Monografias.com > Sin categoría
Descargar Imprimir Comentar Ver trabajos relacionados

La inmigración en Perú (página 2)



Partes: 1, 2

Los datos son
contundentes en materia de
población, y aunque existe un elevado
número de italianos, también se manifiesta cierta
flexibilidad gubernamental en su política de
migraciones con respecto a las centurias precedentes, ya que hay
ciudadanos de países a los cuales en un momento dado se
les tildaría de sospechosos. Ahora bien, esto no
significa una apertura total de las relaciones y mucho menos un
cambio radical
en las directrices políticas
del Virreinato, ya que esto se conseguiría tiempo
después de la independencia,
en los primeros años de la republica.

Para finalizar esta parte mencionaremos que el flujo
migratorio hacia el Virreinato era fuertemente controlado por el
ordenamiento colonial. La mayor parte de la población
viajera que llegaba al país era italiana, y si bien
durante las últimas décadas se distendió la
política inmigracionista, la situación no
cambió mucho y se mantuvieron constantes las preferencias
hacia ciertas nacionalidades. Como sabemos, este proceder del
sistema virreinal
obedece a su afán por proteger los mercados internos
de la penetración inglesa y francesa, sus principales
contendientes en el ámbito comercial.

Esta circunstancia, durante la independencia de las naciones
sudamericanas y en sus primeros años como
repúblicas iba a cambiar, y la apertura de mercados
así como la densidad
inmigracionista sufrirían un aumento cuantitativo.

Migraciones europeas a inicios de la
República

La proclama independentista de las colonias americanas en la
parte austral del continente no significó la prosperidad
inmediata ni mucho menos la solución de problemas de
raigambre colonial, y en el caso del Perú, la
emancipación significó el umbral de un
período caótico y de profundas contradicciones
sociales que impidieron su desarrollo
mediato.

En el plano económico, existía un serio problema
en el sector productivo. Este tuvo sus antecedentes en las
Reformas Borbónicas del siglo XVIII. La competencia
surgida con la apertura de puertos en diversas partes del
continente, la reducción de precios de las
mercaderías europeas y la mermada producción nacional en comparación
con los demás virreinatos y capitanías,
generó una crisis que
llegó a su cima con las guerras
independentistas. Se dispuso, a través de una serie de
medidas conocidas como Prohibiciones, proteger el mercado interno y
al productor nacional, bajo un elevado impuesto de
aduanas a
mercaderías extranjeras.

Para galvanizar las actividades en postración era
necesario-al menos en el sector agrícola-un trabajo
sostenible de las tierras, las cuales se encontraban abandonadas
a raíz del reclutamiento
forzoso de esclavos para las guerras de liberación. La
falta de mano de obra apremió al estado y
finalmente éste se resolvió por incentivar la
inmigración y la colonización de
tierras en diversas partes del país.

Al respecto, es de suma importancia un documento elaborado por
el cónsul británico en el Perú, el
señor Milner Ricketts en 1826, cuando alude la
difícil situación de la agricultura de
entonces. Sostiene que aparte de los inconvenientes que se
presentan en las explotaciones rurales por causa de la necesidad
de brazos, se añade la falta de consumo
ocasionado por la pobreza de los
habitantes y la situación local del país. Por lo
general, los productos
debían ser traídos de una distancia de 40 ó
50 leguas, y el transporte
sufre retrasos y dificultades propios de caminos poco
transitables.

Todo esto es suficiente para mostrar que España no
sacó ni pudo haber sacado del Perú ningún
otro producto de
importancia que sus riquezas metálicas. (Bonilla 1975 Vol.
V: 19)

El marco legal auspició una política
proteccionista para evitar el carácter permeable del mercado nacional y
así beneficiar al productor nacional. Por otro lado,
mediante la colonización de tierras y el trabajo de
éstas, se buscó paliar el déficit productivo
y la carestía de mano de obra. Por el momento, nos
centraremos en este último asunto, y expondremos las
principales leyes que
promovieron el advenimiento de colonos europeos.

La urgencia de implementar fuerza
laboral en las
actividades agrícolas fue un aliciente para la
elaboración de dispositivos que amparen este fin en
especial. No podemos dejar de mencionar que:

"Con nada se ha manifestado el Perú desde sus
primeros días de vida propia tan constante, tan
uniforme, ni tan entusiasta como la idea o mejor dicho, como el
sentimiento de la inmigración europea."(Arona 1891: 49).
***

Este entusiasmo tenía sus raíces, además,
en la profunda admiración de la cultura
europea, la cual se difundió significativamente en nuestro
continente y fue de capital
influencia sobre todo para las elites dominantes. Sin duda, se
asoció la presencia de éstos al trabajo esforzado y
al progreso, al desarrollo
económico y cultural, algo que nuestras razas-se
pensaba- estaban distantes de otorgarnos.

Por ello, el intento de europeizar América
Latina se debió a la iniciativa de los grupos de
poder,
atraídos por los adelantos técnicos y el creciente
poderío de Inglaterra y los
modos de vida, progreso intelectual y refinamiento franceses.

La comunicación y su creciente evolución determinó la
divulgación en América
de modos y usos europeos, y pronto se identificó la viejo
continente como la cuna de todos los progresos y lo europeo fue
símbolo de civilizado. (Lexus 200: 951)

La Ley del 21 de
noviembre de 1831, en su artículo 7, dispone la
creación del departamento de Loreto. Se concede
también tierras a extranjeros para que puedan labrarlas y
se les otorga privilegios y exoneraciones respectivas.

En el decreto del 14 de marzo de 1835, el general Felipe
Santiago Salaverry establece que todo individuo es
ciudadano del Perú luego de inscribirse en el Registro Civil;
sin embargo, esta proposición no fue acogida por sectores
conservadores. Finalmente, el 25 de enero de 1845, se dispone que
las autoridades de Junín deben apoyar la construcción y optimización de
caminos a Pozuzo y Río Magro, para efectos de mejorar las
vías de acceso hacia esta zona. Se ofrecían
beneficios a los inmigrantes y se incentivaba la propiedad de
las tierras, con exoneraciones fiscales y parroquiales.

Como señala Bonfiglio, estas facilidades al libre
ingreso de inmigrantes fueron más jurídicas que
reales, pues durante las primeras décadas de la
independencia se produjo una depresión
económica y desorden político que no
permitió el ingreso de estos visitantes en cantidades
considerables (2001:20).

Si bien es cierto que el marco legal propiciaba la
inmigración a nuestro país, las disposiciones
enunciadas por el aparato político no fueron aplicables en
su momento; la inestabilidad política y las revueltas
caudillezcas, aspectos íntimamente ligados a la crisis
productiva del Perú, fueron vallas que impidieron el orden
social y la estabilidad requeridas para dar garantía a
cualquier intento de colonización. La contracción
de la actividad migratoria a nuestro país y el ingreso
reducido de europeos, al margen de los estatutos gubernamentales,
va a contrastar con un aumento de extranjeros que llegarán
a nuestras costas atraídos por el boom guanero, y que se
explicará en adelante.

CAPÍTULO II

El comercio y la
fuerza laboral europea

El período comprendido entre las luchas civiles de
principios de
la
República peruana y los años precedentes a la
guerra con
Chile, está caracterizado por el ingreso de ingentes
cantidades de dinero a las
arcas nacionales, producto de la venta de guano y
una aparente estabilidad política; una firmeza
institucional que resultó ser un oasis en el desierto
histórico de nuestro país del siglo XIX. La mala
distribución de los ingresos, el
despilfarro presupuestal en cuestiones intrascendentes,
así como una mala organización estatal asestaron el golpe que
dio final a esta prosperidad falaz.

En el marco de este progreso engañoso, se
materializaron las disposiciones jurídicas que
beneficiaron el flujo migratorio a nuestro país. Las
naciones europeas, alentadas por la riqueza comercial en esta
parte del continente, no dudaron en reforzar sus relaciones
amistosas y propiciaron, en vista de la seguridad que
ofrecía el Perú, nuevas oleadas migratorias. Su
presencia se manifestó de diversas maneras, tanto en la
colonización de tierras, como en el establecimiento de las
famosas Casas Comerciales, aspecto que se expondrá en el
presente capítulo.

Si en los años iniciales de nuestro país la
migración fue reducida y limitada por el
contexto, aquí se apreciará un aumento considerable
en la cantidad de emigrados europeos, y se estudiará
también las principales colonias de el continente
viejo
en nuestro país, como lo son las inglesas,
francesas e italianas, entre las cuales hubo una suerte de
especialización de labores y que han aportado
considerablemente en nuestra cultura.

Comercio y migraciones

El período de prosperidad económica, como
resultado del auge guanero permitió el fortalecimiento de
las relaciones comerciales del Perú con el orbe europeo.
Asimismo, propició la estructuración del cuerpo
diplomático peruano y de cónsules nacionales en
Europa con el fin
de consolidar dicha simbiosis mediante los proyectos
respectivos. (Bonfiglio 2001:22)

En efecto, la actividad guanera en apogeo estimuló por
un lado el afianzamiento del comercio nacional y la
intervención extranjera en las actividades
económicas de nuestro país, y en segundo lugar, el
aumento cuantitativo de comerciantes europeos atraídos por
este importante recurso. Gran parte de los foráneos se
asentaron por períodos extensos en costas limeñas,
pues se abocaron a actividades lucrativas, como el
establecimiento de Casas comerciales o pequeños almacenes donde
expedían productos que comúnmente eran
traídos por vía marítima desde Europa.

Esta búsqueda de independencia y ganancias propias,
tenía su origen en las condiciones medianamente adversas
por las cuales atravesaban los marineros-especialmente
italianos-como por ejemplo, los ínfimos salarios. Estas
circunstancias exacerbaban sus deseos de autonomía y
finalmente se aventuraban por los negocios
propios, como bien lo explica el Vice-Cónsul
británico en nuestro país, Mr. Wilson según
sus observaciones:

"En los últimos años se ha presentado un
incremento en el número de hombres de mar en los barcos
británicos que son originarios de países
mediterráneos, italianos, griegos y austriácos,
pocos de los cuales regresan y si no obtienen sus salarios y
pago presentando alguna queja contra sus oficiales superiores
(…) se fingen enfermos o, como único medio que se
les dije, desertan y muchos se convierten en pequeños
tenderos, de modo que el íntegro del comercio minorista
está en manos de italianos y
austriácos(…)"(Bonilla 1975 Vol. I: 183 )

Gran parte de los negocios minoristas de nuestro país
estaba en manos de italianos, como se señaló
líneas arriba. De cierta manera, hubo una suerte de
especialización en las actividades comerciales: la mayor
parte de los ingleses eran funcionarios de empresas de
navegación, comerciales, ferrocarriles, etc. Por su parte,
los italianos, a las labores descritas arriba, añadiendo
su aporte a la expansión comercial guanera. (Bonfiglio
2001: 34)

Marco Legal

Afincados ya en Perú, los extranjeros aludidos se
desenvolvieron según sus actividades específicas,
sobre la base de cierta especialización de acuerdo a las
nacionalidades. La estabilidad política y bonanza
económica benefició el crecimiento de inmigrantes,
y el gobierno
aprovechó la coyuntura para promulgar algunos dispositivos
y proyectos colonizadores.

La Ley de 1849 estipulaba el asentamiento de 320 colonos
irlandeses, los cuales huyeron de su país por hambruna.
Durante el segundo gobierno de Castilla, en 1859, se llevó
a cabo un proyecto por el
cual se pensaba traer 25 mil colonos irlandeses. No se
llevó a cabo por las altas exigencias del gobierno
inglés.
En 1867, se introdujeron 314 colonos alemanes en Pozuzo, por un
contrato
celebrado entre Juan P. Martín y el otrora presidente
Mariano Ignacio Prado.

Finalmente, el contratista peruano Antolín Rodulfo
celebró con el estado un
contrato por el que se comprometía traer 1096 colonos
alemanes al valle de Moyabamba. Sin embargo, sólo un
remanente de ellos llego a su destino, los otros se quedaron en
Lima en calidad de
indigentes.(Bonfiglio 2001:23-28)

Estos contratos, a
pesar de la estabilidad imperante, no se hicieron patentes debido
a la ligereza del estado y a la falta de una política
seria por parte de nuestros gobiernos. La consecuencia de esto
fue el desprestigio internacional hacia el Perú y las
posteriores exigencias de parte de los países europeos,
elevando sus requerimientos para enviar a sus patriotas.

Debido a esta razón es que se señala que la
inmigración a nuestra nación,
a pesar del apoyo legal que ofrecía el estado, se mantuvo
como una actividad al margen de todas las formalidades
jurídicas y se constituyo como un fenómeno
autónomo y espontáneo, consecuencia más del
florecimiento comercial de mediados del XIX, que de la actividad
agrícola.

 

 

 

 

Autor:

Juan Carlos López

Partes: 1, 2
 Página anterior Volver al principio del trabajoPágina siguiente 

Nota al lector: es posible que esta página no contenga todos los componentes del trabajo original (pies de página, avanzadas formulas matemáticas, esquemas o tablas complejas, etc.). Recuerde que para ver el trabajo en su versión original completa, puede descargarlo desde el menú superior.

Todos los documentos disponibles en este sitio expresan los puntos de vista de sus respectivos autores y no de Monografias.com. El objetivo de Monografias.com es poner el conocimiento a disposición de toda su comunidad. Queda bajo la responsabilidad de cada lector el eventual uso que se le de a esta información. Asimismo, es obligatoria la cita del autor del contenido y de Monografias.com como fuentes de información.

Categorias
Newsletter