Tesis sobre: Giordano Bruno en: "Sobre el infinito
Universo y los
Mundos"
Introducción
El presente ensayo se
elaboró con la tarea expresa de acercarnos más al
uso y dominio de los
conceptos "finito" e "infinito". Por la amplitud del contenido y
su profundidad filosófica, nos vimos obligados a
desarrollar nuestra tesis sobre un
autor específico que nos dotara de madera para
poder darle
forma a nuestra proposición.
El trabajo
consistió entonces en hacernos de un bastidor que
permitiera desarrollar bajo un esquema de diálogos nuestra
propuesta, resultando una experiencia intelectual verdaderamente
enriquecedora, no sólo por el aprendizaje
obtenido en sí — que ya resulta bastante —, sino por
la oportunidad que nos dio de desarrollar y ejercitar nuestras
inquietudes.
Con este objetivo
definido, nos dedicamos a revisar la literatura correspondiente,
y después de indagar y reflexionar sobre buena parte de
ellas, decidimos hacer uso del pensamiento de
Giordano Bruno y su obra titulada: "Sobre el Infinito Universo y
los Mundos".
Para construir su tesis, Bruno se vio en la necesidad de
montarse sobre la física de Aristóteles y sobre la teoría
Heliocéntrica de Copèrnico. Para desarrollar la
nuestra hemos tenido que utilizar la tesis de Bruno, y en esta
interesante aventura hemos sido asistidos por Ángel J
Cappelletti, quien no solo traduce la obra de Bruno, sino que
escribe su prólogo y orienta nuestros
propósitos.
Finalmente exponemos en nuestra tesis que "Dios" y
"Universo" sufren una fusión
donde se intercambian cualidades entre el concepto y la
materia, y
creemos optimistamente haber logrado sostenerla con los aciertos
y desaciertos de este brillante pensador.
"Dios y
Universo"
La tesis desarrollada por Giordano Bruno es — en forma
muy general — una discusión orientada sobre los aspectos
de la física aristotélica y los aforismos
copernicanos. Bruno, el protegido de Miguel de Castelnau [1],
escribe sus más importantes obras en los albores del siglo
XVI bajo la protección del embajador ante "La
Serenísima Reina de Inglaterra
".
Según Ángel Cappelletti [2], podemos
clasificar en los escritos de Bruno las obras conocidas como
"diálogos morales" y las conocidas como "diálogos
metafísicos". En 1854 publica en Londres "La cena de
las cenizas", "Sobre la causa, el principio y el uno" y "Del
infinito universo e mondi" como obras metafísicas y
como contraparte a sus obras morales desarrolladas en "Cabala
del caballo pegaseo" y "De gli eroici furori" (1584-1585)
respectivamente.
Por otra parte, en el siglo IX a.C., Aristóteles
había bosquejado sus fundamentos sobre la naturaleza. En
"Ética a Nicòmaco",
"Ética a Eudemo" y su "Gran Ética", forja los
principios que
hacen entender al hombre
sólo posible dentro del Estado y se
enfrenta — sumido en el idealismo
platónico –a dar explicaciones sobre cuatro elementos de
la naturaleza (aire, tierra, fuego
y agua)
desarrollando así por demás su Lógica
y su Silogismo particular. Como buen discípulo de Platón,
Aristóteles opuso siempre la Lógica a la
Dialéctica, e instituía en su metafísica
la explicación basada en los coprincipios de "potencia
y acto".
Hasta aquí podemos ver una posible contienda
entre la filosofía atomista y la filosofía
idealistas, sus concepciones de conocimiento y
sus grandes consecuencias políticas.
Sin embargo, nuestro ensayo pretende ocuparse en conocer sobre
los aspectos relacionados con "Dios y Universo" y sostener que el
concepto de Dios no es otra cosa que una fusión política religiosa de
ambos términos.
Henos aquí entonces con este interesante episodio
entre la filosofía griega y la filosofía medieval,
la cual por su importancia nos recuerda el enfrentamiento entre
Feuerbach y Hegel.
Así, que sí Feuerbach no hizo otra cosa que medio
enderezar a Hegel sin poder escapar nunca de él, Giordano
Bruno tampoco logró mayor cosa frente Aristóteles,
pues, luchando en su propio terreno y con sus propias armas, fue
acusado por la historia de intentar
reconciliar las doctrinas cristianas y el emanantismo
neoplatónico.
Sin embargo toda superación o conocimiento
obedece a un proceso de
cambio
regulado, y sus alcances están socialmente condicionados
por el momento histórico en que se desarrolla, por
ésta razón es comprensible la postura de Bruno
cuando termina defendiendo la ideología que le condena, y empero a ello
no se puede negar que dichas distinciones — aunque no lograron
radicalizar completamente a sus predecesores — sentaron las
bases para una nueva concepción o explicación que
con el tiempo
sirvió para construir un nuevo
conocimiento.
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