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Lenguaje hablado (página 2)




Enviado por Gabriela Díaz



Partes: 1, 2

La persona que habla
en público necesita convencimiento ante todo, Tanto para
convencer a una multitud recalcitrante como para vender un
seguro a un
cliente indeciso,
debe haber seguridad en lo
que se dice.

El convencimiento, ante todo, tiene dos enemigos mortales: el
titubeo y el tartamudeo. El primero es un defecto moral y el
segundo es un defecto físico, pero ambos tienen
remedio.

El titubeo esta provocado por la vacilación y la
indecisión que no sea la adecuada o que moleste u ofenda
al auditorio. Semejante defecto debe ser previsto y eliminado
previamente mediante un estudio sólido de lo que los
proponemos decir. Debemos estar seguros de lo que
expresamos para no manifestar ningún tipo de vacilaciones.
La voluntad puede servirnos de mucho para evitar que un titubeo
suicida anule el objetivo
propuesto.

Por otra parte, la tartamudez, que es corregible, no depende
de factores morales sino orgánicos. Existe un procedimiento
sumario para curar el mal y es muy sencillo. El mismo ser humano
que adolece la tartamudez persistente no tartamudea nunca si
canta una canción. La línea melódica excluye
el tartamudeo. ¿Por qué no imaginar que estamos
cantando lo que estamos diciendo? Este experimento se ha
practicado con óptimos resultados.

Sugerencias para
vencerlos

Después de haber preparado suficientemente la exposición
oral, llega el momento de hablar, de desarrollar el tema.

El conferenciante debe tener en la meza a mano todo el
material que va a utilizar, dispuesto alrededor ordenadamente
para ir tomándolo cuando lo vaya necesitando.

El guión debe estar escrito con letra muy clara y
grande, para verlo rápidamente y no tener que detenerse
mucho en él y para que, con una mirada, se pueda seguir su
orden.

El guión conviene destacar los aspectos más
importantes mediante un esquema breve.

Sugerencias
sobre pronunciación, entonación y
gesticulación

La dicción debe ser clara y precisa. No debe haber
prisa al decir las cosas. Hablando pausadamente y sin premura,
pueden expresarse correctamente las todos los sonidos.

Conviene disertar de pie, en lo posible, moviéndose con
naturalidad.

No debe darse la impresión de que se ha aprendido de
memoria el
contenido del tema y se está recitando. Hay que decir las
cosas con naturalidad y convencimiento. Ante todo hay que buscar
la espontaneidad.

Para conseguirlo, conviene cambiar de tono cuando lo exige la
expresividad, pues con un tono monótono y sin variaciones
no se distingue la mayor importancia que pueden tener unas ideas
sobre otras.

El hombre no
habla solo con los sonidos de su boca sino que con sus miradas,
los movimientos y gestos de su rostro, y muy especialmente, sus
manos, son una ayuda expresiva fundamental.

El movimiento de
las manos es importante, pero usándolo con cuidado.

Es también importante mirar a diversos lugares del
auditorio. Nunca permanecer con la vista baja ni mirando siempre
al mismo sitio.

Sugerencias sobre
léxico y sintaxis

Resulta conveniente anotar en el guión algunas palabras
que deben utilizarse durante la disertación.
Indudablemente, serán palabras especialmente
significativas, tecnicismos necesarios o alguna otra que por su
dificultad, por que sea desconocida, o por alguna razón se
teme que sea difícil recordar en el momento de la
disertación.

Si debe utilizarse algún término en lengua
extranjera, hay que enterarse antes de su correcta
dicción, para pronunciarlo bien. Si no es así no
debe inventarse una pronunciación que puede ser
errónea; es preferible pronunciar como se lee en español.

Hay que ensayar lo suficientemente la pronunciación en
la que se tenga la dificultad, evitando al máximo
tartamudear.

Voz, respiración y dicción

Importancia de la
voz

Aun cuando tengamos ideas claras y precisas acerca de lo que
se quiere decir, la
comunicación verbal no se inicia hasta que el emisor
se dispone a hablar ante el grupo
especifico, que se apresta a escucharlo y que asume ante el una
actitud mas o
menos expectante.

Con razón se habla de pronunciar una charla, un
discurso o una
conferencia.
En si duda porque en esta fase de la comunicación está envuelto un
aspecto físico y en cierta forma material, constituido por
la voz que hemos de emitir, lo que explica la importancia de una
buena dicción.

A su vez la voz depende en gran medida de que el emisor pueda
respirar bien, lo cual ayudará no sólo a atenuar o
suprimir su tención nerviosa, sino que le permitirá
además disciplinar su voz, de suerte tal que pueda
variarla a su antojo de intensidad, expresión y
entonación, al mismo tiempo que
graduar los ritmos y pausas, que son obligados en la comunicación oral.

Una buena voz, además de proyectar una imagen favorable
del emisor, contribuye a que este pueda presentar sus palabras en
forma más interesante y significativa.

La Respiración y
La Voz

Es sabido que no existe propiamente un mecanismo
específico productor de la voz. La lengua, las cuerdas
vocales, por ejemplo, aunque contribuya a la formación de
la voz, tiene otras funciones
principales. Por eso se afirma que el mimo hecho de que hablar
sea únicamente una función
secundaria de estos órganos, "realiza la importancia de un
programa para
la
educación de la voz, pues si cuando nacemos sabemos ya
respirar, en cambio tenemos
que aprender a hablar".

En la caja torácica se encuentra los pulmones,
colocados entre las clavículas por la parte superior, y la
diafragma por la inferior. Unos músculos hacen que cuando las costillas se
eleven y ensanchen cuando efectuamos una inspiración;
mientras que cuando se espira, las costillas descienden y se
contraen, elevándose el diafragma y saliendo el aire, de tal
manera que solamente durante la espiración se emite el
sonido que
representa la palabra.

Cuando se habla en publico es preciso pode inspirar aire
rápidamente – y sin ruido– y ser
capaz de espirarlo durante 20 segundos o mas. Es importante
aprender a respirar en el habla.

El
Vibrador

El aire comprimido de los pulmones recorre la tráquea y
pasa a la laringe, que es una especie de caja situada en la parte
superior de la primera y formada por un conjunto de
cartílagos ligados entre si, de modo que pueden moverse
igual que las articulaciones de
los huesos del brazo.
En el interior de la laringe, extendidas entre cartílagos,
están las cuerdas vocales, donde tiene origen la
fonación.

En la emisión de la voz, o fonación, la glotis –
el espacio comprendido entre las cuerdas vocales- se abre y
cierra periódicamente, con gran rapidez, bajo la acción
antagonista de los músculos que la encierran y de la
presión
el aire aspirado que la obliga a abrirse.

Los
resonadores-amplificadores

Las cuerdas vocales por sí solas no emiten
ningún sonido, por lo que necesitan de unas cavidades de
resonancia, de igual manera que los instrumentos de cuerda
requieren su correspondiente caja.

Las cuerdas vocales abiertas (1) dejan pasar el aire y no
emiten sonido; al cerrarse la glotis (2) las hace vibrar.

Dichos resonadores por una parte, amplifican el sonido y por
otra modifican el timbre.

Articulación. Su
Importancia

Articular bien es pronunciar distintamente todas las
consonantes. Por definición, las vocales son los sonidos
producidos por la vibración de las cuerdas vocales,
amplificados por resonadores de la faringe, la boca y nariz, y no
modificados de modo apreciable por los órganos de la
articulación.

La lengua, los labios, los dientes, el maxilar, el paladar y
velo palatino actúan como agentes capaces de modificar el
sonido producido por el mecanismo de la voz. La calidad del tono
se puede lograr cuando a través del movimiento conjunto de
dichos órganos, se varía el tamaño y la
forma de la cavidad bucal. La lengua  es el órgano
que contribuye de modo más importante a la claridad de los
sonidos de las palabras porque, aunque la boca tenga la apertura
necesaria, los sonidos producidos no pueden modularse si la
lengua permanece inactiva o se mueve con torpeza. La
diferencia  de los sonidos de las vocales depende, en parte,
de la posición que ocupa la lengua.

Otra de las funciones de dichos órganos es la
formación de los sonidos de las consonantes, que se logra
con el cierre brusco, la apertura súbita y progresiva, o
cualquier otra interrupción del flujo que forman los
sonidos vocálicos. La precisión y nitidez de la
articulación se logra a través de del empleo
apropiado de este conjunto modificador.

Articular bien permite, entre otras cosas, hacerse comprender
claramente incluso cuando se habla en voz baja. Una
articulación (descuidada por no pocos oradores, locutores
de radio y aun por
ciertos actores), proporciona la debida comprensión de lo
que se diga, lo cual constituye la única manera de
mantener y desarrollar  el interés
público.

Bibliografia

  • Comunicacion de Luis fuentes,
    pag: 33 al 35, 63 al 65, 93 y 94.
  • Como hablar correctamente en público de gaston
    fernandez de la torriente paginas; 10,12,13 y 29 al 33.

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