cámara oscura y se interna en un terreno en el cual la
    línea entre la sensación interna y signos externos
    se hace borrosa. Los imperativos de la modernización
    capitalista a la vez que demolieron el campo de la visión
    clásica, generaron técnicas de imponer la atención visual, racionalizar la
    sensación y organizar la percepción. Estas fueron
    las técnicas disciplinarias que obligaron a concebir al
    acto de ver como instrumental modificable y abstracto.

    Es importante considerar como parte de la
    imaginería al procesamiento de los datos personales,
    de los datos que tienen
    en su poder la policía, los departamentos administrativos
    y de seguridad. Como
    hecho anecdótico me gustaría señalar que de
    acuerdo Miguel Bonasso, en su libro Don
    Alfredo, expone que Yabran tenía un servicio de
    inteligencia
    que manejaba información (dataimagen) de más de un
    millón y medio de personas, que manejaba a través
    de todas sus empresas.

    Aplicada a la información personal, el
    incremento en la capacidad para procesar recuperar datos tiene
    implicaciones trascendentales para la vigilancia, pues la nueva
    mediación tecnológica de los datos y la construcción, comunicación y uso
    informatizado de los archivos con
    datos personales plantea una serie de cuestiones. Dicho se de
    paso y me parece relevante: en la última reforma de la
    constitución nacional se adoso un articulo,
    el 43 donde dice que "toda persona
    podrá interponer el recurso de hábeas data para
    tomar conocimiento de los datos a ella referidos y de su
    finalidad, que consten el registro o
    bancos de
    datos públicos, o los privados destinados a proveer
    informes, y en
    el caso de falsedad o discriminación, para exigir la
    supresión, rectificación, confidencialidad o
    actuación de aquellos. No podrá afectarse el
    secreto de las fuentes de
    información periodística."

    Cada vez es más fácil poder disponer de
    perfiles integrados de ciudadanos individuales. La capacidad de
    vigilancia aumenta gracias al uso de las nuevas
    tecnologías.

    2. Algunos datos
    sobre la percepción

    La percepción, como el vinculo vital de la
    conexión del hombre al
    mundo, incluye al sujeto como perceptor, al acto de percibir y el
    contenido de lo percibido. El sujeto humano perceptor visualiza
    al mundo como campo vivido, horizontal y este acto une al sujeto
    con lo percibido. Lo percibido, sus contenidos, que resultan del
    tal acto, afecta la influencia del sujeto en el mundo. Obtenemos
    así que la percepción es un todo reflexivo,
    integral que abarca, al perceptor, el acto de percibir y el
    contenido de lo percibido.

    La percepción como todo reflexivo e integral es
    el contexto inmanente y hermenéutico en el cual localizar
    todo contenido de pensamiento. Esta percepción está
    limitada por tres factores, a saber:

    • Los medios de comunicación que encuadran y
      facilitan la percepción.
    • La jerarquía de los sentidos,
      es decir, el oído, el
      tacto, el olfato, el gusto y la vista, que estructura
      el sujeto como perceptor encarnado.
    • Las presuposiciones epistémicas que ordenan el
      contenido de lo percibido.

    Estos tres factores están relacionados e
    interactúan. Este conjunto constituye un campo de
    percepción. Estudios recientes revelan que los medios de
    comunicación, la jerarquía de los sentidos y las
    presuposiciones epistémicas cambian con el correr del
    tiempo.

    3. Los medios
    de comunicación

    En este siglo proliferan los medios de
    comunicación, cada uno de los cuales se sucede y se
    sobrepone a los anteriores. Estos no solo transmiten la
    información sino que también la empacan y la
    filtran, cambiando así su significado.

    A la cultura se la puede concebir como oral,
    quirográfica, tipográfica o electrónica, según el soporte
    mediático que utilicen. Cada uno de estos tipos de cultura
    organiza y enmarca el
    conocimiento en forma distinta de los otros tres.

    Una cultura oral no tiene lenguaje
    escrito, por esta razón, no tiene registros, no
    posee textos. Aquí el habla cumple una combinación
    de funciones que
    la cultura tipográfica separara en compartimentos. En la
    cultura tipográfica el habla es comunicación, en
    tanto que el conocimiento se conserva no ya a través del
    habla sino de la prensa. En
    cambio en una
    cultura oral, sin registros
    escritos, el habla tiene que satisfacer obligatoriamente las dos
    funciones: la de conservar el conocimiento así como
    también la comunicación, ya que sólo en el
    acto del habla puede permanecer su conocimiento. Sin el apoyo de
    la imprenta, el habla en la cultura oral es ayudada por la memoria. El
    conocimiento en la cultura oral tiende a ser conservador, no
    especializado, y su contenido no es analítico sino
    formulaico.

    En el siglo XX, estamos ingresando en una cultura
    electrónica, una cultura de la
    comunicación basada en medios eléctricos y
    electrónicos, como el telégrafo, el
    teléfono, la radio, el
    cinematógrafo, el televisor, la videocasetera, el
    tocadiscos, el CD rom,
    DVD, la
    computadora, etc. Esta nueva cultura electrónica se
    está superponiendo a la antigua cultura
    tipográfica, sin desplazarla por completo. Está es
    una época de transición. El cambio se da en la
    comunicación por medio del "tipo" a la comunicación
    por medio del "bit".

    La lógica
    de la ciencia
    objetiva esta siendo desplazada por la lógica
    binaria – digital de las ciencias de
    las computadoras.

    4. La jerarquía de
    los sentidos

    Podemos decir que ninguno de los sentidos es
    completamente autónomo. Estos, en su conjunto, nos brindan
    la experiencia de la realidad. El oído se caracteriza por
    ser el más continuo y ponderante. La vista siempre va
    dirigida a lo que está enfrente, no demasiado lejos ni
    demasiado cerca, ya que de otra manera no se podría ver
    claramente. La vista es considerada el más noble de los
    sentidos. En cambio, el sonido es
    más sugestivo y más cercano que la vista. La vista
    siempre realiza la percepción de una superficie desde un
    ángulo especifico. La calidad del
    sonido es fundamentalmente más vital y conmovedora que la
    vista.

    De los cinco sentidos, el tacto es el más
    realista y más seguro. A lo que
    se ve u oye siempre se tiende a verificarlo y a esto se lo hace a
    través del tacto. El tacto da la seguridad de
    aquello que se ve u oye.

    A la realidad cotidiana la percibimos no sólo a
    través de la vista sino mediante una combinación de
    los cinco sentidos, que se verifican y se refuerzan unos a otros.
    Cada ser humano tiene una combinación ligeramente distinta
    de capacidad de percibir sensaciones, como así
    también una diferente experiencia de la realidad debido a
    la distinta combinación de los cinco sentidos.

    Los medios electrónicos extienden nuestros
    sentidos, han extendido y extrapolado la vista y el oído
    alterando nuestra realidad cotidiana.

    En la modernidad el
    cine y la
    televisión crearon una "realidad" basada en la
    visión y el sonido extendido sin ninguna referencia a los
    otros tres sentidos. Al hablar de fotografía, cine y televisión
    hablamos de mímesis. En la actualidad, a diario, el sujeto
    humano es bombardeado con estas nuevas imágenes visuales y
    auditivas.

    5. Los campos de la
    percepción

    Desde el aquí y el ahora, el hombre,
    enfoca el mundo como campo horizontal. La dimensión
    espacial entre aquí y ahora y la dimensión temporal
    entre ahora y entonces, son las coordenadas perceptuales que
    definen el marco de vida para el sujeto humano. Se caracteriza
    por ser un campo horizontal, ya que el sujeto lo enfoca
    perspectivamente, desde lo íntimo y familiar hasta lo
    distante y tipificado, con la intención de vivir. "En cada
    período la cultura de los mass media forja el acto de
    percibir; el sujeto queda delimitado por una diferente
    organización jerárquica de los sentidos, y el
    contenido de lo percibido lo ofrece un conjunto distinto de
    reglas".

    En la Edad Media, el
    campo de la percepción estaba conformado por una cultura
    oral-quirografica, una jerarquía de los sentidos que daba
    preferencia al oído y al tacto. El mundo de la Edad Media,
    perceptualmente no era centrado en sí mismo sino
    ilimitado. De acuerdo a su visión teocentrica.

    El campo perceptual en el renacimiento
    fue reconstituido por una cultura oral – quirográfica, una
    jerarquía de los sentidos que daba preferencia al
    oído y al tacto y al orden epistémico de la
    analogía.

    La percepción renacentista, fue reconstituida por
    una cultura de los medios de comunicación en
    transición, de la quirografía a la
    tipografía, aunque con la persistencia de la oralidad
    subyacente en el ámbito popular. Un cambio gradual en la
    jerarquía de los sentidos, de la preferencia por el
    oído y el tacto a la supremacía de la
    vista.

    En los siglos XVII y XVIII, un nuevo campo perceptual,
    constituido por la cultura tipográfica, la
    supremacía de la vista y el orden de la
    representación en el espacio se sobrepuso a los
    anteriores. Un campo no reflexivo, visual y
    cuantitativo.

    El campo perceptual en la sociedad burguesa estuvo
    conformado por una cultura de carácter
    tipográfica que se complemento con la revolución
    fotográfica y merced a ello, por una visualidad extendida.
    En cambio, el campo perceptual del siglo XX esta constituido por
    la cultura electrónica y por la extrapolación de
    vista y sonido. El contenido del conocimiento, es determinado por
    el campo de percepción.

    En la burguesía la principal característica de la percepción fue
    la linealidad. La supremacía visual y la razón
    objetiva, respaldadas por la cultura tipográfica, aislaron
    ciertos fenómenos percibidos como causa y otros como
    efecto.

    La revolución
    perceptual, de los años que van desde 1905 hasta 1915,
    metamorfoseo el campo burgués de la percepción. La
    linealidad visual fue característica principal de la
    percepción en la sociedad burguesa. Lo que surgió
    en su lugar fue la aceptación de diferentes relaciones
    perspectivas dentro de una sola disciplina. La
    multiperspectividad desembocó en un nuevo campo perceptual
    en el siglo XX para reflejar la estructura controlada de la
    sociedad burocrática de consumo controlado.

    El nuevo campo perceptual, de nuestro siglo, está
    constituido por una cultura electrónica, por la
    extrapolación del sonido y de la vista, y la
    sistematización sincrónica de oposiciones binarias
    y diferencias sin identidad. La revolución perceptual
    destruyó el campo ideal de una personalidad
    individual así como la causalidad freudiana del
    subconsciente ya no es viable, pues la persona
    contemporánea tiene mucho menos de personalidad
    integrada, mucho menos de interior. El campo de la
    percepción determina el contenido del conocimiento. Pero
    ese campo es, a su vez, determinado por la sociedad como
    totalidad, pues el conocimiento dentro de la totalidad es mucho
    más que una simple ideología o superestructura. Es la conciencia
    intencional dentro del campo perceptual. Pero los medios de
    comunicación, la jerarquía de los sentidos, y el
    orden epistémico que constituyen ese campo están
    determinados por la estructura de la totalidad.

    Una vuelta de tuerca más…

    Hasta aquí intente mostrar los modos y maneras de
    "ver" la "realidad", la dimensión que adquiere la
    percepción visual para nuestra cultura, y cómo
    quienes ostentan el poder utilizan la noción de disciplina
    desarrollada por Foucault a partir
    del análisis del "Panóptico de Bentham",
    como modelo de las
    instituciones de encierro del siglo pasado. La sociedad
    capitalista industrial, los medios electrónicos de
    comunicación, la publicidad, la mercadotecnia,
    etc. se transformaron en una "retícula" de instituciones y
    dispositivos de fiscalización y control de la totalidad
    del tiempo vital del individuo, para lo cual la visión
    desempeña un papel de
    fundamental importancia.

    La vista se aparece en un principio como un dato
    natural, como un dato continúo, el sentido de la vista
    esta implicado en una continuidad. Incluso si uno cierra los
    ojos, o al dormir, en las imágenes mentales o en los
    sueños, nuestro sentido de la "vista" sigue en
    funcionamiento. Se puede decir que nuestro estado normal de
    conciencia es de por sí una simulación
    hiperrealista. Nosotros construimos modelos (en nuestra "pantalla
    mental") del mundo en nuestra mente, usando los datos que
    provienen de los órganos de nuestros sentidos y las
    aptitudes de procesamiento de información de nuestro
    cerebro.

    Existe una obligación de ver no relacionada
    directamente con las tecnologías, que solo canalizan esta
    obligación. Para darle impulso a la obligación de
    ver son necesarias la fuerza de voluntad de ver (que depende de
    la subjetividad individual y en cierta medida constituye un
    mecanismo de defensa ante la imposición visual), la
    orientación de la mirada, un conjunto de creencias y
    costumbres sociales y una red de
    relaciones.

    La proporción y la cantidad de entrada auditiva y
    visual con respecto a la recepción / percepción
    dominante de la realidad fueron alteradas por la radio y por
    los teléfonos y luego vueltas a alterar por la
    televisión; nosotros vemos, oímos, aprehendemos y
    "nos enseñan", así el mundo de una forma
    diferente.

    Como lo adelantara Marshall McLuhan: "Los medios
    electrónicos alteran las proporciones entre los sentidos",
    pero, además, se podría agregar que "no existe una
    realidad absoluta, sino solo visiones o concepciones subjetivas,
    y en parte totalmente opuestas, de la realidad, de las que se
    supone ingenuamente que responden a la realidad "real", a la
    "verdadera" realidad".

    6. Bibliografía
    utilizada

    -Jonathan Crary, "La modernidad y la cuestión del
    observador", 1996.

    -Richard Lowe, "Historia de la
    percepción Burguesa".

    -Paul Watzlawick, ¿Es real la realidad?,
    Editorial Herder, Barcelona,
    1989

    -David Lyon, "El ojo electrónico", Ed. Alianza
    Editorial.

    -Deleuze – Foucault, "Lo Visible y lo
    Invisible".

    -G. Deleuze, Foucault. Madrid, Paidós,
    1987.

    -John Pfeiffer, The creative explosion, 1982.

    -M. Foucault, cuarta y quinta conferencia, en
    La verdad y las Formas Jurídicas, Gedisa,
    11981.

    -M. C. de la Peza Casares, Medios de
    comunicación, gobierno de la población y
    sujetos.

    -Pardo, José Luis, Tiempo de subjetividad,
    Paidós.

    -Alejandro Piscitelli, Ciberculturas,
    Paidós.

    -Marshall MacLuhan, El medio es el masaje.

    -Virilo P. El complejo de los medios, en "El arte del
    Motor", Ed.
    Manantial, Bs. Aires, 1993.

    -Miguel Bonasso, "Don Alfredo" Ed Planeta, Buenos Aires,
    1999.

    Palabras Clave:
    Visibilidad, visión, control, realidad, capitalismo,
    percepción, medios de
    comunicación, individuos, cultura, Imagen,
    panóptico.

    Categoría:
    Creo que puede incluirse en Estudios Sociales.

    Resumen:

    En este pretendo examinar la problemática de la
    percepción de la realidad a
    través de vista. Tratare de delinear cómo el sujeto
    hoy se encuentra ante
    una reconfiguración de los modos y medios de
    comunicación (instituciones de
    poder), una reestructuración de la percepción de la
    realidad y una
    metamorfosis cognitiva, de acuerdo a los cuales funcionan los
    procesos de
    orden social y las instituciones.

     

     

    Autor:

    Fernando G. Correa
    fernancorrea[arroba]yahoo.com.ar

    Estudiante de Licenciatura en Comunicación
    Social
    Universidad
    Nacional del Comahue.
    Rio Negro

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