- El desarrollo del aparato
genital - Determinación
sexual - Desarrollo de los
ovarios - Síntomas
- Tratamiento
- Complicaciones
- Prevención
- Referencias
bibliográficas
ALTERACIONES DEL APARATO GONADAL
FEMENINO
EL DESARROLLO DEL
APARATO GENITAL
Aunque el sexo
cromosómico y genético de un embrión se
determina en el momento de la fecundación según el tipo de
espermatozoide que fecunde al óvulo, el desarrollo de las
características morfológicas masculinas y femeninas
no comienza hasta la séptima semana. Los aparatos
genitales iniciales de ambos sexos son similares, por tanto, el
periodo inicial del desarrollo genital se denomina estadio
indiferente del desarrollo sexual.
La presencia del testículo
o del ovario definirá los caracteres sexuales propios del
hombre o de la
mujer,
respectivamente. Por lo tanto, las primeras fases del desarrollo
embrionario sexual son comunes para los dos sexos
DESARROLLO DE LAS GÓNADAS
Las gónadas proceden de tres orígenes:
· El mesotelio (epitelio mesodérmico) que
reviste la pared abdominal posterior.
· El mesénquima subyacente (tejido
conjuntivo embrionario)
· Las células
germinales primitivas.
Las etapas iniciales de desarrollo gonadal tienen lugar
durante la quinta semana, momento en el que se forma un
área engrosada de mesotelio en el lado medial del
mesonefros. La proliferación de este epitelio y
mesénquima subyacente produce un abultamiento en el lado
medial del mesonefros, la cresta gonadal.
Enseguida crecen unos cordones epiteliales digitiformes,
los cordones gonadales, hacia el
mesénquima subyacente. La gónada indiferenciada
consta ahora de una corteza externa y una
medula interna. En los embriones con una dotación
cromosómica sexual XX, la corteza de la
gónada indiferenciada se diferencia en un
ovario y la medula sufre una regresión. En aquellos con
una dotación XY, la medula da lugar a un testículo
y la corteza involuciona, con excepción de los remanentes
vestigiales.
DETERMINACIÓN
SEXUAL
El sexo cromosómico y sexual se establece en la
fecundación y depende de si un espermatozoide X o Y
fecunda al ovulo con un cromosoma X. El tipo de gónadas
que se desarrollan se determina por el complejo
cromosómico sexual del embrión (XX o XY). Antes de
la séptima semana, las gónadas de ambos sexos
poseen un aspecto idéntico y se denominan
gónadas indiferenciadas. El desarrollo
del fenotipo masculino requiere de un cromosoma Y. En la
región determinante del sexo del cromosoma Y se ha
localizado un gen SRY que codifica un factor determinante
del testículo (TDF). Son necesarios dos cromosomas X para
el desarrollo el fenotipo femenino. Diversos genes y regiones del
cromosoma X desempeñan funciones
especiales en la determinación del sexo.
La ausencia de un cromosoma Y (es decir, un complemento
cromosómico sexual XX) determina la formación de un
ovario. Por consiguiente, el tipo de dotación
cromosómica sexual establecida en la fecundación
determina el tipi de gónada que surge a partir de la
gónada indiferenciada. A continuación, el tipo de
gónada presente determina el tipo de diferenciación
sexual que ocurre en los conductos genitales externos. La
testosterona, producida por los
testículos fetales, determina el sexo masculino. La
diferenciación sexual femenina primaria en el feto no
depende de la producción hormonal; se produce incluso
cuando no hay ovarios y aparentemente no se encuentra bajo
control
hormonal.
DESARROLLO DE LOS
OVARIOS
El desarrollo gonadal se produce con lentitud en los
embriones femeninos. Los cromosomas X portan genes para el
desarrollo ovárico y un gen autosómico parece estar también
implicado en la organogenia ovárica. Desde el punto de
vista histológico, no es posible identificar al ovario
hasta alrededor de la decima semana. Los cordones
gonadales no se hacen prominentes, pero se extienden
hacia la medula y forman una red ovárica
rudimentaria. Normalmente, esta estructura y
los cordones gonadales degeneran y desaparecen. Los
cordones corticales se extienden desde el
epitelio de superficie del ovario en desarrollo hacia el
mesénquima subyacente durante el periodo fetal inicial.
Este epitelio proviene del mesotelio. A medida que aumenta el
tamaño de los cordones corticales, se incorporan a ellos
las células germinales primitivas.
Alrededor de las 16 semanas, dichos cordones comienzan a romperse
en grupos celulares
aislados, los folículos primitivos, cada
uno de los cuales consta de una ovogonia,
derivada de una célula
germinal primitiva, rodeada de una monocapa de células
foliculares aplanadas procedentes del epitelio de superficie. A
lo largo de la vida fetal se producen mitosis
activas en las ovogonias, lo que origina miles de
folículos primitivos.
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