Tercera edad ? Expectativas de autoeficacia. Una mirada reflexiva
INTRODUCCIÓN
El objetivo de
este trabajo es
reflexionar sobre la problemática de las personas de la
tercera edad a nivel emocional, psíquico y social, que a
su vez traen aparejadas las involuciones físicas, con sus
dolencias y quejas.
Y cómo esto repercute cognitiva y
conductualmente en las expectativas de autoeficacia
de cada uno de nuestros viejos, a partir de la mirada de los
adultos jóvenes.
A partir de una mirada lo más ecuánime
posible, en relación a la sociedad y su
contención hacia este sector que tan poco parece
preocupar, pero que a la vez todos conocemos ( ya que estamos al
tanto de lo problemático que es para un adulto mayor el
sentir que está en una sociedad que pareciera ser, les
pertenece a los jóvenes únicamente, lo cual es
irónico, ya que transitamos un camino hecho por abuelos),
intentaré mostrar, teóricamente, a pesar de este
imaginario social, cómo significa el adulto mayor los
preconceptos, los prejuicios, las ideas, las subestimaciones de
los adultos jóvenes, y cómo esto incide y/o influye
directamente en sus expectativas de autoeficacia, y por ende en
su vida privada y social.
Al parecer esta temática psicológica y
social trae aparejadas en el adulto mayor ("temática" en
tanto discriminación hacia el anciano)
consecuencias que todos los días estamos padeciendo, ya
sea por medios de
comunicación de todo tipo, o por comentarios
sociales.
Asimismo algunas veces también en nuestra propia
vida, en cuanto a la inseguridad
que sufren los ancianos, o a las condiciones insalubres en las
que viven adultos mayores en los geriátricos argentinos,
atravesando necesidades básicas y maltratos, hasta en las
propias familias, donde se vive el cuidado de un anciano como un
castigo y no como una manera de ennoblecerse a uno mismo, como
una manera de crecer, de madurar, de desplegarse como sujeto de
bien.
MARCO
TEÓRICO
Me parece adecuado conceptualizar a la vejez desde
diferentes puntos de vista, para de esta manera poder lograr
una visión lo mas holística e integral a la vez de
la vejez en sí, con este propósito es que
tomé los conceptos de Vincent Palechano y de Albert
Bandura, principalmente.
Las conceptualizaciones de Palechano, se basan en
trabajos de investigación comparativos, de
índole cualitativa y cuantitativa de grupos de
control, se
apoyan en las conclusiones y análisis de estas investigaciones,
elaboradas por equipos altamente idóneos.
"Palechano y su equipo (1995)" Desde la perspectiva
psicológica, Busse (1969) propuso que el envejecimiento
primario se caracterizaba por los cambios inherentes al proceso de
envejecer, y el envejecimiento secundario se caracterizaba por
los cambios causados por la enfermedad.
En la actualidad, Yates, (1996) denomina
envejecimiento al conjunto de cambios debidos a la edad,
mientras que senescencia se refiere a la pérdida
progresiva en la estabilidad de los sistemas
biológicos.
Desde la cronología como criterio, Otto Von
Bismarck – Schonhausen, fundador y primer canciller del
German Empire, a finales del siglo XIX, eligió la edad de
65 años, de forma aleatoria, como la edad de la
jubilación, porque muy pocas personas sobrevivían
más allá (Woodruff-Park, 1997). Y esta sigue siendo
la edad política – laboral
vigente.
Desde la geropicologia, Riley (1988) estableció
tres grupos de"viejos" en función de
su edad cronológica: los viejos – jóvenes,
tienen entre 65 y 74 años, los viejos – viejos,
entre 75 y 85 años, y aquellos con 86 o más
años, son los viejos – muy viejos. Y este es el
criterio utilizado desde entonces en las investigaciones sobre
envejecimiento para agrupar a las personas estudiadas, pero no
informa de ninguna característica especial de cada
subgrupo, a priori.
Por otra parte, y desde una perspectiva estadística, se define un envejecimiento
normal como aquel caracterizado por las condiciones
físicas y mentales que con mayor frecuencia aparecen en la
población.
No es por lo tanto una delimitación fija,
dependiendo de múltiples variables. Por
ejemplo, la artritis, es muy frecuente en la población de
ancianos, pero aun lo es más cuando la edad de los mismos,
supera los 75 años.
Desde una óptica
funcional y teniendo en cuenta la clasificación
internacional de las deficiencias, discapacidades y
minusvalías de la
Organización Mundial de la Salud (O.M.S 1980)
según la cual, las discapacidades reflejan las
consecuencias de una deficiencia (toda perdida o anormalidad de
una estructura o
función psicológica, fisiológica o
anatómica) desde el punto de vista del rendimiento
funcional y de la actividad del individuo, se
entiende que el envejecimiento es la perdida de capacidades en
actividades funcionales (levantar, cargar un bulto que pesa al
menos 5 kg., caminar tres calles, leer las palabras de un
periódico, subir un piso por las escaleras,
etc.) y actividades de la vida diaria. Tampoco en este caso
existe un punto de corte establecido para diferenciar entre una
persona
discapacitada y una que no lo es.
Finalmente, Baltes y Baltes (1990), desde una
perspectiva biológico-funcional, describieron tres
patrones de envejecimiento: el normal o usual, caracterizado por
la inexistencia de patologías biológicas o mental
alguna, el optimo o competente y saludable que asocia un buen
funcionamiento cognitivo y una adecuada capacidad física a una baja
probabilidad
de existencia de enfermedad y/o discapacidad; el
envejecimiento patológico que está determinado por
etiología medica y síndromes de enfermedad. En
ninguno de estos casos debe identificarse, o asimilarse el
envejecimiento con salud o enfermedad mental.
" De acuerdo con Pelechano (1995), cabría hacer
una diferencia entre competencia
social (éxito
social, reconocimiento social de los méritos personales) y
competencia interpersonal (reconocimiento individual de personas
más que de instituciones). Se trata, en este último
caso, del logro de una confianza personal, de
ayuda hacia los demás y de un referente personal
más que social.
Bandura es considerado como uno de los teóricos
más importantes del cognoscitivismo. En 1977, con la
publicación de su artículo "Self-efficacy: Toward a
Unifying Theory of Behavioral Change" (Autoeficacia: hacia una
teoría
unificada del cambio
conductual), Bandura identificó un aspecto importante de
la conducta humana:
que las personas crean y desarrollan sus autopercepciones acerca
de su capacidad, mismas que se convierten en los medios por los
cuales siguen sus metas, y controlan lo que ellos son capaces de
hacer para controlar, a su vez, su propio ambiente.
"Posteriormente, en 1986, Bandura publicó su
libro Social
Foundations of Thought and Action (Fundamentos sociales del
pensamiento y
la acción), obra en la que propone una
teoría social-cognitiva que enfatiza el papel de los
fenómenos autorrefenciales (lo que uno se dice a sí
mismo) como el medio por el cual el hombre es
capaz de actuar en su ambiente. Considera, además, que los
individuos poseen un sistema interno
propio que les capacitan para ejercer control sobre sus
pensamientos, sentimientos, motivaciones y conductas. Este
sistema interno propio proporciona a la persona un mecanismo de
referencia que es la base de sobre la cual percibimos, regulamos
y evaluamos nuestra conducta.
De acuerdo con Bandura, la manera en que la gente
interpreta los resultados de sus acciones
proporciona información de, y altera, sus ambientes,
así como a sus creencias personales, que a su vez
proporcionan información acerca de, y alteran, su desempeño posterior.
Esta tríada, conducta, ambiente – pensamientos,
es la base de lo que él llamó determinismo
recíproco. Es decir que entre conducta, ambiente y
pensamiento existe una interrelación recíproca que
se observa en una mutua influencia. En general, Bandura
estableció un punto de vista en el cual las creencias
(pensamientos) que tienen las personas acerca de sí mismas
son claves para el control y la competencia personal, en la que
los individuos son vistos como productos y
productores de su propio ambiente y de su propio sistema social.
Por lo tanto, el hombre, visto
desde esta perspectiva, no sólo reacciona a su ambiente,
sino que es capaz de modificarlo al actuar
proactivamente."
Dicho de un modo más simple, la autoeficacia se
refiere a la confianza que tiene una persona de que tiene la
capacidad para hacer las actividades que trata de hacer. Los
juicios que la persona hace acerca de su autoeficacia son
específicos de las tareas y las situaciones en que se
involucran, y las personas las utilizan para referirse a
algún tipo de meta o tarea a lograr.
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