- La presidencia y lo que de sus
orígenes conocemos - ¿Pero
qué es lo que se decide en una elección
presidencial? - La
historia de Bill Clinton - En
resumen
La administración de William (Bill) Jefferson
Clinton y sus secuelas paradigmáticas
Cuando escribiera el artículo La Presidencia
como entidad: Cargo superfluo que aparece en el portal
de monografias.com
— Crónica que fuera precedida, aunque no inspirada
— por el libro The
Making of a President por Theodore H. White; no sabía
cuán realista sería mi visión anticipada, de
los resultados aciagos, que resultan para la mayoría de
los pueblos que sufren la existencia de esa horrenda oficina política, de
invención humana, llamada la presidencia.
El artículo de hoy no es necesariamente un
estudio de las personalidades de los Clinton como previos
ocupantes de la Casa Blanca; ni tampoco es de cómo
trataron de retornar a la misma. Sino que los esboza a ellos como
ejemplo especial para explicar la razón y el porqué
esa oficina aciaga y aborrecible, debe de ser abolida por el
bienestar de todas las naciones que la
sobrellevan.
La Casa Blanca: Alcancía
privada de los gobernantes norteamericanos…
La presidencia y
lo que de sus orígenes conocemos
La presidencia y su presunta historia se describen en mi
artículo antes aludido, que dijéramos aparece
en monografías.com.
Lo que hace innecesario repetirlo todo, aunque en parte,
vale la pena revisar algunos aspectos relacionados al pasado,
entrelazándolos con aplicaciones de índole
pragmática en el presente, para entender esta ponencia
mejor:
"La presidencia es la oficina a que
todos aspiran cuando sienten la necesidad de imitar a los dioses.
La presidencia; oficina pegajosa para los fondillos de muchos
hombres, quienes una vez que, desde el solio presidencial, liban
de la copa exaltadora la dulzura del poder, no se
aprestan a querer abandonarla.
"¡Cuántas dictaduras de seres mediocres
— o no — y cuántas miserias pudiesen haberse evitado
en tantos países, si no hubiese sido por la fiebre del poder
que a tantos aflige! (Véase mi ponencia, El Plexo
"Soliar" del Candidato a Presidente
Dominicano).
"Los presidentes y sus enemigos
"El enemigo tradicional de los gobernantes en todas
partes del mundo es el anillo íntimo con que se rodea.
Como ejemplo inmediato, los miembros del collar de Bush son
responsables directos del desastre que hoy se conoce como la
guerra en
Irak…
Todos, sin excepción, le dieron malos consejos — algo
que, el hombre
atolondrado que es, Bush no requiriera para hacer malas
decisiones.
"Pero, para George Bush existen otros enemigos que
son más formidables, y a la vez más
poderosos.
"Visitemos esta vez, nuestro pasado
rupestre.
"Por toda la duración de nuestro origen
neolítico, nuestra raza se las arregló sin la
presencia de reyes, reinas, primeros ministros, presidentes,
parlamentos, congresos, gabinetes, síndicos, ligas
municipales, gobernadores, policías, militares y sin la
presencia de cárceles — porque los jueces, los abogados
y las cortes no existían.
"A la recherche du temps
perdu…
"La presidencia de un país, cualquier
país, es una invención extraña y
esencialmente superflua para la supervivencia genuina de nuestra
especie.
"En término de retornos, la presidencia,
cuesta mucho y vale muy poco.
"Como corolario final, los presidentes, todos,
resultan siendo como el piogán de otras de nuestras
lecciones: parásitos bien mantenidos.
"Como los parásitos bien mantenidos, que casi
todos los presidentes conocidos son, no los
necesitamos…
"Ni la presidencia como oficina, ni Bush, ni la Reina
Isabel, ni el Papa, son esenciales para nosotros, a menos que
ellos nos sirvan un propósito vital: el de nuestra
supervivencia… de lo contrario, para nada nos
sirven.
"Y, como a nuestro bienestar nada concreto
contribuyen; como está bien demostrado. Con facilidad se
colige que, entonces, para nada nos sirven…
"¡Para nada!
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