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Alteración del desarrollo gonadal femenino



Partes: 1, 2

    1. El desarrollo del aparato
      genital
    2. Determinación
      sexual
    3. Desarrollo de los
      ovarios
    4. Síntomas
    5. Tratamiento
    6. Complicaciones
    7. Prevención
    8. Referencias
      bibliográficas

    ALTERACIONES DEL APARATO GONADAL
    FEMENINO

    EL DESARROLLO DEL
    APARATO GENITAL

    Aunque el sexo
    cromosómico y genético de un embrión se
    determina en el momento de la fecundación según el tipo de
    espermatozoide que fecunde al óvulo, el desarrollo de las
    características morfológicas masculinas y femeninas
    no comienza hasta la séptima semana. Los aparatos
    genitales iniciales de ambos sexos son similares, por tanto, el
    periodo inicial del desarrollo genital se denomina estadio
    indiferente del desarrollo sexual.

    La presencia del testículo
    o del ovario definirá los caracteres sexuales propios del
    hombre o de la
    mujer,
    respectivamente. Por lo tanto, las primeras fases del desarrollo
    embrionario sexual son comunes para los dos sexos

    DESARROLLO DE LAS GÓNADAS

    Las gónadas proceden de tres orígenes:

    · El mesotelio (epitelio mesodérmico) que
    reviste la pared abdominal posterior.

    · El mesénquima subyacente (tejido
    conjuntivo embrionario)

    · Las células
    germinales primitivas.

    Las etapas iniciales de desarrollo gonadal tienen lugar
    durante la quinta semana, momento en el que se forma un
    área engrosada de mesotelio en el lado medial del
    mesonefros. La proliferación de este epitelio y
    mesénquima subyacente produce un abultamiento en el lado
    medial del mesonefros, la cresta gonadal.
    Enseguida crecen unos cordones epiteliales digitiformes,
    los cordones gonadales, hacia el
    mesénquima subyacente. La gónada indiferenciada
    consta ahora de una corteza externa y una
    medula interna. En los embriones con una dotación
    cromosómica sexual XX, la corteza de la
    gónada indiferenciada se diferencia en un
    ovario y la medula sufre una regresión. En aquellos con
    una dotación XY, la medula da lugar a un testículo
    y la corteza involuciona, con excepción de los remanentes
    vestigiales.

    DETERMINACIÓN
    SEXUAL

    El sexo cromosómico y sexual se establece en la
    fecundación y depende de si un espermatozoide X o Y
    fecunda al ovulo con un cromosoma X. El tipo de gónadas
    que se desarrollan se determina por el complejo
    cromosómico sexual del embrión (XX o XY). Antes de
    la séptima semana, las gónadas de ambos sexos
    poseen un aspecto idéntico y se denominan
    gónadas indiferenciadas. El desarrollo
    del fenotipo masculino requiere de un cromosoma Y. En la
    región determinante del sexo del cromosoma Y se ha
    localizado un gen SRY que codifica un factor determinante
    del testículo
    (TDF). Son necesarios dos cromosomas X para
    el desarrollo el fenotipo femenino. Diversos genes y regiones del
    cromosoma X desempeñan funciones
    especiales en la determinación del sexo.

    La ausencia de un cromosoma Y (es decir, un complemento
    cromosómico sexual XX) determina la formación de un
    ovario. Por consiguiente, el tipo de dotación
    cromosómica sexual establecida en la fecundación
    determina el tipi de gónada que surge a partir de la
    gónada indiferenciada. A continuación, el tipo de
    gónada presente determina el tipo de diferenciación
    sexual que ocurre en los conductos genitales externos. La
    testosterona, producida por los
    testículos fetales, determina el sexo masculino. La
    diferenciación sexual femenina primaria en el feto no
    depende de la producción hormonal; se produce incluso
    cuando no hay ovarios y aparentemente no se encuentra bajo
    control
    hormonal.

    DESARROLLO DE LOS
    OVARIOS

    El desarrollo gonadal se produce con lentitud en los
    embriones femeninos. Los cromosomas X portan genes para el
    desarrollo ovárico y un gen autosómico parece estar también
    implicado en la organogenia ovárica. Desde el punto de
    vista histológico, no es posible identificar al ovario
    hasta alrededor de la decima semana. Los cordones
    gonadales
    no se hacen prominentes, pero se extienden
    hacia la medula y forman una red ovárica
    rudimentaria. Normalmente, esta estructura y
    los cordones gonadales degeneran y desaparecen. Los
    cordones corticales se extienden desde el
    epitelio de superficie del ovario en desarrollo hacia el
    mesénquima subyacente durante el periodo fetal inicial.
    Este epitelio proviene del mesotelio. A medida que aumenta el
    tamaño de los cordones corticales, se incorporan a ellos
    las células germinales primitivas.
    Alrededor de las 16 semanas, dichos cordones comienzan a romperse
    en grupos celulares
    aislados, los folículos primitivos, cada
    uno de los cuales consta de una ovogonia,
    derivada de una célula
    germinal primitiva, rodeada de una monocapa de células
    foliculares aplanadas procedentes del epitelio de superficie. A
    lo largo de la vida fetal se producen mitosis
    activas en las ovogonias, lo que origina miles de
    folículos primitivos.

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